Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

I kinda wanna be more than friends por mitko_kitsune

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Este capítulo está basado en la canción Cha cha, muchacha del cantautor uruguayo Rubén Rada (:

“Es sólo un baile” se repite unas veinte veces por día. La noche pasará rápido y todo volverá a la normalidad. Los pasillos dejarán de estar llenos de chicas riendo como tontas, susurrando y sonriendo. Quiere retrasar todo lo posible el hecho de tener que invitar a alguien, porque no puede invitar a la única persona con la que quisiera ir. No sólo lo perdería para siempre; en el extrañísimo caso de que le dijera que si, se vería algo extraño que fueran juntos.

 

Iba por el pasillo del aula de transformaciones, repitiendo su mantra unas quince veces más, cuando chocó con alguien. La persona con la que colisionó abrió la boca, enojada, pero cuando lo reconoció, cambió su expresión por una sonrisa embobada y un sonrojo.

 

-¡Dean! Oh lo siento tanto, iba distraída –Lavender rió tontamente y se retiró un mechón de la cara. El moreno la miró y sabiendo que más tarde se arrepentiría pronunció aquellas palabras:

 

-¿Quieres ir al baile conmigo?

 

La chica hizo un ruido que pareció un chillido, haciéndolo saltar en su lugar, con los ojos muy abiertos. Lo único que supo fue que luego la chica le dio un beso en la mejilla y salió corriendo en busca de sus amigas.

 

Esa noche, Seamus le dijo que había invitado a Parvati. Eso no lo hizo sentir mejor.

 

La noche del baile llegó. Se sentó a la mesa junto con Lavender, Neville y Luna. El irlandés no estaba por ningún lado. La mirada de Dean vagaba insistentemente por todos los rincones del gran salón. La quinta vez que Lavender le pidió que la sacara a bailar, tuvo que decir que si, no parecía que fuera a dejarlo en paz. Después de todo, no fue tan mala idea. Justo cuando estaba tomando a la chica por la cintura, lo vio. A unos metros de ellos, estaban Seamus y Parvati bailando. Parecían muy entretenidos. Algunos elfos domésticos pasaban entre las parejas, ofreciendo diferentes bebidas. Dean quedó completamente embobado cuando vio que Seamus tomaba un vaso de Whisky de fuego y se lo llevaba a la boca. La mueca por lo fuerte de la bebida y sus labios rojos, húmedos... El moreno fue traído de vuelta a la realidad por un tirón en su brazo. Lavender, ofendida, reclamaba su atención.

 

Dean quiso concentrarse, de verdad. Pero un sólo pensamiento resonaba en su mente: “Qué boca”. Porque, convengamos que la boca de Seamus era algo para ser admirado. El moreno adoraba escuchar sus historias. De hecho, adoraba que no se callara nunca. Adoraba que remojara sus labios con su lengua. Dean tenía la ligera sospecha de que esos labios eran expertos en muchas más cosas que hablar y ese pensamiento lo hizo estremecer un poco. Lavender lo miró esperazada. Volteó su mirada para volver a ver a su amigo, que ahora le daba la espalda y estaba bailando de una manera muy sensual. El muy maldito sabía moverse y Dean no era el único que lo estaba mirando. Algunas personas a su alrededor también estaban observando el perfecto movimiento de caderas, el movimiento casi hipnotizante de ese trasero que atraía miradas por los pasillos de toda la escuela. Dean sintió una punzada de celos.

 

Tan ensimismado estaba, que tardó unos segundos en darse cuenta de que Seamus había volteado y ahora lo estaba mirando a los ojos con una sonrisa pícara y los ojos brillantes. Tragó saliva. Lo vio decirle brevemente algo a Parvati y la chica sonrió. Lo próximo que supo fue que el irlandés se estaba acercando a él, sin dejar de mirarlo.

 

-Lav... –Llamó, poniéndole una mano en la cintura a la chica y con ese tono meloso que usaba siempre con todo el mundo –Espero que no te moleste que comparta una pieza con tu cita. Será devuelto en buen estado, lo prometo. –Guiñó un ojo de la manera más jodidamente sexy que podía y Dean sintió que la chica lo soltaba. Era imposible negarse con Seamus. Dean lo sabía muy bien.

 

Fue en el momento en el que Lavender se apartó y Seamus tomó sus manos, que el moreno comprendió lo que estaba sucediendo. El irlandés realmente lo estaba sacando a bailar, y cuando levantó sus ojos y aquellas orbes celestes lo traspasaron, tuvo la sensación de que todo a su alrededor se volvía borroso. El cuerpo de Seamus se acercó peligrosamente al suyo, sus caderas contorneándose de una manera casi obscena. Trató de alejarse un poco, pero las manos de Seamus agarrándolo con fuerza y su propia conciencia no lo dejaron moverse ni un milímetro. El irlandés se movió hacia atrás y Dean lo siguió ciegamente. De repente, una de las manos de Seamus lo soltó y lo tomó de la cintura sin previo aviso. Sus cuerpos se juntaron, como magnetizados y Dean no pudo evitar gemir. El irlandés rió en su oído, haciéndolo temblar.

 

-Estás ardiendo –Susurró, su aliento golpeando en el cuello del moreno.

 

Dean iba a contestar cuando Seamus se alejó completamente de él, soltándolo. Se hubiera preocupado si no hubiera visto que el irlandés le hacía una seña con la cabeza hacia la puerta del gran salón. El moreno lo siguió detrás, pensando lo mucho que le gustaba como caminaba. El movimiento de sus piernas era casi ilegal.

 

Apenas había pasado la puerta, cuando ya no pudo aguantarlo más. Empujó a Seamus contra la pared de piedra más cercana y juntando sus cuerpos más que antes (si acaso era posible) lo besó. Los labios del irlandés eran más increíbles de lo que ya imaginaba y aprovechó un gemido estremecedor para introducir su lengua en la boca de su amigo. Podía sentir esas manos introduciéndose debajo de su camisa, por su espalda, quemándolo. Tuvo que separarse un poco para respirar y evitar la combustión espontánea.

 

Seamus estaba sonriendo. No era una sonrisa como cuando coqueteaba con todo el mundo, ni una sonrisa tonta como la de Lavender. Era la sonrisa que reservaba sólo para él. Dean sintió que se derretía por dentro y juntó sus frentes, sonriendo también.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).