CAPÍTULO 1. Un nuevo comienzo
Las horas transcurren sin piedad; y los días se convierten en semanas, las semanas en meses, los meses en años. Así el tiempo pasa, una estación sucede a otra borrando cualquier recuerdo, sumiéndome cada vez más en la oscuridad; y aún me pregunto si sigo siendo yo, si aún soy capaz de amar; si aún soy capaz de sentir. Por ello, mientras pueda quiero saber que te tengo, quiero saberte mío; quiero cortar tus alas y que en esta larga noche te quedes por siempre conmigo.
Otoño, Treinta años después.
Era una tarde tranquila. La estación estaba en su completo apogeo y muestra de ello eran los colores ocres del paisaje, el olor característico y las hojas que bailaban en las calles arrastradas por el viento.
El sol ya brillaba cerca del horizonte y poco a poco iba adquiriendo los tonos anaranjados y rojizos que anuncian la cercana puesta.
Fue entonces cuando un elegante auto negro de vidrios polarizados abandonó la ciudad, cruzó el puente y comenzó a ascender por una empinada colina.
En lo alto y a lo lejos podían verse despuntando algunas de las imponentes torres pertenecientes a la academia Cross.
El auto continúo por varios minutos su camino a través del sendero adoquinado y flanqueado por enormes arboles de hojas caducas hasta estacionarse frente a la escalinata principal de aquella edificación.
De inmediato las puertas se abrieron y de el comenzaron a descender dos atractivos jóvenes; uno de ellos alto, rubio y de ojos verdes; de porte elegante y actitud despreocupada. El otro, más alto que el anterior, de pelo rubio cobrizo, alborotado y de aspecto más salvaje y serio. Eran Ichijou Takuma y Akatsuki Kain, ambos aristócratas y vampiros de clase noble.
- Bien, ya estamos aquí… – dijo el primero desperezándose y mirando hacia lo alto de la escalinata.- No puedo creer que ya hayan pasado tantos años ¿no crees?... – nadie contestó, entonces se giró y sonriendo se inclinó hacia el interior del auto - ... ¿Sucede algo?...
No recibió respuesta, en cambio, otro joven descendió del auto lentamente, casi como si le pesara tener que hacerlo. A diferencia de ellos éste tenía el pelo castaño oscuro y ligeramente ondulado, los ojos borgoña, la piel moreno claro y su porte era aún más elegante. Por mucho destacaba sobre los otros dos. Era Kuran Kaname, vampiro sangre pura y actual líder de la sociedad vampírica.
- Será mejor darnos prisa Kaname… Cross-san debe estarnos esperando desde hace rato.
El vampiro sólo asintió y antes de seguirlos dedicó una mirada nostálgica al horizonte. Luego los tres comenzaron a ascender por las escaleras de piedra labrada. Ichijou parecía ser el más animado ya que hablaba con Akatsuki sobre lo que recordaba de aquel lugar, que para hastío de éste, era mucho.
Sin prestarles atención, Kaname levantó la vista hacia la gran reja. Hacía treinta años que la había atravesado para marcharse y no había vuelto desde entonces. Ahora ésta parecía haber sido reparada recientemente. E igual, mucho de lo que veía a su alrededor también parecía haber cambiado bastante. Esa vez, todo lo que había quedado eran destrozos; pero ahora, incluso nuevos árboles habían crecido sustituyendo a los anteriores que habían sido destruidos durante aquella batalla.
Sonrió con ligera amargura y deslizó la punta de sus largos dedos sobre la cerca de piedra a lo largo de las escaleras y no pudo evitar sentirse extraño ahora que volvía a estar aquí. Aun a pesar de que lo había deseado desde hace muchos años, no podía evitar el sentimiento de temor por la posibilidad de reencontrarse con el pasado y tampoco podía evitar el sentimiento de dolor a causa de todo lo que había sucedido y lo que había perdido aquella noche.
Ambos eran sentimientos que nunca había compartido con nadie y por ende eran desconocidos para quienes lo rodeaban. Ambos eran sentimientos que no podía darse el lujo de dejar ver dada su condición y todo lo que ésta implicaba. Aunque no era como si no hubiese pasado por lo mismo antes; de hecho, eso ya formaba parte de su vida. Después de todo, con una existencia de diez mil años no podría ser de otra manera. Pero a pesar de ser así, aún no podía acostumbrarse a su soledad y a perder siempre aquello que llegaba a ser importante para él; y tal vez jamás se acostumbraría. Quizá era por eso que había vuelto aferrado a esa pequeña esperanza depositada en aquel anhelo.
- Chicos… que gusto volver a verlos… bienvenidos.
Apenas cruzaron la verja frente a ellos apareció Cross Kaien, el dueño de aquel lugar. Al igual que en el pasado llevaba el pelo sujetado en una coleta con algunos mechones escapando de ella e iba envuelto en un extraño chal verde. Sin embargo no podía negarse que el tiempo había pasado en cierta medida, ya que detrás de los anteojos sus ojos color paja lucían cansados.
En este momento el hombre les sonreía amablemente y eso delataba que aún mantenía aquella actitud relajada que lo caracterizaba.
- Gracias, Kaien… - respondió por todos Kaname.
- Soy yo quien debería agradecerte por haber decidido venir personalmente.
- Dijiste que lo que querías tratar era algo sumamente importante.
- Y lo es en verdad. Bueno, pero antes supongo que desean descansar, ha sido un viaje largo… Acompáñenme por favor; el servicio se encargará de su equipaje.
El grupo lo siguió y mientras avanzaban por una de las veredas, Kaname volvió a mirar a su alrededor. Efectivamente la academia permanecía igual que en el pasado. La punzada de dolor en su pecho se hizo más fuerte, por lo que para evadirla prefirió mirar hacia los jardines donde hermosos crisantemos se hallaban en plena floración.
- Cross-san , tengo entendido que la Academia no imparte clases desde hace treinta años. Pero veo que hay bastante movimiento. ¿Acaso volverá a entrar en funcionamiento?
Kaname reaccionó ante las palabras de Ichijou, y miró hacia donde veía el noble. Por estar sumido en sus pensamientos no se había percatado de nada, pero efectivamente, en varios puntos de las instalaciones parecían haberse hecho trabajos de restauración recientes; y en ese momento, un par de docenas de hombres con herramientas, que parecía habían llegado al final de su jornada, se alejaban del edificio principal por uno de los parajes.
- Algo así… al menos esa es la intención… pero ya habrá tiempo de hablar de eso.
El sangre pura miró a Cross, quien sin haber tomado mucha importancia al hecho, continuaba su camino. En cambio él, se detuvo y miró el alto edificio que se erguía varios metros frente a él con sus amplios ventanales y vitrales con el emblema de la familia Cross. Sus ojos se clavaron en una de las altas torres.
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El frio y algunos copos de nieve golpeaban contra él. Acababa de hacer algo en lo que no había tenido más remedio. Había despertado a Yuuki. Ella ahora lo miraba incrédula y a la vez feliz. Ella finalmente lo recordaba…
De pronto, en lo alto de la torre se hallaba el joven cazador apuntándole con su arma; estaba furioso…
- Huelo sangre que conozco… Es la sangre de Yuuki… eso y… la presencia de dos vampiros!!... Kuran!!… tú la trasformaste!!…
- Basta Zero!!... – Yuuki se incorporó y se interpuso - él es, él es… mi hermano mayor… lo siento… lo siento… - después de decir eso, sin más cayó inconsciente.
- ¡¿Hermanos?!… - el cazador se mostraba en shock.
- Yo hubiese sido más feliz si hubiese nacido como su verdadero hermano… Tu rostro dice “no quiero creerlo”
- Ella dijo que eran hermanos y tú lo niegas… ¿por qué?
- Sin lugar a dudas Yuuki es la verdadera hija de la familia Kuran de sangre pura… como vampiro debes comprenderlo… pero como cazador ¿Qué harás ahora?
Tomó el cuerpo de la joven y se marchó dejando al cazador en lo alto de la torre.
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- …ame?... ¿Kaname?
Dejó a un lado sus pensamientos, pero no respondió a quien lo llamaba. Sólo siguió mirando el edificio de abajo hacia arriba.
Todos esos años como una maldición, parecía poder recordar a la perfección cada expresión y cada gesto en el rostro de aquel cazador como si hubiesen sido cinceladas en su mente. A veces era agradable, pero otras como ésta sólo le hacían recordar lo mucho que aquel debería odiarlo por todo el daño que le había causado.
Suspiró sutilmente y estando a punto de volverse su atención fue atraída por alguien que salió del edificio y se encaminó hacia ellos. Él se lo quedó mirando, era un hombre alto, atractivo, de pelo castaño corto y alborotado y de ojos color avellana. Si no se equivocaba era Takamiya Kaito, el mejor amigo de Kiryuu.
Físicamente se veía mayor que él y que los otros nobles. Aunque eso era normal ya que la longevidad de los cazadores era diferente y menor a la de los nacidos como vampiros. Los cazadores alcanzaban cierta edad y luego el tiempo pasaba por ellos más lentamente. Kaito había alcanzado ya dicho estado. Mientras que ellos como vampiros aún aparentaban veinte años, Kaito aparentaba diez años más que ellos. Kaname no pudo evitar preguntarse cómo se vería Kiryuu-kun ahora. Si bien era un cazador, ahora era un vampiro, aunque uno ex humano.
- ¿Director? - El cazador, al pasar a su lado, lo miró con el ceño fruncido y se siguió de largo. Él en cambio se quedó mirando las puertas del edificio esperando algo más.
- Kaito-kun, ¿Qué sucede?
- Ya han terminado con la biblioteca. Así que a partir de mañana los bibliotecarios podrán hacer su trabajo.
- Eso es bueno.
- Por supuesto, ya era hora… en fin, yo se lo informaré a él… de todos modos tengo que volver, aún tengo trabajo que hacer en la asociación.
- Gracias por tu ayuda, Kaito-kun.
- Sí, claro…
Kaname se giró y miró al joven alejarse. El chico ni siquiera se había dignado a mirar a los otros vampiros. Era evidente su desagrado hacia ellos.
- Me recuerda al prefecto de entonces…– dijo de pronto y sin emoción alguna, Akatsuki – Sí, aunque ahora él es…
- Yo creo que deseo algo de beber - Algo nervioso, Ichijou lo interrumpió y miró a Kaname y al director alternativamente.
- Si…claro, vamos a mi casa. Isaya me ha enviado un excelente té...
- Yo preferiría que habláramos de una vez sobre lo que nos trajo aquí.
Cross sonrió y los tres reemprendieron el camino hacia su residencia.
A Kaname no le era muy agradable estar ahí, cada minuto que pasaba rememoraba cosas que deseaba olvidar por completo desde hace mucho.
Miró hacia el horizonte, el sol se había ocultado por completo y los colores que ahora se reflejaban en el cielo eran carmesí mezclado con violeta
“Ya te dije que voy a estar bien, ahora quiero estar solo, sólo eso…”
“No se te ocurra hacer ninguna estupidez, tienes que terminar lo que empezaste.”
- …ryuu-kun. Pero su trabajo le impide hacerse cargo completamente.
Kaname miró nuevamente a sus acompañantes. Estaban hablando de Kiryuu pero él no escuchó nada más que el final de la respuesta de Kaien.
- Ya veo… ¿entonces ese joven que acaba de marcharse lo apoya?
- Hmmp… Bueno, digamos que, a regañadientes… Antes era a él a quien Zero de cierta forma respetaba, llegó a ser algo así como un hermano mayor para él. Pero por una extraña razón los papeles se han invertido. Aunque eso si, siguen siendo muy buenos amigos, supongo que no habría nada que Kaito-kun no haría por mí hijo.
No tenía idea de que habían estado hablando, pero extrañamente una sensación de molestia lo invadió.
- … Adelante… Las personas del servicio les ayudarán a instalarse…
- Gracias…- dijo Ichijou mientras ingresaba al lugar - Espero que no causemos molestias, en especial a Kiryuu-kun.
- Para nada, él no vive aquí, desde hace años vive en la ciudad y sólo viene sus días de descanso para visitarme, enclaustrarse en la biblioteca, en la sala de tiro o para atender a los caballos.
- Eso suena a que no tiene una vida muy social… - intervino Akatsuki.
- Bueno… su único amigo es Kaito-kun y claro que pasa tiempo con él . Pero tampoco puedo negar que es un adicto al trabajo. Ha rechazado tanto a chicas como a chicos que han querido salir con él.
- ¿No será que en realidad ya sale con alguien?
- ¿Te refieres a Kaito-kun?
Kaname miró al director, la molestia se había convertido en algo más. Aguardó expectante la respuesta del hombre, pero este sólo sonrió divertido.
- Lo dudo.
[•••]
- Adelante Kaname, en un momento estaré contigo.
Después de la bienvenida, Ichijou y Akatsuki se retiraron a sus habitaciones, en tanto él y el director se quedaron solos.
El hombre le pidió entonces que lo acompañara a su despacho, pero en el camino se marchó . Parecía ser que tenía varios asuntos que atender, pues justo cuando entraban a su despacho, un joven le solicitó unos minutos.
Ahora él se había quedado solo y miraba a su alrededor. El lugar no lucía muy diferente de la última vez que lo vio. Los colores, lo muebles e incluso las pinturas eran los mismos. Muy pocos detalles parecían haber sido agregados, como las fotos que había por todos lados y que delataban una de las tantas excentricidades de aquel hombre. Eran fotos de lugares y personas desconocidas para él.
Se acercó al escritorio y tomó asiento en la silla de enfrente para esperar a que su anfitrión volviera.
“Ha rechazado tanto a chicas como a chicos que han querido salir con él”
Un sutil rubor se instaló en sus mejillas. ¿Por qué estaba recordando algo como eso?. Cruzó una pierna sobre la otra y apoyó un brazo sobre el escritorio. Fue entonces que algo llamó su atención. A un costado, sobre una mesa, había varios portarretratos. Uno de ellos le hizo sentir un nudo en el estómago. Lo tomó; en la foto aparecía Zero luciendo una toga de graduación y a su lado estaba Cross sumamente feliz, pero el joven mantenía una expresión seria.
Kaname sonrió. Por impertinencias de Ichijou sabía que Zero había terminado sus estudios de preparatoria y posteriormente había estudiado el nivel superior. Sus estudios los había combinado con sus deberes de cazador y aun así se había graduado con honores en pedagogía.
Volvió a colocar el portarretrato sobre la mesa. Al hacerlo movió otro y éste cayó de frente. Lo levantó y miró. En esta foto también aparecía Zero, pero la lente de la cámara parecía haberlo captado sin que se diera cuenta. El joven estaba acariciando la cabeza de una yegua blanca y sonreía. Era una sonrisa tan cálida y hermosa como ninguna. Kaname sintió como su corazón comenzaba a latir más rápido...
- Se la tomé hace poco más de veinte años sin que se diera cuenta.
Kaname dejó rápidamente el portarretrato en su lugar. Kaien estaba parado en el umbral de la puerta, pero él no se había percatado desde cuándo.
- Me lo imagino. – dijo tratando de sonar indiferente.
- Sí, es muy difícil capturarlo sonriendo – el director avanzó hasta la mesa y tomó entre sus manos el mismo portarretrato - ... ésta es una de las pocas que tengo con ese placer; así que podría decirse que es uno de mis tesoros… Hmmp… recuerdo que en ese entonces a él le molestó pero a mí me hizo muy feliz.
- Ya veo - Kaname volvió a mirar con más detenimiento las fotos a su alrededor.
- Lo siento, no tengo ninguna de ella aquí – dijo el otro al observarlo. El sangre pura no respondió. – Decidí que lo mejor era guardarlas en los álbumes. Para Kiryuu-kun era muy doloroso verlas cada vez que venía… – el director sonrió amablemente - Pero cambiemos de tema ¿Gustas un poco de té?
- Por favor.
- Y, ¿Cómo has estado todo este tiempo?
- Siguiendo con mis planes...
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El sol se ocultaba en el horizonte y lanzaba cálidamente sus últimos rayos dorados sobre ellos.
- Kaname… espera… ¿A dónde iras?
- Aún no lo sé, pero tengo muchas cosas que hacer… he hecho una promesa y hasta que no la cumpla no podré reunirme con ella.
- ¿Qué dices?
- Tengo que eliminar a los sangre pura que atacaron la academia y también tengo que planear varias reformas.
- Pero no estás bien… ¿Qué hay de tu dolor?
- Lo mismo he pasado antes, esta vez no es diferente… No sé cuánto tiempo me tomará; así que si necesitas contactar conmigo hazlo a través de Ichijou… el será mis ojos y oídos en el senado mientras estoy fuera.
- Supongo que ya lo has decidido…. Pues entonces, ten cuidado Kaname…
- Gracias por todo director.
El grupo de vampiros nobles, con él a la cabeza, se encaminó hacía la gran puerta de la entrada principal, descendieron la escalinata y abordaron sus respectivos autos. Luego se perdieron en la lejanía mientras el sol se ocultaba por completo.
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- Lo imagino, la asociación se ha hecho cargo de los estragos que eso ha traído consigo.
Kaname miró al director y sonrió sutilmente.
- ¿Me lo reprochas?
- No, claro que no.
- Bien, entonces supongo que no fue para eso que querías hablar conmigo ¿o sí?
- No, no fue por eso… Se trata de la Academia. Como ya te percataste, se están realizando los preparativos para que en unos meses vuelva a entrar en funcionamiento.
- Pero hay algo más, ¿verdad?
- Si… lo que queremos es que la clase nocturna vuelva. – Kaname lo miró seriamente.
- ¿Volver?... ¿con qué finalidad?
- Con la misma que en el pasado. Crear un lugar donde humanos y vampiros convivan. Demostrar que ambas especies pueden coexistir.
- Kaien, en el pasado y con todo lo que sucedió… yo… ¿Qué dice el presidente de la asociación a todo esto?
- ¿Kiryuu- kun?... él está de acuerdo.
- ¿Cómo?
- Si, de hecho ésta es su idea. Fue él quien me lo propuso. – Kaname lo miró sorprendido - En realidad esto sólo lo sabes tú. Para todos, esta “idea loca” como la llaman, es mía nuevamente y él sólo me está apoyando, nadie cree que algo así se le podría ocurrir al actual presidente de la asociación de cazadores. Todos dicen que le he pegado mi locura a mi hijo.
- No puedo creerlo.
- Pues hazlo. Fue él quien lo pensó. Y de hecho él personalmente quería hablar contigo al respecto, pero le pedí me dejara a mí hacerlo.
- Pero ¿Cómo es que ha cambiado de idea?... él era quien más se oponía a ese deseo. Kiryuu no creía que la coexistencia pudiera lograrse.
- Hmmp… eso era en el pasado. Aunque no lo parezca mi hijo ya no es un niño, ha madurado. Después de todo ya han pasado treinta años desde que todo aquello sucedió… No hace mucho vino y me expuso su deseo de que la academia reabriera sus puertas y que volviera la clase nocturna, y con ello intentar volver a trabajar para lograr la coexistencia. No te niego que me sorprendió demasiado, pero me contó sus motivos y yo acepté.
- Pero él sigue siendo el presidente de la asociación de cazadores.
- Si, y desde su nombramiento ha estado trabajando muy duro, tanto para ser completamente aceptado como para reformar a la asociación… Tu debes saberlo bien.
- Aún asi es muy difícil lo que me pides… sabes que lo fue en el pasado y ahora lo es también. En especial por el hecho de que en los últimos quince años, vampiros sangrepura alrededor del mundo han sido eliminados. El senado sabe que fui yo, incluso muchos nobles lo saben, pero permiten que siga siendo su líder por temor y porque soy el sangre pura más antiguo y no hay otro que se atreva a enfrentarme. Pero eso no quiere decir que me permitirán hacer todo lo que yo quiera.
- Créeme que lo entiendo. Conozco la magnitud de esto y también la situación en la que te pongo.
- ¿Qué dicen al respecto los altos mandos de la asociación?
- La mayoría ha contemplado la posibilidad, pero aún se encuentran renuentes; el resto se opone, sin embargo creo que la propuesta puede trascender… digamos que en términos de votación lograríamos ganar por muy poco, pero sería suficiente... Aunque siendo sincero; en un principio a excepción de los más allegados a Kiryuu-kun, nadie más estaba interesado; incluso lo llamaron una idea descabellada y suicida. Y no tuvo mas adeptos sino hasta que les garantizó que si apoyaban su propuesta y lograba convencer al senado para que aceptaran la creación de la clase nocturna nuevamente, él mismo se haría cargo de la vigilancia e ingresaría a la Academia como profesor...
- Hay demasiados conflictos de intereses. Tú ya sabes de eso. Además siendo presidente podría descuidar muchas de sus funciones.
- Tiene a su lado a varios compañeros dispuestos a ayudarlo. Además, no sólo se trata de la clase nocturna; el plan también contempla que varios cazadores ingresen como alumnos, no para vigilarlos claro, sino para formarse y al igual que ustedes, ellos también tendrían clases especiales.
- Es muy ambicioso lo que pretenden.
- Los sabemos, pero él no se detendrá. En este tiempo me he dado cuenta que puede llegar a ser muy persistente. Cuando algo realmente le interesa no da marcha atrás, eso es algo que ha adquirido con los años... Por ahora, la asociación ha dejado en claro que sólo lo apoyará si él logra que la clase nocturna vuelva y que jóvenes cazadores ingresen por propia voluntad… sólo bajo esas premisas… de lo contrario la propuesta será desechada… Kaname, Kiryuu-kun está completamente comprometido con esto… me lo ha dicho; si aceptas él estaría dispuesto a trabajar hombro a hombro contigo y correr con todos los riesgos y responsabilidades que eso conlleve.