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AL FINAL DE LA NOCHE por Amaya Kurau

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Capítulo XVI Súplica

 

Se detuvo y levantó la vista hacia lo alto del edificio mientras sentía como el frio viento golpeaba contra él. Había llegado hasta allí sin ser realmente consciente y ahora dudaba que hacer. Todas esas preguntas que habían estado rondando su cabeza durante todo el día, ahora parecían irrelevantes. ¿Qué caso tenia cuestionar algo tan antiguo?. Quizá todo eso que lo desconcertaba no era más que resultado de esos extraños sueños o tal vez había sido producto de su imaginación de nuevo.

Harto de toda esa basura que lo aquejaba, le dio la espalda al edificio dispuesto a marcharse; sin embargo, una extraña sensación lo invadió y volvió a mirarlo.

Entonces se decidió y entró al lugar. Éste se encontraba completamente abandonado y carente de iluminación. En esas condiciones ni siquiera sabía por qué lo había mandado a reconstruir.

En ese entonces, los días que siguieron al ataque de la academia realmente fueron terribles para él.  Primero había que eliminar a los nivel E rezagados que pululaban en la zona y luego, borrar los recuerdos de ese día de todos los humanos que se hubiesen percatado del ataque o hubiesen tenido algún tipo de encuentro con vampiros; tanto estudiantes como habitantes del pueblo cercano. Todos los cazadores, incluido él, estuvieron tan ocupados con ello que no tuvo tiempo de pensar siquiera en su propio dolor.

Después, cuando todo parecía haber sido controlado, el director organizó una ceremonia para despedir a Yuuki. Los únicos asistentes fueron el mismo director, Kaito, Yagari-sensei, Wakaba Sayori y él; nadie más puesto que Kuran y el resto de los vampiros abandonaron la academia al día siguiente del ataque. Y como no sabía de las costumbres de los vampiros, tampoco le vio el caso de avisarles. Si el director no lo había hecho, no tendría porque hacerlo él.

La ceremonia se realizó en el cementerio de la ciudad y aunque no estaba de ánimos, asistió por consideración al director. Al final, comprendió que eso también le sirvió para poder desahogar un poco sus sentimientos. Aunque incluso, aún ahora cuando lo pensaba; era irónico y a la vez deprimente que siendo un vampiro los que te despidieran sólo fueran cazadores y un humano.

Como fuera, ahí no terminó todo, aún había muchas cosas que resolver. Una de ellas era el traslado del nuevo metal madre a la sede de la asociación y otra, la reconstrucción de la Academia. Sin embargo el ánimo del director menguó de sobremanera después del día de la ceremonia, tal que se dedapegó de cualquier responsabilidad, así que fue él quien terminó por ponerse al frente de todo y dirigir esos trabajos.

Y sinceramente no sabía por qué había autorizado la reconstrucción del edificio del antiguo horno cuando el metal madre ya ni siquiera se encontraba allí. Era extraño y no terminaba por comprenderlo. Si bien sabía que debió de terminar por demolerlo y bloquear las entradas subterráneas, no lo hizo y aún hoy aunque lo odiaba, al tocar esos muros experimentaba una sensación de extraña y desagradable nostalgia, tal como si estuviera ligado a este lugar.

En aquel entonces, una vez que terminaron los trabajos de reconstrucción, vinieron las pesadillas de esa terrible noche donde volvía a ver a Yuuki parada frente al horno bañada en sangre y que lo persiguieron por varios años; pero después de eso, no había vuelto a soñar con el horno, no hasta anoche. Sin embargo fue diferente; este sueño no fue una pesadilla, o al menos eso se sentía. Pero igual, fue bastante perturbador.

En ese sueño se encontraba en medio de la noche en un lugar desolado. Se sentía débil y caminaba lentamente hasta detenerse frente al horno. El fuego que ardía dentro de éste era cegador y su calor abrazaba su piel con fuerza y aún así él sólo estaba concentrado en la gran tristeza que lo embargaba por alguien que era importante para él, pero también sentía que estaba cumpliendo con su deber. Después de eso no hubo nada más, y al final, antes de despertar, lo último que recordaba era como daba un paso al frente y se llevaba una mano al pecho.

Sólo en eso había consistido su sueño, pero al darse cuenta estaba llorando de nuevo y unas sensación de tristeza y culpa, de vaya a saber qué, lo embargó durante todo el día y no desapareció ni siquiera ahora que se encontraba de ronda. Así que sin saber cómo, ya se encontraba parado aquí, frente al edificio.

Suspiró y terminó por encender la antorcha, luego comenzó a subir las escaleras lentamente. La luz producida por las ondulantes llamas iluminaba de manera lúgubre una porción de los escalones y las paredes, y proyectaba su sombra de manera alargada contra la pared.

Nuevamente, como antaño, podía sentir como si aquel lugar vibrara con su presencia. Era extraño ya que gracias al tatuaje de su cuello podía ingresar a cualquier lugar vetado para vampiros. Sin embargo tampoco era que se sintiera amenazado, más bien era como si en vez de ser repelido, fuese atraído. Pese a ello procuraba mantenerse alejado lo más posible; en especial porque el edificio también albergaba los antiguos calabozos subterráneos que habían fungido como celdas mucho tiempo atrás cuando la academia era la sede de la asociación de cazadores y que el odiaba, no sólo porque en una de ellas había sido recluido cuando estaba al borde de caer al nivel E y tenía que ser controlado, sino porque fue en una de esas celdas que había perdido a su hermano.

Al ser nuevamente consciente de eso, una punzada de dolor acudió a su pecho pero trató de ignorarla y continúo ascendiendo hasta que finalmente llegó a donde se encontraba el horno. Un estremecimiento lo invadió y caminó lentamente hasta detenerse justo frente a la boca del horno. Las imágenes de su sueño acudieron de nuevo a su mente y el estremecimiento se convirtió en un escalofrió que recorrió su espalda. Entonces acercó la antorcha e iluminó el interior. Nada, estaba vacío.

-  Hmmp… Idiota, ¿qué esperabas encontrar? – se dijo mientras agitaba la cabeza y se reía de sí mismo.

Una vez existió una mujer…

De la nada, estas palabras vinieron a su mente provocándole nuevamente un estremecimiento.

 

<<<<<<<< Flashback >>>>>>>>

 

-   ¿Una mujer, Cross ojisan?

Cross Kaien estaba sentado frente a la chimenea, mientras dos pequeños se encontraban en pijama, uno sentado en la alfombra sujetando sus piernecillas hacia su pecho y el otro, boca abajo con un libro abierto frente a él.

-   Si. En ese tiempo tan lejano algunos vampiros estaban decididos a trasformar a todos los humanos y volverlos sus esclavos. Los humanos no podían hacerles frente y cada día su número se reducía más y más. Fue en ese entonces que ella acudió a nuestros primeros antepasados diciendo que quería ayudarlos. Ellos aún eran humanos por completo y ella les habló de la posibilidad de que pudiesen hacer frente a los vampiros y defenderse.

-   ¿Quién era ella? – Preguntó Zero, que a diferencia de Ichiru que estaba completamente fascinado con la historia, se mostraba impasible.

-   Nunca nadie supo su nombre, lo único que si supieron es que ella era uno de ellos. Claro, no cualquiera; ella era una sangre pura. Los libros antiguos la describen como una mujer muy bella y de presencia imponente, de hermoso cabello plateado y de preciosos ojos como joyas de amatista, de mirada cálida…

-   ¿Cómo mi hermano, Cross ojisan? – Ichiru, al preguntar esto se giró hacia su hermano completamente emocionado. Zero se sobresaltó y lo miró sorprendido.

-   ¿Eeeehh? ¿de qué hablas?... ¡Yo no soy una chica!

-   Uhmm… - Cross sonrió ampliamente - si Ichiru kun, tal como Zero kun.

-   ¿Tú también, ojisan?, - Zero los miró con el ceño fruncido - ya dije que no soy una chica y menos un vampiro.

-   Pero Cross ojisan ha dicho que tenía un hermoso cabello plateado y preciosos ojos amatista – Ichiru dijo esto con total inocencia.

-   En ese caso también podrías ser tú… mira que eres mi gemelo…

-   Sí, pero a diferencia de mí, tú tienes una mirada cálida y tu presencia es imponente - Zero se quedó callado sin saber cómo debatir lo dicho por su gemelo.

-   Jajajaja…. Miren que el pequeño Zero se ha sonrojado.

Era verdad, las mejillas de Zero se habían puesto rojas y aún más cuando Cross se soltó a reír. Al ver esto, Ichiru abrazó protectoramente a Zero y miró con el ceño fruncido a Kaien.

-  ¡Oye, no molestes a mi hermano!

-  ¿Eh? Pero si fuiste tú quien empezó.

-  Eso no es cierto… mejor continúa con la historia.

El hombre, al ver aquella escena no pudo evitar enternecerse.

-   Bien, bien. ¿Dónde me quede?, ah sí, pues esa mujer secretamente acudió a nuestros antepasados y les habló de esa posibilidad. Como era de esperarse, ellos no le creyeron en un principio, ya que ella no sólo era uno de ellos, sino también uno de sus líderes; una sangre pura de los que ahora se les llama ancestros.

>>... Ella, pese a la desconfianza les hizo ver que con sus acciones estaba traicionado a los suyos, pero aún así quería ofrecerles la posibilidad de defenderse. Sin embargo también les habló de la posibilidad de que si aceptaban, muchos no sobrevivirían.

-   ¿En qué consistía su método? – preguntó Ichiru.

-   Ella les dio a beber su sangre en grandes cantidades. ¿Ustedes saben lo que significa beber la sangre de un vampiro sangre pura?

-   Si – respondió Zero – hay dos posibilidades. Al igual que con una mordedura, tu cuerpo la asimila y adquieres fuerza o debido a su toxicidad la rechazas y mueres. Sin embargo con la mordedura te conviertes en vampiro, en cambio, si sólo bebes su sangre eso no ocurre.

-   Como siempre, muy inteligente Zero kun. Si. Pues eso fue lo que nuestros primeros antepasados hicieron. De los que bebieron sólo unos pocos sobrevivieron, pero esos se convirtieron en los primeros cazadores; su cuerpo asimiló la sangre de esa mujer y después la carga genética fue pasando de generación en generación hasta nuestros días.

>> …Sin embargo ahí no terminó todo, gracias a ella también es que tenemos armas para defendernos. Una vez que ella dio su sangre casi por completo, se dirigió hacia un horno de fundición donde había metal y arrojó su corazón.

-  ¿En serio? – Ichiru abrió los ojos sorprendido, pero Zero pareció quedar helado con lo que Cross había dicho.

-   Sí, eso hizo y éste se fusionó con el metal y así surgió el metal madre, capaz de eliminar vampiros. Por eso es que si escuchan a algún vampiro que haya estado dentro de las instalaciones de la asociación, les dirá que se siente como si las paredes resonáran. Eso es porque el metal se encuentra debajo en una sala especial, resguardado en una caldera. Y tanto las paredes, como las puertas y ventanas de la asociación y de muchas casas de seguridad, están reforzadas con ese metal. Por eso es que es casi imposible para un vampiro entrar allí. Algún día ustedes también serán cazadores así que supongo que es importante que lo sepan.

-   ¡Wooow!, ¡Increíble!

-   Si, ¿verdad Ichiru kun? – Cross sonrió con ternura, pero se percató de que Zero se mantenía cabizbajo y callado - ¿Qué sucede Zero kun?

-   ¿Por qué lo hizo?

-   ¿Cómo?

-   Ella, ¿Por qué lo hizo? ¿Por qué se sacrificó?

-   Pues supongo que por ayudar a los humanos.

-  ¿Por qué?, ella era un vampiro, que más le daba. ¿Por qué ayudar a los humanos y traicionar a su raza?, no tiene sentido. Ninguno de ellos la ha de recordar, al contrario…

-   Pues… no lo sé y dudo que alguien lo sepa en realidad…

- Cross ojisan, toda esa interminable lucha y derramamiento de sangre ¿eso era lo que ella quería?... ¿eso…

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-   …Era lo que ella deseaba?... ¿para ello se sacrificó?... ¿todo esto era necesario?…

Zero terminó las frases de su recuerdo y posó una mano sobre la pared, ésta vibró ante su toque.

No tiene sentido, sigue sin tenerlo…

-   No… no…

El repentino sonido de aquellas palabras lo sobresaltó y le hizo girarse. Frente a él estaba Kuran. Pero... ¿Por qué no lo había detectado estando tan cerca?, ¿tan concentrado estaba en sus pensamientos?. Aparte ¿Qué hacía ahí? y ¿Qué le sucedía?. Había algo extraño en la forma que lo miraba, tal como si estuviese viendo un fantasma.

-  ¿Kaname?... – Lo llamó. Pero antes de que pudiese decir algo más, el sangre pura se abalanzó sobre él tomándolo por sorpresa y lo abrazó con fuerza sin darle tiempo de reaccionar, por lo que dejó caer la antorcha.

-   ¡No lo hagas…  no lo hagas…- la voz del vampiro sonaba angustiada y eso lo asustó - …tu no por favor… no arrojes tu corazón… tu no… si lo haces… si me dejas… yo sin duda moriré!...

¿Qué rayos le pasaba a ese sujeto? ¿Por qué decía eso? ¿Arrojar… su corazón?

Zero, con los brazos a los costados, se mantenía confundido y sorprendido. Sin embargo, después de unos segundos reaccionó y se removió intentando que el sangre pura lo soltase, pero éste en vez de eso lo estrechó con más fuerza.

-   ¿Ka… Kuran?... ¿Oye?… ¿Kuran?… suéltame.

-   ¡No… tú no puedes dejarme!

-   ¿Qué te pasa?... ¿de qué hablas?... aléjate ¿quieres?…

-   ¡Te necesito… eres mi vida… no me dejes por favor… tu no! – era claro que algo malo sucedía con Kaname, pero eso no evitó que ante aquellas palabras, una corriente eléctrica surcara la espalda del cazador y un ligero rubor se instalara en sus mejillas

-   ¿Kuran…?

El sangre pura  no le prestaba atención, así que Zero, cada vez más incómodo frunció el ceño dispuesto a quitárselo de encima. Sin embargo, antes que pudiese hacer algo, el vampiro volvió a tomarlo por sorpresa. Sujetando delicadamente su rostro lo miró con profunda tristeza y desesperación; eso lo descoloco que no pudo ver lo que se avecinaba hasta que sintió el suave roce de sus labios.

-   Te amo… - dijo Kaname.

La mente de Zero estaba completamente en bruma, pero al escuchar aquello se ruborizó intensamente, a la vez que  sintió como si en su pecho estallara algo con tal magnitud que le cortó la respiración.

Te amo…

Mientras su mente se iba despejando del shock, esas palabras resonaron en su mente y su corazón le dio un vuelco: sin embargo, casi al instante Kaname ya intentaba besarlo de verdad, pero él reaccionó y haciendo amago de toda su fuerza, lo empujó.

-   ¡Que me sueltes! … - le gritó. El sangre pura lo miró entonces sorprendido, mientras él sentía sus mejillas arder.

Al cabo de unos segundos Kaname finalmente también reaccionó.

-   Ze… ¿Zero?…

-   Sí, soy yo – el cazador le respondió de manera agresiva - ¿Quién más podría ser?… ¿Qué rayos te pasa?

Kaname ni siquiera prestó atención a su tono ni a su incomodidad, en cambio miró hacia el horno como buscando o asegurándose de algo. Zero por su parte comenzó a tranquilizarse. El vampiro sinceramente parecía estar pasando por algo raro, aunque no estaba tan seguro, aun así intentó dejar de lado su molestia y las ganas de golpearlo por haber estado a punto de besarlo. El sangre pura tal vez se percató de eso.

-   Yo… lo siento… - dijo y se llevó una mano a la frente.

-   ¿Estás bien? – preguntó Zero, mientras pensaba que Kaname en verdad se había vuelto loco.

-   Si… yo… sólo tuve una visión.

-   ¿Una visión?

-   … si… del pasado… a veces tengo visiones. – Ahora el sangre pura parecía intentar hacer pasar eso como algo normal, pero ¿Quién rayos que fuera normal tendría visiones y lo diría tan tranquilo?

-   Ustedes los sangre pura con sus extrañezas… ¿Acaso me confundiste con Yuuki? ¿No crees que hay mucha diferencia?

Intentó sonar irónico y se llevó una mano a la altura de su pecho para remarcar la estatura de Yuuki, pero Kaname no reaccionó a su comentario, sólo guardó silencio. Zero comprendió que algo malo había pasado al sangre pura pero no le interesaba saber a fondo qué, aunque estaba seguro que era por el horno, quizá había visto a Yuuki. Así que suspiró, él no era una persona cruel aunque desearía serlo con el tipo que estaba frente él.    

-   …Aquí no hay nada Kuran - dijo ya más tranquilo - como puedes ver, este horno está completamente apagado. El metal nacido del sacrificio de Yuuki esta resguardado en la asociación… - recordó de pronto las palabras del sangre pura - …además… aunque yo quisiera, mi corazón no serviría de nada para crear un nuevo metal… no olvides que soy un ex humano…

Para su sorpresa, Kaname lo miró de manera extraña, casi como con alivio, y le sonrió con gentileza.

-   No… no lo olvido… y me alegro de que esa no sea una opción… 

Zero, desconcertado, no dijo nada al respecto; por alguna razón de pronto la mirada de Kaname era más de lo que podía soportar y la rehuyó volviéndose hacia el horno.

-   ¿Qué haces aquí entonces, Kiryuu-kun?

Zero frunció ligeramente el ceño. Ese sujeto primero llegaba como un maldito gato y luego lo abrazaba y le soltaba una sarta de tonterías y luego sin más intentaba besarlo y todavía así se atrevía a preguntarle tan tranquilamente ¿Qué hacia allí?

-   Esa pregunta te la debería hacer yo ¿No crees?  

-   Supongo… discúlpame… - y ahora se disculpaba.

-   Un sangre pura no se disculpa – dijo Zero con cierto desdén y haciendo amago de toda su paciencia, después de todo ya no era tan impulsivo como en el pasado - al menos eso se supone... y tú ya lo has hecho muchas veces. Si sigues haciéndolo comenzaré a creer que planeas algo…

-   No planeo nada…

-   Uhm… Como sea, es una noche fría… estaba cerca haciendo mi ronda y simplemente vine aquí…

-   ¿Por qué?  - Zero volvió a mirarlo. ¿Qué rayos le importaba?, quiso expresar eso, pero en cambio volvió la vista hacia el horno.

-   No lo sé… supongo que pensaba en varias cosas y sin darme cuenta lo hice.

-  ¿Pensabas en Yuuki?- Zero lo observó de nuevo. Kaname había preguntado de una forma tan trivial que él no pudo evitar molestarse, tal pareciera que al sangre pura había dejado de dolerle la perdida de la chica. Sin embargo tampoco era como que lo conociera para asegurarlo. Así que decidió pasarlo por alto.

-   No sólo en ella… Yo… - guardó silencio dudando en continuar, sin embargo por alguna razón lo hizo - yo me preguntaba ¿cómo fue que llegamos hasta este punto?… buscando una coexistencia que desde un principio fue una alternativa desechada por cazadores y vampiros… ¿Cómo fue que todo inició?... ¿realmente tenía que haber tanto derramamiento de sangre? ¿no existía otra alternativa?... – suspiró – pensaba en eso y llegué hasta aquí. Este fue el horno donde nació el metal del que fueron creadas nuestras primeras armas, fue aquí donde esa mujer se sacrificó… ¿Qué estaría pensando para sacrificarse por los humanos? ¿Qué era lo que ella realmente deseaba?...

Guardó silencio y se quedó viendo el horno fijamente. A su mente acudió la imagen de sus padres, de su hermano, de Yuuki y extrañamente también las de su sueño. Si, realmente él había perdido mucho por esa interminable guerra. Pero el pasado, era eso, pasado. No tenía caso torturarse con ese tipo de cuestiones; además, sólo había sido un estúpido sueño lo que lo llevó allí. Suspiró y le dio la espalda al horno y recogió la antorcha del piso. Ésta volvió  avivarse.

-  …Como sea… creo que sólo son absurdas cuestiones… me voy, todavía tengo que hacer mi ronda y no sé por qué estás aquí, eso es asunto tuyo, pero creo que deberías estar en clase todavía ¿no?

-   Kiryuu…yo… yo fui… - Zero lo miró, parecía que Kaname quería decirle algo, pero se arrepintió.

-   ¿Decías? – quiso incitarlo a que hablara.

-   No… nada…

Desconcertado nuevamente, no dijo nada y pasó por un costado del sangre pura dejándolo atrás. Luego, mientras descendía por las escaleras y estuvo seguro que éste no lo seguía. Se recargó contra la pared, se abrazó a si mismo y dejó escapar el aire contenido en sus pulmones. Nuevamente recordó lo sucedido, su cuerpo volvió a agitarse involuntariamente, en especial al recordar aquel pequeño roce. Posó sus dedos sobre sus labios y volvió a sonrojarse; sin embargo apenas lo había hecho, frunció el ceño molesto consigo mismo por recordar aquello, así que bajó prácticamente corriendo las escaleras y se alejó de aquel edificio.

 

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Sonrió con ternura y depósito delicadamente la pieza sobre el tablero de ajedrez.

-   Si, ese será mi papel… - se volvió a repetir.

Entonces levantó la vista hacia la puerta.

-   Pasa Ichijou.

La puerta se abrió y el noble apareció en el umbral.

-   Sé que puedes detectar la presencia de otros vampiros cuando estamos cerca, pero al menos deberías dejar que yo por educación, toque la puerta.

-   Eso no es necesario. ¿Sucede algo?

-  Ayer no volviste a clases y cuando regresamos te encontrabas ya aquí… los nobles se inquietaron por tu actitud, pero no quise importunarte. Ahora ya todos están descansando, pero como continuabas sin salir de tu despacho quería saber cómo te encontrabas.

-   Estoy bien, gracias…

Ichijou se lo quedó mirando. Kaname supo que el noble intuía que mentía, pero también sabía que no  le contradeciría.

-  Me alegra saberlo, a los demás también los tranquilizara… - dijo el noble con una sonrisa e iba agregar algo más, pero en ese momento Kaname detectó otra presencia.

-   ¿Qué sucede Seiren? – la vampiro apareció a espaldas de Ichijou; se llevó una mano al pecho e hizo una reverencia.

-   Kaname-sama – dijo con su habitual impasividad -  hay una visita en el colegio.

-   ¿Visita?

-   Un sangre pura – Kaname abrió los ojos con cierta sorpresa, no había detectado ninguna presencia.

-   ¿Qué sangre pura?

-   El mismo con quien Kiryuu-sama se encontró hace unos días - Kaname frunció el ceño y una sensación de frio proveniente de él invadió la estancia.

-   ¿Dónde está ahora?

-   Se encuentra en la residencia donde se hospeda Kiryuu-sama…

Kaname apretó lo puños y lanzando una última mirada a su tablero de ajedrez  se dirigió hacia la puerta. Ichijou se sobresaltó ante su repentino actuar.

-  Espera Kaname, no puedes ir así - Kaname se detuvo en seco y se giró hacia el noble con el ceño fruncido

-  ¿Por qué no? …Kiryuu podría estar ahora mismo en peligro.

-  Lo sé, pero… Seiren, déjanos solos por favor - La guardaespaldas hizo una reverencia y desapareció con la misma rapidez con que había llegado – Kaname, tienes que tranquilizarte, no puedes simplemente ir y echarlo.

-  ¿Quién dijo que haría eso? – su voz sonó desdeñosa.

Ichijo sabía que estaba por cruzar la línea y eso era peligroso; sin embargo no podía dar marcha atrás.

-  Estas actuando diferente a como comúnmente lo haces, has perdido tu temple y te ves ansioso. Sólo con verte puedo saber que te estas dejando llevar por tus sentimientos y que por tu mente sólo circula una idea y esa es, alejar a Liam Eyre de Zero.

La expresión del sangre pura se ensombreció y miró con frialdad al noble.

-   ¿De qué hablas?... ¿Tú ya sabias de él?

-  Si y… - Ichijou inhalo profundamente - Perdóname Kaname, pero también se perfectamente lo que sientes por Kiryuu-kun, lo sé desde hace mucho tiempo y también sé que cada día que pasas aquí y no puedes estar cerca de él es un verdadero martirio para ti.

-   Eso que dices…

-  Es la verdad – la expresión de Ichijou no era de reproche sino de compresión y le sonreía de manera tranquila -  Tu lo amas demasiado Kaname, quizá más de lo que amaste a Yuuki, lo sé porque tu mirada se suaviza cuando estas cerca de él; y aunque tratas de ocultarlo y a veces es casi imperceptible, los latidos de tu corazón se aceleran cada que lo ves. Además, aquel día vi demasiadas emociones en tus ojos volcadas en él; el miedo cuando desapareció y lo atacaron, la furia al ver lo que le hicieron y luego, también aquel brillo especial cuando regresaste… ¿Sabes? Me sorprende que él no se haya dado cuenta aún de tus sentimientos. Supongo que todavía hay cuestiones que tienen que resolver entre ustedes. Pero, justamente por eso debes de tranquilizarte Kaname. Yo tampoco confió en ese sangre pura, no sé con qué fin se acercó a Kiryuu-kun, pero tampoco he encontrado algo que me diga que quiere hacerle daño…

-   ¿Desde cuándo sabes que él está interesado en Zero?

Al ser interrumpido, Ichijou dejó de sonreír y lo miró sorprendido, Kaname no parecía avergonzado porque sus sentimientos hubiesen sido descubiertos. Quizá se debía al hecho de que ningún sangre pura estaba acostumbrado a ser cuestionado ni juzgado por sus subordinados y Kaname no era la excepción, pero pese a ello, él podía ver cierto alivio en su mirada.

-   Eh… bueno, yo personalmente busqué información sobre él y le prometí a Kiryuu-kun que no te lo diría, pero creo que es necesario.

-   No hace falta que me digas lo que averiguaste, yo si conozco a Eyre Liam y por ello no quiero que esté en este lugar y mucho menos cerca de Zero.

-  ¿Por qué?... ¿acaso crees que en verdad quiere lastimarlo?... toda la información que recabe de él no refleja que sea de ese tipo, él a su manera también ha ayudado a la sociedad de vampiros…

-   Quizá… y no, no creo que lastime a Zero, pero no lo quiero cerca de él… 

Dicho esto, Kaname se dirigió hacia la puerta; pero apenas puso la mano en el pomo, se volvió y miró seriamente al noble.

-   Ichijou… yo, en verdad lo amo. Si tú sientes lo mismo…

-   No Kaname… – fue el sangre pura quien ahora no pudo ocultar su sorpresa. Ichijou sonrió – …yo no amo a Kiryuu-kun. Además sé que aunque le amara, a ti eso no te importaría ¿cierto?

-   Sí, claro… pero…

-  Hmmp… lo que siento por Kiryuu-kun es aprecio, Kaname. Él es una gran persona, digna de ti sin duda. Sin embargo no te negaré que también siento cierta atracción por él, pero es diferente de lo que crees. ¿Cómo podría decirlo?... quizá que, pese a todo lo que ha vivido y lo que ha perdido, él posee una presencia luminosa y cálida; no sólo para mí, sino también para muchos otros vampiros. Es algo parecido a que si estuviésemos siendo atraídos por un sangre pura que es capaz de protegerte y no de usarte y por ello podrías dar tu vida por él voluntariamente. Si, esa sería una perfecta descripción. Pero en cuanto amor, yo, en realidad amo a otra persona; así que... Kaname, por favor lucha por él.

Eso último sonó como una súplica, así que el sangre pura le dedicó una ligera sonrisa y salió del despacho.

Saber que alguien más estaba al tanto sobre sus sentimientos extrañamente lo desconcertaba pero sin duda también sentía cierto alivio y agradecimiento hacia el noble.

Kaname, por favor lucha por él…

 

 

Notas finales:

Hola de nuevo. Muy pronto verdad?. Pues éste es algo así como la continuación del capítulo anterior.

Nos leemos pronto... Hasta entonces. 


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