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La música es otra medicina por -Raiden-

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Notas del capitulo:

Pues aqui esta el capitulo, para aquellos que siguen la historia y saben como la tematica, la cancion que me inspiro fue esta belleza:

Time in a bottle de Jim Croce..


Les suena de algo... jejeje si es asi dejen un review y ya veremos quien se lleva un premio, jejeje

ok... DraculaN666~san es para ti!

 

"El que no estuvo en las malas...que no venga a joder en las buenas"

 

Salieron de la enorme casa del moreno con bastante prisa.

El atractivo pelirrojo era arrastrado, de forma literal por su provocador amante pelinegro, hacia su hermoso Camaro Coupe 2014.

-Vamos Eustass-ya. No puedo esperar para conocer a tu familia. - decía molesto el moreno, jalando del brazo a Kid.

-Trafalgar... ¡¿Cuál es tu maldita prisa?! No íbamos a quedarnos en tu casa. - contesto el pelirrojo hastiado por la repentina actitud de su amante.

Y es que Donquixote su "cariñoso" padre les sugirió que se quedarán en casa para disfrutar de su linda compañía, pero lo cierto era que quería vigilar a su hijo con todo y lupa, observando las lujuriosas acciones de su amante; para buscar una buena excusa y tener una "tranquila" charla de faltas a la moral y chorradas así.

El moreno de inmediato dedujo la sádica sonrisa de Doflamingo que les dedicó cuando dijo aquello, y de ninguna maldita manera permitiría que eso pasara.

Aunque seguramente Kid no se intimidaría con nada, eso no le quitaba que su lado agresivo respondiera por él.

Así que... allí estaba, Law jaloneando al pelirrojo hacia su auto, dejando a su padre dentro de la casa con la boca abierta por el tremendo shock, al enseñarle una foto de su profesor de didáctica de la investigación.

Un atractivo pelinegro con una extraña cicatriz en su rostro, llevando en traje negro.

El maldito de Law conocía las debilidades carnales de su padre, pues era bisexual y lo aprovechaba cada vez que le convenía, como ahora.

-¿Por qué la puta insistencia de conocer a mi familia? -pregunto molesto Kid una vez que estaban en el auto.

-Tú ya conociste a la mía, es hora de ponernos a mano. - respondió Law igualmente sentado en el asiento del copiloto haciendo una sonrisa retorcida.

-Pero me dejas follarte después de esto. - el pelirrojo empezaba a manosear al moreno por encima de su pantalón.

-Sólo si te comportas. - correspondió el "tierno" gesto posando sus manos sobre su fuerte pecho.

Estaban a punto de besarse y pasar a algo más subidito de tono cuando...

-¡Law~chan! ¿No vas a despedirte de tu padre? - era el rubio que ahora estaba en la ventanilla del lado del conductor, ósea del lado de Kid, sonriendo con una vena muy marcada en su frente.

-Ah... Adiós... P-a-p-á... - dijo casi trabándose en la última palabra, arrastrando la lengua el moreno.

El rubio sólo sonrió y metió su largo brazo para que su enorme mano, despeinara su oscuro cabello.

Kid que estaba en medio se sentían ignorado, cerró los ojos y contó hasta el diez mil casi en un segundo cuando...

-Nos vemos Kid~chan. - sintió la enorme mano en su cabeza, despeinado sus rojizos cabellos.

Ese maldito hijo de perra estaba, tocándolo con cariño, y no sólo eso, sentía su pesada mirada encima de él.

-Donquixote-ya... - siseo molesto Law para apartar la mano de la cabeza de su amante.

-Fufufufu te veo esta noche. - declaro su padre para ir al interior de la casa.

Kid sólo estaba como pasmado, pues nadie además aparte de su padre, hacia ese tipo de gestos. Y no quería mucho a su padre, pero si lo respetaba.

-¿Eustass-ya? - pregunto su lindo amante al extraño comportamiento.

-Espero que no te arrepientas de conocer a mi familia Trafalgar. - dijo de último el pelirrojo para arrancar el auto y llevarlo con su particular familia.

 

 

-...-...-...-...-...-

 

 

-No puedo creer que esté haciendo esto... - dijo por sexta vez en el transcurso del viaje.

-¡Rápido! ¡Acaso crees que tengo tu maldito tiempo asqueroso vagabundo! - le reclamaba una molesta pelinegra desde el asiento trasero de la lujosa limosina.

Como si controlar el tráfico y a la gente fuera cosa suya.

Y es que la chillona voz de la chica que no dejaba de hablar y hablar y hablar, diciendo estupideces que sólo le causaban un horrendo dolor de cabeza.

-Señorita... Hancock... - siseo el rubio. - No podemos si el tráfico no avanza, además hubiera sido más rápido si hubiéramos tomado las calles aledañas. - Killer trataba de explicarle con bolitas y palitos.

Pero la idiota mujer que venía atrás gritando y aventando le cualquier cosa que tuviera a la mano, no escuchaba. Es más, hasta se quitó sus zapatillas para golpearlo en la cabeza tan fuerte como podía.

De acuerdo, la paciencia de Killer llego a su límite... La tomo por la muñeca para evitar que lo golpeara más. Volteo para encarar a la fastidiosa mujer.

-Escucha... Y escucha bien... - murmuro más que molesto el atractivo rubio. - Me importa una mierda que quieras ir más rápido, tardaremos lo que tengamos que tardar... - la chica lo veía con ojos aterrados, aguantado la respiración.

Killer la soltó para volver su vista a la calle principal donde estaban y llegar de una buena vez.

La aterrada chica, sólo volvió a su asiento. Estaba más pálida que Kid, e incluso le temblaban las manos, los pies por la escabrosa voz que utilizo el rubio conductor.

Ya sólo quedaban dos cuadradas para llegar a la enorme mansión que estaba arriba de la colina y dejar a la fastidiosa pelinegra.

El pitido del un móvil empezó a sonar.

-¡¿Qué?! - grito Killer molesto, pues era el suyo.

-¿Por qué estas enojado hijo mío? - pregunto una familiar voz que lo tranquilizo de inmediato.

-Sabo... - suspiro su nombre.

El rubio entro por al gran portal de la enorme mansión de la chica.

-Hijo... ¿Ya hablaste con aquel chico? - pregunto su padre en un tierno tono.

-Yo... - su hijo no sabía cómo empezar.

Decirle que ya se había acostado con él la noche anterior y descubrir que estaba comprometido con la hija de un importante empresario millonario, no era la mejor forma de continuar con ese día de mierda.

La chica que estaba escuchando todo, sonrió malignamente al escuchar el nombre de su padre.

Sabo "el revolucionario", criminal buscado por la policía bajo los cargos de robo a las empresas de su padre. Habían robado varios automóviles, y prototipos de estos, pues los nuevos diseños consumían más gasolina, más energía y por lo tanto más contaminación.

-Mira... Pasó algo y no creo que... - la voz del rubio disminuía con cada palabra.

-Hijo... No te preocupes, saldrás de esta, ten confianza y cualquier cosa... - la voz de su padre se vio interrumpida.

La maldita mujer le había arrancado el teléfono al rubio.

-¡Aja! Sabía que era un asqueroso ratero! ¡Seguridad! - grito la chica saliendo de la limosina y llamando a su seguridad personal.

El rubio no tuvo tiempo de reaccionar cuando los hombres vestidos de negro, rodeando el auto, lo sacaran a rastras de este y lo sometieran en el empedrado pavimentó de la entrada de la mansión.

-¡Maldita zorra! - gruño molesto con la cara en el suelo.

-Jaja. Todo lo que quiero, lo consigo. - amenazo con su chillante voz y haciendo una pose estúpidamente pervertida, mostrando sus enormes senos.

Realmente repugnante.

-Lleven a esta... Cosa con la policía. No quiero que vuelva a ver la luz del día. - su siniestra voz sonó, para adentrarse en su lujosa mansión.

Los enormes gorilas, que a pesar de odiar a la mujer, hacían lo que ella decía, pues su paga era ridículamente alta por hacer sus desastrosos caprichos.

Arrastraron al rubio hasta una camioneta. Killer trato desesperado de zafarse, derribo a más de uno con dos fuertes golpes, pero eran demasiados para el sólo.

Lo golpearon con una enorme barra metálica. Su sonido seco en su cabeza lo desmayo a inmediato.

 

 

-...-...-...-...-...-...-

 

 

Ya estaban con ropa limpia y bastante cara despues de ese relajante baño, pero el joven que se sentía incómodo con tanto lujo.

-No era necesario... - dijo Heat desabrochando los primeros botones de la cara camisa color arena.

-Es una hermosa camisa de "Óscar De la renta" y sólo lo mejor para... - Shachi tapo su boca con ambas manos, mientras que su rostro se tornó de un hermoso color rojo.

Sus mejillas se encendieron porque casi declara algo que no esperaba decir jamás.

Heat logro verlo por el espejo delante de el, su hermoso rostro, sus manos tratando de cubrirlo fue de lo más tierno.

Giró para abrazarlo por la cintura, y tomar su barbilla apartando su manos.

No quería que ocultara su rostro por algo tan obvio como el amor que ahora intentaba callar. El menor se dejo hacer siendo absorbido por el momento.

-Heat... yo... - Shachi empezaba a tartamudear por aquel gentil gesto.

-No digas nada, no es necesario. - para el mayor el que lo dijera en voz alta era irrelevante, pues si su corazón lo entendía no había necesidad de decirlo.

Un beso fue el lenguaje que entendía perfectamente.

Un húmedo, suave y tierno beso, que dejaban al menor sin esa barrerá que se interponía en lo que sentía y no decía por miedo.

Sus ojos estaban cerrados gozando de la caliente sensación, cuando un jadeo desesperado por oxígeno nació en ambos.

Se separaron lentamente y se miraron compartiendo una sonrisa cómplice.

-Quiero conocer a tu familia. - susurro el menor con una tierna mirada suplicante.

-...- Heat no sabía que decir ante esa visión que le ofrecía Shachi pero... Había un minúsculo problema.

No podía llevarlo aquel lugar, no después de todo lo que vivió, de todo lo que sufrió, todo lo que lo... marco.

Sacudió su cabeza para alejar el raro dolor que se formó en su mente, y acaricio la cabellera de su amor.

El menor lo miro sin entender cuál era la razón de ese gesto, pero lo abrazo por el cuello para tranquilizarlo de alguna forma.

-Por favor... - pidió con voz cálida y dulce contra la costosa camisa del mayor.

Y ahí estaba ese ligero sonrojo en las marcadas cicatrices de su rostro, llenado el vacío que siempre albergaba en su corazón.

Algo cálido y hermoso. Un raro sentimiento, que no quería que parara nunca, llenándolo de una felicidad extrema.

-Está bien. - se rindió ante esa frase. No podía negarle nada, aunque los recuerdos que vivió fueran mortales, no podía morir dos veces con la misma bala.

 

 

No tardaron en llegar al solitario lugar, pues en la rápida Trax y falta de tráfico fueron como 10 minutos.

Estaban rodeados de flores, el aire pasaba a través de ellos, y el sol apenas dejaba ver algunos de rayos.

Shachi estaba abrazado al brazo de Heat, sollozando, y el mayor sólo tenía su vista en las lápidas delante de ellos.

Las horrendas visiones de su pasado llegaban a él, imagen tras imagen, sin detenerse, así como las lágrimas de su amado a su lado.

-Lo... siento... - sollozaba Shachi, ahora abrazándolo fuertemente. Veía su pérdida mirada en aquellas horrendas rocas.

No sabía que tan imbécil había sido para pedirle aquello.

Atormentando lo con revivir el pasado, el horrendo pasado que lo marco y destruyo; para crear un nuevo ser. Sentirse miserable se quedaba corto.

-No pasa nada... - comento el mayor sobre su cabeza, oliendo el arándano que despedía su castaño cabello.

-No... lo... sabía... - contesto con las misma lágrimas corriendo por sus mejillas, viendo su dolida mirada.

-Exacto, por favor... No llores más... Eres tan hermoso como para que esas lágrimas corran por mi culpa... - dijo de forma cálida Heat mientras limpiaba delicadamente cada salada gota que resbalaba de sus ojos, para rodar por sus mejillas y perderse en las yemas de sus dedos. No podía soportar la idea de lastimar lo más sagrado que ahora tenía.

-Pero... yo... - Shachi no término su declaración cuando la boca del mayor lo besaba de forma tierna.

Otra vez el silencioso lenguaje del amor, le decía a Shachi que no se preocupara por aquello.

Abrieron lentamente sus ojos cuando terminaron de besarse.

-Sabes... - empezó a relatar el mayor sin dejar de abrazarlo. - Siempre pensé que no podría verlos nunca más, pero ahora que estas tu... Nada me parece tan malo, ni tan sombrío... Es algo mágico que... Sólo logras tu... - término de decir con un extraño tono quebrado, algo tan impropio de el que el menor no dudo de esas palabras tan sinceras.

Se quedaron abrazados largo rato, sin decirse nada, sintiendo el calor que los envolvía en aquella floreada pradera dentro del cementerio.

 

 

-...-...-...-...-...-

 

 

-¡Kid~chan! - grito un pelirrojo melosamente, para abrazarlo con mucho amor.

-Aquí vamos de nuevo... - contesto Kid, esquivando ágilmente al pelirrojo que quería abrazarlo.

Habían llegado a una residencia a las afueras de la cuidad, una pequeña casa de un sólo piso, con los cuartos necesarios para poder vivir decentemente.

Esa era la casa donde Kid y su familia vivían y habían conseguido ahora que empezaban una nueva vida, en otra ciudad. Por eso habían decidido abrir un negocioso familiar, aunque fuera un bar, y estuviera a nombre de Kid, eso no sonaba muy familiar.

No era la gran cosa, pero se defendían y estaban en el pequeño comedor tratando de hablar, pero su meloso padre sólo quería abrazarlo.

-Shanks... Deja de estar de pervertido. Quiero que conozcas a alguien... - dijo Kid molesto cuando su padre por fin lo pesco en un abrazo.

El moreno que veía toda la escena, se reía por lo bajó, ganando se una mirada fulminante de su amante, en más de una ocasión. Y es que se veía muy gracioso ver a un enorme chico, moviéndose de aquí para allá en el pequeño comedor, escapando de las caricias de su padre.

-Mucho gusto. Akagami Shanks para servirte. - el extraño pelirrojo había tomado una actitud seria pero amigable. Se presentaba cortésmente, y le extendía su mano para estrecharla.

-Trafalgar Law, el gusto es mío. - respondió al cálido saludo, sintiéndose un poco raro; pues no era algo normal en el ser tan... amigable.

-¿Dónde está la mocosa esa? - pregunto Kid buscándola con la mirada y rascando su nuca. - Ayer la vi en el bar, pero no dijo nada de quedarse haya. - finalizo para ver que su padre le hacía preguntas a su amante, ignorándolo por completo.

-Law~san, y dime ¿A qué te dedicas? ¿Cuántos años tienes? ¿Tus padres saben que estas aquí? ¿Eres amigo de mi hijo? ¿Desde cuándo se conocen? ¿Porqué los tatuajes? - preguntaba directo y sin dejar de sonreír.

A Kid se le empezó a saltar una vena en la frente, pues su padre empezó con el clásico interrogatorio de rigor a todo aquel que entrara en su casa.

Law lo pensó por un momento, sujetando su barbilla y contesto a todo.

-Soy estudiante de medicina, tengo la edad suficiente para poder cuidar de mí, no mi padre no sabe donde estoy, no soy amigo de Eustass-ya, nos conocimos apenas hace dos días, y eso es algo que no le importa. - contesto como si nada y sonrió levemente.

-Oh... Pues entonces. ¡Bienvenido a la familia! - Shanks pasó todas las frías respuestas del moreno y lo abrazo como si fuera su hijo, sin dejarle replicar nada y muy fuerte, tanto que el moreno apenas podía respirar.

Kid sólo negó con la cabeza y le quitó a su amoroso padre de encima.

-Trafalgar es mi amante. - dijo sin más el pelirrojo y ahora abrazarlo posesivamente.

-Así que MI Kid~chan tiene novio... Crecen tan rápido. Snif, snif... - el melodramático de su padre ahora estaba experimentando un ataque emocional por ver a su pequeño crecer.

-Sí, sí deja eso para después. ¿En dónde carajos esta la enana del mal? - pregunto Kid molesto por esa actitud de su padre y para saber donde mierda está su hermana.

-Perona~san se quedo en el bar. Dijo que tenía que revisar las cuentas de ese día no te lo dijo... - su padre lo veía con una interrogante y luego sonrío. -Debe haberse quedado a dormir. En fin iré a por ella. - finalizo para agarrar su chaqueta y sus llaves de su auto. Que más que ser un auto era una chatarra inservible, prefería vivir como pobre para darles sólo lo mejor a sus hijos.

-Fue un gusto conocerte Law~san. Hijo no hagas nada que yo no haría. - dijo Shanks cómplice guiñando el ojo a su hijo, quien se puso rojo de la indirecta tan directa que le soltó.

Law volvió a reír por lo bajó otra vez porque ahora Kid era quien perseguía a Shanks por la pequeña estancia.

Cuando su padre los dejo solos, el pelirrojo no desaprovecho la oportunidad y se lanzó sobre su moreno para besarlo demandante mente.

-Eustass-ya... Es...Ahh...espera. - trataba de hablar sin mujo éxito, pues Kid ya le estaba desvistiendo para llevarlo a su habitación.

-Me la debes. - gruño molesto por la ligera resistencia que tenía el moreno por la lujuriosa acción.

-¿Por qué sus apellidos son diferentes? - pregunto Law una vez que Kid lo dejo de besar y quitarse el resto de ropa, pues la su amante la estaba casi desgarrando y quería irse tener ropa para llegar a su casa, gracias.

-Es una historia para otro día ¿No? - la burla en el tono del pelirrojo sólo hizo de él pelinegro sonriera molesto, pues esa misma frase de la había dicho el hace uno día.

Sin decir más cerraron la puerta de la habitación del pelirrojo, pues tenían un asunto pendiente que arreglar en la cama.

 

 

-...-...-...-...-...-...-

 

 

En una oscura celda... Cantaba un joven en voz tan baja que sólo el la escuchaba.

 

If i could save time in a bottle.

The first thing that i'd like to do.

Is to save every day 'til eternity passes away, just to spend them with you.

If i could make days last forever.

If words could make wishes come true.

I'd save every day like a treasure and then. Again, i would spend them with you.

But there never seems to be enough time. To do the things you want to do once you find them.

I've looked around enough to know. That you're the one I want to go through time with.

If i had a box just for wishes.

And dreams that had never come true.

The box would be empty except for the memory, of how they were answered by you.

But there never seems to be enough time. To do the things you want to do once you find them.

I've looked around enough to know. That you're the one I want to go through time with.

 

-Penguin... - murmuro su nombre.

 

Notas finales:

Gracias por leer.

 

Traducción:

Si pudiera guardar el tiempo en una botella.

Lo primero que me gustaría hacer es guardar cada día, hasta que la eternidad desaparezca, solamente para pasarlo contigo.

Si pudiera hacer que los días durarán para siempre.

Si las palabras pudieran convertir los deseos en realidad, guardaría cada día como un tesoro y otra vez los pasaría contigo.

Pero parece que nunca hay suficiente tiempo, para hacer las cosas que quieres hacer cuando las encuentras.

He mirado a mí alrededor lo suficiente para saber que eres tú con quien quiero pasar el resto de mi vida...

Si tuviera una caja sólo para los deseos y los sueños que nunca se hicieron realidad.

La caja estaría vacía, excepto por el recuerdo de cómo fueron respondidos por ti.

Pero parece que nunca hay suficiente tiempo, para hacer las cosas que quieres hacer cuando las encuentras.

He mirado a mí alrededor lo suficiente para saber que eres tú con quien quiero pasar el resto de mi vida...


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