Los rayos de luz se colaban por la ventana traspasando las finas cortinas de velo blanco, la pálida piel de Ji Yong se matizaba por los tonos dorados de las delgadas líneas de sol que lo tocaban. Sintió como su cuerpo era rodeado por una delgadas manos y el calor de otro cuerpo pegado a su espalda. Trato de abrir los ojos pero la luz no le permitía ver claramente, intento parpadear para aclarar sus ojos pero todo aun se veía bastante borros así que volvió a cerrarlos , bajo sus manos lentamente por su pecho para poder encontrar las de su acompañante y suavemente entrelazo sus dedos y aflojo el agarre para poder girarse de frente. Sus movimientos eran delicados y muy discretos por lo que no producía la mínima reacción en su pareja. Deslizo sus dedos por la espalda para rodearlo completamente y lo pego hacía el acomodando su cabeza justo debajo de su mentón y atrapando el resto de su cuerpo con el suyo formando una especie de cuna, el aroma a vainilla tan familiar inundaba el ambiente, volvió a apretar los ojos para abrirlos y poder perderse en la hermosura de aquel rostro angelical, sin embargo, en cuanto consiguió abrir sus ojos la imagen que percibió lo dejo paralizado.
- GD…- susurro el chico en sus brazos que se incorporaba con dificultad, con una de sus manos tallo sus ojos intentando despertarse, abrió sus grandes ojos castaños que proferían una mirada profunda e hipnotizarte que en un segundo había conseguido paralizar a Ji Yong; lentamente se enderezo y planto un suave beso sobre los labios del pelirosa que continuaba anonadado por tal sorpresa, el chico de cabellos azul cielo volvió a acorrucarse en la cuna formada por el cuerpo del otro chico.
Aun petrificado por la sorpresa Ji recorrió con la mirada la imagen de ese encantador chico que descansaba en sus brazos, el café profundo de sus pupilas, sus gruesos y rosados labios, la piel tan nívea como la suya, simplemente no podía equivocarse aquel "chico nuevo" estaba entre sus brazos, completamente vulnerable y expuesto, con el cuerpo desnudo agolpándose contra el suyo con tanta delicadeza y ternura "-¿Cómo paso esto?-".
Aquella situación resultaba realmente extraña era perfecta, deliciosa e inimaginable pero, la simple idea de no saber como había llegado a aquel momento lo confundió demasiado. Mientras observaba aquella escena tratando de recordar o a menos encontrar un poco de coherencia a lo que sucedía, una extraña mezcla de frio y calor comenzó a agolparse a sus espaldar recorriéndolo de la nuca a los pies. Se sintió observado por lo que volteo instantáneamente para toparse con aquel rostro angelical que instantes atrás ansiaba ver, sin embargo su belleza natural estaba contaminada por una extraña expresión de ira, sus ojos reflejaban coraje, frustración deseos de aniquilar. Nunca en todo el tiempo de conocerlo había visto el hermoso rostro de Seunghyun corrompido de aquella manera y como si un balde de agua helada callera sobre su cuerpo la realidad de la delicada situación en la que se encontraba lo baño por completo.
- ¡Demonios! … - "dijo" o más bien intento decir ya que su voz era completamente inaudible - Seung … esto… yo… No tengo idea- continuo hablando en un patético intento por defenderse pero resultaba inútil ni su voz ni la situación ayudaban en nada.
El delgado chico castaño permanecía de piel apretando ambas manos a los costados de su cuerpo, vestía un atuendo blanco muy simple por lo que sus ojos enrojecidos por el llanto sobresalían con facilidad. Su cuerpo vibraba mostrando toda la fuerza que utilizaba para apretar sus puños en los que GD pudo percibir un brillante objeto aprensado en su mano derecha.
- Seu… Seung … No - Grito entrecortadamente sin producir el mínimo sonido a pesar de que se esforzaba realmente. El joven de blanco levanto por encima de su cabeza una afilada hoja metálica que sin duda apuntaba al pecho del pelirosa.
- Noooo… - silencio absoluto.
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Completamente sobresaltado GD se incorporo sobre la cama tratando de respirar profundamente, instintivamente llevo ambas manos a su pecho justo en el lugar en el que se suponía la hoja lo había atravesado pero no encontró nada. Trato de tranquilizar su respiración mientras se cercioraba que no había daño alguno. Giro su rostro en dirección a su acompañante con cierto rastro de enfado en sus ojos
- ¡Demonios SeungRi! Eres un maldito celoso demente - le grito pero el aludido continuaba durmiendo, se levanto rápidamente y salió de la habitación realmente enfadado. El pequeño Lee continuaba durmiendo profundamente sin percatarse de nada de lo que acabada de suceder frente a él.
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Eran las 9 de la mañana cuando SeungRi despertó por fin, hacia ya mucho rato que GD había salido del apartamento como era costumbre estaba solo en "casa". Se levanto cuidadosamente y fue hacia la cocina, al entrar encontró un plato con un par de huevos fritos y un vaso grande con jugo de naranja. Observo aquel sencillo desayuno y sonrió para si mismo.
- Que tontito eres Ji -
Desayuno tranquilamente, la verdad es que ya era una costumbre desayunar solo en la casa de su …. No e que fuesen novios, más bien eran algo así como amantes puesto que de vez en cuando se encontraban para charlar y salir a pasear, cenaban algo ligero y terminaban en el apartamento de Ji Yong con una melosa sesión de sexo inusual; después de eso era común que Seung se quedara a dormir en su casa por 1 o 2 días, cosa que sus padres consideraban normal puesto que a sus ojos a pesar de la extravagancia el pelirosa era un "buen chico", claro que desconocían la relación que realmente mantenía con su pequeño hijo.
Termino su desayuno y se vistió para ir al instituto (tomando un uniforme "prestado" de GD) eran casi de la misma complexión así que aquella ropa le sentaba de maravilla delineando su delgada figura. Salió con dirección al instituto Yaza, él era dos ciclos escolares menor que el pelirosa por lo que aun asistía a la preparatoria … de la misma institución.
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"Demonios, demonios, demonios ¿Por qué tengo estos disparatados sueños?"
Sentía bastante pesada su cabeza pues no paraba de revivir aquella extrañas escenas de sus sueños. La imagen del "maldito chico lindo" acorrucado entre sus brazos, estando realmente indefenso, expuesto, vulnerable y completamente deseable no dejaba de rondar por su mente haciéndolo sentir extrañamente emocionado, cosa que le disgustaba. Dejo escapar más de un suspiro lleno de enfado y frustración. No podía dejar de ver aquel rostro perfectamente acentuado por aquellos ojos castaños que conseguían atravesar no solo su cuerpo si no también su alma.
Aquellos ojos tan profundos que en ese preciso momento lo observaban con mucha atención. Al ir caminando sumido en sus pensamientos choco de frene con el chico de cabellos azul cielo que ante el contacto simplemente se limito a observarlo cuidadosamente. Al percatarse que aquella imagen era real y no otras de sus fantasías no pudo evitar que su rostro se hundiera completamente en el más cálido y profundo sonrojo que sobresalía claramente sobre su pálida piel. Esa mirada era casi la misma que en su sueño excepto que en ese momento lejos de desbordar ternura parecía indiferente y aquel chico no estaba desnudo en realidad ni mucho menos se veía realmente deseable.
- Lo lamento - dijo el peli azul. Aquella voz tan gruesa y profunda llego de inmediato a lo más profundo de su ser revolviendo nuevamente no solo sus ideas si no las miles de extrañas reacciones de su acelerado cuerpo. Era realmente difícil describir aquel tono de voz tan único y las sensaciones que despertaba en el interior del cuerpo de GD. El calor en sus mejillas aumento acentuando más el tono rojizo sobre su piel; se sintió por primera vez realmente débil y simplemente se limito a observar a su acompañante permaneciendo estático.
- Etto… ¿Te encuentras bien? - Insistió
Esta segunda frase lo hizo reaccionar y darse cuenta de lo tonto que se veía en aquel momento. De pronto el nerviosismo se desvaneció y paso a convertirse en frustración ¿Cómo es que se había quedado petrificado por la simple presencia de aquel tipo? El momento de admiración en ira ¿Por qué su cuerpo reaccionaba de esa manera al escuchar su voz?
- Fi… ¡¡¡Fíjate por donde vas!!!- dijo más fuerte de lo necesario mientras dirigía una mirada de desprecio al otro chico, pero este continuaba sin reaccionar de ninguna manera ante esto, lo que sin duda sacaba aun más de quicio a GD. El pelirosa quito la vista de golpe y se giro para marcharse de aquel lugar sin decir nada más.
El día avanzo rápidamente las clases parecían escurrirse como gotas después de la lluvia, sin que nadie realmente les prestase la mínima atención. El mal humor de GD no había mejorado en nada y eso era algo de lo que cualquiera se podía dar cuenta, pues el no era de los chicos que se guardaban nada, simplemente si algo le molestaba lo dejaba salir para evitar el tener que soportar a cualquier persona que se acercara a decir cualquier tontería que no le interesaba en lo mínimo.
La sensación de ser observado mantenía intranquilo a GD, sentía el peso de aquella mirada castaña sobre su nuca pero cada que intentaba corroborar si realmente el "Maldito chico lindo" lo observaba se encontraba con que su mirada estaba realmente perdida en cualquier otra cosa menos en él, lo que sin duda lo exasperaba, no sabia que era lo que le molestaba más "ser observado con aquella insistencia que lo ponía nervioso" o " corroborar que realmente esas insistentes miradas no eran dirigidas a el". En el resto del día únicamente coincidió la mirada del peliazul una vez y fue cuando tuvo que voltear en su dirección para entregarle un folio de evaluación, fue un encuentro frio de solo 5 segundos en los que ni siquiera le dirigió un "gracias"
"Esto no puede seguir así. Me voy a volver loco" Pensaba tratando de tranquilizarse y de evitar pensar en el chico a sus espaldas.
Las clases finalizaron y el resto de alumnos tomaron sus cosas rápidamente para retirarse del aula, pero antes de que alguno saliera del aula e incluso con el profesor aun dentro, una voz aguda e infantil resonó en aquel salón llamando la atención de todos más por la efusividad y el contenido de la frase que por lo repentino que fue.
- !Jiiii! Te eres un malvado no te despediste de mi esta mañana- reclamo fervientemente SeungRi.
El pelirosa se limito a levantar la mirada y centrar la atención en su castaño y simple amante que había llegado a su clase solo para reprocharle su falta de atención. El chico no tomo en cuenta ni la presencia del resto de la clase ni que se encontraba dentro de un aula escolar, se introdujo en el salón caminando directamente hacia su objetivo y se planto de frente a GD. Le dirigió una mirada enfadada y suplicante a la vez.
- Eres muy malo Ji - dijo al tiempo que se acerco a su rostro para besarlo descaradamente en los labios. A pesar de la extraña intromisión y de lo raro de la situación, ninguno de los otros alumnos se sorprendió realmente, ya que era común que aquel chico de rostro angelical se introdujera al aula con reclamos y reproches e incluso algunas veces con mimos y tratos románticos para Ji Yong, por lo que todos prosiguieron en guardar sus cosas y salir del salón.
Al deshacer el beso el pequeño preparatoriano continuo mirando a GD con ira y suplica mezcladas. El pelirosa lo observo por unos segundos y únicamente le revolvió el cabello con la mano derecha, soltando una sonrisa muy tierna de esas que era simplemente difícil ver en él. Un pensamiento abordo la mente del mayor y en automático se giro al sitio en el que se sentaba el "maldito chico lindo". Una ráfaga de insatisfacción lo inundo al darse cuenta que este continuaba colocando en orden sus cosas pareciendo ser completamente indiferente a aquella romántica escena de GD y su pequeño amante.
" ¿Pero que demonios? Acaso no se dio cuenta de lo que acaba de suceder… ¿No le importa? Solo continua haciendo sus cosas como si nada. Maldición… es un maldito engreído"
Los pensamientos en su mente giran entorno solamente a lo que pueda o más bien a lo que él espera que piense el chico peliazul, de una manera muy egoísta incluso se olvida por competo de que entre sus brazos se encuentra aquel lindo chico que lo ha acompañado por mucho tiempo.
- ¿Ji… que te sucede? - el suave tono de voz lo trae de nuevo a la realidad - Estas ido …-
- Lo siento Seung … no me siento bien- responde sintiéndose realmente culpable de que lo que ocupe su mente no sea aquel chico que siempre se ha preocupado por él.
- Ok. Vamos a casa - su sonrisa inocente le perfora el alma más dolorosamente que el cuchillo de sus sueños.
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La simple idea de sentirse derrotado por la mirada del peliazul lo enloquecía profundamente, más aun sabiendo que aquel chico no parecía tener ningún interés en él. Llego a casa de la mano de Seung que no había dicho nada en el trayecto a casa, sin duda alguna notaba que algo preocupaba a GD pero no quería molestarlo, era típico en él nunca causaba molestias.
Los siguientes días fueron una tortura mental para el chico dragón que se la pasaba contemplando fastidiado al chico peliazul. En aquellos días realmente no había sucedido nada memorable, siempre era lo mismo, lo veía leyendo solo en su banca, platicando con algunos compañeros de grupo, durmiendo debajo de un árbol de cerezos e incluso participando al frente de la clase, pero en ninguna de las ocasiones le dirigía la mínima atención a Ji Yong.
- Joven Hyun pase por favor a la oficina del director - solamente por comentarios de los compañeros o por las repetidas veces que el profesor Xei se dirigía al peliazul fue como GD se entero del nombre de este. Choi Seung Hyun.
Las cosas cada vez marchaban más complicadas, pues los sueños extraños comenzaban a aumentar y a atormentarlo. Seung sin duda notaba que algo le sucedía y era cuestión de tiempo para que preguntara que era lo que pasaba, y por obvias razones era algo que no podría responderle. La culpa de ocultarle cosas a su querido Lee pesaba bastante en su mente por lo que incluso trataba de no frecuentarlo para no tener que mentirle.
- ¡Demonios! No puedo seguir así - Aquel día decidió darle fin a su tormento tomando las cosas en sus manos. Al terminar la ultima clase salió mucho más rápido que todos los demás y se dirijo a la puerta principal del instituto. Espero pacientemente, sabia muy bien que Hyun era siempre el ultimo en salir pero por nada del mundo iba a dejar que se le escapara por confiarse, así que no se movió de ahí.
Pasó el tiempo y la escuela estaba casi vacía cuando a lo lejos los cabellos celestes de Hyun resaltaron con la luz del sol. El corazón comenzó a latirle con más fuerza y sus manos se adormecieron ligeramente, pero no iba a retractarse, ese era el momento de hacer algo para resolver sus dudas.
- Seung Hyun - Le llamó cuando se encontraba a tan solo un par de metros de él. El aludido levanto la mirada sorprendido, esa era la segunda vez que "cruzaba" alguna palabra con el pelirosa.
- ¿Qué quieres? - dijo con un toque de enfado en la voz.
Escuchar la voz de aquel chico le provocaba un extraño cosquilleo en todo su cuerpo llenándolo de energía y de un calor indescriptible, algo que nunca había sentido. Tenerlo ahí enfrente era una gran ventaja y al mismo tiempo una extraña tortura al tener que enfrentarse a su falta de interés, era con la única persona que llegaba a sentirse invisible, confundido y débil. Sabia perfectamente que si quería que aquella extraña tortura se detuviera debía hacer algo, algo que lo ayudara a frenar toda esa ansiedad en su interior y aquel era el momento perfecto para atreverse realmente a hacerlo.
Por primera vez consiguió sostenerle la mirada por unos instantes, entonces frunció el ceño tratando de asegurarse de llamar la atención del peliazul. Fue un instante fugaz en el que le sujeto por el hombro y lo acerco ferozmente hacia sí para conseguir apoderarse de aquellos virginales labios rosados. El contacto fue realmente placentero, la temperatura de sus labios era ligeramente más fría por lo que con el contacto sintió como su cuerpo se entibiaba también. Fue extraño no sentirse ni rechazado ni aceptado en realidad, aquello lo dejaba aun peor que al principio; tenia la seguridad de que si se atrevía a robarle un beso despejaría por lo menos una duda acerca de su indiferencia, pero no fue así, justo en ese momento se sentía mucho más confundido que antes.
Sintió el aliento del peliazul bañarle el rostro y los labios. No había conseguido respuestas y no parecía fácil dejar las cosas así. Se desprendió lentamente de aquel perfecto beso y fijo nuevamente su mirada en los ojos castaños de Hyun, esta vez sus ojos siempre impasibles dejaban entrever una pizca de molestia "¿Por qué?" se preguntaba Ji Yong. Entonces el más alto se llevo el dedo pulgar a sus labios y los recorrió lentamente como si quisiera limpiar el rastro de aquellos labios que lo habían marcado.
- ¿Y bien? - pregunto mirando inquisitivamente Hyun, el pelirosa reflejaba total incredulidad en su mirada. GD no pudo responder nada e inclino la mirada al suelo bastante molesto. ¿Qué clase de reacción era esa? - Que infantil eres. No puedes ni hablar ¿Qué esperabas? ¿Resolver tus tontas dudas con un simple beso? - ante esto el pelirosa levanto la mirada realmente enfadado y herido - No seas tonto date cuenta que el mundo no gira a tú ritmo - lo fulmino con la mirada y esta vez fue él quien se inclino para besarlo.
Aquel beso fue mucho más agresivo, fuerte y profundo que el de instantes atrás. Él mayor introdujo su lengua entre los labios temblorosos de Ji Yong dejándolo completamente pasmado, guiándolo en una elaborada danza ágil y deliciosa, el aliento de ambos parecía fundirse en uno solo, las manos del mayor apretaban con fuerza sus frágiles hombros llenándolo de una extraña fascinación que sin lugar a dudas lo volvían loco de placer.
CONTINUARA…..