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TU INFAME ENGAÑO por Katryna Winner Maxwell Yuy2

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Notas del capitulo:

una rapida actualización, me sorprendo al saberme poder subirlo tan rapido.

Agradesco como siempre a dos personitas que me dejan sus hermosos comentarios.

X3

TU INFAME ENGAÑO.

WUFEI

 

Los personajes de GW no me pertenecen, esta historia está hecha de un fan para los fans.

Gracias a las personas que aun leen esta historia, X3.

Era un nuevo día, el cielo permanecía inundado de nubes negras llenas de agua, hoy como los de más días tampoco iría a trabajar por órdenes de su jefe con el único pretexto de “ que su secretario no enfermara” entonces… no quedaba más  que sentarse en el su sofá favorito un rico y caliente café para ese extraño y friolento clima junto con el mejor de sus libros, había descubierto que  el tiempo le sobraba para realizar todas las actividades de su hogar… hojeo un par de veces el libro mirando de reojo la portátil sobre la mesilla de grueso cristal como esperando a recibir algún correo de su guapo y sutil enojón jefe, ante lo último bufo un poco en seña de pequeña sonrisa, las grandes y gruesas gotas de agua chocaron contra el del cristal de la ventana abandonando el libro a un lado levantándose para colocar su mano sobre la ventana dejando escapar un pequeño suspiro

Wufei... que sería de ti – si, definitivamente si pudiera ponerle nombre a ese clima, sería el de su ex – Heero…- se sorprendió a si mismo perdiéndose en aquella fuerte lluvia, todo era confuso… sus sentimientos eran confusos ¿Qué rayos le estaba pasando?, llevo sus manos a sus hombros tallándolos con un poco de frio - ¿Qué rayos me pasa? – se volvió a preguntar a si mismo suspirando alejándose lentamente del cristal para preparar un poco más de café

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Genial… - gruño el chino desde el taxi todo empapado por la lluvia- el maldito día… no… podía …ser…mejor – su aspecto llamo la atención del taxista estacionado frente a un gran y lujoso hotel que lo espejeaba de vez en cuando, termino de pagar una vez el taxi checo el cobro y azoto la puerta corriendo hacia las escaleras para cubrirse del maldito clima ignorando por completo al guardia que le ofrecía de manera amable una sombrilla

Bienvenido al hotel Isis, usted debe ser el señor Chang –susurro viendo su reporte en el computador – le estábamos esperando señor Chang –la chica sin mirarle y de manera seca solo escucho  la afirmación del chino para entregarle las llaves de la habitación- esperamos que tenga un agradable estadía – sonrió de forma obligada entregando la tarjeta de crédito del chino una vez realizado aceptado pago-

Wufei solo rojo los ojos, guardo en su cartera la tarjeta y tomo las llaves retirándose, estaba cansado como para subir escaleras optando por el muy acogedor elevador buscando su habitación lanzando todo lo que pudo sobre uno sofá, se quitó el reloj que rogaba por que no se hubiera averiado por el agua

Duo.. solo espera amor – se tiro sobre la cama sin impórtale nada cerrando los ojos-  mañana… mañana empezara mi búsqueda.. se que estas aquí… y no me rendiré –susurro siendo vencido por el cansancio-

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En la empresa todo era normal, Heero Yuy se encontraba terminando de leer algunos de los documentos que tenía pendiente, su vista vago por algunos segundos por el ventanal  regresando su vista hacia los papeles perdiendo importancia a lo de mas, sobre su mente solo vagaba cierto trenzado pero cualquier pensamiento que llegara sobre el de ojos amatistas fue borrado por un empapado Traiz que azotaba la puerta

Claro… puedes pasar – enarco una ceja mirando a Traiz – se supone que debías mandar a los empleados a sus casas no ir juagar en la lluvia –trato de bromear-

No, no yo Salí – le dijo molesto bufando acercándose a su hermano –

Y entonces porque diablos estas todo empapado – dejo los papeles sobre el escritorio –

Una de las secretarias me tiro una jarra de agua – reclamo molesto-

De a gratis seguro no fue –mantenía sus cejas enarcadas-

Solo le dije que me encantaban esas piernas –se encogió de hombros-

Y ella amablemente te agradeció el cumplido – dejo escapar una pequeña sonrisa mirando el sonrojo de su hermano-

Yo no sabía que era casi casi era la mismísima virgen maría – sobo ligeramente su mejilla al haber recibido también una bofetada bien dada- Heero vayamos a casa  - cambio de tema sabía perfectamente que su hermano se burlaría de el por un muy buen tiempo-

Puedes irte, yo tengo que terminar de ordenar esto y actualizar algunas cosillas en el sistema y – vio la cara de su hermano-

Bla, bla, bla, bla, Heero esas cosas no son mi idioma-

Ah olvidaba que tu solo entiendes el lenguaje del “Dinero”-

Og!  Y si que lo comprendo muuuy bien hermanito – le enseño una sonrisa llena de ironía y típica de el- bueno entonces… yo me iré, si necesitas algo… no me llames estaré muy muy ocupado – dio un pequeño golpe en la puerta mientras su hermano terminaba de acomodar  algunas cosas en el escritorio.

Revisando nuestra cuenta bancaria? –enarco una ceja con una pequeña sonrisa-

Heero! –Traiz coloco sus manos en el pecho de manera dramática y ofendida – me sorprende que me conozcas tan bien! –

Idiota – susurro viendo como azotaba la puerta cerrando los ojos por reflejo-

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Era un nuevo día uno muy peculiar e igual de bipolar que el, hacia demasiado no!...eso era decir poco.. Hacia un exagerado frio… sin saber si el invierno empezaba a amenazarles  las bajas temperaturas con repentinas lluvias eran el mismísimo infierno para todo su ser… provocando que personas como Duo Maxwell maldijeran tener que levantarse de ahí, de su cama de su cálida y rica colcha, cada vez que el frio recorría su cuerpo se abultaba más bajo algunas 2 colchas gruesas,  no fue más que el calambre más fuerte en sus dedos del pie derecho y el grito fuerte de su alamar que terminaron por levantarlo, tallo sus ojos un segundo mirando el despertador soltando el grito de su vida

MALDICIOOON!!! –grito  como loco levantándose con todo y el frio que hacían su cuerpo titiritar tomando lo primero que aparecía en su camino llevándolo a su boca como un desayuno, como rayo logro vestirse saltando con agilidad colocando su zapato, el fuerte golpe de la esquina de la mesa le hizo ahogar el grito de dolor maldiciendo a aquella pobre y sin culpa mesa- como odio todo esto! – sentencio en pucheros acomodándose su mariconera de lado, jalando las llaves sobre aquella extraña Figuera pegada en la pared, tomo su gabardina de terciopelo color caqui y salió azotando la puerta corriendo como si su vida estuviese en peligro y llegar a su trabajo fuese su salvación…

Habían pasado ya  4 horas la calefacción del edificio realmente no era la más adecuada  a un con su gabardina podía sentir las oleadas de aire fresco que se colocaban por alguna traviesa ventanilla…

La pila de papeles sobre su escritorio no hacía más fácil su trabajo… había aprendido lo suficiente como para poder compartir y dividir el trabajo a la par con su jefe y evitarle pérdida de tiempo ayudándole sobre todo la preparación que diariamente en pequeñas horas recibía de maestros en la universidad que con su propio esfuerzo se pagaba.. claro esa clase de actividades las mantenía privadas para el mismo… y ahora compartía parte de su intimidad con esos papales que se habían adjuntado a su trabajo por tomarse un día extra… sus friolentos dedos se hacían torpes contestemente los tallaba para calentarlos, su cuerpo empezaba a dar señales de estar muy cansado  y las letras ya le mareaban un poco

Otra taza de café? – se abrió la puerta  dejándose ver a su elido jefe  con un puñado extra de papeles-

Me quieres volver adicto no? – sonrió un poco resignado y sorprendido de verse así mismo hablándole con confianza a su jefe- uhm.. si definitivamente otro será la respuesta – tallo sus manos calentándolas-  y con…-

Dos cucharas de azúcar – termino la frase su jefe –

Si.. con dos de azúcar… como lo.. Supiste -  lleno de curiosidad –

Lo mencionaste cuatro tazas de café antes – Heero rodo los ojos alejándose claramente muy cansado también-

El pequeño trenzado suspiro resignado al recibir su café conforme el tiempo pasaba la montaña de papeles iba disminuyendo al grado de terminar casi al anochecer, con esfuerzo y calambres se levantó estirándose un poco, se acomodó la gabardina apagando el computador caminando hacia la oficina entre abierta del jefe, se color sus gruesos guantes para cubrir sus finos dedos del frio, la pequeña sonrisa en sus labios revelo cuan cansado estaba su jefe quien se encontraba totalmente dormido recargando su mejilla sobre sus brazos apoyados en el escritorio, gran oportunidad para observar otra faceta el ese guapo hombre… se desabrocho la gabardina  y la coloco sobre la espalda de Heero para cubrirle si no todo lo suficiente para  que el diera un poco de calor, con cuidado salió cerrando la puerta con sumo cuidado y de esa manera  comenzó su partida a casa…

No había tardado tanto, miro su reloj y por la hora y tal vez varias tazas de cafeína el sueño se había retirado, abrió su puerta  para entrar cerrándola con cuidado colocando el segurillo, encendió la calefacción que seguramente andaba en fallas, lanzo los guantes a algún lugar de su repisa, se tiro en el sofá tomando uno de sus libros disponiendo a leerlo en aquella parte donde quitaba aquel pequeño muñequito de papel sobre la página donde le había dejado  

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Miraba el gran edificio lleno de apartamentos moderadamente lujosos, no había contado la cantidad de veces que había subido y bajando de su auto arrepintiéndose constantemente y preguntándose si era lo correcto… el papel se mojaba con el sudor de sus manos  aparentándolo como si el papel  traspasara energías  y le diera todo el ánimo y decisión que en ese momento se había esfumado, mientras subía por el elevador aun pensando que podría dar marcha atrás y fingir que eso jamás paso… peor no, sencillamente el elevador abrió sus puertas como diciéndole cuan cobarde era, que tomara las riendas de su vida y cambiara aquella patética actitud, en fin… mientras caminaba y llegaba a la puerta escrita en el papel sus pensamientos le empezaban a traicionar,  a un no concebía la facilidad con la que había podido conseguir la dirección… ¿y? si era falsa? Si al tocar al tocar alguien que no tenía ni la menor idea aparecía sobre su vista ¿ qué diría?     ¿ que haría?... tomo una gran bocanada de aire apretando en su puño el papel y sin pensarlo empezó a tocar aquella blanca y bofa manera

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Se  sentía tan a gusto.. sus grandes manos no reconocieron la tela que posaba sobre su espalda cubriendo su adormilado ser, no supo en que momento había tirado la toalla y se había quedado dormido, la gabardina cayó al suelo al enderezar su espalada, a un adormilado se agacho para la prenda

Duo… -susurro al sentir el inconfundible aroma que emanaba su secretario-

Sin saber porque de pronto una pequeña sonrisa se formó en sus labios, a un se preguntaba cómo era que había caído ante los sutiles encantos del joven trenzado,  desde que había firmado sin escrúpulos el divorcio que Relena le había mandado por correo se sentía mas seguro, a un no lograba comprender en que momento su corazón había decidió que Duo Maxwell era dueño de el, a un no podía afirmar amarle, pero le gustaba… le atraía como jamás pensó que un hombre lo pudiera ser, homosexual?  No lo sabía, nadie que no fuera su secretario lograba hacer que su cuerpo se pudriera de emociones tan revoltosas ni en que momento había sacado su lado bipolar… había aprendido a no preguntar mas por Wufei Chang ¿Por qué? Bueno.. porque nuevos brotaron de su persona llamándolos el “Celos”.

Sacudió su cabeza acercando un poco aquella gabardina llenándose de ese fresco olor a lavanda, la doblo de forma cuidadosa y la guardo sobre uno de sus cajones

 

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Los ruidos desesperados provenientes de su puerta  le sacaron de toda su lectura, confundido y lleno de curiosidad dejo su libro sobre el sofá colocándose las pantuflas calientitas sobre sus fríos pies, se acomodó su suerte … camino hacia la puerta quitando el segurillo sobre ella abriéndola

Tu..- susurro agrandando esos hermosos ojos amatistas, mientras la persona frente a el sonreía causándole un gran shock que como una tormenta llegaron a causarle un gran destrozo emocional- Wufei.. – el nombre salió de sus labios temblorosos recargando sus manos sobre el marco de su puerta-

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

CONTINUARA://

 


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