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Dead or Alive por carina_mew12

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Notas del capitulo:

no puedo creer que esté subiendo otro capitulo!! xD y seguro ustedes tampoco... bueno, ya saben, cuando la musa llega es mejor aprovecharla lo más posible antes que nos abandone de nuevo :,v así que espero que disfruten el capi, nos vemos abajo~~

18. Una Aventura de Luffy

¿Por qué?

Esa pregunta no dejaba de dar vueltas en su cabeza desde que despertó esa mañana y se encontró la palabra “DEATH” escrita en la mano que sujetaba tan cálidamente la suya. Podía jurar por su hermano que no estaba soñando, pero era lo inusual del momento lo que le hacía dudar de su cordura; si Law hacía una cosa con la que le demostraba su desprecio, luego hacía cien cosas más para demostrarle aunque fuese un diminuto atisbo de cariño, confundiéndole todavía más de lo que ya estaba.

No quería enamorarse, no estaba seguro de soportar otra decepción. Sin embargo Ace sabía que era inevitable, pues cuando miraba a ese hombre a los ojos, su razón se desvanecía… no había nada que deseara más que perderse en esa mirada grisácea tan brillante y turbia a la vez; llena de secretos y temores que Law no podía decir en voz alta. Quería conocerlo más y así lograr comprender si eso que comenzaba a sentir por él era en verdad amor.

Sin ser consciente de ello, el pecoso soltó un suspiro mientras cerraba su mano alrededor de la contraria, intentando cubrir esa tenebrosa palabra escrita en sus nudillos con sus propios dedos… era extraño, no recordaba que las manos del médico fueran tan suaves…

- eres el peor vigilante del mundo- casi se le va el alma al cielo al escuchar la rasposa voz del moreno tan cerca de su oído que podía sentir sus labios rozando su oreja- se supone que debías vigilar anoche

- no puedes reprocharme nada, también te has quedado dormido- Ace intentaba por todos los medios que el moreno no lo intimidara, y al mismo tiempo, que no notara lo nervioso que lo ponía

-… eso es culpa tuya, tu cuerpo es muy cálido…- y tras esa declaración, silencio. Un silencio casi total que indicaba ¿Vergüenza? Bueno, al menos Ace lo percibía así; quizá no fue la intención de Law sonar de esa manera, o quizá… sólo quizá, Law no quería verse descubierto por alguien como él. Fue precisamente en ese instante que el pecoso notó que el otro aún sostenía su mano, como si en verdad no quisiera soltarla.

- Law…- el pecoso tragó fuerte y se armó de valor para levantarse y encarar a ese endemoniadamente atractivo médico; no quería seguir confundido durante ese viaje, si había algo que el otro quisiera decirle, era mejor que lo hiciera de una vez para evitar la tortura de la incertidumbre- ¿tú y yo…?- ni siquiera había terminado de ordenar sus palabras cuando un fuerte tirón le arrojó hacia enfrente. Contrario a lo que hubiera esperado, no terminó estampándose contra el moreno sino en la pared que éste tenía a sus espaldas, sacándole un enorme chichón en la cabeza.

- ¿qué demonios?- ignorando abismalmente al pecoso herido junto a él, Law intentó ponerse de pie cuando otro nuevo golpe sacudió su embarcación, inclinándola de tal manera que era imposible mantener el equilibrio.

Ninguno de los dos logró entender qué sucedía hasta que vieron una sedosa costa de arena blanca que se extendía por varios metros hasta llegar a lo que parecía un bosque de palmeras frondosas de al menos unos veinte metros; pero lo que se robaba completamente la atención de ambos eran unas edificaciones de palma que eran fácilmente del triple de altura que las mismas palmeras… desde su perspectiva parecían rascacielos hechos de troncos, hojas y todo tipo de materiales vegetales; en sus estructuras alcanzaban a distinguirse huecos a forma de ventanales y antorchas distribuidas a todo lo largo del edificio… una increíble obra arquitectónica digna de admirar.

- ¡¿qué demonios creen que hacen mocosos?!- una patada bien dada bastó para tirar la puerta de la habitación, de donde una furiosa doctorine salió, dispuesta a golpear a quien fuera el que se atrevió a interrumpir su siesta de belleza, pero se llevó una gran sorpresa al ver que el barco estaba semi volcado a las orillas de una isla desconocida- ni siquiera saben anclar bien su embarcación, inútiles

- ¡woah! ¡una nueva isla!- el renito miraba maravillado ese nuevo lugar en el que estaban; todo era nuevo y sorprendente ante sus ojos, incluso las cosas más insignificantes como el clima cálido o la fina arena de la playa- ¡no sabía que existían edificios más altos que el castillo!

- ¿Te gusta este lugar reno tonto?- la mujer sonreía mientras su mirada permanecía fija en la lejanía- este clima es muy problemático, ayuda a que los insectos se propaguen con facilidad y con tu pelaje seguramente terminarás sofocado por el calor

- ¡no importa! Si esta isla es problemática tan sólo nos iremos; y si la que sigue no nos convence, entonces… ¡entonces iremos a otra! ¡Si no nos gusta esa, iremos a otra, a otra y a otra! ¡Viajaremos hasta encontrar nuestro hogar!

- heehee, eres un reno estúpidamente positivo… - la mujer se llevó los puños a las caderas y soltó un suspiro; por dentro estaba aterrada, era la primera vez que su pequeño hijo veía el mundo exterior y era claro que sus maravillas lo cegaban de tal manera que no podía ver los peligros frente a ellos… rechazo, hostilidad, odio, ambición… cualquier cosa podía pasarles en un sitio desconocido, sin embargo, Kureha prefería mil veces arriesgarse experimentando que perder una oportunidad por el miedo- ¡Chopper, baja nuestras cosas! ¡Nos quedaremos aquí!

- ¿no van a viajar con nosotros?- el pecoso se sentía un tanto decepcionado de tener que dejar a, los que él creía, eran sus nuevos amigos.

- ¿viajar con unos fugitivos? No me hagas reír mocoso. Saltar de un risco hacia un mar salvaje y repleto de reyes marinos sería mucho menos riesgoso- Chopper no tardó en bajar de la embarcación cargando un bulto diez veces más grande que él; se notaba que traía varias cosas dentro, entre ellas una botella de sake que la anciana no tardó en sacar apenas el renito se colocó a su lado- tienen suerte de que los deje ir, sus cabezas me darían pasta suficiente para no volver a trabajar en mi vida, pero… a veces, hay cosas más importantes que el dinero- esa última frase fue más bien un susurro que se dedicó a ella misma antes de marcharse junto a su pequeño reno, perdiéndose con rapidez en la espesura de aquel salvaje bosque

-… ¿realmente somos tan peligrosos?- a Ace no le gustaba sentirse rechazado, mucho menos por personas que le agradaban

- un momento…- mientras el pecoso se perdía en sus pensamientos, Law pareció darse cuenta de algo y de inmediato corrió hacia la bodega del barco… nada; esa bruja no había dejado ni siquiera migajas de sus víveres- esa maldita anciana…

- bueno, tampoco es que tuviéramos mucho que nos… ¡espera! ¡mi caja de galletas no está tampoco!- Ace pasó del pánico al odio en cuanto notó la falta de la caja de galletas que tan cuidadosamente había guardado para comer en ocasiones especiales- ¡esa mujer…!

- no vale la pena Ace-ya, podemos conseguir más víveres en cualquiera de esas- el médico estiró un brazo al aire señalando más allá del océano donde lograban verse enormes trozos de tierra emergiendo de las olas- hay bastantes islas a nuestro alrededor, podemos llegar a ellas incluso si no tenemos log pose para reabastecernos, y si tenemos suerte podríamos encontrar un log pose que nos lleve directo a Dressrosa. Pero antes, hay que encontrar una isla deshabitada

- ¿deshabitada?- su corazón no pudo evitar acelerarse al imaginar qué clase de cosas quería hacer el moreno en un lugar solitario, donde nadie pudiera interrumpirles… o escucharles; donde podían desatar ese extraño “deseo” que sentían el uno por el otro- L… Law no creo… que sea necesario una isla desierta para eso… yo…

- es necesario si queremos entrenar usando todo nuestro poder

-… ¿eh?

- si llegamos así a Dressrosa no tendremos oportunidad, sobre todo tú- con un solo movimiento de su muñeca, la nondachi de la que tanto se enorgullecía apareció entre sus manos- no voy a negar que eres bastante fuerte, pero en muchas ocasiones esto de aquí no te deja pensar- con la funda aun puesta, el médico levantó su arma y la colocó cuidadosamente sobre el pecho de Ace, justo a la altura de su corazón- como los poderes de tu akuma no mi, tu temperamento es demasiado inesperado y explosivo; básicamente, eres un peligro para ti mismo

- sé perfectamente cómo usar mis habilidades- la arrogancia de las palabras de Ace se desvanecieron en cuanto sintió el filo de la espada de Law rozar su mejilla; y peor aún, sentir el escozor de una herida recién hecha en su piel; ¿en qué momento había desenfundado su arma? No, estaba equivocado, la funda seguía cubriendo el filo de la hoja, pero de alguna manera había logrado dañarle

- No puedes depender de tu fruta del diablo todo el tiempo, si un día te encuentras con alguien más fuerte, ¿qué harás?- hace mucho que no sentía el temor que inspiraba la mirada del médico como en esos momentos; incluso creyó que, de un momento a otro, lo atravesaría con su nondachi- De nada habrá servido tu esfuerzo si mueres en el camino. La mera mera no mi es una fruta excepcional al igual que tu fuerza física; sin embargo aún tienes un poder que puede hacerte más sorprendente… debes aprender a controlar el haki

- ¿yo, usar el haki?- otro nuevo escalofrío le recorrió cuando el moreno retiró su arma para acercarse a él y lamer descaradamente su mejilla donde acababa de lastimarle

- sé que lo harás- murmuró cerca de su oído- y después, cuando aprendas a dominarlo, podremos hacer eso “otro” que se ve que te mueres por hacer…

*******************

En otro lugar muy lejano…

El chico de goma soltó un suspiro más bien ronco, pues al no haber bebido nada en días su garganta estaba reseca. Momentos después fue turno de su estómago quejarse, pues gruñó con tal fuerza que estaba seguro que los peces lo habían escuchao. Y por si fuera poco comenzaba a marearse, no sólo por la forma en que las olas golpeaban su diminuta embarcación, también comenzaba a quedarse sin aire…

- ¡¿por qué me dejaron venir solo?!- se quejó Luffy con el poco aire que le quedaba; estaba de acuerdo en que le dijo a Bon-chan que no lo acompañara, que él podía llegar solo al sitio donde se reencontraría con su hermano, pero… ¡pero no sabía navegar! ¡Bon-chan, como buen amigo que era, debía haberle detenido! Por culpa de Bon-chan su barco terminó destrozado en un inexplicable incidente al intentar atrapar su cena y ahora llevaba horas a la deriva dentro de un barril de madera; lo único bueno era que su elasticidad brindada por la gomu gomu no mi le dejaba estar más o menos cómodo en tan reducido espacio- Ace…- tuvo que cubrirse la boca para contener sus nauseas- ¡Ace, ¿dónde estás?! ¡¡ACE!!

 Sus incesantes gritos finalmente rindieron frutos pero no de la manera que esperaba, pues a quien terminó llamando la atención de alguna extraña criatura marina. Escuchó rugidos mezclados con los golpes de las olas en la madera y otro tipo de golpes más huecos, como si algo estuviese atacándolo desde afuera. Sintió cómo giraba en el agua más de una vez e incluso sitió cuando “eso” lo sujetó y comenzó a hundirlo; el agua comenzó a filtrarse por las grietas de la madera y los oídos se le taparon debido a la presión; si el barril se rompía podía darse por muerto.

Estaba a nada de perder el conocimiento cuando un nuevo tirón le hizo abrir los ojos; ¿qué estaba pasando allá afuera? Tan sólo sentía fuertes tirones que lo llevaban de un lado a otro, zangoloteándole de tal forma que terminó golpeándose con las paredes del barril más de una vez… y de pronto un fuerte crujido se escuchó mientras la madera de su escondite se desquebrajaba… lo último que pudo distinguir antes de perder la consciencia fue el agua de mar golpeándole con fuerza mientras unas voces se lograban escuchar a la lejanía….

****

“¡Es un chico! ¿Estará vivo?”

“Quizá debamos arrojarlo al mar”

“No, esperen. Creo que respira…”

¿De quiénes eran todas esas voces que escuchaba? No reconocía ninguna y lo peor era que tampoco podía abrir los ojos; el agua de mar lo había debilitado de tal manera que ni siquiera podía mover los párpados.

“Tendremos que darle respiración boca a boca”

“…”

“Que lo haga el mocoso, él lo sacó del agua, ¿quién está de acuerdo?”

“¡¡YOOO!!”

“¡¿AH?! ¡Por supuesto que no! Estos labios están reservados para las bellas damas~… si quieren que el mocoso despierte basta con un buen golpe…”

Tras unos largos segundos, sintió un golpe en el estómago que le exprimió los órganos y no sólo le sacó el aire, también expulsó el exceso de agua acumulada en sus pulmones. Aspiró profundamente hasta que pudo volver a respirar por su cuenta, aunque su cuerpo no se movía, estaba más bien entumecido y el frío comenzaba a calarle los huesos.

“Al menos ya respira, pero necesitamos calentarlo un poco… quizá un baño. Mocoso, esa parte te toca a ti”

“¡Estás demente viejo! ¡Si crees que voy a tocar a un hombre desnudo…!”

De pronto algo pareció interrumpir esa extraña conversación que aquellos tipos tenían a sus espaldas; un retortijón de tripas hizo gruñir su estómago, como si una especie de bestia salvaje luchara por salir desde adentro

“¿Vas acaso a dejarlo morir de hambre entonces?”

“… tks, bien. Pero que nadie se entere de esto, ¿de acuerdo? No quiero dañar mi imagen frente a las damas”

Silencio.

Después de ello Luffy pareció haberse desmayado puesto que dejó de escuchar, sentir y hasta soñar; sus sentidos desaparecieron completamente hasta que, tras un tiempo indefinido, el rugido de su estómago volvió a despertarle. Al abrir los ojos ya no sentía ese cansancio ni el frío que hacía chirriar sus dientes; muy al contrario, se sentía envuelto en una agradable calidez  junto a un aroma a colonia mezclado con algo más en el aire; un aroma terroso y ligeramente quemado…

- Ace…- no pudo evitar murmurar el nombre de su hermano mientras abría los ojos poco a poco; estaba en una habitación cuya única luz era una lámpara de gas sobre el mueble que apenas iluminaba un poco la cama donde estaba recostado. Y junto a esa pequeña llama estaba un cenicero repleto con colillas de cigarros y cenizas de tabaco… claro, eso que percibía era aroma a cigarrillos

- ya era hora mocoso- un alto hombre rubio de traje entró por una puerta frente a él, cargando una charola a su diestra- no es bueno saltarse las comidas y tú ya te has saltado al menos tres

- ¡¿QUEE?! ¡¡¿ME PERDÍ TRES COMIDAS?!!

- tranquilo, que mientras no mueras está bien- fue entonces que el rubio extendió una pequeña mesita en el regazo del chico, colocando sobre ella la charola que llevaba cargando. Al quitar la campana que protegía los alimentos todos los aromas de la comida se dispersaron, dándole al pelinegro una fuerte bofetada de sabor

- ¡COMIDA!- hace tanto que no probaba algo hecho en casa, algo no empaquetado y sin conservadores. Al probar el primer bocado fue como ir a cielo y regresar en menos de un parpadeo; las ensaladas estaban bien combinadas, la sopa caliente y la carne jugosa, condimentada y en su punto- ¡¡Está delicioso!!- en ese momento el rostro de Luffy era la personificación de la felicidad, decir que su rostro resplandecía era poco

- me recuerdas a alguien que conocí- acercó una silla a la cama para acomodarse en ella mientras encendía un cigarrillo. Recordar a ese chico pecoso siempre le ponía de buen humor, incluso si tenía que lidiar con un hombre- soy Sanji, por cierto

- Luffy- le respondió apenas entre bocados

- vaya, nunca había conocido a alguien que sobreviviera al ataque de un rey marino- el otro, sin dejar de comer, le miraba con intriga- un rey marino destruyó tu barco, ¿no es así? Por eso estabas dentro del barril, tratabas de esconderte. Si no hubiéramos elegido a ese rey marino para la cena, te habrías convertido en la suya

- yo no me estaba escondiendo- el pelinegro parecía un tanto ofendido y hasta molesto por la simple suposición- mi barco se hundió cuando subí un cangrejo enorme al barco, ¡comenzó a destrozar todo! Lo único que flotaba era el barril, así que me encerré dentro, shishishi

- ¿quién sube algo así a su barco?- aunque la pregunta salió por sí sola, había algo más que inquietaba al cocinero; el chico no se veía muy fuerte, ¿cómo era que ese enclenque había pescado algo lo suficientemente grande para destrozar una embarcación?- si estabas en peligro, sólo debiste nadar hasta encontrar ayuda

- eehhh…- el chiquillo frunció los labios y desvió la mirada; ¿acaso estaba nervioso?

- ¡Mocoso!- el chef del Baratie abrió la puerta de la habitación con tal fuerza que los dos que estaban adentro pegaron un brinco del susto- ¡el restaurante está repleto, ¿qué haces aquí perdiendo el tiempo?!

- ¡ya voy, maldito viejo!- aspiró lo más profundo que pudo para consumir por completo el cigarrillo que llevaba en la boca hasta dejar sólo la colilla, la cual depositó en el ya de por sí repleto cenicero junto a su cama. El chico ya se veía mucho mejor y además no dejaba de comer, indicando que no estaba tan mal como cuando lo encontraron. Eso le animó a salir finalmente tras Zeff para regresar a sus labores.

Desde que comenzó a caminar por los pasillos Sanji sintió algo en el aire que le inquietaba pero no hizo demasiado caso y siguió su camino. Al llegar a la cocina lo primero que hizo fue ir al fregadero, enrollarse las mangas de la camisa y lavarse las manos; no podía cocinar si sus manos no estaban impecables. Mas al girarse para comenzar a trabajar se dio cuenta que todos los integrantes del Baratie estaban ahí, mirándole fijamente de brazos cruzados

- mocoso…

- ¿a qué esperan para ponerse a trabajar?- el rubio frunció el entrecejo al verles tan calmados- hay clientes hambrientos afuera que…- al ver de reojo por la ventanilla de la cocina hacia el comedor se percató que el restaurante no sólo estaba vacío, también tenía las luces apagadas-¿qué está pasando?

- es el chico- Zeff fue el único que se animó a hablarle, o más bien, a mostrarle lo que sucedía. Estiró un brazo hacia una de las tarjas, de la cual tomó un papel que puso enfrente de su joven aprendiz… un afiche de “Se Busca”

“Sombrero de Paja” - Monkey D. Luffy β 400.000.000

- tch, debimos dejarlo ahogarse cuando tuvimos la oportunidad- comentó uno de los cocineros- de haber sabido que era un usuario…

- no quiere hacernos daño- ahora Sanji entendía por qué se sentía esa tensión en el aire, y ahora, con su interrupción, se había vuelto más intensa- sólo buscaba algo de comer, si tan sólo…

- es un monstruo- Zeff cortó sus palabras de un solo tajón- quizá no haya hecho nada malo, pero debe tener a muchas personas buscándole y no voy a proteger a un desconocido si eso significa poner en riesgo a mi familia…

- sabes qué hacer Sanji- habló otro de ellos- lo has hecho otras veces

-… odio hacer el trabajo sucio- buscó entre sus bolsillos pero sólo encontró una cajetilla vacía; otra razón para estar del mal humor- bien, ¿dónde está la cadena?- a veces, en el raro caso que llegasen a encontrarse con un usuario, lo encadenaban a un bote y lo dejaban a la deriva en el mar; lo que pasara con ellos después ya no era su asunto. Era una lástima que un chico tan joven fuera a terminar como muchos otros

- ¡¡SANJI!!- escuchó a alguien gritar su nombre desde el pasillo, y lo peor es que aquella voz iba acercándose cada vez más- ¡¡SANJI!!- se escuchaban pisadas ir y venir hasta que vieron pasar un sombrero de paja debajo de la ventana de la cocina justo antes de que el chico se asomara- ¡OI, SANJI! ¡MIRA!- de pronto el chiquillo pegó el afiche de puños de fuego al vidrio de la ventana, mostrándoselo al cocinero- ¡MIRA, ES ACE!

- [¡¿qué haces con eso?!]- estaba claro que Luffy había encontrado el afiche en su habitación, pero lo que no entendía era por qué se veía tan contento mostrándole el cartel de Se Busca del pecoso- [eso es para mi uso personal…]

- vamos por el chico- todos los trabajadores del Baratie salieron cual estampida tras el chiquillo que, según el afiche, tenía el poder de la gomu gomu no mi, lo que lo convertía en un hombre de goma. No sonaba a un poder amenazante, pero si tenía tal recompensa debía tener su dificultad capturarlo.

Sanji se quedó perdido en sus pensamientos unos segundos antes de poder reaccionar e ir a buscar a los demás. Las puertas abiertas y el ruido a la lejanía le indicaban a dónde ir. Pronto el sonido de la pelea volvió a escucharse, esta vez en la parte exterior del barco. Cuando llegó al frente del restaurante vio lo sorprendente que podía ser tener los poderes del caucho… Luffy estiraba sus extremidades para ir de un lugar a otro antes de que lo pillasen; su cuerpo se hinchaba hasta adquirir propiedades parecidas a un balón para detener los ataques y sus golpes eran más potentes con el extra de longitud que las propiedades de su cuerpo le otorgaban. Además parecía poder hacer muchas más cosas, porque era claro que se contenía para no lastimar a nadie.

Una persona así no podía ser tan mala.

- ¡Déjenme en paz o voy a tener que usar la fuerza!- mentía. El chico era tan malo mintiendo que hasta Sanji se daba cuenta de la falsedad de sus amenazas. Vio al pelinegro estirar sus brazos hasta sujetarse de lo más alto del mástil para ponerse lejos del alcance de los cocineros mientras se columpiaba cual mono en las alturas- ¡no quiero pelear, sólo quiero encontrar a Ace!

- ¿Ace?- el rubio se sorprendió por enésima vez en esa tarde, ¿por qué aquel mocoso querría encontrar a puños de fuego? Un cazador no podía ser, puesto que la marina lo estaba buscando también… ¿una deuda? ¿una venganza?

“Hay alguien que me está esperando… mi hermano menor”

Era imposible, una probabilidad de uno entre diez millones, pero… ¿el chico con cara de mono era en verdad el hermano pequeño que Ace estaba buscando con tanto desespero? No podía negar que en cierta forma se parecían, mas sus apellidos no eran los mismos y tampoco parecía ser tan amable como el pecoso…

- ¡woah!- con el uso de su imponente físico, Carne comenzó a “taclear” el mástil donde el chico estaba refugiándose, haciéndole tambalear lo suficiente como para que al chico le costara sostenerse de él - ¡ey, no hagas eso grandulón! ¡voy a caerme!

- esa es la idea- Los demás sólo esperaban abajo con una cadena especial de kairouseki que sólo usaban en ese tipo de ocasiones; apenas le tuvieran al alcance, lo atarían y lo arrojarían al mar

- ¡no importa lo que hagan, voy a ver a Ace! ¡Ace está esperándome!

-…- el corazón de Sanji se aceleró al escucharle; la resolución en las palabras de aquel chiquillo fueron la bofetada perfecta para que comenzara a actuar-  [no puedo dejar que lo lastimen]- corrió en dirección contraria a ellos hacia el pequeño bote salvavidas anclado al barco y lo dejó caer al mar; no sabía a dónde iría y seguramente Luffy tampoco estaba seguro de cómo llegar ahí, pero si podía ayudar a Ace a encontrarse con su hermano, era más que suficiente. No lo pensó mucho, el rubio tan sólo se arrojó desde la cubierta para caer en el pequeño bote- ¡oi, mocoso de goma!- una vez que pudo sostenerse de pie sin problemas, el cocinero agitó sus brazos al aire para llamar la atención del otro- ¡por aquí! ¡conozco a Ace, puedo ayudarte a encontrarlo!

- ¡¿de verdad?!- la mente del pelinegro era tan simple que ni siquiera dudó de él, tan sólo estiró esos extraños brazos suyos y los enredó alrededor de su cuerpo

-… esp… espera… ¡espera! ¡ahhh!- antes de darse cuenta el cuerpo del chico se acercó como proyectil a él, impulsado por las propiedades de la goma. Sintió un golpe seco golpearle en el estómago y después todo se tambaleó

-¡SANJI!- Zeff junto con los demás miembros del restaurante se asomaron desde la parte superior del barco- ¡Regresa aquí mocoso imbécil, no sabes en qué problemas te estás metiendo!

- ¡di lo que quieras viejo apestoso, no voy a volver!- aun aturdido por el reciente impacto, el rubio seguía tumbado en el fondo del bote, con el chico “enredado” en él- ¡quiere encontrar a su hermano y voy a ayudarlo!

- ¡no digas estupideces, no puedes hacer nada por ese chico cara de mono!- la furia del chef era tal que los demás cocineros sólo atinaron a retroceder unos cuantos metros, por si acaso- ¡Si no vuelves aquí ahora mismo no dejaré que vuelvas a poner un pie en el Baratie!

-…- Sanji lo pensó y demasiado. Quería ver al pecoso de nuevo y ansiaba de igual manera ver su rostro cuando le reuniera con su hermano menor; quizá podía crear una oportunidad si lograba ser una especie de héroe para él, pero… ¿y si eso no sucedía? ¿y si Ace no le miraba de la misma manera en que él lo hacía? No sólo perdería al pecoso, también perdería a su familia, pero….- pero… el que no arriesga, no gana…- se murmuró a sí mismo mientras levantaba su mirada hacia el cocinero en jefe- ¡Viejo!- gritó con todas sus fuerzas para ser escuchado lo más claramente posible- ¡¡Te agradezco todo lo que has hecho por mí, pero… debo seguir mi camino!! ¡No sé si sea el correcto, pero no voy a encontrar lo que busco quedándome aquí!- se quitó como pudo al chico de goma para hacer una reverencia frente a su mentor y sus compañeros, asegurándose de tener bien pegada la frente al piso- ¡De nuevo, gracias por todo! ¡Tal vez, en el futuro, nuestros caminos vuelvan a encontrarse!

- te he dicho que no volveré a aceptarte aquí…- el mayor tuvo que tragar fuerte para deshacer ese nudo en la garganta que tenía atravesado; Sanji nunca mostró querer hacer algo en su vida que no fuese cocinar y atender a las damas, sin embargo tenía otra meta que jamás se atrevió a intentar, y por primera vez en su vida daba sus primeros pasos para alcanzarla- no hasta que… ¡hasta que tengas algo qué presumirme, maldito mocoso!- no pudo evitar sonreír al mismo tiempo que su rostro se mojaba en lágrimas de felicidad- ve Sanji… ve y busca tu camino

- viejo…- por un momento a Sanji también se le empañaron los ojos de lágrimas, pero se apresuró a limpiarlas apenas las sintió correr en sus mejillas- ¡no dejes de mirarme, viejo! ¡voy a hacer que te comas tus palabras!

Tras esa extraña despedida, el pequeño bote salvavidas del Baratie se desancló y comenzó a navegar, perdiéndose de vista rápidamente entre las enormes olas del mar azul.

******************

Quizá no tenían mapas, brújulas o provisiones, pero Sanji sabía exactamente a dónde ir. Tantos años en el restaurante del mar le habían obligado a memorizar rutas a las islas más cercanas que ofrecieran los mejores productos a buenos precios, sin mencionar que sabía cómo navegar y qué lugares evitar para no encontrarse con reyes marinos; al menos en las primeras islas cercanas al Baratie. Llegaron a la siguiente isla poco antes del amanecer, otorgándoles algo de tiempo para esconder su embarcación, cosa que no fue demasiado difícil, sólo tuvieron que atarlo a otro barco más grande para hacerlo pasar como uno más de sus botes salvavidas, y de paso también subieron a “tomar prestado” algo de ropa para el menor de los dos antes de ir al poblado de esa isla

- ¿por qué robamos ropa en vez de ir por algo de comer?- se quejaba Luffy, quien ahora vestía una camisa negra con un estampado de flores amarillas, un pantalón corto azul y unas gafas oscuras, además de las sandalias que siempre llevaba puestas; quizá su disfraz hubiese funcionado mejor si no llevase ese sombrero de paja o si fuera más callado- ¡me muero de hambre!

- ¡shh!- el rubio posó su dedo índice sobre sus labios en señal de silencio por enésima vez- te dije que comeremos en cuanto consigamos las provisiones, así que deja de quejarte- Luffy pareció entender el mensaje esta vez puesto que se quedó callado durante el resto del camino, aunque su estómago no; hacía tanto ruido que incluso las personas que pasaban a su lado lo escuchaban, llamando más la atención- ¿y a dónde se supone que nos dirigimos?- preguntó el rubio no sólo para reunir información, también para distraer su hambriento estómago

- cuando éramos pequeños Ace y yo vivíamos en el bosque; cazábamos lo que nos encontrábamos ahí y también robábamos a los barcos de los comerciantes. Muchas veces tuvimos problemas y terminábamos separándonos- el pelinegro narraba con tanta emoción que era imposible incluso para Sanji ignorarle- Al principio tenía mucho miedo de no volver a ver a Ace cuando me perdía, pero una vez me dijo algo que me tranquilizó

- ¿qué cosa?

 - “Si algún día no sabes a dónde ir, recuerda que te estaré esperando en la casa del árbol”- su mirada se llenó de nostalgia al recordarlo y pronunciarlo con la misma dulzura con la que lo haría su hermano mayor- nuestro refugio está en la copa de un enoooorme árbol escondido la montaña Corvo, justo detrás de Villa Foosha…

- oh…- no sonaba como un lugar donde dos niños deberían vivir, pero era obvio que no eran como otros niños- ¿y en dónde está esa aldea?

- ¡no tengo idea!

-… ¡¿CÓMO PRETENDES QUE LLEGUEMOS A UNA ISLA QUE NO SABES EN DÓNDE SE ENCUENTRA?!-  el rubio dejó de caminar sólo para zarandear con furia a aquel chiquillo estúpido- ¡AL MENOS DEBERÍAS SABER EL NOMBRE DE LA ISLA EN LA QUE CRECISTE!

- yo jamás… jamás había salido de la isla, así que…

- ¿cómo puedes ser tan estúpido?- soltó un suspiro para intentar calmarse y seguir su camino- al menos conocemos el nombre de tu pueblo, si preguntamos a las personas correctas podremos dar con ella- buscar información no podía ser difícil, ¿o sí? Sólo necesitaba saber más de aquella isla y un mapa para ubicarla- ¿recuerdas algo más?

- el bosque era inmenso, había muchos animales salvajes viviendo ahí. También recuerdo un vertedero de basura donde algunas personas se escondían, entre ellos criminales, y también… un muro… un muro interminable con un símbolo extraño en lo más alto; Ace y yo jamás pudimos entrar ahí

- ¿cómo es que lucía ese símbolo?- por lo que el menor narraba, aquel muro podía ser la división de un reino importante, una barrera para mantener a la nobleza alejada de las personas comunes. Si lograba identificar el símbolo, encontrar ese reino era pan comido; así que le tendió un pequeño cuaderno y una pluma que siempre llevaba consigo a modo de lista para las compras- ¿crees que puedas dibujarlo?

- ¡claro!- Luffy comenzó a trazar apenas tuvo el papel en mano y tras unos momentos mostró lo que había hecho- ¿ves? ¡el símbolo era así!

- ¿… qué demonios es eso?- en el papel no había más que garabatos sin sentido, como si lo hubiera hecho un niño de tres años. Sin embargo el pelinegro parecía bastante satisfecho con su creación pese a sus críticas, ni siquiera parecía haberse enfadado por su comentario- oi, Luffy…

- Sanji- no supo en qué momento la sonrisa del chico había desaparecido, lo único que sabía era que ahora Luffy lo miraba fijamente, como analizándolo- ¿por qué estás ayudándome a buscar a Ace?

- y-yo…- la saliva pasó dolorosamente por su garganta mientras el calor invadía su rostro con rapidez; a primera vista el chico no parecía muy brillante, pero al parecer escondía algo de perspicacia tras esa adorable carita de mono- yo soy… su amigo…

- ¡ya veo! ¡shishishi!- se equivocó. Luffy era mucho más idiota de lo que parecía- ¡me alegra que Ace haga nuevos amigos, seguro así no extrañará tanto a Zoro!

- ¿Zoro?- estuvo a punto de preguntar de qué o quién estaba hablando cuando un golpe en su hombro lo hizo trastabillar; algún estúpido peatón acababa de chocar con él- ¡oye, fíjate por dónde caminas inut… woah!!- la persona con la que acababa de golpearse era una despampanante y bien dotada pelirrosa, quien ahora se encontraba de cuclillas en el suelo, recogiendo los víveres que acababan de caer de sus manos

- ¡lo siento, soy tan torpe!- se notaba la vergüenza en los movimientos de la chica, incluso se le cayeron un par de latas nuevamente

- no digas eso mellorine, el torpe soy yo por no haber visto que semejante belleza venía hacia mí- se apresuró a ayudar a la chica a levantar sus cosas; la bolsa donde llevaba cargando todo acababa de romperse, por lo que caballerosamente Sanji se quitó el saco y lo usó para envolver todo ahí, formando un paquete que hiciera más sencillo el transporte- ¡listo! Esto deberá servir

- ¡gracias! Le devolveré el saco, lo prometo

- no te preocupes, mellorine~ tengo cientos, puedes conservarlo para que siempre te acuerdes de mí- tras dedicarle un guiño coqueto a la chica, el cocinero se despidió con otro ademán y comenzó a caminar en dirección contraria- bien, si nos apresuramos vamos a…- al girarse hacia donde se suponía que estaba el menor y percatarse que no estaba, Sanji dejó de respirar- ¿Luffy?... joder…

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Ni siquiera Luffy fue consciente de en qué momento se separó del rubio, sus pies simplemente comenzaron a moverse en cuanto detectó el delicioso aroma de comida en el aire. Guiado por su buen olfato, el chico de goma deambuló por las calles hasta que finalmente lo encontró… la zona restaurantera del poblado; una sola y larga calle con todo tipo de comercios dedicados exclusivamente a vender comida de todo tipo. Pero entre todos ellos, hubo un letrero que llamó fuertemente su atención, uno hecho de madera con forma de filete

- ¡CARNE!- su corazón se llenó de dicha, y sin siquiera pensarlo corrió hacia ese lugar con los brazos bien estirados al aire en señal de victoria. No esperó a las indicaciones de la chica que atendía a la entrada y mucho menos esperó al mesero, en su cabeza sólo quería comer lo más pronto posible- ¡CARNE!- exclamó apenas se acomodó en una mesa desocupada, tomando los cubiertos con ambas manos.

- ¿qué… tipo de carne?- el camarero se acercó asustado al muchacho, como si sintiera que de un momento a otro fuera a comérselo

- ¡la más grande y jugosa que tengan!

Ante la extraña petición, el mesero pidió el corte más grande que tenían disponible el cual, para su sorpresa, desapareció apenas le dio la espalda al chico. Comenzó a sacar más y más platillos, pero lo que colocaba sobre la mesa ni siquiera duraba. Al ver el problema, otros meseros se acercaron a ayudarle; pronto una fila de camareros, empleados de limpieza y hasta el gerente terminaron desfilando para llevarle comida al chico que, aparentemente, no tenía fondo.

- disculpe, señor cliente- tras llevarle otra pila de filetes, el gerente se quedó frente a la mesa del chico de sombrero de paja- quizá debería pagar lo que lleva consumido ahora para poder seguirle sirviendo…

- yo no tengo dinero- respondió como si nada, aun con el bocado en la boca

- que no…. ¡¡¿QUE NO TIENE DINERO DICE?!!- los meseros se detuvieron enseguida, sabían que su jefe no perdonaba a quien no pagara la cuenta. El hombre se tronó los nudillos, echarlo por no pagar la cuenta sería igual que haberle alimentado gratis, por lo que se le ocurrió otro mejor castigo para que pagara lo que había comido- en este restaurante no aceptamos sanguijuelas como tú, así que no vas a irte de aquí hasta que…- justo estaba por dar su sentencia cuando algo en la entrada pareció impedir el paso de la luz del sol, llamando la atención de todos. Un corpulento chico de cabello rojo como las llamas entró por la minúscula entrada, pero lo que destacaba de él no era el peinado, su escandaloso abrigo rojo, su vestimenta de cuero o su musculoso cuerpo cubierto de cicatrices, sino el trozo de armas y metales unidos que llevaba como brazo izquierdo- ¿y tú qué? ¿eres otro polizón?- el gerente no parecía asombrado por la apariencia del recién llegado, incluso se colocó frente a él, tratando de intimidarle también- si viene a comer gratis te sugiero que busques en otro sitio

- je… je… jefe…- la voz temblorosa de uno de los empleados llamó su atención, por lo que giró ligeramente la cabeza para verle; al parecer el mesero señalaba algo en la pared, específicamente donde estaban colocados los carteles de Se Busca. El que el mesero señalaba era el de uno de los usuarios prófugos del coliseo de Sabaody- e… es… Eustass Kid…

- un usuario- el hombre tuvo que tragar duro y cerrar con fuerza sus piernas para no orinarse del miedo- ¡pa… pase! ¡adelante, puede comer todo lo que quiera!  

- … estoy buscando a estos tipos- rebuscó entre su abrigo hasta sacar dos desgastados trozos de papel, los cuales puso frente al hombre- ¿los han visto?

- ¿eh?- lo que el sujeto mostraba eran otros carteles de los mismo fugitivos de Sabaody, ¿acaso se estaba dedicando a cazar otros usuarios?- n-no señor… no los hemos visto por aquí…

- ¡¡Es Ace!!- a pesar de la distancia, Luffy pudo distinguir el cartel de su hermano como uno de los que sostenía ese sujeto. De inmediato se agarró el sombrero y corrió hacia el tipo- ¡oi, ¿también eres amigo de Ace?!- no sólo los clientes, también los trabajadores del restaurante le hicieron señas para que no se acercara a ese tipo.

Y lo inevitable sucedió.

Aquel pelirrojo cerró su enorme puño de metal y lo soltó contra el pobre gerente para apartarlo de su camino, mandándole a volar por los aires hasta que un golpe seco contra la pared lo detuvo. Con largos pasos se acercó al muchacho y usando el mismo brazo, lo atrapó; su mano era tan grande que fácilmente envolvió su cuerpo, apretándole cual juguete entre sus dedos. Luffy podía sentir los cortes que iban abriéndose sobre su piel al tener contacto con el filo de las múltiples espadas que conformaban el brazo del pelirrojo. El metal no le permitía expandirse y mucho menos usar sus habilidades, por lo que su cuerpo comenzó a ser literalmente aplastado, evitando incluso que sus órganos internos funcionaran adecuadamente, incluyendo sus pulmones.

Con la falta de aire Luffy ya no podía ni siquiera gritar o quejarse, lo único que podía hacer era mirar a la nada mientras las fuerzas se le iban lentamente al igual que su respiración…

- ¡oye, tú!- escuchó un sonido parecido al agua y de pronto sintió cómo caía al suelo. Tras dar grandes bocanadas de aire, Luffy finalmente pudo levantar la vista para ver qué había sucedido… Sanji sostenía un balde vacío mientras miraba con odio a aquel pelirrojo, ahora empapado con lo que parecía agua sucia con la que trapeaban el piso- deja al chico mono en paz…

En ese momento Luffy comprendió que el mundo fuera de su villa natal no era como imaginó; no todos los usuarios estaban de su lado… ni todas las personas normales estaban en contra suya…

Continued…

 

Notas finales:

no sé si seguir con la aventura de Luffy o dejarlos a la expectativa xD quizá no quieran saber qué pasa con él...

ufff, siento que hace milenios no hago las clásicas preguntas al final del capi, pero tengo ganas de hacerlo... Luffy podrá escapar de Kid? Ace y Luffy podrán encontrarse pronto? Zoro ya se ha perdido de nuevo? dónde demonios está Smoker? cuál es el sueño de Sanji? qué harán Ace y Law solos en una isla? ya deberían saberlo 7w7

jajaja bueno, espero que disfrutaran del capi, ahora a escribir de miks demás fics que tampoco los quiero descuidar

hasta el próximo capi!!


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