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Deuda de Vida por Marcianita

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Notas del capitulo:

He vuelto, más tarde de lo planeado, pero no pienso fallar con la historia.

Inauguración de la estupidez


— Entonces, págame Sasuke.

La frase resultó de lo más absurda, haciendo que Sasuke le mirase con el ceño fruncido, sin entender aquellas deudas de las que hablaba su hermano. Pero Itachi decidió proseguir con la sonrisa, haciéndole sentir un inepto – ese era un don natural – y prosiguió:

— Págame todos los pañales que te cambie — Y esa frase fue suficiente para que Sasuke abriera la boca, hasta lo humanamente posible — No creas que es agradable para un niño de seis años el hacerlo.

Era una conversación que no tenía verdadero sentido, pero así mismo tenía una connotación demasiado incómoda, y Sasuke no pudo evitar sentirse traicionado tras ser expuestas esas palabras. Carajo, él no tenía en esos tiempos la capacidad para sentarse en un jodido retrete, ni para… no pudo evitar hacer mala cara. Y la conversación absurda, llevo a una respuesta de su mismo tipo.

— Cabrón, entonces te pagaré por cada maldito pañal.

Puede que sea absurdo, lo era, nadie negaría aquello, esta era una absurdez casi cómica, casi, sino fuera porque Sasuke haya pateado sus maletas que estaban en el suelo, y haya salido del lugar, lo más rápido posible, de lo indignado que estaba. Itachi botó un suspiro cansado, aún sentado en el sofá, una parte suya le decía que vaya tras su hermano, y otra… le decía que hacerle rabiar era poco con lo que merecía. No era su usual forma de lidiar con las cosas, pero Sasuke no era un niño, no se perdería, con las aguas más calmadas, podrían tener una buena conversación. Ojala así fuera.

….

….

..

Ni bien Sasuke estuvo afuera, camino cual lunático por las calles, sin sentido alguno, el buen humor de un principio,- conjunto a esa osada sonrisa que se divulgó por su rostro, - se había ido al retrete. Itachi era un cabrón. Mira que preocuparse por él, y conseguir solo eso, que se vaya a la mierda el muy maldito, no había llegado para escuchar semejantes pendejadas, no cuando tenía ganas de verlo, y simplemente estar bien con él, no era la gran cosa, no lo era, no creía que fuera. Quería a su hermano mayor, ese que tenía tersas sonrisas, e intentaba tocarle la frente, y al final no lo hacía, ese que tenía siempre un montón de promesas vacías, esas que jamás se cumplirían. Y fue en un momento, no hubo siquiera un recorrido digno para llegar a una conclusión que quemaba… él e Itachi, los dos, hace tanto, no sabe cuanto, se habían estado comportando diferentes, ¿Se debía a que ya habían crecido?,… No, el asunto era aún más complicado.

Intentó no reírse de si mismo, al darse cuenta que estaba por entrar en un trance, meditabundo y melancólico, y a lo mejor hubiera pasado algo de eso, quien sabe, lo más seguro es que igual no, pero de algo sí que había una certeza; los pensamientos fueron truncados por una voz, conocida, pero no escuchada desde hace una buena temporada:

— Mierda, Sasuke, no sabía que habías vuelto hombre. Al menos deberías llamar.

El de mechas oscuras se volteó a ver quien le hablaba, aunque la voz delataba, igual había que comprobar. Y sí, se encontró con quien había creído, Hozuki Suigetsu, el chico de la sonrisa más bizarra que te encontrarás en la vida, - claro, a excepción de Kisame.

— Hoy acabo de llegar, y no tenía tiempo. — y el que sea él mismo, hace que no pueda accederse a otra respuesta, pero Suigetsu solo negó con la cabeza, un poco molesto, pero no demasiado, acostumbrado, a fin de cuentas todos eran ese tipo de amigos de los más pendejos que hay en la tierra, eso eran.

— Pero apuesto, si no te encontramos estarías encerrado entre las cuatro paredes de tu habitación, y nosotros ni idea de tu llegada. En fin, hoy salgamos a un lado, apuesto que por tu beca te la has pasado con la cabeza metida en los libros.

Si supiera, Sasuke revolvió los ojos, sin saber si estaba enojado con Suigetsu por tocar la herida aún sangrante, o a él mismo por haber dejado que esta misma apareciera. Así que al final, simplemente molesto, - a lo mejor con el mundo, puede que con la gente, puede que con nadie, - contestó:

— No me apetece salir a ningún lugar.

— Oh, que aburrido hombre. Vamos, solo te sientas a un lado, en fin, para mí es agotador bailar, y al final me la paso toda la noche en la barra. Puedes hacer lo mismo.

Sasuke botó un suspiro, a veces Suigetsu le recordaba a Naruto, pero después no, Naruto ante la negación le mandaría a freír monos, y vendría en la noche para recogerlo, así era el rubio, Suigetsu, era diferente, en muchos sentidos diferente.

— Veo por tu cara, que no irás a ningún lado, Karin soltará un grito al cielo una vez sepa que te escaqueaste de verla, — rió un poco, la dentadura afilada relucía por sus labios, saboreando el mal momento de Karin, y lo más posible que el del mismo Uchiha, — y Juugo también se decepcionara, pero ni qué hacer, — metió las manos en sus bolsillos, — espero nos veamos de nuevo, antes de que te vayas otra vez… me quedaría más tiempo hablando, pero tengo que ir a trabajar.

Y era estúpido, pero Sasuke movió los pies rápidos en dirección a Suigetsu tras esas palabras, él no se entendía, apostaba Suigetsu no comprendería, pero las palabras de Itachi revoloteaban en su cabeza, estaban ahí, y no lo dejaban en paz. Es por eso que unas palabras no pensadas salieron de sus labios.

— Espera, — era la voz mandona de siempre, pero había algo de duda, un momento de espera curiosa, a los ojos de cualquiera que conocía lo suficiente a Sasuke, — ¿Crees que haya un cupo libre?

El albino arqueó una ceja.

-o-

— Perdiste la Beca, — Karin no preguntó, si ella tenía certeza de algo lo decía, y claro en esta ocasión vino con la cabeza levantada, y las manos en la cadera, con una altivez propia de ella.

A pesar de que Sasuke gruñó, - "hmp", - mientras desviaba la mirada, a la par que revolvía los ojos, pensaba tener la suficiente paciencia para soportarla, ya que ella parecía un alivio, al lado de Orochimaru, quien le miró lascivamente, de principio a fin, una vez le haya pedido que le dé trabajo. Y si bien consiguió aquello, sabía que sus días no serían precisamente buenos, con ese tipo acechándolo, pero… ya se había propuesto esto, él estaría ahí, trabajando como un simple camarero, hasta encontrar algo mejor, y esperaba no faltase mucho para eso. Igual, ya habiendo quedado en ir mañana, estaba ahora secuestrado por los ex – integrantes, de grupo "Taka."

— ¿De, verdad? Mierda, yo pensé que con las notas asquerosamente buenas que tenías, eso era imposible, — después de decir aquello, Suigetsu se mordió los labios, y prontamente botó una carcajada que se promulgó por el lugar. — Nah, en realidad ya había hablado de esto con Juugo, el apostó que podrías acabar con todo, y yo que volverías. Ja, Juugo, te he ganado, ahora me debes cabrón.

Sentirse indignado era algo que sucedió en un segundo. Putos cabrones, Sasuke seguía sin entender, - tal vez nunca lo haría, - porque justo él tenía que juntarse con tipos… así, - háblese de todos, empezando con sus dos amigos de infancia que vivían en el extranjero, y este trío bizarro que se había colgado de él, - pero la verdad es que ni el mismo, quería saber acerca de que él también era otro tipo raro, y a eso se debía precisamente eso. Mejor olvidarse de tales detalles.

— Suigetsu, cierra la boca, — gruñó, mientras veía como Karin sonreía con autosuficiencia, como diciendo. "ven que tengo la razón", y Suigetsu estiraba la mano, y pedía su dinero, Juugo con todo el pesar del mundo pagaba. Idiotas estos con los que se juntaba. — me voy, — dijo al fin, porque no tenía razón para quedarse, no, mucho menos cuando pasaba… esto.

— Espera, espera, Sasuke, no te enojes, era solo una broma, — claro que no era una broma, Juugo ya pagó por su pérdida, y bien que se vaya a la mierda Suigetsu, y su sonrisa de piraña.

No le dejaron ir, Karin ya había corrido hasta la puerta, bloqueándola, - impidiendo la entrada de los cliente, como efecto colateral, - mientras le gritaba a Juugo que mueva su trasero hasta ahí, ya que él era más grande, y mejor obstáculo para pasar. Y el idiota de Orochimaru, veía la escena contento, no, en realidad parecía que al hombre todo le valía un comino, ya que estaba muy absorto escaneándolo con la mirada, - se sentía acosado, - y el único que parecía de verdad indignado con eso, - aparte de él, claro, - era Kabuto, que estrechaba la mirada, mientras reacomodaba sus gafas, diciendo algo en voz baja, que Sasuke no logró escuchar.

— Carajo, se comportan como unos niños, abran la puerta, que yo ya…

— Les estamos dando, una hora libre, solo una, ahora dejen pasar a los clientes, si no quieren que les despidamos, — farfulló Kabuto mientras les miraba de forma despectiva, y agarraba una libreta, para anotar los pedidos.

Sasuke le vio enojado, hubiera sido mejor que los haga trabajar, pero no, resulta que les dieron tiempo libre para que ese trío de friegue la paciencia. Gracias, sí, muchas gracias. Pendejos aquellos.

….

….

..

— Aprovechemos que estés acá, y vamos a una fiesta. — Suigetsu, que ya tenía la idea en la cabeza parecía no querer entender el significado de un "no", y este era una negación rotunda, que Naruto ya le había hecho vivir un buen tiempo con resacas vespertinas, —apuesto, igual te irás pronto al extranjero, tú hermano creo, también fue al exterior, apuesto él podría buscar otra Universidad en la que puedas entrar, con los contactos que tiene, y él pagará por tu manutención. Mierda, no te imaginas cuanto quisiera que Mangetsu fuera al menos, la mitad de buen hermano que es el tuyo.

Sasuke revolvió los ojos, Itachi, sí claro, su hermano desempleado, le mandaría a estudiar al exterior. Hay que seguir soñando, eso no pasaría, al menos no ahora.

— Cierto, así es Itachi, ¿no?, — acotó Karin, que chupaba una piruleta, de forma tal que parecía un espectáculo erótico, tanto Suigetsu como Juugo, no paraban de mirarla, —creo que pagó tus estudios en la escuela media, y adelante, si mal no recuerdo. — su lengua envolvió de nuevo el dulce, y sus labios se pintaron de rojo.

— Karin, de verdad eres una zorra, mira que montar semejante espectáculo con un simple dulce.

— ¿Qué has dicho imbécil?

— Zorra, Karin, estoy hablando de lo que eres.

— Maldito imbécil, no te voy a dejar pasar esta.

Locos de mierda. Sasuke quería irse, y ya que ese par se mataba entre sí, era la oportunidad perfecta, pero…

— Todo se resolverá, Sasuke,— habló el siempre callado Juugo, el que sería su amigo más cuerdo, si no fuera que a veces era todo lo contrario de lo que ahora. Ahí hasta daba miedo.

Y el de cabellos azabaches, dejó salir un suspiro, estaba estresado, este día venía siendo fatídico, cada vez más insoportable.

— No lo sé, — dijo al fin, lo que venía pasando su cabeza desde hace tiempo. No tenía idea, de lo que haría de ahora en adelante, — estoy harto de todo.

— Su familia lo ayudará, su hermano es alguien confiable, de eso estoy seguro. Él podrá ayudarte.

¿Qué se traían todos con Itachi?

Vamos que si él no lo pensaba, alguien le hacía recordarlo, y hoy no quería saber nada de Itachi, que se había comportado como un total cabrón ni bien llegó. Además no era tan perfecto, no lo ayudaría, al parecer todas las cosas que antes hizo a su favor solo fueron una carga, que le habían molestado, y ahora tenía que saldar todas esas deudas. Itachi, maldito hermano mayor que le había tocado. Arrugó el entrecejo, pero antes de mandarlos a todos al demonio, escuchó la voz enojada de Kabuto, diciendo que ya era su hora de trabajar.

-o-

Itachi seguía sentado en el sofá, con la vista pegada a la pantalla del televisor, no, en realidad, él miraba a la puerta, pero era bueno fingiendo cosas que no son. Sasuke entró al poco tiempo, de forma abrupta por la puerta.

— Conseguí trabajo, — así empezó, Itachi pestañeó dos veces continuas, y frunció el seño, demostrando que no entendía, — te voy a pagar todo lo que te debo, así nunca más podrás cobrarme.

Itachi botó un suspiro, y cerró los ojos impasible, esa era su forma de ser, y la manera perfecta de hacerle sentir un perfecto idiota. Sasuke siquiera ahondo en lo insufrible que era aquello, ya que notó, Itachi se había afeitado, y sus cabellos, ahora largos, venían siendo comprimidos por una coleta… se veía bien, se veía muy bien, no quería pensar mucho en ese detalle.

— Sasuke, yo no te pedí que hicieras eso.

El menor frunció el seño, se arrugó de forma rápida de forma tal, que todo su rostro pareció adaptarse al gesto. Itachi sonrió de forma casi imperceptible por eso, Sasuke, seguía siendo su pequeño hermano, eso era algo bueno, al menos.

— Claro que lo hiciste, esta mañana, me lo has dicho.

— Era una broma, además, Sasuke, eso fue hace años, y si quieres pagarme esos favores, espera a que esté viejo, y hablamos.

— No, tiene que ser ahora.

Otro suspiro perdido en el aire, Itachi se levantó de donde estaba sentado, y se puso frente a él, a cierta distancia auto impuesta, pero había la cercanía necesaria para… para al menos olvidarse que esto ya venía siendo raro desde hace mucho.

— Nunca me molestó hacerte favores, no tienes nada que pagar.

— ¡Claro que tengo que hacerlo! Hoy me diste a entender que quieres te pague por todo, lo haré, no busques trabajo, has lo que te venga en gana de hoy en adelante, no tienes obligaciones. Yo pagaré por todos los favores, creo que esta es una manera hacerlo.

Itachi le vio, y solo él mismo sabía cuanto pensaban esas palabras, cuanto removían, y cuanto de la impulsividad de Sasuke lo estaba mareando. Tonto, Sasuke era un idiota. Su pequeño hermanito idiota, y no podía cambiar aquello. No podía.

— Sasuke, yo no… no tienes que hacerlo.

— Quiero… hoy todos me recordaron cuantas cosas has hecho por mi, quiero ser yo quien haga algo por ti, al menos una vez, — y se acercó un poco más, pasando los límites de la barrera impuesta. Agarró su camiseta, y…

Entre hermanos, los toques cercanos son normales, te puedes dar un abrazo, o un beso a la mejilla, agarrar las manos, y demás, sin problema alguno, entre ellos dos la cosa era distinta, desde hace mucho, ellos no podían acercarse hasta cierta distancia, ellos no podían tocarse, por más de que este fuera un roce mínimo. Ellos dos habían perdido mucho de su entrañable hermandad de antaño, desde que Sasuke dio un paso innecesario, y su hermano, decidió apartarlo de su lado. Itachi le sonrió, y se alejó, - como siempre lo hacía, - se fue de su alcance, en un segundo, y desde la distancia correcta, - para ellos correcta, - le dijo:

— Está bien, te daré la oportunidad, pero si no puedes con la carga, yo haré lo demás, y tú tendrás que aceptar, que quien ayuda aquí soy yo, Sasuke. Y eso está bien.

— Sí, está bien.

….

….

..

Sasuke se sentó rendido en el sofá, que ahora estaba más limpio que en la mañana, el calor de Itachi, aún seguía presente en este. Cerró los ojos, ¿cuándo todo había cambiado? Claro ya lo recordaba, todo resultó que fue su culpa.

Antes, antes, Itachi siempre se disculpaba con una sonrisa en los labios, y tocaba su frente, y prometías cosas que nunca hacía, ese simple acto, era un vínculo que los unía desde hace mucho, años eran que ese acto se efectuaba, y las mismas palabras se recitaran, eso era, hasta que un día hubo otro impulso que había nacido hace mucho, pero por primera hubieron las agallas necesarias para empujarse a hacerlo. Eso pasó hace como dos años, cuando Sasuke le pidió que salgan un rato afuera, - los dos, solo los dos, - e Itachi se haya negado, - a lo mejor ya había olido, la rareza hace mucho, - y cuando le tocó la frente, hubo el impulso de pararlo, de no dejar que la mano se marchara, cuando la sostuvo con la suya, y la agarró más fuerte que nunca, - no lo quería dejar ir, no quería, - y tras eso dio unos cuantos pasos, y quedó al ras de Itachi, muy cerca hasta para aquellos que tenían relación sanguínea, "Sal conmigo Itachi," y esas palabras tal vez fueron debido a la impulsividad, tenía que serlo, pero estás tenían muchas cosas guardadas, por más que la oración fuera corta, Itachi entendió todo en un segundo, - porque era un genio, y siempre lo leyó mejor que nadie, - así que como hermano mayor que era, puso las cosas en orden de la forma más rápida posible, "No, Sasuke, no puedo". De ahí en adelante, la tensión se hizo más notable, y nunca más volvieron a tocarse por más que esto fuera para la cosa más inocente… Sasuke había arruinado todo. Empezando por estos sentimientos que no entendía, y no se iban, prosiguiendo, con que gracias a sus impulsos ellos nunca más serían hermanos normales. Itachi lo evitaba en su mayoría, y eso empezaba a hacer mella, a veces se daba cuenta que dolía.

Botó un suspiro, maldita vida, maldito sea Itachi por ser lo que es, malditos sus padres por haberlos concebido en la misma familia, malditos los dioses porque esto pasara, maldito él, por no poder evitar nada de esto. Mierda, esto era… el teléfono sonó.

Itachi había salido a la calle, argumentando que llenaría la despensa, así que él tenía que contestar aunque no quisiera. Levantó el auricular, y prontamente, habló:

— ¿Hola?

— ¿Sasuke?

Casi se le cae el teléfono de sus manos, Fugaku estaba al otro lado de la línea. Su padre lo mataría.

Notas finales:

Sí, no cumplí con la promesa, pero no tarde tanto, aunque igual, pido disculpas. Bien, aquí está el segundo episodio, mas largo que el primero, ¿verdad?, y aquí recién se trata el tema del cual se desarrollará la historia. No se desesperen, intentaré hacer el otro episodio lo más pronto posible, además ya estamos a la mitad, así que no falta casi nada.

A alguien le gusto el episodio?


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