俺は(644;色が好きだz90;Me gusta el amarillo.
“Está enamorado”
Esa sentencia descolocó a Aomine.
-Vaya, no me sorprende. Tiene muchas fans detrás de él. Como la chica que iba con él hace unos días ¿recuerdas?
-No Kagami- kun, era su hermana. A Kise-kun le gusta un chico.
-Oh… Bueno da igual.
-¿Sabes quién es?
-Secreto.
Aomine parecía inquieto y Kagami lo notó al instante:
-¡Hombre! ¡Tú también sabes quién es!-acusó señalándolo con el dedo- ¿Cómo es que soy el único que sabe nada?
-Porque eres lento, Kagami-kun.
La turbación del más moreno venía de alguien más… Sí, ese fastidioso rubio ¿Quién lo creería? Desde que entraron a escuelas diferentes no habían mantenido contacto hasta el día del partido en la Inter-High, incluso después de este no se hablaron. ¿Qué podían decirse?
Debía sacarle lo que sabía a Kuroko, si se hacía pasar por indiferente y prestaba atención lograría saber algo.
Si tenía suerte y el chico de quien estaba enamorado Kise era él, todo sería más fácil. No quería pedir información a Momoi pues sabría inmediatamente lo que tramaba y no pararía de fastidiarlo. Maldecía la intuición femenina.
Aomine tenía entendido que el rubio siempre trató de llamar su atención, bien pues ahora la tenía… ¿Qué podía perder?
Sólo tenía un poco de curiosidad, más que atracción, quería experimentar con Kise, no importaba si al final le rompía el corazón. Lo importante era pasarlo bien.
El moreno había intentado varias veces salir con alguien, con chicas (de grandes pechos, por supuesto), con uno que otro chico (como Sakurai) pero de alguna manera no duraban más de una semana –si bien le iba- en cierto momento se le ocurrió volver con Tetsuya pero el sólo pedírselo terminó con un resultado desastroso:
Perdió dos pares de sus mejores tenis nuevos y un golpe por parte de la pareja del pequeño, quien ahora estaba sentado frente a él se comiendo como si el mañana no existiera.
-¿Qué hacían juntos?-preguntó con su inexpresiva cara Kuroko- No esperaba que llegaran juntos como si fuesen amigos-cortó el hilo de los pensamientos del moreno.
El pequeño claramente estaba celoso.
-Le estaba ayudando o mejor dicho lo estaba entrenando para vencer su cinofobia* con las mascotas de los niños que pasaban por el parque. Fue muy có…
De repente una hamburguesa le aplastó la cara a Aomine para callarlo.
-¡C-cállate! ¡No… no seas bocón! Nos encontramos en el parque, jugamos un rato, después nos dio hambre y llegamos aquí ¿Ya?- habló un avergonzado Kagami mientras devoraba varias hamburguesas antes de tener que dar más explicaciones.
-¿Celoso, Tetsu?
El 11 de Seirin se limitó a mirar tiernamente a su pelirroja luz, o bueno lo intentaba de por sí era difícil saber qué expresión estaba haciendo.
-Guarda silencio, Aomine-kun- le dijo, mientras le volvía a estampar la hamburguesa en la cara a su amigo.
Le pidió 5 minutos. Eran suficientes para una confesión amorosa.
-Sé que no soy una chica.
-Eso es obvio.-Y le estaba agradecido a la vida, al destino, a Buda, que así fuera, no podría dirigirle ni siquiera un saludo si fuera del sexo opuesto.-
-Y que quizás no soy tu tipo ideal. Que te desespero la mayor parte del tiempo pero…-tomó aire para evitar decir más incoherencias- tú…-le señaló- a mi…-se señaló a sí mismo-
-Me gustas- le quitaron las palabras de la boca- ¿Es lo que ibas a decir, no?
Kise asintió enérgicamente. La mente la tenía en blanco, las palabras no salían, su cuerpo temblaba cual gelatina en terremoto. El corazón se le saldría por la boca de un momento a otro de tanta adrenalina. No podía estar más avergonzado.
El otro chico le sonrió ladino. Al fin fue sincero. No tuvo que esperar mucho para la confesión. Ahora él también podría quitar la fachada de enojón.
-También me gustas… me gusta el color amarillo.
De regreso a casa Kuroko preguntó algo que probablemente molestaría a su pareja actual:
-Por cierto Aomine-kun ¿recuerdas cómo empezamos a salir?
-Huh. Te me declaraste como lo hacen las niñas; dejaste una nota en mi casillero.
Kagami empezó a caminar más rápido, quería evitar esa historia. No le gustaba el giro que empezaba a tomar la conversación. No necesitaba estar informado de ciertas cosas.
-No recuerdo nada de eso. En ese entonces ni siquiera me gustabas, acepté para comprobar mi orientación sexual.
-¿Qué?- Aomine no sabía que es lo que le sorprendía más: enterarse de que Kuroko nunca tuvo interés en él como novio o que indirectamente rechazó a alguien.-¿Quién mandó eso?