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AL FINAL DE LA NOCHE por Amaya Kurau

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CAPÍTULO XXIX


Decisión

 

Dejó el libro con cuidado sobre la mesa y luego suspiró pesadamente mientras se recargaba en el respaldo de la silla y miraba el techo blanco.

-   Nada -. Dijo en un suave susurro y se frotó con los dedos la sien.

Llevaba varios días buscando información. Por las mañanas realizaba su trabajo como presidente de la asociación y por las tardes, bajaba ahí y se quedaba hasta muy noche. Sin embargo, por más que había revisado un libro tras otro, no había logrado encontrar algo que valiera la pena.

Suspiró de nuevo. Sentía la vista cansada, así que cerró los ojos. Repentinamente la imagen de Kaname en lo alto de la torre de la academia, acudió a él y le causó un ligero estremecimiento. Por alguna razón en todos esos días no había podido sacarla de su mente. Solitario, con el viento agitando su gabardina y su cabello castaño; y aun en medio de la oscuridad, aquellos ojos reflejando melancolía.

Esa noche, al verlo su corazón había comenzado a latir muy rápido; se había puesto nervioso y si no se hubiese marchado de ahí, probablemente el vampiro hubiese visto el intenso rubor que se instaló en sus mejillas. Contradictoriamente había sentido temor y emoción.

Se llevó una mano al rostro y una sensación de sobrecogimiento lo invadió. Había comenzado a sentirse atraído por el sangrepura. ¿De qué manera? No tenía idea pero iba intensificándose. El vampiro siempre le pareció frio, manipulador, distante, alguien inalcanzable. Pero ahora; esa mirada en él le recordaba también a aquella de sus sueños, la que le hacía sentir que el vampiro estaba solo, que estaba sufriendo; y por más que intentaba no sentir empatía alguna por él; le era imposible y hacía surgir en su interior un sentimiento de protección.

Y ojala se tratara solo de eso, pero no, ahora también cada vez que lo veía sentía aumentar su sed. Y para complicarlo todo aún más; estaba ese beso que le había dado, por que fue él quien besó a Kuran, su mente no estaba tan mal como para no haberse dado cuenta de eso... Idiota, ¿Por qué había hecho algo como eso, si no le quería?, ¿Todos los vampiros se sentirían así frente a un sangrepura?, quizá sí; había leído algo al respecto; pero él no lo había experimentado sino hasta después de beber la sangre del vampiro en gran cantidad.

Posó el dorso de su dedo índice sobre sus labios y una corriente eléctrica recorrió su cuerpo. ¿Por qué Kuran no lo había alejado?, y… ¿Por qué lo veía siempre con aquella mirada que lo hacía sentirse culpable de algo?

Frunció el ceño. Se había vuelto un cobarde sin duda. Pese a que había estado dispuesto a encararlo; no podía. Esa noche, cuando lo vio en lo alto de la torre, comprobó que no podía. Y ahora estaba evadiendo cualquier oportunidad de encontrárselo. Por eso en los últimos días ni siquiera se había parado por la academia y se quedaba en su apartamento de la ciudad. Pero aun así, aunque no lo deseaba, había estado soñando con él. Con ese beso que incluso iba más allá. En algunos de esos sueños no sólo lo besaba, también bebía de su sangre; y la expresión del rostro de Kuran en esos sueños lo hacía vibrar cada vez que los recordaba.

-   Tsk…

¿Por qué no podía ser como antes?. Aquella vez, hace años, después de lo que le dijo Sara; la furia y el desprecio hacia el vampiro le habían hecho poder encararlo y enfrentarse a él. En ese entonces lo odiaba. ¿Por qué ahora no podía ser igual? ¿Por qué pese a recordar todo aquello, todo lo que le hizo, no podía odiarlo y en cambio algo en su interior lo hacía querer verlo?

-   Así que es cierto.

Abrió de golpe los ojos y se reacomodó en su asiento. Kaito estaba recargado en el marco de la puerta y lo observaba mientras sonreía de lado. No lo había sentido llegar.

-   Kaito. Has vuelto…. ¿Qué es cierto?

-   Lo que me contaron –.  Dijo el cazador entrando y acercándose a su mesa. – Dicen que nuestro presidente se ha convertido en un ratón –. Zero sonrió. - ¿Se puede saber que es tan importante como para que vengas a buscarlo en medio de todas estas reliquias?

Zero sin dejar de sonreír, comenzó a apilar los libros que había estado consultando.

-   No les llames así. Si te escucha Mina-san, se molestará. Ella se esfuerza por conservar todos estos libros en buen estado.

-   Hmmp… ¿y?, no digo más que la verdad. Y bien, ¿Se trata de un sangrepura, no? -. La expresión de Zero se volvió seria y lo miró directamente sin decir nada -.  Vamos Zero, no me mires así. ¿Qué más podría ser?... Desde niños sensei y Mina-san se encargaron de que memorizáramos toda la historia de los cazadores. Tú eras muy bueno en eso. Así que si ya terminaste en la sala de registros y ahora vienes aquí; no puede tratarse más que de un sangrepura.

-   Supongo que no puedo ocultarlo.

-   ¿De que sangrepura se trata?

-   Uno muy antiguo.

Zero tomó los libros y se dirigió hacia uno de los pasillos. En silencio, mirando de nuevo el código de estos, comenzó a colocarlos en su sitio. Kaito lo observaba hacer, aguardando a que su amigo dijera algo más. Sin embargo éste no lo hizo.

-   Ya veo, ¿no me dirás de quien se trata, cierto?... bueno, no te echaré en cara tu falta de confianza. Mejor dime, ¿has encontrado algo?

-   Aún no.

-   Pues si estás buscando información de un sangrepura y no encuentras nada todavía; ¿por qué no le preguntas entonces a uno?. Isaya Shoutou por ejemplo, es amigo de tu padre y uno de los chupasangre más antiguos ¿no?

Zero le miró. Isaya era muy antiguo, sí; pero Kaname lo era más y Eyre aparentemente también y aun sabiendo eso no se había atrevido a hablar de lo que lo inquietaba con nadie.

-   Supongo que si no encuentro información, acudiré a él -. Dejó el último tomo con cuidado en el estante. - ¿Cómo te fue a ti?

-   Justamente vine a buscarte para decírtelo antes de ir a redactar mi informe. Hay algo importante que tienes que saber.

Dicho esto sacó un sobre de la cara interna de su cazadora y se lo extendió. Zero lo cogió y extrajo su contenido. En la fotografía anexa a los demás papeles, un pelinegro de ojos grisáceos le devolvió la mirada. 

-   Su nombre es Naoto Saya. Un cazador habilidoso de mi generación. Con la línea de investigación que establecimos, logramos conectarlo con tu ataque. Yagari-sensei que no estaba dispuesto a dejarlo pasar, ha puesto todas sus energías en encontrar a los responsables. Los demás no tiene caso que te los mencione, todos eran desertores. Si te hablo de éste es porque es el único que logró escapar. Lo importante aquí es, que lo vieron en una aldea cerca de la cordillera de Volk. ¿Sabes qué lugar es ese, verdad?

-   Si, son los territorios del Mika Pretov.

-   Desafortunadamente no logramos capturarlo. Se nos escabulló.  Como sea, ya no cabe duda de su culpabilidad y algo me dice que no actuó por su cuenta y que trabaja para alguien, no sé si fue esa mujer quien movió los hilos para tu ataque, pero… Zero, se ha visto movimiento en ese territorio.

-   También me han reportado varios ataques en el territorio del clan Abya.

-   ¿Crees que?, ¿Quieres que investigue?

-   No, daré instrucciones para que alguien más se encargue de eso. Ahora se acerca una convención  en la ciudad que al parecer será bastante concurrida. Necesito vigiles de cerca que nada se salga de control con toda esa gente llegando. Además, la corporación Eyre es una de las patrocinadoras.

-   Y se te hace raro. Bien, lo haré. Si no te importa llevaré conmigo a Satoru.

-   Las clases están por iniciar.

-   Lo sé, pero es bastante inteligente como para que no pueda ausentarse por  unas horas del colegio y aun así cumpla con sus deberes.

Zero miró a Kaito por unos segundos. Se preocupaba por Satoru debido a Sayori y dada la situación que estaba comenzando a generarse, preferiría tenerlo cerca. Sin embargo el chico ya era un cazador. Había recibido su primera misión durante esos días. Así que tampoco podía negarse.

-   Está bien… Pero tengan cuidado -.  Dicho esto se encaminó hacia la salida.

-   Espera Zero -. Éste se volvió hacia él. - Me molesta tener que decir esto, pero; si Kuran sigue siendo el mismo de siempre, supongo que ya debe estar mejor enterado que nosotros sobre lo que puede estar sucediendo con los clanes de sangre pura. ¿Sabes que piensa al respecto?

Zero sintió un hueco en el estómago. ¿Cómo saberlo si ni siquiera lo había visto?

-   No he tenido oportunidad de hablar con él.

Dicho esto le dio la espalda de nuevo. Sin embargo la simple mención de su nombre por parte de Kaito, le trajo de nuevo el recuerdo del sangrepura; y una sensación de calor en el cuerpo lo recorrió. Dio un par de pasos más y la sed que comenzó a experimentar le hizo tambalearse.

-   Zero… ¿te encuentra bien? -. Kaito se acercó a él al instante, con una expresión seria en el rostro.

-   Si -. Le respondió, pero el castaño sólo frunció el ceño.

-   No… no es cierto. Tienes sed, no me mientas por favor.

-   Estoy bien, ya te lo dije.

Kaito molesto, lo tomó del hombro y con fuerza lo atrajo y lo estampó sin mucha brusquedad contra la pared. Esto tomó a Zero por sorpresa.

-   ¿Qué haces?

-   No hay nadie cerca. Bebe -. Dijo directamente,  mostrándole el dorso de su muñeca. Zero abrió los ojos con sorpresa y la alejó.

-   No lo necesito.

Dicho esto, se apartó; más Kaito, hizo un pequeño corte en su muñeca. Zero se volvió  de inmediato; pero, al momento de ver la sangre brotar, su sed se esfumó. Entonces comprendió lo que sucedía.

-   Anda, bebe -. Insistió el castaño.

-   Ya te lo dije, no lo necesito.

-   Si lo necesitas.

-   ¡No!

-   ¡Claro que sí!, ¡No seas terco!

-   ¡¿Qué no escuchas?! ¡No es tu sangre la que necesito!

Apenas lo dijo, cayó en cuenta de lo que había expresado; por lo que frunciendo el ceño salió aprisa del lugar dejando a Kaito desconcertado.

 

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“Un sangrepura devorando a otro sangrepura…. Obtendrás nuevas fuerzas, pero también has atraído un futuro siniestro… a donde quiera que vayas… no habrá más que oscuridad, Kaname”

Alejó ese insistente recuerdo de su mente, mientras movia lentamente una pieza. Luego se quedó observando detenidamente el tablero de ajedrez como analizando cuál sería su siguiente movimiento. Piezas blancas y negras se encontraban dispersas en él.

Pasados unos segundos, desistió. Suspiró y tomó con un movimiento suave y elegante la pieza del rey blanco y se lo llevó a los labios. Luego levantó la vista y miró la luna a través de la ventana.

Se encontraba en su despacho. La luz tenue de la lámpara de mesa y la proveniente de la chimenea le daban un aire de melancolía a la estancia y arrancaban destellos rojizos a su pelo. A su lado, sobre la mesa, descansaba una copa de vino.

Suspirando de nuevo, dejó la pieza y se incorporó de su asiento, tomó la copa y se dirigió hacia la ventana.

-   Más de una semana… –. Dijo. Su tono de voz era triste y reflejaba claramente su desolación.

Introdujo la mano en la bolsa de su pantalón y extrajo un pastillero negro de ella. Sin dudarlo lo abrió y vació el contenido en su boca y lo tragó; luego bebió de su copa y se recargó en el marco de la ventana mientras miraba hacia los jardines y esperaba que las pastillas comenzaran a actuar.

-   No, no se comparan a ti… -. Susurró después de unos segundos.

En efecto. Las pastillas de sangre eran insípidas y apenas podían ayudar a mantener su sed a raya; sin embargo era lo único que tenía. Los últimos días había estado más sediento que nunca y después de su enfrentamiento con Liam, los recuerdos y la culpa lo habían atosigado más que de costumbre. Y si bien había bebido de todos aquellos exhumanos, lo cierto es que no era suficiente. Pero más que sangre real, necesitaba a Zero, necesitaba tenerlo cerca. Después de haber probado su sangre de nuevo, no deseaba más sangre que la de él; solo la suya, la única que en verdad podía saciarlo. La deseaba tanto que dolía.

Pero, esa sangre que poseía un sabor especial, que era capaz de alejar la oscuridad de su ser, que hacia vibrar todos sus sentidos. No podía tenerla de nuevo. Y el hecho de haberla bebido recientemente cuando salvó al joven de aquel ataque, sólo había logrado despertar de nuevo al demonio que vivía dentro de él. Ese que lo incitaba a hacer lo que fuese necesario para obtener lo que deseaba. Si bien esa no fue la primera vez que probó la sangre del cazador, si era la que más lo había marcado ya que esa ocasión le entregó todo de sí al cazador.

Desde que conoció a Zero y a Ichiru en aquella montaña aquel día de invierno; quedo sorprendido de ver a gemelos vivos de una pareja de cazadores y  quiso saber más de ellos; por lo que adoptando la forma de un lobo negro, comenzó  a vigilarlos de cerca, por lo menos así fue durante cuatro años.  

En ese lapso de tiempo la curiosidad por el hecho de ver a los gemelos, se transformó en curiosidad por ver a Zero. Para su edad era muy habilidoso como aprendiz de cazador, demasiado; y aun así era un niño amable y gentil.

Sin embargo, también hubo algo más en él que no le pasó desapercibido. Físicamente era parecido a Libelle; su mirada, el color de sus ojos y pelo, incluso su aura. Eso le provocó sentimientos encontrados. Por un lado desagrado y rechazo hacia el muchacho y por otro una inexplicable atracción. Por lo que en vez de olvidarse de él; continuó observándolo.  

En ese entonces Zero no temía ni odiaba a los vampiros, al menos eso era lo que él percibía. Fue el ataque de esa exhumana de su colegio y luego las acciones de Shizuka los que lo hicieron hacerlo.

En cuanto a él; no fue capaz de ver más allá. Los largos años que había vivido solo y desesperado no le permitieron darse cuenta que lo que sentía por Yuuki no era suficiente para llenar su corazón. Pero dado que ella fue la primera luz que tuvo después de tanto tiempo de oscuridad, se aferró a ella sin darse cuenta que su verdadero sol estaba frente a sus ojos. Y queriéndole dar a ella un mundo donde vivir en paz y sin correr peligro, usó a Zero de una cruel manera.

En aquellos años en su mente sólo tenía una idea y era la de proteger a la joven. Así que cuando supo que pretendía Shizuka; la buscó y ayudó a cambio de que dejara vivos a los gemelos. Sin embargo ella tenía en mente otros objetivos y todo salió mal de ahí en adelante.

Ahora que no podía seguir mintiéndose, lo sabía.  Más que por petición de Kaien, esa noche, aun consciente de que el niño le era inservible; esos sentimientos encontrados que experimentaba hacia él lo orillaron a ayudarlo pese a que su razón le dictaba todo lo contrario.  Así que esa fue la primera vez que probó la sangre de Zero. Sólo fueron unas gotas, pero su sabor le agrado y quedó grabado en su memoria. ¿Quién hubiese pensado que con el paso de los años ese sabor se haría aún más exquisito y se convertiría en su necesidad?

Pese a lo absurdo, no podía evitar pensar que, si tan sólo no hubiese dudado. Si tan solo no se hubiese cegado por el rencor en contra de Libelle por haberlo abandonado. Si tan solo hubiese escuchado a sus verdaderos sentimientos. Quizá hubiese sido capaz de discernir la verdad frente a sus ojos. No le hubiese hecho daño a Zero y éste no lo odiaría, sino todo lo contrario, lo amaría, ya que él hubiese hecho eso posible.

Patético sin duda, que ahora comprendiera que no era por la habilidad de Zero que quería conservar a los gemelos con vida; ni que ni siquiera después de que el joven fue trasformado no quisiera deshacerse de él porque estuviese planeando dejarlo vivir a fin de que protegiera a Yuuki. Simplemente era porque en el fondo de su alma lo hizo por sí mismo. Era un ser egoísta sin duda. Ahora comprendía que desde el primer momento en que lo vio en aquella montaña siendo aún un pequeño niño, ya se había vuelto en una necesidad para él. Por eso lo vigilaba, por eso lo ayudó cuando fue mordido, por eso permitió que se quedara cerca de Yuuki que al final de cuentas era cerca de él mismo, y también, por que no dejó que cayera al nivel E. Nunca, nunca fue por Yuuki, fue por él mismo.

Suspiró, cerró los ojos y una expresión de dolor se reflejó en su rostro.

Lo terrible de todo era que, aun sabiendo que el pasado no puede ser cambiado.  Era tanto lo que deseaba. Deseaba a Zero y deseaba poder cambiar el pasado. Nunca haber hecho ese trato con Shizuka, ni haberlo usado para deshacerse de Rido y proteger a Yuuki; y que Sara nunca le hubiese dicho nada. Como también deseaba no haberle respondido él de aquella manera cuando el joven lo encaró. Todavía tenía grabada en su alma la mirada de Zero aquella tarde. Odio puro vio reflejado en aquellos ojos.

“ -  ¿Por qué razón dejaste libre a Hiou Shizuka, para que causara estragos?... respóndeme Kuran.

-   …Lo hice para que ella obtuviera su venganza… no… más bien lo hice porque era conveniente que ella atacara a cierta pareja de cazadores.

-   ¿Por qué?

-   Porque de esa forma el odio hacia los sangrepura sería plantado en el corazón de los gemelos de esa familia de cazadores. Un odio tan fuerte y profundo que no podrían deshacerse de el, incluso si muriesen.

-   ¿Por qué?

-   Porque de esa forma los gemelos serian armas vivientes que no descansarían hasta  que todos los sangrepura fueran eliminados.

-   ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué nosotros?!... al menos… ¡al menos pudiste haber dejado a Ichiru fuera de esto!” 

-   Zero…

Abrió de nuevo los ojos y miró con tristeza la luna en el firmamento.

-   Hmmp… Ja ja ja… Kaname… como siempre, es una maravillosa escena el verte así… ¿Una vez más te sientes miserablemente solo?...

Kaname frunció el ceño, ahí estaban nuevamente los remanentes de esa molesta presencia que se aferraba a él y a veces fungía como su consciencia.

-   ¿Qué haces aquí?

-   Sólo he venido a preguntarte si te has olvidado de tu verdadera naturaleza... creí que habías dejado de esperar, pero veo que aún lo haces. Al igual que cuando estabas dentro de ese ataúd, al igual que en los últimos treinta años; sigues esperando.

-   Yo no estoy esperando nada.

Aquella desagradable presencia se acercó a su espalda y le susurró al oído.

-   ¿En verdad?... Esperabas por algo en ese entonces, ¿no es así?... Existen  contradicciones en tu interior Kaname... grandes contradicciones... Y esas contradicciones están torturándote... Al igual que a esa pequeña ave que se marchó, a ésta que tanto amas la quieres observar protectoramente mientras extiende sus alas y vuela. Pero al mismo tiempo también quisieras cortarle esas alas de tajo… me pregunto de donde es que provienen esas contradicciones que hay dentro de ti.

Kaname cerró nuevamente los ojos y apoyó la frente sobre el cristal de la ventana.

-   No sé de qué hablas.

-   Por supuesto que lo sabes… Quieres convertirlo en lo que no es… que acepte lo que no desea, que te acepte a ti… Quieres que sea sólo tuyo, tuyo y de nadie más… Durante treinta años has imaginado mil maneras, lugares y formas distintas de tomarlo. Te has tocado y llegado al éxtasis tan solo con eso… Aquella vez no fue suficiente y ahora lo deseas más que nunca. Quieres fundirte en él, devorarlo de pies a cabeza, hacerlo gritar tu nombre hasta que se quede sin voz. ¿Me equivoco?

Kaname no dijo nada; y la expresión que se reflejó entonces en su rostro fue de desesperación.

-   Ja ja ja… Pero él es diferente ¿no es así?.... jamás será tuyo y lo sabes. Él no es como esa pequeña y frágil ave que atesorabas… Kaname, Kaname; contradicciones, al igual que desesperación; las dos cosas de las que estás hecho y así has de seguir por toda la eternidad… Eso que has estado esperando por tanto tiempo, no ha de volver jamás.  Y  la verdad es que ya se te agotó la esperanza… hasta el más pequeño y débil rastro de esperanza se ha desvanecido ¿no es así?... Lo amas y quieres estar cerca de él por toda la eternidad, pero no puedes ya que sólo le causarías más daño como siempre, lo sabes; como sabes que todos tus pecados, él no podría perdonarlos.

Kaname cerró su puño con fuerza contra el vidrio de la ventana y este se fracturó.

-   Lo sé. No necesito que algo como tú me lo diga. Así que vuelve por donde viniste.

Cuando abrió de nuevo los ojos; estaba solo en su despacho. Suspiró y miró nuevamente a la luna. Por supuesto que estaba consciente de todo eso. Pero aun así lo necesitaba, lo necesitaba tanto. Y claro que sabía que no podía tenerlo, pues al estar cerca de él, de alguna forma siempre terminaba lastimándolo y no quería seguir haciéndolo. Quería ver a Zero sonreír, verlo feliz.

En esos días, sumados a su estado físico, los recuerdos y la culpa no lo habían dejado en paz; y le habían hecho pensar una y otra vez; hasta que llegó a la conclusión de que, aunque le doliera, la única manera de lograr eso para Zero era estar alejado de él; seguir callando lo que sentía y dejar que el joven siguiera adelante. Y sólo había una manera de que eso fuese posible. Eliminar cualquier obstáculo.

En cuanto a Liam.  Él era uno de ellos. Quería algo de Zero y mientras estuviese cerca; el joven no estaría a salvo ni él podría llevar a cabo su plan.

Aunque el pelinegro lo negara, él sabía que le había dicho y hecho algo a Zero; porque aquella noche éste estaba muy mal y había dicho desesperadamente que no era Libelle. Sin duda en su afán de verla a ella en el joven, le había hecho algo. Quizá le había hecho ver alguna visión; pero para eso… ¿Acaso Zero había bebido su sangre?...

Frunció el ceño.  

¿Cómo saberlo cuando Zero le rehuía?

 

TOC TOC TOC.

El suave toque sobre la puerta lo sacó de sus pensamientos y lo hizo girarse.

-   Pasa, Takuma.

-   Kaname, buenas noches.

-   Buenas noches. Bienvenido.

El noble se quedó mirándolo por un instante.

-   ¿Estás bien?, te vez fatal ¿sabes?... Pareciera que no has dormido nada. –.  Kaname simplemente lo ignoró. – ¿Es por Kiryuu-kun?

-   Estoy bien.

-   Lo dudo. No lo has visto en días ¿cierto?. Me han dicho que no has salido de la academia y sé que él no ha venido.

Kaname desvió la mirada hacia el exterior de nuevo. Después de que Zero lo ignorara la mañana siguiente a su ataque y luego al ver el temor con que lo miró la noche que se enfrentó con Liam; comprendió que el joven en verdad no quería saber nada de él. Aun cuando se besaron con tanta pasión, sabía que Zero lo había hecho por la desesperación y no había estado consciente del acto. Por ello al día siguiente decido darle su espacio. Más que por el cazador, por sí mismo. Zero no recordaba nada, pero él sí y estaba casi en su límite.

-   Kiryuu-kun. Sé que él está bien.

Ichijou lo observó detenidamente. Había algo en Kaname que lo hacía ponerse en guardia. Igual que en el pasado

-   ¿Iras a buscarlo?

-   No. Hay asuntos más importantes por ahora.

-  ¿Más… importantes… que Kiryuu-kun? ¿Qué sucedió Kaname?

-   He decidido alejarme de él -. Dijo simplemente el sangrepura.

-   ¿Qué? ¿Por qué?

-   Por su bien.

-   No, no puedes estar hablando en serio. Tú lo amas. Él lo es todo para ti.

-   Por eso mismo.

-   ¿Realmente estas dispuesto a eso? ¿Qué estas planeado en realidad?

-   No puedo decírtelo por ahora. Pero es algo que ya he decidido, así que por favor, dejemos ese tema y dime como te fue.

Kaname se mantuvo impasible en todo momento. Su rostro inexpresivo se veía reflejado a través del cristal. Pero Ichijou no podía dar crédito a lo que había escuchado.

-   ¿Kaname? –. Insistió.

-   ¿Sólo venías a hablarme de él, Takuma? -. El semblante del noble se entristeció.

-   No, no. Te traigo el reporte sobre lo que nos pediste que investigáramos.

-   ¿Y bien?

Ichijou suspiró sutilmente. Sabía que Kaname estaba sufriendo.

-   Respecto a la información que nos envió Kurenai Maria. Si ha comenzado a haber movimiento en el territorio de Mika Petrov.

-   Ya veo -. Kaname se giró y miró su tablero. Vio al rey negro, y luego al alfil del mismo color.  - ¿Qué hay de los otros clanes?

-   No son muy notorios, pero también se han reportados más ataques en los territorios de Nile Abya y Alexander Arezu. Los demás están muy tranquilos. Incluso Touma.

Kaname miró ahora al caballo y torre negros.

Tres clanes separados por miles de kilómetros, ubicados en partes del mundo diferentes; han comenzando a moverse. ¿Son acciones aisladas o hay alguien moviendo los hilos?

-   Ya veo. ¿Qué hay sobre la convención?

-   La corporación Eyre si está detrás de su organización, pero parece no haber nada extraño con eso. Las demás compañías no tienen nada que ver con los vampiros. 

>… ¿Qué piensas hacer Kaname?, ¿Iras a esos territorios?

-   No. Eso es lo que ellos quieren que haga. Por lo pronto dejaremos que sigan actuando haciéndoles creer que no se nada sobre sus movimientos.

-   Ya veo. Sin embargo, perdona que lo mencione, pero Kiryuu-kun también debe estar enterado ya. Yagari Touga y Takamiya Kaito se encontraban cerca de la cordillera de Volk. Si el intuye algo sin duda se moverá.

-   No con las clases a punto de reanudarse. Sin embargo, si hay una leve posibilidad de que eso ocurra, nosotros actuaremos antes. Por lo pronto delega la vigilancia. Todos los miembros de la clase nocturna tienen que regresar a clases.

-    Bien, será como tú digas. Me retiro entonces.

Dicho  esto, el noble salió del despacho. Kaname volvió a mirar su tablero con una expresión seria en el rostro.

¿Qué pretendes Liam?, sin duda estas detrás de esto. ¿Estás buscando acorralarme no es así?. Quieres que deje este lugar y vaya a enfrentarme a ellos en tanto tú te apoderas de él.

¿Después de tantos miles de años no eres capaz de comprender que Zero no es Libelle?. Pueden tener un aura similar, incluso se pueden parecer físicamente, pero no son la misma persona. Libelle murió hace miles de años y lo que quedaba de ella ha terminado por desaparecer. Zero no es ella.

Otro suave sonido en la puerta atrajo su atención.

-   Kaname-sama ¿puedo pasar?

-   Adelante, Aidou.

-   ¿Lo interrumpo?

-   No.

Aidou cerró la puerta tras de sí.

-   Me informaron que quería verme. ¿Es con respecto a la investigación?

-   Si. ¿Has logrado algún progreso?

-   No sabría decirlo. Pero he estado revisando minuciosamente los datos que me proporcionó y he percibido algunos detalles en donde puede haber cierto margen de error.

-   Comprendo, hace tantos años que abandone esa investigación, que actualmente puede estar todo un poco más claro.

-   Si.  Y, aunque no he comenzado formalmente como tal la investigación... Kaname-sama, puedo aventurarme a decir que es posible. La cura del vampirismo puede ser posible.

Kaname sonrió.

-   Ya veo.

-   Aunque… también es posible que no pueda ser aplicable a todos los vampiros. Es decir…

-   Lo sé, en un principio esa fue una de mis hipótesis. Que no podría ser posible para los sangrepura usar la cura.

-   ¿Aun así quiere que continúe?

-   Si.

Aidou lo miró un momento sin decir nada y posteriormente asintió.

-   Bien, entonces lo haré. Aunque quiero serle sincero, no creo que la obtengamos pronto.

-   Valdrá la pena la espera. Te lo aseguro.

Aidou sonrió ligeramente y salió del despacho. En tanto él se quedó mirando la puerta por unos segundos.

En el pasado había tomado una decisión muy drástica y quiso acabar primero con los sangrepura para que no siguieran transformando humanos y para mantener protegida a Yuuki. Pero Kiryuu-kun tenía razón al decir que una vez que los destruyera, los de menor rango tomarían el control y sin alguien que los sometiera todo se volvería un caos.

Pero si la cura se lograba. Muchos que fueron humanos se verían beneficiados y otros podrían escapar a su destino si así lo deseaban. Y aunque quizá él no pudiese disfrutar de eso; Zero sí. Esa era la decisión que había tomado. Podría devolverle al joven un poco de  lo que le fue arrebatado por su culpa. Quizá nunca podría estar con él, cada día se convencía más de eso, el joven lo despreciaba demasiado y aunque su alma se hiciera pedazos tan solo de pensarlo, al final podría ofrecerle algo.

Por eso, por muy difícil que fuera, soportaba no ir a buscarlo; ya no sólo por la constante necesidad y deseo de comprobar por sí mismo que estuviera bien, sino porque ya había tomado una decisión y no quería flaquear al mirarlo a los ojos. Y lo más importante aún, no podía acercársele, ya que por como estaba la situación, estar cerca de Zero también implicaría convertirlo en un blanco.

Ichijou tenía razón. Zero lo era todo para él. Por eso, aunque el joven nunca sabría que lo había hecho por amor a él. Le devolvería su humanidad para que pudiese ser feliz. Mientras que él velaría desde las sombras por su bienestar y cuando su tiempo se le agotara. El también partiría.

 

 

Notas finales:

Hola, se que ha pasado algo de tiempo. Siento la demora.

Este capítulo pareciera haber sufrido un sutil giro, espero que no lo vean como un retroceso. Es solo que intentaré avanzar mas en la historia a fin de que ya no sean muchos capítulos de aqui al final. Denme por favor sus opiniones.

Gracias de antemano por leer.


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