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AL FINAL DE LA NOCHE por Amaya Kurau

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Capítulo XXXV

Ataque

 

La suave brisa agitó su pelo mientras hacía pasar frente a sus ojos unas cuantas hojas secas. Un tanto desorientado apartó uno de los mechones que cubría sus ojos. Entonces se dio cuenta que aquel lugar le era conocido. Estaba en la academia Cross.

Asustado, instintivamente retrocedió un paso y los adoquines fracturados bajo sus pies crujieron. Lo que había sido la academia con imponentes edificios, estaba reducida a nada. La mayoría de los muros estaban casi derrumbados con la hiedra trepando por ellos y la maleza creciendo por algunos de sus resquicios.

Retrocedió otro paso. Ese lugar no podía ser de ningún modo la academia Cross. ¿Dónde estaba?

Se giró para marcharse pero entonces su vista chocó con el enorme árbol de sakura seco y con las raíces enterradas sobre un enorme montículo de lápidas. Se dirigió hacia él. El ataúd negro liberado de sus raíces seguía allí. Se paró frente a él y deslizó suavemente sus dedos sobre la tapa.

-   Tengo que abrirlo… -, se susurró a sí mismo, pero  aún así dudaba, - ¿Tengo qué?   

Posó entonces la palma de su mano sobre el resquicio para abrirla.

 -   ¿Zero? 

Al escuchar aquella voz llamándolo, se giró de inmediato. Kaname estaba parado a varios metros de él. En cuanto lo vio su corazón se aceleró y una sensación de alivio y alegría lo invadió; por lo que bajó corriendo el montículo de lápidas para llegar hasta él.

 -   Has vuelto.

-   Te prometí que todo estaría bien. 

El vampiro le sonrió, pero había algo en esa expresión. Aunque Kaname le sonreía, sus ojos mostraban cierta tristeza. 

Instintivamente miró la gabardina negra del vampiro; era de un negro extraño. Se acercó más al vampiro y levantó una mano hasta posarla en su pecho.

-   ¿Qué sucedió? -. Le preguntó pero Kaname guardó silencio y siguió mirándolo con tristeza; por lo que una sensación de temor lo invadió y alejó su mano y la miró. Su corazón ahora le dio un vuelco y su respiración se cortó por un instante. Sus dedos estaban manchados de rojo. Al instante comprendió que era sangre. Asustado volvió a mirarlo a los ojos. Kaname aún sonreía. - Estas herido… ¿Cuándo?, ¿Por qué?... No…

-   Zero… - Kaname le brindó ahora una suave caricia en la mejilla y luego se acercó hasta posar su frente sobre la de él. – Me alegro de haberte visto nuevamente. 

Dicho esto, él sangre pura se convirtió en una lluvia de polvo y brillos.

.

.

.

-   Noooo!!! 

-   …trilo Zero… tranquilo… Todo está bien… 

Zero con los ojos desorbitados miró a quien los sujetaba mientras él se agitaba; era Kaien, que lo miraba preocupado. Aunque intentó tranquilizarse; Su respiración estaba agitada y podía escuchar fuertemente los latidos de su propio corazón.

-   ¿Dónde estoy?

-   En tu habitación. 

Se llevó una mano a la cabeza y la deslizó por su frente. Se sentía aturdido y asustado. Tan asustado como hacía mucho tiempo no se sentía.

-   ¿Estás bien? ¿volviste a soñar algo raro?

-    Estoy bien, sólo fue una pesadilla. ¿Qué hora es?

-   Las diez de la noche.

-   ¡¿Qué?!, ¡¿Por qué me dejaste dormir tanto?!

-   Porque lo necesitabas.

-   Me necesitan más en la asociación.

-   Zero, comprendo cómo te sientes, pero ya te lo dije antes, eres nuestro presidente y eres una figura moral y de fortaleza para los cazadores; si no estás bien, ellos se verán afectados también. Por tanto necesitas estar entero en lo más posible.

-    Pero Kaito…

-    Ya hablé con él; todo marcha acorde a lo planeado. Dijo que estaba bien que descansaras y que aguardaría hasta que estuvieras en condiciones para viajar al norte.

-    Comprendo. Lo siento… ¿hay noticias de Kaname? 

Kaien lo miró un tanto sorprendido. Era la primera vez que escuchaba a Zero llamar a Kaname por su nombre; pero al parecer el joven no se había percatado de eso.

-   No, no hay noticias todavía. Pero no hay que desesperarse; quizá no tarden en llegar –. Zero se quedó en silencio un momento; mirando un punto en el piso. Kaien sonrió sutilmente. -Te preocupa ¿no es así hijo? 

Como la vez anterior, Zero volvió a fruncir el ceño.

-   ¿Por qué insistes tanto en eso?, ya te lo dije, él no es quien me preocupa, sino toda la situación.

-   Pues mientras dormías, lo llamabas una y otra vez angustiado.

Zero abrió los ojos con sorpresa.

-   So… sólo fue una pesadilla.

-   Que refleja tu sentir.

-   ¿Mi sentir?... hmmp.- Zero intentó parecer tranquilo, mostrándose irónico. - No sé qué estas insinuado o que quieras decir en realidad; pero tampoco me interesa. Tengo cosas más importantes en que centrarme ahora. 

Se incorporó de la cama con el ceño fruncido, se calzó y se dispuso a abandonar la recamara y dejar a su padre allí. Kaien por su parte lo miró un tanto impacientado.

-   Yuuki no se equivocó –. Al escuchar aquella repentina afirmación, Zero se detuvo en seco en el umbral de la puerta.

-   ¿Yuuki? ¿Qué tiene que ver ella con esto?

-   Tú no odias a Kaname-kun, ¿cierto? –. Zero guardó silencio – Yuuki estaba segura de eso y ahora yo también.

-   ¿Sabes qué?; no tengo tiempo -. Respondió y  dio un paso más.

-    En cuanto a Kaname-kun… - Kaien elevó un poco la voz para atraer de nuevo la atención del cazador. Zero permaneció inmóvil.

-   ¿Qué hay con él?

-    Él ni por asomo te odia. De hecho se preocupa por ti, y mucho.

-    ¡Eso no es cierto! -. Zero elevó el tono de su voz y se volteó nuevamente hacia él. – ¡Por favor deja de decir tonterías! ¡Él y yo somos aliados porque, ¿no era lo que ella quería?! ¡¿no fue por esa maldita razón que ella me hizo prometerle que cuidaría de él para que lográramos la coexistencia entre humanos y vampiros y por eso me vi orillado a solicitar su apoyo?!... 

Kaien permaneció impasible, entonces Zero notó que había elevado la voz, por lo que avergonzado bajó la mirada y apretó los puños con frustración. ¿Por qué estaba actuando como un niño? ¿Por qué se sentía así? ¿Por qué todo lo que tenía que ver con Kuran lo descolocaba de tal manera?. Suspiró pesadamente y se obligó a continuar.

-   Él le prometió lo mismo a Yuuki, o eso creo, si no, no estaría aquí.  Yo también lo prometí. Y sé que si tan solo no me hubiese hecho prometerle nada… yo… yo sería libre. 

La figura de Zero en el umbral de la puerta, ahora con la cabeza inclinada y el pelo cubriendo sus ojos y con los puños fuertemente apretados; reflejaba cuan desorientado estaba el joven cazador y eso sólo enterneció a Kaien; quien lo miró con calidez.

-   Pero eso era lo que ella quería… - le dijo después de un momento de silencio. Zero levantó la cabeza y lo miró casi con desesperación.

-    ¿De qué hablas?

-   De que ella quería que fueras libre y que fueras feliz. Quería eso para ti y para Kaname-kun… - Zero agitó la cabeza negándose a seguir escuchando y volvió a girarse para salir -… Escúchame Zero-kun, tengo que decirte lo que hablé con ella la última vez que nos vimos... por favor, no te vayas. 

Zero volvió a mirarlo a los ojos por encima del hombro y por laguna razón al hacerlo, la irreprimible necesidad de marcharse desapareció y la expresión de su rostro se suavizó.

-   Bien. Supongo que me escucharas. Toma asiento por favor.

El cazador cerró la puerta y se dirigió hacia la cama e hizo lo que el director le indicaba.

-   Dilo – fue la repentina e imperante petición del joven.

-    Bien… Hace treinta años, después de que los vampiros se salieron de control y el metal madre desapareció. Cuando Kuran nos buscó para ofrecerse como sacrificio para crear el nuevo metal. Ella te mordió para hacerte olvidar.

-   Como olvidarlo – dijo Zero irónicamente.

-   En ese momento ella no sabía de las intenciones de Kaname y estaba dispuesta a vivir con él y sólo para él. Pero estabas tú de por medio y no quería verte sufrir por su causa. Ella también te amaba.

-    Eso ya lo sé. ¿Qué tiene que ver con esto?

-   No sé qué haya pasado exactamente en la mansión Kuran cuando Yuuki se enteró de lo que él pretendía hacer; pero después del aquel ataque a su mansión donde Kaito salió herido, los trajiste para resguardarlos a esta academia en lo que se realizaban los preparativos para la nueva fundición… 

Zero apretó ligeramente sus puños. Él recordaba varios sucesos en la mansión Kuran cuando sus recuerdos habían sido borrados y fungía como guardián de esos dos. La manera en que Kuran lo miraba en ocasiones, lo posesivo que se había comportado con Yuuki; y como ésta le había suplicado que se marchara. Y también recordaba lo tranquilo que había estado Kuran en aquella celda por la decisión que había tomado y como ella no había querido separarse de él.

-   Quizá para entonces mi pequeña ya tenía planeado tomar el lugar de Kaname-kun y por eso parecía tan tranquila.

-    Quizá… - fue lo único que Zero pudo decir ya que un nudo se formó en su garganta.

-   Fue entonces que ella habló conmigo. Dudo que Kaname-kun esté enterado de esa plática a pesar de que ella pasó casi todo el tiempo con él en la celda. 

Zero recordó el momento en que bajo a buscarla por que Isaya estaba allí por ella. Él no recordaba todavía nada, pero al encontrarlos abrazados el uno al otro, la sensación de vacío que experimentó en ese momento parecía tan palpable justo ahora.

-   No des tantos rodeos… y dime que te dijo…. ¿De qué hablaron que crees importante que yo sepa?

-   Yo sé que fue lo que Yuuki vio en Kaname-kun y que no alcanzó a decirte ese día.

-   … 

El cazador sintió como su corazón le dio un vuelco. ¿Lo que Yuuki vio en Kuran?. Como si se tratara de una cinta en retroceso, las imágenes de ese día resurgieron en su mente abruptamente, por lo que se cubrió con ambas manos el rostro.

Kaien parado frente a él, viendo a su hijo sufrir al recordar lo sucedió, quiso parar. Tal vez se había equivocado y no era el momento; pero ya había comenzado y sabía que Zero no lo dejaría desistir. Además era necesario que Zero aclarara sus sentimientos de una vez por todas o seguiría sufriendo.

En cuanto a Zero, para él era como si nuevamente se encontrara en aquel día. Todo parecía tan vivido en su mente.

 

-   Per…perdóname… Zero

Un hilo de sangre resbalaba por la comisura de los labios de la joven y su vestido ahora se mostraba teñido de rojo.

-   No… no digas nada Yuuki…vas a estar bien… vas a estar bien… sólo bebe mi sangre, anda.

Su voz sonaba ronca y apenas podía hablar sin que sintiera como si su corazón se destrozara poco a poco dentro de su pecho.

-   Es tarde… Lo siento…

-   ¡No, no, no! ¡¿Por qué?!

-   Yo, yo no quería… no quería que nada les sucediera… a ti… ni a él.

-   ¡Pero no tenías que hacerlo tú!… ¡Era él quien tenía que hacerlo!... ¡Era su responsabilidad!, ¡él dijo que lo haría!... él dijo que lo haría…

No pudo seguir hablando, su voz fue ahogada por las lágrimas que comenzaron a correr por sus mejillas. Frustrado cerró con fuerza los ojos y apretó la mandíbula. Su pecho dolía, dolía demasiado. Yuuki estaba en sus brazos y no podía hacer nada mientras la vida poco a poco iba escapando de ella.

-    Zero, lo siento… Pero no lo comprendes… yo lo amo…

-   Yuuki…

-   Lamento haberte quitado tus recuerdos…

-   Eso ya no importa, los he recuperado, perdóname por haberte lastimado…

-   Zero, eres tan gentil…

-   No…yo…

-   Zero… a Kaname… ayúdalo por favor... -, Zero abrió los ojos y la miró. También lagrimas corrían por las mejillas de ella. – La coexistencia puede lograrse, lo sé… no permitas que se sacrifique, por favor… Sé que lo que te pido es difícil y egoísta… pero aún creo que él y tú pueden encontrar la felicidad.

-   ¿Sin ti?, no lo creo; además sabes lo que siento por él. Me lo arrebató todo… no me pidas eso.

-   Por favor Zero… prométemelo… él es bueno… pero ha estado tanto tiempo solo… no te apartes… no lo partes.

-   No puedo… No puedo…

-   Lo vi Zero… dentro de él… yo vi… - Yuuki tosió ligeramente. Zero sintió miedo.

-   Ya no hables por favor… te pondrás bien y…

-   No Zero… es tarde… pero no estoy triste… al contrario… estoy feliz por que pude… hacer algo por las dos personas que tanto he amado… -; ella levantó una mano y acarició suavemente el rostro de él. -  Perdóname por intentar negar lo que también sentía por ti…

-   Tú no tienes que pedir perdón por nada -. Ella le sonrió.

-   Sé que Kaname aún puede ser feliz… ambos pueden…  yo vi… dentro de él… tu… estabas... 

 

Abrió los ojos y separó las manos de su rostro y las miró. Aquellas habían sido  las últimas palabras de Yuuki antes de convertirse en una lluvia de polvo y brillos. Y ahora, después de tantos años seguía recordándolas con total claridad. Y aunque en este momento quería llorar, extrañamente no podía.

-   Tú estabas cerca. Llegaste en su último momento, antes de que desapareciera…

-   Si, ella no alcanzó a decirte lo que vio en Kaname.

-   ¿Acaso importa ya?

-   Si porque tú has estado buscando respuestas y no estás en paz con tus sentimientos…

-   ¿Qué quieres decir?

-   Lo que Yuuki vio y que no alcanzó a decirte; ella me lo dijo el último día que hablamos. Vino a mi oficina y hablamos sobre el pasado y sobre lo que sentía; también hablamos sobre ti y sobre Kaname-kun.

   >… Ella dijo que la última noche que pasaron en la mansión Kuran; de alguna manera pudo ver en la mente de Kaname sus recuerdos. Quizá era un poder que ella desconocía hasta el momento o quizá Kaname lo permitió inconscientemente; no lo sabía; lo cierto es que pudo ver su pasado y su presente y sobretodo, sus deseos y anhelos perdidos y aquellos aún ansiados… Zero… Tú aparecías constantemente en todos ellos.

-   ¿Qué? ¿Yo? – Zero abrió los ojos con sorpresa y lo miró sin dar crédito a aquello.

-   Si. Ella dijo que cuando te vio en sus recuerdos, comprendió muchas cosas del pasado de Kaname, no me dijo exactamente qué, pero sí que mientras ella te veía en la mente de él, podía sentir paz y calidez. Y qué entonces supo que Kaname no podía odiarte.

  >… Porque para él hubiese sido muy sencillo sacarte del camino cuando dejó de necesitarte y en cambio no lo hizo, no por ella, sino porque te apreciaba. Representabas algo importante para él; pues eras el recuerdo de un pasado lejano que amó. Y al parecer sigues siendo importante, por eso se preocupa tanto por ti.

    >… Aún así yo no podía decírtelo porque ella me hizo prometer que no lo haría.

-   ¿Y por qué rayos no cumpliste esa promesa?, ¿por qué  me dices eso ahora?, yo no quiero tener nada que ver con él.

-   ¿En verdad no lo comprendes o eres un tonto?

-   Kaien…

-   Dime papá…

-   Como sea, no vuelvas a decir algo como eso, yo no …

-   Es que  en verdad que eres un cabeza dura… no sólo se trata de ti, ¿no has escuchado nada de lo que te he dicho?. Kaname te aprecia, no importa si es por el pasado, el presente o por lo que sea. Él no te odia o desprecia, él te quiere proteger. Y tú, ¿no te das cuenta de lo que sientes por él?… aunque aparentes indiferencia o frialdad ante él… aunque digas que lo odias y que no te importa lo que le suceda, en el fondo también te preocupa su bienestar. No es por la promesa que le hiciste a Yuuki; es porque tú eres así, noble, y porque te identificas de alguna manera con él y porque lo aprecias, al menos un poco; tal y como él hace contigo.

-   Yo… -. Zero no podía hablar, se llevó una mano al rostro y un sutil rubor se instaló en sus mejillas.

-   No tienes por que seguir negándotelo. No tienes por que esforzarte en odiarlo… El pasado es doloroso, lo sé. Sé que perdiste muchas cosas; pero también sé que clase de muchacho eres y tu nobleza no te permite odiar.

-   Es…cierto… él me importa… hmmp… es un maldito manipulador que no se merece mi consideración, pero aun así no podría abandonarlo… él es más fuerte que yo, es un sangre pura, pero aun así quiero protegerlo…  quizá porque…

-   ¿Por qué? 

Zero no supo que responder ¿Por qué le importaba?; ¿por Yuuki?, ¿por su promesa?, ¿por qué se identificaba con él? o porque…

-   Porque… yo…

 

Repentinamente su frase fue interrumpida por el fuerte ruido de la puerta al ser abierta de golpe; lo cual lo sobresaltó y lo hizo ponerse en pie inmediatamente.

-   ¡¡Sensei!!

-   ¡Satoru!, ¿Qué sucede? –. El muchacho apenas podía respirar, estaba bañado en sudor y tenía la ropa manchada de polvo y sangre.

-   Vampiros… en la ciudad… un ejército…

-   ¡¿Qué?!

-   Vienen hacia acá también… Logré rodearlos y llegar hasta aquí… pero…

Zero miró a su padre alarmado.

 -   Maldición!!! 

Salió aprisa de su habitación seguido del Director y Satoru. En solo unos minutos se encontraron en lo alto de la torre principal.

Efectivamente, podía percibir a lo lejos ya muy cerca del pueblo la enorme presencia de vampiros. Un hueco se le hizo en el estómago y una sensación de vértigo sacudió su cabeza. ¿Qué estaba sucediendo?

-   ¡¿Kiryuu-kun?! –. Al escuchar esa voz se giró de inmediato; era Takuma que venía acompañado de tres nobles más. - Son cientos de nivel E, al parecer vienen dirigidos por vampiros nobles al servicio de Touma.

-   ¿De él? ¿Cómo es que tiene un ejército? -. Zero maldijo internamente.   

-    No lo sabemos, pero en la cuidad también hay muchos ataques en este momento, pretenden llegar a la sede. Takamiya-kun me dijo que te encontrabas aquí y he venido a ayudarte. Varios de los nobles que nos apoyan se han quedado en la ciudad  cooperando con él y otros en el pueblo para intentar resguardar el mayor número de humanos posible y frenar el avance.

-   Se los agradezco. Director; necesito que Satoru y tu resguarden a los estudiantes que aún permanecen en la academia cuanto antes.

-   Entendido.

-   Ichijou, ¿Hay aquí más nobles de la clase nocturna?

-   Si. Aunque son pocos. Muchos han desaparecido repentinamente –. Él que habló ahora fue Aidou quien apareció al lado de Ichijou junto a una docena más de nobles. – De hecho Kiryuu-kun, los que vez son todos los que quedamos.

-   Estaban al tanto – dijo Zero más para sí que para ellos. ¿Por qué no le sorprendía?. Miró a ambos nobles. - Ichijou, Aidou…

-   Comprendemos…- dijo Takuma de inmediato y se dirigió al resto. – Bien, andando todos, hay que detener a esas vergüenzas para nuestra sociedad de vampiros –. Al instante  desaparecieron, reapareciendo luego distribuidos al frente del edificio principal y en la cerca y reja principal del colegio. 

Zero volvió a mirar hacía el pueblo; a cada momento se acercaban más. Respiró  profundamente y pensó en Kaname. No había opción; primero tendría que acabar con estos si planeaba llegar a auxiliar a la sede y luego partir para reunirse con él.

-   Tsk… -. Se dirigió al borde del techo para saltar, pero en ese instante alguien lo detuvo del brazo – que diab…- se quejó y se volteó bruscamente - ¿Liam?…

-   Vine en cuanto me entere de lo que sucedía. 

Pese a que el sangre pura parecía honesto, la duda asaltó el interior de Zero, por lo que lo miró directamente a los ojos y se aventuró a preguntar.

 -   ¿Vienes a ayudarnos a proteger la academia y sus estudiantes?

-   Si tú así lo deseas… ¿quieres mi ayuda?

-   ¿Por qué me lo preguntas?. Suena como si al decirte que no; fueses a hacer lo contrario.

-   Hmmp… - Liam sonrió y con ello extrañamente su rostro se iluminó realzando su belleza. Zero lo comprendió entonces. Para no variar él también le había visto la cara.

-   ¿No te interesan no es así?, ni ésta academia, ni la coexistencia y mucho menos los estudiantes –. Una sonrisa de desprecio apareció en los labios del cazador.

-   Me interesas tú.

-   Tonterías, no tengo tiempo para eso… debo proteger esta academia y a sus alumnos –. Se liberó del agarre del vampiro y sin bajar la guardia se colocó nuevamente en el filo del techo con una mano en el pecho por si necesitaba sacar la Bloody Rose.

-   Quería hacerlo de manera diferente – dijo de pronto Liam en un tono suave y resignado. Al oírlo Zero se detuvo y lo miró por encima del hombro. - Estaba planeado así. No tenías por que saberlo. Pero te esfuerzas en hacerme a un lado; y, después de lo que ese hombre te ha dicho y tus palabras; creo que no puedo simplemente conservar la calma.

-   ¿De qué hablas? – Zero bajó el brazo y volvió a pararse de frente a él.

-   ¿Qué diferencia hay entre Kaname y Yo, Zero? –. Los ojos del vampiro  mostraron cierta tristeza y su voz sonó áspera y fría. Muy diferente a aquella cálida y amable con que siempre se dirigía a él. El cazador se quedó helado por la pregunta. -  Dímelo Zero. ¿Por qué no muestras rechazo alguno hacia él pese a todo lo que te hizo?. En cambio, yo que no te he herido, que te he dicho cuanto te amo y que te quiero a mi lado; que incluso sería capaz de poner el mundo entero a tus pies. Yo, que haría absolutamente todo lo que me pidieras, que te he apoyado en tu proyecto y me he arriesgado incluso a ir más allá ayudando a esos ex humanos. Me sigues rechazando. Igual que en el pasado.

-   ¿Qué pasado?... –. Zero comprendió entonces a que se refería - Ya veo, entonces no me equivoqué. Lo que me dijiste en el lago ese día, y luego todas esas visiones que vi de un pasado que no me pertenece…Tu ves a esa mujer, Libelle, en mí.

-   Hmmp… Así que después de todo sabes mentir bien. Nunca perdiste tus recuerdos.

-   Si alguien está mintiendo aquí, ese eres tú. Tú mismo me dijiste que me parecía a ella, pero yo sé que no tengo nada que ver con esa mujer  y no me interesa saber por qué me le parezco. Y en cuanto a Kaname, no tengo porque darte explicaciones. Lo que me pase con él no es de tu incumbencia.

-   Lo amas –. Dijo simplemente el sangre pura y luego frunció por primera vez el ceño y su voz comenzó a temblar por la furia - ¡Lo amas! – repitió. 

Eso no era una pregunta, al menos no sonó como una. Aun así Zero lo ignoró. Miró de reojo hacia la distancia y retrocedió un paso llevándose la mano de nuevo al interior de la gabardina, sin embargo no tuvo tiempo de desenfundar su arma ya que repentinamente volvió a ser detenido. Esta vez con demasiada fuerza; tanta que por el jalón fue impulsado por el techo hasta golpear contra un muro.

El  impacto le robó el aliento y cuando reaccionó ya tenía al pelinegro muy cerca de él con los ojos carmesí y sosteniendo sus brazos a ambos lados de su cabeza.

-   ¡Suéltame! – exigió Zero.

Ante el rostro inexpresivo del vampiro y su mirada carmesí, altiva y fría; se sintió inmediatamente como una presa. Liam se mostraba por primera vez como en realidad era.

-   Los humanos siempre me han resultado insignificantes, me pregunto aún como no han sucumbido; pero sobre todo me pregunto por qué siento esta debilidad por ti, eres el único humano que ha despertado mi interés y que de cierta forma me ha importado en miles de años…

-   Suéltame – volvió a exigir Zero, pero Liam simplemente lo ignoró.

-   Y pensar que urdí todo un plan para que volvieras a mí. Desde que te vi en esa fiesta de máscaras supe quien eras… - Zero abrió los ojos ligeramente por la sorpresa. – No me veas así, es cierto. Hace ya treinta años que se de ti y todo fue gracias a tu hermano y a Shizuka. Tus desgracias, tus logros como cazador, tu relación con Kaien Cross y con los Kuran.

   >…Desde entonces todo fue planeado, nuestro encuentro, mi ingreso a la academia, mis alianzas, los ataques… Tu sólo tenías que acudir a mi… nadie cercano a ti tenía que morir… solo tenías que ser un buen niño… no tenías porqué enamorarte de él.

-   Estás loco.

-   Hmp… ¿tú crees?... yo más bien pienso que tú le has quitado la diversión al juego. Todo estaba planeado de una manera elegante. Si tan sólo no hubieses dicho que él te importaba, si tan solo no hubieses reflejado eso en tus ojos… ¿Por qué otra vez?... – Zero no respondió, entonces el vampiro elevó la voz. - ¡¿Por qué él?! ¡respóndeme!

-   ¡Suéltame ya! -. Siseó furioso Zero, al tiempo que sus ojos también adquirían un  brillo carmesí. Liam volvió a sonreír.

-   Eres tan hermoso. Siempre lo fuiste, pero ahora lo eres más –. Liam se acercó a su rostro y Zero intentó nuevamente zafarse del agarre, pero era inútil. - Por más que luches… no te soltaré…- le susurró al oído y Zero sintió un desagradable estremecimiento. - Lo siento mi pequeño, pero no puedo permitir que recuerdes tu plática con ese cazador al que llamas padre y tampoco a Kaname… no quiero nada que te ate, ya sea un ideal, familia, amigos o un amante. Te quiero sólo para mí y no pienso volver a perderte... Libelle.

El vampiro dijo esto como en respuesta a lo que temía.

-   Aléjate de mí. 

Liam volvió a ignorarlo, aspiró su aroma y luego se inclinó sobre su cuello e incrustó sus colmillos con brusquedad. Zero pese al dolor ni siquiera pudo gritar, pues un terror que no había experimentado antes, invadió su cuerpo. 

Ese vampiro estaba bebiendo de él y lo hacía brusca y ávidamente. Sacaba sus colmillos y volvía a incrustarlos una y otra vez sin consideración mientras bebía. Pero no sólo estaba haciendo eso. Cuando lo comprendió comenzó luchar intentado alejarlo. Sin embargo era inútil, el pelinegro lo había tomado desprevenido y con demasiada fuerza y comenzaba a sentirse débil. ¿Qué era lo que su padre había hablado con él?, no lo recordaba.

Siguió retorciéndose, pero ahora más débilmente; entonces  pudo ver en su mente los ojos de Kaname y como estos se iban desvaneciendo. Lo estaba olvidando. De alguna manera eso lo impulsó a  luchar más, no podía permitir que lo usaran de nuevo…

No…. no…. no… para maldito… deja de robar mis recuerdos.

Liam se acercó más a su cuerpo, demostrando su dominio. 

No lo hagas…

Era inútil, por más que intentaba estaba completamente debilitado y Kaname cada vez era más borroso. Como si se trataran de delgadas láminas de cristal, en su mente iban apareciendo los recuerdos que tenia de él en retroceso y cada una se iba fracturando y convirtiéndose en polvo. Estaban desapareciendo.  Lágrimas  de impotencia se agolparon en sus ojos…  

 -   Alguien…  ayu…. da…

Kanaaameee!!!!

Kanaaameee!!!!

-   Kana… 

Quiso reproducir el grito de su mente, pero no pudo.

 

 

Notas finales:

Hola!!

Este capítulo resultó más rápido de lo común (hasta yo me sorprendí).  Por favor disfrutenlo mucho. Un beso a todos y gracias por los comentarios de mis fieles seguidores. Nos vemos en dos semanas si no hay contratiempos (*.-)


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