Una carcajada más fuerte escapo de los labios del mago, quien le miraba con lagrimitas en su único ojo visible sin poder parar de reír. El ninja suspiro al notar el motivo de su risa, pegándole un pequeño capón para que el mocoso pudiera hablar. Pero, antes de que pudiera siquiera tomar palabra, una persona ingreso al salón dejando a todos los viajeros con el rostro desencajado.
-al fin han llegado-rio una mujer de unos treinta años de edad, de largo cabello negro y piel pálida como la luna-los he esperado por mucho tiempo. Bienvenidos, a la Academia Tsubasa…-
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-¡¡Yuuku!!-exclamo Mokona con felicidad, saltando a los brazos de su anterior dueña sin importarle en lo mas mínimo llamar la atención de los presentes-¡Yuuku, te he extrañado muchísimo!- rio de felicidad la pequeña, sintiendo como la chica correspondía su abrazo-
-Yo también te he extrañado, Mokona- contestó esta con una sonrisa, mirando divertidos a los chicos quienes aun seguían con el rostro desencajado-miren las molestias que me han hecho tomar para que ustedes se volviesen a reunir, así que más les vale comprarme un buen regalo para el Día Blanco si no quieren conocer las consecuencias-comento esta con voz aterradora, haciendo a Fye reír nervioso y a Kurogane lanzar un bufido de molestia- se que tienen muchas dudas y preguntas luego de lo que ocurrió con Fei Wang Reed, pero todo a su tiempo chicos. Ahora mismo hay cosas más importantes que hacer- susurro misteriosa, mirando a sus compañeros de trabajo y los alumnos de su instituto-
-Maldita bruja ¿Cómo es que llegaste aquí?-gruño el ninja con un evidente tono de exasperación en su voz, viendo como esta le miraba molesta al ver que no había escuchado palabra alguna de lo que acababa de decir- no sé porque no me sorprende que sea cosa tuya que hayamos acabado aquí después de todo- se cruzo de brazos mientras se recargaba en la pared, cerrando los ojos para evitar las miradas inquisidoras de sus acompañantes-
-no seas tan rudo, Kurorin. Yuuko san ha de tener sus motivos, confía en ella -comento el mago con una risita, haciendo una leve reverencia para saludar a la chica-tiempo sin vernos, aunque no sé si sea el mismo tiempo para usted que para nosotros -vio como Yuuku sonreía misteriosamente, correspondiendo su saludo- además, Kuro sama, ella seguramente no hubiese planificado nuestro encuentro y nos hubieses traído aquí si no hubiese sido muy sencillo o algo muy malo este ocurriendo ¿no es así?-pregunto con suavidad sin querer ahondar más en el tema, mirándole fijamente con su único ojo descubierto-
-tan listo como siempre, Fye. Y por lo que veo te has dado cuenta de eso también- sonrió la peli negra sin prestarle atención a los gestos de asombro de sus acompañantes ante el nombre que había salido de sus labios- pues sí, pero antes de eso creo que lo mejor sería explicarles que es lo que está pasando ¿no?- sonrió de manera misteriosa, mirando a los presentes con un deje de diversión, quienes asintieron al instante-pues verán, las personas que se encuentran aquí son ustedes mismos, pero ellos vienen de dimensiones distintas a la nuestra…-
Yuuko explico paso a paso que era lo que había pasado, el motivo de su viaje y lo que había pasado desde que Fei Wang Reed había llegado a sus vidas. Omitió ciertos detalles por motivos obvios, como la verdadera naturaleza de Fye o el brazo mecánico de Kurogane, optando por mantener silencio con temas más delicados; esperando que los viajeros decidiesen si hablar de ellos o no. También prefirió omitir que el Sakura y Syaoran eran clones de los originales, prefiriendo esperar a que estos recuperasen sus recuerdos por su cuenta.
-es decir… ¿qué Shaoran y Kinomoto san son viajeros en otro mundo diferente al nuestro?-pregunto la chica pelinegra, Mei Ling, quien al parecer era la prima del Syaoran de aquel mundo-eso suena tan…imposible…-comento, aun alucinada ante tremenda revelación. Pero por más increíble que sonase el relato de la directora de su instituto, solo hacía falta ver a los viajeros para darse cuenta de que todo aquello era completamente real-
-si, esa es la verdad-respondió Yuuko con tono calmado- fue una suerte que Hina les encontrase-señalo a la chica de cabellos negros que les había confundido en el parque, quien hacia una pequeña reverencia mientras pedía disculpas apenada por su comportamiento- de otra forma quizás hubiese tardado días en encontrarme con ustedes. Escuche de un chico que pasaba por mi oficina que había visto a un chico que se parecía enormemente a Syaoran, así que luego de preguntarle donde lo había visto y llevarle una sorpresa vine enseguida aquí, si eso es lo que querías saber Kurogane-cerro un ojo de forma juguetona, viendo como el moreno gruñía en voz baja ante su comentario- pero Fye tiene razón. En este mundo no existen casualidades, solo lo inevitable. Y quizás sea una burla del destino que los Sakura y Syaoran de este mundo acabasen en el instituto que funde luego de revivir aquí, después de mi muerte-hizo una pequeña pausa, mirando de reojo al oji azul- a pesar de que sigo conservando gran parte de mis poderes estos se han visto debilitados en este mundo, haciéndose prácticamente inservibles. Al conocer sus auras no hubiese tenido en dar con ustedes como mucho en un par de días, pero también me han servido para darme cuenta de que algo malo está pasando, y que de no detenerlo a tiempo puede llegar inclusive a la destrucción de este mundo-
-¿Qué…que trata de decir, directora?-pregunto la pequeña Tomoyo aterrada, mirando alternativamente a la pelinegra y a los viajeros aun atónita- a pesar de que lo que nos acaba de contar sea algo muy extraño, pero de alguna forma le creo. Conozco a Sakura chan y a Shaoran kun y sé que aunque vengan de otro mundo o dimensión o nos mentirían. Pero no entiendo cómo es que corremos un peligro tan grave como ese siendo que ese tal Wang Reed ya fue derrotado…- cerro sus ojos con fuerza, sintiendo un miedo terrible inundar su alma poco a poco-
-justamente ese es el problema, Tomoyo-suspiro la pelinegra con un tono de disgusto más que marcado en su voz- y lo único que sé es que aquellos que están poniendo este mundo y otros en peligro tienen que ver justamente con el causante de todos nuestros males: Fei Wang Reed-sintió como Mokona se estremecía en sus brazos, escondiéndose contra su pecho ante la mención de su nombre y los horribles recuerdos que este traía consigo- así como también ese será su pago. Ustedes tres deberán detener a quien esté detrás de todo antes de que el tiempo se agote, así los vidas de quienes están aquí y lo que están buscando estarán fuera de peligro-
-maldita bruja, lo tenias todo planeado desde el principio-bufo el ninja mirando a la joven con recelo- está bien, lo haremos. No podemos permitir que aquello vuelva suceder otra vez- vio como sus acompañantes asentían suavemente, decididos a acabar con aquel problema de una buena vez y evitar que los otros Sakura y Syaoran acabasen muertos o las vidas de todos los que conocían llegasen a su fin- pero antes de eso debemos devolverles las memorias a este par, nos facilitaría mucho las cosas y así podría acabar con esto de una vez-trono los puños con fuerza, haciendo que los chicos se estremecieran de miedo y que Fye y Syaoran le mirasen con una gotita tras la nuca, entendiendo a que se refería el guerrero-
-Claro que si, un trato es un trato Kurogane- respondió la bruja con solemnidad, volviendo a centrar su vista en el oji azul-Fye ¿podrías contactarnos con el reino Clow? Necesitamos que la princesa venga a este mundo mientras ustedes investigan, y yo no tengo el poder necesario para poder traerla de regreso. Su sacerdote es muy competente y podrá hacerlo sin problemas, pero antes necesitamos ponerla al tanto de lo que está pasando-el mago asintió suavemente ante su petición, centrando su poder unos instantes antes de empezar a escribir con rapidez unas especies de letras en el aire; las cuales brillaron unos instantes antes de convertirse en una especie de pantalla- tiempo sin vernos, Sakura hime-saludo con cortesía la chica, sonriendo al ver a la peli castaña luego de años sin saber de ella-
-¡¿Yuuku san?!-exclamo la princesa realmente sorprendida, sonriendo de felicidad luego de ver a sus antiguos compañeros de viaje detrás de ella- Kurogane san, Fye san, Moko chan, Syaoran-sus facciones se relajaron un poco al ver a su amado entre ellos, sonriéndole con cariño sin poder evitar que pequeñas lagrimas se deslizaran de sus verdes orbes- ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos, de verdad los he extrañado-su voz se corto unos instantes, reflejando incredulidad y duda en su mirada- no puede ser…-susurro al ver a las demás personas que se encontraban en la habitación, soltando un gritito de susto y alivio a la vez-
Yuuko prosiguió a contarle todo lo que había pasado a la chica, pidiéndole que hablase con el sacerdote de su reino y viniese lo antes posible. Sabía que el tiempo estaba en su contra y era solo cuestión de tiempo para que el enemigo hiciera su jugada, así como también que el tener a los viajeros de su lado seria un as bajo su manga cuando las cosas se pusieran críticas.
Lo más probable era que el enemigo fuese tras los Syaoran y Sakura de aquel mundo, por lo que los viajeros tendrían que actuar como guardaespaldas para asegurar su integridad y evitar que acabasen muertos o secuestrados. Era un plan simple y bastante efectivo, teniendo en cuenta las habilidades de ninja de Kurogane, los conocimientos de Syaoran y la magia de Fye. Hacerse pasar por otras personas seria sencillo, pero para ello deberían trabajar en la escuela con Yuuko y así no dejar oportunidad alguna al enemigo de atacar.
El resto del día se encargaron de recorrer la cuidad, aprovechando que la bruja había ocupado su cargo de directora para dejarles sin responsabilidades por las siguientes horas hasta que, luego de discutir donde podrían alojarse mientras permanecieran en aquel mundo, se decidió que Syaoran iría a vivir con su clon y su prima mientras que Fye y Kurogane se quedarían con el rubio de aquel mundo quien, y para su asombro, era dueño de una enorme mansión que quedaba a las afueras de la cuidad.
-Chicos-había dicho Fye momentos antes de que se separaran, mirando con cariño a los clones mientras les sonreía- se que aun están confundidos y aterrados, pero deben saber que pueden confiar en nosotros. Es normal tener miedo, estar confundidos y dudar de lo que es verdad o no. Pero que sepan que estoy aquí para ustedes y no dejare que nada les pase- se arrodillo para quedar a su altura, viendo algo enternecido como los ojos de ambos se llenaban de lagrimas recordándole los viejos tiempos en que todos eran una especie de familia. De cuando él y el pelinegro actuaban como sus padres, aunque en los momentos más críticos no pudieron hacer nada para protegerlos- si no quieren seguir adelante esta bien, es su decisión y todos la respetaremos- señalo a Kurogane y al otro Syaoran, quienes asintieron suavemente ante sus palabras- solo no se pongas tristes ¿vale? Me preocupo mucho por los dos- limpio con cuidado las lágrimas del rostro de la chica, sonriendo un poco al sentir como ambos se lanzaban a sus brazos y lo estrechaban con fuerza-
Las cosas habían cambiado mucho desde que el fin de su travesía había llegado, desde que las vidas de los clones habían desaparecido frente a sus ojos y una nueva vida había empezado a surgir entre las cenizas de una victoria y un triste pasado que parecía haber acabado bajo un nuevo sentimiento de esperanza felicidad. Los recuerdos pueden desaparecer de la mente, pero el cuerpo siempre recordara. Siempre, porque al igual que el corazón, las vivencias son aquellas que marcan a una persona sin importar si sean buenas o malas, y serán aquellas mismas quienes decidirán el destino o el fin de alguien. No pueden desaparecer.
Sakura y Syaoran habían olvidado, pero sus cuerpos aun recordaban. Y aquel sentimiento de paz interior que les brindo al rubio al instante en que, sin duda alguna, el rubio les recibió entre sus brazos, les hizo darse cuenta de lo que deberían hacer. De que seguirían adelante sin importar que, confiando en sus corazones, decidirían sus propios caminos sin dejar que nada ni nadie les impidiese cumplir sus metas. Pero del mismo modo, los recuerdos nunca pueden desaparecer del todo y, con el reloj marcando la cuenta regresiva, el destino anuncia su fin y el dolor se abre paso desde un corazón marchito para decidir, de una vez por todas, el término de aquel ciclo sin fin…
Tsusuku (o tal vez no xD)