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Lecciones de Fin de Año por TsukiNokuroUsagui

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Notas del capitulo:

Ahora sí, con este corto omake cierro este pequeño fanfic.

Advierto que hay LEMON explicito!

Si bien es mi primer lemon que publico (es decir que no creo que este muy bueno asi que sean benevol@s) no querio corromper la mente de alguna alma incocente jajaja

­-OMAKE-

 

 

Las campanas resonaban a lo lejos, eran casi como un cántico al misticismo, al jolgorio de recibir un año nuevo, una alabanza susurrada que se diseminada con los pasos de las gentes que se dirigían al templo para dar las gracias por el nuevo año.

La familia Shindo había acordado esa tarde del 31 de Diciembre que después de la cena, a la medianoche irían al templo juntos como lo hacían hacen años cuando Maiko y Shuichi aún eran niños.  Tal acuerdo había sido la bandera blanca que la Sra. Shindo había levantado para que así su querido esposo dejase en paz a su yerno, el cual, por la forma tensa de sus hombros, estaba a un paso de olvidar que aquel señor era el padre de su pareja para comenzar a responder los improperios en indirectas que este mencionaba por lo bajo.

Habiendo dado la medianoche y con los primeros minutos del 2014 se dirigieron todos, con Eiri y el Sr. Shindo cada uno en extremo del grupo ya que cuando se cruzaban miradas un rayo de odio refulgía, mismos perro y gato, intentando lucir lo más posible a una familia unida.

A pesar y con todas las miradas de guerra que tenían tensos a todos, Shuichi se sentía el ser más afortunado, miraba el anillo en su dedo izquierdo con una ensoñación que cuando Eiri se percataba de esto, olvidaba el tremendo cariño que le tenía a su suegro.

Miraba tanto el anillo que por un instante Eiri se preguntaba si ese pedazo de metal era más importante que él, porque con un demonio, él lo estaba mirando desde hacía un minuto y Shuichi parecía hipnotizado por el mismo. Haciendo gala de su mal carácter y pésimo sentido del humor, vigilando que nadie se diese cuenta de lo que iba a hacer, pasando una mano discreta por la espalda de Shuichi le pellizco una de sus nalgas haciendo que el pobre soltase un chillido agudo de sorpresa que hizo que todos los Shindou volteasen a ver qué pasaba.

—¿Qué pasa? —preguntó parco e iracundo el padre de Shu, al ver la mal escondida sonrisa burlona de Eiri y el sonrojado rostro de su hijo.

Shuichi se había llevado las manos a la boca intentando reprimir su chillido pero había fallado. Internamente quería golpear a Eiri en ese instante pero sería muy obvio.

—Nada papá —respondió autómata—, solo que me he olvidado algo en casa.

—Haha —se rió Eiri por lo bajo debido al mal actor que era Shu especialmente para mentir, poniéndolo más nervioso.

—¿Y qué, era muy importante? —preguntó lacónico, mirando con encono a Uesugui para observar si el tenia algo que ver.

—Sí... lo es, así con su permiso ustedes adelántense, nosotros ya los alcanzamos —. Dijo veloz para que cogiendo el brazo de un Eiri que no se esperaba tal reacción  de Shu se dejase asir.

—¿Pero porque te llevas a Eiri-san...? —se escuchó entrecortada la voz de la mamá de Shu.

Ya lejos, Eiri comenzó a reírse como si de un niño malcriado se tratase. Se reía de manera tan exagerada debido al rostro enfurruñado de Shu, el cual después de hacer que ambos se alejasen hasta no ser visto, se detuvo para mirar a Eiri con desaprobación mientras tenia ambas manos colocadas en su cadera.

A pesar de su intento de lucir molesto y fastidiado para Eiri aquello estaba causando todo lo contrario y con sus cachetes infladas, ya rojos de tanto forzarlos en esa poción, se volvía más cómica la imagen.

—¿Y a ti que te pasa Uesugui? —Le habló ya exasperado al ver la risa exagerada que esta lo obligaba a agarrarse la barriga—¿Te has comido un payaso o tu ulcera termino por explotar? —se mofó de él, pero no pudiendo mantener más su posición, comenzó a reírse con él, mientras le daba un pequeño golpe en el hombro para que ya se callase.

—Oh Buda, creo que con esto tu padre me ascenderá a "yerno que matare algún día" a "yerno que matare antes que acabe el 2014" —dijo en tono de burla, aun con la respiración entrecortada por reírse tanto.

—Eso ni que lo dudes Uesugui... —le sonrió— ¿Y ahora qué hacemos? ¿Regresamos?

—¿Quieres que hoy sea ese día del 2014 en que tu padre me mate? —le preguntó retórico.

Shuichi se rio de él, y aprovechando que no habia nadie en el camino jaló a Eiri del brazo y poniéndose de puntillas alcanzó sus labios para darle un tierno beso que duró poco pero fue suficiente para dejar en Eiri ese sabor a fresas que le gustaba.

—Feliz Año nuevo —le susurró Shu en el oído, haciendo que una corriente se formase en la columna de Eiri para bajar por todas sus vertebras.

Después de tan tierno toque, Shuichi intento alejarse pero Eiri lo hacia de la cintura y apoyándose en la pared más cercana lo besó como si no hubiese un mañana. Shuichi se dejo llevar, primero sorprendido y luego perdido ante tal desborde de pasión, y entre las caricias sintió que unas pasos se aproximaban. Con total alarma se separó bruscamente de los labios de Eiri para que cogiendo la parte alta de su gabán, esconderse bajo su cuello y así no ser visto.

Eiri por un instante se perdió de lo que ocurría pero al ver qué sucedía, miró con desagrado a la pareja que pasaba y lo miraba entre sorprendidos y sonrojados por tal muestra publica de afecto.

Eiri no había soltado la espalda de Shu en ningún momento y cuando estos desaparecieron en la esquina sintió que ese calor de nuevo ebullía en su ser. Acerco sus labios para besar una oreja de Shu, haciendo que al otro le bajase un escalofríos por la espalda, levantando la mirada y mostrándole su rostro totalmente sonrojado.

—Eiri exhibicionista —le culpó, intentando fingir molestia pero su brillo en los ojos le delataban de lo contrario.

—¿Qué puedo hacer? Es tu culpa —le recriminó, mientras hundía su nariz en la coronilla de Shuichi y se impregnaba con su aroma.

Shuichi sentía un hormigueo que comenzaba en su boca del estomago y descendía por su parte bajo. Eiri se estaba comportando como pocas veces lo hacía, pero cada una de esas extrañas veces las rememoraba porque parecía un gato mimoso. Al sentir su respiración en sus cabellos sentía que perdía el poco control que aun guardaba, eran muchas emociones, y aun no podía caber con que todo eso estuviese pasando cuando el ya se imaginaban pasando estos momentos solo en su cuarto, extrañándolo.

—Vamos a otro lugar —le susurro Shuichi con un ligero temblor en su voz que no pasó desapercibido para Eiri.

—Que proposición más indecente mocoso —le dijo burlón mientras tomaba su barbilla para obligar a mirarlo— ¿Quién te ha enseñado esas cosas?

—La persona que me culpa por su abstinencia de 5 días —le esgrimió mientras le daba besos pequeños y cortos, molestos pero dulces.

—Fueron 6 días, baka, y hoy voy a cobrarte con intereses por todos esos días —habló sensual, casi como un ronroneo de un gato demandante.

—¿Y qué esperas entonces?

 

 

 

Shuichi se había vestido con su yukata(1) color oscuro con detalles dorados en los bordes y su obi(2) de color carmín resaltaban su color de cabello y ojos. Para Eiri no había pasado desapercibido lo bien que le quedaba aquella prenda tradicional a su pareja.

A trompicones y corriendo de la mano como un par adolescentes, llegaron a la puerta de la casa de los Shindo. Shuichi reía nervioso mientras buscaba en una de sus mangas la llave y Eiri lo abrazaba por la espalda dándole ligeros besos en la nuca, dificultándole la labor.

Con torpeza se descalzaron y como un par de rayos subieron al segundo piso, entrando al cuarto de Shu, el cual cerró la puerta tras de sí jalando la respiración, no sabía si por la carrera o por lo que sabía iban a hacer.

Se quedó apoyado en la puerta viendo como Eiri, sentado en el borde de su cama, se quitaba el gabán lentamente como incitándolo. La mirada lujuriosa de Eiri lo derretía y tenía miedo a de acercarse a él, era como si la presa se entregase en bandeja de plata, pero si quien lo iba a devorar era Eiri el gustoso se dejaba.

—Acércate Shu-chan —habló casi sin mover los labios mientras le dedicaba la sonrisa más sexy que el tenia.

Shuichi se sentía como gelatina, las pocas veces que él lo llamaba así era porque Eiri quería algo de él, y de manera boba se sentía como un niño inocente al cual le iban a quitar su virginidad.

Parado delante de Eiri este le tomo ambos manos entrecruzando los dedos, viendo como aquel anillo de oro blanco relucía como una marca de nacimiento en el dedo anular de Shu.

—Siento como si fuese nuestra primera vez... —balbuceó quedo mientras temblaba haciendo que el anillo tiritase.

—Si tu yukata hubiese sido de color blanco, diría que es nuestra noche de bodas —le bromeó mientras le jalaba haciendo que quedase sentado en  medio de sus piernas— Aunque no me casaría contigo, serias una pésima esposa, no sabes ni cocinar —se burló mientras lo abrazaba por la cintura evitando que escapase.

—Eres un desgraciado —le respondió medio en broma y medio encolerizado, nunca podía hacer un cumplido sin ser sarcástico. — Suéltame —le ordenó resentido y mientras forcejeaba sus miradas se encontraron y Shuichi se perdió en el topacio de los ojos de Eiri que tenía un brillo especial que iba más allá de la lujuria.

—No quiero —respondió lacónico para atrapar sus labios en un beso demandante. Shuichi dejó de forcejear para entregarse al beso, primero saboreando los labios de Eiri y luego rozándolos tímidamente con su lengua, para lo cual Eiri no dejó pasar la oportunidad introduciendo su lengua en un beso húmedo que hizo que Shuichi acabase recostado bajo Eiri.

—Eiri... —susurró Shu, mientras sentía que su corazón martilleaba su caja torácica. Eiri se separó para comenzar a desabotonarse la camisa, manteniendo sus rodillas en cada costado de Shuichi. Shu necesitaba sentir más de Eiri y quizá por el temor de que sus padres en cualquier momento regresasen, hacia que por sus venas corriese adrenalina.

Con premura y dejando su timidez inicial de lado, dirigió sus manos a la correa de Eiri para abrirla y luego bajar el zipper, iba a proceder a bajarle los pantalones cuando Eiri lo detuvo para capturando nuevamente sus labios, posicionar a Shu recostado sobre su pecho.

Mientras se besaban Eiri desaflojaba un poco el obi para que la yukata cayese por uno de sus hombros de manera sensual, mostrando uno de sus pezones. Siempre le habían  parecido demasiado tendedores así que dejando sus labios lo atacó, haciendo que shuichi gimiese de placer.

Shuichi acariciaba los cabellos de Eiri mientras con la otra mano rozaba la parte baja del mismo sobre la tela sintiendo de manera morbosa como aquella parte se volvía más grande y rígida bajo sus leves caricias.

Eiri tomó de manera abrupta sus glúteos con ambas manos, obligándolo a quedar de rodillas con su cadera prácticamente al nivel de su rostro. Como quien busca un tesoro, debajo de la tela del yukata, descubrió la ropa de interior de Shuichi húmeda.

Mirándolo de manera maliciosa bajó sus calzoncillos acercando sus labios de manera peligrosa a esa zona. Dando ligeros besos en la zona del pubis, y respirando pesadamente sobre el miembro, haciendo que este es goteé.

—Eiri... —se quejaba Shu de ver como el otro lo tentaba pero no hacía nada al respecto—Si lo vas a hacer, hazlo baka —le dijo con voz melosa mientras dirigía sus manos a la cabeza de Eiri exigiéndole más contacto.

—¿Cómo se pide baka? —le preguntó maldito mientras rozaba la punta sin engullirla, haciéndose que se desesperase.

—Eiri... ahhh... por favor... —le rogó de manera erótica, haciendo que el propio Eiri sintiese un vacío en la boca de su estomago.

Sin hacerse más de rogar, lo engulló completamente generando fricción con sus mejillas haciendo que Shu se arquease por la ola de placer repentina. Eiri jugó con su juguete disfrutando de los gestos sexuales de Shuichi que lo excitaban, humedeciendo sus dedos mientras seguía en lo suyo aprovecho para encontrar aquel lugar en donde ambos sentirían placer.

Shuichi se sentía totalmente afiebrado y cuando sintió la intromisión de los dedos de Eiri, su mente se volvió una nebulosa donde lo único que importaba eran sus necesidades básicas, y la primordial era sentir a Eiri ya.

Empujando a Eiri para quedarse nuevamente sobre él, con un movimiento rápido bajó de un solo tirón su pantalón y calzoncillo para liberar aquello que ya quería dentro de sí. De manera libidinosa comenzó a restregar su trasero contra el miembro de Eiri el cual se dejaba hacer mientras con ambos manos en su cadera lo elevaba y bajaba simulando el vaivén del coito.

Apoyándose en uno de los omóplatos de Eiri, con una mano dirigió su miembro a su entrada y con suma premura comenzó a bajar haciendo que se le clavase en aquel lugar donde hacía que su cuerpo se encorvase de puro placer.

Eiri lucía un rubor  marcado en sus mejillas al sentir una tremenda estrechez que lo volvía casi loco, sin esperar a que Shu se acostumbras comenzó el vaivén inundando el cuarto de gemidos que le sonaban a él como la música más erótica que hubiese escuchado. Tener a Shu sobre si, con la yukata aún semi puesta, perlado por el sudor y con los labios totalmente rojos hacia que se sintiese el hombre mas afortunado por tener como pareja a Shu.

Shuichi ya no pudiéndose sostener más cayó sobre el pecho de Eiri el cual mantenía las estocadas, haciendo que las caderas de Shu brincasen y este gimiese su oído, sintiendo que ya no duraría mucho.

—Eiri... Eiri te amo —le susurró mientras lamia su lóbulo haciendo que a Eiri se le nublase la visión.

Aumentó el ritmo de las estocadas mientras mordía el hombro desnudo de Shu. Aquellas palabras le elevaban el libido y hacían que el final que no quería llegase.

—Shu... Shuichi —gimió Eiri mientras sentía que se corría dentro de su ser amado, marcando aquel ser como suyo, suyo y de nadie más, llevándolo a la plenitud del clímax.

—Ahhh...! —Gimió audiblemente Shuichi mientras se corría en su pecho y sentía aquel liquido caliente profanar sus entrañas, dejándolo después en el limbo del clímax.

 

 

 

 

Después que la mente de Shuichi vagase entre el limbo y el sueño despertó hallando un par de ojos felinos que lo miraban directamente. Por algún segundo pensó que seguía soñando pero al percatarse que eran los ojos topacio de Eiri, una sincera y hermosa sonrisa se le dibujo en el rostro cubierto de un rubor al saber que lo pensaba que había soñado era cierto.

—Hola Eiri —le saludó bajito mientras buscaba una de sus manos.

—Hola Shu —le respondió mientras enredaba su mano con la mano de Shu y ambos se miraban de manera cómplice.

—Hay dos noticias baka, una buena y otra mala...¿Cuál quieres saber primero? —le preguntó divertido viendo la sorpresa en los ojos de Shu.

—Dime primero la buena —le respondió ansioso siguiéndole el juego.

—La buena es que después de que desmayaras por tal sesión de sexo has pagado tu deuda y los interés Sr. Shindo —le dijo serio como si hablase con un cliente.

—Oh —dijo divertido— Que bueno saber que mi desmayo por tal brutalidad tuya sirviese para amortiguar mi gran deuda.

—La mala es que tu padre nos pescó infraganti y nos ha dado una hora para largarnos —dijo pensativo como queriendo recordar aquel suceso.

—¿A qué te refieres? —pregunto ya serio, con el rostro pálido.

—Bueno, en si se refirió a mí nada más, me amenazó con denunciarme creo... no se... me dijo que buscara a mi abogado a un doctor si no me largaba en una hora.

El rostro de Shuichi lucía como un papel, toda las sonrisa se le había borrado y rogaba que fuese una broma de Eiri.

—Feliz Año Nuevo Shuichi —le saludó dándole un beso en sus labios cargado de cariño. Shuichi al sentir tal dulce tacto se olvidó de lo que ocurría dejándose llevar, hasta que escuchó unos golpes guturales en la puerta.

—¡Te quedan 5 malditos minutos, yo te voy a...! —se escuchó la voz salvaje de su padre, totalmente fuera de sí.

—Ya cariño, déjalos, mira que es primera noche de casados —interrumpió, intentando tranquilizar la situacion la Sra. Shindo quien sonaba divertida por tal reacción de su esposo.

Ambos se miraron, uno con diversión y otro con total preocupacion porque lo dicho no era broma, y con total sincronización saltaron de la cama para comenzar a vestirse y regresar a su hogar, de donde nunca debieron salir al parecer.

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Yukata (1): vestimenta típica japonesa hecha de algodón.Es mucho más ligero que el kimono porque no tiene la capa que cubre normalmente a este y porque no es de seda.

Obi (2):es una faja ancha de tela fuerte que se lleva sobre el kimono (o en este caso sobre la yukata).

 

Waaaa! Acabé mi primera historia, me siento feliz =)

Intenté usar como inspiracion el Dj. Onsen de Hidoku Shinaide para el lemon... T/////T pero no pude escribir todo lo que mis ojitos vieron @_@ jajaja Si no han leido ese manga, haganlo! es muy kawai~

Tan bien estoy toda frekeada con el libro Cazadores de Sombras, Dios... mi mente es un remolino que escupio lo que escribi arriba asi que mal que bien espero este aceptable jeje.

 

Gracias por leer hasta el final y dejenme reviews para no sentirme sola una islita ._.  


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