Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

SECUESTRO por Mirelle

[Reviews - 56]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Se acabó la espera, ¡por fin sabremos quién llamó a Naruto por teléfono! XD Jajaja, sí, lo sé, todos lo hemos descubierto :3 ¡Era Fugaku! Sí, es que es muy divertido al teléfono, le gusta gastar bromas a la gente... XD Bueno, después de esta tontería que se me acaba de ocurrir, vamos a ver qué más ocurre en el fic :9

Pido disculpas por la tardanza, es que no me he podido conectar tanto como querría por culpa de las fiestas XD Es tarde, pero ¡feliz año nuevo a todas! :DD

Capítulo 5: Por su encantador hermano.

 

-¿¡Sasuke!? – preguntó no muy seguro. La carcajada que escuchó al otro lado le confirmó su respuesta correcta.

 

-Vaya, has tardado en reconocerme. Yo quería seguir jugando… - ante esa afirmación Naruto se sonrojó. ¿Podrían haber llegado a lo de excitarse mutuamente con el sexo telefónico o sólo habría sido una manera de hablar del moreno? - ¿Estabas durmiendo o siempre eres así de estúpido? – casi se sintió ofendido.

 

-Soy siempre así de estúpido, pero no suelen llamarme los reyes de la estupidez. Me siendo honrado. – respondió con una sonrisa socarrona. Sasuke se rió de nuevo. ¿Quizás mostraba más sus sentimientos cuando no veía a su interlocutor…?

 

-Ya he hablado con los demás, sólo me faltas tú. – dijo el moreno. Naruto se sintió incómodo. – Así podemos alargar nuestra conversación… - bueno, ya no estaba tan molesto. – Con los demás hemos quedado que explicaremos la misma versión de los hechos.

 

-¿Y cuál es esa versión? – preguntó Naruto. En su interior había deseado contarles a todos como Sasuke les había salvado de los malhechores. - ¿Qué apareció IronMan de casualidad mientras perseguía al malvado dios nórdico Loki y que nos salvó a todos antes de marcharse? – había recordado esa última película que le había gustado tanto. - ¿O quizás fue Batman en su coche?

 

-Ey, lo de IronMan suena creíble, me gusta. – se rió. A Naruto no le hizo gracia.

 

-¿Y?

 

-Bueno, el hecho es que Madara no quería pagarle a sus hombres lo que les debía así que todos se sublevaron, le dejaron inconsciente y nos liberaron con la condición de que no les delatáramos. Después de marcharon.

 

-¿Y eso es más creíble que lo que pasó de verdad? – preguntó, molesto. Sasuke suspiró al otro lado del teléfono, no esperaba que Naruto se lo tomara tan mal.

 

-Sí. No nos creerán si les contamos que seis adolescentes fueron capaces de detener a cien hombres armados y a su superior.

 

-¡Pero podemos intentarlo! – exigió el rubio. Estaba frustrado.

 

-¿Por qué te entestas tanto en contar la verdad…? – la voz de Sasuke no sonaba curiosa, pero porqué su interlocutor se esforzó en ocultarlo. Interiormente deseaba saber la razón de porqué Naruto actuaba así. La lástima era que ni siquiera el rubio conocía la respuesta.

 

-Porqué te comportaste como un héroe, no como un chico con suerte.

 

-Fui un chico con suerte. – le recordó cortante. – Fácilmente me hubieran podido matar, pero me dejaron sobre la mesa, regalándome unos últimos minutos. Si hubiera muerto nada hubiera sido igual.

 

-Yo no te hubiera dejado morir. – susurró. Esperó una respuesta al otro lado, pero Sasuke se había quedado sin palabras, igual que él. Estuvieron en silencio tanto tiempo que Naruto creyó que el moreno habría colgado sin él saberlo. Finalmente, la voz del moreno volvió a sus oídos.

 

-Nos vemos mañana. Buenas noches.

 

Y ahora sí colgó.

 

 

 

 

 

Al día siguiente su madre tuvo que lanzarle encima un vaso de agua para que despertara. Se había quedado toda la noche despierto pensando sobre las posibles reacciones de Sasuke al día siguiente. ¿Se habría enfadado con él o quizás hubiese sentido un vuelco en su corazón? Bien, no era como si se le hubiera declarado, pero tras el silencio del moreno pensó que habría sacado una conclusión equivocada (o no) de él.

 

Se vistió lentamente y se plantó en la cocina. Allí estaban sus padres, que al verle le enviaron una mirada triste.

 

-Por un momento pensé que habías vuelto a desaparecer. – confesó su madre con una sonrisa triste. Naruto se sintió conmovido.

 

-Está bien, no me volveré a marchar, mamá. – aseguró. Su padre se le acercó y le abrazó de nuevo.

 

-Te queremos, hijo.

 

-¿Os han dicho por qué fue el secuestro? – preguntó de pronto, recordando como Sasuke les había pedido que buscaran posibles pistas. Los dos se sobresaltaron, provocando las sospechas de su hijo.

 

-Bueno, ya lo sabes, hijo. Sólo querían dinero. – dijo su padre. Su ceño estaba fruncido y Naruto pensó que nunca le había visto tan tenso. – No tienes que preocuparte más por esos malditos. Irás a declarar y luego olvidaremos para siempre lo que ha ocurrido. No volveremos a hablar nunca más sobre ello, ¿de acuerdo?

 

Naruto decidió seguir insistiendo.

 

-¿Sabéis de alguien que haya podido ordenar nuestro secuestro? ¿Tenéis algún enemigo? – el rubio siempre había pensado que vivía con una familia sincera, que se contaban siempre todo y que nunca deberían de preocuparse por nada. La reacción de sus padres les estaba demostrando lo contrario. La prisa por olvidar los hechos y la tensión que les rodeaba ahora. Fue su madre la que contestó, pero la voz le temblaba.

 

-No, cariño. Los policías ya han cogido a Madara, no hace falta preocuparse de nada más. – al ver como su padre se sacaba del bolsillo su teléfono móvil y marcaba un número, Naruto sintió que había metido la pata. Minato se apartó de ellos y llamó a alguien. Su hijo sólo pudo escuchar las primeras palabras de la conversación.

 

-Tenemos que hablar. Creo que mi hijo sospecha algo…

 

 

 

 

 

 

No volvieron a hablar hasta que llegaron a la comisaría. Su padre había fruncido el ceño y no había cambiado su expresión hasta ver al policía. Su madre sonreía, pero Naruto vio como se apretaba la falda con las manos, inquieta. Prefirió no decir nada más y se pasó todo el trayecto en coche mirando por la ventana, fingiendo que los paisajes que pasaban a toda velocidad eran nuevos para él.

 

Al llegar les fue a recibir Fugaku. El hombre le dio la misma mala sensación que el día anterior.

 

-Les estaba esperando, señores Namikaze. – anunció el hombre. Minato forzó una sonrisa y su mujer le dio dos besos en las mejillas. – Síganme, por favor. Mi hijo Itachi será quién le tome declaración a Naruto.

 

-¡¡NO!! – exclamó rápidamente tras oír el nombre del hijo mayor. Los tres padres se giraron a observarle con los ojos muy abiertos. Naruto se sonrojó, incómodo. El grito le había salido demasiado brusco. – Quiero decir… ¿no podría entrevistarme con otro…? Estoy seguro de que el mismísimo hijo del gran policía Fugaku tiene cosas más importantes que hacer que quedarse haciéndole preguntas a un mocoso como yo…

 

-Sí, pero da la casualidad que “el mismísimo hijo del gran policía Fugaku” quiere quedarse haciéndole preguntas a un mocoso como tú. – la voz de Itachi le sorprendió. Estaba detrás de él, observándole con una sonrisa amable, que a Naruto le pareció demasiado tétrica. Con el dedo índice le tocó la nariz, fingiendo cariño (un cariño que a Naruto le heló la sangre).

 

-Oh, Itachi, eres muy amable. – alegó Kushina, con una sonrisa sincera.

 

-Sí vamos, súper amable… - ironizó Naruto por lo bajo, incómodo. Itachi fue el único que le escuchó, y se sintió poderoso al saber que Naruto le tenía cierto miedo.

 

-Bien, señores Namikaze, acompáñenme. Itachi, lleva a Naruto a la sala de interrogatorios y que te cuente lo que ocurrió. – su hijo asintió y Fugaku se llevó consigo a los padres del rubio. Naruto se giró lentamente hacia Itachi para mirarle a los ojos con miedo. La mirada cruel que le envió este no le dio nada bueno que pensar.

 

Itachi le cogió por el brazo y Naruto se dejó arrastrar hasta una sala un poco apartada de las demás. Era cuadrada y tenía las paredes pintadas de blanco. Había una mesa blanca cubierta de papeles y una cafetera en una esquina. Itachi hizo sentar al rubio en una de las cuatro sillas que había y él se sentó delante de Naruto. El rubio observó con extrañez la cafetera.

 

-Intuyo que esto no es la sala de interrogatorios, ¿no?

 

-No, es la sala de descanso. En la sala de interrogatorios hay demasiadas cámaras de vigilancia. – Naruto se estremeció. - ¿Quieres un café?

 

¿Un café? ¿Su peor enemigo le estaba ofreciendo un café? Bueno, quizás Itachi no fuera tan mala persona como había creído en un momento. Quizás se hiciera el fuerte mientras estaba delante de su padre y en realidad fuera una persona encantadora. Quizás quería tenerle a solas para mimarle como si fuera otro hermanito pequeño. Qué tierno era Itachi…

 

-Sí. – respondió el rubio a pesar de que no le gustara el café. Seguro que la bebida simbolizaría una nueva etapa entre los dos, un nuevo comienzo. Una creciente amistad.

 

-Pues no te daré, es sólo para policías.

 

Las palabras de Itachi hicieron bajar a Naruto de las nubes donde se había subido. No, Itachi era un demonio, la peor persona posible. Ahora el mayor le observaba con una mirada chulesca, feliz de haber hecho caer a Naruto en su trampa.

 

-Bueno, ¿empezamos? – preguntó molesto. Itachi asintió, pero se levantó para encender la cafetera y empezar a hacerse un café para él. Lo dejó todo preparado y se volvió a sentar, ahora con las piernas en alto, los pies apoyados sobre la mesa. Una falta de respeto hacia Naruto.

 

-Empecemos pues. ¿Qué quieres de mí hermano?

 

Naruto se quedó de piedra.

 

-¿Qué?

 

-Oye, no te hagas el tonto, ya me has oído. – gruñó el mayor. Su mirada enfadada se centró en el rubio. – Que qué quieres de mí hermano.

 

-¿No se supone que deberías preguntarme otro tipo de cosas…? – el rubio se puso de mal humor. Frunció el ceño y habló con malas maneras. – No sé, quizás lo que sucedió allí o algo por el estilo. ¿Acaso eres estúpido?

 

-Ya sé lo que pasó allí. – su voz era fuerte, cortante. Frunció el ceño él también y su mirada resultó mucho más terrorífica que la de Naruto. Incluso se inclinó en la silla y se levantó para poner ambas manos sobre la mesa en actitud amenazante. – He tenido que aguantar la misma explicación por parte de cada uno de tus compañeros y me sé de memoria la historia. No me servirá de nada que me cuentes lo mismo.

 

-Quizás no quiera contarte lo mismo. – respondió cortante Naruto. – Quizás quiera contarte la verdad. – Mierda, eso se le había escapado sin querer.

 

Itachi enarcó una ceja y le miró con interés.

 

-¿Os habéis puesto de acuerdo para explicar una mentira?

 

Naruto se puso las manos sobre los labios para callarse, pero comprendió que ya era demasiado tarde. Itachi se le acercó y juntó sus rostros, observándole la mirada para atisbar algo que le hiciera comprender que mentía sobre lo que acababa de decir. Desgraciadamente no lo encontró.

 

-¿Qué ocurrió ahí dentro realmente, Uzumaki?

 

-Lo que te contaron todos, ¿no? – preguntó, desafiante. Itachi se enfadó de nuevo.

 

-No me provoques, rubio. Cuéntame qué sucedió. Sasuke está demasiado lastimado como para que sea verdad lo que nos contó. - ¿Sasuke había contado algo sobre sus heridas? En el plan que le había explicado por teléfono no le había dicho nada sobre ello.

 

-¿Qué te dijo Sasuke? – preguntó Naruto con incomodidad. Itachi sonrió victorioso.

 

-Yo te cuento lo que nos dijo y tú me cuentas lo que sucedió, ¿de acuerdo?

 

-Sólo si guardas como un secreto lo que sucedió. – Naruto le sonrió e Itachi le devolvió la sonrisa.

 

-Prometido. – y añadió. – Me empiezas a caer bien, rubiales…

 

-Tú no. – respondió Naruto sinceramente. Itachi estuvo a punto de echarse a reír. – Cuéntame.

 

-Dijo que se había resistido cuando le habían secuestrado y que por eso le habían pegado un poco. Y que después se había caído en algún lugar. Como ves, no es demasiado bueno inventando excusas… - se encogió de hombros. – Ahora explícame qué es lo que ocurrió.

 

-Pasó una hora desde nuestro secuestro y Madara quiso matar a uno de nosotros. – el rubio sintió un dolor en el pecho cuando lo dijo y tuvo que fruncir el ceño, molesto. Recordaba a la pobre chica llorona siendo acosada por el moreno y sintió un escalofrío. – Sasuke la salvó y se lo llevaron para matarlo. Gracias a él conseguimos liberarnos y conseguimos dos pistolas de dos de los hombres de Madara. Le salvamos y él consiguió hacer huir a los compañeros de Madara y apresarle a él, pero se liberó. Cuando estuvo a punto de matarnos, Sasuke le dejó inconsciente. Sasuke es nuestro héroe. – sus azules ojos estaban llenos de brillo. Un brillo que no le gustó para nada a Itachi.

 

-Eso me encaja mucho más. – sonrió. – No te preocupes, lo guardaré como un secreto.

 

-¿Por qué Sasuke querría ocultarlo? – preguntó Naruto. Itachi se encogió de hombros.

 

-Es así. De pequeño se encargaba de ayudar a todo el que lo necesitara y luego le explicaba a mis padres que había sido yo y que me admiraba. Es un chico extraño…

 

-Con todos los respetos, y que quede entre nosotros, pero tu padre no tiene pinta de ser de los que se alegran de que su hijo vaya por ahí ayudando a los necesitados… - se rió. Itachi dejó escapar un bufido.

 

-Y no lo es. Luego me regañaba. – Y Naruto dejó escapar una carcajada.

 

-¡Lo sabía!

 

Ambos charlaron un poco más y se rieron bastante. Itachi no era tan mala persona cuando el tema de conversación no era Sasuke. Después de un rato, y comprobando que había hecho buenas migas con el mayor y que se tenían confianza, Naruto preguntó.

 

-¿Cuál ha sido el motivo de nuestro secuestro? – Itachi se puso serio. – Quiero decir, realmente… Sasuke… él cree que ha sido un ataque contra nuestros padres. Yo creo que podría tener razón…

 

Itachi suspiró.

 

-Ese hermano mío siempre va más allá de mis expectativas… - suspiró de nuevo y su mirada parecía cansada. – Sí, es cierto. Creemos que alguien ordenó el secuestro como ataque contra vuestros padres. Es normal pensar que tengan enemigos, puesto que son las seis familias más ricas del país.

 

-¿Sabes de alguien capaz de hacerlo…? – preguntó. Itachi se sintió todavía más incómodo.

 

-Bueno, sí, hay alguien…

 

-¡Dime quién es!

 

Ante los ojos insistentes del rubio, Itachi decidió hablar.

 

-Esa persona es…

 

-Naruto. – Kushina abrió la puerta de la sala, sorprendiéndoles. Su cara parecía preocupada, pero se relajó cuando se encontró con los ojos azules de su hijo. – Cariño, nos preocupamos cuando no te vimos en la sala de interrogatorios. Por un momento pensamos que te podría haber vuelto a pasar algo…

 

Itachi miró a Naruto molesto y carraspeó mientras se levantaba de la silla donde estaba sentado.

 

-Bueno, yo me voy ya. – Naruto iba a protestar hasta que Itachi le entregó una tarjeta. – Esta es mi tarjeta personal. Si se te ocurre otra cosa, puedes llamarme al móvil. A la hora que sea. – Naruto asintió mientras tomaba la tarjeta. Estaba seguro de cuál era el mensaje: Llámame y seguiremos hablando del tema. Sonrió, se despidió de Itachi con una sonrisa y se marchó con su madre.

Notas finales:

Hasta aquí :)

Espero que se hayan aclarado las dudas respecto a Itachi ya que he visto a muchos que lo preguntabáis. Por cierto, si era porqué ponía que el fanfic tenía incesto como advertencia, eso era un error que ya he solucionado D:

Nos leemos ~ :3

Demo, demo, demo... Antes de despedirme debo hacer... ¡La pregunta del capítulo! Sí, sección inventada en el capítulo anterior como muchos sabéis XD Ahí va la pregunta....

"Itachi te encierra en una habitación dentro del cuartel de policía. Se queda de pie delante tuyo y te mira con sus ojos desafiantes. Te ofrece un café. ¿Aceptas? ¿Y qué sucedería después?"

Sí, es una tontería de pregunta, lo sé XD Pero es divertida >3< 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).