Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

AL FINAL DE LA NOCHE por Amaya Kurau

[Reviews - 403]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

CAPITULO IX Celos 

 

Al abrir la puerta se encontró con lo que menos esperaba; un elegante auto negro de vidrios polarizados estaba estacionado justo frente a la casa de seguridad.

No tuvo que esforzarse demasiado para averiguar que quien estaba dentro era un vampiro, ya que quien quiera que fuese, no se había molestado lo más mínimo en ocultar su presencia. Pero como ese hecho delataba que no se trataba de una amenaza, no le otorgó demasiada importancia y se dispuso a marcharse de ese lugar.

Sin embargo apenas había puesto un pie en el primer escalón, la puerta del auto se abrió y de éste descendió Ichijou Takuma, vicepresidente de la clase nocturna y mano derecha de Kuran Kaname.

- Kiryuu- sama, buenos días – dijo el vampiro con un tono de voz amable.

Ante el comportamiento extremadamente formal del vampiro, Zero lo miró con cierta extrañeza pero no dijo nada al respecto.

- ¿Qué haces aquí Ichijou-san?

- Vengo por usted, voy a escoltarle de regreso a la academia.

Ante el tono de dicha declaración absurda, Zero se esforzó por no reírse burlonamente y se limitó a sólo observarlo unos segundos para intentar descubrir si se trataba de una broma; sin embargo el vampiro no dijo ni hizo nada más, así que rodando los ojos se giró hacia el anciano Kenzou que ahora estaba parado junto a él y miraba al vampiro con el ceño fruncido. Por su parte Ichijou, como si fuera lo más natural del mundo, sonreía con completa despreocupación.

- Presidente – dijo el anciano mirando a Zero -  Si gusta puedo solicitarle a la asociación a alguien que lo escolte hasta la academia Cross.

- No hace falta, iré con él.

- ¿Está seguro de …

- No pasa nada, estaré bien, él no es peligroso. - El anciano volvió a mirar al vampiro y puso una expresión como diciendo “yo no estaría tan seguro”, pero se ahorró su comentario – Bien, tengo que irme, gracias por todo Kenzou-san.

- No tiene nada que agradecer.

El cazador descendió y avanzó hasta el auto. Ichijou al tenerlo enfrente, cortésmente le abrió la puerta trasera del auto, pero Zero frunció el ceño y él mismo abrió la puerta del copiloto y subió abordo. Ichijou sonrió nuevamente y se dirigió al otro extremo.

El vampiro puso el auto en marcha y se alejaron del lugar. Durante largo rato ambos permanecieron  en silencio, pero de vez en cuando el noble miraba de reojo a Zero, quien se mantenía observando el camino a través de la ventanilla. Quería decirle algo pero no se atrevía,  pues comprendía que el joven estaba perdido en sus pensamientos, así que se limitó a seguir conduciendo. Sin embargo, cuando abandonaron la ciudad y comenzaron a ascender por la colina, el cazador sonrió sutilmente.

- Y a todo esto… – Dijo de pronto - ¿Qué fue todo eso de “Kiryuu-sama” y “vengo por usted”? – Ichijou se sorprendió por la repentina intervención de Zero y sus mejillas se arrebolaron sutilmente por un momento.

- Eh... yo… - Miró nuevamente de reojo al cazador, pero este continuaba con su vista en el paisaje –  Pues… sólo eso. La verdad es que no sabía si habría más cazadores en ese lugar y como sea, tú sigues siendo el presidente de la asociación.

- Hmmp… creí que ya habíamos pasado por eso hace mu… auch!!… - El auto se detuvo de golpe sin que Zero pudiera terminar la frase - …tsk… ¡¿Qué diablos haces?!... ¡¿Por qué te detienes tan…

- Kiryuu-kun… - el noble, que no había podido contenerse más, se acercó a Zero; quien sorprendido se quedó callado e intentó retroceder de su asiento hacia la puerta del auto, ya que de pronto Ichijou estaba demasiado cerca de su rostro y apoyaba una mano sobre su pecho – Dime, ¿en verdad estás bien?... es decir, ¿tus heridas están curadas?... no sabes lo preocupado que me quede ayer…

El cazador podía sentir claramente la respiración del noble; y su aliento dulce y cálido cerca de su rostro lo ponía nervioso; además, sus ojos de un hermoso verde, expresaban una mirada tan intensa que sintió como su corazón le dio un vuelco.

- Es… estoy bien… - Logró  articular. Por su parte, el vampiro al darse cuenta de lo cerca que estaba de Zero se ruborizó nuevamente.

- Eh… si claro… yo… - No sabía que más decir. No dejaba de ver  al cazador a los ojos; nunca había estado tan cerca de él y en ese momento extrañamente estaba sintiendo una intensa atracción.

- Di… dime una cosa…- Zero sonrió de lado algo incómodo y susurró - ¿Acaso quieres beber mi sangre senpai?, estas demasiado cerca de mí.

Ichijou finalmente reaccionó. Todo su rostro enrojeció e inmediatamente se apartó y regresó a su asiento.

- ¿Por qué dijiste eso?... - preguntó mientras sentía arder sus mejillas – …fue demasiado vergonzoso

- ¿Qué? si fuiste tú quien estaba prácticamente encima de mí… - Zero se acomodó en su lugar. Ichijou no lo miró y volvió a poner en marcha el auto.

- Supongo que exagere ... - dijo casi en un susurro - no debí preocuparme tanto, después de todo fue Kaname quien te ayudó… en la condición en que estabas sólo él podía.

- Si y ahora estoy nuevamente a su merced – Zero frunció el ceño y escupió aquellas palabras con frialdad y volvió a mirar por la ventanilla – hubiese preferido morir.

Ichijou volvió a detener el auto y lo miró nuevamente con aquella expresión de profunda preocupación.

- No digas eso Zero, tu eres muy importante y Kaname nunca dejaría que te pasara nada. Todos los planes y proyectos para lograr la coexistencia peligran si tu peligras… ¿lo comprendes?

- Lo único que yo sé es que no quiero volver a estar bajo su control… sabes lo que hizo ¿no es así? – posó el dorso de su dedo índice sobre su labios y frunció el ceño aún más.

- Sí, pero no creo que Kaname haga uso de eso para controlarte o algo por el estilo, él no es  ese tipo de persona, nunca lo ha hecho con nadie de sus subordinados ni conmigo aun cuando es algo que fácilmente podría hacer en su condición de sangrepura y contigo jamás lo haría porque…

- Te recuerdo que él ya lo hizo. Una  vez con el consejo, ¿acaso lo has olvidado?

- No, pero… esa ocasión…

- Y tambien conmigo… además, claro, de manipular mi existencia a su antojo. Sé que lo hizo para proteger a Yuuki; pero aun así todo lo que planeó para protegerla a ella terminó con todo lo que yo amaba… mis padres, mi hermano, mi condición humana… incluso se aseguró muy convenientemente de que yo bebiera su sangre; y cuando ya la tenía dentro de mí, usó eso  para asegurarse de que protegería a Yuuki; aun cuando sabía perfectamente que yo hubiese dado lo que fuera por ella, incluso mi vida. Pero para él eso no fue suficiente, quiso asegurarse de que lo haría aunque fuera contra mi voluntad. Aún recuerdo como resonaban dentro de mi sus palabras “no olvides quien te dio esta sangre” “tu jamás podrás traicionarla” “tú eres una de mis piezas”…

- Zero, Kaname… él es superior a ti, a mí y todos los que lo rodean, si él nos ordenara algo usando su condición de sangre pura, no podríamos negarnos. No necesitamos tener su sangre dentro de nosotros para obedecerlo, ya que es un hecho en nuestra raza la existencia de jerarquías. Pero te aseguro que esta vez él te ayudó porque así lo quiso, no lo hizo para dominarte. Él te ayudó...

- ¡Él no me ayudó! – Zero  se giró hacia él y le espetó dichas palabras con brusquedad. Era un hecho que ahora estaba furioso y su mirada se había ensombrecido. Cuando volvió a hablar su voz sonó enronquecida -  …Nunca lo ha hecho y esta vez es no es diferente. Siempre he sabido cómo funciona ese control del que hablas, soy un cazador y eso me ayudó en cierta medida a rechazarlo. Además, ¿crees que él no lo sabía también?, lo sabía desde que me conoció, sabía que yo jamás me doblegaría ante él. Muchas veces lo intentó, pero estaba Yuuki de por medio y mi propia voluntad…

>> … Una noche me confesó que había matado a Shizuka e incluso alardeo de haberla dejado para que yo pudiera beber su sangre y cínicamente lamentó el que no lo hubiese hecho.

>>... En otras ocasiones me dejó muy en claro que yo estaba vivo por él, porque era su deseo y así convenía a sus planes. Me llegó incluso a expresar lo mucho que me despreciaba y lo deseoso que estaba de desaparecerme. Luego me usó para eliminar a Rido y más tarde intentó eliminarme cuando cómo él mismo dijo, yo ya había dejado de serle útil.

>>… Y después, cuando cazó a Sara; en ese momento que nos enfrentamos, aún recuerdo como hizo resonar su sangre dentro de mí frenando mi poder y  limitándome. Dijo que yo tendría por siempre su veneno dentro de mí.  Y así ha sido, sin embargo también es cierto que ese veneno se hizo débil al paso de los años; pero ahora…

Zero apretó los puños.

- Por favor Zero, escúchame, te puedo asegurar…

- Nada… no puedes asegurarme nada. Te lo dije una vez Ichijou, detesto sus formas de hacer las cosas y por eso jamás podré tener consideración alguna con él. Y si ahora estoy dispuesto a que trabajemos juntos es sólo por Yuuki y la promesa que le hice.

- Zero…- Ichijou lo miró consternado.

- Ya no quiero hablar más del tema –  cortó furioso el argumento del vampiro -  a menos que me digas si existe una manera de deshacerme de esa soga que oprime mi cuello… de lo contrario no vuelvas a hablarme de él… yo soy un cazador, así lo elegí y así he vivido pese a ser vampiro, eso es lo único que de cierta forma he podido elegir  y he aprendido a vivir con ello y sólo por eso no puedo permitirme el ser controlado por él de nuevo, tengo responsabilidades y muchos dependen de mí.

Ichijou guardo silencio y se mordió el labio inferior. Volvió la vista al frente y puso nuevamente el auto en marcha.

¿Por qué eres tan terco Kiryuu-kun? ¿Por qué no puedes verlo?

Mientras conducía miró de reojo al cazador, quien en ese momento veía nuevamente por la ventanilla del auto, y se sorprendió ya que sus ojos habían dejado de mostrar aquella frialdad producto de la rabia y ahora tenían un hermoso brillo de nostalgia. No pudo evitar pensar en que quizás estaba siendo injusto con él. Quería que el joven viera y valorara los sentimientos de Kaname, pero se olvidaba de todo aquello que los separaba.

Inconscientemente lanzó un suspiro y volvió su vista al frente. Para entonces ya estaban cerca de la academia. Era un día nublado y amenazaba con llover. Honestamente el debería estar durmiendo en esos momentos, pero había estado demasiado preocupado por el cazador y aun sabiendo que quizá Kaname se molestaría, apenas amaneció se tomó el atrevimiento de ir con el director y ofrecerse o mejor dicho casi suplicarle lo dejara ir a recoger al joven. ¿Por qué? no lo sabía exactamente pero una parte de él sentía aprecio y cariño por Zero, después de todo, habían convivido durante los últimos casi treinta años.

La otra parte sentía una gran atracción hacia él, tal como si fuera un sangrepura; pero lo cierto es que Zero no lo era, sin embargo aún así la atracción era intensa que incluso había  momentos en los que se preguntaba que se sentiría si…

- Ichijou, - la voz suave de Zero lo sacó de sus pensamientos. El noble lo miró nuevamente sorprendido ante el repentino cambio de actitud - ya estamos llegando, ¿no querrás que nos desplomemos por el barranco o sí?

- No te preocupes, somos vampiros, podríamos salir bien librados, además, no estaba tan distraído. – argumentó el noble y le dedicó una sonrisa amable.

- Si claro y eres tan rico que no te importaría quedarte con un auto menos… no cabe duda que pese a las apariencias, eres una horrible persona, ¿lo sabias?

Ante el comentario, ambos rieron y eso terminó por dejar de lado la anterior tensión. Además,  Ichijou no pudo evitar pensar en las pocas veces había tenido el placer de  ver una sonrisa en el joven cazador y no podía negar que ésta era en verdad hermosa.

Cuando finalmente el auto se estacionó, ya habían comenzado a caer las primeras gotas de lluvia. Al pie de la escalinata aguardaba un anciano vestido de negro con una sombrilla en mano, quien inmediatamente abrió la puerta del copiloto para que Zero descendiera y lo cubrió de la lluvia. Ichijou se reunió con ellos, tomó la sombrilla y le entregó las llaves.

- Gracias, no creo necesitarlo más, puedes llevártelo

- Como ordene Ichijou-sama.

El anciano abordó el auto y se marchó. En tanto, Zero comenzó a subir los escalones lentamente. Al percatarse, Ichijou se giró alarmado y le dio alcance.

- Espera, permíteme ayudarte.

- Estoy bien, podré subir solo.

- Estas débil, lo sé … – insistió el noble mientras se acercaba más a él - y aunque Kaname te haya dado su sangre, por las heridas que tenías tu cuerpo se ha sobresforzardo demasiado para sanar.

El cazador frunció el ceño pero aun así dejó que Ichijou lo ayudara. Apoyó un brazo sobre los hombros del vampiro mientras éste lo sostenía por la espalda. Sin embargo, mientras subían lentamente las escaleras, comenzó a sentir una extraña sensación. El aroma del vampiro activó sus sentidos e instintivamente lo miró de reojo; lo primero que observó fue su cuello y con ello entreabrió los labios. Ahora lo comprendía, tenía sed.

Ichijou no se dio cuenta de lo que sucedía con el cazador ya que estaba concentrado en sus propias emociones. Cuando  vio a Zero salir de la casa de seguridad, sintió cierto alivio y no pudo evitar rememorar la imagen del joven moribundo entre sus brazos. No, en definitiva no quería volver a pasar lo mismo. El cazador era diferente a cualquier otro chico que hubiese conocido, cazador o vampiro; Zero era especial. Y sabía que no era el único que se había dado cuenta; Kaname por sobre todos, así que no podía culparlo de sentir lo que sentía por el cazador.

Miró lo alto de la escalinata, estaban cerca de la puerta principal y ya llovía más copiosamente. Haciendo a un lado sus pensamientos, observó a Zero, el cazador despedía un aura fría, pero lo que atrajo su visión fue su cuello y sintió como su corazón le dio un vuelco, y sin proponérselo, sus sentidos comenzaron a hacerse más sensibles. Fue entonces que pudo percibir que a través de la esencia del joven, que era la misma de siempre, se podía distinguir una muy sutil reminiscencia de la esencia de Kaname que el cazador se empeñaba por ocultar.

- Ya hemos llegado - dijo Zero – a partir de aquí puedo seguir solo.

El vampiro no se había dado cuenta, pero ya estaban parados cerca del edificio principal y la lluvia ya había cesado. El cazador se separó de él y entonces aprovechó para cerrar la sombrilla.

- ¿Estás seguro?, puedo acompañarte hasta tu residencia - dijo

- No estoy invalido, sólo débil; estaré bien – ambos  se miraron a los ojos por unos segundos, hasta que Zero volvió a sonreír - … eres un buen niño.

A pesar de que esto último lo dijo él mismo, no pudo evitar sorprenderse al igual que Ichijou.

 ¿Por qué diablos le dije eso?

- ¿Un buen niño? … - recalcó divertido el noble - gracias, pero te recuerdo que soy varios cientos de años mayor que tú.

- Lo sé, sólo bromeaba – mintió Zero, pero Ichijou no lo objetó.

Zero aún sonriendo, dio unos pasos solo, pero quizá acostumbrado al apoyo de Ichijou, se tambaleó y estuvo a punto de caer, afortunadamente el vampiro se movió con rapidez y lo sostuvo de los hombros.

- No, no puedes llegar solo hasta allá, te ayudaré aunque luego me digas que soy un niño.

- Olvídalo  quieres.

- No… me ha gustado…

- ¿Sabes que eres molesto? … - el vampiro se rió – Oye, y a todo esto ¿Dónde diablos están las gritonas? y ¿tú no deberías estar dormido a estas horas?

- Te recuerdo que hoy es sábado y yo… bueno, es una larga historia.

- Bien… pues cuéntamela…

Ambos dejaron atrás el edificio principal y se alejaron por uno de los senderos. Ninguno de los dos se percató que desde lo alto del edificio, a través de uno de los ventanales, los observaba Kaname con una expresión clara de molestia. Y desde el techo de mismo edificio, el viento golpeaba contra Kaito, quien también los veía con el ceño fruncido.

 

<<<<<<<< ۞ >>>>>>>>>

 

Estaba un tanto intranquilo, sabía de antemano que Ichijou apreciaba a Kiryuu, pero nunca imaginó que hubiese podido entablar algún tipo de amistad con él como para atreverse a ir en contra de una de sus disposiciones. Y lo más desconcertante de todo era que el director apenas y le había dado importancia al asunto cuando sutilmente le hizo el comentario. Pareciera que a aquel hombre le daba lo mismo con quien se relacionara su hijo y aún mas, quien lo fuera a recoger ese día, mientras lo trajeran sano y salvo a la Academia. Incluso alegó que Ichijou era uno de los pocos vampiros, si no es que el único, con el que el joven se llevaba bien y eso lo tranquilizaba enormemente, por eso no había dudado en autorizar su salida.

Eso a él lo molestó realmente, pero se contuvo y no dijo nada al respecto; después de todo él ya estaba bastante molesto desde antes; cuando Seiren se había presentado ante él alegando que Ichijou llegó antes a la casa de seguridad y la había despedido de allí diciéndole que él se haría cargo del cazador. Dada la condición del noble, la guardaespaldas  no había encontrado razón alguna  para objetarlo. En cuanto a él, esa noticia no le hizo mucha gracia. Sin embargo tampoco la reprendió pues había sido el noble quien se había tomado atribuciones que no le correspondían y se había expuesto al peligro al ir él solo.

Asumiendo que ya no podía hacer nada; con la esperanza de ver al joven cazador cuando llegase, se dirigió a la oficina del director; sin embargo las horas habían pasado y no había señales de él.

Al final, después de tomar dos tazas de té con el director y de tratar algunos asuntos sin importancia para él, llegó a la conclusión que no tenía caso seguir ahí. Incluso el director ya le había lanzado miradas extrañas, así que no había tenido más remedio que despedirse de manera cortes.

Era fin de semana y no había estudiantes en las instalaciones, así que se tomó todo el tiempo del mundo para pasear por los pasillos. Y después de un rato andando, finalmente los vio atravesar la puerta principal. Iban caminando lento y muy cerca el uno del otro y no podía verlos porque iban cubiertos por una sombrilla. Sin embargo sintió como su corazón comenzaba a acelerarse y un deseo casi irreprimible de ir a su encuentro surgió dentro del él, pero ese deseo se vio prácticamente opacado, al instante en que esa sombrilla se cerró y pudo verlos claramente. Aquella expresión en su subordinado y en Kiryuu no le había gustado.

Zero parecía muy cómodo al lado del noble. Aquella mirada gentil con la que parecía corresponder a cada atención del vampiro era molesta. E  incluso pareció haberle dicho algo importante al noble, porque el rostro de éste se iluminó y luego ambos rieron de nuevo. Pero el colmo de todo fue la manera en como su amigo respondió cuando el cazador estuvo a punto de caer, incluso él mismo hizo ademan de moverse, pero desafortunadamente estaba demasiado lejos. Ichijou fue rápido y lo sostuvo, volvieron a hablar y reír y luego ayudándolo a seguir, continuaron alejándose por uno de los senderos. Entonces él ya no pudo reprimirse más. 

Sus ojos adquirieron un intenso brillo carmesí y con un despliegue de su energía, fracturó los cristales del ventanal  que tenía  enfrente.

- Kaname-kun… ¿Aún sigues por aquí?

El sangre pura se sorprendió, no había sentido acercarse al director y ahora éste estaba tras él.

- Sólo fui a la biblioteca aprovechado que no había estudiantes diurnos – dijo sin girarse.

- ¡Oh dios! Los cristales… ¿Qué sucedió? ¿Te encuentras bien?...

El director se escuchó levemente alterado, pero no se acercó demasiado. Él por su parte, se llevó una mano a la frente intentando calmarse.

- No… - dijo sin darle la cara al director para evitar delatarse, pues sus ojos no habían recuperado su color original –  quizás fue la luz… siento lo del cristal, mandaré que lo cambien.

- No te preocupes, será mejor que vayas a descansar, lo que hiciste ayer por Kiryuu-kun debió dejarte más débil de lo que suponíamos.

- Si… lo haré - dijo con un sutil rubor en las mejillas. Luego comenzó a andar en dirección a las escaleras.

- Ah, Kaname… apenas llegue mi hijo te lo haré saber.

Al escucharlo, el vampiro se detuvo sorprendido nuevamente, pero no dijo nada e inmediatamente continuó su camino. Nunca le dio la cara al director, e incluso cuando comenzó a bajar los peldaños, sus ojos aún brillaban en carmesí.

Al llegar a la explanada ya había calmado sus instintos; sin embargo, aún así tuvo que reprimir su deseo de ir hacia la residencia donde se hospedaba Zero, pues se había propuesto mantener su distancia. Lo que había sucedido entre ellos  sólo él lo recordaba, ya que había borrado los recuerdos del cazador.

Pero sabía que si lo veía o lo tenía cerca de nuevo, sería capaz de correr a abrazarlo y devolverle los recuerdos, o quizá besarlo y hacerle él el amor; incluso sería capaz de renunciar al intercambio de sangre sólo por el hecho de demostrarle al cazador que no hacía uso de ese vínculo para dominarlo, que sus sentimientos era genuinos. Pero eso no bastaba, no para Zero, él joven no le creería, porque después de todo ¿Qué había hecho como para merecer eso siquiera?

Lo único cierto es que siendo un sangre pura poderoso, un vampiro a quienes todos temen y veneran, sabe que existe una verdad que nadie conoce, y es que él tiene miedo, si, miedo de que Zero lo rechace. Eso es algo que no podría soportar.

Con esto en mente, se obligó a caminar hacia la residencia de la luna. Cuando llegó estuvo a punto de subir las escaleras y recluirse en su habitación, sin embargo lo que sentía en ese momento le impidió hacerlo. Frunció el ceño y luego se dirigió hacia uno de los sofás del vestíbulo y tomó asiento para esperar.

La ansiedad comenzaba a embargarlo mientras los minutos pasaban. Cruzó una pierna sobre la otra de manera elegante y miró por la ventana para intentar distraerse. Ya debería estar por caer la tarde, pero con el cielo encapotado como estaba, era difícil saberlo. Mientras divagaba en esto, un característico aroma acudió a sus fosas nasales y giró el rostro hacia el jarrón que estaba en la mesa de al lado. El recipiente contenía rosas rojas, estaban frescas y eran bellas sin duda, pero a él en lo personal le desagradaban de ese color, ya que le recordaban al elixir vital que siempre ansiaban los de su especie y que muy raras veces podían obtener sin ocasionar algún daño. Por  eso, él las prefería de otro color, las blancas le recordaban la calidez y nobleza de Zero; aunque, ahora que lo pensaba bien, sin duda las azules encajaban a la perfección con lo inalcanzable del cazador. Las rosas azules eran realmente hermosas y cautivadoras igual que él. Y al joven parecían gustarle también.

El sonido de la puerta lo sacó de sus pensamientos. Al levantar la vista se encontró con Ichijou que llegaba. El noble tenía una sonrisa en los labios que encendió su rabia.

- ¡¿Kaname?!… - dijo sorprendido al encontrarlo allí.

- Ichijou, has vuelto… ¿Cómo está Zero? - La voz de Kaname era fría y como era de esperarse, preguntó directamente lo que le interesaba. El noble dudó un instante.

- ¿Zero?, él se encuentra bien. Lo dejé en su residencia y ahora está descansando.

- Ichijou… – Kaname continuó mirando al noble, la ira que los celos le provocaba le estaba haciendo difícil contenerse - …creí que había dado una orden; Seiren sería quien iría a recogerlo. ¿Lo sabias y sin embargo preferiste ir tú sin consultármelo?

- Lo siento Kaname, pero estaba preocupado por él.

- ¿Y eso por qué? Sabías que ya lo había ayudado y estaba a salvo.

- No lo comprenderías. Yo, necesitaba verlo. – lo dijo sin pensar realmente ya que estaba más concentrado en el aura fría que despedía el sangre pura.

- ¿Verlo?... ¿Sólo por eso te fuiste sin informarme nada?… ¿te arriesgaste a salir de los terrenos de la academia tu solo, solamente por verlo?

- No fue un capricho Kaname, si eso es lo que crees. – ahí estaba otra vez.

- No, ya veo que no… ¿no será más bien que sientes algo por Kiryuu, Ichijou?

- No es enserio lo que me estas preguntando ¿verdad? – dijo el noble un tanto desconcertado, pero aún sonriendo - ... no es propio de ti… no voy a responder a eso… tuve la autorización de Cross-san y…

Ichijou no terminó su frase ya que Kaname le propinó una fuerte bofetada que le hizo ladear el rostro y le rompió el labio inferior.

Kaname nunca le había hecho eso y el noble por un momento se sorprendió. Hasta ahora siempre se habían llevado bien de cierta forma, creció con él, y siempre lo había considerado su amigo. Pero esta vez era diferente y lo comprendió, no eran iguales.  Cerró los ojos; se llevó una mano al pecho y sumisamente se postró delante de él.

- Lamento mi comportamiento Kaname-sama, no volverá a ocurrir.

Ichijou no hizo nada por limpiarse la sangre que brotaba de su labio y su mejilla estaba completamente enrojecida. Kaname lo miró con frialdad e inexpresivamente.

- Retírate – le ordenó y el noble se incorporó inmediatamente sin mirarlo a los ojos; se dirigió hacia las escaleras y las subió aprisa hasta perderse en lo alto.

Kaname observó su mano, un pequeño rastro de la sangre de Ichijou manchaba uno de sus dedos. Un sentimiento extraño lo embargo y comprendió entonces que se había excedido. No era culpa de Ichijou, era simplemente que no soportaba que Zero mirara a alguien más, que le sonriera a alguien más y tenía demasiado miedo de que pudiese querer o peor aún, amar a alguien más.

Hasta hace unas horas estaba dispuesto a mantenerse alejado de él conformándose con sólo mirarlo de lejos; pero después de lo que vio hacía poco, no, no podría hacer eso porque Zero era suyo, tenía que ser sólo suyo. Lo amaba, era su vida y lo más importante; por primera vez su sed había sido saciada.

Notas finales:

Hola!!!

Pues aquí les dejo un nuevo capítulo. Como que ya va siendo hora de que Kaname deje de lado esos miedos y ya asuma su papel dominante, no?... Y Zero, ay tan terco, no odia a los vampiros, eso está tan claro, sólo quiere odiarlos que es muy diferente. Pero... Como será que le surgirá el amor por Kaname?...

Besos a todos los que continúan leyendo la historia y por sus comentarios.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).