Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Durante el tiempo en que me fui por Blanwhide2

[Reviews - 30]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 

 Nueva cuenta, mis historia pero desde la parte 2.

 

Espero les guste.

La carta

 

 

-          ¿Yuuri? ¿Me estas escuchando? ¿Papá?... ¡Papá!

-          ¡Ah! ¡El triangulo equilátero! – dije sin tener una idea de que rayos había respondido.

Mi hija me quedó viendo con una cara de confusión, le sonreí incomodo.

-          Lo siento, Greta, estaba pensando en otra cosa. – me disculpé. - ¿Qué me decías? – le pregunté.

-          Te estaba contando que papá Wolf me dejó una carta para ti, pero que me había dicho que antes tenía que preguntarte si querías leerla. – me explicó, con notoria melancolía en su voz.

Su declaración me sorprendió.

-          Entonces, ¿Quieres qué te dé la carta? – me preguntó.

Moví la cabeza en forma afirmativa varias veces, ella me entregó un sobre de color crema muy bajo, casi parecía blanco y estaba cerrado con una estampilla con el símbolo de una ¨B¨ blanca muy elegante con fondo rojo, deducí al instante que debía ser por Bielefeld.

-          ¿Cuándo te dio él esto? – inquirí, mirándola.

-          Dos días antes del atentado – me dijo, abrazándome.

-          ¿Quieres que lo lea en voz alta para que tú también sepas que dice?  - ofrecí, tratando de que no llorara.

Me soltó, asintiendo con la cabeza lentamente. Abrí el sobre, extraje el contenido, desdoblé el papel, observando y reconociendo la fina letra perteneciente a Wolfram, el rubio era el único con una letra tan bonita y refinada. Comencé a leer.

 

28 del tercer mes desde tu partida.

Es tarde, muy tarde, aproximadamente las 2 o 3 de la madrugada pero no puedo dormir, así que decidí escribirte esta carta.

Seré sincero, desde hace una semana que tengo un mal presentimiento, como si algo estuviera acechando , como si fuera perseguido por un Goala del infierno sin un solo árbol a kilómetros de distancia o como si estuviera a completa merced de un oso panda del desierto, atrapado en sus arenas movedizas.

Siento el peligro inminente muy cerca, no sé si solo estaré paranoico pero espero que así sea.

Mis presentimientos, sin alardear, casi nunca me han defraudado, exceptuando una vez en que aseguré con total confianza que cierto pelinegro sería sin duda alguna el peor de los monarcas en la historia. Pero no puedes culparme, después de todo, ¿Quien imaginaria que el mismo soukoku aparentemente inofensivo, al que vi por primera vez sentado en el piso que daba paso a las escaleras del palacio, quejándose del dolor que sentía por haberse caído de uno de los caballos más mansos, sería tan buen gobernante?

O que yo, Wolfram Von Bielefeld, orgulloso mazoku de sangre pura, poseedor del elemento del fuego, terminaría como su prometido por un error que ni siquiera se molesto en arreglar, y mucho menos que acabaría amándolo como nunca lo había hecho con nadie antes, aun siendo un completo enclenque.

 

Detuve mi lectura un momento al oír como mi pequeña soltaba una risita divertida, supongo que la última parte le había causado gracia y no lo negaré, a mí también.

-          Continua – me alentó.

Lo que seguía lo leí mentalmente de forma rápida, me dolió e inconscientemente lo repetí en voz alta.

Pero ese sentimiento no me sirve de nada, después de todo tú solo me quieres como un amigo, y puedo vivir con eso. Aun así seguiré a tu lado, velando por tu seguridad, hasta el día de mi muerte, tal y como te lo prometí.

Paré en seco. ¡¿Pero qué acababa de hacer?!

-          No te detengas, termina de leer todo, papá – demandó Greta. Me arrepentí por completo de haberle ofrecido leer la carta en voz alta, estaba atrapado. Dudé, pero terminé por seguir con la lectura, de la forma más leve que pude, mostrando cuanto me lastimaba lo que estaba escrito.

 

No puedo enojarme contigo por más que lo quiera, ¿y sabes por qué?

Porque sé que no lo hiciste con intención. Tú nunca haces nada con mala intención, siempre piensas en los demás, por esa noble y amable personalidad tuya.

No puedo quejarme, esa es una de tus tantas cualidades.

Por eso mismo no me preocupa que tengas que esperar mucho para poder conseguir a una compañera, una muy buena como mereces. Una mujer.

Por más que me duela, acepto con gusto si eso te trae felicidad, posiblemente este escribiendo esta carta a nadie, ya que no creo tener el valor suficiente como para entregártela… Quizá lo haga una vez que logre extinguir todo sentimiento de amor hacia tu persona. Me llevará tiempo, pero tengo de sobra. Aunque, tal vez lo mejor sería simplemente quemarla, no es mala idea.

¿Recuerdas el día en que al fin acepté que no me querrías de la forma en que yo lo hago?

Espero que sí, porque yo no lo olvidaré.

¿Como podría?, si aquella noche liberé tanta agua que incluso podría decirse que ese parecía mi elemento.

Aunque reconozco que no actuaste como imaginé que lo harías, esperaba que sonrieras abiertamente, feliz por ser libre de nuevo pero en lugar de hacer eso me abrazaste… Detesté que lo hicieras. ¿Abrazarme por lástima? No, gracias. Por eso te hice soltarme, odio que sientan lástima por mí. No lo tolero, no soy una persona débil.

No seguiré molestándote con este tema, ya es suficiente con todos los problemas que te causaron mis celos y mis arranques de furia los últimos años.

Te pido perdón por todo: por mis celos sin fundamento, sé que nunca me engañaste o tenías planeado hacerlo, pero el simple hecho de que le sonrieras a alguien más me volvía loco. Después de todo no lo hacías mucho conmigo y las pocas veces que pude ver esa sonrisa nunca estuvo dirigida únicamente a mí. Por mi acoso, por el siempre seguirte a todos lados aun sabiendo que lo detestabas, mas no me arrepiento, era mi deber, todavía lo es…

Lo siento de nuevo, volví a alargar esto más de lo debido.

Creo que de lo que más debo disculparme es por haberte retenido durante todo ese tiempo, perdóname por haberme rehusado a aceptar la verdad, por haberme sujetado a esa estúpida, vana y minúscula…, no, inexistente posibilidad de obtener tu amor.

Prometo poner todo de mi parte y ser solo tu fiel protector, de tu esposa y de los hijos que tengas con ella, permitiré que el tiempo vuelva recuerdos sin significado lo que ahora siento, es mi meta personal. Y estaré orgulloso cuando por fin consiga realizarla.

Lo lograré, pero no por eso dejaré de lado el cuidado de Greta, proteger a la princesa es deber prioritario, aun cuando tendrás descendencia de tu sangre, mantendré siempre un especial cuidado en ella, pero no lo haré notar y por supuesto que me aseguraré de que tus hijos no se metan en problemas o terminen siendo unos debiluchos. Para eso necesitas casarte con una mujer de carácter fuerte y decidido.

He escrito demasiado, pero está bien, el sueño por fin ha comenzado a hacerse presente.

Finalizaré esta carta con unas palabras que sé te harán feliz el día en que consiga pronunciarlas sin saber que es mentira.

                                                 Algún día te diré el tan ansiado…                            

Ya no te amo.

 

-          Papá Wolfram no pudo cumplir con su meta… murió amándote – le oí decir a Greta, tenía la cabeza apoyada en mi hombro y las manos aferradas a mi brazo; sollozaba.

-          Greta… - no supe que decir.

-          Pero… no lo entiendo… - susurró.

-          ¿De qué hablas? – le pregunté.

-          No comprendo, ¿Por qué papá pone en su carta que tú no lo amas? ¿Es eso cierto, Yuuri? ¿No amabas a papi Wolfram? – me bombardeó con preguntas, soltándome y alejándose para mirarme a los ojos.

-          ¡Pero por supuesto que lo amo! – respondí sin chistar.

-          ¿Desde cuándo? – insistió.

-          . . . –

-          ¡Contéstame! – demandó.

-          No lo sé… pero lo amo… - confesé.

-          ¿No lo amabas cuando te le propusiste? – inquirió.

Negué con la cabeza.

-          ¿Cuándo me adoptaron?

La misma respuesta.

-          ¿Cuándo su corazón dejó de latir?

-          No... lo sé

-          ¡Si no lo amabas, ¿por qué no rompiste el compromiso que los unía?! ¡En lugar de simplemente ignorarlo por tanto tiempo! – me gritó, molesta.

-          Yo… no quería herirlo… - dije, en mi defensa.

-          ¿!No querías herirlo!? – preguntó con mofa – Pues eso es exactamente lo que estuviste haciendo todo este tiempo. Lastimarlo. Actuando indiferente ante el hecho de que eran prometidos – explotó. – Ni siquiera me lo dijiste a mí, ¿Por qué nunca me dijiste que realmente no tenías planeado casarte con papá Wolfram? – me preguntó de forma acusadora y herida.

-          Porque…

-          ¡TE ODIO! – gritó. – ¡POR TI, WOLFRAM ESTÁ MUERTO!

-          ¡Eso no es -- – volvió a gritar

-          ¡NO LO NIEGES! ¡TÚ LO MATASTE LENTAMENTE, SUFRIÓ EN SILENCIO POR MUCHO TIEMPO! ¡POR TI PERDIÓ LAS GANAS DE VIVIR Y NO SE ESFORZÓ EN LUCHAR POR SOBREVIVIR AL SER APUÑALADO! – aseguró, mientras las lágrimas corrían libremente por sus mejillas.

-          ¡LO AMO! – grité.

-          Te diste cuenta muy tarde, Yuuri… - su voz sonaba fría y distante, al igual que su mirada.

 

Continuará . . .

Notas finales:

Espero les haya gustado.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).