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Las Heridas POR Amor, Se Curan CON Amor por nekotensai21

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Notas del capitulo:

¡Hola!, a segunda entrega..

no sé si algunos de ustedes han visto este fic en otro lado... pero si es así, es mío.. en fanfiction... es solo que tengo otro seudónimo ahí... en fin espero lo disfruten! =)

Cap 2.

“Aiichiro”… había escuchado bien. Mientras Rin y él tenían relaciones lo había mencionado.

No era la primera vez, pero había dejado de darle importancia desde hace tiempo, claro, que no le de importancia no significa que no duela.

Makoto no es una persona que reclame, el es de las personas que suele guardarse lo que le aflige, así que está acostumbrado. Acostumbrado a dormir con ese vacío en el pecho, ese nudo en la garganta y el picor en sus ojos por las lágrimas que amenazan con salir.

Se sentía utilizado, y sin amor. Se sentía vacío y como si realmente no estuviera ahí.

Algunas veces se le dificultaba respirar, algunas veces imaginaba que el día siguiente sería mejor, pero después descubrió que si pensaba que el día siguiente sería peor, se sentiría un poco mejor consigo mismo al descubrir que era verdad, por lo menos no se desilusionaba como antes.

Ayer Haru le había dado a entender que sabía más de lo que aparentaba, o quería demostrar.

La realidad es que, Makoto es pasivo y voluble, había perdido su esencia hace tiempo, ya no sabía si lo que pasaba, era su culpa, era injusto o es lo que se merecía.

A veces las personas buenas les pasan cosas malas, no por qué lo merezcan si no por ellas, porque “aceptamos el amor que creemos merecer”, es lo que una vez había leído, y eso es lo que siente ahora.

Makoto se dio cuenta hace tiempo atrás, hace cerca de un año, que profesaba más que amistad y admiración por Haru. Rin se dio por enterado primero.

Rin había comenzado a apoyarlo moralmente, le había dicho que Haru era demasiado distraído en esas cosas como para notarlo, que lo quería como un amigo y hermano, pero que sentimientos tan profundos, Haru no era capaz de profesar. En resumen,

“Haru nunca te corresponderá”.

Sonaba cruel, pero algunas personas no saben la línea delgada entre ser realista y ser cruel. El que nosotros creamos una cosa, seamos fieles a ella y que lo demos por hecho, no quiere decir que sea verdad, es decir, no te das cuenta de lo alto que vuelas y aspiras hasta que la realidad te da una patada en la cara.

Haru se preocupaba por él, simplemente, porque Haru creía que Makoto era demasiado ingenuo, despreocupado e inocente. No puedes ayudar a todas las personas, principalmente, porque no todas las personas del mundo quieren ayuda.

Lo había aceptado, había aceptado su destino del  “mejor amigo por y para siempre” y había tomado la ruta de escape que Rin le había proporcionado.

Rin le confesó un día que le quería, que gustaba de él y que quería que fuera suyo, por desesperación, dolor y escape, lo tomó.

Conociendo a Rin por tanto tiempo, es obvio que no es alguien sumamente cariñoso, demostrativo ni dulce, es más posesivo, rudo y dominante.

Lo había tomado bien al principio, es decir, cuando había reuniones en las cuales tenía que convivir con Haru el solía abrazarlo y alejarlo de él, “lo hace para ayudarte”, es lo que había pensado.

Claro, que, no tardó mucho en darse cuenta lo equivocado que estaba.

Solían ir de paseo por el centro y a comer los fines de semana, Rin le tomaba la mano y la entrelazaba con sus dedos, caminaba junto a él y le daba besos de vez en cuando. No era hasta que veía a compañeras de clase, o sus amigos del club, en donde su agarre se volvía más fiero, territorial y algunas veces doloroso.

Hubo una vez incluso en que se fue de fin de semana con sus familiares invitando a Haru, no podía dejarlo siempre de lado o se descubriría él solo. No se lo dijo a Rin.

Apenas llegaron el domingo, Rin llegó a su casa con cara de pocos amigos y salieron.

Makoto se disculpó, por no haberle dicho nada y entonces él le gritó.

—    ¡¿crees que con un lo siento basta?! —tenía la mandíbula fuertemente apretada— te fuiste con el idiota de Haru, ¡sin mi permiso! Y ¡sin avisarme!, ¡¿Cómo quieres que me sienta con eso?! —manoteaba como poseso— ¡si crees que me vas a ver la cara a mí!, ¡estás muy equivocado, Tachibana! —.

Le había gritado, insultado incluso aventado a las paredes cercanas. Lloró, por miedo, nunca lo había visto así, era algo nuevo.

Rin optó por llevarlo a su propia casa, una vez adentro se besaron y acariciaron. Al final de la noche se disculpó por su comportamiento, que no lo volvería a hacer.

Ese fue el inicio de todo.

Semanas después llegó los padres de Makoto habían salido de la ciudad, estaba solo. Rin llegó a su casa y tocó como desesperado, apenas abrió, se le lanzó en cima y lo besó.

Me incomodó mucho e intenté detenerlo.

—    ¡Rin!, ¿Qué sucede…? —hablaba entre los trompicones que se daban mientras subían a la habitación del castaño— no, Rin. ¡Detente! —.

—    ¡Cállate! —le dio una cachetada— ¡cállate de una maldita vez Makoto!, necesito tenerte ¡ahora! —.

Esa fue la primera vez que lo golpeó, por miedo no hizo nada más, hizo solo lo que le pedía. En la madrugada el se fue, y Makoto simplemente fingía que dormía.

—    Lo siento Makoto —tocaba la cabeza del castaño— sabes que te quiero —y lo besó como despedida—.

Apenas se fue el castaño lloró. Lloró por miedo una vez más, nunca lo había visto tan enfadado, dominante, se había hundido en él sin pre meditarlo.

Le dolía, le dolía todo, pero en especial, le dolía el pecho. Se sentía como si no valiera nada, como si solo fuera un abono por el cual cambiar, porque aunque tal vez el no se haya dado cuenta, lo que gemía mientras estaban juntos fue “Nitori”.

Esa fue la primera vez que lo dijo, y no fue la última.

A veces llegaba a la casa del castaño a altas horas de la noche con arrebatos de pasión, tenían sexo y se marchaba. Muchas veces se le escapó llamarle “Aiichiro” o “Nitori”, entonces comprendió. Comprendió que sus “te quiero” eran utilizados para mantenerse ocupado, mantenerse lejos de Nitori, su compañero de cuarto.

No estaba tan lejos de su caso, solo que sin saber por qué, él se sentía la víctima, el utilizado.

Casi al término de las vacaciones Makoto decidió quedarse un fin de semana en la casa de Haru, le avisó, se enfadó, pero le juró que no era nada del otro mundo, que nada pasaría. Que confiara.

Había estado todo bien hasta el domingo. El domingo en la media noche Rin llegó a la casa de Haru y lo empujó.

—    No sé qué te crees Haru pero Makoto es ¡mi novio!, es ¡mi pareja! —estaba realmente enojado— y no voy a dejar que te entrometas —.

Nunca supo porqué reaccionó así, y no tuvo el valor de preguntarle.

Lo sacó de la casa de Haru y fueron a la de Makoto. Tuvieron relaciones fuertemente, bueno, Rin la tuvo, el oji verde solo se dejaba hacer.

En la mañana descubrió que tenía moretones por los brazos y las caderas, Rin no era muy cuidadoso cuando estaba excitado o enojado, mucho menos cuando estaba las dos juntas.

Tachibana decidió cubrirlos todo lo que pudo, pero él sabe que Haru descubrió algunos, lo vio en sus ojos.

Después el día anterior el peli rojo le pidió perdón y lo acarició sin previo aviso en los vestidores.

“Sé que de nada sirve llorar, que nada arregla, pero soy demasiado cobarde para decírselo a Haru, decirle el porqué de todo  y plantarle cara a Rin.”

Era a la conclusión que casi siempre llegaba el castaño.

A veces piensa en solo irse o hacer algo para simplemente mitigar el dolor, morir, tal vez, pero sabe que incluso para eso, es demasiado cobarde.

Hoy no irá a la escuela, no se siente con ganas de evitar a Haru, evitar interrogatorios y mucho menos se siente con la fuerza de mentirle. Irá a caminar , tal vez vaya al mar, reflexionará y llegará a la misma conclusión de siempre, o tal vez encuentre el valor para hacer lo que debe hacer.

Tal vez.

Notas finales:

¿review? ... espero les haya gustado ! =) yo creo mañana u hoy subo otros capítulos! ¡noss leemos!


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