Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

SECUESTRO por Mirelle

[Reviews - 56]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola a todooooos :D Me alegro mucho que les vaya gustando la historia, a continuación pondré el capi 3. Espero a todos que les guste >w<

Nos leemos ~ :D 

Capítulo 3: Su rapidez mental.

 

Con un gesto, Hinata les ordenó que se movieran hacia la esquina de la sala y se quedaran todos juntos, sin hacer movimientos bruscos. Cuando los hombres se apartaron, dejaron visible una mesa que habían estado ocultando. En ella estaba Sasuke Uchiha.

 

Sakura corrió rápidamente hasta donde estaba y empezó a tomarle el pulso y a controlarle las heridas. El chico estaba inconsciente, pero no parecía muerto.

 

-Por el momento vive, pero necesitamos sacarle de aquí. – explicó. Su rostro lucía preocupado. Naruto tragó saliva y se esforzó por no pensar en una vida sin Sasuke. No, definitivamente no podía perderle.

 

-Voy a ir a la sala de la cámara. Me pondré en contacto con nuestros padres. – aseguró el rubio. Su mirada estaba cargada de decisión, pero también de orgullo. Era el mismo tipo de mirada azulada que había puesto cuando se había enterado de la rebeldía de Sasuke. El mismo orgullo que ahora sentían todos porqué podían ganar la batalla y lo sabían.

 

-Yo te acompañaré. – aseguró Sakura.  – Que Hinata y Shikamaru se queden vigilando a estos enemigos. Kiba, tú asegúrate de que Sasuke no se levante ni haga movimientos bruscos, ¿de acuerdo? – el chico de los ojos rasgados asintió, colocándose al lado de la mesa donde yacía el moreno.

 

-No os saldréis con la vuestra. – anunció una voz. – Los tres que quedaban en la habitación centraron sus miradas en el hombre de pelo negro, el que había pateado a Sasuke y el que había estado a punto de matar a Hinata. Tenía la misma sonrisa cruel en el rostro y su mirada demostraba que en su corazón no había lugar para la piedad con los otros seres humanos. – Os mataré a todos uno por uno y lo disfrutaré…

 

-Si te mueves te abro la cabeza a balazos, ¿lo entiendes o tengo que demostrártelo? – preguntó Hinata. Su mirada era también fría. Las dos miradas chocaron y un combate imaginario pareció empezar entre ellos. La sala se cargó de tensión a pesar de que nadie hablaba. Las miradas de los espectadores iban desde una hasta la otra y desde la otra hasta el uno.

 

Mientras tanto, Naruto y Sakura acababan de entrar en la sala de la cámara. Fue ella la que encontró el ordenador por el cual se enviaba la grabación a las familias de los secuestrados. Pudieron encenderlo y por suerte no les pidió ninguna clave.

 

-Debemos llamar a casa. – dijo el rubio, observando a Sakura con una mirada preocupada. Ella negó con la cabeza.

 

-Creo que es mejor llamar a la policía. Que hagan lo que tengan que hacer para sacarnos de aquí. No creo que aguantemos mucho en esta situación provechosa. – anunció. Naruto tragó saliva: sabía que tenía razón. Quizás en ese mismo momento los enemigos ya se hubieran deshecho de Hinata, Kiba y Shikamaru y les estarían buscando.

 

Tecleó algo en el ordenador y apareció una pantalla negra, anunciando que había iniciado una videoconferencia. A los pocos segundos al otro lado apareció una mujer.

 

-Está llamando a la policía de Konoha, ¿en qué podemos ayudarle? – preguntó con voz monótona.

 

-Nos han secuestrado unos malhechores y hemos conseguido, de momento, mantenerlos bajo nuestro poder. Necesitamos ayuda urgente. – la mujer observó a Sakura como si estuviera explicándole una mentira. Iba a colgar cuando la chica siguió hablando. – Mi nombre es Sakura Haruno y a mí lado tengo a Naruto Uzumaki. – nada más escuchar los nombres la mujer abrió enormemente los ojos, asustada. Empezó a tartamudear y se levantó rápidamente de la silla.

 

-¡Ayuda! ¡Llamen a Fugaku! ¡Socorro!

 

Los chicos no pudieron evitar reírse a causa de las reacciones de la mujer.

 

Momentos después se situó delante de la cámara un hombre moreno con los rasgos de la cara muy marcados. Tenía el ceño fruncido y daba un poco de miedo.

 

-Os habla Fugaku Uchiha, jefe del departamento de policía de Konoha. ¿Sabéis dónde os encontráis? – ellos negaron y Fugaku hizo un gesto a alguien a su derecha para que empezase a rastrear la llamada. – No tenéis por qué tener miedo. ¿Hay algún herido entre vosotros?

 

-Sasuke. – aseguró rápidamente Naruto. Estaba un poco preocupado. Luego se sonrojó por su falta de formalidad y repitió el nombre. – Sasuke Uchiha, señor. – La cara de Fugaku se descompuso tan solo escuchar esas palabras.

 

-¿¡Qué le ha pasado a Sasuke!? – la preocupada voz vino de alguien más. Detrás de Fugaku apareció un joven muy parecido al Uchiha, solo que con el pelo más largo y dos líneas bien marcadas bajo los ojos. Fugaku le observó y pronunció un nombre: “Itachi”.

 

-Está inconsciente y herido pero todavía sobrevive. Necesitamos ayuda, no sabemos cuánto más vamos a aguantar. – pidió la chica. Fugaku la tranquilizó con un gesto.

 

-No os preocupéis, ahora mismo enviamos a un grupo de liberación. Intentad alejaros lo más que podáis de los enemigos.

 

-Gracias.

 

La comunicación se cortó. Un poco más tranquilos, regresaron a la sala donde habían dejado a sus compañeros sólo para descubrir que no había nadie allí.

 

-¿¡Qué ha ocurrido!? – preguntó asustado Naruto. Sakura le calló la boca con la mano.

 

-Creo que Hinata y Shikamaru no han sido capaces de retenerles… - observó la habitación asegurándose que realmente no hubiera nadie y se mordió el labio en señal de preocupación. – Espero que les hayan llevado a la celda en vez de… - Sakura no se atrevió de decirlo.

 

-No hay sangre en el suelo, por lo que no creo que los hayan matado. – alegó el rubio, poniéndole una mano sobre el hombro. Ella le sonrió.

 

-Tenemos que encontrarlos.

 

-Pero nos han dicho que nos mantengamos alejados de los enemigos. – reprochó Naruto. Sakura le frunció el ceño.

 

-¡Pero son nuestros compañeros, tenemos que encontrarles! Incluso Sasuke ha sido tomado. – Naruto no había caído en ello. Cuando Sakura lo dijo, sonó algo cruel, pero Naruto comprendió que era cierto: la vida de Sasuke le estaba importando más que la de los demás. Molesto, se empezó a dar golpes en la cabeza.

 

-Soy un maldito egoísta… - la chica le agarró de la muñeca, intentando que no se golpeara más. Dio resultado.

 

-Sí, pero tiene solución. Tienes que acompañarme a salvar a los demás. – Sakura le sonreía. Él también sonrió.

 

-Vamos.

 

Salieron al pasillo con la guardia alta por si alguien les atacaba. Sakura iba mirando por delante y avanzando lentamente mientras que era Naruto quién miraba hacia atrás, asegurándose que nadie les siguiera. Ambos estaban preparados para hacerle un placaje al primer enemigo que vieran e incluso no dudarían en golpearle con los puños si era necesario. Había mucha tensión puesto que el silencio que les rodeaba no les había parecido bueno en absoluto.

 

Por suerte o por desgracia, no se encontraron con nadie hasta llegar a la primera habitación, el lugar donde habían estado encerrados. Cuando llegaron apoyaron la oreja en la puerta por si oían algo.

 

-¡Os mataré a todos, por supuesto que os mataré! – era la voz del malvado.

 

-Ya, tranquilízate Madara. – la voz monótona que le hablaba era la de Sasuke, no tenían ninguna duda.

 

-¡Y a ti el primero! – reprochó el hombre.

 

-Claro que sí. – el moreno se rió. - ¿Y como vas a hacerlo, si puede saberse?

 

-Primero  te rebanaré el cuello lentamente y observaré con deleite como gimes de dolor mientras la sangre se va marchando de tu cuerpo gota a gota. Después cogeré el cuchillo y te cortaré los dedos uno por uno mientras tú sientes como…

 

-Eso es muy desagradable. -  se quejó Hinata.

 

-Está bien, está bien, pero baja eso.

 

La conversación se estaba volviendo demasiado extraña como para saber quién tenía preso a quién. Un poco asustados, los dos compañeros abrieron la puerta, encontrándose con un Madara atado a una silla y con los otros cuatro rodeándole. Sasuke estaba despierto y parecía sano aunque estaba apoyado en una de las sillas para evitar caerse al suelo. Hinata y Shikamaru apuntaban al malvado con sus armas y Kiba estaba más alejado de ellos, como un poco enfadado. Seguramente porqué no querrían haberle dejado usar una de las armas.

 

-Me alegro de que estéis todos bien. ¿Dónde están los otros secuestradores…? – preguntó Naruto, sorprendido. Hinata fue la primera en responder, con una sonrisa feliz en su bello rostro.

 

-Sasuke consiguió convencerles de que huyeran. Solo nos hemos quedado con el capataz.

 

-Es más fácil controlar a uno que a muchos. – añadió Kiba.

 

-Sasuke también pensó en que traerlo a una sala pequeña como esta sería mejor. – dijo ahora Shikamaru. Naruto asintió, comprendiéndolo. Fue Sakura la que frunció el ceño.

 

-¿Y no podríais habernos avisado? Estábamos preocupados, pensábamos que os habían vuelto a tomar presos o algo peor…

 

-No te preocupes, Sakura. – anunció el moreno. Su tono de voz pareció calmar los ánimos. – Íbamos a salir a buscaros después, cuando controlásemos un poco más la situación. Era importante seguir los cuatro para evitar que Madara hiciera algún movimiento para liberarse. Además, acabamos de llegar aquí hace poco. ¿Cómo os ha ido a vosotros? ¿Habéis podido contactar con alguien? – ella asintió, un poco sonrojada por como Sasuke se había dirigido sólo a ella durante la primera parte de la conversación.

 

-El cuerpo de policía ya viene hacia aquí. – explicó Naruto

 

-¿Sabéis cuánto van a tardar? – la pregunta del moreno puso nerviosos a Sakura y a Naruto puesto que durante la conversación no se lo habían preguntado al policía. Adivinando su respuesta, Sasuke contentó. – Está bien, no os preocupéis. Resistiremos bien. – esta vez se giró a hablarle al hombre que estaba atado en la silla y que estaba siendo apuntado por dos de sus compañeros. – Madara, ¿dónde dejasteis nuestros objetos personales?

 

El hombre le sonrió malvadamente.

 

-Saliendo al pasillo a mano derecha; la última sala.

 

-Iré a buscar nuestras cosas. – les anunció ahora a los demás. – Será bueno tener teléfonos móviles por si acaso. Ahora vengo.

 

Sakura se acercó a él antes de que abriera la puerta y le sujetó del brazo.

 

-Ten mucho cuidado. – pidió. El moreno le envió una mirada reprobatoria: no le había gustado saber que una chica se preocupaba por él. Giró su mirada hacia sus compañeros por si alguno se estaba riendo por ese ataque contra su orgullo, pero todos le observaban simplemente mostrando preocupación en sus ojos. Sasuke no supo descubrir si sería por el secuestro o porqué en realidad eso no había supuesto ningún ataque contra su orgullo. Quizá estaba un poco demasiado obsesionado con esas cosas. Intentó cambiar de tema, así que le asintió a la chica y se marchó, cerrando la puerta a sus espaldas.

 

Nadie pudo prever lo que sucedería dentro de la sala. Madara de levantó de su sitio y con dos patadas empujó a Hinata y a Shikamaru contra el suelo, deshaciéndose de las armas que le apuntaban. Sakura corrió hacia él para hacerle un placaje pero él la esquivó y dejó que cayera al suelo, golpeándose la mejilla. Kiba no tuvo tiempo ni de gritar antes que el secuestrador le pateara y le lanzara contra la pared, provocando que se desmayara. Naruto, desde la otra punta de la habitación, le observaba con ojos temerosos.

 

-¿De verdad creíais que unos niños como vosotros podrían derrotarme…? Os mataré a todos a sangre fría y cuando llegue la policía yo ya estaré lejos.

 

Con una fuerza sobrehumana dobló un poco sus codos y consiguió romper la cuerda que le sujetaba. Naruto tragó saliva.

 

-¿Por quién debería empezar…? ¿Por ti, que eres el único que sigue consciente…?

 

-Eres un cobarde. – dijo una voz a sus espaldas. Sakura se levantó del suelo acariciándose la mejilla herida y le lanzó una mirada de odio a la espalda de Marada. – Has esperado a que Sasuke se marchara para atacarnos, ¿o no? ¿Tanto miedo le tienes a ese chico?

 

Las últimas palabras hicieron enfadar a Madara, quién en un resorte se giró rápidamente y cogió a la chica por el cuello, aplastándola contra la pared.

 

-¡Sasuke no me da miedo! ¡Ninguno de los que estáis aquí me lo dais! – aprovechando la distracción, Naruto corrió contra su espalda y cuando chocaron ambos cayeron al suelo. Sakura rápidamente fue a coger una de las pistolas que estaban en el suelo y le apuntó con ella. Madara, más rápido que ella, había cogido ya la otra de las dos pistolas y ahora apuntaba a Naruto con ella.

 

-Suelta el arma. – gruñó la chica. Madara le lanzó una mirada retadora.

 

-Suéltala tú si no quieres que veamos qué tiene tu amigo en la cabeza, literalmente.

 

-No te atreverás… - susurró asustada. La sonrisa de Madara no dejaba lugar a dudas.

 

-¿Qué te apuestas?

 

-Está bien, bajaré el arma, pero no le mates. – Naruto le envió una mirada de lástima. Sakura alzó una mano en señal de amistad y se fue agachando poco a poco, dejando el arma en el suelo con la otra. A pesar de que el malvado la miraba con una sonrisa, no había bajado el brazo que apuntaba al rubio. Cuando la chica dejó la pistola en el suelo le frunció el ceño. -Vale, ya está, puedes dejarle.

 

-Creo que nos has entendido la dinámica del asunto. – Madara rió y apretó levemente el gatillo de la pistola. – Dile adiós a tu ami…

 

El gran cuerpo del hombre moreno cayó al suelo de golpe. Detrás de éste había una puerta abierta por donde asomaba la figura de Sasuke. Llevaba un bolso en la mano, con lo que había golpeado al enemigo. Les observaba con una sonrisa socarrona que a Naruto no le gustó nada, a pesar de que le acababa de salvar la vida.

 

-¿Qué lleváis las mujeres en los bolsos…? – se preguntó irónicamente, observando el cuerpo desmayado de Madara en el suelo.

 

Sakura gritó de alegría y saltó sobre él, abrazándole. El chico intentó resistirse, pero le fue imposible cuando al abrazo se unió un segundo cuerpo; el de Naruto.

 

-No sabéis hacer nada sin mí… - susurró, sonrojado de vergüenza por las atenciones. Hinata, Kiba y Shikamaru empezaron a despertarse, asustados por la manera en la que habían caído. Al ver la escena de los otros tres abrazándose al lado del cuerpo de Madara, se tranquilizaron.

 

-Por fin ha terminado… - susurró Hinata con una mano en el pecho y respirando tranquilamente. La pobre lo había pasado muy mal.

 

-Esto no ha terminado aún. – respondió cortante Shikamaru. Ella le observó con miedo. Sasuke asintió y aprovechando que sus dos “pulpos” personales se habían girado a observar al moreno, se deshizo de sus abrazos y habló.

 

-Efectivamente. Este hombre trabajaba para alguien, y ese alguien nos quiere muertos.

 

-¡No digas tonterías! – se quejó Kiba. – ¡Iban a dejarnos libres si nuestros padres pagaban los rescates!

 

-Unos rescates desproporcionados… - susurró Naruto, comprendiendo lentamente la situación. Sasuke le sonrió con aprobación.

 

-Su intención era tener una excusa para matarnos. Si hubieran querido dinero, hubieran tenido suficiente con la mitad del rescate para vivir cómodamente durante el resto de sus vidas.

 

-Quizás eran ambiciosos. – susurró con desaprobación Kiba. Naruto fue el que le contestó esta vez.

 

-Si hubieran querido que fuera su último trabajo no se hubieran arriesgado a pedir tanto.

 

-¿¡Qué le podemos haber hecho nosotros a esa persona para que nos quiera muertos!?

 

Todos se giraron hacia Sakura, incapaces de responder a su pregunta. Se quedaron en silencio unos minutos hasta que Shikamaru fue capaz de contestar.

 

-Creo que la venganza es contra nuestros padres, no contra nosotros.

 

Notas finales:

Hasta aquí :I Pero no se preocupen, que todavía quedan capítulos, no se acaba aquí la historia XD Todavía quedan muchas preguntas por resolver ;)

Espero que me dejen un review si les ha gustado, porfiplisi, siempre los valoro mucho y los respondo antes de colgar el siguiente capítulo :)

Nos leemos ~ :DD


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).