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Money Magic por Sakkura Princess Yaoi

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Notas del capitulo:

Pues aquí les traigo un segundo capitulo, hasta aquí la historia es narrada lenta, pero a partir del tecero, los sucesos serán más rápidos.

 

Esta vez aparte de la imagen, les dejo un vídeo, para ilustrar la historia, donde al final, sale nuestra posible villana.

 

VIDEO SPIRK

 

Y de imagen les presento a quien será el hermano de Kirk, haciendo un pequeño crossover de las peliculas X-MAN, ¿Porqué dirán? Porqué mi cerebro es un revoltijo, y tenemos a Patrick H. Stewart, que era el capitán Picard en la llamada Nueva Generación, el cual también da vida al Profesor X, cuya versión joven es interpretada por este galan.

 

LINK FOTO----- > James Mcavoy

 

Sin más, espero les guste.

James era fuerte, no vivía en el gimnasio, pero iba de vez en cuando y su condición física era relativamente buena, sin embargo, cargar con aquel peso  muerto era ciertamente un poco más difícil de lo que pensó, el hombre al que había rescatado de un asalto, estaba semi inconsciente, pero aún así parecía que su cuerpo no le respondía. Lo llevó hasta su bloque de apartamentos y agradeció a verse cambiado a un lugar con elevador.

—Debó decirlo, no parece a simple vista que peses tanto, ¿Has pensado en hacer dieta?— Bromeó el rubio a un hombre que solo frunció aquellas perfectas cejas en las que Kirk no había dejado de fijarse.

Las puertas del elevador se abrieron en el piso 9 de  14 que poseía el lugar, eran departamentos amplios por lo que el pasillo no era muy largo, al estar solo dos departamentos ubicados en ese piso, abrió con dificultad, entrando y encendiendo las luces, al parecer su hermano ya estaba dormido. Dejó al chico recostado sobre el sofá, levantándose para traerle un poco de agua, asumiendo que el desmayo se debía a un efecto post- shock del asalto.

Cuando regresó con el agua, este ya estaba sentado perfectamente, mirando con un gesto analítico todo a su alrededor, Kirk se sentó a su lado ofreciéndole el vaso de agua, que el pelinegro tomó mecánicamente.

— ¿Ya te encuentras mejor?— Cuestionó.

Spock había sentido un mareo y falta de fuerzas repentina, su mente intentando comprender la situación en la que se encontraba, causó que no fuera capaz de enfocarse en nada más, hasta que terminó asimilando el lugar donde estaba.

Cuando levantó la vista pudo ver sentado frente a él, a ese chico que le había salvado, sus ojos azules lo absorbieron un momento, Spock tenía pocos gustos superficiales, incluso el reloj que llevaba era para él, poco más que una muestra de su aprecio por las cosas eficientes, sin embargo, el azul, el color azul era su color favorito, y estaba seguro de que nunca había visto un azul tan intenso y perfecto como el de los ojos que lo miraban preocupados en esos momentos.

—Sí,  lo estoy, muchas gracias— Asintió antes de tomar un trago de agua.

—Fue una situación difícil — intentó decir el rubio comprensivo. — ¿Ya recuerdas cómo terminaste en ella?

—No del todo— Comenzó dubitativo—Salía de mi trabajo, estaba en el estacionamiento, cuando me golpearon en la cabeza— Dijo omitiendo lo de los ojos morados, ya que le parecía que había sido solo una visión causado por el momento.

— ¿Te asaltaron? ¿Quieres ir  a presentar una denuncia… o tal vez a un hospital?

—No, no… necesito llamar  a Nyota— Pronunció buscando su celular entre su ropa de  manera rápida, poniendo el número 1 de marcado rápido para hablar.

—“Hola, buenas noches, Nyota Uhara al habla”

—Nyota, me asaltaron y golpearon, necesito que…

—“Disculpa, ¿Quién habla?”

—Spock, tu jefe—Respondió extrañado.

—“Disculpe, pero llevo escuchando la voz de mi jefe desde hace más de diez años, incluso antes de que fuera mi  jefe… Así que creo que se distinguirla a la perfección”

— ¿Qué? Nyota— Fue muy tarde, le había colgado, intentó volver a marcar, pero la llamada sencillamente no entraba.

— ¿Problemas? ¿Puedo ayudarte en algo?— Le preguntó Kirk, alertado por el rostro de desconcierto en el otro, pues no parecía un gesto que hiciera a menudo.

— ¿Dónde estoy exactamente?— Preguntó volviendo a poner calma a su rostro.

—Chelsea, calle 11, número 1817, apartamento  15— Dijo rápidamente,  viendo cómo el otro comenzaba de nuevo con ese análisis del sitio.

— ¿Recuerdas dónde vives?

—En el ático de CitySpire

—CitySpire…. —Dio un pequeño silbido—… bueno, eso suena, acorde a ti— Dijo viéndole de pies a cabeza.

— ¿Acorde?

—Olvídalo.

—Hermano, ya hemos hablado de esto— Se escuchó una voz que provino de una puerta tras la pequeña  cocina, saliendo de ella, un hombre de cabello castaño, que lucía algo mayor que ellos, pero que tenía unos ojos azules muy parecidos a los del rubio. —Nada de citas en la casa entre semana— Dijo con voz cansada, que junto con su pijama, hacía evidente que se había despertado de la cama.

—No es una cita, Charles— Aclaró el menor, viendo a su hermano que sacaba una botella del refrigerador para darle un trago.

— ¿Entonces?

—Pues yo…

— ¿Sí?

Spock se limitaba a ver la interacción entre los hermanos, esperaba no causar conflictos, tenía que admitir que aquel hombre solo se había preocupado por él, y que los problemas que tuviera eran por prestarle ayuda.

—Estaban por asaltarlo y…

— ¿Trajiste a la casa a alguien que acabas de conocer en la calle? Puede ser un criminal— Le preguntó avanzando para ver al hombre del sillón de mejor manera.

—Él tiene razón, fue ciertamente imprudente— Asintió Spock, haciendo que ambos hermanos lo voltearan a ver, Jim con una mirada que le quería decir  “Yo soy el que te ayudo, ¿Sabes eso?”

—Ves, hasta él lo acepta— Señaló Charles, con la mano que tenía la botella de agua—  Aunque ciertamente no parece un vago.

—Tiene un Rolex, los vagos no tienen Rolex. — Respondió Kirk.

— ¿Quién eres?—Le interrogó.

—Mi nombre es Spock Grayson, soy presidente de Grayson Entriprise.

—Ok Jim, no recogiste un vago, si no un loco.

— ¿Disculpa?— Intentó comprender Spock.

—Tú no eres Spock Grayson, yo le conozco, y no eres tú.

—No recuerdo a verte visto alguna vez y te aseguro que soy yo. — Dijo determinante, a lo que el hombre se acercó a una de las mesillas al lado del sofá, dándole un par de revista. Él era profesor de economía en una Universidad, y por supuesto que conocía si no en persona, sí por investigaciones, a quien era uno de los hombres  más ricos del país.

Spock tomó las revistas, comenzando a mirarles con los ojos abiertos por la sorpresa, allí estaban portadas en las que él recordaba a ver aparecido- por presión de Nyota- pero no era él, había un sujeto de cabello negro intenso,  con profundos ojos verdes y rasgos muy estilizados. No solo las portadas, en las fotos interiores, donde se hablaba de su vida, había fotos de su niñez, con sus padres, pero ese niño tampoco era él. Empezó a pasar las páginas a prisa revisando todo con una profunda preocupación. ¿Qué demonios estaba pasando?

—Kirk, hablemos en la habitación— Dijo este al ver la reacción del pelinegro, tomando a su hermano menor por el cuello, para guiarlo hacía uno de los cuartos.

 

— ¿Sorprendido?

Spock levantó la vista, viendo a una hermosa mujer, con unas pequeñas orejas de gato y un provocativo vestido negro, cruzándose de piernas en el sofá enfrente de él, en el que antes había estado sentado el rubio, que por lo que había escuchado respondía al nombre de “Jim”.

—Alejandra— Pronunció sorprendido.

—Oh… ¿Me recuerdas?— Dijo la chica, exagerando su sorpresa.

—Siempre he tenido una memoria remarcable, diría casi fotográfica.

— ¿Enserio?—  Preguntó acomodándose  mejor, usando un tono algo sarcástico— Entonces la razón de que faltaras a la mayoría de nuestras citas era…

—Estoy seguro que te avise con antelación, la cancelación de cada una de ellas, haciéndote ver que lo más posible era que no asistiera pues…

—Tenía trabajo— Hizo una voz la chica cómo si quisiera arremedarlo— Lo sé, lo sé…

— ¿Qué haces aquí?— Le preguntó haciendo que la chica dibujara una pequeña sonrisa maléfica.

— ¿Esa es tu pregunta? No te gustaría saber mejor, lo que tú haces aquí — Dijo ladeando un poco la cabeza cual felino.

—Tú sabes lo que…

—…Está pasando, perdón si termino tus frases,  eres demasiado predecible. Pero sí, si lo sé, yo lo provoqué.

— ¿Qué?

—Soy una bruja, querido, en el sentido literal de la palabra.

— ¿Una bruja? Eso es…

—Ilógico, pero cierto— Volvió a completar— Te desaparecí del mapa, no naciste, no existes, alguien más tiene tú vida,  y pese a lo que  puedas creer, no tienes nada para demostrar lo contrario.

—Eso no puedes ser cierto.

—Oh, vaya que lo es, lo perdiste todo Spock, aunque no es que tuvieras mucho, sí claro, eras absurdamente millonario, y con una gran reputación en los negocios, pero… quitamos el trabajo. ¿Y qué es lo que nos queda? — Preguntó poniéndose de pie, para sentarse a su lado, acariciándole una mejilla— Eres atractivo, eso nadie lo puede negar, pero… no eres consciente de ello, ni te interesa serlo, no te interesan las personas, ni siquiera tú mismo a veces. — Repasó el labio inferior de este con su pulgar, mientras él le miraba con el ceño fruncido, sin entender de qué iba todo aquello— No te interesé yo.

— ¿De eso se trata esto? ¿De una venganza?—Dijo con calma, analizando la reacción de la mujer.

— ¿Venganza?— Exclamó esta, retirando su mano del cuerpo del otro. — No, no, no… esto es una ayuda, por lo que alguna vez tuvimos, quiero que aprendas a valorar lo importante Spock, a ti… a alguien más. Quiero convertirte en el hombre perfecto. Ya eres guapo, sexi, millonario, inteligente… ahora aprende a ser romántico, tierno… dulce. — Se puso de pie— Demuéstrame que puedes hacer a alguien feliz, que alguien te puede importar de verdad y te devolveré tu vida— Dijo avanzando hacia la ventana, para abrirla y sentarse en la cornisa— Y antes de que intentes cualquier otra cosa, recuerda que soy la única que pueda ayudarte. Dime, ¿Quién te creería?— Sonrío maliciosa. — Tú mismo estas dudando ahora, pero sabes que es la verdad. Tienes tres semanas Spock, y tú primera prueba es averiguar por qué tres semanas—Le dijo antes de saltar por la ventana, justo en el momento en que Kirk entraba, abriendo enormemente los ojos a ver a aquella extraña mujer saliendo por la ventana de lo que era el maldito noveno piso.

— ¡Demonios! — Exclamó corriendo hasta ella, para asomarse, esperando ver un cadáver en el callejón de al lado, pero nada, solo un gato negro que salto entre los botes de basura antes de salir del callejón. — Muy bien, enserio, ¿Quién rayos eres?— Preguntó James girándose a ver a un Spock que ya ni siquiera se sentía capaz de responder a aquella simple pregunta. —Supongo que es una larga historia, ¿No? — Se sentó a su lado— Para tu suerte amo las largas historias…

Spock no comprendía por qué aquel hombre mostraba tanto interés en ayudarle, porqué no simplemente le dejaba por su cuenta, eran un par de extraños que se conocieron en situaciones bastante caóticas, y entendía que por su actitud y palabras pasará por demente, pero al parecer eso no le importaba al rubio, quien le dedico una pequeña sonrisa que parecía comprensiva, para al parecer animarlo a hablar.

Jim no sabía qué rayos estaba haciendo, bueno siendo sinceros, pocas veces sabía lo que hacía hasta que ya se encontraba en plena acción, pero en su mayoría esas eran ocasiones donde no había mucho tiempo de pensar y actuaba con impulsividad, pero ahora, ahora estaba en su casa, con la suficiente mente fría para analizar las cosas- algo que tampoco hacía muy a menudo- y esta ocasión tampoco. Quizá fuera el gesto preocupado del otro, su pose recta, fría, pero que en aquel momento parecía decaída, Jim estaba seguro que ese hombre sintiéndose en control, era sencillamente impresionante, sus gestos, su boca, y ni hablar de sus cejas, no las había podido dejar de ver desde que le puso el casco, el cual dejaba solo descubierta la parte de los ojos, quería delinearlas con su pulgar antes de…. —Concéntrate Jim— Se dijo a sí mismo, causando que el mayor enarcara una ceja en un gesto que le pareció más que atractivo. —Yo solo… olvídalo, ¿Me vas a contar de que va todo esto? Creo que es lo mínimo que me debes.

—No  creo que me creas… Es algo ciertamente… fascinante— Dijo sin encontrar la palabra correcta, y es que aunque era una mala situación, su mente no dejaba de sentirse sorprendida por algo tan impresionante como aquel suceso— pero totalmente ilógico y muy poco creíble.

—Bueno, acabo de ver a una mujer básicamente desaparecer por la ventana de un noveno piso, eso podría darle credibilidad a tu relato.

Spock soltó un pequeño suspiró, pero pensando que necesitaba al menos una persona que le creyera, decidió a contárselo. A él, a un extraño, tonto y amable que le había llevado a su casa, eso era cierto, tonto,  y es que solo alguien tan despreocupado por su propio bienestar, se portaba de esa manera tan relajada en una situación tan extraña. De otra manera, si intentaba localizar a Nyota o a alguna gente de confianza, estaba seguro que si no lo enviaban a la cárcel por tan absurdo relato, lo harían al manicomio.

—Bien, tienes razón, supongo que lo menos que debó es una explicación— Aceptó, para posteriormente comenzar a relatar los sucesos de aquella noche, y la particular platica con la mujer misteriosa, le explicó quien era esta y cómo había tenido una relación con ella. Al finalizar, esperaba algún cometario de incredulidad o que le tildará de lunático, pero eso no paso.

—Wow… Una mujer despechada, sí que es peligrosa— Comentó Jim— Pero entonces ella te dijo que tenías que demostrarle, ¿Qué exactamente?

—Algo sobre amor, no sé exactamente, dijo que quería convertirme en el hombre perfecto, romántico, tierno, dulce— Citó las palabras de la chica— Incluso me puso una prueba.

— ¿Una prueba?—Indagó Kirk. 

—Dijo que tenía tres semanas para demostrarle que puedo cambiar, que averiguara porqué tres semanas. Pero no entiendo porqué tres semanas.

— ¿Dentro de tres semanas exactas al día de hoy?— Preguntó James ganándose un asentimiento de cabeza. —Bueno, eso tiene  lógica.

— ¿Enserio? Porqué yo no encuentro ninguna conexión con mi vida y dudo que tú lo hayas hecho.

—Es día de San Valentín, el día de los enamorados— Dijo Kirk sin inmutarse por el menosprecio a su intelecto.

—Oh, tienes razón, al parecer mucha gente le da importancia a esa fecha— Dijo cómo si acabará de descubrir ese concepto.

—Sí bueno, mucha gente lo hace— Asintió Jim— Y dado que lo que te puso es una prueba de amor, el día de los enamorados es la perfecta fecha para que termine, ¿No?

—Sí, supongo que lo es, pero aún no entiendo cómo puedo demostrarle las cosas que me pide.

—Eso es sencillo, te dijo que quería que fueras romántico, tierno, hablaba de una relación amorosa, Spock— Dijo ya usando con confianza el nombre de este. — Es solo cuestión de que consigas una chica. Eres… atractivo— Dijo intentando sonar normal, halagaba a hombres seguido, ambos sexos caían ante los cumplidos, sin embargo, no entendía por qué tenía que aguantar el sonrojo de sus mejillas al decírselo a ese hombre, quizás fuera porqué este desprendía un aire demasiado formal. —Apuesto a que las mujeres se fijan constantemente en ti.

—Sí, a decir verdad lo hacen— Pronunció quedándose pensando un momento— pero sinceramente que más que mi físico, siento que es el conjunto de elementos cómo mi estabilidad económica, mi pasado sin relaciones propiamente conflictivas— Kirk se le quedó mirando con un pequeño gesto de obviedad— a excepción de esta, claro está.

—Bien, bien, rico, guapo y con buenas referencias, entiendo el punto— Pronunció el rubio—Creo que tendremos que pensar en un buen plan para ayudarte, a las mejores chicas no les interesa el dinero, pero claro necesitaremos cambiar ese gesto frío, y el habla de robot, pero seguro cuando busquemos….

— ¿Por qué pluralizas las palabras?—   Preguntó interrumpiéndole.

— ¿Pluralizo?

—Tenemos, necesitaremos, busquemos, hablas en plural— Explicó— Apenas me conoces, lo  que te conté es una locura, estas adjudicándote un problema que no es tuyo. ¿Por qué?— Le preguntó visiblemente interesado.

Jim, meditó esa cuestión, que era básicamente la misma en la que había pensado antes, ¿Por qué le ayudaba?  ¿Por qué se interesaba tanto en él? Vamos, que era fácil que el ayudara a la gente, “Complejo de Héroe” era el término que más usaban sus allegados, sin embargo y aunque siempre terminaba muy involucrado en asuntos que no le incumbían realmente,  la situación en la que se encontraba ahora, era prácticamente un exceso.  Su hermano se lo había dicho, pero cuando se disponía a volver a la habitación, para decirle a ese más que apuesto hombre – a su parecer-,  que se podía quedar por esa noche, pero que mañana le llevaría a algún hospital o a alguna estación de policía para que pudieran ayudarle.

Lo que se topó y luego la historia del otro capturó toda su atención, y si bien a él ya le llamaba la atención investigar más acerca del hombre al que había rescatado, el asunto sobrenatural terminó por hacer que de forma determinante se decidiera a entrometerse en ello.

—Nunca rechazó una aventura, y esta parece divertida— Dio una de las tantas razones que tenían en su mente, dejando de lado claro la que decía “Aparte eres más que sexi, y quiero saber más de ti”— Pero creo que es algo que debemos pensar después de descansar, no es que sea fanático de esa idea, pero… es tarde y…

—Claro, lo entiendo, el descanso es fundamental.

—Entonces, ya que supongo no puedes volver a tu penhouse, puedes dormir aquí— Dijo al ponerse de pie, a lo que el otro lo hizo inmediatamente.

—Muchas gracias. Me parece que te arriesgas demasiado al dejar dormir a un extraño así en tu casa, y aunque es por causa de la imprudencia, lo aprecio realmente. — Kirk le dedicó una mirada cómo si no entendiera lo que decía.  ¿De verdad eso era un agradecimiento?

—Sí, como sea no es nada. — Dijo haciendo un vagó encogimiento de hombros. — Se supone que este lugar tenía dos habitaciones extras, pero una es francamente un desastre, y la otra es el estudio de mi hermano. Así que… Puedes dormir en mi habitación.

— ¿Y donde dormirías tú?

—Aquí, en el sofá, mi hermano siempre dice que tengo cuerpo de vago, puedo quedarme dormido cómodamente donde sea.

— ¿Estás seguro? — Inquirió Spock.

—Sí, claro… ven, déjame mostrarme— Invitó empezando a caminar hacia el pasillo que llevaba a las habitaciones, abriendo una puerta blanca, y encendiendo la luz, dejando ver una habitación que parecía más de un adolescente que de una persona adulta.

Había una cama enorme en el centro de a habitación, una TV de pantalla plana con varios consolas de videojuegos conectadas a ellos, algo de ropa tirada, un escritorio con una moderna PC portátil.

Kirk buscó algo en su ropa que le pudiera prestar al otro para dormir, y después de darle las buenas noches,  se dirigió a la habitación de la que había hablado, la que estaba hecha un desastre, sacó de allí una cobija y un par de almohadas, pensado de nuevo que su hermano y él tenían que limpiar eso en algún momento de sus vidas, aunque estaba seguro que no sería pronto.

Spock se quedó dormido, y aunque el momento de hacerlo pensó que sería atormentado con pesadillas, con Alejandra, y esos ojos violetas, lo único que soñó fue escenarios pacíficos, playas, lugares cálidos, con cielos despejados, unos ojos azules brillantes, acompañados de una sonrisa que le hacía sonreír también.

Kirk durmió igual,  cómo piedra en el sofá, quedándose pensando en cuando fue la última vez que un hombre tan atractivo estuvo en su cama solo para dormir.  Soñando con despeinar un cabello negro perfecto, y ordenado, desarreglando un traje de ejecutivo, y una ceja enarcándose mientras él decía cosas sucias al oído del portador de tan hipnotizantes gestos. Sería… “un duro despertar”

Notas finales:

Gracias por leer, ya saben, comentarios, critícas, todo es bien recibido!! ñ__ñ


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