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La vida de Daniel Phantom por AngleBits

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Notas del capitulo:

XD agradeceria un review de los lectores solo por esta vez, quiero saber cuantas personas siguen este fic y tambien que no les gusta o que si intento mejorar, se los agradeceria mucho 

Me desplome sobre la cama y permanecí en silencio en la oscuridad, cansado, abatido y completamente desorientado. ¿Cómo es que mis padres estaban bien? No lo sabía, aun que estaba agradecido con eso, ¿Cómo es que las personas de la ciudad estaban completamente a salvo?, ¿Por qué no había rastros de la destrucción?, Mire en la dirección de la puerta, hay estaba intacta como si nunca la hubiesen derribado, seguro era obra de esos militares.

Gire quedando boca abajo con la cara en la almohada. Una noche enterrada en el olvido, tan solo recordada por Dash y por mí. Dash, aun no soporto la idea de haberlo puesto en semejante peligro, la armas permanecían en la maleta y esta descansaba al costado de la cama, ¿Qué estaba pensando al darle armas?, que no podía defenderlo, si eso era, no podía cuidarlo y no podía cuidar de mí, esa noche salimos de cada situación, un golpe de suerte tras otro, pero algún día esa suerte terminara y alguien morirá por mi debilidad. Quería gritar y sacar todo aquello que se agolpo en mi pecho, quería vomitarlo, pero sería  el permanente recordatorio de mi debilidad.

-Daniel- Una voz susurro por lo bajo, en la oscuridad una segunda silueta permaneció inmóvil, esperando repuesta

-Marshall- La voz quebrada de Daniel apenas pudo pronunciar su nombre en forma coherente-¿Quién eres?, ¿Por qué no te puedo sacar de mi mente?, ¿Por qué, porque te amo tanto?, ¿Quién eres tú y por qué me haces esto?- Daniel separo la cabeza de su pequeño refugio, un rostro torturado, surcado en lágrimas, un rostro que pedía clemencia y un fin al dolor, Marshall no lo resistió su inmutable semblante mostro un destello de aflicción el cual Daniel fue incapaz de divisar, no solo por la oscuridad sino también por las lágrimas que inundaban sus ojos enrojecidos. Lo tomo con sus grandes manos e implanto un beso en sus labios temblorosos, los gemidos de Daniel no tenían fin, un dolor se lo comía desde dentro. Marshall se quitó su camisa y la arrojó al suelo y tomo a Daniel con firmeza, estrechándolo dejando el mas mínimo espacio entre ambos, llenando su frente de besos, Daniel ahogaba su llanto o podría ser escuchado por sus padres, pero las sacudidas de su cuerpo se volvieron frenéticas, Esta vez la lengua del peliblanco invadió la boca de Daniel, recibo un par de mordidas en su lengua por los espasmos del chico pero no le importo el dolor que Daniel sufría era mayor, Daniel ya no podía detenerlo, el llanto se apodero de él, sus gritos inundaron la habitación, Marshall lo estrecho con más fuerza, los alaridos de Daniel lo mataban, pero lo que más le dolía era que él se los habida provocado. Marshall no se atrevía a pedir perdón, sabía que no lo merecía, Daniel continuo así por un largo tiempo hundiéndose y arrastrando a Marshall con él.

-Daniel- dijo Marshall con la esperanza de que él lo pudiera escuchar- Nunca olvides esto, no importa lo que pase, lo que escuches, lo que veas, o lo que yo diga, tengo una fuerte razón para causarte todo este dolor y seguro lo comprenderás, no espero tu perdón, pero te aseguro que entenderás cada cosa que tuve que hacer y seguro después, si aún lo deseas podremos estar juntos-

Los lamentos del chico fantasma acaban con cada fibra de Marshall, en cual sus ojos rojos se humedecían. Dos interminables horas pasaron, Daniel callo víctima del cansancio, continuo llorando hasta quedar dormido. Por obra de Marshall la habitación de Daniel fue confinada a un espacio cerrado por lo cual sus padres nunca escucharon ni uno solo de sus lamentos. En la oscuridad, el agobiado mitad fantasma se había quedado dormido en el fuerte pecho del causante de sus penas. Marshall miraba el techo, destrozado por completo, por la comisuras de sus ojos descendían lágrimas de inmenso dolor, a pesar de no mostrar ningún gesto sus mirada perdida era suficiente para saber que estaba devastado, pero una cosa era segura jamás le pediría perdón a Daniel, no lo merecía, era algo ya inalcanzable, siquiera algo que pudiese pensar en una idea lejana. Marshall quería quedarse en ese abrazo por siempre, pero no podía, su vida, desde pequeño, era un torrente de miseria y eso continuaría siendo, un torrente donde él lo deseara o no Daniel siempre seria arrastrado.

Recostándolo sobre su cama y arropándolo, Marshall se dispuso a marcharse.

-Aún queda un largo camino- dijo por lo bajo y salió volando por la venta con el torso desnudo, el latigazo del rio lo azoto, pero no se compraba con el dolor con el que cargaba.

El estridente sonido de una canción despertó a Daniel de golpe, sus ojos estaban rojizos, con unas ojeras negras que demostraban su enorme cansancio. Escuchando el sonido que lo había espabilado, se arrastró por la cama intentando encontrar su celular, con el cuerpo pesado y adolorido se movió con  lentitud al borde de la cama donde giro para caer de espalda al suelo, hay estaba debajo de su cama brillando y vibrando si control su móvil. Lo tomo y observo la pantalla, el nombre de Tucker aparecía en ella, no estaba en condiciones de encarar a Sam y a Tucker, tan solo lo dejo sonar hasta que termino sorprendido por el número de llamadas y mensajes que mostro el aparato, 500 llamadas perdidas y 200 mensajes de texto sin responder, con la poca fuerza de la cual disponía arrojo el aparato lejos de la vista.

Esto es una molestia, pensé. Me sentía tan mal, cansado, adolorido, mi garganta me dolía demasiado. No quería hablar con nadie, no hoy, me tomaría el día para mí, hoy no pensaría en Dash, Marshall ni en nada más. Tome un poco de ropa, una camisa verde limón con el estampado del sonriente gato de Alicia en el país de las maravillas, no recuerdo de donde obtuve esta camisa pero no importaba, lo demás de mi vestimenta fue al azar, no quería perder tiempo si mi padres me encontraban sería demasiado pesado para soportarlo y más por el hecho de que mañana cumplía años. Mi ducha fue rápida, me vestí y tome una boina y una mochila y algo de dinero, no quería perder tiempo en nada más, no había necesidad de usar la puerta y arriesgarme a encontrarlos. Me volví intangible e invisible y Salí disparado a toda velocidad, subí tan arriba como pude, hasta llegar por encima da las pocas nubes que circundaban el cielo, el frio era refrescante. La ciudad se veía increíblemente pequeña, a esta altura no me tenía que preocupar de ser visto, así que me volví visible nuevamente. ¿A dónde iría hoy? Acaso eso importaba podía moverme con libertad, podía ir a donde yo deseara, y adonde yo quería ir era un lugar donde nadie me conociera, donde nadie supiera de Daniel Fenton y mucho menos de Dany Phanton. Mire mi reloj de mano que marcaba las 7 de la noche si usaba mi máxima velocidad podría llegar a un lugar lejano y tener el tiempo para disfrutar todo un día sin preocupaciones. Sin más Salí disparado como relámpago, normalmente no llegaba a esta velocidad, aun no lo controlaba del todo bien, pero estaba sobre el cielo no había muchas posibilidades de estrellarme con algo. Mire debajo la ciudad de Amity Parck se borró por una mancha verde del bosque que quedaba saliendo de la ciudad, pronto nuevamente todo se pintó de gris había llegado a la siguiente ciudad en menos que quedaba a 4 horas de distancia, lo conseguí en menos de 20 segundos, pero yo quería ir más lejos que nunca por lo que continúe. Una mancha azul apareció, era el mar. Paso el tiempo  y una figura aprecio a lo lejos, algo no andaba bien el sol había salido pero mi reloj seguía marcando que aun debería ser de noche,  me pregunto qué tan lejos abre llegado, disminuí me velocidad poco a poco hasta alcanzar un ritmo lento y normal, no podía creerlo me encontraba en lugar muy remoto, lejos de mi hogar,  la idea me emocionaba, me volví invisible y descendí, fui sobrepasado por una majestuosa ciudad, lo edificios tocaban los cielos, ruidos de automóviles, incluso el olor era tan diferente, se respiraba la emoción en el aire, no podía esperar y no desperdiciaría mi tiempo, volé cruzando el último tramo de mar solo para darme cuenta de que me encontraba en la cuidad de Japón, lo cual note por el aspecto de las personas y las letras de anuncios y tiendas. Ya no podía esperar más, me cole aun callejón y me asegure de que nadie me veía y me volví visible, mi corazón se aceleró, una muros altos hechos con piedras apiladas  y postes de alumbrado guiaban el camino de asfalto, di mi primer paso en un el lugar más remoto y alejado de donde viva, una amplia sonrisa se apodero de mi rostro, no lo pude evitar y comencé a andar, los arboles crecían por encima de los muros, pronto las primeras personas aparecieron, hablando un idioma que tan solo había escuchado en televisión, el ensordecedor sonido de las cigarras que cantaban, cuando por fin conseguí salir del laberinto de muros una hermosa ciudad se presentó ante mi inundada por personas, seguí mi camino, había un problema pero me era insignificante, no contaba con el dinero de estos lugares, pero ya me las arreglaría. Las tiendas estaban surtidas con juegos que apenas eran anunciados en mi país, no solo eso aparatos que jamás había visto, pequeños robots con formas de animales que parecían ser reproductores de música. Esta ciudad era genial.

Seguí de frente  caminado bajo la sombra de los arboles al lado de los edificios, las personas cruzaban junto a mi disfrutando su día común, mi sentido fantasma se activó y el aire helado escapo de mi boca, por surte nadie lo noto, busque la causa y hay estaban esas luces volando por todos lados, era un espectáculo impresionante.

Llegue a un parque cubierto, hasta donde mi vista alcanzaba, de árboles con botones de colores rosas. Sin pensar comencé a trotar, escuche un ligero sonido de algo golpear el suelo pero no le di importancia, había divisado un lago artificial, con bancas a su alrededor, pero no pude detenerme sin pensar había empezado a correr, cruce el pequeño bosque y Salí a otra parte de la ciudad, nuevamente me interne en los callejones, no lograba contenerme. Dejaba a las personas atrás un tras otra, las casa aparecieron pero yo continúe sin aminorar la marcha, deje los hogares atrás para llegar a una parte donde la tierra se elevaba, subí por unas escaleras blancas de concreto, un pequeño rio cruzaba por ese lugar, del otro lado el terreno se elevaba y del otro lado nuevamente las casa aprecian nuevamente.

-Hey- una voz llamo a Daniel- Espera-

-¿Qué es esto?- se preguntó el chico fantasma sin dejar la sonrisa. Giro para ver quien gritaba- Alguien me llama y lo puedo entender-

Corriendo por la calle, entre las casas un joven de cabello corto color negro, se aproximó hasta subir a la posición de Daniel, el extraño superaba el tamaño del mitad fantasma, así como su volumen corporal, Daniel lo miro de pies a cabeza, era atlético, sus ojos eran de un hermoso color verde esmeralda, una piel blanca y rasgos fuertes como su mentón, una ligera capa de barba crecía en su cara aun que le sentaba de maravilla. Portaba una playera ajustada que trazaba perfectamente su increíble musculatura y unos shorts deportivos que dejaban ver unas piernas dignas de cualquier maratonista.

-Que increíble condición fisca tienes y no pareces estar cansado en lo más mínimo, me ha costado un poco de trabajo alcanzarte- El joven sonreía y su voz era la cereza que adornaba el pastel- Bueno creo que he hablado demasiado, debes estar confundido que un extraño corriera tras de ti o quizás estés acostumbrado viéndote de cera eres muy apuesto.  Aquí tienes- El extraño entrego la cartera de Daniel, este la tomo confundido-

-¿Cuando fue que se me callo?- se preguntó Dany

-Cuando te diste a la fuga cayo de tus pantalones, aunque fue una suerte- dijo el joven sonriendo con una comisura de su boca

-¿Una suerte?- repitió Daniel confuso

-Sí, me acabo de ahorra machismo trabajo en tratar de acercarme a ti-

-¿Acercarte?- Dany seguía sin entender, el joven soltó una ligera risa

-Eres algo lento, pero eso me gusta- El pelinegro se aproximó a la orilla del terreno- Que tal si vamos a desayunar algo, yo invito, ¿Qué te parece Daniel? Después de todo hoy cumples años-

-¿Desayunar? ¿Y cómo es que sabes mi nombre y lo de mi cumpleaños?- Pregunto Daniel << Pero si mi cumpleaños es mañana, mierda es un día más que en Amity Parck, no tenía contemplado eso>> pensó Dany

-Lo siento en verdad- se disculpó el joven- Mientras corría tras de ti no pude evitar ver ciertas credenciales de tu cartera, sé que estuvo mal y me disculpo, pero no lo pude evitar-

Daniel lo miro perplejo, pero él no había volado lejos de casa para pasarla mal así que aprovecharía la situación y ciertamente tenía un poco de hambre

-¿Cuál es tu nombre?- pregunto Daniel- tu sabes el mío y no es justo así que dime el tuyo-

-No esperaba esa reacción, muchos en tu posición me hubiesen demandado por acoso-

-Dudo mucho que con ese rostro alguien te demandara por tal cosa, casi puedo asegurar que la reacción sería totalmente opuesta-

SI había algo que en lo que Daniel era un inútil era coqueteando, pero aquellas palabras que salieron de su boca, sin pensar le dieron luz verde al extraño

Con una gran sonrisa en cara el sujeto le dijo su nombre

- Remy Nig-

 -Muy bien Remy aceptare tu invitación-

Remy coloco su brazo detrás del cuello de Danny- muy bien no perdamos tiempo-

-En eso tienes razón- las palabras de Daniel nuevamente salieron sin pensar

-¿Qué quieres decir con eso?-

-Veras solo vengo de visita hoy por la noche volveré a mi casa- <<Que estúpido soy, debo cuidar lo que digo>> pensó Daniel

-Eso es una verdadera lástima- respondió de manera muy pensativa- bueno en tal caso ágamos de este un día genial-

Caminaron de regreso a la ciudad y entraron a lo que parecía ser un restaurant tomando asiento en el fondo del lugar, detrás de unas platas que adornaban,  lo que les daba privacidad.

Varios ventiladores de techo giraban a la par, el suelo era tapizado con una alfombra rojiza y las mesas estaban muy bien distribuidas y guardaban asiento para un máximo de 6 personas, tres de cada lado, las mesas que estaba junto a las ventanas era un medio circulo donde perfectamente cabían 7 personas  sentadas una al lado de otra, estas eran separadas por pequeños muros. Donde Daniel y Remy se encontraba era la única mesa de todo el lugar que se apartaba de las otras, nadie podía verlos ni siquiera las personas que caminaban por las calles, lo que Danny no sabía es que esa lugar en particular era reservado para ciertos clientes especiales que gustaban de comer solos o de tener charlas serias e íntimas.

-¿Qué deseas ordenar?-

Daniel tomo el menú y como era de esperarse no entendía nada de lo que estaba escrito. Dudo por un momento

-Creo que ordenare comida-

Remy soltó una carcajada

-¿Dime que te apetece comer? Yo ordenare por los dos-

Daniel lo pensó, era un lugar nuevo, comida nueva, pero le apetecía algo dulce

-Quiero una malteada o algo parecido-

-¿Es enserio?-

El tono de voz de incredulidad de Remy no pasó desapercibido

-Bienes a una parte lejana del mundo ¿tan solo para probar algo que podrías obtener en cualquier  lugar del planeta?, en verdad que eres increíble, pero respetare tu deseo-

Haciendo una señal con la mano una linda mesera de cabello liso y negro, piel firme y clara y ojos rasgados, digna de envidiar por cualquier supermodelo, camino con toda gracia hasta su lugar. Remy no se esforzó en guardar apariencias, con un fluido manejo del idioma de ese país ordeno  dos de las mejores malteadas y no solo eso a pesar de no entender nada Daniel no paso por alto el descarado coqueteo que Remy hacia a la joven, quien se sonrojaba y  no pida esconder una sonrisa. Tan pronto ella se fue Remy se enfocó en Daniel.

-¿Acaso hablas japonés?- Remy se alteró un poco

-No es necesario, es fácil saber cuándo intentan algo con una chica-

A Daniel le importaba en lo más mínimo si ese sujeto se acostaba con la chica tan solo quería divertirse y olvidar un poco su vida, pero a Remy no le parecía bueno hacer otra vez ese tipo de cosas frente a Daniel y más si buscaba algo con el 

-¿Y dime Dany? ¿Te puedo llamar Dany, Cierto?-

-No le veo el problema, mis amigos me llaman así-

Una fugaz mueca de dolor cruzo en los ojos de Daniel, Tucker y sobre todo Sam, como se lo diría <<Hey Sam me enamore de un chico que me hace sufrir hasta caer dormido llorando a y lo olvida también me enamore de Dash quien me volvió la vida imposible. Por dios Daniel eres patético enamorarte de cada chico que te la hace pasar mal, en verdad que soy todo un idiota>> Daniel pensaba todo eso en una fracción de segundo antes de volver a la conversación, pero para el agudo ojo de Remy fue como ver todo en cámara lenta.

-Lo siento Dany-

-¿Por qué te disculpas?-

 -Creo que pregunte algo que no debía- Remy tomo la mano de Daniel – No sé qué es lo que esté pasando en tu vida, ni cual sean tus problemas, así que lo siento-

Daniel miro la gran y cálida mano de Remy, era una sensación agradable para el mitad fantasma, algo reconfortante después de tantos problemas.

 -No importa, tan solo son problemas comunes-

-Confiare en tu palabra-

Con la mano libre Remy revolvió el cabello de Daniel. La mesera llego para contemplar confundida la escena, el apuesto hombre tomando la mano del joven y revolviendo su cabello con algo más que una simple demostración de afecto, Tanto  Remy como Daniel la ignoraron por completo, ella dejo dos grandes y lujosas jarras rellenas hasta desbordarse de helado, de chocolate, fresa y vainilla, con adornos de cereza, kiwi, fresa, tres diferentes tipos de galleta, cuadradas, rectangulares y redondas todo visible a través del cristal de los enormes recipientes rematado con una pajilla de color verde con amarillo.

Daniel miro a Remy en forma burlona

-Seguro que ordenaste bien-

-Solo Ordene dos de las mejores malteadas-

Para la suerte de ambos contaban con un apetito extraordinario

-¿Podrás tú solo con eso?-

Remy miro lo pequeño que era Daniel

-Preocúpate por ti mismo, las cosas grandes son lo mío-

Por segunda vez Remy malinterpreto aquello en un doble y obsceno sentido

-Es bueno escuchar eso- Dijo  Remy alzando sus cejas

La conversación fluyo con normalidad, preguntas simples y comunes como, ¿qué edad tienes?, ¿Qué te gusta hacer?, ¿cuál es tu comida favorita?

Daniel había consumido la mitad de su malteada y aún seguía sorbiendo de la pajilla como si nunca estuviese satisfecho a Remy le faltaba un cuarto de la suya para terminarla.

-Es sorprendente el apetito que tienes y también esa condición física, a simple vista no aparentas muchas cosas-

-Tal vez sea la causa de que no llame mucho la atención, para alguien con tu cuerpo debe ser difícil pasar desapercibido-

Daniel seguía sorbiendo de la pajilla y sostenía su bazo con ambas manos

-Tienes sus ventajas-

-Lo mismo digo, tiene sus ventajas ser invisible-

Daniel soltó una ligera risilla, el mejor que nadie sabía que era ser completamente invisible si lo deseaba

-¿Qué es tan gracioso?-

La sonrisa de Dani se contagió a Remy

-No es nada-

-ok. Escucha Dani, ¿después de salir de aquí quieres ir a un festival?-

-claro, por qué no-

-Genial-

Remy saco el teléfono móvil de su bolsillo y mando un mensaje, Daniel termino con la malteada

-bien estoy listo-

-correcto esta todo arreglado pasaran por nosotros en este lugar-

-¿Pasaran?- Daniel se mostró confundido-¿Quiénes?-

-Tan solo mi chofer privado-

-¿Tu chofer privado?, ¿acaso no serás un excéntrico multimillonario que intenta violarme? ¿O un traficante de órganos que me intenta vender al mejor postor?-

-Remy sonrió mientras dejaba el pago en la mesa

-No te equivocas con lo de excéntrico multimillonario- dejo Remy- y en cuanto a violarte eso no estará tan mal, pero yo busco algo más serio de ti- pensó para sus adentros

Remy se puso de pie, pero Dani parecía absorto en sus pensamientos

-¿ocurre algo Dani?

-¿Podría tomarte de la mano?-

Remy lo miro confundido pero accedió gentilmente extendiendo su mano a Daniel quien la tomo sin vacilar

-Muy bien, hoy nos divertiremos-


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