Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

AL FINAL DE LA NOCHE por Amaya Kurau

[Reviews - 403]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

Capítulo XXVII Memoria

 

             

No podía distinguir dónde se encontraba ya que a su alrededor se elevaba una espesa bruma blanca que muy lentamente iba disipándose.

Estaba sólo y desorientado, pero por alguna razón sabía que había un lugar al que tenía que volver, así que comenzó a caminar sin rumbo.

Repentinamente los latidos acelerados de un corazón hicieron eco en el lugar y, posteriormente también lo hizo el sonido de una cálida voz. Supo al instante que amaba esa voz. Aunque no recordaba a quien pertenecía, aun así sabía que la amaba, algo en su interior se lo decía. ¿Yuuki?, ¿Ichiru?, ¿Su madre? ¿Su padre?... ¿Por qué no podía recordar de quien se trataba?

-   “¿Zero?...”

Lo estaba llamando.

-   “Lo siento, pero no lo haré. No te dejaré. Puedes golpearme, odiarme, herirme, lo que desees…”

Las frases formadas, aparentemente inconclusas, resonaban en el lugar. ¿Quién era?

-   “Yo no volvería a hacerte daño nunca…”

-   “Vas a estar bien…”

-   “Zero…” 

-   ¿Quién eres?, por favor dime dónde estás –. Llamó con esperanza; sin embargo no obtuvo respuesta. 

-   “Me gustaría no seguir manipulado tus recuerdos. Desearía no tener que arrebatarte nada más…”

-   “Zero…”

Quería encontrar a esa persona; lo estaba llamando. Si amaba su voz, sin duda le amaba a ella.

Dio un par de pasos más y de pronto sintió como el piso bajo sus pies se rompía y luego comenzó a caer.

Al abrir los ojos su vista se encontraba borrosa, tenía náuseas y una sensación de debilidad lo embargaba. Aun así podía escuchar voces y ruidos de pasos amortiguados y lejanos. Al frente apenas podía distinguir lo que parecía ser una lámpara de techo.

Oh si, recordaba esa lámpara, él había ayudado a su padre a instalarla. A su madre le había gustado mucho.

-   Está muy mal Cross-san, no creo que sobreviva.

Sintió un ligero estremecimiento al escuchar esa frase. Aunque lo había parecido, los dueños de aquellas voces en realidad no estaban lejos, estaban justo a su lado y ahora él parecía ser el centro de su atención.

Quiso girarse para mirarlos; pero entonces se dio cuenta que no podía, es más, su cuerpo no le respondía.

-    No digas estupideces vampiro. Además ¿Qué diablos haces tú aquí?

Ese era su maestro. Aunque no lo viera, estaba ahí. Podía reconocer a la perfección su voz.

-   Yagari-kun, por favor. Kaname-kun está colaborando.

Ese sin duda era Cross-ojisan. Pero ¿Quién era Kaname? El nombre le sonaba de algo, pero no lograba recordar de qué.

-   ¿Exactamente en qué diablos está colaborando?, esa mujer ya se largó y se ha llevado a Ichiru a saber dónde y para qué; y ya deben estar muy lejos.

¿De que estaban hablando?, ¿Ichiru?, ¿Qué mujer?

La extraña sensación de estar flotando comenzó a hacerse más notoria, al punto de sentir que pronto se desvanecería completamente en el aire. Estaba tan cansado, tanto que no podía siquiera pensar con claridad.

-   Lo importante ahora es ayudar a Zero-kun. Ha perdido mucha sangre y su pulso es muy débil. Kaname-kun ¿puedes hacer algo?

¿Hacer algo? ¿Hacer algo con respecto a qué?

Una sensación de opresión se instaló entonces en su pecho… Ah, sí… Ahora lo recordaba. “La cereza escarlata”, como le había llamado su padre, había aparecido. Esa mujer que había visto junto a Ichiru aquel día, había ido su casa y…

-   Lo siento Cross-san, pero lo que él necesita es a ella, sin su sangre no tiene caso. Si no muere ahora morirá después a manos de otro vampiro o de uno de ustedes incluso. Lo más piadoso que podríamos hacer es…

-   ¡Ni lo pienses!… ¡¿Cómo te atreves siquiera a insinuarlo?!, ¡Malditos sean ustedes los sangrepura!

-   Yagari-kun!!!

Es cierto, esa mujer lo había mordido. Sus padres intentaron rescatarlo, pero ella, ella los había…

La sensación en su pecho se hizo más intensa y sintió como las lágrimas comenzaban a escocerle los ojos.

-   Sólo digo la verdad. Así que  ayuda a Zero, Cross… y cuida de él hasta que yo vuelva.

-   ¿Qué piensas hacer? No puedes irte.

-   Tengo que recuperar a su hermano.

-   Pero él te necesita… Ni siquiera estamos seguros que Ichiru siga con vida.

-    Debo averiguarlo. 

-   Zero te va a necesitar más ahora. Eres su maestro.

-  ¿Y tú no dices ser su tío?… has lo que te digo y no dejes que ese niño sangrepura le ponga un dedo encima, si le hace daño yo mismo lo cazaré.

¿Ichiru?, Ichiru no estaba muerto, no podía estarlo.

Se había marchado con ella. Él, él había sonreído y se había ido con ella…pero Ichiru no era malo, necesitaba ir con él…

Reunió lo poco que le quedaba de fuerza. Necesitaba ir con su maestro. Rescatar a Ichiru. Él no era malo. Él no pudo traicionarlos. Estaba seguro que no había escuchado bien. Su hermano no había dicho aquello.

-   Se… sen…sei.

-   ¡Ha hablado!, ¡está consiente! –. En ese instante tres rostros aparecieron en su rango de visión.

-   Ichi… ru.

-   Zero, no hables. Escucharme, tienes que ser fuerte y resistir, recuperaré a tu hermano.

-   ¿Cómo es posible que con toda la sangre que perdió esté consciente? No… mejor dicho ¿Cómo es que con la mordida de Shizuka-san aún no ha…?

-   Mis… mis… padres….Ichi…ru…

-   Zero… Zero-kun, tranquilo, no hables. Todo va a estar bien. ¿Kaname?

-   Ya lo he dicho; no puedo hacer mucho por él. Lo único que podría hacer es detener la hemorragia, sanar sus heridas y… quizá borrar sus recuerdos para evitarle una crisis emocional. No sabemos cuánto tiempo tome la trasformación.

-   ¡¿Qué?! no…

-   ¡Yagari-kun, basta!, es por el bien del niño. Esta bien Kaname, hazlo por favor.

Zero pudo ver como aquel extraño se acercaba a él. Era un vampiro, aun en su estado podía saberlo.  Tenía una mirada cálida y le provocaba una sensación de completa seguridad. Pudo sentir como se acercaba a su cuello y extrañamente no tuvo miedo. Luego una sensación de calidez lo embargó y todo se oscureció de nuevo.

 

Cuando abrió los ojos estaba tendido de espaldas. El sonido de las aves armonizaba el ambiente y la luz de la mañana se filtraba por las ventanas. Se llevó ambas manos a la cabeza. Sentía sus sentidos embotados y el cuerpo adolorido como si hubiese hecho mucho ejercicio.

De pronto, un sutil y delicado aroma invadió a sus fosas nasales provocándole una extraña sensación en el estómago. Lentamente giró el rostro hacia su izquierda y entonces lo vio.

¿Kuran?... ¿Qué está haciendo él aquí?

Entreabrió los labios dispuesto a llamarlo, pero no pudo emitir ningún sonido ya que sin proponérselo la imagen del sangrepura lo cautivó.

Kaname se encontraba sentado en una silla al lado de su cama. Estaba profundamente dormido; respiraba tranquilamente y se veía tan apacible. La mente de Zero se quedó en blanco y no pudo apartar la vista de él. Nunca había reparado realmente en su aspecto, aunque  ya sabía que el vampiro era apuesto, todos los vampiros lo eran. Sin embargo, en este momento irradiaba una belleza diferente y atrayente.

Con la cabeza ligeramente de lado, algunos mechones de su ondulado pelo castaño caían sobre su rostro. Uno de ellos en especial se había posado sobre sus labios. Instintivamente Zero contuvo la respiración, entreabrió los labios y comenzó a sentir como su corazón empezaba a latir un poco más rápido.

Entonces levantó lentamente una mano hacia el rostro de Kaname.

“Fuel él, cazador-san. Kaname ayudó a Shizuka-san. Él fue el causante de que perdieras todo. ”

Ante ese inesperado, cruel y repentino recuerdo; se detuvo antes de tocar al vampiro y una luz de temor se instaló en sus ojos. ¿Qué estaba haciendo?. Cerró su puño con fuerza y alejó la mano.

Intentando no volver a reparar en él, miró a su alrededor. Reconoció el lugar como una de las habitaciones de la residencia de Kaien.

¿Qué hago aquí? ¿Qué rayos me pasó?

Intentó incorporarse, pero una ligera punzada de dolor lo detuvo y  le hizo tocarse la cabeza. Entonces fue consciente de la sensación de sed que lo embargaba.

Volvió a mirar al sangrepura, quien al parecer no se había percatado que estaba despierto. Posó su vista en su cuello. De manera muy sutil y apenas perceptible pudo escuchar el tranquilo latido de su corazón, el cual bombeaba aquel anhelado líquido a través de sus venas. Instintivamente se llevó una mano a su propio cuello. Tenía demasiada sed.

¿Qué diablos estoy pensando?

Casi al instante se reprendió mentalmente e intentó ignorar esa sensación esforzándose en recordar lo que le había sucedido.

Le costaba un poco de trabajo, pero recordaba haber visto a Liam, quien se había comportado de manera extraña. Le había estado hablando a él, pero a la vez hablaba también de alguien más; y luego… luego… todo era confuso. 

Se había sentido mal, el dolor de su cabeza había sido insoportable y su sed se había intensificado. ¿Por qué?, ¿Por qué?...

Inconscientemente volvió a mirar a Kaname. La punzada en su cabeza se hizo un poco más intensa y su sed aumentó. Se volvió a llevar una mano al cuello. Entonces reparó en algo.

El sello…  está…

En ese instante; mientras pensaba en ello, repentinamente una cascada de imágenes llegó a su mente: Kuran, un campo de trigo, un lago, personas desconocidas, Liam Eyre, un horno encendido, un lirio blanco y Kaname de nuevo.

Abrió los ojos desmesuradamente. Era cierto, ahora lo recordaba. Frunció el ceño y se incorporó de golpe en la cama. Kaname al instante se despertó.

-   Z…Kiryuu-kun. Has despertado.

Zero al escucharlo sintió un nudo en el estómago.

-   ¿Qué haces aquí, Kuran? –. Dijo  con voz inexpresiva y sin mirarlo.

Kaname lo observó un instante. Zero tenía los puños cerrados con fuerza. No pudo evitar sentirse nervioso. Anoche había planeado quedarse un poco más con él, sólo para asegurarse que no volvía a sufrir una crisis; pero el estar cerca de él y ser quien lo cuidara, lo relajaba y le provocaba cierta comodidad, tanta que simplemente debió haberse quedado dormido sin darse cuenta. Ahora estaba acorralado. Zero sin duda estaba molesto y quizá también desconcertado. Por eso no lo miraba.

-   Yo, ayer te encontré inconsciente en el bosque y te traje. Tenías fiebre.

-   ¿Si?, ¿y por qué aún sigues aquí? –. Zero estaba a la defensiva.

-   Yo le pedí que te cuidara por un momento.

Zero levantó la vista y miró a Kaien que estaba en el umbral de la puerta y traía consigo una bandeja con desayuno. El hombre le sonrió y luego terminó de ingresar y dejar la bandeja en una mesa.

-   Me alegra que ya hayas despertado. ¿Cómo te sientes?

-   Algo adolorido.

-   ¿Solamente?

-   Si.

Una respuesta escueta al parecer de Kaien. Quien sólo suspiró.

-    La verdad es que no sabíamos que te había sucedido. Pasé la noche cuidándote. Kaname-kun vino antes del amanecer para saber cómo seguías, pero aún no despertabas. Como sabía que ibas a necesitar alimentarte le pedí cuidara de ti en lo que preparaba el desayuno. Lamento la tardanza Kaname-kun.

-   No, no hay problema -. Mintió el vampiro.

Zero frunció el ceño y se incorporó completamente de la cama. Ignorando en todo momento a Kaname, buscó su cazadora y colocándosela  se dirigió hacia la puerta.

-  Espera Kiryuu-kun. ¿A dónde vas?

-   A darme un baño y cambiarme de ropa.

-   Pero tienes que desayunar.

-   No tengo hambre.

-   Pero aún estás débil.

-   Estoy bien. Comeré algo en la asociación más tarde.

Zero terminó por salir de la habitación y Kaien alarmado los siguió por el pasillo. Kaname se quedó inmóvil en la silla. Había sido plenamente consciente de que el joven  no lo había mirado en ningún instante.

-   Espera Kiryuu-kun, ¿Qué vas a hacer en la asociación?

-   Hmmp. ¿Bromeas?. Aún soy el presidente. Aquí podrán haber vacaciones pero yo todavía tengo deberes.

-   Espera, al menos dime que sucedió anoche –. Zero se detuvo en seco -. Te encontraron inconsciente y con fiebre.

-   Yo… No lo sé –. Respondió sin girarse. – De pronto me dolió la cabeza y después no recuerdo nada más.

-   ¿Qué? ¿no recuerdas nada?

-   No, pero no te preocupes de más. Pienso hacer que un médico me revise.

-   ¿Qué no me preocupe?, al menos deberías ser tu quien se preocupara un poco. Ayer estabas muy mal.

-   ¿Por eso desactivaste el sello de mi cuello? –. Esta vez Zero si se giró y lo miró seriamente. Kaien guardó silencio un instante.

-   … Era necesario. Además, creo que debemos hablar al respecto.

-   Está bien. Pero será después. Ahora tengo  trabajo.

Zero le dio nuevamente la espalda y  luego simplemente salió de la casa con paso decidido.

Kaien no pudo evitar sentir que el joven estaba extraño y además su aura se sentía sutilmente diferente. No podía determinar en qué sentido pero se sentía diferente. ¿Acaso estaba preocupado o molesto por algo?

-   Oh, Kaname –. Dijo al percatarse que el sangrepura estaba acercándose por el pasillo. – No pude detenerlo.

-   No parecía débil. Quizá se sienta bien como dijo. Además, lo importante es que no recuerda lo que pasó.

-   Sobre eso, sé que hubieses podido averiguarlo si bebías un poco de su sangre ¿Por qué no lo hiciste si también querías saber que sucedió?

-   Porque no lo haría sin su autorización. Además eso también forma parte de las normas de la academia –.  Al decir esto Kaname sonrió sutilmente. Kaien por su parte sonrió con pesadumbre.

-   Si.

-   Él estará bien Kaien. Yo cuidaré más de él.

-   Lo sé. Pero no puedo evitar sentirme preocupado. Es mi hijo y tengo un mal presentimiento.

 

///////////////////

 

Zero aún sentía esa sensación extraña en el estómago y sumado a eso, estaba molesto, desconcertado y para qué negarlo, también estaba asustado. Aunque había algunas lagunas en su mente, recordaba casi todo lo sucedido la noche anterior hasta antes de desmayarse.  Y eso que recordaba era demasiado desconcertante.

Todas esas visiones; no sabía si podría considerarlas algo real o no, lo cierto es que en su momento lo habían parecido, tanto que se vio afectado de sobremanera.

Y no sólo era eso, también había otra cosa que lo inquietaba. Se sentía como cuando Yuuki borró sus recuerdos en el pasado para hacerlo olvidarla. Estaba seguro que Kuran había intentado hacer algo parecido, podía sentirlo.

“Me gustaría no seguir manipulado tus recuerdos. Desearía no tener que arrebatarte nada más”

Sumado a ello, esta frase continuaba resonando en su mente, aunque no sabía si era real.

Aun así, si lo sabía; si sabía lo que Kuran había intentado, ¿Por qué no lo había encarado y al contrario, prácticamente había huido?

Se detuvo y miró sus manos. Llevaba los puños tan fuertemente apretados que sus uñas se habían quedado marcadas en la piel. Su expresión se suavizó un poco entonces y una sensación de opresión se instaló en su pecho. No podía mentirse; por muy estúpido que sonara la respuesta a esa pregunta era sencilla. Tenía miedo. No sólo de lo que el vampiro pudiera decirle, sino también por algo más profundo, algo que él mismo quería evadir, pero que había  hecho que las palabras se quedaran atoradas en su garganta; y era que, no sólo no había olvidado lo sucedido sino que recordaba algo que hace mucho tiempo había olvidado. Ahora podía recordar lo que había sucedido inmediatamente después del ataque a su familia y que le habían hecho creer no recordaba debido al shock.

Él… hizo eso… él me ayudó.

Ese día Kuran había curado sus heridas, le había hecho sentir seguro y le había hecho olvidar aquel dolor que sin duda lo hubiese vuelto loco. Debería estar molesto ahora que recordaba, pero extrañamente no lo estaba. Algo dentro de él le decía que lo que había hecho el vampiro quizá no había sido lo mejor ni lo correcto; pero gracias a eso había tenido una oportunidad de superar un poco aquella tragedia.

¿Ahora había vuelto a intentar hacer lo mismo?, ¿En verdad quiso ayudarlo?. El actuar del vampiro  lo desconcertaba en ocasiones. Sabía por experiencia que podía llegar a ser un maldito cretino manipulador, pero cuando lo miraba como últimamente lo hacía…

Realmente estaba confundido. Tanto que incluso había ocasiones cuando pensaba  en todo lo que  el sangrepura  había hecho para proteger a Yuuki, que se preguntaba qué hubiera hecho él si hubiese estado en su lugar. Cuando pensaba en eso, incluso  se asustaba de sí mismo ya que eso suponía estarlo justificando. Eso era algo que no podía hacer. Él no podía tolerar dañar injustificadamente a otros. Para él el fin no justifica nunca los medios.  ¿Pero entonces por qué intentaba comprenderlo? ¿Podría ser que aunque había hecho todo lo posible para evitarlo, aún siguiera siendo una simple pieza en el tablero de juego del vampiro?

-    TSK… maldita sea…

Era demasiado, todo parecía ser un mal chiste. ¿Desde cuándo Kuran Kaname se había adentrado en su vida de tal modo?. Todo estaba mal. Desde niño le enseñaron que todos los vampiros eran monstruos malvados en piel de humanos, bestias sedientas de sangre que por el simple hecho de ser vampiros eran sus enemigos; entonces conoció a Yuuki, a Takuma, a Aidou y a otros. Desde niño fue entrenado para ser un cazador de vampiros y ahora irónicamente era uno de ellos y compartía su trágica debilidad por la sangre. Perdió todo a causa de un vampiro y ahora ese mismo vampiro cimbraba su vida. En definitiva había algo que no estaba bien.

Y luego, todas las imágenes de esas visiones o  recuerdos si es que podría decirse que lo eran, que  pertenecían a sueños que él ya había tenido, y a cuando bebió la sangre de Kuran. No hacían más que desconcertarlo.

¿Sueños?

Esta palabra cruzó su mente. Ya no podía afirmar que sólo fueran eso. En esta ocasión esas imágenes  acudieron a él estando consciente. Hasta ahora las había rechazado, las había considerado extrañas. Pero aun así seguía sintiéndolas suyas.

Si, tenía muchas dudas, pero de algo estaba seguro, muchas de esas visiones no eran de este tiempo, por tanto no le pertenecían, alguien debió ponerlas en él, pero ¿Quién?. ¿Kuran?, No, ni por muy despreciable que pudiese ser haría algo tan bajo; además era obvio que había intentado borrar sus recuerdos; ¿para qué ponerle entonces unos falsos?

Y ¿Liam?. Con él apenas y había tenido contacto. Y varios de esos “recuerdos” él ya los había experimentado en sus sueños incluso antes de conocerlo. Sin embargo era cierto que fue él, o al menos lo que le dijo, el desencadenante de su crisis, lo sabía. 

Aquel Liam de esa visión llevaba el pelo suelto, pero era su mirada la que más destacaba, esos ojos verdes eran igual de intensos que ahora, pero con mayor luz. ¿Un Liam del pasado?

Y como  si no fuese suficiente, lo que más lo desconcertaba y tenía inquieto, era que en esos “recuerdos” él no era él, era ella. Siempre había sido ella, cada vez que en sus sueños veía a Kaname o aquellos lugares extraños, no era él sino ella. Pero, ¿Por qué?

-   ¿Kiryuu-kun?

Sobresaltado levantó la vista. Takuma estaba parado delante de él y le sonreía tranquilamente.

-   Ichijou.

-   Me alegra ver que ya estas mejor.

-    Eh… si, lo estoy… ¿Buscas a Kuran?

-   Sí, hay varios asuntos pendientes del consejo. Pero no había querido molestarlo con eso ayer.

-   Si, supongo. Lamento haber sido una carga. Él no tenía que pasar la noche en casa del director.

-   Estaba preocupado por tu condición.

Zero sintió una sensación extraña. No se había equivocado. Kuran no había llegado en la madrugada como había dicho el director.

Tsk… ese tipo, ¿Por qué rayos hace cosas innecesarias?

-   Pues ya estoy bien. Puede hacerse cargo de sus responsabilidades. No hay necesidad de que se preocupe por mí. Hasta luego Ichijou.

-   Eh… Si, está bien.

Zero siguió su camino. Nuevamente se sentía extrañamente molesto. Así llegó hasta su residencia.

Una vez estuvo en su habitación, decido darse un baño, necesitaba ponerse en movimiento o se ahogaría entre tantas preguntas y tenía que mantener la mente en claro para poder obtener respuestas.

Entró en la ducha y dejó que el agua caliente lo mojara. Podía sentir como ésta recorría cada parte de su cuerpo y comenzaba a sentirse relajado.

-   Libelle… -. Repitió ese nombre en un susurro.

Libelle. Así le había llamado Kuran. Ella parecía ser el centro de todas esas visiones y sueños. Sin embargo no podía sacar conclusiones apresuradas. Tenía que averiguar de ella. si ataba cabos, ella era la misma mujer de la que habló Liam y que  fue importante para él.  Y según el sangrepura y lo que él mismo vio si es que podía tomarlo como confiable; había estado relacionada con Kuran.

Esa mujer era la clave, pero ¿Por qué estaba en su mente? ¿Por qué Liam  le había dicho aquello? ¿En verdad se le parecía? ¿Estaban relacionados de alguna manera?

Levantó el rostro y dejó que el agua lo golpeara directamente. Por un momento se dejó llevar por esa sensación.

De pronto, inesperadamente sintió una descarga eléctrica y tuvo que dejar escapar el oxígeno de sus pulmones. Una de las lagunas en sus recuerdos se aclaró y le hizo abrir los ojos con sorpresa e incredulidad.

Se apoyó con una mano a la pared para sostenerse y la otra la llevó a sus labios. Sus mejillas se arrebolaron.

-  Yo… yo… lo besé… besé a Kuran.

Comenzó a respirar dificultosamente mientras en su mente revivía aquel recuerdo.

Él aferrándose a Kuran. Deseando en lo profundo de su ser  que esas visiones no fuesen lo que él creía. Necesitaba que el vampiro se lo dijera, él por encima de cualquier otro.

Por  un momento había tenido miedo de no ser él sino alguien más y quería que Kuran le dijera que no era así; que él era Zero. Y también necesitaba verse reflejado en eso ojos borgoña y comprobarlo.

Era demasiada la desesperación, y aun así había sido consiente por primera vez de la cercanía del vampiro y no pensó, sólo se abalanzó sobre él. Y… el sangrepura respondió. Respondió.

Cerró los ojos con fuerza.

¿Qué diablos hice?

La respuesta a esto no llegó; al contrario, el recuerdo pareció cobrar vida. Y volvió a sentir sobre su cuerpo los brazos del otro sujetándolo con fuerza y posesivamente de la cintura mientras sus labios se devoraban en un intenso beso.

Nuevamente era consciente del cuerpo del vampiro, de su cercanía; de su aroma y de la calidez de su lengua danzando con la suya en un ritmo que ambos parecían conocer.

Él nunca había besado ni lo habían besado de esa manera.

Volvió a abrir los ojos horrorizado. Una sensación de calor lo comenzaba a sofocar y se acumulaba en su entrepierna. En un rápido movimiento abrió más una de  las llaves del agua, ésta rápidamente se tornó helada.

Minutos después salió del baño aún desconcertado. Si bien había calmado sus instintos. Todavía estaba tenso. Necesitaba obtener respuestas y terminar con todo de una maldita vez.

 

 

 

Notas finales:

Hola de nuevo a todos. Pues como lo prometí, les he dejado el nuevo capítulo. ¿Qué les ha parecido?


Disfrutenlo mucho por favor. Gracias por leer y de antemano por sus comentarios. Nos vemos como en dos semanas con el siguiente. Hasta entonces.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).