-¡¿Prometido?! - gritaron al unísono Killer y Penguin más que sorprendidos.
-¡Penguin! ¿Qué haces en el suelo? ¡Ayuda a la señorita Hancock! - un hombre alto como el mismo Killer, salió por la puerta.
Castaño de cabello de mediana edad y de buen ver, llevando un elegante traje como si fuera un exitoso empresario, regañaba al chico en el suelo.
Killer de inmediato ayudo a Penguin y ambos ayudaron a la hermosa pelinegra que se hacía la sufrida en el suelo.
-Padre... ¿Qué hace la señorita Hancock aquí y porque me ha dicho que soy su prometido? - pregunto con toda la seriedad posible el menor viendo el esbelto cuerpo de la señorita en cuestión.
Killer sólo fulminaba con la mirada a la linda pelinegra, pero no se notaba por su rubio cabello que tapaba su mirada, aunque apretaba ligeramente las manos en un puño.
-Penguin. Mi futuro socio junto con las empresas Automotrices Hancock, hemos decido crear el mayor imperio Automovilístico y que mejor forma de consolidarlo con un matrimonio arreglado. - explicaba calmada mente su padre como si fuera un negocio, y el sólo fuera una pieza más de esa gran estructura.
-¡¿Qué?!Ya te había dicho, que no pretendo casarme a menos que fuera con la persona que amo, además, yo quiero estudiar medicina y ser cirujano... - trataba de explicar Penguin pero fue interrumpido por su padre.
-Hijo, te deje estudiar con la única condición de que cuando llegará el momento de tomar las riendas de la industria automotriz lo hicieras sin reprochar en lo absoluto. ¿Lo recuerdas? - aunque sonaba compresivo y calmado, sólo era una vil treta manipuladora para que su hijo hiciera su voluntad. -Y sobre el matrimonio, la señorita Hancock no tiene problema, el amor es algo irrelevante. Tu madre y yo nos casamos de la misma forma y no hubo ningún problema. - parecía que ese desgraciado fue forjado por idiotas adictos al poder y quería que su hijo fuera igual.
Penguin estaba molesto por la actitud del hombre al cual llamaba padre, quería recriminar le pero sólo conseguiría que el torciera sus palabras. No por nada tenía éxito en todo negocio que se proponía.
La mirada de su padre se desvió de su hijo y se centró en el rubio a su lado.
-¿Quién es usted? - le miro con una interrogante pero de inmediato el mismo se contesto evitando que el atractivo rubio contestara. - Debe ser el guardaespaldas que contrate. Aunque no me dijo su nombre... - se dirigió al rubio extendiendo su mano para estrecharla y se presentará.
-Killer. Un gusto conocerlo pero... - saludo cortésmente y el padre de Penguin le encantaba interrumpir a las personas porque volvió a hablar.
-Así que Killer... Muy bien te quedarás con mi hijo esta semana. Debes acompañarlo y llevarlo a sus citas con la señorita Hancock. Ah... Tenemos una habitación para ti en la casa. ¿Puedes empezar desde hoy? - le pregunto sonriendo estirando nuevamente la mano para cerrar el trato y el rubio accediera.
Killer lo miro con una mezcla entre rabia e impotencia.
"Como puede ser tan imbécil. Si no fuera porque este estúpido es mi suegro... Lo molería a golpes." Ese pensamiento era algo muy cercano al de un psicópata, pero se quedaba corto con la imbécil pregunta. Ya le iba a decir Killer un par de insultos cuando sintió un tibio calor en su mano aún apretada.
Vio a su lindo novio negando con la cabeza y dedicándole una mirada cansada.
Ya no sabía que pensar... Killer opto por complacer la petición silenciosa de su amado Penguin.
-Claro... - dijo al fin molesto el rubio y selló su horrendo destino con ese apretón de manos.
-¡Bien! Ahora por favor lleva a la señorita Hancock a su casa. - ordeno el despiadado y vil hombre que era su suegro, para adentrarse en la casa.
Los dos jóvenes estaban experimentando un ataque de furia reprimida por la situación ahora tan absurda en la que se encontraban.
-¡Oye tu! Llévame a casa. Tengo mucho que hacer para preparar las cosas de la boda. - la chillona voz de la mujer se escucho en los oídos de ambos y Killer fulmino a la desgraciada que se atrevía a quitarle a su Penguin.
-Killer... - susurro su nombre para que no matará a la mujer en cuestión. -Arreglaremos este asunto lo prometo. - el menor le aseguraba que todo se solucionaría y el rubio acepto algo molesto.
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Por fin después de varios minutos que parecieron horas para el pelirrojo, estaba sentado en una gran mesa de un gran comedor.
Law trataba de comer pero como ya lo habían hecho en el restaurante y su padre no aceptaba un no como respuesta y menos si él la había preparado especialmente para su único hijo, el moreno comía con una lentitud y una cara de asco que era épica.
Kid que tenía un estómago de hierro, aceptaba mejor el brebaje que era el intento de sopa de setas; que más que ser una sopa era un veneno letal para cualquiera que lo probara. Burbujeaba de lo caliente o tal vez de lo venenoso de era, pero Donquixote Doflamingo se la comía como si fuera el mangar más exquisito, con decir que con cada cucharada que daba sonriera cada vez más, si eso era posible.
-Recuérdame de nuevo nombre. - dijo el rubio después de dar una cucharada mas y degustar su intento de sopa.
-Eustass Kid - hablo con un poco de dificultad después de tragar el caliente líquido.
-Así que Kid-chan. ¿Cómo está tu hermana y tu padre? - pregunto como si nada llevando otro poco de sopa a su boca.
-¡¿Cómo mierda?! - Kid casi se atraganta y empezó a toser en el proceso.
Law ya estaba en coma o en un estado muy cercano; tenía la cabeza recargada en la mesa y con unas horrendas náuseas que controlaba apretando los labios, y por el color verdoso que seguía en su rostro no iba a resistir mucho. Por lo cual no ponía la más mínima atención a lo que pasaba en la mesa.
-Fufufufu. ¿Acaso crees que no conozco cada nuevo bar que abre por mi cuidad? Y más cuando mi hijo se la pasa todos los viernes en lugares como los esos. - su sonrisa no dejaba su atractivo rostro. -Conozco a todas las personas que habitan esta cuidad... Es mi trabajo. - finalizo con una macabra sonrisa y sus lentes parecían brillar de lo acojonante que era.
Kid le sostuvo la mirada con el ceño fruncido, no sabía a qué venía esa actitud, pero el rubio tenía toda la razón; después de todo era el jefe de policía de quien hablaban.
El pobre del moreno ya tenía convulsiones sobre la mesa por el venenoso caldo que había estado comiéndose, siendo completamente ignorando por los otros dos.
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Shachi seguía dormido y con un profundo sueño porque Heat se levantó sin despertando y subió a la planta alta.
Se asomaba discretamente viendo el enorme y amplio pasillo. Fácilmente contaba 7 habitaciones y dos baños. Entro con cautela al primer baño que era el más grande al final de pasillo y no cabía de su asombro.
Todo el azulejo reluciente en color marfil con marcas doradas dando la impresión de ser grecas, el lavabo de cristal templado con marfil por base, hasta el maldito inodoro era de un color tan puro que él se sentía una basura ensuciando tal blanco lugar. Casi en medio de la habitación estaba el hermoso jacuzzi, tal blanco como y limpio; que no perdió más el tiempo y empezó a llenarlo con el agua caliente.
Heat quería darle un muy caliente... Y refrescante despertar a su amado, aunque seguramente el ya conocía aquella burbujeante sensación.
Una vez la tina estaba llena encendió las relajantes burbujas, que hacían ver más perfecta la bañera; automáticamente un ligero aroma a arándano se mezclaba con el agua.
El mayor fue a por su más que lindo y ahora novio, o al menos eso pensaba.
Camino de regreso por el gran pasillo cuando vio una foto colgado en la pared. Era un cuadro elegante con marco de cristal con la imagen de una familia. Un hombre con cabello castaño como el de Sachi, llevaba un traje de los más costosos y una elegante mujer con un flamante vestido blanco. Los adultos parecían modelos sacados de una importante revista de modas, pero ahí en medio de los dos un pequeño no más de 4 años cargando un peluche en forma de ballena.
El niño no miraba al frente y parecía bastante triste a pesar de estar con su familia.
El pálido chico, pudo imaginar que era la familia del menor y acaricio con sus dedos, al pequeño niño de la foto.
-Esa es mi familia. - una voz hizo que se sobresaltara y se apenará por estar viendo la extraña foto.
Sachi, que ahora tenía pues sólo su bóxer al igual de a que Heat, se acercó al cuadro y lo miro con tristeza.
-No parecen muy felices... - se sinceró el mayor al ver la cara del castaño.
-El hecho de ser una familia... No quiere decir que tengamos que ser felices... - Sachi seguía contemplando la foto, como si recordara algo sumamente triste y doloroso pero no paraba de ver al tierno niño llevaba su uniforme escolar y el tierno peluche que llevaba en la mano.
Heat no dijo nada... No había más que decir, o más bien, no debió decir nada... Tocar el tema de la familia a veces puede ser muy delicado para las personas que han sufrido.
-Vamos a darnos un baño. - ahora el menor ya no quería hablar del tema. -¿Acaso huelo a arándano? -pregunto olfateando el aire ligeramente húmedo que ahora inundaba del pasillo.
-Veo que ya sabes lo que significa. - sonrió de medio lado y tomo la mano de Sachi.
El menor sólo se sonrojo y se dejo guiar al baño donde lo esperaba un más que caliente baño.