Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La leyenda del Hada y el Mago por YaoiWriter

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Aqui otra actualización del fanfic, gracias por ser tan pacientes conmigo. No se cuantos capitulos tendrá, pero les prometo actualizar lo más rápido posible. Desde ya disfruten la lectura.

  El sol comenzaba a ocultarse en el horizonte otorgando un hermoso atardecer. Una vista tan esplendida que merecía ser presenciada. Pero en esos momentos Alfons no tenía deseos de disfrutar tal maravilla, la preocupación que sentía por la desaparición de su hermano no se lo permitía y con cada hora que pasaba ésta aumentaba en gran medida.

  Estaba furioso con su hermano por tenerlo así de angustiado por él. “¡Edward idiota!” lo reprendió mentalmente.

  -Ni hablar... –dijo finalmente mientras se dirigía hasta una cómoda en su habitación –Tendré que salir a buscarlo.

  Cogió un bolso y comenzó a llenarlo de varias cosas, entre ellas provisiones y y una que otra arma por si acaso. Nunca se sabe cuándo se puede necesitar, más aún si se aventuraría al bosque encantado uno de los lugares más peligrosos que podía existir. Tenía que estar preparado.

  Alfons estaba listo para partir. Debía darse prisa antes de que cayera la noche.

  -Cuando lo encuentre le daré una buena tunda –dijo mientras se acomodaba el bolso. Comenzó a agitar sus alas doradas (las de Edward eran de color purpura) y se elevó en el aire. Al avanzar un metro escuchó una familiar voz femenina que lo detuvo. Se trataba de su amiga y enamorada secreta Winrry, quien llegaba del otro extremo del patio y traía consigo un canasto con frutas que había estado recogiendo.

  -Alfons a dónde vas?- preguntó preocupada al ver al rubio preparado para salir –Sabes que no debemos salir de la Aldea...

  Alfons no sabía si decirle o no lo de Edward. Claro que sabía que todas las hadas tenían prohibido salir de la Aldea, pero estaba casi seguro que Edward lo había hecho y él tenía que ir a buscarlo.

  Intentó desviar el tema a otro lado.

  -Ah! Has traído frutas –dijo forzando una sonrisa –Ya se habían acabado.

  Winrry frunció el entrecejo y se apartó ligeramente de Alfons quien había avanzado hacia ella.

  -No me cambies el tema- le dijo con un ligero tono de enfado –Dime qué está pasando... A donde piensas ir –reclamó. Alfons se puso todavía más nervioso. Vio la determinación en los ojos de la chica que le retaba a cada segundo. Finalmente suspiró derrotado y bajó un poco la mirada.

  -Iré al bosque encantado- dijo al fin. Winrry abrió los ojos grandemente en sorpresa y de su boca salió un quejido de terror.

  -¡Alfons no!... – la chica dijo aterrada mientras lo tomaba del brazo –Que piensas hacer allí... es un lugar muy peligroso.

  -Precisamente por eso debo ir..

  Winrry lo miró confundida.

  -De que hablas Al?

  Alfons suspiró

  -Edward desapareció y no aparece por ningún lado. Lo más probable es que haya ido allí.

  -¿Edward desapareció? Pero no había ido esta mañana a trabajar en las minas con los demás?

  -El sinvergüenza se escabulló y escapó de sus quehaceres de nuevo. Lo hace casi siempre, pero hoy lo he buscado por todos lados y no logro encontrarlo. No tengo más remedio que ir al bosque, es el único lugar que me falta revisar.

  Winrry se quedó pensativa por un momento. Finalmente habló.

  -¡Iré contigo!

  Alfons se sobresaltó al oírla. Se adelantó a sus acciones y la tomó de los hombros para hablarle.

  -No Winrry! Tu misma lo dijiste, es un lugar peligroso. ¡Iré yo sólo!

  -Pero Alfons...- replicó ella.

  -Lo siento Winrry, debes quedarte aquí.

  La chica bajó la mirada resignada. No podía seguir insistiendo, Alfons no la llevaría con él. Suspiró resignada.

  -Está bien... Iré a ver al jefe de la aldea entonces, tiene que saber lo que está pasando..

  -No! ¡No hagas eso! – dijo Alfons sobresaltado –Si le dices al jefe se enfadará mucho con Ed, y conmigo también por no informarle antes.

  Winrry lo pensó por un momento.

  -Está bien –dijo entonces – No diré nada, pero ten cuidado por favor. El bosque encantado es muy peligroso.

  -Lo haré, gracias Winrry.

  Alfons tomó su pequeño bolso y levantó vuelo, luego se marchó. Winrry se quedó allí con ese sentimiento de preocupación hacía sus amigos.

  -Regresen con bien –susurró al viento.

 

***                                                    **                                                        ***

 

  El viento frío de la noche comenzaba a sentirse. El sol estaba ya muy detrás de las montañas y su luz se había opacado. En el firmamento podían notarse las primeras estrellas regalando su brillo.

  Los árboles mecían sus hojas al compás del viento. Los pequeños animalitos comenzaban a refugiarse en sus madrigueras preparándose para la fría noche que se avecinaba.

  Roy caminaba lenta y tranquilamente siguiendo al chico rubio que iba volando por delante de él también lentamente. “Seguro que aún seguía débil” pensó Roy. Lo vio tambalearse en el aire y se apresuró a alcanzarlo. Edward había descendido y estaba apoyado contra un árbol. Roy llegó hasta él segundos después.

  -Estas bien? –preguntó algo preocupado al llegar hasta él.

  -Sí, no es nada –Edward forzó una sonrisa e intentó e intentó no mostrarse agitado ante el mago, a pesar de que lo estaba. Soltó su mano del árbol e intentó avanzar un paso, pero no lo logró ya que perdió el equilibrio al sentir el agudo dolor provenir de su pierna herida. “¡Rayos, lo había olvidado!” se reprendió mentalmente. Mantuvo cerrado fuertemente sus ojos esperando estrellarse en el suelo tras la caída, pero ésta nunca llegó. Pudo sentir como unos brazos lo sostenían gentilmente, entonces lentamente comenzó a abrir los ojos topándose con la profunda mirada del mago sobre él. Se sonrojó imperceptiblemente. Roy vio el sonrojo en su rostro y se preocupó, entonces puso su mano sobre su frente.

  - Estás muy colorado, ¿no tendrás fiebre? –dijo. Pero Edward no tenía fiebre realmente sino que fue una reacción al tener al mago tan cerca. Se sintió nervioso y rápidamente quitó la mano del mago de su frente desviando la mirada.

  - No, no es nada –dijo. Su flequillo rubio cubría parte de su rostro y no se notaba el sonrojo en sus mejillas. Roy sólo se limitó a verlo con una media sonrisa en sus labios, pero esa sonrisa desapareció de repente y su rostro se tornó alerta. Comenzó a observar cautelosamente a su alrededor. Edward seguía sentado con la cabeza gacha, de pronto sintió que el mago lo tomaba en brazos y se sobresaltó.

  -¡Oye que haces! –dijo en protesta. Roy lo calló de inmediato.

  -Silencio! –le dijo –No estamos solos...

  Edward sintió algo de temor y se aferró a él.

  -A.. a que te refieres..

  Roy no le respondió sino que comenzó a caminar lentamente sin dejar de ver a su alrededor. Edward estaba algo incómodo en brazos del mago, pero si había criaturas acechándolos mejor no quejarse. Roy siguió caminando muy alerta hasta que detuvo el paso de repente.

  Tanto Edward como Roy pudieron ver esas horribles bestias rodeándoles. Edward se aferró más al cuello del mago.

  Eran como seis ogros rodeándolos en comparación a la otra vez que sólo eran tres.

  -Miren lo que tenemos aquí- dijo uno de ellos sonriendo –El enano volador regresó a nosotros. Que deliciosa suerte- El ogro se relamió sonriendo sin dejar de ver a Edward.

  -¡Mira! ¡El que lo tiene en brazos es el mago flameante! –dijo otro señalándoles.

  -Tranquilo, no podrá con los seis.

  Las bestias comenzaron a acercarse lentamente acorralándolos. Roy seguía inmóvil en el centro con la mirada encendida en furia. Un aura púrpura comenzó a rodearlo y pequeños destellos de luz chispeaban de su cuerpo.

  -¡Sólo lo diré una vez! –dijo con voz firme -¡Apártense de mi camino si no quieren morir aquí mismo!

  -Pero que dices... –ironizó una de las bestias – ¡Tu no nos dirás que hacer!

  Dicho esto se abalanzó a Roy en un repentino ataque. Hábilmente éste lo esquivó con Edward aún en brazos. Las demás bestias hicieron lo mismo y comenzaron su ataque abalanzándose todos al mismo tiempo sobre Roy, pero que sorpresa cuando notaron que no estaba. Había desaparecido.

  -¡Aquí estoy!

  La voz de Roy se alcanzó a escuchar a lo lejos. Entonces lo vieron parado en la copa de un árbol, pero estaba sólo. ¡Donde estaba el hada!

  En el rostro del mago se dibujó una sonrisa satisfactoria. El aura púrpura seguía rodeándole y las chispas de luz no dejaban de salir de su cuerpo. Levantó la mano hasta el pecho con la palma hacía arriba preparando un ataque. Una pequeña bola de energía comenzó a formarse en su mano, pero fue desapareciendo lentamente al igual que la sonrisa que segundos antes adornaba su rostro al ver lo que uno de esos ogros tenía entre sus manos. Su mirada se tornó asesina y sus ojos se encendieron en furia.

  -¡Suéltalo ahora mismo maldita bestia! –dijo furioso apretando los puños con fuerza.

  El ogro tenía a Edward en sus manos como una pequeña muñeca. El chico se retorcía intentando zafarse del agarre y sus ojos comenzaron a humedecerse al notal lo inútil de su esfuerzo. Estaba aterrorizado. Por un momento sus ojos se posaron en los de Roy y las lágrimas acumuladas comenzaron a caer silenciosamente. Era como si le pidiera ayuda con la mirada.

  El corazón de Roy se encogió al verlo en ese estado tan vulnerable y su furia aumentó considerablemente. El ogro sólo sonreía victorioso.

  -Ahora harás lo que digamos, si no quieres que esta pequeña belleza –acercó su rostro grotesco al de Edward -...termine como nuestra cena.

  Edward gimió cerrando fuertemente los ojos. Sentía un asco terrible. Abrió los ojos nuevamente encontrándose con los de Roy los cuales habían cambiado de negros a un rojo brillante.

  Los otros cinco ogros vieron la victoria en sus manos y mucho más confiados se abalanzaron en un ataque múltiple a Roy. Éste estaba inmóvil en su lugar, rígido y a su alrededor el aura púrpura comenzó a tomar un tono entre rojo y naranja, parecía como que en cualquier momento estallaría en llamas. Las bestias se abalanzaron sobre él todas juntas acorralándolo. Por un momento pensaron que al fin lo habían vencido, pero de repente una intensa luz iluminó el lugar sumido en tinieblas. Roy se había encendido en llamas ya que todo su cuerpo estaba rodeado por llamas. El gran Mago Flameante se había manifestado.

  Las bestias salieron disparadas en el aire estrellándose contra arbustos y troncos. Se pusieron en pie adoloridos con sus rostros lleno de terror, luego salieron corriendo despavoridos de allí.

  Roy comenzó a caminar lentamente en dirección al ogro que tenía a Edward, éste retrocedió imperceptiblemente con miedo en su rostro. Al verse acorralado y sin posibilidades de vencer al mago, suelta a Edward y sale corriendo intentado escapar de allí, pero Roy no permitirá que esa bestia escape de sus manos así tan fácilmente sin recibir ningún castigo. Con una increíble velocidad alcanzó a la bestia cortándoles el paso, éste cayó sentado y por demás aterrorizado. Roy levantó la mano con la intención de atacarlo con una esfera de energía, pero no pudo hacerlo al escuchar la vos de Edward detenerle.

  -¡No lo... hagas! –aún seguía débil y su voz se oía entrecortada, pero Roy pudo oírle claramente.

  -¡Porqué! –Preguntó el mayor molesto -¡Estas bestias querían matarte!

  -Por favor... –suplicó el chico viéndole fijamente con sus ojos entrecerrados –no vale... la pena ensuciarse... –gimió  de pronto al intentar incorporarse y sentir el agudo dolor de su pierna herida. Roy reaccionó y se preocupó al verle así. Dirigió su mirada a la bestia frente a él fulminándole con una mirada asesina.

  -¡Lárgate! –le dijo con voz firme y furiosa. La bestia no se hizo esperar y se levantó rápidamente para correr como alma que lleva el diablo. Luego de que la bestia se fuera, Roy rápidamente fue con Edward quien intentaba mantenerse en pie trabajosamente. Cuando llegó junto a él lo ayudó a sostenerse.

  -¿Estás bien?

  Edward le miró y le sonrió con gentileza como respuesta. Roy se ruborizó levemente, pero ocultó su rostro para que el chico no le vea.

  -Vamos... –le dijo mientras le cargaba en brazos nuevamente

Notas finales:

Dejen sus reviews por favor, así se si les gusta n.n


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).