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AL FINAL DE LA NOCHE por Amaya Kurau

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Notas del capitulo:

 

 

Hola a todos; antes que nada quiero pedirles una disculpa por retrasarme con éste capítulo, pero tuve varios exámenes y eso no fue lo peor sino el hecho de que me quede sin compu por varios dias. En fin, ya estoy de vuelta y justo a tiempo lo terminé, no quería dejarlos sin capítulo este mes.

Cambiando de tema, le quiero dar las gracias a todos los que han leído este fic hasta ahora. Ya casi son dos años desde su publicación y cuarenta capítulos, jamas creí llegar a escribir tanto, estoy realmente soprendida y honestamente aveces pierdo un poco el hilo, por favor una disculpa por eso.  

También quiero dar gracias especialmente  a quienes han dejado sus reviews, ya son 262 y estoy muy feliz. Hay personitas que me han regalado un comentario en cada capitulo y que se han emocionado, me han tenido paciencia y también me han dado ánimos para seguir escribiendo; a todos muchas gracias:

Mikimiki, trini, toboechibiheart, eris y persephone, Sussi Ishida, Kyubi herrera, Elioth, Erza, LOLITACAT, Riona_Sagita, daisuke niwwa, VANE, anna yuridia, Lu-chan, MALIBU, LOLITA, Wendy, Valery1958,  NANACHAN, Mayurass501, Kitsuke neko Aya, mine, Juuri Kiryu, MIRIAM, wiizyy, Naros, MORINA, claudia, yare kuran, felly, Maruyass501, Laura Alejandra, anonin KH, sweetnothing, Maki-san, Yuki Prince Hime, Misaki, hana99, Rinkae, grizz uzumaki, midas kaseiyo, SakamakiGirl, nayta_, Sheshire, Mika, Alice Himura, Michu, Grellys, lia, megumi-san, Yoruichi, Hanna castañeda, Rin Bunny y a todos los comentarios anónimos. (Si se me ha olvidado algún nombre, perdón de antemano) 

A todos les envío un enorme beso y mis mejores deseos para esta navidad y para el año que viene. Que todos sus propósitos para el 2016 se cumplan.

 

Su autora

Amaya

 

 

 

 

CAPÍTULO XL

Pecado

 

-   Hmmp… A éste ritmo no resistirás mucho… que lastima, tu sangre no sabe tan mal -  Liam sonrió con desdén mientras soltaba a Ichijou a quien había tenido agarrado del cabello mientras bebía de él.

El vampiro noble, que estaba encadenado de las manos a unos grilletes clavados a la pared, quedó colgando de rodillas incapaz de sostenerse en pie y con la respiración audiblemente pesada.

-   ¡Maldito monstruo!

El sangrepura aún sonriendo limpió su boca con un pañuelo blanco y miró por el rabillo del ojo a quien le había insultado. Sus ojos continuaban brillando en carmesí y eso causó un visible estremecimiento en el joven, quien a pesar de eso no se acobardó y permaneció con la mirada fija en él.

-   Pequeño, ya te he dicho que cuides esa lengua… eres muy lindo, pero si no me he alimentado de ti no es por eso, sino porque me convienes más así… Sin embargo no colmes mi paciencia que ya de por sí está al límite…

-   Pues atrévete a…

-   Satoru-kun, tranquilízate… - Kaien miró severamente al joven, quien apretó la mandíbula con fuerza y guardó silencio.  Luego se dirigió a Liam. - Eyre-san, no puedes tenernos aquí eternamente…

-   No, cierto que no, pero aun no los mataré…  él en algún momento vendrá por ustedes, de eso tú debes estar más consciente que yo; siendo que eres quien lo crió le conoces a la perfección. Así que en pocas palabras, los necesito para negociar… Pero sólo a ustedes, por lo que en cuanto a él – hizo una seña hacia Ichijou – sólo tuvo mala suerte de estar en el momento y lugar menos adecuado; porque Kaname, bueno… él es bastante egoísta ¿sabe?… no creo que éste vampiro le importe mucho que digamos… Después de todo para nosotros los vampiros sangrepura los de nivel inferior no son más que peones, simples sirvientes.

-   Ka… Kaname… no es así…

-   Ichijou-kun – Kaien miró a Takuma con una expresión preocupada.

-   Hmmp ja ja ja ja ja ja – Liam en cambio rio y su risa reverbero en las paredes de aquella celda - Niño… conozco a Kaname más que tú…

-   No, no le conoces… en absoluto -. Liam dejó de sonreír y una expresión fría se reflejó en su rostro. Volvió a sujetar a Ichijou con fuerza del pelo levantando su rostro hacia él.

-   El que se equivoca eres tú. Le conozco desde hace miles de años y se de lo que es capaz… Él no es bueno, ni gentil, ni amable; si tu hubieses visto los campos bañados en sangre que dejó a su paso en aquel tiempo, no seguirías creyendo lo mismo. Además fue él el que se encargó de descubrir como eliminar a los vampiros, porque odia lo que es y a toda la raza a la que pertenece. Ah… y también fue quien los guió a ellos – hizo una seña hacia los cazadores -  en el pasado fue quien los organizó y les ayudó a crear sus armas y luego, para destruir vampiros no reparó en asesinar humanos también, usándolos como carnadas, si eso no es ser un vampiro despreciable y oscuro ¿Qué lo es entonces?

Ichijou no dijo nada, sólo se lo quedó mirando. Sus ojos se veían opacos, sin duda estaba a punto de desmayarse.  Liam lo soltó y se giró.

-   La mujer que amaba murió por su causa, él me la robó y después no fue siquiera capaz de protegerla. Pero ahora… no pienso permitir que suceda lo mismo.

-   Y en todo esto ¿No se suponía que tu objetivo era Kuran?, ¿Para qué quieres al presidente de la asociación?. Por lo que me he percatado, no te importa que ese sangrepura venga  o no; él que te importa es sensei; por eso no nos has tocado ni a Kaien-san ni a mí.

-   Muy inteligente chico. Para no tener sangre de cazador y ser un simple niño humano, en estas condiciones y encadenado eres capaz de mantener la cabeza fría.

-   ¡Responde!

-   ¿No es obvio? – Liam le sonrió a Kaien, entonces éste abrió los ojos desmesuradamente.

-   Todo fue por… Él siempre fue tu verdadero y principal objetivo. Ella y Zero…

-   Hmmp…

-   Eso no puede ser.

-   Kaien-san, ¿Qué sucede? – el cazador no respondió, sólo se quedó mirando a Liam con el ceño fruncido.

-   Bien, tengo varios asuntos que atender… me disculpo por no poder quedarme más tiempo a jugar; pero dado que Zero no quiere salir de su escondite al igual que Kaname, he decidido poner a mi ejército en movimiento. Ya les di mucho tiempo así que en veinticuatro horas les daré un verdadero motivo para aparecer.

-   ¿De qué hablas?

-   Ah, es cierto, ustedes no saben nada…- dijo con fingida inocencia – pues, desde que la academia colapsó y los hice mis invitados, la mayoría de los ataques cesaron. Pero como ya estoy cansado y mis aliados están un poco aburridos de esperar, ha llegado el momento de atacar en serio y acabar de una buena vez con el metal, con los cazadores existentes y después con todos los humanos. – los presentes abrieron los ojos ante la revelación y lo miraron alarmados. – Hmmp… por la expresión de sus rostros he de comprender que creían que todo era solamente para derrocar a Kaname y volverme rey, ¿cierto?; pues lo siento, principalmente por ti Cross, pero no soy tan conformista.

Kaien se mantuvo en silencio, en tanto Liam sonrió más abiertamente y se dirigió hacia la salida; una vez en la puerta se giró hacia ellos nuevamente.

-   Lo primero en ser atacado será la sede de la asociación y si con ello Zero sigue sin aparecer, por cada día que no lo haga será aniquilado uno de los frentes formados por cazadores y si después de eso aún se resiste, serán ciudades humanas… ¡Pero no me miren como si fuera un monstruo; no creo que lleguemos a tanto antes de que Zero aparezca!

-   ¿Por qué no?, sólo estás jugando; el que él aparezca no cambiará en nada esos planes ¿cierto?

-   Ah…Sí, claro… pero nadie más que ustedes sabe eso… lo que les acabo de decir es el ultimátum que envié a la sede y los frentes… si él aparece; lo que en realidad sucederá será que eliminaré a todos en menos tiempo… pero en tanto eso sucede, los más cobardes de ustedes terminaran entregándolo…

-   Entonces pierdes tu tiempo… los cazadores no lo harán… no entregaran a uno de los suyos para apoyarte a ti, un vampiro...

-   Y Kaname no te permitirá que te le acerques…

El vampiro sólo sonrió y terminó por salir de la celda sin decir nada más.

 

<<<<<<<<<< ۞ >>>>>>>>>

 

Hacía rato que la lluvia había bajado de intensidad pero todavía se mantenía constante y no parecía que se detendría pronto; quizá amanecería y aún seguiría lloviendo.

Acostado, en silencio escuchaba el repiqueteo contra los cristales y allí, a su lado en su lecho, el tranquilo respirar de Zero. Se sentía levemente cansado pero no podía dormir ni aunque quisiera; observar a Zero dormir era bastante entretenido y la emoción que le provocaba tenerlo junto a él se lo impedía.

Despejó el rostro del cazador de los mechones de pelo que lo cubrían y sonrió. Zero era muy atractivo y él sabía que aun si no fuera un vampiro, igual seguiría siendo muy apuesto.  No pudo evitar recordar la primera vez que lo vio en aquella montaña nevada; ya era muy lindo entonces.

Deslizó suavemente un dedo por los labios del joven. ¿Realmente era merecedor de tanta dicha?, comparado con él, Zero era un ángel con alas puras y blancas que lo atraía cual luz a la polilla; por eso comprendía a la perfección la atracción que sintieron Shizuka, Rido y Sara por él, incluso la que sentía Liam; es más, estaba seguro que si más sangre pura lo veían, sin duda sentirían la misma atracción, después de todo en él...

Se inclinó y depositó un beso en al frente del cazador.

-   Te amo… - le susurró pero joven no se inmutó siquiera.

Kaname continuó observando el rostro de Zero y pensando que era como un sueño estar allí con él. Habían hecho el amor, verdaderamente lo habían hecho y aún seguía sin creer por completo que fuera verdad, que Zero lo hubiese aceptado y que le hubiese dicho que también lo amaba. De tan sólo recordar su rostro y aquella mirada mientras se encontraban unidos, su cuerpo volvía a vibrar. Sin embargo una parte de él sabía que aún había mucho que los podía separar.

Zero, soy feliz pero no puedo evitar también sentir miedo… miedo de que todo se derrumbe… miedo de ensuciar tus alas… miedo de que conozcas mi pasado y entonces me rechaces… podría callar, dejar todo eso atrás, pero… no sería justo…

¿Por qué mis sentimientos siempre se empeñan en actuar en mi contra?

El tiempo siguió transcurriendo hasta que Zero se removió y abrió los ojos lentamente.  Kaname inevitablemente se sintió emocionado al saberse lo primero que el joven veía al despertar y deseo que así fuera por siempre.

Zero se sobresaltó ligeramente al verlo.

-   Kaname… ¿te desperté?... lo siento – dijo. El sangrepura sonrió.

-   No, en realidad he estado observándote dormir.

-   Eso es bastante inquietante… suena a acoso…no creo que pueda volver a dormir junto a ti ahora que lo sé.

Kaname rio entre dientes y se acercó más a él.

-   Humm… ¿en serio?,  pues es que además de verte estaba pensando en que te verías mucho más lindo de lo que ya eres, con unos grilletes en las manos y pies. Trataba de decidirme por el diseño. Aunque… una jaula también debería estar bien.

-   Idiota… ¿Qué pretendes?

-   Sólo bromeaba.

-   Pues esas bromas me dan escalofríos.

-   Hmmp… Mejor duerme de nuevo, aún falta mucho para que amanezca. Anda, yo velaré tu sueño.

Kaname lo abrazó estrechándolo con calidez. Ante tanta ternura Zero se sonrojo y sonrió mientras apoyaba su cabeza sobre su pecho. El sangrepura cerró entonces los ojos disfrutando de estar así con él.

-   ¿Kaname? – repentinamente Zero lo llamó titubeante, sin alejarse de él.

-   ¿Qué sucede?

-   Siento como si todo fuera un sueño,  aun no comprendo siquiera como fue que sucedió…

El vampiro sintió una opresión en el pecho.

-   Te arrepientes… de que hayamos…

-    No, por supuesto que no; pero igual no me refiero a eso sino al trasfondo de todo… Kaname, te amo, de eso ya no tengo dudas… Sin embargo no puedo evitar preguntarme todavía en qué momento me enamoré de ti  o por qué lo hice... es extraño y sin embargo sé que es real, lo sé… aun asi tampoco puedo evitar preguntarme por qué me amas tú y desde cuándo lo haces. Tengo miedo que todo no sea más que un sueño, una ilusión y que en realidad tu no me ames a mí.

-   Zero… yo te amo -  Kaname cerró los ojos y lo abrazó con más fuerza.

-   Lo siento, quizá suene bastante duro pero, por más que lo pienso, no hay un motivo en realidad para que estos sentimientos hayan surgido… desde que recuerdo siempre me usaste, sé que fue por proteger a Yuuki… yo le debía tanto y la quería que no me importó soportarlo. No albergaba entonces éste tipo de sentimientos por ti, de eso estoy seguro, y además siempre sentí que te empeñabas en que no olvidara que podías manipularme; que era un simple ex humano y tú un sangre pura superior a mí, lo hiciste incluso hasta el final.

>… Cuando nos enfrentamos en la academia aceptaste todo lo que Sara me dijo, cuando nos enfrentamos en la asociación sentí tus deseos de acabar conmigo. Incluso cuando yo no recordaba que relación existía entre Yuuki, tú y yo, me hiciste ver que ella te pertenecía. Recuerdo ese día en que la llevaste a aquella sala donde me invitaron a tomar el té. La sentaste junto a ti y la mantuviste todo el tiempo abrazada. Ella se veía incomoda, quería marchaste pero tú no la dejaste. Yo no recordaba nada, pero podía sentir que lo hacías con el fin de molestarme. Después sucedió el ataque y no volvimos a vernos sino hasta hace unos meses…

>… Tú  me has dicho que me amas desde hace mucho; pero me es difícil comprender eso después de todo aquello. Al igual que difícil me resulta comprender como fue que yo me enamoré de ti… incluso… tengo miedo de que lo que veas en mí no sea cierto… que todo esto sea sólo una ilusión provocada por…

Zero se detuvo y se llevó una mano al rostro. Kaname se alejó y se incorporó un poco quedando sostenido en uno de sus brazos. Tomó el rostro del joven para que éste lo mirara a los ojos.

-   Zero, yo si te amo, de eso tampoco tengo dudas, créelo… créeme. Cierto que me costó mucho trabajo comprenderlo pero no es reciente como piensas… Lo que dices lo recuerdo a la perfección, de hecho, recuerdo más cosas de las que imaginas. Sin embargo mi arrogancia me hizo alejarme de ti una y otra vez. Mi arrogancia, mi negación y mi objetivo de cuidar a Yuuki y de eliminar a los sangre pura. Pero Zero, aunque no fuese consciente, ya te amaba, eso no es mentira.

-   Kaname…

-   Escúchame por favor… Desde siempre me he sentido incompleto y es como si ahora comprendiera que aquello que me faltaba y  buscaba era la otra mitad de mi alma que en algún punto de mi existencia se dividió en dos  y una de esas partes me abandonó y sólo hasta ahora  la he encontrado; tú tienes esa parte Zero. Contigo no sólo encontré eso que me faltaba, sino también el sentido a ésta larga existencia. Ese sentido me los das tu… quiero despertar cada día a tu lado, quiero verte sonreír, quiero estar contigo, quiero amarte por siempre. Pero… comprendo que aún hay cosas que nos separan…

-   Kaname… - Zero se incorporó  también y lo miró con cierta agitación - Yo no quise… lo que dije…

-   Está bien… comprendo que tengas dudas aun.

-   No… Yo… - un leve rubor se instaló en las mejillas del cazador - …yo no dudo de lo que siento por ti. Yo te amo… - Kaname le sonrió con ternura y unió su frente con la del joven.

-   Gracias… - ante esa palabra, tan cargada de sentimiento, Zero experimento un estremecimiento que rápidamente se transformó en temor cuando el sangre pura inhaló profundamente y se separó de él para luego mirar hacia la ventana con una expresión indescifrable en el rostro.

-   ¿Kaname? – al escuchar su nombre, el sangre pura volvió a mirarlo y sonrió aunque en sus ojos se vislumbraba tristeza.

-   Hmmp… nunca imaginé lo dichoso que me sentiría al oírte decir mi nombre, Zero.

-   Si eso fuera cierto no me mirarías así.

-   Zero, necesito decirte todo desde un principio, necesito que sepas todo de mí.

-   … No es necesario… yo…

-   Por favor… Hasta ahora he tenido miedo de que éste momento llegara, pero sé que necesito contártelo todo porque no quiero que haya más secretos. Es el momento y sé que si no lo hago ahora no podré hacerlo nunca… no contigo… - Desvió la mirada  y sonrió sutilmente -  parecerá absurdo pero, en verdad tengo miedo… no quiero que me odies…

-   ¿Odiarte?... no podría odiarte… creí que eso ya había quedado claro, tu…

-   Zero… – Kaname le interrumpió elevando un poco la voz por lo que el cazador guardó silencio. Continuó entonces con un sutil tremor – Zero, soy un ser que está completamente manchado. No es sólo lo que tú ya sabes, lo que me has visto hacer ni lo que te hice a ti… yo he cometido pecados imperdonables en el pasado y no quiero, no deseo mancharte con ellos, por eso necesito que los conozcas… Y si después de conocerlos decides que no me quieres a tu lado… entonces yo… me alejaré… lo prometo… Lo que me has dado ha sido más de lo que esperé recibir y te amo tanto que también puedo dejarte libre si eso es lo que deseas… prefiero eso a que me odies por todo lo que soy.

-   Kaname… basta… no es necesario que lo hagas… lo que dije fue sólo por mis propios temores… pero no me interesa saber más… te quiero y deseo que comencemos de nuevo a partir de aquí…

-   Yo también lo desearía pero he comprendido mientras te veía dormir, que tarde o temprano los fantasmas nos alcanzarían... y siento que no estaré siendo completamente honesto contigo o que tú no comprenderás en verdad cuanto te amo y todo lo que significas para mí, si no te lo digo todo; así que por favor sólo escúchame; si después de eso quieres comprobar lo que te he dicho, puedes beber mi sangre de nuevo.

Aun en la oscuridad Zero pudo ver sufrimiento en la mirada de Kaname.

-   Está bien, te escucho. – dijo mientras exhalaba un ligero suspiro.

-   Gracias.

Kaname sonrió con cierto alivio; luego se acercó y cubrió a Zero con las sabanas; éste se avergonzó ante dicha atención del vampiro pues reparaba por primera vez que ambos estaban desnudos, pero no dijo nada y en acto reflejo se aferró a ellas. Kaname no prestó atención a esa acción, inhaló profundamente  y su mirada se clavó en algún punto frente a él. Sus ojos entonces reflejaron que volvía a rememorar hechos de un pasado doloroso y lejano.

-   Zero, como sabes tengo aproximadamente diez mil años de existencia; aunque no se con exactitud si son más pues no recuerdo mis primeros años. No recuerdo el lugar donde nací, ni el rostro de mis padres, ni si me amaron o no, o si tuve hermanos; es más, ni siquiera recuerdo el nombre que me otorgaron si es que lo hicieron. No tengo en mi mente ningún vestigio de ese tiempo, nada que me haga saber de dónde vengo… - Zero sintió un estremecimiento ante aquellas palabras - …Mis recuerdos o al menos los que aún conservo, que son muy pocos ya, comienzan a partir de que la conocí a ella.

-   ¿Ella? – Zero tragó un poco de saliva.

-   Sí, una sangrepura igual que yo. Su nombre era Libelle –  Al decir ese nombre Kaname lo miró a los ojos pero Zero se mantuvo impasible, sólo escuchándolo con atención; entonces Kaname desvió la vista hacia la ventana y prosiguió. – Yo estaba al límite de la desesperación, odiándome por ser lo que era y por tener que lastimar a otros para sobrevivir. Lo único que deseaba era que todo acabara, poder desaparecer. Recuerdo que había tenido mucha sed, tanta que sin poder contenerme mordí a muchos humanos de una aldea. La mayoría de ellos murió; el resto se transformaron y perdieron la cordura y al final tuve que asesinarlos también. Eran demasiadas vidas que había arrebatado de golpe y no podía con eso. Quizá antes de ellos ya había hecho lo mismo, no lo sé. Pero el día que ella apareció ante mi yo estaba desesperado y deseaba dejar de existir, lo había intentado ya inútilmente, no había forma, mi cuerpo se regeneraba una y otra vez; no sabía que más hacer salvo morir de sed.  Aun así, cuando ella se paró frente a mí su persona me deslumbró, había mucha luz emanando de ella y mi primera impresión fue la de que era un ángel… pero pronto comprendí que eso era imposible, yo era un ser que no tendría esa dicha.

>…Esa tarde me ofreció su ayuda y me pidió que me fuera con ella; pero yo tajantemente la rechacé… antes de marcharse con tristeza me dijo que yo necesitaba encontrar un motivo por el cual seguir adelante. Ella si tenía uno, ese día pude ver en su mirada ese deseo de vivir que yo había perdido hacía mucho… Como te dije, no acepté su ayuda, pero aun así ella me dio algo preciado ese día; algo que no rechacé aunque hubiese querido,  me dio el nombre que ahora poseo.

-   ¿Kaname? – Zero puso una expresión de desconcierto en el rostro al tiempo que fruncía el ceño levemente.

-   Si – dijo éste acercándose a su rostro – Pero si ahora tú prefieres otro, dámelo. Soy tuyo Zero; puedes llamarme como quieras.

-   ¿Por qué haría algo así?... tú eres Kaname, no podría llamarte de otra manera.

Kaname sonrió con ternura y volvió a alejarse de él.

-   Ese día obviamente no morí, pero los días transcurrieron lentamente hasta que se convirtieron en meses o quizá fueron años, no estoy seguro;  pero tal y como ella me dijo, la inanición trajo consigo mucho dolor y desesperación. Quizá en el límite mismo ataqué nuevamente a más humanos, no lo recuerdo; incluso nosotros los sangrepura  llegados a ese punto Zero, también perdemos la razón. Lo único que si recuerdo es que cuando desperté un día, me encontraba en un lugar extraño a cargo de una familia de humanos que me habían encontrado inconsciente a la orilla de un camino. Mi sed había disminuido y la razón había vuelto a mí. Esas personas era muy gentiles y cuidaron de mí hasta que logré ponerme en pie nuevamente, pero por alguna razón no pude irme después y me quedé a su lado. El tiempo pasó y como era de esperarse, comprendieron que no era como ellos, y el temor de ser aborrecido volvió a mí; sin embargo no me echaron como pensé que harían; ellos continuaron siendo gentiles conmigo y considerándome parte de su familia. Entonces un poco de calidez y alegría surgió en mí y así los años siguieron su curso hasta que no quedó nadie más de esa familia, ni de aquel pueblo. El cambio climático que surgió en aquel tiempo acabo con más de la mitad de la población humana del planeta; por lo que nuevamente me quedé sólo. Fue así que volví a encontrarme con Libelle en aquel lugar. Ella ya no viajaba sola; muchos las seguían y volvió a pedirme que fuera con ella; pero yo no podía desprenderme de ese lugar. Sentía que si lo hacía mis recuerdos y aquello que me impulsó a vivir desaparecería de mi mente y caería nuevamente en la desesperación; por eso de nuevo me negué y ella se marchó.

>… Las estaciones volvieron a sucederse una tras otra y cuando comprendí que nada quedaba en ese lugar para mí, que incluso aunque me quedará todo se iba desvaneciendo en mi memoria, decidí marcharme… Vagué nuevamente por un largo periodo de tiempo hasta que volví a establecerme en otro lugar, pero éste también desapareció como lo hicieron muchos otros después. Algunos me fueron arrebatados por las guerras entre humanos, algunos  por epidemias, otros por algún vampiro y otros más, simplemente por el tiempo. Yo no cambiaba, no envejecía y los humanos ante mi parecían suspiros. Un día los veía gatear y al otro morir de vejez. Y mientras el tiempo avanzaba; incluso los humanos dejaron de temer a la naturaleza misma y comenzaron a temer y odiar aquello que no comprendían.

>… Después del cambio climático, los humanos aumentaban poco a poco su número, pero también lo hacían los vampiros que cual leones hambrientos, encontraron en estos a sus presas y más tarde a sus juguetes. Así fue como, aunque todavía no era tan evidente nuestra existencia, los humanos comenzaron a temerme por ser diferente y porque mi existencia les era incomprensible. En uno de esos pueblos donde pasé muchos años, que ayudé y que con mis conocimientos contribuí a que se convirtiera en un lugar prospero, donde después de investigaciones usé mi sangre para curar sus enfermedades… me tomaron por un monstruo y terminaron echándome una tarde. Comprendí entonces que no podía vivir entre ellos y que nunca existirían humanos como aquellos que me acogieron una vez; el tiempo había endurecido su corazón y los había hecho desconfiados; por más que quisiera atesorar a los humanos, estos simplemente no me aceptarían.  Fue ese día que volví a encontrarme con Libelle. Quizá se debía a aquello que suele llamarse destino, pero ahí estaba de nuevo ella frente a mí... Ese día decidí seguirla.

-   ¿Cómo era, Kaname? ¿Cómo era ella? – el vampiro lo miró desconcertado unos segundos.

-   ¿Por qué quieres saberlo? - preguntó.

-   Curiosidad…

Kaname volvió a guardar silencio mientras lo miraba a los ojos intentando descifrar el motivo por el cual Zero preguntaba aquello, pero también debido a cierta inquietud; sin embargo suspiró y continuó.

-   Libelle era una mujer muy gentil y muy bella. Zero, es gracioso pero te pareces un poco a ella.

-   ¿En qué sentido?

-   Bueno, ella también tenía el pelo plateado y los ojos de un tono parecido al tuyo. Claro, sonreía más que tú al principio y no tenía un carácter de los mil demonios.

-    Y no era un hombre –. Ante el comentario,  Kaname rio suavemente entre dientes y luego acarició suavemente el rostro de Zero.

-   No, en definitiva no lo era… - Le sonrió con ternura y luego desvió de nuevo su mirada hacia un punto en la habitación rememorando - ¿Sabes?… Fue muy importante para mí, pero incluso ahora que lo intento, no logro recordar todo sobre ella; no recuerdo muchas de las conversaciones que tuvimos ni muchos de los momentos que pasamos juntos… Supongo que el tiempo en ese sentido es un enemigo despiadado para los vampiros. Lo que sí sé, es que ella se preocupaba enormemente por nuestra especie. Por alguna razón comprendía lo que era la soledad y no queriendo lo mismo para los demás, por muchos años estuvo buscando y reuniendo a los vampiros que en ese entonces se encontraban dispersos por el mundo. Y lo logró, reunió a una gran cantidad y conformó un clan, el primero de nuestra especie. Cuando yo la conocí, ella estaba en uno de esos largos viajes en busca de vampiros  o como ella los llamaba “gente que no podía morir”

>… Sin embargo, su preocupación no sólo abarcó a los vampiros, Zero. Libelle albergaba otro sentimiento más; ella amaba a los humanos, se sentía infinitamente ligada y atraída hacia ellos y siempre buscó protegerlos. Por ello fue que implementó la estrategia de que en el clan cada sangrepura convirtiera sólo a unos cuantos humanos voluntarios y les retribuyera con su sangre para incorporarlos como miembros, con el fin de que fungieran como sirvientes y pudiesen alimentarnos, y de ésta forma evitar atacar indiscriminadamente a muchos de ellos. Ella siempre detestó el hecho de que existieran lo que ahora llamamos nivel E. Y era cierto, para que un sangrepura sobreviviera no necesitaba más que de unos cuantos sirvientes. ¿Y sabes?, En un principio su estrategia funcionó.

>…Por otro lado, ella también creía que si encontraba a todos los vampiros del mundo y los reunía podría salvar a muchos humanos, y de la misma forma, también podría  controlar a los nuestros y educar a los vampiros más jóvenes en la mesura. Ella deseaba que de esta manera, algún día no tuviésemos que ocultar nuestra  existencia y que pudiésemos convivir con los humanos en paz.

-   ¿No era eso absurdo?, ella sola no hubiese podido con todo. No si encontraba oposición.

-    Por supuesto, pero ella era decidida, por no decir obstinada; y también era fuerte y lo sabía, su poder superaba al mío y al de muchos y sabía que todos eran conscientes de eso. Al principio ese simple hecho parecía suficiente para mantener el orden; lamentablemente el tiempo y las circunstancias la obligaron a pelear.

>… Cuando llegué a aquel lugar donde se habían establecido, realmente quedé sorprendido por el gran número de vampiros. Por primera vez estaba rodeado de seres iguales a mí; y sin embargo me fue difícil adaptarme a ese lugar. A diferencia del resto, conscientemente yo no podía alimentarme de otros así nada más, aunque la sangre fuera ofrecida y no arrebatada; por eso no lo hacía constantemente, de hecho tardaba demasiado en alimentarme y tampoco tenía sirvientes. Ella más de una vez me reprendió por ello; pero también me ofreció su sangre y así un vínculo más allá de la amistad fue naciendo.

>… Ella me hablaba constantemente de sus deseos de que algún día se lograra la coexistencia. Cuando la acompañaba en algunos paseos por las ciudades y pueblos  humanos, veía como su mirada se iluminaba cada vez que se detenía en medio de una plaza y observaba el ajetreado ir y venir de los humanos o cuando veía a los niños jugar y reír. También veía su rostro cada vez que se paraba frente al sol y dejaba que sus rayos lo bañaran con su calidez sin importarle las molestias que eso pudiera llegar a causarle. Incluso veía su sonrisa cada vez que nacía un nuevo vampiro o cuando reía con los más pequeños. Todo fue grabándose en mí, y en algún momento sus deseos se volvieron los míos también. Ella Zero, amaba la luz, amaba la vida… Pero todo tuvo un final trágico. Sus sueños se fueron desvaneciendo poco a poco, su mirada perdió su brillo, y su calidez se convirtió en frialdad.

-   ¿Por qué? – Kaname frunció el ceño y apretó entre sus puños las sabanas.

-   Mientras el tiempo transcurría el número de vampiros aumentaba y de la misma forma su avaricia y conciencia sobre nuestra superioridad frente a los humanos. Lo que inició como un sueño para Libelle se convirtió en el inicio de una pesadilla.

>… Muchos de los vampiros que ella reclutó formaron sus propias familias y por consiguiente poco a poco con el paso del tiempo fueron marchándose para asentarse en otros territorios creando así más clanes. Ella no detuvo a ninguno, en primer lugar ella deseaba que los vampiros nos conociéramos los unos a los otros y que supiéramos que no teníamos por qué estar solos. Lamentablemente pese a que ella era la líder, la reina de todos; con el paso de los años muchos de esos, ahora clanes independientes, con la excusa de la superioridad y la firme convicción de transformar a todos los humanos, comenzaron a atacarlos a libre voluntad, olvidándose del acuerdo que existía.

>… Al principio ella detuvo a muchos, incluso tuvo que eliminar a algunos. Y en consecuencia, con ello poco a poco iba dejando de ser la de siempre. A Libelle le dolía hacerle daño a su propia especie pero no podía quedarse sin hacer nada. Por miedo a que ella dejara de ser quien era, comencé a investigar una forma de poder detener o controlar a aquellos que amenazaban su sueño. Con el conocimiento de haber nacido de humanos y la creencia de que los vampiros éramos un error de la naturaleza, formulé la hipótesis de que el vampirismo podría ser una especie de enfermedad adquirida por los humanos y con esa hipótesis comencé a investigar la posibilidad de que existiera una cura… Sin embargo esa investigación pronto encontró una vertiente que yo seguí cuando esos, en un principio aparentemente simples actos de rebeldía, se convirtieron en un verdadera catástrofe.

>… Los sangrepura conscientes de su gran poder, se opusieron a ella con mayor firmeza causando más caos; extendieron sus territorios, crearon sus propios ejércitos usando a los humanos y comenzaron a atacarse entre ellos con el único y arrogante objetivo de dominar al resto de los clanes. Ella ya no representaba una amenaza como al principio y fue entonces cuando el carácter de Libelle se trasformó por completo. Ella se volvió una mujer fría, despiadada en algunas ocasiones y el brillo de sus ojos se fue. Se puso al frente de un ejército  conformado por aquellos que la seguían y le eran fieles, para detener  a los sangrepura; y así inició una verdadera era de guerras que duraría mucho tiempo aun después de que se marchara.

>… Aun así, creo que yo era uno de los pocos que sabía que ella en realidad sufría. Aun en tiempos de guerra, cuando nos veíamos incluso menos, ella habló  conmigo en varias ocasiones sobre lo que pensaba y sentía. Ella no odiaba ni a humanos ni a vampiros. ella sólo quería paz. Un mundo donde ambos coexistieran en armonía. Pero tampoco podía perdonar a los vampiros que jugaban con la vida de los humanos. Ella recordaba a sus padres humanos y los amaba y al mismo tiempo se sabía diferente, un vampiro; y por ello también amaba a su especie. Estaba en un verdadero dilema y yo no podía  hacer mucho por lograr su sueño aunque lo deseara. Yo la amaba Zero y ella me amaba a mí. O al menos eso era lo que creía; no sé en realidad hasta qué punto me amó. Pero no era el único que tenía sentimientos hacia ella. Liam también la amaba.

-   ¿Liam?

-   Sí, él también es un ancestro Zero. Nos conocemos desde entonces.

Zero sintió una opresión en el pecho. Kaname se quedó mirándolo un momento.

"Yo la amaba más que a mí vida, pero ella quería proteger a los humanos; yo hubíese deseado que eso no requiriera de matar a los nuestros, sin embargo eso no era posible y yo no podía hacer nada... Su deseo era tan grande que guiándose por aquella persona en quien confiaba, dio su vida. Las consecuencias de eso fueron devastadoras y lo que vino después fue aún peor. La guerra entre humanos y vampiros se volvió más cruenta"

"Me ha dicho que conoció a esa mujer que se sacrificó, ¿Kuran también la conoció?"

"Por supuesto, fue el método que él investigaba el que ella usó... Luego que se sacrificó, fue él quien guió a los humanos que bebieron su sangre y les ayudó a crear sus armas... Lo demás es historia que usted ya conoce. Por mi parte me alejé, no quería ser parte de todo eso. La había perdido a ella por esa causa y lo que menos quería era estar cerca de los humanos"

"Era el deseo de ella proteger a los humanos...."

"Si, lo era. Y sé que si yo hubiese podido encontrar una forma más eficaz ella no hubiese tenido que sacrificarse y yo no la hubiese perdido. Era su deseo proteger a los humanos pero no encontró otra manera de hacerlo más que esa. Kaname fue quien la arrastró a esa salida"

- ¿Sucede algo Zero?

- No, nada, prosigue. 

- Liam amaba a Libelle, Zero; pero sé que ella nunca correspondió a sus sentimientos de esa forma, sin embargo lo apreciaba ya que lo encontró siendo un niño pequeño cuando estaba a punto de ser asesinado por la gente de un pueblo y se lo llevó consigo. Aun así no confiaba en él, ni yo tampoco. Él aborrecía a los humanos y aunque se esforzaba por ocultarlo, tanto Libelle como yo nos dábamos cuenta de eso. Pero para sorpresa de ambos, cuando todo se salió de control él aceptó luchar de nuestro lado. Pronto me di cuenta que él era el tipo de persona que haría cualquier cosa que Libelle dijera, fuese lo que fuese. Pero cuando ella murió, él se convirtió en el principal enemigo a vencer.

-   ¿Libelle?... ella, ¿es la mujer que creó el primer metal madre… quien dio su sangre a los primeros cazadores, cierto?

-   Si…

Zero bajó la mirada y observó fijamente las sabanas. Kaname suspiró y miró a Zero con aprensión.

- Si decir que haber asesinado en un principio a muchos humanos no es suficiente para hacer de mí un monstruo, Zero. Como te dije, cuando la lucha comenzaba a tomar nuevas dimensiones y se volvía más cruenta; Libelle poco a poco dejaba de ser la mujer que se había convertido en mi luz. Entonces me reforcé en mi creencia de que los vampiros éramos un error y como todo error, no deberíamos de existir, y llegué a la conclusión de que la raíz de todos los problemas eran los sangrepura,  éramos no sólo los más poderosos, sino los únicos capaces de transformar a los humanos y de dominar a los vampiros de nivel inferior y por sobre todo, éramos incapaces de morir. Fue por eso que al descubrir aquella vertiente de mi investigación original, me aferré a ella y descubrí algo que cambió el rumbo de todas las cosas, que atrajo más desgracias y que fue el principio de lo que más tarde sería el nacimiento de los cazadores y sus armas... Zero, yo descubrí que a un sangrepura sólo lo puede matar otro sangrepura y que una parte en específico de nuestro cuerpo podía llegar funcionar como un arma letal aun fuera de el.

-   ¿Tú… descubriste como crear el metal?

-   Sí – Zero frunció ligeramente el ceño - …Fui yo… le mostré a Libelle mi descubrimiento y avances en el mismo. Ella no estaba de acuerdo, no le agradaba mucho ese descubrimiento. Alegaba que no nos beneficiaba ni a nosotros ni a los humanos. Pero yo estaba decidido a continuar si era la única manera de detener a los sangrepura que estaban causando problemas. Yo Zero, la amaba, ella me había dado nuevamente un motivo para seguir adelante y no quería perderla; haría lo que fuera por ella. Y cuando todo se salió de control, decidí entonces que mi vida era suficiente para agradecerle por haberme dado un tiempo de felicidad; así que busqué a Liam y le pedí que la protegiera.

>… Él también llevaba a cabo una investigación en ese entonces. Buscaba la manera de revertir el proceso de trasformación de los humanos o en su caso, estabilizar a los nivel E – Kaname percibió la fugaz tensión en el cuerpo de Zero y sintió una opresión en el pecho. Sabía que Liam le había hablado de lo segundo al cazador y que le había mostrado como funcionaba, pero esa reacción le dejaba ver que talvez Zero había llegado a pensar en ella como una posibilidad. - Era una buena investigación, si no existiera el inconveniente de que los sangrepura no se detendrían sólo por que sí. Como fuera él aceptó mi solicitud de proteger a Libelle y le pedí que no dijera nada al respecto de mis planes. Sin embargo ella no era tonta y mi error fue no darme cuenta y creer que ella no sabía nada de lo que yo planeaba; pues aunque mi investigación le desagrado, en realidad ella la tomó muy en serio.

>…El ultimo día que nos vimos, aún lo recuerdo bien. Sin embargo pese al presentimiento que tuve, no me di cuenta de nada de lo que planeaba. Ella marchó al norte y me hizo quedarme atras para marchar al frente uno de los ejércitos. Vencí a los sangrepura que me pidió y luego marché al norte para reunirme con ella… Pero lo único que encontré allá, fue su cuerpo a punto de convertirse en cenizas.

>... Ella se había sacrificado por humanos y por mí. Tomó mí lugar y arrojó su corazón al horno de fundición y fue aún más allá; le dio de beber su sangre a los humanos. No sé en realidad que la llevó a hacer esto último, quiero pensar que ella ya lo había hecho antes y por eso sabia las consecuencias de darles su sangre, pero aun así lo hizo.... Lo demás ya lo conoces. Los cazadores fueron creados y sus armas también.

 Kaname se quedó pensativo, Zero sabía que estaba rememorando ese día.

-   Tu forjaste a Artemis y a la Bloody Rose ¿cierto?. Por todos los enfrentamientos que tuvimos, sé que la Bloody Rose te reconoce y también Artemis. Incluso creo que tú mismo lo insinuaste en una ocasión; que mi arma te reconocía; pero no lo comprendí sino hasta mucho tiempo después y fue entonces que comencé a caer en cuenta de lo antiguo que eres.

-   Sí, esas dos fueron las primeras y por tanto las más poderosas… Zero… aquí es cuando un pecado más se anexa a mi lista…

-   ¿De qué hablas?... ayudaste a los humanos…

-   No Zero… es decir… yo les ayudé a crear sus armas y los guíe en lucha por un tiempo, pero… también fui quien los condenó a su destino.

-   No comprendo por qué dices eso. Pero no fuiste tú sino ella.

-   No Zero… Hace tiempo te preguntabas que era lo que ella deseaba en realidad ¿lo recuerdas?, ¿Recuerdas esa noche en la academia en el edificio del antiguo horno de fundición?

-   Si.

-   Ese día tuve una visión del pasado. La vi a ella parada frente al horno de fundición con el pecho manchado de sangre.

- Asi que fue eso lo que te puso mal, la viste a ella - Zero sintió una opresión en el pecho.

- Si pero no fue eso lo que me puso mal, después de verla a ella te vi a ti. Por un momento no era ella la que había arrojado su corazón, sino tú. Tu eras quien tenía el pecho manchado de sangre, y tuve miedo de perderte, demasiado.

- Entonces realmente era a mi a quien le pedías que no arrojara su corazón.

- Si, porque a pesar de ser un monstruo, moriría si algo te sucede Zero...

Zero no dijo nada, sólo se quedó mirándolo con ternura. Al contrario, la mirada de Kaname se nubló mayor tristeza y le regaló otra caricia, y aunque quería besar a Zero, se obligó a continuar.

- Antes de que la academia existiera como tal, el lugar fue la antigua y primera sede de la asociación de cazadores, pero aún más anterior a eso, ese fue el lugar donde ella se sacrificó.

>...  Libelle no deseaba nada de lo que ocurrió, ella sólo quería proteger a los humanos, darles una oportunidad para que pudieran protegerse. El que decidió eliminar a todos los sangrepura, el que arregló todo para controlar a los vampiros mediante el temor, el que usó los cazadores aun después de que la guerra terminó… fui yo.

>...Zero... mientras la sangre de Libelle aún estaba haciendo efecto en tus ancestros, yo… les maldije… - Ante esas palabras Zero abrió los ojos desmesuradamente y un nuevo estremecimiento recorrió su cuerpo. Kaname por su parte bajó el rostro y cerró los ojos – “Ustedes, los que tomaron la sangre y carne de ella, con el fin de adquirir el poder suficiente para protegerse a sí mismos. Ustedes son los que sobrevivieron. Sus enemigos son aquellos tontos que continúan creyendo que sus vidas no podrán ser arrebatadas por ustedes… A ustedes yo les concederé sabiduría y fabricaré armas a partir de la esta fundición. A todos y cada uno les daré una misión. No podrán escapar de sus obligaciones, estarán atados a ellas por siempre. De ahora en adelante ustedes serán cazadores de vampiros…Ustedes buscarán derramar sangre, al igual que nosotros; formando un instinto de odio que prevalecerá por la eternidad. Y al igual que nosotros, estarán malditos”

Cuando Kaname terminó de decir aquello, Zero sintió que algo en su interior vibraba.

-   Lo sientes, ¿cierto?, el efecto que esas palabras causan en ti – Zero sólo lo miró – es la resonancia de mi orden sobre tu sangre de cazador. Eres ahora un vampiro por lo que debe ser muy débil, pero allí está.

-  ¿Por qué?... ¿Por qué hiciste algo así?

-   Porque estaba desesperado, dolido, furioso… ella, lo más preciado para mí se había sacrificado, había perdido mi motivo para seguir adelante. Ella se sacrificó por los humanos sin decirme nada y ellos tenían ahora en su interior más de ella de lo que yo mismo tendría… ella me había abandonado… Quizá no lo comprendas pero yo… la amaba y la había perdido… yo…

El sangrepura apretó aún más los puños y guardó silencio incapaz de mirarlo a los ojos. Sin embargo, para su sorpresa, Zero se acercó y acarició su rostro. El vampiro entonces abrió los ojos sorprendido y lo miró. El joven tenía una expresión de tristeza en el rostro.

-   Nunca hubiese imaginado que tú pudieras sentirte así Kaname – el vampiro suspiró.

-   Zero, aun sigues sin comprenderlo… - tomó la mano del cazador y depositó un suave beso en la palma.

-   Por supuesto que comprendo – Kaname sonrió con consideración y Zero frunció el ceño al saberse ingenuo a los ojos del sangrepura; pero como éste sujetó su mano y entrelazó sus dedos con los suyos afianzando aún más el agarre, no dijo nada y Kaname continuó.

-  Al principio todo aquello no dolía tanto pues lo único que tenía en mente era acabar con los sangrepura que obligaron a Libelle a sacrificarse, así que conduje a los primeros cazadores y al ejército de vampiros que ella comandaba. Por un tiempo logré contener los ataques, sin embargo no era suficiente. Un día, Liam me buscó y me ofreció su ayuda y yo nuevamente me equivoqué.

>... Para cuando me di cuenta de la realidad, ya era muy tarde. En sus experimentos él usaba a humanos a los cuales el mismo transformaba y al mismo tiempo de esa manera tambien se fortalecía por toda la sangre que bebía. Libelle nunca lo supo, si se hubiese entereado hubiese sido un golpe muy duro para ella. Yo me enteré cuando una noche me traicionó. Ese día enfrentábamos a uno de los sangrepura más problemáticos; los superábamos en número y la victoria estaba prácticamente asegurada. Sin embargo eso no sucedió.

>...Aun recuerdo como el ejército enemigo se postró ante él y como posteriormente aparecieron cientos de exhúmanos quienes pese a su salvajismo le eran completamente fieles que aun en su demencia acataban cualquier orden suya por descabellada que fuera. También recuerdo claramente que me dijo, "Kaname, deja de oponerte a tu destino. Ella quería un mundo diferente, pero la realidad es que los vampiros estamos en la posición de dominar éste mundo, estamos en la cima de la evolución. Ella sólo creía en fantasías, ideales imposibles de lograr. Los humanos están destinados a ser nuestros esclavos"... Esa ocación tuvimos que replegarnos y si no hubiésemos tenido las armas, hubiesen acabado con todos.

>... Liam es casi tan antiguo como yo y en ese entonces hizo alianzas con otros sangrepura. Él era por sobre todo, demasiado cruel, especialmente con los humanos. Y después de esa noche, de pronto se convirtió en el enemigo a vencer y yo me convertí a su vez en su principal objetivo. Yo estaba furioso con él; a Liam nunca le importó Libelle, sólo estaba obsesionado con ella y jamás le importaron ni los humanos ni la coexistencia. Recuerdo nuestro último enfrentamiento, yo lo vencí finalmente. Estaba muy mal herido y sólo me faltaba acertarle el golpe final; estando apunto de hacerlo, me sonrió con arrogancia y empleando su poder de sangrepura hizo que su ejército entero de vampiros, se sacrificara a sí mismo. Yo quise evitarlo, pero no lo logré. Cientos de vidas se habían perdido ese día, y su número se incremento terriblemente por el simple capricho de él, quien aprovechando la confusión causada, huyó. Jamás en todos los años que siguieron supe de él y no volví a verle sino hasta ahora.

>... Por eso no quería que confiaras en él Zero. Ese día sufrimos la mayor pérdida de vidas, tanto de vampiros, como de humanos y cazadores; y aunque la guerra no acabó con ese enfrentamiento, si amaino lo suficiente como para que los sangrepura que restaban se doblegaran al cabo de un tiempo. Aún asi para que todo se restableciera de cierta forma, tuvieron que pasar varios años .

>... En ese lapso de tiempo que creó fueron doscientos años, me convertí en rey; y al ser el rey de los vampiros, pronto la política se inmiscuyó y tuve que tomar una esposa. Realmente no me importaba pero acepté por mero acto de alianza con el líder de uno de los clanes más grandes y poderosos y que me había apoyado durante la guerra, los Kuran. Ella era una mujer muy gentil, pero  a la que lamentablemente no amé, no pude; pero compartí con ella varios años de existencia hasta que poco a poco me fui hundiendo más y más en la oscuridad debido a que el sueño de Libelle cada día parecía más inalcanzable. La paz no terminaba por llegar y la coexistencia con los humanos era prácticamente imposible. Los cazadores se habían organizado y conformado una sociedad y vigilaban a los vampiros muy de cerca y aunque ya no había guerra seguían habiendo ataques y por eso odiaban cada día más a los vampiros. La alianza que había existido una vez entre ambos cuando lucharon juntos, había desaparecido y ahora todos los vampiros eran sus enemigos y viceversa...

>… Cada vez que me encontraba a solas, miraba al pasado y veía todo lo que había causado, comencé a cuestionarme que era lo que Libelle había querido en realidad. La culpa comenzó entonces a embargarme y la desesperación se apoderó de mí. Ni el estar rodeado de personas que aparentemente me apreciaban me importaba, no podía dejar de sentir que algo me faltaba, que había perdido el rumbo. No podía más, no podía seguir adelante, había llegado a mi límite.

>... Antes de dimitir al trono me reuní con los sangrepura líderes de clan y con los líderes cazadores y después de mucho negociar, finalmente hicimos un nuevo pacto que pretendía no se repitiera lo del pasado. Entre lo más importante acordamos que no se revelaría nuestra existencia hasta que realmente se lograra la paz y tampoco se toleraría el ataque a humanos ni el morderlos en contra de su voluntad, cualquier vampiro que incurriera en esto sería juzgado y ejecutado por los cazadores. Por otra parte, para controlar aún más a los vampiros, también conformé un consejo que rigiera nuestra sociedad; su objetivo sería controlar su comportamiento y colaborar con los cazadores para mantener el orden. Una vez logré esto, dejando todo en sus manos, emplee todo mi poder y conocimientos adquiridos al paso de los años y me sumí en un profundo sueño. Yo había decidido dormir eternamente y convertirme asi, con el paso del tiempo, en cenizas.

 

Notas finales:

Espero lo disfruten, aunque no es tan emocionante. Ya me dirán que les pareció. Hasta pronto


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