A Ron le picaba el cuello de la túnica, así que a discreción jaló la tela tratando de liberarse de la presión sobre su cuello. Aunque al parecer la sensación estaba en su mente, ya que la túnica, hasta hace poco menos de dos horas, siempre le había quedado muy bien.
Se sentía, o mejor dicho, estaba fuera de lugar. Él, parado como la vez anterior en un rincón como la muñeca fea en una fiesta de la élite inglesa, sin ser considerado siquiera como humano lo suficientemente interesante para dedicarle más que una despectiva mirada. Era degradante.
Y toda esa gente que se consideraba la crema y nata de la Sociedad Mágica era sencillamente nauseabunda.
Sus dedos pulsaban en ganas de pasar por su cabello, prolijamente peinado, y volverlo a su estado natural de desenfado. Quería correr a su pub favorito y poder tomarse una pinta de cerveza y comer como Merlín mandaba, no lo que esta gente osaba llamar comida de minúsculas raciones y un asqueroso vino finísimo y avinagrado.
Todo transcurría en una monótona paz. Parte del crédito lo llevaba Harry, que aprovechando que había sido invitado al evento, hizo unos cuantos arreglos para que no se notara que la presencia de sus hombres en el yate, en donde se estaba llevando la fiesta, realmente era por seguridad de una sola persona y fuera revisado de cabo a rabo. Harry mismo le estaba apoyando (de incógnito) acompañando a Viktor de cerca, so excusa de ser viejos conocidos.
Ron llamo la atención de Harry con una muy bien disimulada seña indicándole que era hora de su ronda, Harry ligeramente cabeceo, indicándole que estaba enterado y que estaría al pendiente. El pelirrojo salió y con toda la paciencia del mundo repasó los puntos de vigilancia y revisó a sus hombres. Todo en calma. Regresó al punto de salida, pero en lugar de entrar, permaneció fuera de la vista de los invitados, entre ellos Harry y Viktor, quienes reían y convivían ajenos al escrutinio del pelirrojo. Su hiperactiva imaginación empezó a trabajar. Odiaba que pasara eso y por eso odiaba con más razón los trabajos de vigilancia. Las largas horas en espera siempre eran caldo de cultivo para todo tipo de pensamientos, buenos y malos. Ahora mismo su amorosa mente estaba viajando al país de los celos sin sentido, al ver muy juntos al par de morenos que prácticamente brillaban, Viktor por su glamour y Harry con su fuerza. Ahora bien, no es que Ron se sintiera celoso de Harry en sí, esa etapa ya la había superado, era el cómo se llevaba con Viktor; ese lazo especial de haber sido compañeros en el Torneo de Los Tres Magos.
Sí, era envidia, y qué.
Vio a ambos morenos acercarse a su lugar, alejándose de la turba que se había formado a su alrededor. Se apoyaron en la baranda y charlaron brevemente antes de que Harry regresara adentro, dejándolos en la cubierta del barco, una distancia prudente entre él y Viktor.
El suave vaivén de las olas rompiendo en el casco del yate fue el fondo de la escena por un largo tiempo. Las estrellas titilaban, reflejándose en el oscuro mar, viéndose este como un segundo cielo, el olor salobre del mar se combinaba con el dulce expedido de la casi terminaba bebida de Viktor.
Era un momento incómodo para Ron, pero al menos Viktor había atendido su solicitud de dejarlo hacer su trabajo y se había comportado.
-¿No te cansas de vivir en su sombra?
-¿Perdón?- Diablos, Ron se sintió como un tonto cada que abría la boca enfrente del búlgaro, pero las acciones y preguntas de Viktor siempre le tomaban desprevenido por la rareza de las mismas.
-Que si no te cansas de vivir a la sombra de Potter, Ginger.-Aclaró Viktor, mientras miraba sin aprecio su vaso.
-Nunca he estado en su sombra.
-Siempre que lo veo a él estás tú atrás.
Eso sorprendió a Ron y, solo un poco, lo alegró al saberse notado. – Estoy a su lado, no atrás. Harry es mi hermano, no solo figurativo; es parte de la familia desde mucho antes que mi hermana se comprometiera con él.
-Un golpe de suerte muy apropiado ¿no?
Ron calló por largos momentos al no saber cómo responder tal cuestionamiento, era…complicado.-Creo que más bien fue fortuito. Y no, antes de que preguntes, mi vida no gira a su alrededor, esta entrelazada.- Sí, esa era la mejor forma de explicarlo-Es como una trenza de tres partes, cada cabo somos nosotros, Harry, Hermione y yo. Cada uno está formado de delgadas fibras que nos forman, nos hacen lo que somos. Somos independientes pero es difícil formar la trenza sin los otros dos.
-Muy metafórico de tu parte, Ginger.-Viktor terminó de un tragó la última parte de su refresco.-Eso significa que tienes otros amigos.
-Por supuesto.
-¿Y también te los follas como a Hermione?
Ron crispó su labio y por primera vez, le gruñó a Viktor- Vuelve a hablar así y juro por Dios que te romperé los dientes, Krum.- Era un hecho que Hermi no era una santa, pero nadie tenía derecho de juzgar su vida privada, ni de ella ni de sus otros amigos.
-Me disculpo.
Se había esfumado el buen humor de Ron. Fulminó con la mirada a Viktor por un rato. Que imbécil. La disculpa se oyó vacía, hecha solo por diplomacia.
En ese momento Ron quería alejarse del búlgaro. Gracias a Dios por la rubia que llegó y se llevó a Krum adentro.
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Viktor sonreía con falsedad y fingía que toda su atención estaba puesta en Adalind, la hermana gemela de Peter, mientras esta se le pegaba en el costado como si fuera garrapata y lo paseaba mostrándolo como si fuera un trofeo; pero su mente estaba en aquellos ojos azules que lo miraban tan intensamente que quemaban en fuego helado.
No le había gustado como lo miraba Ginger, con reproche ¿Por qué había dicho eso? No es que quisiera llevarse bien con el pelirrojo, solo que estaba aburrido y siendo que Ron iba a estar alrededor por un tiempo, y le estaba cuidando la espalda, pues era lo más prudente tratar de hablarse con cortesía.
Adalind le ofreció un vaso con bebida alcohólica, la que rechazó ya que no estaba bebiendo esa noche, la chica se alejó a buscarle otra. Viktor suspiró ruidosamente para quitarse la tensión que él mismo se había provocado, su temperamento había entrado en acción y había arruinado una perfecta charla. Realmente no tenía interés acerca de la relación de Ginger y Potter, simplemente había sido un tema de conversación bastante lógico; e iba bien hasta que Ron había mencionado a Hermione y a sus otros amigos, Viktor inexplicablemente se había enfurecido. Le estaba empezando a dolor la cabeza de tratar de entender porque que esos dos mantuvieran una amistad a pesar de su fallida relación amorosa le irritaba ¿tal vez porque ella había sido su primer amor? O a lo mejor, que Ron tuviera amigos, algo de lo que Viktor carecía, con quienes contar. Aunque la definición de amigos de Ginger era bastante liberal, besarlos en un pub ¿sería así con todos o solo con aquel hombre?…
Adalind regresó con una bebida de arándanos y agua mineral. Viktor la tomó y le agradeció la cortesía. Dio un largo trago y se sintió mejor. La rubia se colgó de su brazo y le guio a otro grupo de invitados, para departir con ellos, y Viktor se dejó llevar, para olvidar el incidente con Ginger que ya le estaba provocando un dolor de cabeza.
El tiempo pasó y Viktor, de estar bien se sintió con vértigo, como si se le hubiera bajado la presión. Se apoyó en Adalind, que lo tomó con fuerza del brazo. Las cosas se empezaron a ver borrosas y de borrosas a negras, las charlas se fueron apagando ¿qué le pasaba?
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Ron aprovechó el momento de hacer su otra ronda para escapar al sanitario ya que el llamado de la naturaleza le apremiaba. Terminaba de lavarse las manos cuando la voz de Ravi sonó por su comunicador.
-Diez cero
-Aquí Weasley.
-Tenemos un diez dieciocho.*
-Diez veinte.*
-El sector ocho.
-Diez cuatro.*
Ron prácticamente voló hasta el sector ocho, correspondiente a los camarotes del yate. Varita en mano llegó al punto, esperaba encontrarse con varios de sus hombres pero solo Ravi estaba allí, viéndose indeciso.
-¿Qué sucede?
-Señor, el sujeto está adentro con una señorita, pidieron no ser molestados.
Una venita en la sien de Ron estaba palpitando ¿entonces para qué diablos estaba allí? Al parecer Viktor había encontrado con quien tener sexo esa noche.
-Pero Krum no parecía estar bien.
Eso era raro, Ron había visto a Krum en sus cinco sentidos-Detalles.
-Olive me alertó que la pareja venía a este sector, que estuviera alerta. Al parecer Krum había bebido de más, no pudo corroborarlo ya que la señorita la despidió cuando se acercó a ver .
Las alarmas de Ron se dispararon.- Vik- Krum no había bebido nada hasta el momento que lo deje a cargo de Olive. Es imposible que en menos de diez minutos se emborrachara.
-Lo mismo pensé señor. Aparte Krum no respondió cuando le pregunte si estaba bien.
-Llama a Anders, dile que quiero su culo aquí ¡Ahora!
Ravi asintió, llamando a su compañero y poniendo en estado de alerta a los demás. Ron se plantó frente a la puerta del camarote. Llamó y no recibió respuesta. Una vez, dos veces, tres veces, nada. Hora de actuar. -¡Bombarda! – En medio del desastre de la otrora puerta Ron se abrió paso. Vio a la rubia hija del anfitrión de la fiesta gritar y cubrir sus pechos desnudos con sus brazos. Viktor estaba en la cama, atado, su ropa abierta y su miembro al aire; se hubiera sentido como un intruso si no fuera porque notó que el hombre estaba desmayado y más allá una cámara grabando la escena.
Era enfermo.
Se agachó cuando un hechizo paso zumbando a su lado para estrellarse en el trípode que sostenía la cámara. Mala suerte para la chica por su pésima puntería. Ron lanzó un hechizo para proteger la cámara ya que era evidencia, antes de poder lanzar otro para reducir a la chica Ravi había entrado y la había sometido.
Ron se levantó del suelo y llegó al lado de la cama, cubriendo a Viktor en un movimiento veloz con la sábana bajo del cuerpo del búlgaro. Metió su brazo bajo de Viktor y le alzó, acurrucándolo en su regazo. Con la mano libre le dio unas suaves palmaditas en la mejilla, buscando una reacción, que no sucedió. Apretó los dientes, buscó con la mirada a la responsable de esto y le gruñó-¿Qué le diste?
La chica, que ya estaba cubierta gracias a su subalterno, lo miró con grandes ojos que imitaban a un conejo asustado y se negó a hablar.
-Mira chica, es mejor que digas que le diste y que pretendías, de lo contrario me veré obligado a arrestarte por secuestro e intento de violación.
La amenaza no surtió el efecto que Ron deseaba, simplemente la rubia abrió más sus ojos en horror, pero se obstinaba en no hablar.
-Señor.- Ese era Anders, el equivalente a paramédico, que acababa de llegar.
-Revise a Krum.
Anders asintió. Sacó su varita y empezó a recitar hechizos sobre Viktor-¿Alguna pista de lo que tiene así?
Ron negó, aun sosteniendo a Viktor en su regazo. Lo hacía para evitar que se ahogara, no por el miedo creciente de verlo sin reaccionar; sí, esa era su versión y se apegaría a ella.
El cambio del rictus en el rostro de Anders fue para Ron un gran alivio, ya que había pasado de uno de total concentración y preocupación a una de respiro.
-No es muy grave, es una mezcla de pócima relajante, de amor y un afrodisiaco lo que circula por su sistema. El problema fue que le dio una sobredosis. Le tomaré una muestra para que el pocionista pueda fabricar el antídoto correcto, mientras le daré una poción anuladora estándar para atenuar algunas molestias mientras lo ve el medimago.
-Señor…- habló Ravi.
Ron sabía lo que tenía que hacer. Renuente, dejó a Viktor en manos de Anders y tomó las riendas de la situación.- Llévala al Departamento y fíchala. Les avisaré a su padre y al Jefe lo que sucedió aquí.
Ravi asintió y desapareció llevándose a la chica. Ron suspiró. Llamo por el comunicador a dos más de sus hombres para encargarles que procesaran la escena y repararan el desastre. Llamó al medimago para que estuviera listo para solo recogerlo y llevarlo a que revisara a Viktor detenidamente.
Su tranquila noche se había convertido en un Pandemónium.
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Ron llegó a la casa de Viktor después de una noche infernal. Entre mover al personal, avisarle al padre de la chica lo que había hecho (el señor había reaccionado como cualquier padre, como un verdadero loco), e interrogar a la chica que solo sollozaba al lado de su abogado había terminado agotado.
Llegó a la recámara de Krum, saludó al guardia y pasó. Viktor estaba en la cama, su ropa cambiada por una simple camiseta de tirantes y un holgado pantalón de pijama. Su respiración era lente y serena. Ron agradeció por eso.
-Señor.- Llamó su atención Anders- El medimago le administró el antídoto a Krum. Me informó que este hará que expulse la poción pero que presentará algunos síntomas.
-Puedes irte Anders. Ya es el cambio de guardia- Ron le dijo al hombre que lucía igual de cansado que él.
-Pero señor.
-No te preocupes, yo me quedaré vigilando mientras que llega el cambio. El Jefe vendrá y los llevará.
El joven salió del cuarto, dejándolos solos. Ron convocó una silla y se sentó al lado de la cama, vigilando el sueño del búlgaro.
Viktor empezó a revolverse. Las alarmas de Ron sonaron ¿había hecho mal en despedir a Anders? Estaba a punto de levantarse y llamarlo cuando una fuerte mano se enroscó en su muñeca y lo detuvo. Era Viktor, que lo miraba profundamente. –A... Agua.
Ron asintió y le sirvió un poco de agua de la jarra que estaba en la mesita de noche. Con cuidado, levantó a Viktor por el cuello y le ofreció de beber. Viktor bebió con lentitud, sin dejar de verlo, haciendo que Ron se pusiera nervioso. Al terminarse el agua, Ron iba a poner la cabeza de Viktor devuelta en la almohada, cuando en un movimiento raudo se vio el mismo recostado en la cama, bajo el cuerpo del búlgaro.
El pelirrojo no sabía que corría por sus venas. Sorpresa, incredulidad, excitación y miedo estaban revueltos dentro de sí y la intensa mirada de Viktor no ayudaba a despejarse. Cuando el rostro de búlgaro empezó a bajar, hecho que Ron esperaba anhelante, una pequeña llama de cordura le llamaba a alejarse. El aire que alimentaba el raciocinio se consumió cuando sus labios fueron tomados por Vikor, quitándole el aire de sus pulmones y toda la cordura. El beso no era tierno, era demandante y lleno de fuego que quemó las entrañas de Ron, expandiendo su calor por todo su cuerpo hasta depositarse en su ingle, atizando su necesidad. Viktor metía su lengua buscando, explorando cada recoveco de la boca de Ron, pugnando en robarle no solo el aliento al pelirrojo, también cualquier pensamiento coherente. El búlgaro tomó de la cintura a Ron y metió a la fuerza su gran cuerpo entre los muslos del pelirrojo.
Ron estaba en la luna, solo atinaba a asirse de los hombros de Viktor y dejarse hacer. Cuando la lengua de Viktor trazó un largo camino de su barbilla a su clavícula, quedándose allí sorbiendo la pálida piel largó un ronroneo. Viktor levantó la vista y se le quedó viendo; Ron se pintó de rojo profundo.
-Lindo.
Oh mierda, de todos los adjetivos ¿era lindo? ¿Por qué no sexy?
El reproche murió antes de salir de su boca cuando la mano de Viktor se deslizó entre su pantalón afianzándose en su pene, sacándolo y….
Un fuerte y gutural gemido brotó de sus labios hinchados por el beso cuando Viktor junto ambos miembros y empezó a bombearlos con su mano. Ron sentía su pecho tan henchido de deseo, solo no explotaba porque el pecho de Viktor estaba sobre el ejerciendo una deliciosa presión.
Las pálidas manos de Ron pintaron un largo camino hasta las nalgas de Viktor, empujando hacia abajo el musculoso trasero, buscando, buscando cualquier cosa que pinchara la burbuja de desesperado deseo en la que estaba envuelto, para que explotara y lo cubriera por completo.-Viktor, por favor.- No le importó implorar.
Viktor jadeó, con una de sus manos tomo la pierna de Ron y la colocó en su cintura, orden muda que Ron siguió, rodeando la cintura de Viktor, que empezó a mecerse, moliendo entre ambos cuerpos los miembros buscando la deliciosa fricción que los en una danza erótica, era demasiado. Los sentidos de Ron estaban sobrecargados, en un especialmente fuerte y duro empollón de Viktor a sus miembros Ron no pudo más, su cuerpo explotó en un río nacarado seguido en breve por Viktor, logrando que ambos se sintieran saciados.
La mente de Ron estaba frita después del orgasmo. El peso de Viktor cayó sobre él, a Ron no le importó en lo más mínimo, lo recibió gustoso. Le dio un beso en la nuca al búlgaro-Viktor.-llamó.
Nada
Ron empujó el hombro de Viktor, solo para percatarse que estaba desmayado.
La burbuja se había roto. Junto con el corazón de Ron.