Capitulo 20
XXI You´re the last
Victorio
Si... Cuando Te ubicas y sabes cuál es tu lugar todo se aclara, allí es donde tienes que empezar a escalar por lo que quieres.
Habíamos llegado a Moscú pero todo había desaparecido con relación a la mafia de la familia de las 7 potencias.
—Están en Boice, USA— Alan me miraba a través de sus cansados ojos olivas refiriéndose a Vladimir, mi padre.
—Claro, allá está el maldito laboratorio— Dije inerte tecleando para encontrar algo sobre el sistema que tenía mi padre Vladimir en la mansión principal.
—Victorio, ellos dejaran de requerir el servicio de los pecados ya que los hijos que tuvimos o tendremos son incubadoras perfectas con la sustancia de inmunidad— Espeto Lance.
—Lo sé…—
—Y además no hay remedio, necesitábamos una carnada y qué mejor carnada para un anzuelo que los cuidados, todos en una mansión— El pelirrojo miro hacia Lance quien mientras estaba cruzado de piernas y bebía un whisky le volteó los ojos notoriamente molesto.
—No todos, falta el pecado de la gula y tengo la información sobre el sujeto, resulto bastante fácil encontrarle— Dijo el doctor de cabello castaño ceniza, quien entraba en el gran salón.
—Resulta que Dave-Gula tiene serios problemas mentales, su cuidado huyo de él por su estado tan agresivo. Seis años después lo encontró gracias a su dueño y allí es donde asesino a su cuidado y su hijo está en el poder del dueño—
Dijo Yue, el de rostro asiático con chaqueta de cuero y camisa blanca apareciendo en un extremo de la sala.
—Yue, quieres decir que prácticamente...— El de cabellos rojos ya sabía lo que decía envidia en la esquina del salón.
—Efectivamente, Dave es el pecado que le salió perfecto a la corporación familiar para el conquiste de las mafias y poderes legales mundiales— Añadió Satou, el pecado de la lujuria apareciendo en el mueble victoriano de la sala.
—Vámonos, falta poco para que los cuidados sean raptado. Nikolay ha enviado un mensaje— Zozer se acomodaba los lentes, el pecado de la pereza.
Cristofer
Había pasado varios días desde que todos los chicos estaban aquí, y detallando todo pues, parecía bastante surrealista decir que los pecados se enamoraron de hombres de su mismo sexo y no de mujeres, luego caí en cuenta que ya era oficial sin darme cuenta me había convertido en gay.
—Demonios— Susurre cortando las papas para el almuerzo ruso ya que por alguna extraña razón no había servicio de limpieza ni cocina de hacia un tiempo y Nikolay con sus pucheros me obligaron a cocinarle el vendito asado típico de los rusos.
—¿Estás bien?— Me pregunto dificultosamente Lamar, el chico de ojos verdes claros con acento alemán a la vez que ponía la sartén con aceite en la cocina.
—Sí, disculpa que no pueda hablar nada de alemán— Solté avergonzado.
—No, estar bien. Tome algunas clases extras de idioma y era español— Me sonrió cálidamente.
Todos nos encontrábamos en la cocina excepto Nilson, el castaño muy delgado que venía con una cara de pocos amigos y un vientre grande de 5 meses de gestación.
—Buenos días— Sentencio con desgana.
—Vaya, tu embarazo no te hace nada bien, andas achicopalado… y demacrado— Leyendo una revista el medio moreno de piel y bastante delgado de Camilo se dirigía a Nilson.
—Ja, que broma… como si yo fuera el que cada mañana se la pasa vomitando como si no hubiera un mañana— Nilson, mi paisano que era venezolano volteo los ojos y se dejo caer en la silla de la mesa.
—Nauseas, son nauseas— A través de sus anteojos cuadrados blancos el mexicano se le notaba que no se llevaba bien con Nilson.
—Jejeje, todos están muy tensos Calme, pour souvenant de la recette de rôti de Cristofer— Hablo emocionado el chico francés, Kei.
—Que chido hablas el francés— Dijo fascinado el de cabellos castaños rubio, Camilo.
—Bésalo ahora— Nilson le pegaba un mordisco a un pastelito de papa llamado Kartoshka. —Mmm… que delicioso—
—Kei, puedes ir a jugar con los niños es que están solos en la sala y no confió en ellos— Le pedí amablemente al francés quien me miro con un signo de interrogación.
—Vous pouvez aller jouer avec les enfants? ils peuvent faire quelque chose dans la chambre— Lamar se dirigió al chamo quien asintió tranquilizado de entender y fue a la sala.
—Gracias Lamar—
—De nada mein Freund—
—Jajaja eso te lo entendí, amigo—
Lamar comenzó a freír las papas y la cebolla en aros mientras que yo freía la carne en trozos. Una vez todo listo, tome la cazuela de barro que estaba en el gabinete abajo y coloque las papas, la cebolla, la carne, la zanahoria y el caldo de res que tenia listo allí, agregue la sal, pimienta, laurel y eneldo para llevarlo al horno.
—Es bastante fácil ese asado, quizás lo intente algún día— Dijo Nilson bastante cortés conmigo.
—Sí, aunque creo que el toque de un sabor diferente esta en el smetana, se agrega unos 10 minutos antes que esté listo—
—Smetana es como queso crema ¿no?— Camilo se me acercaba para abrazarme.
—Sí, más o menos es como una crema láctea agridulce— Dije dentro del abrazo amistoso.
—Mmm embarazados abrazados, eso es nuevo jejeje— Nikolay ingresaba en la cocina para servirse algo.
—Dime qué quieres que te sirva—
—Tebe— Dijo en ruso… “a ti”.
—Aja, dime— Le pregunte restándole importancia, él rubio alto con suéter verde militar suspiro.
—Un café— Me sonrió pícaramente.
Al servírselo note que se había ido, así que fui a su oficina. Al llegar estaba en la computadora, le deje la taza blanca humeante a un lado de su escritorio.
—Puedo preguntarte, como es que Victorio anda en esto también es decir el no es un pecado—
—Je, tenias que preguntar… él es un pecado en pocas palabras, el recibió las inyecciones de Alan cuando este no fue capaz de recibir una sola, ambos eran adolescentes y el padre de Victorio acepto glorioso creyendo que su hijastro lo obedecería ciegamente—
—Quien mato a mi hermana… quién me mando a matar—
—Fue Vladimir, solo querían asustarte a tal punto de que regresaras con Victorio y así tener mayor control—
—Es algo cruel— Dije dolido.
—Cristofer, por qué no… vienes conmigo cuando acabe todo esto. Yo si te protegeré y viviremos bien, no habrá más sufrimientos— Se colocó de pie.
—No te aproveches de la situación—
—Yo si te haría feliz, no como mi primo—
—No me digas que yo te gusto ¡no me gustan los hombres!—
—¿Victorio es un nena o qué?— Golpeo el escritorio y me estremecí.
—¡No! Esto solo… Victorio me obligó a estar con él—
—¿Y eso no es malo? ¿Por qué cuando lo viste te acostaste con él?—
Eso si me hizo sentir entre la espada y la pared.
—¡No te importa lo que yo haga o deje de hacer!— Le grite.
—Te lo diré de nuevo, ven conmigo que cuando esta situación se vaya yo te brindare bienestar y estabilidad ¡Victorio no puede ofrecerte eso porque tiene a Alan!—
Salí de allí cerrando la puerta de la oficina mire mis manos temblando para después vi a Camilo que se me hizo borroso por mis ojos acuosos, el mexicano me abrazo y luego me llevo al cuarto para limpiarme la cara sin decirme una sola palabra lo cual agradecí.
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Era de noche pero no podía dormir, quizás por todos esos hombres rodeando los portones de vez en cuando, afuera estaba helado y ellos allí.
…¡Bam! Escuche y me sacudí.
—¡Estate preparado!— Nikolay apareció en mi habitación.
—Los niños ¡los niños!— Dije bajo.
—Ya nos tienen rodeados, yo te protegeré así que no tengas miedo—
Me quede abrazado con los niños sintiendo que la presencia del ruso ya no estaba pero si escuche los pasos viniendo del pasillo.
—Cristofer— Eran los muchachos.
—Tenemos que ir a un lugar seguro, los vigilantes están muertos— Susurro Nilson.
—Quizás yendo a los sótanos podamos escondernos para hacer tiempo— Plantee.
Tome a Alexis en mis brazos y Kei cargo a Vanni, todos salimos abrigados por los pasillos oscuros hacia el corredor de la cuarta sala. Bajamos por la puerta escondida del librero cosa que sabía porque la mansión donde vivía anteriormente tenía un sótano así. Entramos pero todo estaba exageradamente a oscuras, Nilson y Camilo encendieron sus celulares y nos introdujimos a un enorme sotano con varias habitaciones grises hasta que nos metimos en una habitación de puerta de metal.
—Esto parece un frízer— Canturreo Camilo del frio.
—Aquí está un calentador muy antiguo— Espeto Lamar encendiendo el aparato de tubos doblados en forma cuadrada.
Parecían más bien cárceles. Me senté en una cama plana sin cobijas y coloque a los niños cerca de mí, afortunadamente estaban dormidos.
—No me parece muy buena idea que todos estamos en una sola habitación— Lamar se dirigía a todos.
— ¿Quién se queda con Cris y los niños? Necesitamos dividirnos—
—Yo, yo cuidar— Hablo seriamente Kei.
Y él era el único que no estaba en estado además que tenía mucha más energía que todos juntos.
—Ok, vámonos—
Salieron Camilo, Nilson y Lamar.
Alrededor de una hora paso mientras estaba seguro que no estábamos solos Kei me miro como asegurando que ya nos habían encontrado por el silencio espectral junto a uno que otro ruido imperceptible.
Por cada segundo que pasaba mi corazón casi estallaba del susto.
—¡Suélteme! ¡Ah!— Esos gritos a lo lejos eran de Camilo.
Por cada segundo que pasaba deseaba que a todos los muchachos y los dos niños no les pasaran absolutamente nada malo pero ¿Cómo? ¿Qué podía hacer yo?
—¡Yo no sé nada! ¡Aléjense de mí! ¡Auxilio!— Nilson… sabia que gritaban así para que supiéramos más o menos la distancia.
—lass mich gehen!!!— Palabras en alemán, era Lamar.
Todo lo sentí perdido, salí de allí tomándole un brazo a Kei con Vanni mientras que en mi otro brazo había un Alexis dormido. Yo sabía que había una salida del enorme sótano con pasillos. Corrimos hacia adelante, pensaba en que si había una salida porque por allí habían sacado los cuerpos de la sirvienta y el jardinero aquella vez… Justo cruzando el pasillo vi una gran alcantarilla en el suelo quizás era un desagüe o un buen escondite, Kei me dio a Vanni y comenzó a forcejear hasta que la abrió pero unos pasos estaban muy cerca así que ordene que el chico alto se metiera allí con los niños.
—¡Cristofer!— Susurro Kei en protesta.
—Shh… cuídalos, le hice una promesa a Lance— Le sonreí llevándolo para que saltara, una vez a salvo coloque la tapa de metal oxidada y tome la alfombra vieja que estaba en un rincón y la coloque.
Me senté en aquel rincón gris y me abrase llorando en voz baja, tenía mucho miedo pero al menos mi sobrino estaría a salvo junto con Vanni.
—I-look-You— Esa voz era retorcida.
—You´re the last, little Cris? Let´s go!!!— Grito aquel rubio tomándome del brazo para jalarme sin cuidado.
—¡Auch! ¡Suéltame!!!—
—Shut up!— Justo sentí una cachetada y me desmaye.
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Victorio
—Ya los tienen—
Mi primo entraba corriendo en la habitación de la casa que estábamos alquilando en Idaho.
—Lo sabemos— Solté con mucha rabia.
—Y al parecer Cristofer… salvo a Kei, Vanni y su sobrino—
—A qué te refieres—
—¿Vanni?— Lance apareció frente a nosotros.
—Cristofer los escondió a los tres en una alcantarilla que queda en el sótano— Nikolay quedo estupefacto cuando miro el rostro de felicidad de Lance.
—¿Dónde están?— El de lentes y cabello rubio se motivaba a preguntar.
—Están en San Petersburgo a salvo—
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