La poca luz que se colaba por las finas cortinas, caían sobre los párpados cerrados del joven doncel, quien empezó a removerse entre los brazos que lo tenía prisionero, el menor no quería soltarse tan solo buscaba una manera mas cómoda para dormir, apoyo su frente en el pecho caliente del mayor y de pronto abrió sus zafiros, en un instante, pudo visualizar los cabellos azabaches cayendo sobre el rostro níveo y adormilado del varón. El pequeño maullido del animal, que luego saltó sobre sus piernas para esconder su pequeña cabeza entre las sabanas. Todo eso le hizo sentir un poco extraño, un sentimiento algo tibio en su pecho, sin querer golpeo con su codo contra el pecho del mayor, haciendo que este tosiera pero aun así no abrió sus ónices.
-Sigue durmiendo, Dobe. Aún es muy temprano. –La voz media adormilada del varón se escuchó rasposa y un poco tosca, pero aun así no soltó el agarre que tenía para con el doncel.
-¿Y cómo sabes tú que es temprano?... ¿Y qué mierda haces en mi cama?
La voz del doncel sonaba molesta y sarcástica, pero eso no hizo que el mayor lo soltara, sino que apresara aún más el agarre, Naruto se removió inquieto, pero al final no consiguió nada, así que siguió de la misma forma unos minutos más, escondió su leve sonrojo entre las mantas, hasta que el sonido estridente de un celular empezó a sonar por toda la habitación.
-Teme…ese es tu celular.
-Déjalo sonar.
-Puede ser importante.
-Tú lo has dicho “puede” además no me interesa. –Pero aun así el menor se soltó del agarre y se levantó de la cama para tomar el celular del moreno.
-¿Buenos días?
-Sasuke Uchiha ¿Dónde mierda te encuentras a estas horas?
Y en ese momento Naruto se dio cuenta que habían dormido más del medio día.
-He, disculpe. Sasuke sigue durmiendo. Habla Naruto.
-¿Naruto? ¿Quién eres Naruto? ¿Y dónde se encuentra mi hermano?
-Pues yo…-Pero antes de que el doncel siguiera con la extraña conversación, Sasuke tomo el teléfono entre sus manos.
-Itachi, ya he dicho que no volveré a casa, así que déjame en paz. Y sin más colgó el teléfono bajo la mirada aturdida del rubio.
-¿Y dónde se supone que vas a vivir, Teme?
-Pues no es ¿obvio? Aquí contigo, así que mejor vamos a comprar comida, porque por lo que he visto no tienes muchas cosas comestibles.
Naruto no pudo replicar nada, ya que Sasuke se colocó su misma ropa de ayer, ya limpia, mientras que naruto se puso una remera holgada y unos pantalones también grandes.
Después de haber discutido de la forma de vestir del doncel y que este le refutara, se encontraban en el supermercado, el doncel jalaba el carrito lleno de comida, mientras que Sasuke metía suficiente comida, comida que él nunca hubiese comprado, ya sea por el precio o tan solo por no saber cocinar.
Sasuke pagó todo con efectivo, ante la mirada extraña del menor y de la misma cajera.
-¿Sasuke, eres algo así como un mafioso o un gánster?
-¿AH? ¿De qué hablas?
-Pues nadie gasta tanto dinero en comida como tú lo acabas de hacer y lo peor es que te he encontrado en un callejón medio moribundo, con un gato a cuestas y que al parecer estas huyendo de tu familia.
-Pues tú también estabas herido cuando me encontraste. ¿O pensaste que no di cuenta de los golpes que tienes y tratas de ocultar bajo tus cabellos desordenador?
El menor no dijo nada, tan solo atino a sonrojarse, sus mejillas ardieron por la vergüenza, aquella noche, había podido escapar de un grupo de hombres que querían abusar de él, tan solo fue por suerte, por lo que pudo escapar.
-Eso no te interesa, Teme.
-Bien, entonces vallamos a comprar una cama, porque no pienso dormir todas las noches en el sofá. –El menor no decía nada, tan solo caminaba detrás del moreno, con el rostro agachado, sus ojos azules se entristecieron, pero no quería hacerse notar.
Todas las miradas de las transeúntes, mujeres y donceles, iban dirigidas hacía el mayor, quien tan solo caminaba sin prestarles atención, de pronto Naruto sintió como chocaba contra un muro, pero tan solo fue la espalda del moreno.
Sasuke se había detenido abruptamente al darse cuenta que Naruto no caminaba a lado suyo, así que al detenerse sintió un leve golpe en su espalda y pudo ver al menor, con su pequeña nariz respingada, estaba roja y el menor se la estaba sobando, mientras que pequeñas lágrimas luchaban por no salir.
-¿Estas bien?
-¡Teme! ¿Por qué te detienes así-ttebayo?
-Tan solo me preocupo que no estabas a mí lado. –Sasuke tomo una de las bolsas del menor para agarrarle la mano y caminar como si fueran una pareja.
-como si fuéramos una pareja…eso sería tan bueno…-Los paso del mayor se detuvieron nuevamente al llegar a la pequeña casa del menor.
Sasuke se encargó de acomodar todas las cosas en los pequeños armarios, mientras que Naruto ingresó al baño a lavarse el rostro y volver a curar sus heridas, no se dio cuenta, cuando una mano tomo la suya delicadamente, para tomar el pomo con la crema.
Naruto se exalto al ver muy cerca de su cuerpo, el cuerpo del moreno, se veía mas alto y tenebroso. Sus dedos surcaban con cuidado su herida en la cabeza, mientras que una mueca de dolor se hacía presente en su níveo rostro.
-¿Cómo…te hiciste eso?
-No lo recuerdo…. Puede haber sido por los golpes que me di con un hombre al salir de un bar.
El menor ladeo su rostro sin entender, supuestamente los golpes se dan dentro no fuera de un bar, pero el moreno ya era extraño.
-¿Fuera?
-Sí, al parecer unos hombres querían abusar de un doncel. –El menor habría sus ojos sorprendido, pero el moreno seguía aplicando la crema por su otra herida.
-Tú…tú…fuiste…
-¿Yo qué?
Sasuke vio como los zafiros del menor se empezaron a opacar, agachando su rostro, cubriéndolo con sus largos cabellos, Naruto de por sí era muy pequeño, a pesar de contar con 19 años, su cuerpo de doncel no le ayudaba en su físico ni en su estatura, el mayor, al tener 25 años y medir 1.90, tuvo que agacharse para ponerse en su estatura, lo tomo entre sus hombros y empezó a recordar la noche anterior.
-Ya, Naru. Ahora estoy yo aquí y nada malo te va a pasar.
-Pero tú te iras…tienes a tu familia.
El mayor suspiro cansado, tomando al menor con sus dos brazos, para cargarlo y llevarlo a la sala, ahí lo sentó sobre sus piernas, mientras el menor cubría su rostro lloroso entre la curvatura del cuello, Sasuke sobaba la espalda del menor para tranquilizarlo.
-Sabes Naru. La otra noche pelee con mi hermano. Él va a casarse con un hermoso doncel y al parecer a mis padres les ha dado la buena idea de casarme con una de sus hermanas. –Sasuke sintió como el pequeño cuerpo del menor empezaba a tensarse, pero este siguió sin soltarse y mostrar su rostro.
-Kisame, que así se llama su novio, quiso presentarme a sus dos hermanas, pero yo no quise, mis padres me llamaron inmaduro y mi padre me amenazo que si no me casaba con una de ellas, me desheredaría.
Kisame es un buen doncel y ama mucho a mi hermano y este a él, estoy feliz de que se casen, pero ¿Qué problema hay de que yo no me quiera casar?
Naruto no había dicho nada, tenía miedo de que el azabache también le dejara solo.
-Es que ya estas viejo, Teme.
-¡Hey! Tan solo tengo 25…Mi Oto-chan, intento hablar conmigo al igual que mi hermano, para pedir que vuelva, pero…
El menor espero unos segundos que le parecieron eternos pero el moreno no termino de completar su frase, al contrario de que empezó a sonar el timbre de la casa, Naruto se bajó de las piernas del varón, para encontrarse en la puerta con un varón mucho mas mayor que Sasuke, pero a la vez muy parecidos
Los ojos tan negros y absorbentes miraban con detenimiento el cuerpo de Naruto, el menor sabía que no daba una buena impresión, ya sean por su clase de ropa que solía usar o simplemente por su aspecto físico.
-Tú debes ser Naruto, hablamos por teléfono hace poco. –La voz no se parecía nada a la de Sasuke, aquel tipo, tenía unas ojeras por debajo de los ojos que lo hacía ver mas tenebroso, sus cabellos mas largos y amarrados en una coleta.
-No le hagas caso a mi hijo. Naruto-kun. ¿Mi hijo se encuentra aquí?
De pronto de la nada, salió un doncel, demasiado joven, para llamar a Sasuke “hijo”. Sus cabellos rubios y largos, se veían suaves y sedosos, sus ojos zafiros, brillaban.
-Papi, déjame hablar a mí.
-¡Claro que no! Ita-chan. De este modo terminaras asustando al pobre chico.
Naruto veía la escena, el rubio doncel, a pesar de tener el cuerpo más fino y delgado, tenía un carácter demasiado fuerte y volátil. Sintió como Sasuke posaba su mano sobre su hombro, mirando con el ceño fruncido a los dos visitantes.
-¿Qué hacen aquí?
Naruto estaba sirviendo tres tazas de café negro, dos sin azúcar y uno con demasiada azúcar.
Sasuke se encontraba en la sala con su hermano y su Oto-chan, ninguno de los tres había dicho ni una sola palabra y se podía sentir la atmosfera más que pesada, tan solo al principio el doncel mayor se había lanzado a los brazos de Sasuke. Llamándolo Sasu-chan. Pero este se separó de él lentamente.
Naruto se acercó a la pequeña mesa de centro, colocando las tazas, cada uno tomo la suya y al fin se pudo escuchar un fuerte suspiro por parte del mayor.
-Hijo, regresa a casa.
-Sí, Otooto. No seas terco.
-No lo soy. Si padre quiere desheredarme, que lo haga, me da igual. Tengo un trabajo y ya soy mayor para valerme por mí mismo.
-Sí, eso es verdad. ¿Pero piensas dejar solo a Akio? –Naruto vio como al moreno le hacía un tic en el ojo, para luego suspirar y negar lentamente.
-To-chan, no me chantajees. Akio estará bien sin mí.
-Eres su hermano favorito, Sasu. Además ya hable con tu padre y está dispuesto a esperar a que le lleves tu propuesta de novio.
-¿Cuánto tiempo?
-…Dos meses…
-Kisame y yo nos casaremos en pocas semanas y quisiera que llevaras a Naru-chan, contigo.
Por primera vez el menor se escuchó en la conversación familiar, sus ojos azules cayeron sobre el cuerpo del moreno mayor, para ver como el doncel mayor afirmaba con una sonrisa y luego ver el rostro frustrado de Sasuke.
Naruto se puso un poco triste, pero no lo demostró, intento y quiso ayudar al azabache a salirse de esa, así que lo mejor sería hablar.
-Yo no…
-Está bien, pero si mi padre le intenta hacer algo, será la última vez que me vean.
Naruto lo miró sorprendido, mientras que el doncel mayor sonreía abiertamente, lo vio levantándose de su lugar para sentarse a su lado y tomarlo con las dos manos a su rostro.
-Muy bien, Naru-chan. Tenemos que sacar toda esta belleza que llevas dentro.
Sasuke suspiro cansado, mientras bebía tranquilo su café, mientras que Naruto le pedía ayuda con la mirada, Itachi tan solo sonreía.
-¿Cómo esta Kisame?
-Como siempre…él que te extraña es Akio, quiere venir a verte.
-Dile que puede hacerlo, saliendo de su escuela.
Deidara como así se llamaba el papi de los morenos, estaba tan feliz, él no sabía cómo se había conocido con su hijo, pero parecía no importarle, en estos momentos el mayor se encontraba sacando toda la ropa del closet del menor.
-Naru, como es que no tienes ropas de tu talla.
-Yo…no soy hermoso, para vestir cosas hermosas.
-¡Boberías! Tú eres igual de hermoso que cualquiera. Además en poco tiempo te presentaras ante mi esposo y eso es suficiente excusa para comprarte ropa nueva.
Después de que Itachi y Sasuke intercambiaran algunas ideas y Deidara regresara con una enorme sonrisa en su rostro y con un aturdido naruto. Los visitantes se fueron dejando a la pareja nuevamente sola.
-Tu oto-chan, es extraño.
-Lo es…eso que has visto su mejor faceta, ni desees verlo molesto.