En aquella alcoba terminaron regadas las prendas de cada uno. Corbata, sacos, camisas... Todo.
Sobre la cama las figuras de ambos disfrutaban de su cercania, en suaves roces, caricias y juguetones jadeos por parte del noble. Buscaba incitar aun mas a su demonio, llevarlo a la locura con su aparente inocencia y que le fuera arrebatada por él.
Michaelis solamente era complice de las travesuras de su amo, bajando besos y cariciar desde el niveo cuello, por su torso donde morderia suavemente los rozados botones del peli-azul, hasta el vientre y finalmente detenerse en su entrepierna.
-S-Sebastian... ¿Que vas a...-la espalda de Phantomhive se arqueó, y de su garganta brotaba un gemido agudo, inundando las 4 paredes de el recinto testigo, junto con la luna, de su apasionada entrega-
El habilidoso mayordomo degustaba aquel pedazo de carne caliente y erecto, lo recorria con su lengua de punta a base y viceversa antes de engullirlo completamente y continuar la danza de su lengua sobre la virilidad de su amado.
Cabia destacar lo mucho que esto enloquecía al menor, lo gozaba y deseaba mas. La timidez habia desaparecido por completo de su faz, el orgullo era parte del pasado; ahora la lujuria envolvia ambos cuerpos.
Sebastian se apartó de aquel miembro, dejando un hilo de saliva que lo conectaba aun a su boca, con la cual lamia y humectaba un par de dedos, mirando picaro a su acompañante.
-¿Estas listo, Ciel?-Esa grave y masculina voz, tan embelezante y atrayente se dejó escuchar. Justo despues, sus dedos daban un suave masaje alrededor de esa estrecha y apetecible cavidad, humectando por fuera hasta que poco a poco invadia el dedo medio mas y mas adentro-
-A-ahh~ Sebas...tian... ¡Duele!-Sentenció el menor con las lagrimas agolpandose en sus orbes bi-color. Aun cuando era solo un dedo, el sentirse abierto en tan estrecha zona era como mil puas para el pequeño-
-Shh... Tranquilo, Ciel. ¿Si no puedes soportar un dedo, como podras soportarme dentro tuyo?-La coqueta risa terminó por adornar sus palabras. La vergüenza del menor se volvio a reflejar en su rostro con un rojo indescriptible, pero solo aferró sus manos los mas que le era posible a las sabanas para descargar en ello su dolor, decidido a soportar ello y lo que aun faltaba por venir-
Uno a uno, Michaelis metia sus dedos y movia los mismos en un suave mete y saca, circulos e incluso tijeras. Llegando finalmente a meter 4 dedos, sonrió complacido para luego sacarlos.
El joven se encontraba perdido en su placer hasta que su interior se vió abandonado, cosa que lo hizo estremecer y a la vez renegar un poco, cuestionando al mayor con la mirada y un puchero por dejarlo insatisfecho.
-En una suave risa al ver eso, Michaelis volvia a posicionarse sobre su amado, acariciandole el rostro- No seas impaciente, ahora viene lo mejor.-En ese suave murmuro, con sus pornidos brazos alzaba la cadera del menor, acomodandose entre sus piernas e introduciendo su miembro poco a poco, con ligera presión contra la cavidad del contrario, disfrutando, como nunca disfrutó con nada mas, entrar en esa estrecha y humeda cavidad, volver a su amo completamente suyo; en cuerpo y alma-