Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

AL FINAL DE LA NOCHE por Amaya Kurau

[Reviews - 403]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

CAPÍTULO XXV

Acercándose a la oscuridad

 

 -   ¿Qué rayos fue todo eso?

Zero susurró mientras continuaba mirando el lugar por donde el sangrepura había desaparecido. Por alguna razón comenzaba a experimentar una sensación de adrenalina recorrer su cuerpo que provocaba que su corazón latiera más rápido. Pero sabía que no se debía a algo relacionado con emoción, sino más bien a temor.

El viento golpeó con fuerza contra él y un escalofrío recorrió su espalda. El vampiro no había hecho nada grave en realidad, extraño sí, pero no como para alterarlo de la manera en que lo estaba. Un extraño presentimiento lo embargo.

Se giró buscando a Rain. La yegua se encontraba algo alejada del lugar donde él se encontraba. Lanzó un silbido y ésta, alzando la cabeza,  emprendió el trote de regreso hacia él. Mientras se acercaba, el recuerdo de aquella mirada en el sangrepura lo hizo estremecer. “Tan parecidos” había dicho.

“Tan parecidos que duele”

Subió a la yegua y entonces se dio cuenta que sus manos comenzaban a temblar. Frunció el ceño, tomó las riendas y reemprendió a galope el camino de regreso a la academia.

Sin embargo, mientras atravesaba el bosque, un flash de lo que parecía un recuerdo le hizo casi perder el equilibrio y caer.

Liam le sonreía mientras le entregaba un  hermoso lirio blanco.

La imagen apenas duró un parpadeo, pero fue como un aguijón que clavándose repentinamente le hizo doler la cabeza; por lo que dificultosamente detuvo a la yegua y descabalgó.

Trastabillando caminó hasta apoyarse en el tronco de un árbol. De pronto sentía muchas nauseas, empezaba a sudar frio y el dolor en su cabeza se hacía más intenso.

-   AGHH…. -. Se quejó llevándose una mano a la cabeza. Rain inquieta comenzó bufar y a golpear el piso con su pata delantera.

“Yo conozco este lugar. Hace mucho tiempo solía venir aquí seguido”.

-   ¿Qué… ¿Qué me está pasando? -. Miró a su alrededor para orientarse. Estaba cerca de la academia.

Lentamente se acercó de nuevo a Rain y cogiendo sus riendas comenzó a caminar jalando de ellas ya que se sentía incapaz de volver a montar. Gotas de sudor recorrían su rostro; las puntas de su cabello ya estaban húmedas y un intenso calor comenzaba a sofocarlo. Sentía su cuerpo demasiado pesado y su vista comenzaba a nublarse. Pero se esforzó en continuar.

Pasados unos minutos levantó el rostro y dificultosamente pudo ver, destacando entre las copas de los árboles, la torre de lo que una vez fue el antiguo horno de la asociación. Avanzó un poco más, la vista se le nubló y al aclararse todo frente a él había cambiado.

Menos arboles de los que había ahora lo rodeaban y en vez de los altos edificios de la academia, había varias casas pequeñas.

¿Qué sucede? ¿Dónde estoy?, pensó.

Desorientado se giró y pudo ver a Rain tras él, tranquila y mirándolo fijamente. Volvió la vista al frente y entonces se dio cuenta de que no estaba solo. Varias personas estaban delante de él. Uno de aquellos hombres se adelantó y lo encaró.

-   ¿Tú aseguras que has descubierto una forma con la cual nosotros podremos ganar el poder necesario para pelear contra esas “cosas” de igual a igual?

-   Yo…

-   No caigan, es una trampa!!!, Ella es una de sus líderes!!!

¿Ella?, ¿De qué hablan?

Asustado y desconcertado retrocedió un paso. La vista se le nubló y luego nuevamente estaba en el bosque solo. Una sensación de pesadez se instaló en su pecho por lo que se llevó un puño hacia él.

“En ese pasado tan distante y lejano, existió una mujer… quien llegó a nosotros secretamente y nos contó de un método por el cual podríamos ganar el poder para pelear contra los vampiros… esa mujer fue uno de aquellos, de los chupasangre”

Zero se sobrecogió de manera intensa e incomprensible por lo que había visto y por el repentino recuerdo de sus propias palabras.

-   ¿Qué… ¿Qué me sucede?

Soltó las riendas de Rain dejándola libre. Cerró los ojos y se llevó nuevamente las manos a la cabeza cuando otra fuerte punzada de dolor lo atacó.

-   ¿Zero?… ¿Lo sabes no es así?...

-   Sabes que está llegado el momento… 

-   ¿Yuuki?... ¿Ichi…ru?

Abrió los ojos buscándolos casi con desesperación, pero no encontró a nadie a su alrededor. Ahora sentía miedo y no sabía a qué.

-   Cuanto te pareces a ella. Él también lo sabe, estoy seguro.

Se giró bruscamente buscando a Liam, pero éste tampoco estaba. Volvió a sujetarse con fuerza la cabeza.

“El mismo color de pelo, el mismo color de ojos, incluso su mirada se parece a veces, y su aura también es casi igual. Pero tu estas aquí, tan real…”

Se obligó a continuar caminando, pero ahora se guiaba sólo por instinto ya que no sabía lo que le sucedía y el dolor no lo dejaba pensar con claridad. Con cada paso que daba, la conversación de Liam acudía a su mente nítidamente.

“¿De quién me hablas?”

“De la mujer que amé. Aquí fue donde ella decidió sacrificarse y abandonarme. Fue egoísta ¿sabes?. No le importó condenar a un sangrepura que la amaba a la soledad de la eternidad. Pero no, tú no eres ella.  Tú Zero eres diferente a ella en eso. Tú no abandonarías a la persona que amas jamás.”

-   AGHHH … -.  No pudo más y cayó de rodillas.

Cerró los ojos y  se encogió sobre sí mismo. Todo le daba vueltas, la cabeza le iba a estallar del dolor. Comenzó a temblar y a sentir como si cayera por un precipicio. Repentinamente recuerdos propios y otras imágenes extrañas y fragmentadas acudían a su mente sin que él los buscara; tal como si de un rompecabezas se tratara y podía escuchar claramente trozos de conversaciones, algunas de las cuales ni siquiera reconocía.

 

Él caminando en medio de campos de trigo y libélulas con iridiscencias rojas y doradas revoloteando a su alrededor.

“Yo… yo tampoco odio a los humanos…”

Kaname frente a él con una sonrisa en los labios y una intensa mirada, y tras él un inmenso cielo cubierto de estrellas.

Un atardecer. Los trigales. Nuevamente él frente a Kaname.

¿Abandonarte?...Yo siempre te acompañaré, incluso aunque estemos en lugares  distintos… Te lo prometo… siempre nos encontraremos y no estarás solo”

En la academia, poco después de que fuera atacado y salvado por el Kaname.

“Él sabe cuánto lo odio y también sabe que jamás podré perdonarlo por todo lo que me hizo…”

Nuevamente los campos de trigo.

“Eres… un buen niño Kaname. Tú vas a hacerlo bien aun cuando no esté yo al lado tuyo”

 

Zero se hizo más un ovillo en el suelo. El dolor estaba a punto de dejarlo inconsciente. Incontrolables  las imágenes seguían sucediéndose una tras otra.

 

Frente a Aidou hace muchos años.

“En ese tiempo tan lejano algunos vampiros estaban decididos a trasformar a todos los humanos y volverlos sus esclavos. Los humanos no podían hacerles frente y cada día su número se reducía más y más. Fue en ese entonces que ella acudió a nuestros primeros antepasados diciendo que quería ayudarlos”

De nuevos los campos de trigo. El viento golpeando suavemente contra él. Kaname mirándolo con tristeza.

Un día nevado en su antigua casa. Un lobo observándolo a lo lejos.

Shizuka en medio de una lluvia de copos de nieve. Con aquella mirada cargada de sed de venganza y dolor. Clavando sus colmillos despiadadamente en su cuello. Sus padres gritando. Luego él en su regazo y ella mirándolo con anhelo.

“Has del odio tu alimento y conviértete rápidamente en adulto mi querido Zero”

En su despacho hace unos meses con Liam.

“¿Me creería si le dijera que existe la posibilidad de revertir la condición de un nivel E,  al menos su pérdida de cordura”

Una estancia desconocida, al parecer un laboratorio. Kaname de espaldas a él.

“No tienes por qué hacer ese tipo de experimentos ¿Qué es lo que hace por nosotros y por la humanidad?

Nuevamente en su despacho.

“…Hace mucho tiempo comencé esa investigación como muestra de mis sentimientos hacia alguien importante para mí… En ese entonces ella lo era todo, era mi mundo… ella fue la mujer a quien más amé… ”

“Yo la amaba más que a mi vida, pero ella quería proteger a los humanos”

Una aldea a lo lejos, un gran lago y la luna reflejándose en él.

“Su deseo era tan grande que guiándose por aquella persona en quien confiaba, dio su vida. Lo que vino después fue aún peor”

Una tarde con el sol ocultándose en el horizonte. Kaname  mirándolo con tristeza y él dirigiendo su vista hacia el lago. Queriendo ver por última vez su reflejo.

Nuevamente con Liam.

“La mujer de quien habla, ¿Quién era ella?”

“Hmmp… usted debe saberlo tan bien como yo.”

“¿Kuran también la conoció?”

“Por supuesto, fue el método que él investigaba el que ella usó… Luego que ella se sacrificó, fue él quien guió a los humanos que bebieron su sangre y les ayudó a crear sus armas…”

Vampiros sangrepura a su alrededor.

“Estoy preocupado… ¿sabes?. Hay quienes están creado más y más sirvientes sólo por diversión. A pesar de que no necesitamos convertir  a tantos para sobrevivir y tampoco es como si esos sirvientes se alimentaran sólo de aire. Tengo un terrible presentimiento…”

Una noche despejada, el mismo lago a lo lejos.

“No teman, me oculté de mi gente mientras venía acá. Aunque… el método que tengo para que ustedes puedan ganar ese poder, no les puedo garantizar que sobrevivan a ello.”

Un horno antiguo encendido.

“Ella quería que los vampiros aceptaran a los humanos, ella quería que pudiéramos vivir en paz con ellos. Si se sacrificó fue porque no encontró otra salida, pero ella no quería derramamiento de sangre, lo que ella quería era que pudiéramos coexistir, humanos y vampiros”

El mismo horno. Las llamas abrazando su piel, pero sin poder sentir calidez en su corazón.

 

-   ¡AAAGHHH!

El fuerte grito de Zero resonó en el bosque. Una sensación de dolor punzante ahora atacó su pecho y la sensación de sofoco que le provocó comenzó a impedirle respirar. Ahora estaba temblando descontroladamente, y lágrimas resbalaban por sus mejillas. Sentía como si de pronto se hubiese quebrado algo dentro de él y no sabía que ni como repararlo. Sentía como si estuviera siendo borrado poco a poco.

Intentó incorporarse, no podía quedarse ahí, él era Kiryuu Zero. Era un cazador. Su voluntad para reponerse a todo era su principal arma contra las adversidades. Y aunque lo que veía y escuchaba era estúpidamente absurdo, no podía dejarse vencer.

Se apoyó en sus manos, intentó impulsarse, pero resbaló. Lo intentó nuevamente.

-   ¿Kiryuu?... ¿te encuentras bien?

Alguien lo llamó y esa voz, aunque se escuchaba distante, lo dejó congelado en su sitio. Levantó la vista, pero tampoco podía ver bien a quien lo llamaba. Se sentía aún más febril. Había estado caminando y no sabía por cuanto tiempo, pero ahora tenía demasiada sed.

Aquella persona estaba acercándose, podía sentirlo y algo en él le decía que conocía esa voz, pero su mente en ese momento no podía asociarla con ningún rostro.

-   Kiryuu-kun, ¿me escuchas?

Esa persona volvió a llamarlo y la sensación de sed se hizo más insoportable, pero era una sensación de sed diferente a cualquier otra que hubiese experimentado.

-   ¿Zero?

Al escuchar su nombre, levantó nuevamente el rostro con dificultad, entonces su vista se aclaró un poco y lo reconoció. Kuran Kaname con una expresión de profunda preocupación estaba arrodillado frente a él. Pero por alguna razón esto no fue lo que lo desconcertó, sino más bien el hecho de que había algo diferente en el sangrepura; era como si de pronto fuese alguien que hubiese esperando ver desde hace mucho, mucho tiempo. Una intensa necesidad surgió en él y eso lo asustó aún más.

-  ¿Qué sucede?

Mientras Kaname preguntaba eso e intentaba tocarlo, Zero escuchó resonar en su mente una última frase. Sin ninguna imagen acompañándola, solo la frase. Sin embargo se clavó en su corazón como una daga, hiriéndolo.

“¡Libelle, no me dejes!”.

Era claramente la voz de Kuran.

Zero sintió como si todo su cuerpo se sacudiera. Repentinamente era consiente de algo que lo aterrorizó.

-  Aléjate!!! –. Le gritó con fuerza al vampiro. Prácticamente fuera de sí. Al tiempo de que bruscamente de un golpe alejaba la mano que intentaba tocarlo.

La sensación de adrenalina había vuelto nuevamente por lo que su corazón aumentaba sus latidos a cada segundo.

Reuniendo lo último de su fuerza, retrocedió alejándose del sangrepura y se incorporó dificultosamente. 

-   ¿Qué… ¿qué pasa? –. Kaname intentó tocarlo de nuevo, pero Zero lo miró furioso.

-  ¡¿Acaso eres idiota?! ¡He dicho que no te me acerques!... ¡No me toques! –. Le dijo agresivamente a la defensiva, mientras  retrocedía un paso.

La mano del vampiro quedó suspendida en aire en un claro anhelo; y ante la desconcertante actitud del cazador la mirada de Kaname se tornó profundamente dolida, pero Zero no se percató de eso.

-   Kiryuu-kun… déjame ayudarte.

-   Ella… tu… -. La voz de Zero amenazaba con quebrarse también.

-   ¿Cómo? –. El vampiro lo miró desconcertado pero él ni siquiera sabía cómo expresar lo que pasaba por su mente.

-   ¿Desde cuándo conoces a Liam Eyre? –. Fue lo único que atinó a preguntar. Como en una última esperanza de que nada de lo que creía, de lo que presentía, fuera cierto.

-   ¿A qué viene eso?

-   ¡Respóndeme!

-   Mucho tiempo.

-   Mucho tiempo… ¿Miles de años?

El sangrepura pareció dudar un poco, por lo que apretó los puños.

No… no es cierto….

-   Si... –. Fue finalmente la respuesta del vampiro.

-   Hugh... aja ja ja ja…. –. Comenzó a reír, pero no de felicidad. Era una risa entre desesperación y dolor. Cuando se detuvo miró a Kaname con una profunda tristeza en los ojos. Luego comenzó a recitar. - En un pasado lejano existió una mujer, la cual…. Ja ja ja –. No terminó la frase y ahora rio con amargura.

-   ¿Zero? –. Kaname dio un paso más para acercársele. Pero él al darse cuenta, frunció el ceño y volvió a retroceder, sin embargo se tambaleó e instintivamente buscó asirse a algo.

-   No te me acerques. No te atrevas a tocarme y no me hables con tanta confianza –. Le advirtió. Luego se llevó una mano y cubrió con ella su frente y ojos mientras sonreía con amargura. – Hmmp… Ironía… una broma… una estúpida broma… Yo… Nosotros ni siquiera sabemos quién fue en realidad y ustedes la han despreciado y mandado al olvido.

-   ¿De que hablas?... Por favor déjame ayudarte… sólo dime que ha sucedido.

-   Nada...

Zero dio un paso nuevamente hacía atrás para alejarse más de él, pero entonces perdió el equilibrio y estando a punto de caer Kaname en un rápido movimiento se adelantó y lo sostuvo.

-   ¡¡Suéltame!! –. Le gritó e intentó débil e inútilmente apartarlo.

-   Lo siento, pero no lo haré. No te dejaré. Puedes golpearme, odiarme, herirme, lo que desees; pero yo  no te abandonaré jamás.

-   Suel… suéltame… suéltame por favor.

Esta vez la voz de Zero sonó rota y aunque había dicho eso, se aferró a las solapas del saco del sangrepura. Pronto comenzó a temblar como si tuviese mucho frio.

-   Zero…

-   Duele… duele demasiado. Me estoy volviendo loco... ¿Por qué? ¿Qué me está pasando? ¿Por qué veo todo eso? ¿Quién soy?

-   Zero, todo va a estar bien –. Kaname lo sujetó con más fuerza y buscó la mirada del cazador pero esté tenía los ojos cerrados con fuerza. Levantó entonces su rostro con una mano, y el joven abrió los ojos –. Zero, ¿Cómo puedo ayudarte?. Dímelo, haré lo que sea.

En vez de responder. Zero lo miró un par de segundos, para luego aferrarse más a él y en repentino impulso se abalanzó sobre sus labios. Un beso hambriento y apasionado que Kaname no pudo rechazar. Un beso necesitado que parecía buscar desesperadamente algo.

Kaname aferró a Zero por la cintura con posesividad. Y el joven pronto se abrazó a su cuello. Luego fue éste quien rompió el contacto de sus labios para dirigirse nuevamente con los ojos carmesí, hacia su cuello. Kaname, también con los ojos carmesí,  aguardó a que lo mordiera pero el joven en vez de eso se acercó a su oído.

-   Libelle… yo… yo no soy ella…

Kaname abrió los ojos desmesuradamente, mientras Zero quedaba finalmente inconsciente entre sus brazos.

 

///////////////////

 

Permaneció así unos minutos, solamente sintiendo al joven contra su cuerpo y sin poder creer lo que éste había dicho.

Pasados unos segundos dejó escapar el aire contenido en sus pulmones. El shock de escuchar aquello había sido demasiado grande pero ahora que reaccionaba se dio cuenta que Zero estaba muy mal.

Lo levantó y cargó entre sus brazos y se dirigió hacia la residencia del director sin reparar siquiera en la presencia de Liam que fríamente los observaba oculto entre los árboles y había visto toda la escena.

“Libelle…”

Las palabras de Zero volvieron a resonar en su mente. Nadie, absolutamente nadie sabía su nombre, salvo Liam y él, los últimos ancestros. Ella, como había dicho Zero, había sido despreciada por los vampiros y echada al olvido. Después de todo no podía haber sido de otra manera, cuando ella misma traicionó a  su propia raza.

Pero ¿Cómo es que Zero sabia de ella? ¿Cómo es que sabía su nombre?  

Maldito Liam, él debió de habérselo dicho, no había otra opción y también debió hacerle algo más. Yo no soy ella” había dicho Zero.

Frunció el ceño y miró detenidamente el rostro del joven. Continuaba inconsciente pero aún parecía sufrir.  

La sola idea de que Liam le hubiese hecho algo o incluso lo hubiese mordido, le hizo hervir la sangre.

Atrajo a Zero más contra su cuerpo y el rostro del joven quedó ahora a la altura su cuello.  Kaname podía sentirlo temblar y su respiración entrecortada rozando su piel; como también pudo darse cuenta que estaba ardiendo en fiebre y que el tatuaje de su cuello brillaba conteniendo su lado vampírico.

A él le dolía verlo así. En ese momento no deseaba nada más que intercambiar su lugar con el joven y sufrir lo que éste estaba sufriendo.

Desde que había llegado a la residencia del director, algo en su interior lo tenía intranquilo y esa inquietud aumentó a medida que pasaba el tiempo y Zero no aparecía. El director le había dicho que el joven había aceptado cenar en su casa y que no había tenido tiempo de decirle que él también asistiría, pero incluso el hombre se mostró inquieto por la tardanza del joven.

El decidió entonces salir a buscarlo alegando que tenía que mostrarles unos documentos pero los había olvidado así que aprovechando la demora de Zero podría ir por ellos. Lo cierto es que cuando salió lo primero que sintió fue que el joven estaba en peligro y comenzó  desesperadamente a buscarlo.

Lo encontró en los lindes del bosque. Estaba tirado en el suelo. Ante esa imagen, se quedó congelado en su sitio. El joven apenas se movía.  Entonces cuando lo llamó, éste dificultosamente se incorporó. Sus ojos brillaban en un carmesí intenso y se encontraba bañado en sudor.

Cuando se acercó, Zero, al mirarlo se llevó las manos al pecho. Supo de inmediato que síntoma estaba experimentando el joven pero no comprendía por qué. Zero no debería tener tanta sed como para estar así.

Después de eso, cuando lo había vuelto a llamar, el joven pareció reaccionar. El carmesí abandonó sus iris pero fue como si estos también hubiesen dejado de brillar, su amatista se veía apagado. Y Zero ahora parecía estar viendo un fantasma.

Por primera vez en verdad el joven le había mostrado miedo y eso le provocó una sensación de profunda desolación. ¿Por qué le había mostrado miedo? ¿Qué es lo que en ese momento estaba viendo el joven como haberse puesto así? ¿Qué es lo que le habían hecho?

Suspiró dolorosamente y abrazó con mayor fuerza el cuerpo del joven.

-   Mi Zero, tú no puedes tenerme miedo. Yo no volvería a hacerte daño nunca. Jamás. Primero moriría antes de volver a lastimarte de cualquier forma. Yo te amo.

 

Notas finales:

¡Hola a todos!

La verdad es que creí que me tardaría más tiempo en actualizar debido a algunas de mis actividades; pero no, aquí me tienen de nuevo.

Espero que el capítulo sea de su agrado y de antemano gracias a todos por leer.

Aunque aveces la historia parezca tediosa y que no avanza, ya entramos en el climax con este capítulo.

Hasta pronto. No les prometo nada pero talvez pueda subir la continuación en una semanita. Espero leer tambien sus lindos reviews que me hacen muy feliz.

Por cierto, no creo que haga falta, pero por como esta el capítulo estructurado, es conveniente comentarlo. En la historia las frases es cursiva con comillas son recuerdos dichos por uno o alguien mas. Las frases sólo en cursiva son pensamientos de uno mismo.

Bien, ahora si, hasta luego.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).