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AL FINAL DE LA NOCHE por Amaya Kurau

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Capítulo XIII. Encuentro

 

 

Oculto entre las ramas de aquel árbol, la brisa volvió a golpear contra su rostro llevándose consigo los rastros de su propia esencia; si es que aún quedaba algo después de que la hubiese ocultado al máximo para evitar ser descubierto.

Desde esa distancia y en esa posición el joven no lo había detectado. Pero en cambio él podía observar claramente cada movimiento y cada expresión en el rostro de Kiryuu Zero y eso era un verdadero deleite para él; sin embargo eso tampoco evitaba que pudiera darse cuenta que algo inquietaba al joven.

Apenas lo había visto llegar a la asociación y luego alejarse por las calles, la euforia se apoderó de él y  un impulso de  seguirlo había surgido desde lo más profundo de su ser, tan irreprimible que el cazador estuvo a punto de darse cuenta de su presencia. Aunque para su fortuna no lo hizo.

Conteniéndose lo mejor que pudo, le observó entrar en aquella florería y salir con algunos ramos de flores blancas . Luego, durante varios minutos lo siguió de lejos hasta llegar a este cementerio. No le conocía bien y no podía afirmarlo con seguridad, Zero incluso era completamente diferente a Ichiru pese a ser gemelos; pero era como si lo intuyera, algo sucedía en el interior del joven cazador; se lo decía su mirada triste, y el sonido de su voz. Y aunque no podía distinguir el significado de sus palabras a la distancia en que se encontraba; hablando en aquellas tres tumbas se percibía triste y eso hacía resaltar su fragilidad. Sin duda aquella imagen hacia sin más que su deseo de tomarlo y hacerlo suyo se hiciera un poco más fuerte.

En cuanto a esas tumbas, él las conocía; ahí se encontraba Kiryuu Ichiru. Cuando decidió buscarlo no había sido difícil dar con su paradero, sólo bastó con averiguar sobre la familia Kiryuu para saber que se encontraban sepultados en este lugar. Sin embargo, las circunstancias en que había muerto el joven nunca las averiguó.

Visitó este cementerio el día que lo descubrió y después de ese día, como si el destino lo empujase más y más a un inevitable encuentro; vio por primera vez a Kiryuu Zero durante esa fiesta de máscaras; elegante, altivo y hermoso; pero sobre todo, tan apetecible como ningún otro. Y sólo semanas más tarde, mientras se llevaba a cabo el ataque en la academia Cross, él se encontraba en este mismo lugar, nuevamente observando la tumba de Ichiru, intentando decidir lo que haría a continuación; olvidarse del joven, o llevárselo consigo antes de que fuese lastimado.

Sin embargo no había llegado a decidirse, cuando sintió las fuertes presencias y supo que el momento había llegado. Pero para cuando llegó a la academia, todo ya eran cenizas y sangre por doquier; y en medio de aquel desastre; la figura de Kiryuu Zero resaltaba como una frágil luz en medio de una terrible oscuridad. Pero una frágil luz que parecía brillar un poco más al lado de Kaname. Eso lo cautivó de sobremanera, pero no se dio cuenta en ese momento hasta qué punto.

Y ahora, volvía a tenerlo cerca, al menos más cerca que las veces anteriores y no cabía duda que tenía la misma presencia que ella. No sólo eran algunos rasgos físicos, desprendía un aura tan atrayente, incluso podría aventurarse a afirmar que más atrayente que en ese entonces. Realmente este niño había nacido con una carga genética completamente parecida a la de ella. Pero también tenía algo propio y eso era lo que lo hacía increíblemente especial y estaba seguro que Kaname ya se había dado cuenta.

Mientras divagaba en todo eso, siguió observando a Zero un poco más; grabando en su mente cada centímetro de esa figura increíblemente perfecta que delataba fuerza y agilidad; grabándose cada movimiento que delataba fácilmente su flexibilidad; y guardando para sí, como un tesoro, cada expresión en su bello rostro. ¿Cómo seria verlo colmado de placer?

- ¿Eyre-sama?

Una figura, casi como si de una sombra se tratase, lo interrumpió y se situó a su lado, tan silenciosa e imperceptible como se podría esperar de ella.

- ¿Qué sucede Shion?

- Todos se dirigen hacia aquí – la voz del joven sonaba monótona e inexpresiva.

- Así que sólo este tiempo pudimos conseguir – se giró y tranquilamente observó a su subordinado. El joven vampiro lo miró con aquellos fríos ojos dorados.

- Si. El efecto pasó y comenzaron a salirse de control;  tuve que eliminar a uno de ellos.

- Te dije que no hicieras eso.

- No tuve opción; usted no se encontraba cerca, así que usé lo que me entregó por si es que llegaba a suceder, sin embargo él no respondió al aroma de su sangre.

- Ya veo, aun hay que hacer ajustes…  entonces no deben estar lejos de aquí ¿cierto?. Bien pues… - se detuvo al percatarse de que el joven vampiro, aunque respondía, miraba disimuladamente hacia donde se encontraba el cazador - ¿sucede algo Shion?

- No mi señor… - el sangre pura continuó mirándolo inexpresivamente y el joven no pudo ocultar lo que sucedía -  es sólo que… -  dudó.

- ¿Te sorprende que lo haya seguido?

- No me corresponde a mí juzgar sus actos. Pero me preguntaba que hacia él aquí.

- Ni tu ni yo lo comprenderíamos realmente, él fue humano, y al igual que ellos muchas de sus creencias son absurdas, pero creo que a veces les dan consuelo en momentos difíciles… Ahora, en cuanto a nuestro asunto, vuelve y asegúrate que ninguno de ellos se disperse y  si alguno muestra signos de resistirse, elimínalo.

- Como ordené mi señor.

Dicho esto, el joven vampiro desapareció con la misma rapidez con que había llegado. Él por su parte volvió a mirar a Zero. Hasta hace unos momentos parecía estar hablando con alguien, pero ahora se encontraba acostado sobre la tumba de Ichiru en silencio y con los ojos cerrados.

Por alguna razón sonrió de manera enigmática y sabiendo que no tenía mucho tiempo, se alejó del lugar donde se encontraba Zero. Ese lugar era importante para el joven y sabía que cumpliría cualquier capricho que este tuviese, pero también estaba pensando que era hora de conocerse y que mejor momento que ese.

 

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Zero abrió los ojos, una nueva brisa cálida acarició su rostro y agitó suavemente  su pelo. Permaneció un poco más ahí, recostado en la tumba de su hermano|, aspirando el suave y seductor aroma de las azucenas y pensando en todo lo que éste  le había dicho.

Si bien su gemelo estaba muerto, aún podía escucharlo de cierta forma. ¿Cómo era eso posible?, lo ignoraba, aunque tampoco le interesaba descubrirlo, lo que realmente le importaba era que podía hablar con él y así no sentirse tan solo.

Mientras pensaba en eso, los minutos siguieron pasando, hasta que de pronto percibió un sutil aroma ajeno al de las flores, el aroma a sangre, un aroma cautivador que pronto inundó su fosas nasales y lo hizo incorporarse de golpe y ponerse alerta.

Debería al menos haber un vampiro cerca, probablemente un sangrepura, se lo  decían sus sentidos. Cerró los ojos para poder concentrarse mejor y al confirmar que era una sensación real, inmediatamente se llevó una mano al pecho donde portaba la bloody rose; la sacó de su guarda y le quitó el seguro; luego se puso en pie  y trató de localizar de dónde  provenía aquel aroma. 

Después de unos segundos dio con su objetivo, pero no se trataba sólo de uno, había más vampiros y estaban demasiado cerca, al parecer en el mismo cementerio.

- Malditos, como se atreven a profanar este  lugar… - dijo claramente molesto.

Si, sin duda hay un sangrepura, los demás deben ser nivel E ¿Qué diablos hacen aquí?

Frunció pronunciadamente el ceño y apretó con rabia lo puños. Le había prometido a Kaito que no volvería a suceder lo de la vez anterior, e incluso, Ichiru le había pedido y recordado que viviera. Pero de todos modos, ¿Qué hacían tantos nivel E reunidos alrededor de un sangre pura, cuando incluso, aunque hubiesen perdido la cordura su primitivo instinto de supervivencia les dictaba que debían temerle a uno?, en definitiva no debería ser nada bueno. Quizá era una trampa, no descartó esa posibilidad.

El aroma a sangre era de ese ser poderoso, incluso a esa distancia podía distinguirla con facilidad. ¿Ellos lo habían atacado? ¿Por qué  no los había eliminado ya?. Aferrándose al arma y sin pensarlo más, comenzó a correr hacia la parte del cementerio de donde provenían las presencias. Incluso uso su poder vampírico para detectar la presencia de cazadores por si acaso se trataba de nuevo de una trampa, esta vez seria cauteloso.

Avanzó entre los senderos sorteando lapidas y tratando de ocultarse lo mayormente posible tras los árboles. Sin embargo, las presencias se alejaban lentamente a cada momento. Al llegar al final del cementerio se dio cuenta que habían saltado la barda y ahora estaban en el bosque. Lanzando internamente una maldición y sin pensarlo nuevamente demasiado, también él saltó al otro lado. No tuvo que recorrer mucho trecho para dar con ellos. Se ocultó detrás de un árbol y observó la situación cuidadosamente.

Tal y como lo había sospechado,  varios  nivel E estaban rodeando a un solo vampiro, el sangre pura que había sentido. Ese individuo permanecía impasible, sujetándose un brazo. Zero supo de inmediato que estaba herido; sin embargo no hacía ademán de prepararse para eliminar a esos nivel E, sólo parecía estar intentado contenerlos. Pero éstos, cual lobos hambrientos, estaban rodeándole cerca del borde del acantilado, mostrándole los colmillos y las uñas alargadas de sus dedos. Eran demasiados, pero a su parecer, no tantos como para que un sangre pura no pudiese detenerlos.

Volvió a mirar al sujeto más detenidamente, pero no lo reconoció. En sus años frente a la asociación conocía al menos por fotografía a la mayoría de sangres pura existentes; pero éste le era desconocido. Era, como es común en todos ellos, sumamente atractivo y de una presencia bastante intensa en todos los sentidos; físicamente alto, de piel clara y con el pelo negro y largo recogido en la nuca, que junto a su capa ondeaba a causa de la brisa. Su rostro se mantenía impasible.

Mientras lo observaba, Zero le escuchó murmurar algo, pero a esa distancia no pudo descifrar que, sin embargo, apenas lo dijo, los nivel  E parecieron alterarse aún más y algunos de ellos se lanzaron en su contra. El sangre pura los repelió con una onda de energía, pero estos volvieron a atacarlo. Ante ello, Zero instintivamente se aferró más a su arma. Pero en el instante en que les apuntaba, pudo ver como cadenas rojas brotaban de una de las manos del sangre pura y se dirigían hacia ellos y se enrollaban alrededor de sus cuerpos restringiendo sus movimientos; por lo que éstos cayeron al suelo retorciéndose al intentar deshacerse de su prisión.

Zero se quedó observando sin comprender que sucedía. Cualquier sangre pura eliminaría a un nivel E sin consideración alguna si éste osaba atacarlo; después de todo eran criaturas indeseadas y deplorables.

Mientras pensaba en eso, el resto de los vampiros, quizá en un último acto de instinto de supervivencia, comenzaron a retroceder. Zero suspiró y pensó que no tenía caso haber ido ahí, lo que sea que estuviese sucediendo en ese momento, no estaba fuera de la ley, ni iba en contra de las normas que regían a cazadores y vampiros. Ante los ojos de cualquiera, un sangrepura simplemente estaba eliminado a criaturas fuera de control que no saben distinguir entre lo bueno y lo malo, criaturas que viven sedientas de sangre a tal punto que atacarían a quien se atraviese en su camino sin dudar y sin arrepentirse. Y él, mejor que nadie es consciente de que lo único que se puede hacer con ellas es eliminarlas y sabe que nadie culpará ni recriminará nada a quien lo haga.

Silenciosamente retrocedió un paso dispuesto a marcharse; pero entonces su instinto lo alertó junto al sonido hecho por el crujir de una rama; rápidamente miró hacia arriba justo en el momento en que de lo alto del árbol saltaba un nivel E contra él. Había estado tan concentrado en la otra escena que se había olvidado de seguir atento a su entorno. Acababa de cometer un error garrafal que no podía permitirse con todos sus años de experiencia.

La acción de aquella criatura fue tan rápida y él estaba con la guardia baja, que lo único que pudo hacer fue esquivarlo. Sin embargo éste alcanzó a hacerle un corte en la mejilla. Podía sentir como su sangre brotaba de esa herida y cálidamente descendía hasta su cuello alterando aún más a su atacante que claramente mostraba su ansiedad.

Así mismo, el aroma de su sangre también alborotó a los demás y por primera vez detectaron su presencia.

- Tsk… maldición - Zero sin más le apuntó al vampiro que lo atacó, al tiempo que el resto de los nivel E corrían hacia él. 

Un fuerte disparo rompió el silencio del bosque y decenas de aves emprendieron el vuelo despavoridas. Sin embargo, aunque él había hecho el tiro, para cuando éste llegó a su objetivo, el vampiro ya se había convirtiendo en cenizas.

Desconcertado se giró hacia donde estaba el sangre pura, y se percató que ya no había ningún nivel E a su alrededor, todos habían sido reducidos a cenizas y el sangre pura se dirigía hacia él con una expresión inescrutable en el rostro.

 

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Cuando estaba por abandonar el cementerio, apareció el primer nivel E. Se detuvo y sonrió, unos segundos después fueron llegando los demás. Retrocedió unos pasos y liberó un poco de su energía para evitar que se le acercaran demasiado y la suficiente para que el cazador se diera cuenta de su presencia.

Después, cuando corroboró que todos los nivel E que había preparado, estuviesen allí; saltó la barda del cementerio para adentrarse en el bosque. Todos los exhumanos lo siguieron y una vez allí, pudo observar como estos se mostraban ansiosos, el efecto de la droga había pasado ya y ahora su deseo de sangre resurgía potenciado, y sumado a eso el hecho de que reaccionaran a su sangre por haber sido él quien los creó.

- Bien mis pequeñas criaturas, muy bien. Es hora de que regresen.

Dicho esto, hizo un pequeño corte en la palma de su mano e hilos de su sangre comenzaron a surgir de ella.

- Respondan al vínculo creado y sométanse a mi voluntad nueva…

Sorprendido, no terminó la frase y tuvo que retroceder al tiempo que esquivaba a uno de los nivel E que se había lanzado contra él. Incitados por la acción de éste, los demás hicieron lo mismo.

Como no tenía intención de eliminar a sus experimentos, comenzó a esquivarlos; pero uno de ellos alcanzó a rozarle el brazo y comenzó a sangrar; eso activó más los sentidos de las demás  criaturas.

Debido a los remanentes de la droga, parecían no temerle en absoluto; eso era algo nuevo para él. Sin proponérselo quedó acorralado al borde del acantilado. Sonrió sutilmente, ¿así que eso era lo que había obtenido al final?. Mientras se sostenía el brazo herido, miró de manera impasible a cada uno de los nivel E analizando la situación; estaban sobrexcitados por el aroma de su sangre y Zero ya debería estar cerca.

- No quería llegar a esto, pero no hay remedio, no quiero que él los vea.

Sin embargo, en el instante en que ellos se lanzaron nuevamente contra él, se percató de la presencia del cazador. Era demasiado tarde, el joven lo había seguido tal y como había supuesto que haría, pero había llegado antes de lo deseado.

A pesar de que era obvio que el cazador no comprendía lo que sucedía, aun así le intrigó lo que éste haría a continuación, por eso permitió que los nivel E se acercaran a él y sólo los contuvo con un despliegue de su energía que los hizo retroceder un poco, y tal y como había creído, Zero sacó su arma y apuntó con ella a los nivel E que lo atacaban. Internamente no pudo menos que sonreír; pero aun así no lo podía dejar intervenir.

Cuando esos mismos nivel E se lanzaron de nuevo contra él, levantó una de sus manos y de la palma surgieron cadenas formadas con su poder y su sangre y se lanzaron contra ellos. Atrapó a  tres, y éstos cayeron al suelo retorciéndose e intentando liberarse. Los demás comenzaron a dispersarse, pero él no se detuvo, fue capturando uno a uno.  Pero mientras lo hacía, no se percató que uno de ellos había descubierto al joven y se había lanzado contra él, no hasta que percibió el aroma de su sangre; en ese instante se detuvo y lo buscó con la mirada, cuando lo localizó,  nuevamente aquel nivel E, y no sólo él, también los demás que quedaban, se olvidaban de él y se lazaban contra el joven.

Eso lo enfureció y frunciendo el ceño, sus ojos brillaron carmesí. Al instante todos los nivel E se convirtieron en cenizas justo en el mismo momento en que Zero hacia un disparo y docenas de aves emprendían el vuelo despavoridas por el ruido.

Nunca imaginó llegar al punto de tener que eliminar a sus experimentos. No a todos de un solo golpe. Pero era lo que se merecían, como sea, ya encontraría otros o bien podría crearlos el mismo. Estos habían hecho algo insolente y no  pensaba pasarlo por alto. Jamás  permitiría que criaturas tan insignificantes como esas se atrevieran a tocar o siquiera a intentar mirar con deseo a Kiryuu Zero.

Las cenizas comenzaban a dispersarse por el viento mientras  avanzaba hacia el joven. A cada paso podía sentir como su cuerpo vibraba y una deliciosa sensación de sed comenzó a surgir en su garganta al ver el delgado hilo de sangre que resbalaba por la mejilla del joven, sumado a aquellos hermosos ojos amatista que estaban puestos en él y lo miraban entre desconcertados y cautelosos

No cabe duda que es un cazador; y uno demasiado hermoso.

- ¿Estás bien?... – le dijo deteniéndose cerca de él, pero a una distancia prudente e intentando que su voz no delatara sus emociones – ¿te hicieron daño?

- No – dijo el joven tranquilamente, pero aun sosteniendo firmemente su arma  a un costado -  estoy bien… pero, ¿Quién diablos eres?

Liam abrió los ojos con sorpresa. Si bien Zero era un cazador, también era un vampiro y ahora se encontraba frente a un sangrepura y sin embargo, al parecer eso le importaba muy poco. Sin duda era como Shizuka había dicho, un joven orgulloso e indómito. No pudo menos que sonreír.

Todo en él era bello y su voz era sin duda hechizante. Nunca lo había escuchado de cerca, no era suave ni melódica como la voz de su hermano, sino directa,  firme y un tanto agresiva. En resumen era una criatura irresistible y fascinante, ahora estaba seguro que ya no podría estar lejos de él.

- ¿Yo?... soy un sangrepura. – respondió con tono despreocupado. Zero frunció el ceño.

- No bromees conmigo vampiro... eso ya lo sé, me refiero a…

- Oh… si claro, perdone  mi torpeza… – el sangrepura sonrió -  mi nombre el Liam, Eyre Liam. Y si no me equivoco usted debe ser Kiryuu Zero.

Al escuchar su nombre, el cazador se sorprendió

- ¿Cómo sabes mi nombre?

- Es imposible no conocer al actual presidente de la asociación de cazadores; el cual, aparte de ese cargo se desempeña como profesor adjunto de la Academia Cross y es el principal promotor, no, más bien es el individuo al frente del proyecto que llaman de coexistencia que se lleva a cabo en ese lugar.

Zero no dijo nada en absoluto, pero continuó mirándolo con más  desconfianza y cautela.

Ni siquiera me agradeció haberlo salvado… Este niño es bastante quisquilloso…  

- ¿Siempre es tan desconfiado?

- Cuando se trata de vampiros, sí. ¿Cómo sabes todo eso?

- También es muy directo. Hmmp… Si sé todo eso, es porque es necesario saberlo y porque ese proyecto, como yo lo veo, es bastante alentador.

 

Aunque eso es normal, me sorprendería que no lo fuera siendo quien es.

 

- ¿Por qué no los eliminaste desde un principio?

- ¿Eh? ¿Cómo?... – el sangrepura lo miró desconcertado, había estado pensando en el comportamiento del cazador, que no reaccionó a tiempo.

- A esos nivel E, ¿Por qué no los eliminaste?... Parecía que sólo querías capturarlos. ¿Qué pretendías hacer con ellos?

- ¿Me está interrogando como cazador?

- Te estoy interrogando como presidente de la asociación de cazadores; estoy en mi derecho.

Liam sonrió de lado y lo miró tranquilamente.

- Ese es un buen punto. Tiene razón presidente. No pretendía eliminarlos, no había necesidad de hacerlo, sólo quería contenerlos.

- ¿De qué hablas?, eso es absurdo, un nivel E no razona, se deja llevar por sus instintos, con ellos no hay dos opciones, simplemente hay que eliminarlos antes de que ataquen a alguien.

- Supongo que tiene razón, como sea, al final de cuentas terminé eliminándolos…– Liam miró a su alrededor donde quedaban las cenizas de todos esos nivel E y luego miró al horizonte - …Ya es tarde y creo que le estoy quitando el tiempo y yo tengo asuntos que atender también. Hasta pronto - le dedicó una sonrisa y se dio la vuelta.

- ¡Espera!

Ante la solicitud sonrió para sí, luego  giró el rostro y lo miró con amabilidad.

- ¿Si?

- ¿Por qué querías contenerlos? ¿Tú los creaste? – el tono de voz de Zero seguía sonando brusco.

- No, no fui yo. Yo sólo los usé para probar el resultado de mis experimentos.

- ¿Experimentos?

- Si…- Zero abrió los ojos con sorpresa, pero inmediatamente volvió a fruncir el ceño y apretó los puños con fuerza, claramente más molesto -… pero no es lo que imagina.

- ¿Entonces qué es?... ustedes los sangrepura arruinan la vida de humanos y no conformes con ello, los usan a su antojo.

- Lo siento mucho presidente, pero no puedo tolerar que me ponga al mismo nivel de aquellos que le hicieron daño a usted… - El cazador no dijo nada, pero lo miró furioso - No me mire así por favor, es del conocimiento de todos los líderes sangrepura que usted fue una vez humano. Pero mi objetivo no es lo que cree… dígame  ¿me creería si le dijera que existe la posibilidad de revertir la condición de un nivel E,  al menos su pérdida de cordura?

- ¿Qué?

- Como lo oye. Pero éste no es el mejor lugar para hablar sobre ello. Por ahora tengo que  marcharme - dijo esto mientras observaba disimuladamente aquella sombra oculta tras un árbol - ya habrá otra ocasión para hablar al respecto - Volvió a darle la espalda

- ¡Es… espera!… - El cazador lo llamó nuevamente y él se giró y se acercó más a él.  Era más alto que Zero, así que se inclinó un poco hasta estar cerca del rostro del cazador.

- ¿Qué sucede presidente Kiryuu? – su tono de voz sonó ligeramente cadencioso - Empiezo a creer que no quiere que me vaya…

Zero lo miró sorprendido y un tanto incomodo, pero no se alejó y eso le gusto al sangrepura. El joven era valiente y orgulloso, por supuesto que no le iba a dejar ver siquiera si estaba un poco asustado. Viéndolo así, en verdad que quería arrojarse sobre él y tomarlo, pero todavía no era tiempo.

- No... no se trata de eso… es sólo que…

- Veo que le interesa, pero como le dije, este no es el lugar adecuado para hablar sobre eso,  ¿Qué le parece si nos reunimos?

El cazador lo miró con recelo y él volvió sonreír con amabilidad

- No te conozco y eso…

- Eso bien podría ser una trampa ¿no? – el sangre pura se rió -  Pensando eso y  aun así no dudo en hablar conmigo desde un principio… – Zero frunció el ceño ante el sarcasmo – Lo siento, no fue mi intención burlarme. Pero, no se preocupe, no tiene nada que temer. Si quisiera atacarlo lo hubiese hecho ya.

- Supongo que tienes razón, después de todo eres un sangrepura y yo estoy solo.

- Así es… pero como le he dicho, no tema, si no sabe mucho sobre mi es porque no resido en esta parte del mundo, acabo de llegar a esta ciudad buscando presentar los avances de mi investigación al senado y si todo sale bien, a la asociación. Comprenderá que me ha alegrado el poder encontrarme con usted aquí, eso me ha ahorrado el tiempo y el esfuerzo de buscar una audiencia… y, entonces ¿Qué le parece mi propuesta de reunirnos?, puede ser en la sede de la asociación o en la academia Cross, donde usted lo crea más conveniente.

Ante el silencio del cazador, Liam volvió a sonreír y suspiro.

- Comprendo, necesita pensarlo... Bien, pues en cuanto decida si acepta o no, puede mandarme un mensaje; no creo que le cueste trabajo dar con mi mansión en la ciudad. Yo estaré complacido en mostrarle de que va mi investigación y me gustaría que usted me hablara sobre ese proyecto que se lleva a cabo en la academia Cross. Realmente parece ser muy interesante y alentador, como le dije... Hasta pronto.

Dicho esto y con una sonrisa en los labios Liam desapareció. Después de todo, el primer paso ya estaba dado, sólo había que esperar la siguiente jugada.

 

Notas finales:

Hola, hola!!!

Nuevamente estoy por acá con otro capítulo de esta historia. Disfrutenlo.

De antemano gracias por sus lecturas y más por los comentarios.

Hasta pronto!!


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