Dieter
Soy Dieter Close. A mis 28 años ya estoy instalado en el hospital central de la capital como Doctor Cirujano Especialista, también especializado en el área del sistema nervioso del cuerpo. Tengo una fascinación por comprender a los pacientes que regulan su vitalidad al punto de caer en coma, tenía años investigando casos, pero de igual todo se tornó gris en un punto de mi carrera. No es un secreto que la medicina tenga tantas fallas como sal hay en el mar.
Vi morir a pacientes que me caían muy bien solo porque a la final el mismo cuerpo se rehusaba a ser extirpado con éxito.
Mi padre, Tom Close pues, no lo es. Yo soy su pecado, de hecho mi otro “nombre” es; Avaricia. Tom si tuvo dos hijos pero cuando los mellizos cumplieron su décimo cumpleaños su madre aseguró de que su padre jamás los volviera a ver, tanto fue su deseo de escapar que ella fue presa de su propia estupidez y los enemigos de su esposo la cazaron cuando se montaba en aquel tren, aquella tarde de julio junto a Tommy y a Yhosman.
Por venganza los restos de su familia eran dejados a pedazos en cualquier lugar de la ciudad, no pidieron rescate… y de último le fue dejado al frente de la enorme mansión el dedo anular de su esposa junto su anillo de bodas.
Tom jamás volvió a ser el mismo, no que haya cambiado, los humanos nunca cambiamos, él solo saco a flote su personalidad retorcida por la repentina sorpresa de perder a los seres que tanto anhelaba de esa manera macabra y desesperante.
En la gran mansión a las afueras de Múnich, Tom es el cabeza de la asociación oscura con más potencia del país y de su familia.
Dave, su hermano menor era el que gozaba de tener un hermoso hijo y una segunda esposa ya que la primera se le había muerto de cáncer pulmonar. También vivía su primo mayor con su familia en la segunda mansión, Georg con su esposa y sus dos varones universitarios más su niña de 16 años malcriada, Mel.
Tom solo se había sumido ante el trabajo duro obteniendo tanto poder que asustaba. Yo como su único hijo adoptado y su persona de más confianza, poseía la suerte de que me había dejado estudiar y ejercer lo que yo quería, ser especialista acatando todas sus órdenes y los entrenamientos previos que recibí rigurosamente en mi niñez y en toda mi adolescencia.
Pero como en todo cuento, está el avaricioso que no era yo sino su primo, Georg. Porque aunque estuviera en la familia no se conformaba, él iluso quería más y lo que me sorprendía era que él no sabía que tenía más que perder que Tom.
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Alguien cortaba la carne severamente en su plato de cerámica blanco junto a la ensalada verde…
—Me dijeron que hiciste siete cirugías exitosas en esta semana, te felicito hijo—
Me decía Tom, el algo robusto, castaño claro con barba y algunas canas que surcaban su pelaje quien masticaba con gusto su carne en término medio.
—Gracias, es un gusto darle honor al apellido Close—
—Yo… yo cambiare a mi médico por ti—
Alce mi vista y mire que un castaño de rasgos finos con unos hermosos ojos cafés se refería a mí, era Marcel el hijo de Georg.
—No creo que sea necesario pero si lo haces, con gusto estaré allí—
Conteste con mi tono amigable y abierto como siempre observando que aunque la mesa estuviese llena jamás me sentía lo suficientemente lleno por dentro refiriéndome a mi soledad y falta de motivación en tantas cosas.
—Bueno, Marcel se graduara en honores de la facultad de administración en la universidad por lo cual estoy tan orgulloso—
Noté como el castaño claro tan parecido a Tom sobaba la espalda de Marcel en un intento de proclamarse mejor padre pero a eso Tom le valía poco porque seguía concentrado en su carne.
Si supiera “mi querido tío” que su solemne hijo con tan buenas calificaciones en administración, para mí hacia el papel de puto, de seguro quedaría sorprendido, sí supiera. Algo en mi piensa que yo daría lo que fuese para ver la expresión del tío Georg viendo un video donde su consentido salga sometiéndose para mí. Pero eso sería otra historia.
Sí, yo creía que el mundo carecía de colores brillantes pero estaba en una etapa extraña porque sonreí estando en la mesa de una manera muy sincera solo y exclusivamente por recordar a uno de mis pacientes, el pequeño Lamar.
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Tenerlo ayudándome me hacía sentir en paz y con una felicidad que me atormentaba.
El pequeño estaba de espaldas, escribiendo en mi libreta las observaciones de un caso con una mala formación en el la espina dorsal, ya que no sabíamos sí era un tumor o solo un enorme nudo allí. Sus manos eran delicadas a pesar de ser un varoncito, su cabello era medio lacio en puntas de un negro mate que hacía juego con sus ojos verdes como hojas muy claras. Lo que me encantaba era cuando hablaba cara a cara con él, su rostro de niño con labios que a veces estaban de rojos me hacían feliz y también me gustaba su lunar café a la izquierda de su labio inferior.
—¡Listo, Dieter!—
Se levantaba y me sonreía ampliamente con su sudadera amarilla.
—Supongo que esto será todo entre nosotros ¿No?—
Cuando vi su gesto retorcido y gracioso por no saber lo que le había tratado de decir…
—¡Quiero decir! Que ya tus dos semanas de ayuda se terminaron y ya no nos veremos—
Me ponía nervioso así que me voltee y comencé a ver en el armario una lata donde guardaba algunas paletas de frutas, saque una pero de mi bata, me voltee y se la di.
—¡Gracias! Pero si quiere yo puedo seguir viniendo—
—Si puedes, por favor sigue viniendo y ya sabes las horas en las que estoy aquí ¡Oh! Lamar ¿Llenaste el formulario donde declaras la donación de órgano y cuerpo?—
—Si señor—
No quería que se fuera, él solo entro porque en su secundaria habían puesto un programa para chicos que hacían travesuras y tenían que pagar con servicio comunitario. A sus 15 años él decía que no le gustaba la medicina y le llamaba más la atención el trabajar en construcciones pesadas pero le veía sus manos y su anatomía tan delicadas, luego pensaba lo que para él sería perfecto era ser solamente mío.
Ya mi plan lo había puesto en marcha hacia 5 días y por media de aquellas paletas de sabores.
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Un mes después.
Llegue y me entere que el chico tenía una especie de neumonía pero los ineptos de los demás no lograban dar con alguna causa, gracias al cielo que llegue un poco antes de que le tomaran las placas esa tarde.
Mi especialidad como siempre era la tecnología, las cirugías y el fraude. Así que modifique perfectamente las placas.
El diagnóstico fue que además de una neumonía tenia protuberancia en el pulmón derecho que si seguía cerrando, este raro fenómeno le resultaría la muerte al menor.
Mientras yo decía aquello a su madre y a hermana mayor ambas me miraban aterrorizadas y Lamar me miraba sonriendo.
—¿Usted me va a operar?—
—Espera, cariño no tenemos para una operación—
La señora con corte bajo y cabellos negros le decía aquello a su hijo.
—Señora ¿Cuánto tienen?—
—Solo el treinta por ciento del total, esta operación solo es tratada en clínica con los aparatos adecuados—
—Déjemelo a mí, yo procederé a operarlo—
Y bueno, hay un dicho que dice; nada es gratis ¿me equivoco?
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El pequeño se hallaba en la habitación solo, ya que era muy temprano y su madre había salido a llevar el récipe de permiso a su día de trabajo como simple profesora.
—¿Tienes miedo?—
—No, porque usted me va a operar y se acuerda que tuvo muchas operaciones cuando yo estaba ayudándolo y siempre salía con éxito—
Sus ojos brillaban tanto que me dejaban hipnotizado.
—Sé que es extraño pedirte esto pero… me darías un beso de pago por operarte—
Me le acerque y el menor retrocedió un poco sorprendido con sus mejillas sonrojadas pero luego pareció ceder y sus labios se aproximaron a mi posándose en mi mejilla izquierda.
—Ahora sí, me voy alistando—
Salí de allí feliz ¿Cómo solo un beso en la mejilla me haría tan feliz?
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7 Horas después de la operación…
—Lo siento, la protuberancia estaba demasiada cerrada, hubo una pequeña infección pulmonar que avanzaba por dentro y aunque logramos tratarla con éxito y recuperar su pulmón aun así Lamar no responde—
—¿Qué quiere decir? ¿Qué tiene mi niño?—
La madre me sujeto del ropaje azul y me removió mientras que su hija de largo cabello negro lloraba a mares.
—Que Lamar cayó en coma, puede que reaccione mañana o quizás en unos meses o años… o jamás despertara de nuevo—
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Y así pasaron días que se transformaron en semanas sucesivamente se hicieron 3 meses. La señora Trumper, madre de Lamar ya no tenía como mantener a su hijo en coma en aquel hospital y allí fue cuando le propuse algo a lo que ella no fue capaz de negarse.
Lo cuidaría yo mientras lo estudiaba a fondo dándole sus respectivos cocteles de proteínas y demás sueros. La poca familia del pequeño iba de semana a semana luego de quince a quince días hasta que pasaron dos largos años donde mi obsesión por el pequeño no pasaba y allí fue mi oportunidad de hacer el papeleo adecuado para que el niño me perteneciera a mí por medio de las deudas que se le acumulaban a la madre del pequeño.
Era sorprendente verlo cada día, acariciar su rostro y besar cuidadosamente sus labios. Era impactante el tiempo que había pasado a su lado, me esmeraba en preparar buenos alimentos que pasaban a su estómago a través de una sonda nasal número 45. Habían veces que almorzaba con él a solas y le declaraba mi amor y mi posible falta de paciencia sí él se rehusara a aceptarme de cierta manera, daba igual porque él seguía allí, sin despertar. De vez en vez él trataba de despertar pero aún era muy pronto así que preparaba la fórmula perfecta que simulaba un coma; una dosis pequeña y exacta de fentanilo con otra dosis exactas de anestesia y somníferos.
—No te preocupes… pronto despertaras y vivirás conmigo—
Saque la aguja de su brazo y sonreí al notar como dejaba de moverse.
Había investigado a su familia, su madre se fue con su hija e hizo un traslado de su puesto como maestra y como les dije que yo cuidaría de Lamar se fueron mucho más tranquilas de hecho no puedo decir que se olvidaron del pequeño porque cada sábado me llamaban y les enviaba fotos de Lamar.
Ya eran 2 años, ya era suficiente… mañana volvería a ver los ojos verdes muy claros que tanto me gustaron.
¿No es algo extremista inducirle un coma a un niño?
Siempre esa pregunta me rondo como una fastidiosa mosca por esos años, a lo que siempre respondía…
“No es extremista, ya que mi investigación ayuda un poco a la ciencia a la hora de los cuidados de pacientes que caen realmente en coman y necesitan la nutrición adecuada. Además que me cerciore de que lo que sentía por Lamar es real, algo duradero y no una simple ilusión”.
Simple, jamás había experimentado una felicidad tan pura sin estar rodeado de esas armas, drogas, prostitutas y el poder que me otorgaba ser; Avaricia.
Lamar
Todo se me hacía extraño, quizás no había pasado tanto tiempo pero me sentía realmente pesado y a la vez frágil… mis ojos les fastidiaban bastante la luz simple del cuarto en el que me hallaba.
—Alguien—
Mi voz salió tan baja que ni yo logre percibirla, era como si hubiese dormido por años…
—Por favor, alguien—
Pensé que había gritado aquello pero lo cierto es que de milagro podía articular algunas palabras. Me lleve la mano lentamente a mi garganta la cual sentía tan diferente incluso vi mis manos, estaban algo huesudas y también había una vía con esas mangueritas intravenosas. Detecte como unos mechones de mis cabellos tocaban mi cuello completamente. Abrí mis ojos al máximo ¡Quería a mi mamá!
No me levantaba, pero mi piel sentía la sensación de mis lágrimas corriendo hacia debajo de mis cienes.
…Click…
—Oh, ¡Cielo santo! ¡Haz despertado! ¿Cómo te sientes?—
Veía a una enfermera que jamás había visto…
—Pero ¿Por qué lloras? ¿Qué te duele?—
Negué con la cabeza y seguía llorando…
Vi como un médico entraba con una sonrisa y revisaba mis ojos con una linternita, mis reflejos con un pequeño martillo y también revisaba mi corazón con un estetoscopio helado mientras me hacía preguntas como mi nombre y cómo me sentía, yo le respondía brevemente.
Escuche como alagaban al Doctor Close porque siempre había estado pendiente de mí y allí fue cuando no pude más y comencé a llorar silenciosamente a mares…
—Mi mamá ¡mi mamá!—
Decía lo más fuerte que podía y las enfermeras solo me veían con lastima…
—¡Lamar! gracias a Dios que ya has despertado, te he extrañado mucho estos últimos dos años—
Mis ojos definieron muy bien a un alto sujeto de piel blanca con aquellos rasgos sonrosados quizás porque venía corriendo y aun se veía agitado, ojos grises y cabellos cortos de un color marrón pajizo con bata blanca. Él estaba algo diferente a como le recordaba no hace mucho… Dieter.
—No te vayas a asustar pero has estado en coma—
Me dijo él ya dentro de la habitación, lo que sentí fue miedo ¿Dónde estaba mi familia?
¿Cuántas veces debo quedar devastado?
Agonizo ante ello y me vuelvo resentido
Aunque sepa cómo va a terminar no puedo renunciar a ti
Te robo una mirada, pretendiendo que me miro al espejo
Esta imagen se vuelve ridícula…
Tal vez debería renunciar a ti
¿Cuántas veces he tenido esta inquietud?
Just like that! No te dejes atrapar, soy peligroso
Just like that! Más que una bestia hambrienta
Just like that! Tan solo soy un tonto, desesperanzado, sediento, ansioso y ciego
Ni siquiera sé cuándo empezó
Just like that! Quede atrapado
Just like that! No mal intérpretes,
Cuando te veo soy tan solo un tonto, sediento, ansioso y ciego
No importa cuánto patee, grite y llore
Mi corazón dolido y solo, aun me lastima
Vi tus ojos vibrar
Sé que no es por mí, siempre ha sido así
Dime con tus labios rojos que es molesto
…
Cuando pase la noche,
Seré capaz de olvidarte
No sé nada en este momento,
Quiero olvidar aunque me golpee la cara
Cuando pase la noche,
Seré capaz de borrarte
¿Qué es todo esto?
Estos sentimientos mezclados y aun así te sigo
Esta imagen se vuelve ridícula…
Tal vez debería renunciar a ti
¿Cuántas veces he tenido esta inquietud?
Just like that! No te dejes atrapar, soy peligroso
Just like that! Más que una bestia hambrienta
Just like that! Tan solo soy un tonto, desesperanzado, sediento, ansioso y ciego
Ni siquiera sé cuándo empezó
Just like that! Quede atrapado
Just like that! No mal intérpretes,
Cuando te veo soy tan solo un tonto, sediento, ansioso y ciego
Monster / Super Junior~
Continuara…