Capítulo 7: Por su cabeza.
Itachi saltó sobre la escalera metálica y empezó a subir los pisos más rápido que un rayo. Un poco asustado por la actitud del otro, Naruto le siguió. Tenía un poco de miedo de que la estructura cayera bajo sus pies y los chirridos que pegaba ante sus pisadas no ayudaban a calmarle. Su corazón estaba acelerado y una sensación de ahogo se apoderó de su pecho.
-¡Sasuke! – el rubio pudo jurar que el grito desesperado del mayor había resonado por todo el edificio. Cuando por fin consiguió acercarse a la escena, lo que vio lo dejó completamente helado.
Había un hombre de unos cincuenta años, con los ojos amarillentos y la piel tan pálida que daba asco. Su sucio y largo pelo negro le llegaba hasta la cintura, vestía completamente de marrón e intentaba tapar su rostro con un sombrero bastante viejo. Al oír como se acercaba Itachi corriendo, había cogido a Sasuke y ahora lo tenía sujeto del cuello con el brazo, controlándole. Había sacado una pistola de algún lugar y apuntaba a la cabeza de Sasuke con ella. El rostro de éste mostraba confusión.
-¿Itachi? – preguntó con inquietud. El hermano mayor no le hizo caso y se dirigió todo el rato al malvado.
-Orochimaru, suelta a Sasuke. Ninguno de los dos queremos que le pase nada.
¿Orochimaru? ¿Ése era su nombre? A Naruto le sonaba que sus padres habían hablado de él alguna vez, pero siempre solía estar jugando a la consola cuando lo hacían así que era incapaz de recordar qué era exactamente lo que le habían dicho sobre él. Vagamente recordaba que se trataba de un empresario exitoso.
-Te equivocas, Itachi. Quiero matarle y lo haré. Me vengaré de todos vosotros poco a poco y dolorosamente.
-¿Itachi, qué sucede aquí? – preguntó preocupado Sasuke. Nuevamente su hermano no le hizo caso.
-Orochimaru, suelta a Sasuke, ¡yo me pondré en su lugar!
-¡Hermano, no!
-¿Y para qué te quiero a ti? – gruñó el malvado. – Él todavía tiene toda la vida por delante. ¡Haré que os arrepintáis profundamente de haberme engañado!
-¡¿Matando a los hijos de los cinco grandes?! ¡Te atraparemos antes de que lo lleves a cabo! – se defendió el hermano mayor. Naruto lo observaba todo demasiado sorprendido como para intentar comprender algo.
-Estuve a punto de llevarlo a cabo y nadie vino a mí puerta a preguntarme nada… - la voz de Orochimaru sonó demasiado tenebrosa. Una fría risa escapó de entre sus labios y apretó un poco la pistola contra la cabeza de Sasuke, empezando a ponerlo nervioso. Naruto sintió que su corazón se encogía todavía más por esa acción desdichada.
-¡Itachi, cuéntame qué está sucediendo!- rogó Sasuke. Itachi suspiró.
-Hubo hace unos años…. Un negocio que parecía bastante bueno. Orochimaru y vuestros padres decidieron invertir en ello pero algo salió mal y perdieron el dinero.
-¡Mentira! – el grito de Orochimaru le interrumpió. - ¡Ellos me robaron mi dinero y me dejaron en bancarrota!
-No es cierto, nosotros también perdimos dinero. – gruñó el mayor. Su ceño fruncido indicaba que no se sentía para nada cómodo hablando de ello. – Pero fuiste tú quién invirtió más, no quisiste escucharnos cuando te lo advertimos y finalmente quebraste. ¡No es nuestra culpa!
-Es cierto, no es vuestra culpa… - ante las palabras del malvado, Itachi pareció relajarse. Orochimaru bajó levemente el arma de la cabeza de Sasuke, tranquilizando un poco a Naruto. – De la misma manera… - el mayor rápidamente volvió a poner la pistola en la cabeza de Sasuke, con tanta fuerza que dolía. Itachi se asustó. - …no será culpa mía la muerte del chiquillo… - y con todas sus fuerzas Orochimaru soltó a Sasuke y lo empujó hacia la ventana abierta y medio rota que tenía al lado.
Sasuke emitió un gemido lastimero y desapareció de sus vistas.
-¡Sasuke!
Naruto corrió todo lo rápido que pudo hacia la ventana, con el corazón en un puño. Orochimaru aprovechó el momento de distracción para salir corriendo por la puerta. Itachi se había quedado tan helado que fue incapaz de detenerle. Una vez el malo salió por la puerta, el mayor de los hermanos pareció reaccionar por fin y se dirigió corriendo a la ventana.
-Naruto, Sasuke, él…
-¡Cállate y ayúdame! – se fijó entonces en que Naruto agarraba a Sasuke por el brazo. El moreno había conseguido cogerse a un viejo metal antes de caerse y ahora Naruto intentaba subirle. Itachi dejó escapar una lágrima y sonrió.
-Gracias Naruto.
El rubio se estaba poniendo de mal humor.
-¡Itachi, ayúdanos!
El moreno mayor se agachó y observó a Naruto a los ojos. Éste le devolvió una mirada enfadada.
-Te doy mi bendición, Naruto. Espero que cuides mucho de mi hermano. – el rubio se quedó sin apalabras ante la declaración de Itachi. – Gracias. – y a continuación empujó la espalda del rubio. Naruto gritó asustado y cayó al vacío, cogiéndole la mano a Sasuke, quién le acompañó en el grito. Ambos cayeron al vacío observándose, asustados.
-¡Sasuke!
El moreno miró al rubio.
-¡Lo que quería decirte….!
-¡Naruto, no es el momento! – gritó el moreno.
-¡Pero tengo que decírtelo! Si morimos ahora… - Sasuke cogió más fuerte la mano de Naruto y le abrazó, protegiéndole.
-No moriremos aquí.
-¡Te amo! – el rubio se lanzó de nuevo sobre los labios de Sasuke. Y entonces llegaron al suelo.
Naruto abrió los ojos lentamente, sin notar rastro alguno de dolor en su cuerpo más que en el pecho, donde el corazón le latía con fuerza. Sasuke estaba a su lado, abrazándole. Sentía la calidez de su cuerpo y el ruido de su respiración y se quedó mucho más tranquilo. El golpe tendría que haberle dolido, pero extrañamente no dolía. Y notó entonces que estaba sobre una colchoneta, que Itachi les sonreía desde arriba, sacando la cabeza por la ventana, y que estaban rodeados de policías.
-Parece que alguien sí hizo lo que debía… - suspiró, interiormente feliz. Itachi habría puesto al corriente a los policías antes de venir y por eso había tardado en llegar. Tenía a Sasuke en sus brazos y estaba vivo, se sentía realmente feliz.
-Tengo… - la voz de Sasuke salió ahogada, quizá por la caída o quizá por el miedo. – Tengo la grabación de la declaración de Orochimaru en el bolsillo… - susurró. Naruto recordó entonces que había un malvado al que atrapar.
-Gracias, Sasuke. – anunció Fugaku, apareciendo entre la masa policial. – Hemos capturado a Orochimaru cuando ha salido corriendo. Todo ha acabado.
Naruto dejó escapar unas carcajadas, absolutamente feliz.