-esto…no es posible…-susurro Sanji, aferrándose con fuerza a las ropas del peli verde- si tan solo llevamos un par de horas desde que salimos del Archipiélago…no debería estar aquí…-su voz se quebró, tapando su boca con una mano mientras su respiración se volvía irregular, intentando contener las lágrimas producto de los recuerdos que asaltaban su mente en aquellos momentos-
-Thriller Bark…-murmuro el moreno con la voz entrecortada, aferrando al oji azul contra su pecho mientras veía el enorme barco frente a ellos, flotando a la deriva en la oscura noche…-
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Cubrió su rostro con sus manos, soportando el deseo de estallar en un doloroso llanto. Una horrible opresión nació en su pecho, ahogándolo poco a poco mientras sentía como sus piernas temblaban con fuerza, acabando por caer de rodillas en el suelo ya sin poder contener un segundo más aquellas lágrimas por tanto tiempo retenidas.
Su vista se nublo por completo, sumido en un llanto silencioso y desgarrador mientras las lágrimas caían con cada vez más fuerza, rodando por sus enrojecidas mejillas. El dolor que sentía al ver aquella escena era peor de lo que había esperado, creía estar preparado para poder enfrentar ese bache de su pasado, pero todo había sido en vano. Pues por más que lo intentase, aquella visión que revivía una y otra vez en sus sueños se encontraba frente a él en esos instantes.
Con el pulso tembloroso el cocinero lentamente acaricio el suelo, aquel lugar donde la sangre derramada por el espadachín había quedado como una marca del sacrificio que había hecho en pos de su capitán y el resto de la tripulación. De aquella vez en que Zoro casi había perdido su vida por su culpa, por no ser lo suficientemente fuerte… porque sabía que no hubiese podido sobrevivir como el moreno lo había hecho…
-maldita sea…-susurro el oji azul mientras se abrazaba a sí mismo, jadeando con la respiración entrecortada mientras escondía su rostro entre su rubio cabello-
Una sonrisa irónica escapo de su rostro al verse en tal situación, negando un par de veces con la cabeza sin poder apartar su mirada de la escena que se presentaba frente a sus ojos, reviviendo una y otra vez el instante en que había encontrado a Zoro en esas condiciones, moribundo, apenas manteniéndose en pie por el dolor y la pérdida de sangre.
Mordió sus labios, intentando acallar los sollozos que nacían desde lo más profundo de su garganta, sintiéndose cada vez más débil, más expuesto; como si nada de lo que hubiese hecho para poder seguir adelante y volverse más fuerte, habría servido después de todo.
Pero entonces, el recuerdo del peli verde volvió a su mente, de aquellos años de felicidad que ambos habían compartido, el deseo y la añoranza de volver a encontrarse luego de separarse. Todo tenía un significado nuevo pero importante en su vida, todo había ocurrido por algo y ahora podía entenderlo a la perfección.
Aun con cierto grado de dificultad Sanji se puso de pie, limpiando sus lágrimas con un brillo de determinación en su mirada. Si bien era cierto que aquel había sido el peor momento de su vida, había sido ese mismo incidente el que le había hecho salir adelante y volverse más fuerte.
Porque había sido entonces cuando se había dado cuenta que tan importante era en realidad el espadachín en su vida, y sus deseos de ser el quien lo protegiera en el futuro le habían llevado a donde se encontraba ahora.
-¿perdido, marimo?-pregunto el oji azul con sorna en su voz, riendo quedamente mientras se volteaba, mirando divertido al moreno quien, con un enorme sonrojo en sus mejillas, desviaba la mirada evidentemente avergonzado-
-cierra la boca, cocinero. Solo fui a dar una vuelta-contesto el aludido mientras se cruzaba de brazos, dándole la espalda al rubio con un deje de molestia en su voz-
Riendo aún más fuerte Sanji se acercó lentamente a su pareja, abrazándole por detrás y apoyando su cabeza en la amplia espalda del peliverde. Una sonrisa más suave pero sincera adorno sus labios, quedándose inmóvil en esa posición durante unos minutos hasta que fue el propio espadachín quien encerró en sus brazos el delgado cuerpo del oji azul.
Luego del avistamiento de Thriller Bark esa noche habían decidido esperar hasta la mañana siguiente para inspeccionar el lugar antes de seguir su ruta. No era una idea agradable, pero estaban conscientes que no podían irse sin dejar que Brook pudiese visitar la tumba de sus nakama, los piratas Rumbar.
Al amanecer, aprovechando que el resto de sus nakama se encontraban dormidos, Sanji había bajado del navío y se había internado en medio de Thriller Bark. Pero mientras se escabullía del barco, el espadachín le había seguido oculto en las sombras hasta que le perdió de vista completamente.
-lástima que nuestro capitán nos interrumpió, me has hecho falta todo este tiempo-susurro el rubio en tono bajo, acurrucándose entre los fuertes brazos de su pareja mientras cerraba los ojos, sintiéndose en paz consigo mismo- pero supongo que tendremos que esperar hasta Water Seven- soltó una risita, sintiendo como el moreno gruñía al recordar el incidente del día anterior-
-ni siquiera lo menciones. Luffy no se salvara de una buena golpiza cuando lo encuentre-respondió en tono serio, para luego soltar una pequeña carcajada al notar el rostro divertido de Sanji- hey, cocinero…-murmuro algo dudoso el moreno, siendo cortado casi al instante por un rápido pero suave beso de parte de su amante-
-no digas nada, solo…-el cocinero hizo una pequeña pausa, sonriendo ampliamente como antaño- solo gracias, estúpido marimo…-
El peli verde correspondió la sonrisa que el cocinero le dedicaba antes de volver a besarlo, cargándolo en sus brazos al estilo nupcial para molestia del rubio, quien hizo un mohín de desagrado mientras se dejaba cargar, sabiendo que Zoro no le dejaría escapar.
Él era su debilidad, pero también su fortaleza. Siempre lo había sido, y sabía que eso nunca cambiaria…
Tsusuku (o tal vez no xD)