Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

AMORIS CAUSA por Whisperyuki

[Reviews - 106]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Disculpen la tardanza, simplemente la vida, o mejor dicho, mi trabajo me tenían hasta la coronilla.

El amigo de Ron no dejaba de incordiarle con que durmiera un poco, que ellos (Elliot y Peter) se quedarían en frente de la situación y en la primera oportunidad le avisarían. Lo decía tan a  la ligera que no se percataba del problema, Ron no podía dormir. No importaba lo mucho que lo intentara, cada que cerraba los ojos no podía dejar de mirar y/o imaginar  la horrible situación de Viktor, sumándole que ya era el día. Se estaba quedando sin tiempo.

 

-¡Tienes que descansar!- Le riñó Elliot a Ron, atrapándolo en el momento en que salía por enésima vez de la habitación.

 

-Estoy bien.-Ron se quitó, haciendo que casi se estrellara Elliot en el piso, si no se hubiera sujeto a último minuto del pelirrojo.

 

-No lo estás. Hazme el favor de irte a acostar, nosotros nos quedamos al pendiente.- Elliot trató de dar por zanjada la situación empujando de regreso al pelirrojo.

 

-Que estoy bien.- Ron suspiró al ver la terquedad de su amigo en la cara, era claro que no se iba a dar por vencido.- ¿Te parece que me duerma en el sillón?

 

En una pose muy Molly Weasley, con las manos en las caderas, Elliot le miro -Es un acuerdo, chico.- entró a la habitación y sacó una almohada. Arrojándola al sillón y aun en el papel de mamá gallina Elliot se encargó personalmente de esponjarle la almohada a Ron y recostarlo.

 

A Ron todo esto le hubiera dado risa  ya que su amigo, a pesar de ser muy maternal, era dado a refunfuñar sin cesar que era explotado y no era niñera de nadie; pero el tenso ambiente le impedía siquiera esbozar una sonrisa. Bostezó. Era consiente que su cuerpo le estaba pasando factura por el cansancio de los días pasados, más no podía dormir. La opción que tenía era beber una poción para dormir sin sueños, pero esto afectaría su claridad, lo que era peor en la circunstancia. Tal vez si cerraba los ojos y trataba de dormitar, aunque fuera por unos minutos…

 

¡Plaf!

 

-¡Evy!

 

La mención del nombre del elfo doméstico fue suficiente para que Ron se levantara del sillón y se cerniera sobre la pobre criatura- ¿Lo encontraste?

 

-Sí señor. Evy encontró al señor Krum, señor.

 

-Ron…

 

Ron desvió la mirada a la mano de Peter sobre su hombro, percatándose de la preocupación del chico y de lo fuerte que sostenía por los hombres de la pobre criatura. Aspiró varias veces para tranquilizarse. Que Evy localizara a Viktor en tiempo record era toda una proeza y estaba exultante de emoción; pero eso no justificaba el uso de fuerza innecesaria.  Aflojó el agarre  al elfo - Lo siento, Evy. Por favor dime que encontraste.

 

***********************************************

 

Maldición, le estaba doliendo la cabeza a niveles insospechados. Todo por tratar de entender la situación en la que estaba metido.

 

Ileana (o quien quiera que fuese) después de torturarlo a cruciatus y dejarlo fuera de servicio se encontraba atendiéndole con esmero, como si fuera lo más común del mundo.

 

-Lo siento tanto.-murmuró ella, mientras enjuagaba un paño en un pequeño balde.

 

Viktor, aun sabiendo que no era prudente hablar preguntó- ¿Quién es Emiliya?

 

Ileana se sentó  sobre sus rodillas, jaló su trenzado cabello castaño y empezó a juguetear con el- Ella es mi amiga. Es muy posesiva, pero no la puedo dejar. No después de que me ayudara.

 

-¿A qué?- la pregunta se formuló tan bajo que Viktor temió no ser escuchado, o mejor, ser escuchado y ser molido de nuevo a crucios. Cuando la mujer guardó silencio  y  mordió  su labio de manera nerviosa lo dejo pasar. Meditó si era prudente volver a preguntar, estaba débil y no podría aguantar otra tanda de tortura. Después de todo ¿realmente quería saber? ¿O necesitaba saber? Si fuera el caso ¿Por qué?

 

Ileana se levantó, llevando consigo el balde con agua sucia. Viktor miro su perfil. Ella era la mujer que había amado hace tiempo, la mujer que pensó que conocía como la palma de su mano, la mujer que no le guardaba secretos. Nunca fue cierto. Enfocándose en su sombra Viktor reconoció que realmente nunca la conoció, ella era como la sombra que proyectaba su cuerpo, era ella y a la vez no, era algo oscuro y desconocido, simplemente decía que era ella porque veía que  provenía de su cuerpo, fuera de eso sería imposible decir que era ella.  Entonces ¿A quién había amado? ¿A la mujer o  a la idea que él tenía de la mujer?

 

Diablos, estaba divagando de nuevo. ¿Cómo diablos iba a escapar si se la pasaba pensando en sin sentidos?

 

****************************************

 

La marabunta de reporteros tomó desprevenido a Ron al llegar al atrio del Ministerio de Magia. Iba a presentar la información obtenida para recibir apoyo; no era su ideal, pero se suponía que era un adulto y debía hacer lo correcto, más que por él era por Viktor.   Trató de pasar desapercibido,  algo difícil ya que con su cabello rojo destacaba a más no poder, al menos hasta llegar a los ascensores en donde el cordón de seguridad montado para contener a los periodistas. Faltaba nada cuando fue jalado hacia atrás. –Sígame, señor.- Reconoció la voz de Nick así que lo siguió mansamente  a los sanitarios.

 

-Nicholas ¿Qué está pasando?- preguntó al nervioso auror que revisaba que nadie entrara a los baños.

 

-Eso no importa, no debió venir aquí. Acaban de dar una orden de arresto preventivo para usted.

 

-¿Qué?- Ron estaba estupefacto.

 

-Jawhal- Nick dijo el nombre como si se atragantara con algo asqueroso- lo ordenó.

 

-¿Pero porque?- Ron se recargó en el lavabo, si procesar aun la idea

 

-Cree que usted tiene que ver en el caso.

 

-Merlín…no puedo creerlo.- Solo a Jawhal se le ocurriría semejante tontería.

 

-Realmente nadie, usó un argumento por lo demás estúpido para justificarlo. -Nick suspiró con desgana.- Y luego llegó la prensa como tromba y todo se complicó. Lo más seguro que el representante de Krum les avisara en venganza por ser detenido al momento de salir. Para resumirlo, el jefe está recibiendo presión por parte del Ministerio por el caso, no quieren quedar en ridículo; y el jefe está presionando a Jawhal. Traerlo a usted a interrogatorio aliviaría, o al menos desviaría la presión.

 

- Nadeem ha de estar que se mea en sus bragas por la atención que está recibiendo.

 

-Básicamente, sí.- Nick se rio.-Le recomiendo que se esconda.- el hombre su puso serio.- A todo esto ¿Qué diablos hace aquí?

 

-Información.

 

-No es prudente. Para cómo van las cosas primero lo encerrarían y luego preguntarían.

 

-Tengo que ver a Harry.

 

-El Jefe está encerrado con el Ministro y con el de Cooperación Internacional, lo veo difícil.

 

Ron sopesó sus opciones. Si se entregaba no había garantías de que lo escucharan, aparte estaba el factor tiempo, que no tenía. Ir por su cuenta era otra opción, pero era lo más arriesgado para Viktor. Ir directamente con Harry era su mejor opción pero sería una locura intentar traspasar la seguridad del ministerio solo. Diablos.

 

-Señor…

 

Ron palmeó el hombro de Nick.- Gracias, desde ahora sigo por mi cuenta.- No podía comprometer al auror, ya hacía demasiado al avisarle.

 

 

Plan B.

 

Estaba oscuro y la hora se acercaba peligrosamente y a Ron se le terminaba la paciencia. Miró su reloj por enésima vez, impaciente. ¿Por qué ningún auror se presentaba? Le había pedido a Elliot y Peter que declararan, cada uno por su lado, que lo habían visto en el puerto donde Evy localizó a Viktor, así llamarían la atención y mandarían a investigar. Al parecer, no había funcionado.

 

Había seguido el consejo de Nick y se había escondido, a las afueras de la bodega en el puerto en las orillas del Támesis, donde tenían a Viktor.  Montaba guardia, junto con el elfo Evy. Cinco minutos, iba a esperar cinco minutos luego entraría por su cuenta, Merlín lo ayude. Cada minuto trascurrido era un minuto menos para Viktor y el empezó a sopesar sus opciones.  Según Evy, solo había una mujer, algo que no le cuadraba según sus conclusiones de la investigación.   

 

Nada, ni un alma y ya habían pasado los cinco minutos.

 

Bien.

 

-Evy llévame adentro. No te quedes.- Miró su reloj de pulsera.- Si no salgo en una hora puedes dale parte a tu dueño.

 

Las orejas de la criatura botaron al asentir, mirándole como si a Ron le hubiera salido otra cabeza. Ron respiró profundo, era hora de trabajar. Todos sus problemas existenciales quedaban atrás, en el momento era un auror. Sacó su varita sosteniendo la con fuerza en su mano derecha, se acomodó sus lentes de visión nocturna (regalo de su padre que en muchas ocasiones agradeció enormemente), tomó la pequeña mano de la criatura y ambos aparecieron dentro del complejo. Gracias a Merlín su suposición había funcionado, ninguna alarma había botado chillando su intrusión gracias a la magia del elfo doméstico, aun así no podía confiarse. Evy le dio una pequeña reverencia y desapareció con el pop usual.

 

Lentamente Ron, con la varita en alto, se dedicó a recorrer despacio y sigilosamente la bodega, que como cualquier cosa relacionada con la magia no era como parecía. Por fuera parecía un local de un solo ambiente profundo, por dentro tenía cuatro niveles llenos de pasillos y pequeños cubículos y objetos diversos, así como cajas llenas de mercancía varia.

El corretear de una rata crispó los nervios de Ron, que ya de por si luchaba por no tener subidones de magia para no activar alguna alarma ni llamar la atención. Su plan actual, ubicar y sustraer, era de lo más rudimentario pero para la ocasión era lo mejor que podía hacer.

 

Hubo un zumbido que estremeció todo su cuerpo, indicio que alguien había entrado al lugar. Ron se escondió lo más rápidamente se cubrió y escuchó con atención. Contuvo la respiración cuando los pasos que se acercaban pasaron a su lado, gracias Merlín no dieron con él. Cuando los pasos se alejaron lo suficiente para ser un simple eco el pelirrojo los siguió, cauteloso. A la distancia prudente vislumbró una larga cabellera rubia contoneándose en el suave vaivén de un andar femenino. El corazón se le detuvo cuando, al corretear de otra rata, la mujer volteó asustada por el bicho.

 

Era Adalind, la hermana de Peter.

 

¿A qué juego enfermizo estaban jugando los gemelos?

 

Antes de poder sacar más conjeturas volvió a ocultarse cuando la chica se detuvo, visiblemente nerviosa. -¡Ileana! Sé que estás aquí ¡Teníamos un trato!

 

Silencio.

 

 

 

Un flashazo de luz lo dejo momentáneamente ciego. La estancia se llenó de luz así  que se quitó los lentes y mientras recuperaba la visión pudo escuchar el suave frufrú de tela.- Querida Adalind ¿de qué me estás hablando?- Cuando Ron pudo recuperar su visión vio a las dos mujeres tensas. Lo que pasaba no cuadraba para nada en su perfil de un miembro dominante y un seguidor.

 

-Lo prometiste. Dijiste que si yo atacaba Krum dejarías en paz a papá.- Adalind dijo suplicante.

 

-¿A eso le llamas un ataque?- la mujer de cabello castaño se burló de la rubia- Que niña más inocente. En fin. Pobre de tu padre, tener que cargar con un inútil y con una asesina.

 

-¿Qué?- Al parecer Adalind se dio cuenta que no debió confiar en esa mujer, ya que miraba a todos lados buscando una salida como si fuese un animal acorralado a punto de ser comido.

 

-¡Imperio!

 

La voluntad de Adalind cayó a merced de la maldición imperdonable de la bruja. De pie, pero con el cuerpo laxo en espera de instrucciones. –Entrégame tu varita  y sígueme.- Ileana caminó delante de la rubia, que mansamente la siguió. Ron por su parte espero un poco, dándoles tiempo a alejarse a ambas.

 

Ron maldijo al verlas subir las escaleras, debía ser extra cuidadoso para no darse a notar, lo que lo atrasaría. El eco de la voz de aquella mujer le llegó.- Toma, empieza a cortar donde quieras.- La mujer rio de forma desagradable.- Ah,  no verdad, no puedes. Empieza por la pierna, que sea profundo.- El pelirrojo apretó con fuerza su varita cuando el primer grito tortuoso de Viktor cruzó el aire. No podía precipitarse, debía mantener la cabeza fría por el búlgaro. Lento, muy lento subió los escalones hasta llegar a la última vuelta de la escalera, en el último piso del edificio. Maldijo su suerte al ver que la escalera daba de lleno al piso, permitiendo una vista completa de quien subía por la escalera.

 

Sopeso sus opciones. Dos personas armadas, ambas peligrosas. Un rehén. Abatirlas sin dañarlas. No podía entrar de frente. No podía usar magia para saber que hechizo había en ese perímetro, pero sospechaba fuertemente de un hechizo anti aparición. Bien, llegar a la forma muggle era la mejor opción.

 

Sigiloso camino hasta donde podía ver mujeres que, de espaldas, estaban muy metidas en torturar a Viktor. No lo pensó dos veces, aturdió a Adalind que cayó inconsciente y se cubrió de un hechizo  de la mujer castaña, que  se recuperó rápido de la impresión, enzarzándose en un duelo. Decir que Ron estaba sorprendido por la habilidades en duelo de la mujer era poco, más su uso de magia negra que era increíble. Varias veces estuvo por los pelos de recibir de lleno un conjuro desagradable por lo menos. Tenía que terminar.  Desvió una de las maldiciones que iba directamente a su pecho, se preparó para lanzar su ataque pero la bruja hizo algo sorpresivo, lanzó un bombarda, no a él, sino donde se encontraban Viktor y Adalind. Sin dudarlo les lanzó un protego a ambos, quedando expuesto, hecho que aprovechó la mujer para lanzarle uno hechizo que le dio de lleno lanzándole a la pared, sintió como todas sus fuerzas se drenaban, a la par que sentía sus pulmones arder llenos de dolor  y líquido, temía que fuera sangre. Quedó boca abajo luchando por algo de aire, Merlín estaba tan jodido.

 

-Diste muchos problemas.- le  dijo Ileana, pisándole la mano y quitándole la varita de una patada.- En fin, solo tienes que morir allí quieto. Tardará un poco y puede ser un poco demasiado doloroso, pero tú te lo buscaste.

 

*****************************************

 

Giger yacía en el suelo, inmóvil.

 

Había sido tan rápido que todo quedo fuera de la comprensión de Viktor. Todo lo que el búlgaro podía procesar era que Ginger había llegado a salvarle y estaba tirado en el suelo, lo más seguro era que muerto, pero no podía confirmar nada, ya que tanto Ileana, o lo más seguro que era Emiliya, y Adalind bloqueaban su vista. Cerró los ojos y pidió perdón. Perdón por no darse cuenta a tiempo del problema de Ileana, perdón por ser tan testarudo y perdón a Ginger por provocarle la muerte. Algo dentro de él se agitó,  no quería morir, no así; aún le faltaba tanto por vivir pero su cuerpo no daba más.

 

Resignación. Era todo para él.

 

Alzó una última plegaria, estaba listo. Abrió los ojos y miró los vacíos de Adalind y luego a Emiliya, desafiante,  al menos ese pequeño gesto de dignidad le quedaba. La castaña sonrió guasona, adivinando su pensamiento, pero el gesto cínico de la mujer mutó a un rictus extraño mientras una flor roja se expandía a mitad del pecho.

Notas finales:

Gracias por su paciencia.

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).