Como atrapado en un silencio sin fin
Va avanzando el tiempo sin trascender en mi.
Capítulo 2.- El Desafío
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<<Siempre...>>
<< ¡Ace!>>
-¡Luffy!- grito Ace de golpe, pero noto un dolor en su pecho.
-Ace- era Chopper quien venía corriendo hacia él -No te levantes así, podrías abrir tu herida.
-Chopper... ¿Dónde está Luffy?
-Ace...
-¡Responde Chopper! ¿Dónde está mi hermano?
-Ace... ah... no te alteres por favor. Pero... Luffy no aparece.
Ace estaba en shock... eso era mentira.
-¡No! ¡Todo eso fue una pesadilla!- las lágrimas escapaban de sus ojos. -¡Luffy está bien!
Ace cayó de nuevo por el dolor en su pecho.
-Ace descansa por favor.- pedía Chopper.
-No puedo... mi hermano está vivo- Ace se volvió a quedar dormido, pero aun susurraba el nombre de Luffy.
Chopper miro con lastima a Ace, era un buen chico, no se merecía ese sufrimiento. Salió del cuarto para dirigirse a la entrada.
-¿Cómo sigue?- decía una voz madura.
-Despertó muy mal.
-Ya veo.
-¡Usted misma vio cómo Luffy fue devorado por esas llamas!
-No lo creo.
-¿Qué quiere decir? Todo el pueblo vio como las llamas fueron atraídas hacia él.
-Eso es lo extraño.
-Doctorine ¿cree que hay algo más sospechoso en esto?
La mujer que estaba sentada frente al fuego se levantó de su lugar y se dirigió al pequeño.
-Iré a ver a los demás aldeanos, hay unos que necesitan de una curación urgente.
-La acompañare.
-Quédate y cuida del muchacho. Cuando llegue hablare con él.
Chopper se quedó solo. No dudaba de ella en cuanto a las sugerencias de sus pacientes. Pero estaba muy triste por Ace, perdió a su hermano menor por el incendio.
-Espero que estés bien, Luffy- decía Chopper mientras entraba al cuarto para cambiar los vendajes a Ace.
La Dra. Kureha estaba afuera de la choza en la que vivía con su nieto. Estaba cansada, pero era su deber como único recurso medico en el pueblo.
-¿Oíste lo del hermano de Ace?- decía un par de mujeres.
-Sí, es el tema de todo el pueblo.
-He escuchado que era un demonio oculto y que esas llamas fueron producto de su magia.
-Pues si era un demonio me alegro de que haya desaparecido, su forma de ser, era muy extraña.
-¿Crees que el otro chico este envuelto en ese tipo de cosas?
Kureha se enfadó ante las palabras de aquellas mujeres.
-¡Si tienen tiempo de estar en chismes, tienen tiempo de ir a atender a sus maridos!
Aquel par mujeres asustadas ante el grito de la Dra. Kureha salieron huyendo. Levanto su rostro hacia el cielo nublado.
-Solo espero estar equivocada- se decía a sí misma, pero sabía que tenía la razón. Igual que hace 17 años.
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Ace se fue abriendo sus ojos poco a poco.
-¡Ace!- salto Chopper de la emoción -¿Cómo te sientes? ¿Sigue el dolor?
No respondió, lo único que sentía era miedo de estar despierto y que lo de anoche en verdad ocurrió.
-Doctorine dijo que regresaba en un momento, así que será mejor que… ¡Eh! ¿A dónde crees que vas?- grito Chopper al ver a Ace dirigirse a la puerta.
-Debo… buscar… a Luffy- decía Ace débilmente.
-¡No puedes irte! ¡Sigues muy malherido!
-¡No puedo quedarme!- Ace volvió a ver a Chopper -¡Prometí… que siempre lo protegería!
-Ace…- Chopper no sabía que decir. Quería darle ánimos, pero no sabía cómo hacerlo. Él igual estaba muy triste por la desaparición de su amigo.
El ruido de una puerta sonó y la anciana Kureha entro al cuarto en el que estaban ambos jóvenes.
-Vaya, al fin despertaste- decía mientras abría una botella de whisky –Bueno, ya era hora.
-Doctorine- llego Chopper con ella –Ace quiere irse.
-Lo lamento, pero no dejo que ningún paciente mío se valla hasta que esté completamente curado.
-¿No lo entiende? Debo buscar a mi hermano.
Kureha le dio un golpe en la herida.
-¡Doctorine!
-¡Muchacho estúpido! ¡¿Y en donde buscarías?! ¿Tienes alguna idea?- hubo un momento de silencio –No, no la tienes.
Chopper llevo a Ace de nuevo a recostarse en la cama y Kureha se sentó en su silla preferida.
-No fue mi intención lastimarte.-Se disculpó Kureha -Pero tampoco estas en condiciones de querer largarte a no sé dónde.
Ace se mantuvo en silencio y volteo a ver a la ventana. La noche ya se podía apreciar y afuera lo que quedaba de los hogares trataba de ser reconstruidos. Poso su mirada en el campo, estaba todo quemado. No quedaba nada.
-Tal vez sea difícil, pero necesito hablar contigo sobre lo sucedido anoche- hablo Kureha.
-Tch, aunque se lo diga no me creería.
-Quizás, pero depende de lo que me cuentes. Se están esparciendo rumores, Ace. Ninguno es muy agradable sobre Luffy.
-¿¡Acaso ellos vieron todo!? ¡Luffy fue secuestrado!
Kureha levanto la mirada atónita.
-¿Secuestrado? ¿Por quién?
-Jamás me lo creería… ya ni siquiera estoy seguro de lo que vi.
-¡Debes de contármelo en este momento muchacho!- exigió Kureha.
-Intenta recordar algo Ace- lo alentó Chopper.
-Está bien… iba buscando a Luffy, cuando lo encontré estaba caminando hacia el campo, intente alcanzarlo, pero una voz me grito y caí al suelo, sentía como si cadenas me sujetaran. Cuando logre librarme había alguien cerca de Luffy. No recuerdo muy bien su apariencia, pero sé que no era normal.
-¿Podrías describirlo?- pidió Kureha.
-Era un hombre, eso pude distinguirlo bien, cuando sonrió, un escalofrió recorrió todo mi cuerpo, ese sujeto tenia colmillos y cuando puso sus manos cerca de Luffy pude observar que eran unas grandes garras. Además cuando la luna baño su rostro vi que su cabello era de un negro azulado.
Kureha prestaba atención a cada palabra que decía Ace, se levantó y se acercó a uno de los baúles que estaban en una esquina del cuarto.
-Debo imaginar que sus ojos eran de un color gris- continuo Kureha.
-¿Cómo lo supo?- pregunto sorprendido Ace.
-Porque esta tras de esa ventana- antes de cualquiera pudiera reaccionar, la anciana Kureha saco un rifle y apunto hacia la ventana, la cual salió impactada debido al disparo, pero las personas reunidas vieron como una sombra esquivo el disparo y entro a la habitación, apagando con el viento todas las velas, excepto una.
Por el impacto de la sombra en la ventana, las tres personas salieron impactadas y chocaron contra la pared, Chopper quedo inconsciente.
-Debí haber imaginado que eras tú- dijo Kureha con desprecio, mientras hacia el intento de levantarse.
-Nada se te escapa de las manos ¿eh, anciana?
Ace observo, con la única luz que había en toda la habitación, el rostro del hombre que había entrado y observo con terror y sorpresa, que era el mismo sujeto, que anoche había secuestrado a su hermano.
-¡Maldito, eras tú!- Ace intento atraparlo, pero fue en vano, aquel hombre se escapó como si fuera el mismo viento.
-Kukukuku, no puedes hacerme daño- se burlaba aquel demonio.
-¡Ya veras, te matare con mis propias manos!
-Oh, pero si lo haces ¿Cómo encontraras a tu preciado hermano?
-Eres un bastardo… Trafalgar Law- dijo Kureha.
-Me alagas Kureha, o debería decir ¿Yuki-Onna?
-Deje hace mucho tiempo ese nombre.
-Y mira cómo has terminado. El tiempo sí que te supo cómo tratar kukukuku.
-¿Porque te llevaste a Luffy?- pregunto Ace.
Law volteo a ver al chico y sonrió sádicamente.
-¡Law!- grito Kureha -¡Si te atreves a dañar a ese chico…!
-¿Qué harás? ¿Impedirlo? Ya espere suficiente… 17 años para poder tenerlo para mí.
¿Tenerlo? Acaso él…
-¿Qué le vas a hacer a Luffy?
-Cosas- dijo Law –Muy tortuosas y placenteras- decía mientras se lamia los labios.
-¡No tienes piedad!- grito Kureha.
-¿Y acaso ellos la tuvieron?- Law mostro una mirada llena de ira y rencor -No lo hicieron. Pero ahora ya nada ni nadie me va a detener.
-¡Yo estoy aquí!- grito Ace.
-¿Tu? ¿Qué puedes hacer? - Law hizo una especie de espejo y la mantenía levitando y con sus poderes le acerco el espejo a Ace. -Míralo bien, tal vez sea la última.
Luffy dormía, traía una ropa blanca y estaba acostado en una cama muy grande, la habitación estaba oscura, a excepción de una única luz.
-No te preocupes- Law desapareció el espejo –No le hecho nada a tu hermanito… aun.
Ace lo miro con ojos de furia.
-Aunque… no me vendría mal un trato.
-¿Qué trato?
-¡Ace, ni se te ocurra…!- pero Law con uno de los látigos que salieron de sus dedos estampo a la anciana Kureha.
-Dentro de dos semana, específicamente, el domingo, es un día muy especial ¿sabes por qué?
-Es el cumpleaños de Luffy No tengo la menor idea.
-Me sorprende lo cabeza hueca que eres, pero sé muy bien que el chico cumple 19 años, aunque también ese será el único día en 50 años, que la luna se teñirá de rojo. Perfecta ocasión para una boda ¿no lo crees?
-Comprendo lo que me estás diciendo.
-Que bien, a mal tiempo darle prisa. El trato es este, dentro de 10 días ven a mi castillo -Law le aventó un mapa, el cual fue atrapado por Ace- pero para hacerlo más interesante, 7 pruebas, si logras vencerlas y llegar antes del día de la Luna Roja, tu hermano volverá contigo y yo desapareceré para siempre. Pero si no lo logras, puedes ir despidiéndote del chiquillo y lo tomare como mío. ¿Aceptas?
Ace lo miro con duda.
-¿Cómo sé que no trataras de matarme con esas pruebas?
-Porque te doy mi palabra en que no lo hare.
-Acepto- sentencio Ace.
-Perfecto- Law se dirigió a la ventana –Ah, será más divertido así...
De un momento a otro Law atravesó con su mano, el brazo derecho de Ace.
-¡Bastardo! ¿Qué es lo que me hiciste?- Ace se quejaba del dolor.
Trafalgar Law vio con satisfacción cuando un collar de perlas rojas apareció en el cuello de Ace.
-No llores, la herida cerrara pronto. Eso fue solo una ayuda de mi parte, sería muy aburrido si mueres tan pronto- Law puso un pie en la ventana –Nos vemos Yuki-Onna. Buena suerte, Ace, ¡la vas a necesitar! - un par de alas salieron de la espalda de Law y salió volando despareciendo con la oscuridad dela noche.
El dolor desapareció y Ace se levantó de inmediato y corrió rumbo a la ventana. Aquel sujeto se había ido.
-Espero que estés bien, Luffy.
-¡Idiota!- le golpeo Kureha -¿Acaso sabes lo que has hecho al sellar un trato con Trafalgar?
-¡No es nadie para reclamarme! ¿Qué sabe usted sobre este tipo?
Kureha lo soltó y se dispuso a ir a despertar a Chopper.
-Esto fue hace mucho tiempo, yo no era una humana. Mi antiguo nombre era Yuki-Onna. Conozco a Law, porque fue un humano, a quien yo le salve la vida a la persona que amaba.
-¿Ese tipo era un humano?
-Lo fue. Era muy feliz a su lado. Pero la ambición de un hombre lo termino corrompiendo. Cuando intentamos salvarlo ya era demasiado tarde. Fue asesinado frente a nosotros. Law adolorido y desesperado se arrancó su corazón y lo devoro, renegando de su propia vida.
-No entiendo ¿Qué tiene que ver Luffy en esto?
Kureha lo observo y regreso su vista a su nieto que estaba abriendo los ojos.
-Murió en la noche de la Luna Roja, supe en ese momento que nacería de nuevo, pero no en el mismo lugar, ni siquiera en el mismo tiempo. Intente adivinar cuando podría volver a nacer, pero la naturaleza no me respondía con claridad. Cuando se lo comenté a Law, se desquicio y empezó a reunir por sí mismo poderes malignos, haciendo tratos con personas inocentes. Reuniendo una gran cantidad de magia negra y terminando por convertirse en ese demonio. Decidí dejar de buscar la forma de traerla de regreso. Law ya no era el mismo.- Chopper se despertó, aunque seguía algo atónito -Ace, lo que te diré a continuación es muy importante y necesito que me escuches con toda calma.
Ace asintió.
-Abandone lo sobrenatural al haberme casado con un hombre y vivir en este lugar junto con los humanos. Perdí mi inmortalidad, al igual que todo contacto con el mundo sobrenatural. Pero, una noche tuve un sueño. Vi al pueblo en llamas, cadáveres por doquier, sombras devorando y masacrando todo a su paso y lo que más impactada me había dejado fue ver a Law sosteniendo a un bebe y tres cadáveres a su alrededor, el único bebe que conocía en ese entonces era a Luffy y entonces lo entendí, Luffy era la persona que más amaba Law. Cuando me desperté intente convencerme de que solo fue una pesadilla, pero en el fondo sabía que era una premonición.- Kureha bajo la cabeza con resignación.
-¿Quiere decir que...?- Ace comprendió lo que Kureha le estaba contando.
-Por dos años, el pueblo estuvo a salvo gracias a algo de mi magia, pero hace 17 años, el incendio que aterro al pueblo entero, fue provocado por Trafalgar Law. Intente detener a Law, y aunque logre herirlo con lo último de magia que quedaba en mí, no fue suficiente. Varias personas murieron, entre ellos mi hija y mi esposo, y ustedes perdieron a sus padres.
Ace noto que la anciana Kureha estaba llorando.
-¿Doctorine?
-Anciana, no tiene por qué sentirse culpable- Ace hablaba muy seriamente -Le prometo que rescatare a Luffy y detendré a Trafalgar.
-Tal vez tengas una oportunidad- decía Kureha mientras se levantaba del piso. -Hiciste un trato con Law, eso puedes tomarlo como ventaja o una maldición. Espero y no termines como las demás personas que fueron engañadas por él.
-No se preocupe he salido de peleas más difíciles.
-Solo que no olvides que este hombre es un demonio.
-Debo de partir ahora.
-Es muy tarde.
-¿Quién sabe qué cosas le podría estar haciendo a Luffy?
-Law te dio su palabra que no le haría daño.
-Ese tipo no es de confianza.
-Lo sé mejor que nadie, pero no tenemos más alternativa que esperar hasta el amanecer para que puedas irte. Te iras cuando todos estén durmiendo, así no se armara un gran alboroto.
Ace volvió a la cama y se acostó en ella. Teniendo como último pensamiento en como rescatar a Luffy.
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Mientras que en otro lugar muy lejano…
Trafalgar estaba caminando por los pasillos de un gran castillo. Cuando se detuvo ante la puerta de una de las habitaciones, cuatro personas se hincaron ante él. Una mujer y tres hombres, todos vestidos de negro. La mujer era una peli rosa, y los hombres estaban un pelirrojo y dos rubios.
-Amo, él se encuentra descansando- hablo la mujer peli rosa.
-¿Procedemos con el plan?- pregunto el rubio.
-Así es Killer, ve con Bonney.
El rubio y la peli rosa desaparecieron ante la orden.
-Vayan preparando todo, Kid, Hawkins.
-Lo que usted diga.- el pelirrojo y el otro rubio igual desaparecieron.
Trafalgar entro a la habitación y se acercó sigilosamente hacia la enorme cama en la cual descansaba su mayor tesoro. Luffy dormía tranquilamente, sin ningún instinto de que algo lo observaba. Trafalgar acaricio el rostro del chiquillo y acomodo un par de mechones de cabellos. Se acostó cerca de él y lo abrazo posesivamente.
-Nadie nos volverá a separar nunca más… de eso me encargo yo- decía mientras sonreía de forma sádica y sus ojos grises cambiaban al color de la sangre.