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AL FINAL DE LA NOCHE por Amaya Kurau

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CAPÍTULO XLIX

 

Contratiempo

 

 

 

La fuerte ráfaga de viento golpeó contra él. A su alrededor todo había quedado en silencio y los montones de cenizas eran esparcidas por el viento ya. Pasó el dorso de su mano por sus labios y la miró, la evidencia de lo que había hecho se reducía sólo a esos restos de sangre en ella.

Frunció el ceño y miró hacia el cielo. Sus ojos poseían  iridiscencias carmesí que destacaban en medio de la oscuridad y podía sentir como su poder había aumentado un poco más. Sin embargo esto no era suficiente para borrar el hecho de sentirse asqueado por la manera de obtenerlo, pero era necesario y tenía que seguir haciéndolo para llegar hasta Zero y arrancarlo de las garras de Liam; porque era suyo, Zero era sólo suyo y debía estar con él para siempre. Era su amante, su pareja y se pertenecían. No iba a permitir que Liam lo tomara y por eso no se arrepentía de lo que estaba haciendo.

Mientras se reafirmaba en esa decisión, una sensación desagradable lo invadió. Se giró hacia donde sus sentidos le decían que un gran número de vampiros se acercaba. Por mucho eran más que los que acababa de destruir y además podía sentir la presencia de un sangre pura entre ellos; y aunque no era Liam, sin duda eso indicaba que su ejército estaba comenzando a moverse y que ese frente debía tener como objetivo la base de los cazadores que acaba de pasar y que era el obstáculo entre ellos y la sede de la asociación. Así mismo, también era evidente que se habían dado cuenta de su presencia y se dirigían justo hacia donde él se encontraba.

Volvió la vista atrás y vio las luces lejanas de la base de cazadores.

“Sólo te pido que confíes en mí y detengas a Arezu y a Abya… Esta guerra debe terminar antes de que todo se salga de control… lograr la coexistencia… yo también deseo eso…”

Apretó los puños, no podía pasar de largo y dejar a ese sangre pura acercarse, aunque lo deseaba no podía. Frunció más pronunciadamente el ceño y entonces desapareció en apenas un parpadeo, dejando tras de sí un remanente de energía que agitó las ramas del árbol donde había estado parado.

 

Cuando volvió a aparecer lo hizo en lo alto de una colina y lo primero que sintió fue la fuerte presencia de los vampiros a los pies de ésta. Sin inmutarse aguardó a que llegaran hasta él.

El cielo relampagueaba de vez en cuando y cada ráfaga de viento que golpeaba contra él traía consigo pequeñas gotas de lluvia.

No pasaron muchos minutos hasta que en medio de aquella oscuridad cientos de luces carmesí aparecieron en la espesura del bosque. Eran el brillo de los ojos de todos aquellos vampiros, que delataba su condición y sus ansias; y que apenas lo vieron se detuvieron, pero luego casi al instante y sin más, una primera parte de la vanguardia se abalanzó contra él. Kaname sólo los miró.

Como era de esperarse, todos ellos eran nivel E. Sin siquiera moverse del árbol, el castaño desplegó su energía haciendo que todo ese grupo se convirtiera en cenizas cuando estaban a un par de metros de tocarlo.

No le importaban estas criaturas; aunque sabía que a Zero si y que le dolería ver el gran número que de ellos había ahora, pero no tenían salvación, al menos no inmediata y en este momento eran sólo un obstáculo.

Una segunda oleada se abalanzó contra él y Kaname respondió de la misma manera. Descendió luego al suelo y comenzó a caminar hacia el frente. A su paso los vampiros de nivel más bajo iban convirtiéndose en cenizas. Sin embargo, apenas había avanzado unos metros cuando los vampiros nobles comenzaron a hacer su aparición. La mayoría portaban armas, los que no, estaba seguro que poseían algún tipo de poder.

-   Discúlpenos Kuran sama, pero no puede seguir avanzando – dijo uno de ellos a quien Kaname ni siquiera miró.

-   ¿Y quién me lo impedirá? ¿ustedes? – preguntó con tono indiferente.

-   Lo haremos.

Al escuchar eso, Kaname sonrió ligeramente pero no se detuvo y sus ojos borgoña comenzaron a brillar intensamente en carmesí. En otras circunstancias todos esos vampiros ya habrían retrocedido asustados, pero en este momento sabía que aunque sus miradas delataran su temor, no lo harían, no retrocederían porque le servían a otro sangre pura y también porque ahora estaba seguro que Liam había hecho algo para gobernar su voluntad.

-   Veamos su esfuerzo entonces – dijo.

Ante eso los vampiros comenzaron a desplegar su poder y a ponerse en guardia dispuestos a iniciar su ataque; pero Kaname, haciendo gala de su estatus fue mucho más rápido y en lo que pareció un parpadeo, atravesó el corazón de varios de ellos. Para cuando todos  reaccionaron él tenía a un joven noble sujeto del cuello y bebía su sangre.

La sorpresa apareció entonces en los ojos de los vampiros y su temor se incrementó. Kaname soltó al chico y éste se convirtió en cenizas.

-   Creo haber escuchado que me detendrían – Les recordó fríamente y sin aguardar una respuesta, al instante fue por otros más, aunque esta vez ellos estaban listos para atacarlo.

En pocos minutos, a varios kilómetros a la redonda, el bosque estuvo en llamas a causa de los ataques y la lluvia ligera era incapaz de acabar con ellas. Kaname repelía los ataques con facilidad y haciendo uso de su poder mental hizo explotar a varios de los vampiros que no lograron esquivarlo. En su anterior estado no hubiese podido hacerles frente a todos juntos, pero después de beber sangre nuevamente, su poder estaba restableciéndose poco a poco.

El enfrentamiento continuó y Kaname bebió más de varios de ellos; pero también continuó avanzando; después de todo su objetivo no eran ellos sino el sangre pura que los dirigía.

Una nueva serie de ataques se cernió sobre él. Uno de esos pasó rozando su costado rasgando su gabardina aunque sin llegar a herirlo. La autora de dicho ataque atrajo su atención que no se dio cuenta cuando un noble alto y fornido con una katana, apareció tras él; sin embargo, Kaname se giró, detuvo el impacto del arma destruyéndola en pedazos y lo tomó del cuello y lo impactó contra un árbol al tiempo que hacia explotar el hombro de la noble que había lanzado el ataque y ésta huía. Eran buenos, sabían trabajar en equipo.

-   Lástima que estén del lado equivocado – dijo y se acercó al otro vampiro.

Se disponía a beber su sangre cuando una voz se alzó en medio del caos.

-   ¡Vaya desastre!

Kaname dejó caer al vampiro sin haber bebido y dirigió la vista de soslayo hacia uno de los costados. Detrás del intenso brillo de unas llamas, la silueta de su objetivo apareció acompañado de dos mujeres, al parecer sus guardaespaldas. Su pelo largo y rubio ondeaba ligeramente a causa del viento y lucía bastante tranquilo aunque sus ojos brillaban en carmesí.

-   ¿Arezu san?, pensé que no aparecería y tenía pesado ir a buscarlo. Mandar a tantos vampiros incapaces de detenerme ha sido una verdadera pérdida de tiempo y eso es algo que no tengo en este momento. 

-   Lamento la demora, aunque debo decir que su actuar me ha sorprendido. Al parecer la información que me hicieron llegar de usted no era correcta.

-   ¿Ah sí? ¿y cuál es esa información?

-   Que Kuran Kaname sama, el líder de la sociedad de vampiros y rey de los mismos, no ataca a humanos ni a vampiros para alimentarse.

-   Efectivamente, eso era cierto hasta que se atrevieron a actuar tan estúpidamente e ir contra lo que yo protegía y arrebatarme lo que me pertenece.

-   ¿Con eso se refiere a Kiryuu Zero?, él en este momento ya debe encontrarse con Liam san.

-   ¿Y tanto tú como Abya son los peones que mandó Liam para detenerme de recuperarlo?

-   Yo no lo diría de ese modo. Tanto Nile san como yo, estamos de lado de Liam san por motivos personales. Sin embargo, al menos los míos no son tan ambiciosos.

-   Entonces siendo así, no te importaría ser eliminado ¿cierto?

Arezu sonrió ligeramente.

-   Lamento decir que no puedo concederle eso, su majestad. No puedo dejarlo pasar - Dijo tranquilamente. 

Kaname lo miró impasible. Sabía que este sangre pura aficionado a la literatura y las artes, no solía inmiscuirse en asuntos de índole político y tampoco frecuentaba mucho a los otros sangre pura. Actualmente no tenía pareja pero se rodeaba de bellas mujeres nobles, y sus dos hijos llevaban años durmiendo; pero ni siquiera los había despertado en estas circunstancias. Con todo, de cierta forma le recordaba a Isaya y sin embargo no podía evitar preguntarse ¿qué lo había llevado a apoyar a Liam?

Suspiró pesadamente.

-   Eso es una pena – respondió al tiempo que se llevaba una mano a la gabardina y extraía a Artemis de su interior donde Zero se había cuidado de dejarla también.

Alexander no modificó su expresión  al ver el arma; pero Kaname al sacarla percibió el aroma de Zero proveniente de la prenda y una punzada atacó de nuevo su pecho.

 “Kaname… te amo…”

Esa repentina frase y la imagen de Zero entre sus brazos mientras hacían el amor, acudieron a él. Ante ese recuerdo frunció el ceño y decididamente en un movimiento rápido hizo que Artemis despertara en su forma original. La guadaña brilló ante las llamas que los rodeaban.

-   Sí, es una verdadera pena Kuran sama. Veo que ese joven realmente le importa. Llegar tan lejos sólo por él.

Kaname no respondió, en un movimiento rápido se lanzó contra él; sin embargo, antes de golpearlo Artemis fue detenida por el látigo de una de las guardaespaldas y al instante la otra se abalanzó contra él con dos sai. Kaname ni siquiera mudó su expresión. Golpeó a ésta última en el pecho lanzándola varios metros lejos y con Artemis jaló de la otra con el látigo.

Antes de ser atraída completamente, la vampiro lanzó una corriente eléctrica a través del látigo, luego lo soltó y se alejó. Justo en ese momento Arezu apareció sobre Kaname y lo golpeó con el puño; pero éste, justo a tiempo lo rechazó con la guadaña.

Arezu saltó guardando su distancia; sonrió ligeramente y a partir de su sangre creó una lanza, la hizo girar y la apurnto hacia el castaño.

Kaname inexpresivamente volvió a ponerse en guardia mientras miraba de soslayo a las guardaespaldas que se situaron a ambos extremos tras él. Ambas eran nobles pero sabía que no podría simplemente usar su poder mental para deshacerse de ellas. Ambas sin duda habían bebido la sangre de Arezu y por tanto eran hábiles y muy capaces de detectar sus ataques; y esas armas también eran de cuidado; si bien no estaban hechas de metal madre, estaban reforzadas con la sangre del rubio.

Frunció ligeramente el ceño pero aguardó a que fueran ellos quienes atacaran primero y así fue. La chica del látigo volvió a lanzarse al ataque y él la esquivó nuevamente sin dificultad; pero entonces las llamas que los rodeaban se extinguieron de golpe y aunque la lluvia continuó cayendo, todo a su alrededor comenzó a cubrirse por un gruesa capa de fría neblina, dificultando su visión.

No  se movió y aguardó un poco más. Entonces, la chica morena de las sai apareció tras él pero Kaname fue más rápido, la tomó del cuello y giró con ella usándola de escudo contra el ataque de Arezu, quien justo en ese momento la atravesó con la lanza.

Aprovechado el descuido, Kaname dejó caer a esta chica que no llegó a tocar el piso por convertirse en polvo; y fue por la otra quien apenas reaccionó cuando él ya la tenía apresada y bebía su sangre. Fue una acción demasiado rápida pero no la drenó completamente; sólo lo suficiente y luego le arrancó el corazón convirtiéndola en cenizas. La neblina se disipo al instante y Arezu apareció frente a él y simplemente se quedó observando las cenizas restantes de sus guardaespaldas.

-   Ellas y yo hacíamos un equipo muy bueno. Veo que es más rápido de lo que decían. Incluso tuvo tiempo para beber de una de ellas.

-   Te dije que no pensaba perder mi tiempo.

-   Si, lo… - el sangre pura no acabó la frase y abrió los ojos desmesuradamente cuando Kaname apareció tras él que apenas tuvo tiempo de girarse y parar el golpe de Artemis con la lanza.

Kaname no aguardó e hizo girar la guadaña y lanzó un nuevo ataque que Arezu detuvo de nuevo.

Así continuaron por varios minutos. Kaname usó su poder mental para lanzar árboles y rocas afiladas contra él, quien, haciendo girar esa lanza las destruía y volvía al ataque.

El sonido del choque de ambas armas resonaba fuertemente y el ambiente comenzó a volverse pesado y a electrizarse. El suelo donde caían era fracturado y elevado debido a su poder. Y aunque muchos vampiros se encontraban cerca no podían acercarse a auxiliar a su amo. A Kaname no le importaba que ellos permanecieran o se marcharan. Solos no serían capaces de llegar muy lejos antes de que se encontraran con los cazadores.

-   Usted realmente está prendado de Kiryuu Zero.

-   ¿Y que si es así? no es de tu incumbencia, ni de la de Abya y mucho menos de la de Liam. Zero es lo que he estado esperando toda mi existencia, lo que le da sentido y luz a mi vida. No pienso perderlo; no pienso permitir que me lo arrebaten.

Alexander sonrió extrañamente y volvió a girar su lanza. Kaname lo imitó con Artemis.

Ambos se lanzaron al frente y al mismo tiempo sus armas chocaron una, dos, tres veces. Así continuaron. Los vampiros habían retrocedido por completo. La energía que ambos despedían era incluso visible. Sin embargo, Alexander siguió mirándolo de esa extraña manera…

Y entonces, Kaname en un rápido movimiento elevó el piso bajo Alexander y se lanzó contra él de nuevo y en un rápido movimiento, lo atravesó en el pecho con Artemis.

Alexander sólo se llevó una mano al pecho y cayó de rodillas, pero a Kaname no le pasó desapercibido que no había hecho nada por detener ese último ataque. Su lanza había quedado en un costado y no la había elevado lo suficiente para esquivar el golpe directo.

Kaname lo miró sorprendido. El pelo rubio del vampiro cubría parte de su rostro por lo que no podía ver sus ojos, pero dos hilos de sangre brotaban entre sus labios y una sonrisa tranquila se había instalado en ellos.

 -   ¿Por qué no evadiste el ataque? – preguntó Kaname.

-   Hace mucho que perdí el sentido a esta larga existencia y no he encontrado uno nuevo… Quizá por eso decidí apoyar a Liam… él, al igual que usted, parecía tener un motivo para seguir, Kiryuu Zero. 

   >… Ese joven… no tuve la oportunidad de conocerlo… pero parece ser alguien muy especial que ha atraído a muchos sangre pura… convirtiéndose en su debilidad…

   >… Yo… que dejé de sentir apego por alguien o algo hace mucho tiempo…. quería saber si en el proceso de búsqueda de Liam, también yo sería capaz de encontrar un nuevo motivo para vivir… Quería saber si ese joven sería capaz… de darle sentido a mi vida también…

La voz de Alexander se fue apagando y poco a poco comenzó desprender el ligero brillo previo a desparecer. Aun así la sonrisa en sus labios permaneció.

-   Lo siento; pero eso no sería posible – dijo Kaname con total calma acercándose a él. Alexander entonces levantó el rostro y lo miró – Zero, él es únicamente mío.

El rubio sonrió más ampliamente y entonces desapareció.

 

 

 […..]

 

 

-   ¡¿Por qué lo hiciste?!

Liam volvió a cuestionar. Sus ojos relampagueaban y el carmesí era intenso pero aun así su voz sonaba un tanto desilusionada.

Zero no respondió; se incorporó y con el dorso de la mano limpió de su labio inferior la sangre que brotó al recibir la bofetada del vampiro.

No había reaccionado a tiempo por lo que no pudo esquivarlo. El sangre pura había sido increíblemente rápido, tanto que él apenas y logró concentrar su energía para crear un débil campo de protección. Si no lo hubiese hecho así, sin duda tendría más que sólo un labio roto.

-   ¿Por qué Zero?... A pesar de que te dije que él no es lo que aparenta. Aun así tu…

-   No te debo explicaciones sobre lo que haga. No soy nada tuyo.

-  ¿Amas a Kaname? – preguntó Liam con la voz enronquecida.

-   Si – respondió Zero firmemente.

-   No entiendo por qué.

-   Podría decírtelo, pero el punto seguiría siendo el mismo.

-   Alguien como él nunca podrá hacerte feliz.

-   Lo siento, pero eso lo decido yo…

-   ¿Entonces por qué viniste hasta aquí si sabes lo que significas para mí y que al venir no te dejaría marchar de nuevo?

-   Porque vine a detenerte.

Liam lo observó unos segundos y entonces sonrió y no dijo nada más, luego desvió la vista hacia el exterior. La lluvia arreciaba con más fuerza. Sonrió ligeramente.

-   Ya veo, él también está en camino.

-   Lo sé.

-   Sabías que esto sucedería ¿cierto? – dijo Liam sin mirarlo aún - Me mentiste y recuperaste a tu familia; y has estado haciendo tiempo para que él llegue hasta aquí e incluso me has provocado para que revele mi ubicación a él.. hmmp... muy listo; sin embargo… en realidad eso yo ya lo sabía. Sabía que estabas mintiéndome y aun así dejé que ellos se fueran... Pero eso ya no importa, ¿Crees  que Kaname realmente será capaz de llegar a tiempo?

-   Te equivocas – la voz de Zero resonó firme y entonces Liam volvió a mirarlo - lo que menos quiero es que él se enfrente a ti.

-   ¿Y por eso lo harás tú? ¿Crees tener el poder suficiente para ello?

-   Si, pero aunque no lo tuviera, igual haría lo que fuese necesario para detenerte.

-   ¿Y crees que lo merece? ¿Realmente crees que Kaname merezca tu sacrificio?... tú en verdad no lo conoces.

-   Lo conozco.

-   No, no lo haces… - Liam sonrió ligeramente con consideración -  nunca lo has conocido realmente. No lo hiciste en ese pasado tan lejano ni lo haces ahora…

Zero frunció el ceño.

-   ¡Deja de hablarme como si fuera esa persona! - Respondió molesto - Ya te lo dije, no soy Libelle. Tú la amaste a ella, aún la amas, o estás obsesionado con ella que para el caso me da lo mismo. Solo quiero que entiendas que aunque lo desees ella ya no está, yo no soy ella. Y por eso nada de lo que haces tiene sentido a menos que la uses como un pretexto.

Volvió a pasarse el dorso la mano por el labio inferior, ahora sano, para deshacerse de los restos de sangre que quedaban en el. Al ver dicha acción,  Liam mudó de expresión a una de confusión.

-   Lo siento… te lastime… yo… - Zero se sorprendió, el vampiro le estaba pidiendo disculpas – … yo… - Liam intentó acercarse a él, pero apenas había dado un paso, se detuvo y se llevó una mano a la sien, luego volvió a mirarlo con seguridad - …Sí lo eres. Físicamente no; pero eres su reencarnación.

Zero desconcertado, apretó los puños.

-   No lo soy. ¿De qué manera quieres que te lo diga?, no soy Libelle; ella está muerta y los restos que quedaban de ella también han desaparecido para siempre. Yo soy Kiryuu Zero y amo a Kaname tanto como él me ama a mí. Nos pertenecemos y eso ni tú ni nadie lo cambiará.

-   ¡No, tú me perteneces a mí y no pienso volver a perderte; ni por él ni por nadie!

Liam con el rostro desencajado, dio un paso hacia Zero; pero esta vez él estaba preparado. Levantó una mano hacia el frente e hizo aparecer un campo plateado de energía y en su brazo comenzaron a brotar las enredaderas platinadas que representaban a la Bloody Rose. Pero Zero no tenía el arma consigo. Eso hizo que Liam se detuviera y lo mirara sorprendido.

 

 

 […..]

 

 

Observó a su alrededor, no se sentían vampiros cerca. Probablemente habían huido al ver a su amo desaparecer o quizá el poder que los mantenía atados desapareció y por eso huyeron.

Levantó la vista al cielo. La lluvia había cesado momentáneamente, pero el cielo todavía relampagueaba; aun así ésta había logrado consumir las llamas y ahora sólo quedaban cenizas. Volvió a mirar el lugar donde Arezu Alexander había caído.

“Quería saber si ese joven sería capaz… de darle un sentido a mi vida también”

Cerró los ojos por un instante. Su pelo se había agrupado en bucles de cuyas puntas caían pequeñas gotas, así mismo su gabardina se encontraba empapada a causa de la lluvia; pero eso no tenía importancia ahora. Nuevamente abrió los ojos.

“En este momento yo sólo te necesito a ti, Kaname”

La imagen de Zero surcó su mente repentinamente como incitándolo a darse prisa, así que le dio la espalda a ese lugar; saltó a lo alto de uno de los árboles cercanos y miró a la lejanía.

A esa distancia podía sentir claramente la presencia de otro vampiro sangre pura; sin duda ese era Abya. Sin embargo, pronto a esa presencia se superpusieron  la de Liam y Zero, lo cual lo estremeció. Tenía que llegar hasta allá cuanto antes.

Volvió a desaparecer convirtiéndose en decenas de murciélagos que comenzaron a dirigirse hacia ese lugar. Era una gran distancia ¿Cómo es que podía sentir a Zero que no era un sangre pura, casi con la misma intensidad con que sentía a Liam que si lo era? ¿Qué estaba sucediendo?

Pensaba en eso, fijando sólo su objetivo en la presencia de Zero; que no prestó atención cuando una presencia más le bloqueó el paso con su energía obligándolo a retornar a su forma original.

Cuando lo hubo hecho miró a quien estaba frente a él. Un hombre alto, moreno y con dos espadas cimitarras que lo miraba impasible. Si, sin duda ese era Abya Nile, después de Liam y él, el vampiro sangre pura más antiguo existente. Con quien nunca había cruzado palabra pero de quien tenía suficiente información como para saber que era alguien que gustoso apoyaría a Liam.

-   Buenas noches Kuran sama. No hemos tenido el gusto de conocernos. Mi nombre es Abya Nile.

Kaname no respondió, sólo lo miró de manera fría mientras alertaba sus sentidos para detectar a más vampiros; sin embargo podía sentir a estos muy lejos. Al parecer este vampiro era muy veloz y había venido solo.

-   ¿Has venido a saludarme o a detenerme? – cuestionó Kaname de manera directa.

-   Jajajaja… - el moreno rio sin mesura -  Muy astuto como me lo esperaba… Por supuesto que he venido a detenerlo, pero también a saludarlo.

-   No tengo tiempo para ti.

Kaname no replicó  más y con un movimiento veloz pasó a su lado; sin embargo no alcanzó a dejarlo atrás ya que el moreno salió tras él y logró bloquearle el paso con una ráfaga de energía que hizo elevarse el piso bajo él.

Kaname se detuvo y se giró.

-   Lo siento, pero tengo un acuerdo con Liam san y no puedo dejarlo pasar – Abya sonrió más abiertamente – Y no se preocupe  por Kiryuu Zero, él lo tratará bien sin duda.

Kaname frunció el ceño y con su poder mental hizo estallar un hombro del moreno, pero casi al instante éste comenzó a regenerarse sin que la sonrisa de sus labios desapareciera.

-   Acabo de eliminar a Arezu, no me importaría hacer lo mismo contigo.

-   Hmmp… ya lo sabía – Abya alzó los hombros en actitud despreocupada -  Aunque bueno, para empezar Alexander no era muy fuerte que digamos. Me encontré con muchos de sus peones de camino aquí.

Kaname no respondió, por lo que Abya, lanzando un leve suspiro, continuó.

-   Así que lo que realmente le interesa en este momento, es ir por él. Me refiero a Kiryuu Zero. La verdad, no comprendo que es lo que ese niño tiene de especial que los sangre pura parecen sentir debilidad por él. Para mí no es más que alguien de nivel inferior.

-   ¿Zero, de nivel inferior?, él no es de nivel inferior. Se te olvida que es el presidente de la asociación de cazadores y el mejor de todos sus miembros.

-   ¿Y por qué sabiendo eso ha puesto sus ojos en él?

-   No le debo a ti ni a nadie explicaciones sobre mis acciones.

-   Sí, no lo hace. Pero el que usted como líder y rey de nuestra especie se haya rebajado a tanto, es algo imperdonable.

Los ojos castaños se tornaron carmesí y Kaname en un rápido movimiento, previendo el ataque, sacó a Artemis justo a tiempo para detener su ataque.

El sonido del choque de las espadas con la guadaña resonó con fuerza en el lugar y el despliegue de energía les hizo retroceder a ambos para guardar distancia al tiempo que las copas de los árboles se agitaban violentamente  por la misma.

De pronto, un estremecimiento recorrió el cuerpo de Kaname al sentir la presencia de Zero desbordarse. Se giró y miró en dirección de donde provenía esa sensación, aunque su vista estaba bloqueada por los árboles.

Zero…

¿Qué era eso?, la energía que percibía era abrumadora, demasiado; no sólo la de Liam, sino también la Zero y sintió miedo. En un impulso se dispuso a ir hacia allá olvidándose de Abya.

Zero…

¿Qué está sucediendo?

Sin embargo, apenas había dado un paso al frente cuando un fuerte dolor atacó uno de sus costados. Abya lo había herido sin que él pudiera preverlo.

Se giró y miró furioso al otro sangre pura. La herida de su costado se regeneró casi al instante, pero sabía que no podría irse si no se deshacía antes de él.

Y mientras  tanto, la presencia de Zero presentaba oscilaciones en su intensidad provocando más ansiedad en él. Presentía que el joven no estaba bien.

Agitó a Artemis haciéndola girar y se lanzó contra el moreno de nueva cuenta, quien sonriendo, rechazó el ataque con ambas espadas. En respuesta, Kaname hizo levantarse el piso bajo el moreno y ambos se separaron nuevamente; pero al instante, Abya cruzando sus dos espadas al frente, hizo aparecer una gran cantidad de energía y la lanzó contra él. Kaname la contuvo con la palma de su mano haciéndola desaparecer y en un abrir y cerrar de ojos apareció tras el moreno y golpeándolo  lo lanzó lejos impactándolo contra un árbol. Abya sonrió ante eso y se volvió a incorporar lanzándose contra Kaname. El choque que se dio entre ellos volvió a hacer vibrar el suelo a su alrededor.

 

El enfrentamiento continuó.  Kaname buscaba avanzar en distancia hacia donde provenía la presencia de Zero mientras se enfrentaba a Abya y éste, buscaba causarle el mayor daño para impedírselo.  

Después de unos minutos, fue que Kaname pudo sentir como era rodeado por múltiples presencias de vampiros. Finalmente habían llegado los seguidores del moreno y era un gran número. Le sorprendía en parte ese hecho, dado que bien podían haber seguido de frente pues tenían el camino libre para llegar hasta una de las bases de los cazadores, incluso hasta la sede misma, sin embargo, al parecer el principal objetivo era detenerlo a él.

-   Es bastante bueno “su majestad”,  pero no creo que sea suficiente si es que quiere pasar – en el momento en que el moreno decía esto de manera irónica; varios vampiros se situaron tras Kaname dispuestos a atacarlo.

El castaño frunció el ceño y una ligera sonrisa surcó sus labios cuando repentinamente desplegó su energía de manera desbordante y al instante varios de los vampiros de nivel inferior desaparecieron. Ante eso Abya cambió su expresión pues se dio cuenta que Kaname no había estado usando su poder completamente.

-   Veo que había estado fingiendo…

-   No eres mi principal objetivo.

-   Así que guardaba su poder para enfrentarse a Liam san.

-   Así es… pero ya que estás quitándome el tiempo…

-   Hmmp… pues yo lamento que me subestime de esta manera.

El suelo alrededor de Kaname comenzó a fracturarse y su pelo a ondear debido al flujo de energía; sin embargo no se inmutó y en un repentino y veloz movimiento apareció junto a Abya y lo golpeó antes de que éste lanzara su ataque. El moreno levemente sorprendido, se alejó guardando distancia y sin esperar se lanzó de inmediato contra Kaname, quien lo contuvo y volvió a golpearlo. Abya nuevamente lo atacó y Kaname respondió de la misma manera impactándolo ahora contra el suelo.

Allí, Liam se quedó unos segundos sin moverse.  Luego se incorporó mientras de la comisura de sus labios descendía un hilo de sangre. Frunció el ceño. Kaname estaba siendo superior a él. Usando entonces su poder mental, hizo que los vampiros que se encontraban cerca se prepararan para atacarlo; pero Kaname respondiendo a esto, desplegó su energía y los mantuvo a raya.

Por primera vez se percibió  la furia en la mirada de Abya y su manera de hablarle a Kaname se modificó en consecuencia.

-  ¿Cómo te atreves?... Tú no deberías ser quien dirija a los vampiros…

-  ¿Quién debería serlo?, ¿Tu? ¿Liam?... no sabes nada… ¿crees que dejaría en sus manos el futuro de nuestra raza y el de los humanos?...

-  Tu nos has traicionado… has antepuesto a los humanos sobre tu propia raza; incluso has puesto tus ojos en un ex humano… Los vampiros somos seres superiores, los humanos no son nada y un ex humano menos.

-   Hmmp… Zero es mucho más que cualquiera de ustedes. Pese a ser un vampiro, él busca el bienestar de los humanos y que los vampiros podamos coexistir con ellos en paz. Ustedes sólo quieren destruir todo. Si alguien ha traicionado a los vampiros, son ustedes mismos que creen que sus deseos egoístas son compartidos por todos. Ustedes sangre pura que a pesar de los años siguen creyendo que el derecho de decidir por los demás y de manipularlos les pertenece.

-  Es gracioso que digas eso; cuando tú mismo…

-   Si, cierto, también lo hice, pero Zero me salvó… por eso no pienso permitir que ustedes sigan haciendo lo que quieran. Le pondré un fin…

-   ¿Realmente crees tener el poder para hacerlo?, te has enfrentado a Mika, te has enfrentado a Erik y a Alexander, tu poder esta menguando.

-   Actúas como si lo supieras todo, pero tu arrogancia te ciega. Me tomas por un jovencito sangre pura, inexperto e idealista; pero lamento decirte que no lo soy. Me sorprende que Liam no les haya dicho realmente a quien se enfrentaban. Como sea, al igual que eliminé a los otros, te eliminaré a ti y a él.

Abya no dijo nada al momento pero su rostro se desencajó en una expresión de furia total y su poder comenzó a aumentar.

Pese a lo que se pudiese esperar, los vampiros que los rodeaban no hicieron más que retroceder asustados. Kaname sólo lo observó.

-    Veamos entonces de lo que eres capaz…

La energía que comenzó a despedir el cuerpo del moreno era prácticamente visible e incluso lograba agitar con fuerza las ramas de los árboles cercanos y varios de los vampiros que logró alcanzar fueron eliminados por ella. Kaname sabía que Abya lo atacaría en serio, por lo que se puso en guardia con Artemis.

Y así fue. En apenas un parpadeo Abya lo golpeó de frente, pero Kaname logró contenerlo con ayuda de su arma. El moreno no se inmutó y volvió a atacar y Kaname nuevamente lo frenó y en un veloz movimiento lo golpeó lanzándolo lejos.

El moreno estaba atacando violentamente y sin razonar demasiado, simplemente usando fuerza bruta; por lo que Kaname podía leer incluso mejor que antes sus movimientos. Así que entonces fue él quien se lanzó contra Abya.

 

Varios choques de poder hicieron que el piso se agrietara o elevara bajo ellos y que los árboles se fracturan. Un campo de energía creado por Kaname impedía que los vampiros de clase noble que estaban cerca lograran acercarse; pero Abya no se percataba de eso, estaba tan concentrado en atacarlo que no se percataba de nada más, aunque igual parecía que le daba lo mismo que los otros vampiros se involucraran, era demasiado orgullosos como para eso. Aun así, estaba impacientándose por no poder superar a Kaname; sus ojos que relucían en un intenso carmesí lo delataban. Y aunque Kaname tenía varias heridas en el cuerpo lo mismo que él, Abya sabía que no era suficiente para detenerlo. Además; las heridas de Kaname, pese a ser más, no se comparaban con las de él que habían sido hechas con esa arma anti vampiros.

Sin embargo esa desventaja no lo contuvo. Siguió atacando a Kaname hasta que en un descuido, Kaname logró herirlo profundamente en un costado con Artemis y entonces cayó de rodillas sosteniéndose esa zona.

Kaname inexpresivo e imponente se acercó y se paró frente  a él con Artemis. Nile levantó el rostro y lo miró. El viento agitaba el pelo y la gabardina de Kaname y en medio de la oscuridad, su fría mirada carmesí lo hizo estremecer. Ahora veía que realmente Kaname no era un sangre pura cualquiera, veía la gran diferencia en poder. Kaname no era sólo un joven sangre pura con la capacidad de usar un arma antivampiros; que había logrado devorar el corazón de otros sangre pura igualmente o incluso más débiles que él. Liam les había mentido y los había usado. Apretó fuertemente la mandíbula y miró a Kaname con furia.

-   ¿Quién eres realmente?

Kaname lo miró inexpresivamente por unos segundos y luego habló con frialdad.

-   Soy Kuran Kaname, un sangre pura ancestro.

Abya abrió los ojos con sorpresa e intentó retroceder; pero no podía moverse.

Kaname sin decir nada más y sabiendo que el otro comprendía su situación, blandió de nuevo a Artemis para asentarle el golpe final.

-   No lo permitiré – dijo de pronto Abya al tiempo que extraía rápidamente un puñal plateado de cazador de entre sus ropas y se atravesaba el corazón. Kaname abrió los ojos con sorpresa ante esa acción.

-   ¿Por qué tú?...

-   No permitiré que devores mi corazón… no obtendrás más poder… Jamás permitiría que alguien como tu… que a pesar de ser un ancestro detesta a nuestra raza… lo obtenga… Podrás haber devorado el corazón de todos los sangre pura que has eliminado… pero no el mío.

Después de decir esto, una gran cantidad de sangre brotó de entre los labios del moreno al tiempo que su cuerpo se iban convirtiendo en cenizas y luego, sin más, desapareció.

Kaname se quedó mirando fríamente aquella escena y entonces una sutil sonrisa de lado se formó en sus labios.

-   Hmmp… ¿devorar tu corazón?, a estas alturas ya he mancillado lo suficiente mi amor por Zero bebiendo la sangre de otros, que quizá no me perdone; pero no lo profanaría más con algo como eso… Además, yo sólo he devorado el corazón de dos sangre pura; el de Shizuka porque lastimó a Zero y porque yo necesitaba poder para enfrentar a Rido y al senado; y el corazón de ese niño porque se atrevió a insultar a Zero.

Cuando terminó de decir aquello, hizo a Artemis regresar a su forma de barra y se giró para marcharse. Sin embargo, en ese momento una fuerte explosión resonó en el lugar seguida de un fuerte temblor que hizo vibrar el suelo.

-   ¡Zero…!

La intensa presencia del cazador se esparció con la onda explosiva, desconcertándolo. Al instante saltó a un árbol y de éste comenzó a desplazarse a gran velocidad hasta que llegó al claro en una colina después de unos minutos. Desde allí pudo ver como los enormes lobos plateados que aparecían cuando Zero se hacía uno con la Bloody Rose y desataba su poder por completo, salían entre los muros de un castillo situado sobre un risco; destrozándolo prácticamente. Las rocas caían pesadamente a través del acantilado hasta llegar al mar y algunas otras rodaban cuesta abajo hasta detenerse en los llanos. 

Ante esa imagen su corazón prácticamente se detuvo. Aunque no sabía si se debía al intenso poder que estaba sintiendo o al temor de que eso no significara algo bueno.

 

 

Notas finales:

Hola de nuevo. Aquí con el siguiente capítulo. ¿Qué les parecio?, espero leer sus comentarios. Si mis calculos no fallan, éste es el penúltimo capítulo. Nos leemos pronto. Les mando un beso y de antemano, muchas gracias por leer.


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