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Muerte y Nueva vida por KunihikoTezuka

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Notas del capitulo:

Hola a todos 

Aqui les triago el 4to capitulo

Disfruentelo

Atem en compañía de Mahad abandona la sala del trono a la vez que se encamina hacia la habitación en donde se encontraba Yugi. Cuando ambos chicos se encontraban en frente de la puerta de aquella recamara, el faraón abrió la puerta al mismo tiempo que se acercaba a la cama en donde estaba el pequeño tricolor inconsciente.

El rey Egipto no se detuvo hasta que llego al lado Yugi al cual miraba sorprendido dado que no esperaba volver a ver a su aibou y menos en la época en que se encontraban. Su mirada de sorpresa paso rápidamente a preocupación  ya que no sabía si el pequeño duelista se encontraba bien o no.

Así que no espero ninguno segundo mas y mando a llamar a uno de los sabios para que lo revisara y le diera su diagnostico. El especialista obedeció el mandato real y reviso el cuerpo del pequeño tricolor.

Cuando este chequeo termino, el sabio le hizo saber al faraón que aquel joven desconocido no tenía  nada grave, solo que estaba inconsciente, que no tardaría en despertar y que solo era cuestión de tiempo.

Después que Atem supo el diagnostico de Yugi, pudo respirar más tranquilo y tomar una decisión, la cual era que él no se movería de su lado hasta que el pequeño duelista despertara dado que quería ser lo primero que el menor viera en cuanto despertarse.

De lo ocurrido han pasado dos largas semanas, en las cuales el faraón pasaba la mayor parte del día en aquella habitación, sentado al lado del pequeño tricolor a la vez que le hablaba recordando sus aventuras o haciéndole alguna caricia en la mejilla o en la cabeza o en las manos, esperando que con estas Yugi despertara.

Sin embargo por más esfuerzos que hiciera el rey por despertar a su aibou nada conseguía pero él no se rendiría dado que estaba seguro que más temprano que tarde  el pequeño duelista abriría otra vez los ojos.

Aquella mañana el pequeño tricolor comenzó a sentir una luz sobre sus parpados, los cuales por instinto comenzaron abrirse lentamente hasta que lo hicieron por completo dándole una vista panorámica a Yugi, la cual le mostraba que él se encontraba recostado en una cama de sabanas de seda y además que estaba en una habitación de paredes de oro solido.

-        ¿Dónde estoy?-pregunta el pequeño tricolor confundido.

-        En una de las habitaciones de mi castillo-responde Atem quien lo miraba con alegría y una bella sonrisa.

-        -Al oír esa voz, se sienta en la cama y mira a su derecha sorprendido- A…A….A

-        …- El faraón no dice nada solo observa a su aibou para ver qué acción cometiera.

-        ATEM- dice a la vez que de sus ojos salen lágrimas de la alegría, se tira encima del rey al mismo tiempo que lo abraza con fuerza.

-        Tranquilo pequeño no tienes porque llorar-menciona el faraón abrazando a su aibou a la vez que acaricia sus cabellos.

-        Es que estoy muy feliz de volver a verte-dice el pequeño duelista con una gran dicha en su ser.

-        Lo mismo digo

-        - Ya más tranquilo- Atem ¿en dónde estamos?

-        En mi palacio- responde el rey con una sonrisa tranquilizadora.

-        Eso quiere decir ¿que estamos en el antiguo Egipto?-pregunta Yugi en forma de conclusión.

-        Así es

-        Ya veo pero ¿Por qué estoy en este lugar?-interroga el pequeño tricolor extrañado al estar en ese lugar y no donde debería.

-        No lo sé pero quizás Ra tubo algún motivo para traerte a esta época

-        Puede ser- sonríe y se le ocurre una idea- Atem ¿me mostrarías tu palacio?

-        Claro que sí pero antes debemos cambiarte de look –contesta el faraón a la vez que sonríe pícaramente.

-         ¿Eh? Y ¿Por qué?-pregunta el pequeño duelista confundido.

-        Por tu propia protección- responde Atem en forma de escusa barata.

-        -suspira- De acuerdo

El faraón sonríe, suelta a su aibou, sale de la habitación y ordena a dos de sus sirvientas que transformen a Yugi en una princesa mientras que el esperaría afuera de la recamara. Las criadas obedecieron al rey, entraron en la habitación y se abalanzaron sobre el pequeño tricolor quien no pudo reaccionar a tiempo.

Después de unos minutos las sirvientas salieron muy contestas por su labor y se retiraron de la habitación dejando pasar Atem quien se quedo boca abierto a ver lo hermoso que se veía el pequeño duelista con su pelo liso, usando un vestido de seda blanco, brazaletes de oro en los brazos y piernas, dos aros de oro que tienen la forma de la carta de renace el monstro versión japonesa, sandalias cafés y un tiara parecida a la de Atem pero sin el ojo de Horus.

Luego que el faraón saliera de su estado de estar soñando despierto, tomo a Yugi de la mano y se lo llevo a dar un tour por todo el castillo, en donde le mostro: los pasillos, la cocina, el comedor, la biblioteca, las terrazas, los jardines, sus aposentos y por último la sala del trono.

En donde los dos entraron, el rey se sentó en su trono y le hizo una señal de ven aquí al pequeño tricolor quien se le acerco a Atem quedándose a su lado hasta que entraron los seis maestros de la corte y un capitán de la guardia real quienes hicieron reverencia al rey y miraban con desconfianza al pequeño duelista cosa que no paso desapercibida por el faraón.

-        Maestros de la corte y capitán, los eh llamado para presentarles a la princesa Yugi y alteza ellos forman parte de la corte real-dice el rey haciendo la debidas presentaciones.

-        Es un honor conocerlos-menciona el tricolor menor haciendo una reverencia.

-        Igualmente alteza – dicen los maestros al unisonó a la vez que hacen otra reverencia.

-        Bien ya hechas las presentaciones debo informarle que la princesa se quedara todo el tiempo que ella desee, ¿entendido?-dice Atem en tono de orden.

-        Sí, mi faraón

-        Bien retírense-ve que Yugi también se va- tu no Yugi, vendrás conmigo

-        ¿A dónde?- pregunta el pequeño duelista curioso.

-        Ya lo veras- responde el rey con una sonrisa traviesa en su rostro.

Los dos tricolores salen de la sala del trono hacia los establos en donde se suben cada uno en un caballo para dirigirse al pueblo de Egipto, en donde Atem le muestra a su aibou cada rincón de este árido pueblo y sus alrededores.

Después de un par de horas de cabalgata, ambos chicos llegan al valle de los reyes en donde el faraón baja de su caballo y ayuda a Yugi a descender del suyo.

-        ¿Por qué nos detuvimos?- pregunta el tricolor menor con curiosidad.

-        Porque hay algo que quiero decirte- responde el rey seriamente al mismo tiempo que lo ve a los ojos

-        ¿Qué es?

-        Te amo, como jamás pensé amar alguien y se…-dice Atem con una mirada llena de amor pero antes de terminar lo que iba a decir uno de los dedos del pequeño duelista es puesto sobre sus labios haciéndolo callar.

-        Yo también te amo

Luego de que ambos declararan sus sentimientos, ambos acercan sus labios hasta que los unen en un dulce y tierno beso lleno de amor que siente el uno por el otro. Al terminarse el aire ambos se toman de las manos a la vez que comienzan a caminar para disfrutar de esta bella tarde juntos.

Seis meses después…

 

 

CONTINUARA

Notas finales:

Espero que les guste

Dejen sus comentarios

Cuidense 

Nos vemos pronto 


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