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AL FINAL DE LA NOCHE por Amaya Kurau

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Capítulo XVII 

Rivales


 

Parado frente a la chimenea leía el contenido de un sobre de correspondencia mientras aguardaba que llegara la hora acordada para su encuentro. Se encontraba algo cansado y no quería sentirse somnoliento, algo que sin duda sucedería si se sentaba en su silla. Por eso prefería estar parado.

Después de la excelente noche que había pasado hacía días, donde había descansado a la perfección; no había podido volver a dormir así. Incluso, aunque sabía que no era cierto, se seguía preguntando si había imaginado la presencia de Kuran en su habitación. Había estado tan cansado ese día, tanto de fingir estar bien, como físicamente; que ya no podía asegurar si lo que recordaba de esa noche era real o sólo producto de su imaginación a causa de los constantes sueños que tenía, algunos de los cuales donde podía verlo a él.

Si, esos sueños, algunas veces más insistentes y nítidos; otras discontinuos y difusos; pero siempre ahí, incomprensibles. Al principio fueron esporádicos pero cada día se volvían más regulares y eso había empeorado a partir de que bebió de él.

Un rubor se instaló en sus mejillas al recordar especialmente uno y entonces miró el cuadro sobre la pared. El problema no eran los sueños en sí, sino los sentimientos que los acompañaban y que perduraban en él incluso por varios días y que al parecer le hacían identificarse con Kuran. Quizá por eso era muy recurrente verlo en ellos y quizá por eso también había pintado el cuadro de la pared intentando encontrar una manera de descargar esas emociones. No lo había logrado por supuesto, sin embargo había ocasiones en que mirar ese cuadro lo tranquilizaba, tal vez por eso no se había desecho de la pintura. El cuadro reflejaba el escenario que se presentaba una y otra vez en sus sueños.

Antenoche había soñado nuevamente, pero lo que esta vez experimentó fue diferente, fue casi real.  Estaba parado en un lugar frio y algo desolado, y lo único que estaba frente a él era un horno de fundición, lo demás era bruma. Ya había soñado antes con ese horno, pero eran pesadillas en donde veía a Yuuki sacrificarse de nuevo. Esta vez había podido sentir claramente sobre su piel el intenso calor emanando del horno y la luz del fuego dañando sus pupilas. Pero no sólo era eso; el sentimiento de tristeza que experimentó había sido casi tan real que se había despertado llorando y no había podido concentrarse en toda la tarde y noche de ayer. Por ello sin más, terminó por llegar hasta el antiguo horno durante su ronda. Y a causa de ello había tenido ese extraño encuentro con Kuran.

La imagen del sangre pura con aquella intensa mirada tan cerca de él, acudió a su mente.

-  ¿Qué me está pasando?- se dijo mientras sentía las mejillas acaloradas.

Incomodo agitó la cabeza intentando alejar esos recuerdos bochornosos de su mente y trató de concentrarse en continuar revisando su correspondencia. Sin embargo no tuvo éxito pues las imágenes de ese sueño se volvieron a abrir camino en su mente, así que suspiró resignado y dejó el sobre en la mesa; luego se dirigió hacia la ventana desde donde miró los jardines. Podía oler el sutil aroma a tierra mojada y ver como las hojas de los arboles aún tenían gotas de agua dejadas por la lluvia y que brillaban a causa de los rayos del sol que se filtraban a través de las ramas.

Abrió la ventana para que entrara un poco de aire y entonces pensó que en verdad estaba cansado; cansado de intentar encontrarles un significado a esos sueños y cada día se resignaba más a ellos intentando ignorarlos. Sabía que pronto tendría que hablar con alguien al respecto, ya fuera con Yagari sensei, Kaito o incluso Cross. Sin embargo, mientras se decidía a hacerlo, el único que en verdad deseaba por ningún motivo volver a soñar, era aquel en donde hacia el amor con alguien y donde de la nada, en algunas ocasiones Kuran aparecía como ese alguien.

Volvió a agitar la cabeza para ahuyentar rápidamente la imagen de su cabeza. Sin embargo el rubor en sus mejillas no se fue y tampoco lo hizo la sensación que vino después de la descarga eléctrica que recorrió su cuerpo.

Frunciendo el ceño se dirigió hacia el baño para mojarse el rostro y dejar de pensar en tonterías. Abrió el grifo y acunó un poco de agua en sus manos; sin embargo, en cuanto se inclinó y cerró los ojos, la repentina imagen de Kaname con una sonrisa triste cerca de su rostro lo hizo dejar caer el agua y asirse del mármol para no caer al piso...

“No pasa nada… no pasó nada…”

Esas palabras resonaron en su mente, era la voz del sangre pura. Casi al instante experimentó un ligero mareo.

-  ¿Pero que diab… qué… fue eso? 

TOC TOC TOC.

Al escuchar la puerta se sobresaltó. Rápidamente tomó una toalla, se secó las manos y salió del baño.

-   Adelante… - dijo y al instante un joven al servicio de la residencia apareció.

-   Kiryuu-sama, Eyre Liam está aquí.

No pudo evitar fruncir el ceño. ¿Así que finalmente estaba aquí?, ¿Cómo es que no lo había sentido llegar?

-   Hazlo pasar por favor.

El muchacho hizo una reverencia y salió. Pasados unos segundos finalmente pudo sentir la presencia de ese sangrepura acercándose por el pasillo y casi al instante lo tuvo frente a él. Elegante y altivo como le recordaba, y con esa fría e intensa mirada en sus ojos verdes. Y no iba solo, aunque eso era normal. Estaba acompañado de quien probablemente era su guardaespaldas, un joven pelirrojo, alto y de ojos dorados.

-  Kiryuu-san, buenos días. Le agradezco que me haya dado la oportunidad de reunirme con usted.

-  Quien lo agradece soy yo. Por favor tome asiento – dijo Zero con correcta propiedad.

Liam no pudo evitar sorprenderse. La última vez el joven lo trató con un nulo respeto y ahora actuaba completamente diferente. No pudo evitar sonreír.

-   ¿Sucede algo? – preguntó el cazador algo extrañado.

-   Lo siento, pero es que en verdad me sorprende su cambio de actitud.

-   ¿Ah si?... No  olvide las circunstancias en que nos conocimos.

-   Hmmp, es cierto…

Zero le sostuvo la mirada; había algo en el sangre pura que lo inquietaba pero intentó disimularlo. Liam tomó asiento frente al escritorio, mirándolo también; sin embargo, justo en ese instante la puerta volvió a sonar y eso hizo que Zero apartara sus ojos de los del sangre pura.

-   Adelante –  ordenó y el mayordomo ingresó al lugar con una bandeja de servicio y en silencio comenzó a servir en una copa lo que el sangrepura había pedido con anterioridad.

-   Kiryuu-sama, ¿usted gusta algo más? – dijo al terminar.

-   Estoy bien asi, gracias. Puedes retirarte. – el joven hizo una reverencia y se marchó. Liam dio un sorbo a su copa y luego la posó sobre la mesa.

-   Bien,  supongo que lo indicado es centrarnos en el motivo de mi visita… ¿Shion? - Apenas escuchó su nombre, el joven vampiro se acercó y abrió el portafolio que traía consigo. Liam extrajo una carpeta del interior – …Ahora déjanos solos por favor.

Ante la orden, el vampiro desapareció tal y como solía hacerlo Seiren, la guardaespaldas de Kuran; sin embargo Zero se quedó mirando el lugar donde estuvo parado. Liam se percató de su inquietud.

-   No se preocupe Kiryuu-san, él no hará nada indebido – Le extendió la carpeta. El cazador sin darle importancia a su declaración, la tomó y se sentó en su silla. Pero no la abrió inmediatamente, sólo se la quedó mirando - ¿Sucede algo? – preguntó Liam con tranquilidad.

-   Cuando nos conocimos me dijo que existía la posibilidad de revertir la condición de un nivel E, al menos su pérdida de cordura…

-    No le mentí, en esa carpeta está toda la información.

-   A lo que voy es… ¿Por qué lo hace?,¿Por qué esa investigación?... Es un sangre pura, ¿me va a decir que desea ayudar a los que fueron transformados?... honestamente si me dijera eso no podría creérselo.

-   No pretendo que lo haga, ya que ese no es el motivo.

Zero lo miró desconcertado. El sangrepura simplemente se puso en pie y tranquilamente se dirigió hacia la chimenea y se paró frente a ella mirando el cuadro que llamó su atención desde que ingresó al despacho.

Por primera vez desde que llegó, su aparente tranquilidad y su mirada fría se desvanecieron y su semblante mostró cierta aflicción y su mirada adquirió un brillo de tristeza.

-   …Hace mucho tiempo comencé esa investigación como muestra de mis sentimientos hacia alguien importante para mí… Una mujer...

>> ...En ese entonces ella lo era todo, era mi mundo… ella fue la mujer a quien más amé.  Lamentablemente vivíamos en una época difícil y el tiempo jugó en mi contra y no logré terminar esta investigación. Irónico ¿cierto?, ya que se supone que el tiempo es algo que no nos preocupa a los sangre pura, sin embargo en ese caso si lo fue.

Zero no pudo evitar sentir un extraño estremecimiento y miró nuevamente la carpeta.

-   ¿Por qué me dice todo eso?

-   Porque quiero que comprenda que pese a lo que pueda imaginar, mis intenciones no son malas. Si bien los humanos no son precisamente de mi agrado, el producto de esa investigación es algo que le debo a ella. 

   >> …Yo la amaba más que a mi vida, pero ella quería proteger a los humanos; yo hubiese deseado que eso no requiriera de matar a los nuestros, sin embargo eso no era posible y yo no podía hacer nada.

   >> …Su deseo era tan grande que guiándose por aquella persona en quien confiaba, dio su vida. Las consecuencias de eso fueron devastadoras y lo que vino después fue aún peor. La guerra entre humanos y vampiros se volvió más cruenta.

Liam se veía ausente, como si recordara. Zero continuó mirándolo mientras hablaba e inevitablemente pudo  sentir una opresión en el pecho, al tiempo que algo comenzó a inquietarle con respecto a todo lo que el sangrepura decía, y necesitaba saberlo, tenía que asegurase si lo que presentía era real.

-   La mujer de quien habla, ¿Quién era ella?

-   Hmmp… - Liam al escucharlo ladeo ligeramente el rostro, lo miró y sonrió con complicidad - usted debe saberlo tan bien como yo.

-   Ya veo… - dijo Zero con calma.

Es ella, la mujer que se sacrificó por los humanos, aquella por quien los cazadores existimos, aquella gracias a quien nuestras armas fueron creadas.

-   Bueno, supongo que eso quiere decir que estoy ante un ancestro sangre pura, ¿no?

Aunque Zero trató de parecer indiferente, su instinto le hizo asegurarse de la presencia de la bloody rose en su pecho.

-  Si, lo está… - Liam sonrió ladinamente - ¿eso le asusta?

-   Me sorprende.

-   Pues no debería cuando usted ya ha conocido a alguien incluso más antiguo que yo y no sólo eso, también lo ha enfrentado – Zero abrió los ojos con sorpresa. Ante eso Liam no pudo evitar reír – …¿no me diga que no sabe de quién hablo?

-   No…

-   Que prudente respuesta – dijo el vampiro volviendo a mirar el cuadro - Pero creo que su mente ya debió decirle que se trata de Kuran Kaname, ¿Cierto?.

Zero no dijo nada, sabia de ante mano que Kaname era un vampiro antiguo, pero ¿un ancestro? ¿Era eso posible?. Sin embargo, si era verdad, si Eyre le decía que la había conocido a ella y que Kuran era más antiguo que él, eso significaba que…

-   ¿No me cree, verdad?

-   Me es difícil hacerlo. He enfrentado a Kuran en el pasado, eso es cierto; pero se supone  que ustedes entre más antiguos más poderosos, y aunque si, él era más fuerte que yo, no me pareció que fuera imposible de vencer.

-   Bueno, eso se debe a que él casi no bebe sangre. Pasa mucho tiempo en abstinencia por eso su poder no es lo que debería ser, pero eso tampoco quiere decir que sea débil, la realidad es que es usted quien es más fuerte de lo que se imagina. - Zero lo miró con cautela y aunque Liam continuaba sin verlo, al parecer percibió esto porque sonrió – Pero no vine a hablar de su majestad con usted. En su momento me reuniré con él. Así que olvidémonos de él por el momento…

-   Me ha dicho que conoció a esa mujer que se sacrificó, ¿Kuran también la conoció?

A Liam no le hizo mucha gracia que Zero trajera a Kaname de nuevo a la conversación y frunció ligeramente el ceño pero no dejó de mirar el cuadro.

-   Por su puesto, fue el método que él investigaba el que ella usó… - Zero sintió una opresión en el pecho – Luego que ella se sacrificó, fue él quien guió a los humanos que bebieron su sangre y les ayudó a crear sus armas… – Nuevamente la opresión en el pecho y una sensación de ansiedad surgiendo en él - …Lo demás es historia que usted ya conoce. Por mi parte me alejé, no quería ser parte de todo eso. La había perdido a ella por esa causa y lo que menos quería era estar cerca de los humanos.

-   Era el deseo de ella proteger a los humanos…

-   Si, lo era. Y sé que si yo hubiese podido encontrar una forma más eficaz, ella no hubiese tenido que sacrificarse y yo no la hubiese perdido. Era su deseo proteger a los humanos pero no encontró otra manera de hacerlo más que esa. Kaname fue quien la arrastró a esa salida.

Zero inconscientemente desvió su mirada hacia el cuadro de la pared. Luego de nuevo miró a Liam intentando buscar en sus ojos algo, aunque no sabía exactamente que era.

El vampiro por su parte se mantenía impasible y continuaba observando el cuadro de la pared. Luego de unos minutos se giró de nuevo hacia él y le sonrió.

-   Pero eso es algo que no tiene que ver con usted. Ya es cosa del pasado, de un pasado demasiado lejano; miles de años  para ser exactos.

-   Supongo.

Zero no dijo nada más, sólo rehuyó los ojos del sangrepura; abrió la carpeta y comenzó a revisar la información. Liam por su parte se acomodó de nuevo en la silla cruzando una pierna sobre la otra de manera elegante y aguardó mientras observaba al cazador.

Desde siempre había despreciado a los humanos y aún más a los cazadores. Estos eran el resultado del sacrificio de ella y no podía evitar aborrecerlos. Por eso había preferido mantenerse al margen de cualquier situación relacionada con la asociación. Pero cuando conoció a Ichiru y posteriormente a Zero, un fuerte deseo surgió en él. Quizá era una ironía del destino pero por alguna razón, mucho de ella estaba en esos dos niños, sobretodo en Zero, no sólo físicamente sino en cuanto a poder.

Él fue testigo de lo que ella era capaz de hacer. Como con un simple movimiento era capaz de acabar con ejércitos de exhumanos. Por lo que no podía evitar preguntarse cómo es que el joven no había podido hacer uso de todo el poder, que por una inexplicable razón, residía dentro de él.

¿Kaname lo sabría?, si, sin duda. Por eso lo había tenido a su servicio por decirlo de alguna forma. Pero el cazador aún era capaz de más.

Además, era muy atractivo. Sus rasgos, pese a ser un chico, eran delicados y bien proporcionados. Poderlo mostrar como suyo ante los demás sería un placer. Aunque su carácter sin duda no era el más adecuado para exhibir, pero no era nada que no se pudiera arreglar. Lo indómito y agresivo del joven sería algo que se guardaría para la intimidad.  

Si, Kiryuu Zero era un gran descubrimiento. Vampiro y cazador; hermoso, sensual y poderoso. Si tan sólo se diera cuenta de su poder y se lo propusiera, podría llegar a ser temible y sin duda todos se postrarían voluntaria o involuntariamente  ante él.

¿Cómo sería sentir sus labios?, ¿Saborear su sangre? ¿Cómo sería en la cama?... no podía esperar a hacerlo gritar de placer.

La mirada de Liam a cada pensamiento se volvía más intensa y quizá el joven lo percibió porque levantó la vista hacia él.

Ante aquellos hermosos ojos verdes fijos en él, Zero quedó cautivado. No comprendía por qué, pero no podía apartar su vista de ellos. Era la primera vez que se sentía atraído de esa manera. Sin embargo, el hechizo no duró mucho tiempo, ya que de pronto otros ojos aparecieron en su mente e inmediatamente desvió su mirada de Liam. El sangrepura frunció el ceño.

-   Todo lo que aquí dice… me sorprende que pueda ser posible, ¿Por qué hasta ahora si me ha dicho que fue algo que comenzó a investigar hace tanto tiempo?

Liam lo miró unos segundos más, luego a la carpeta que Zero había dejado ya sobre el escritorio.

-   Después de que ella desapareció perdí el interés de seguir adelante. Me marché lejos y me alejé de todo lo que me la recordara, me aislé del mundo y evité cualquier contacto con humanos… Después de un tiempo quise continuar con la investigación pero no pude.

     >> …Para un vampiro, en especial un sangre pura que es capaz de vivir eternamente; perder vínculos puede ser devastador; así que un día decidí dormir por la eternidad… pero eso tampoco me fue permitido y un día sin más, fui despertado.

      >> …Al final continúe viviendo dedicándome a otras actividades y así el tiempo pasó, hasta que hace unos cientos de años volví a retomar la investigación y no fue sino hasta hace poco más de veinte años que comencé a obtener resultados. Los que ya ha podido leer.

-   Esto dice que las primeras dosis son inyectadas, pero que una vez que se logra la estabilización de los exhumanos estos pueden comenzar a ingerirla; pero me muestra que sólo el ochenta por ciento ha respondido al tratamiento, ¿Qué hay del otro veinte por ciento?

-   Como en todo, cada individuo es diferente, sólo es cuestión de continuar realizando estudios, pero creo que ese ochenta por ciento es suficiente para comenzar.

-   ¿Qué les sucede a ese veinte por ciento? - insistió Zero.

-  Lo lamento pero sucede lo mismo que con cualquier nivel E; perdida de cordura total, necesidad incontrolable de alimentarse y finalmente la muerte. Nada diferente de lo que  les sucedería normalmente. Sólo que la muerte no es producida por alguien, sino que ellos simplemente mueren sin más, de la nada se convierten en cenizas.

Zero lo miró directamente a los ojos, e hizo la pregunta que más lo inquietaba.

-   ¿Cómo se obtiene la droga?

El sangre pura tardó unos segundos en responder.

-   Ésta… Es un suero derivado de la sangre de un vampiro sangrepura mezclado con otras sustancias.

-   ¿Un sangrepura?... ¿específicamente tu sangre?

-   Si, no tenía otra para realizar los estudios.

-   No se mencionan importantes efectos secundarios.

-   Hasta ahora no los hay graves, salvo que si el individuo suspende el tratamiento muere, tal y como si no hubiese tolerado la droga.

-   Ya veo.

-   Desafortunadamente no hay milagros, los que reciban la droga no podrán volver a ser humanos, pero podrían llevar una vida como vampiros normales. En cuanto a su reincorporación a la sociedad, eso es en lo que tendría que actuar el senado y la asociación, he ahí el porque requiero de su apoyo.

-   Necesitó analizar todo esto con más calma.

-   Por supuesto, lo comprendo y me gustaría estar cerca hasta que pueda decirme lo que piensa…

-   Por mi está bien.

-   De acuerdo. Con respecto a otro asunto; ya le había dicho que el proyecto de coexistencia que se lleva a cabo en este lugar me parecía interesante. Me gustaría constatar con mis propios ojos su aplicación ingresando como miembro de la clase nocturna.

-   Creí que había externado ya su sentir hacia los humanos. ¿Por qué me dice eso ahora?

-   Porque era lo que ella quería. Ella quería que los vampiros aceptaran a los humanos, ella quería que pudiéramos vivir en paz con ellos. Si se sacrificó fue porque no encontró otra salida, pero ella no quería derramamiento de sangre, lo que ella quería era que pudiéramos coexistir humanos y vampiros. Y yo quiero saber si eso es posible, quiero verlo con mismo propios ojos.

Liam sonrió y Zero volvió a quedar cautivado por esos ojos. Aunque su mirada no revelaba nada, no sabía que pensar exactamente de él. No parecía ser peligroso, pero ¿Podía realmente confiar en él?, era un vampiro sangre pura, eso, según su experiencia, debería ser suficiente respuesta, pero; había realizado toda esa investigación y ¿si le decía que sí y era una trampa?, pero por el contrario, si le decía que no, no podría averiguar por qué  lo ha estado inquietando tanto, si todo lo que le había dicho era verdad o no, además, parecía tener la respuesta a varias de sus interrogantes.

-   Lo siento – dijo intentado sonar lo más respetuoso y tranquilo posible - pero por el momento no le podría dar una respuesta inmediata a su petición. El ingreso a la clase nocturna es algo que tengo que tratar con el director de la academia, Cross Kaien y con Kuran Kaname, el presidente de dicha clase. Aunque yo sea quien haya impulsado esa propuesta, ellos son los que tiene la última palabra.

-   Ya veo… pues  para mí sería muy grato si aceptaran. Consúltelo con ellos e infórmeme. Por ahora me marcho, pero estoy a su disposición, ya conoce mi dirección - De manera elegante, Liam se llevó una mano al pecho e hizo una leve inclinación a modo de despedida. – fue un verdadero placer.  ¿Shion?; nos retiramos.

En ese instante apareció su guardaespaldas con su abrigo y le ayudó a ponérselo. 

-   Hasta pronto Kiryuu-san.

-   Hasta pronto.

-   Por cierto – Liam se detuvo antes de salir del despecho - Ese cuadro es muy bello. ¿Quién es el artista?

Zero miró también el cuadro de la pared sobre la chimenea.

-   Lo pinté yo… - dijo sin más.

-   ¿Ah sí? No imaginé que tuviera ese talento. Es hermoso.

Liam le sonrió de manera amable y salió del despacho. Ante esa sonrisa, Zero volvió a experimentar extrañamente una ligera sensación el estómago.

 

////////////////

 

-   ¿Cómo fue todo mi señor?

-   Bastante bien, mejor de lo que esperaba.

-   Me alegro. 

Ambos, sirviente y amo salieron de la residencia y continuaron tranquilamente su camino hacia la entrada principal de la academia ante la atenta mirada de Zero, quien los veía desde la ventana de su despacho, eso hasta que los arboles los hicieron quedar fuera de su vista.

-   Que sorpresa, – dijo de pronto Liam y se detuvo -  justamente me había estado preguntando por usted.

Kaname se encontraba recargado a la sombra de un árbol; cruzado de brazos, inexpresivo y mirándolo fríamente. El pelinegro sonrió levemente y continuó.

-   Me pareció extraño no verlo en el despacho de presidente Kiryuu.

-   ¿Ah sí?. Pensé que era algo que no deseaba cuando se presentó aquí ocultando su presencia – Kaname no se movió y su expresión delataba su desagrado hacia él.

-   Oh, eso… Me disculpo por ello y por no haber acudido a presentarle mis respetos antes.

-   En realidad no me interesan sus respetos, lo que deseo saber es el motivo por el cual un sangre pura de su condición se encuentra de visita en este lugar.

-   Hmmp… disculpe si soy grosero su majestad, pero es un asunto entre el presidente de la asociación y yo.

Kaname frunció ligeramente el ceño y se separó del árbol para acercarse a él. En ese instante Shion se colocó al lado de su amo llevándose una mano al interior de su cazadora donde probablemente llevaba algún tipo de arma; sin embargo apenas lo había hecho, Seiren hizo su aparición también, portando en ambas manos varias dagas.

-   Está bien Shion – dijo de pronto  Liam y levantó un brazo hacia su sirviente en señal de que se detuviera. Éste retrocedió y en cuanto lo hizo, las dagas de Seiren desaparecieron de sus manos -  No vinimos a causar problemas majestad. Estoy aquí a solicitud del presidente de la asociación.

-   ¿Ah sí?... ¿Por qué mejor no dejamos las falsas cortesías de lado, nos retiramos las caretas y me dices qué es lo que pretendes?... porque sabes quién soy ¿no es así?, tan bien como yo sé quién eres tú, Liam.

-   Hmmp… Así que realmente eres tú… y vaya que me recuerdas a pesar de que han pasado miles de años. Y yo que pensé que eras de los que olvidaban fácilmente.

-   No podría olvidarte… no después de todo el caos que causaste.

-   El caos que causé... ¿Realmente hablas en enserio Kaname?...  después de que por ti la perdí a ella, ¿te atreves a decir que lo que hice fue causar caos? – la sonrisa en los labios de Liam se desvaneció y su expresión se ensombreció transformándose en una de completo desprecio - Yo solo la quería devuelta.

-   Eso era imposible – Kaname recordaba a la perfección esos ojos verdes, tan fríos y llenos de celos hacia él al principio; y luego llenos de odio al final - ella había tomado su decisión… además, nunca fue tuya…

Para sorpresa interna de Kaname, el otro sangrepura no reaccionó como antaño; sino que por el contrario, pareció relajarse de pronto y volvió a su actitud anterior.

-   Ja ja ja… tienes razón… y no tiene caso escarbar en el pasado… ella era tuya… siempre fue tuya… no te preocupes Kaname, créeme, ahora tengo bien claro eso, además ya sólo la conservó como un recuerdo. Sin embargo debes comprender que en ese entonces me desesperé y actué sin pensar. Y aunque quizá no me creas, me arrepiento de todos los problemas que causé…

-   ¿Qué haces aquí entonces?

-   No seas tan desconfiado. Aunque ahora que lo pienso, te comprendo, siempre me he mantenido lejos de ti, pero ¿no crees que eso es normal?. Tu y yo nunca fuimos precisamente amigos y luego solo tuvimos enfrentamientos y luego ambos dormimos por varios periodos de tiempo, prácticamente nos perdimos el rastro durante todos estos miles de años. Porque Kaname, yo, al menos hasta este momento en que te tuve cerca, supe a la perfección quien eras. Hasta ahora había creído que Kuran Kaname era un descendiente demasiado parecido a ti… Y mira la sorpresa que me he llevado.

-   Pues perdona que no te crea.

-   Hmmp… No tienes que hacerlo si no quieres, tampoco es como si lo necesitara.  Si vine a este lugar es porque tenía asuntos que tratar con el presidente Kiryuu.

-   ¿Qué asuntos?

-   Vaya, te has vuelto curioso ¿eh?... pues como no es ningún secreto te lo diré… He estado realizando varias investigaciones a lo largo de los años, algunas las dejo por un rato y luego vuelvo a retomarlas. Recientemente he obtenido resultados interesantes sobre una en particular y supuse que serían del interés de Kiryuu-san. Y no me equivoqué, él se mostró muy interesado. Tanto que estoy planeando pasar una temporada por aquí.

Ante lo dicho, Kaname frunció el ceño y por un instante un destello carmesí brillo en sus iris borgoña.

-   Escúchame bien Liam, porque no volveré a repetirlo. No creo nada de lo que me dices y no me interesan los asuntos que tengas que resolver en esta ciudad; pero si te atreves a hacerle daño a Kiryuu, te destruiré sin consideración. En el pasado me contuve por ella, pero esta vez no lo haré.

-   Supongo que debo tomar eso como una advertencia.

-   Me conoces… Tómalo como quieras…

-   Bueno, eso es con respecto a ti, pero ¿me pregunto si a él le importaría que yo estuviese cerca?... ¿sabes? Comprendo si estas interesado en él. Porque es por eso que me quieres lejos de él ¿no?...

>> ...No te juzgo, él es muy interesante. Su inusual pelo plateado, esos hermosos iris como dos joyas de amatista, algunas de sus expresiones, su voz, su aroma, pero sobre todo ese espíritu indómito que posee y esa inquebrantable fuerza de voluntad… te has dado cuenta ¿no Kaname?, se parece un poco a ella… 

A cada palabra, sin poder contenerse Kaname dejaba fluir su aura más y más, provocando que el ambiente a su alrededor se tornara frio, incluso algunas flores del jardín se secaron al instante.

-   Además,  por lo que sé… no eres muy de su agrado … dime una cosa, ¿te interesa? ¿lo quieres para ti? - Kaname no decía nada, solo su aura seguía aumentando - ¿No?... bueno, entonces… ¿podría tenerlo para mí?

Kaname no pudo contenerse más y en un rápido movimiento hasta para sus guardaespaldas, sujetando del cuello a Liam lo impactó contra uno de los árboles. El pelinegro sólo sonrió  arrogantemente. Entonces furioso, los ojos de Kaname brillaron en un carmesí intenso.

Shion inmediatamente se lanzó contra Kaname, pero justo en el instante en que sacaba un puñal, fue golpeado por Seiren y lanzado lejos; sin embargo logró detenerse a tiempo con un brazo y cayó de pie, pero justo en ese instante Seiren apareció tras el colocando una de sus manos a modo de cuchilla en su cuello y él se quedó estático.

-   ¡Basta!... ¡Deténganse!

Fue muy repentino, pero ante el sonido de esa voz a su espalda, Kaname abrió los ojos con sorpresa, ¿Qué hacía Zero ahí?, ¿en qué momento había llegado?.  Miró a Liam y éste sonrió con cierto aire triunfal por lo que apretó más su cuello y el árbol crujió cediendo un poco por la fuerza. Sabía que había caído en el juego del pelinegro con  una patética facilidad, pero se lo haría pagar.

Liam, por su parte no podía ver al cazador, pero había sido consciente de su presencia aun antes que Kuran, quien por estar concentrado en su provocación no se había dado cuenta a tiempo que el cazador se acercaba. Ahora la pregunta era, ¿Qué haría Zero?; quería verlo, la última vez había estado dispuesto a usar su arma para detener a unos nivel E, ¿Lo haría también ahora para proteger la armonía de su academia?

-   ¡Suéltalo Kuran! – demandó Zero con voz autoritaria al ver que Kaname no pensaba dejar a Liam.

-   No te metas Kiryuu, no es asunto tuyo – respondió el castaño furioso.

-   ¡Estamos en la academia Cross, es mi asunto, así que suéltalo antes de que los alumnos diurnos se percaten de lo que sucede!

Kaname apretó los dientes, sin ceder un poco. ¿Qué diablos le importaban los humanos cuando la principal amenaza a la paz y a Zero estaba justo en sus manos?, podía eliminarlo y luego borrar sus memorias.

El sangre pura planeaba esto, cuando para sorpresa de él y de Liam, en vez de sacar su arma, Zero se situó a un lado y sujetó su brazo con fuerza. Kaname no pudo evitar que un estremecimiento lo recorriera ante el contacto.

-   He dicho que lo sueltes – La voz de Zero sonaba tranquila, pero miraba a Kaname con severidad.

Como inducido por un hechizo, Kaname sin más soltó a Liam y tranquilizándose sus ojos volvieron a su borgoña original. El pelinegro al verse libre del agarre, recuperó la compostura, movió el cuello y se acomodó el traje.

-   Lo siento Kiryuu-san – dijo luego con total tranquilidad – hace tanto tiempo que Kaname y yo no nos veíamos, usted comprenderá que nuestro saludo haya sido un poco efusivo.

Zero se giró y lo miró. La sonrisa de Liam desapareció inmediatamente al ver aquella mirada fría reflejada en los ojos del cazador, era igual a aquella con la que ella lo miraba cuando estaba molesta; y eso no era todo, su vista fue atraída por algo más, Zero no había soltado el brazo de Kaname y seguía sujetándolo con fuerza y ante eso Kaname parecía menos temible que hacía sólo unos segundos. Era como si el joven pudiese contener al gran Kaname con solamente eso.

Zero al percatarse de lo que Liam veía y de lo que él mismo hacía, soltó el brazo del sangre pura.

-   Kiryuu, yo… - comenzó a decir Kaname, pero fue interrumpido por el cazador.

-   No me importan los problemas que tengan entre ustedes ni como quieran resolverlos; pero en esta escuela hay un acuerdo de paz. No se permite ningún tipo de enfrentamiento, ni uso de armas sin razón válida. Así que le pediré Eyre-san, que la respete.

Ante las últimas palabras de Zero, Kaname lo miró con cierta sorpresa.

-   Lo sé – dijo Liam - sólo estábamos recordando viejos tiempos y sin más sucedió lo que presenció.  Kaname no ha cambiado mucho desde la última vez que nos vimos, sigue siendo bastante impulsivo.

-   ¿Ah sí?, pues no se de quien me habla exactamente, el Kuran Kaname que yo conozco es todo lo contrario. Además, cuando se trata de sangres pura, él no ataca sin ningún motivo valido.

-   Hmmp… Parece tenerle bastante confianza.

-   Efectivamente, se la tengo; por eso es mi aliado. – Kaname sintió como su corazón le dio un vuelco - Si como me dijo, usted está dispuesto a ingresar a este lugar como miembro de la clase nocturna y eso es autorizado; estará bajo la supervisión de él y bajo las normas de la academia. Tendrá que respetarlos a ambos.

-   Comprendo. Lamento mi comportamiento. Le pido me disculpe. A usted también le pido disculpas su majestad. Espero que este incidente no afecte nuestras relaciones Presidente – ni Zero ni Kaname dieron nada, y Liam volvió a sonreír con amabilidad – Shion, vámonos.

Sin esperan alguna respuesta de parte de Zero, tanto Liam como su sirviente se alejaron. Sin embargo la expresión del sangrepura cambió al instante por una de furia contenida.

Notas finales:

Hola!!!, un nuevo capítulo un poco mas largo de lo normal. Espero les guste, hasta pronto.


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