Capitulo 4: Transformando a Lupin…
Pasaron unos días en que Sirius se dedico solamente en observar a Remus. Su forma de caminar, de vestir, de comer, conversar, estudiar, etc.
También observo con quienes se juntaba ya que pasaba la mayoría del tiempo en la biblioteca, quizás Remus era el único que no veía como muchas de Ravenclaw lo veían o desnudaban con la mirada y algunos ellos. Como amigo le agrado la situación pero necesitaba ser objetivo.
Asique lo observo como quien mira a su enamorado... extrañamente no le fue difícil.
El pelo era castaño y parecía suave al tacto, cuando el sol reflejaba en ellos se veían más claros y a la vez más brillantes. Los ojos de Remus eran ámbar exceptuando cuando se acercaba la Luna Llena allí se empezaban a volver dorados y se conservaba un poco el color uno o dos días después de la transformación, eran muy expresivos sus ojos, a veces no era necesario preguntarle a Remus si le sucedía algo, literalmente sus ojos eran una ventana a su alma.
Su tez era blanca, pese a que durante el verano Remus se tostara podía volver a su color natural y en contraste con su pelo le quedaba de maravilla, lo único que podría tomarse a mal quizás eran las cicatrices que le cruzaban todo el cuerpo. Para Sirius eran cicatrices de guerra, esfuerzo, valor y superación, a su gusto no le quedaban mal se veía bien con ellas ya que disminuía su apariencia de niño, dejándolo como alguien que tiene 17 años. Tendría que estar atento al respecto de cómo el resto veían las cicatrices de Moony.
Su cuerpo, de por si Remus era delgado pese a que comiera tanto chocolate, sus músculos estaban marcados quizás no tanto como los de James o el propio Sirius pero eran lo justo para que su cuerpo fuera en cierta forma envidiable, se le notaban un poco de pectorales, abdominales, trapecios y los huesos de la cadera, vaya… esos huesitos, estos podrían tentar a cualquiera… hmmm… he… bueno, todo lo demás en su cuerpo estaba bastante firme, los glúteos eran la única diferencia, se veían blandos y tan suaves al tacto.
Su anatomía que diferenciaba a hombres de mujeres, saltaremos esta parte. Sirius no podía empezar a pensar en eso en medio de los pasillos, ya bastante era ver a Remus desde la perspectiva de una mujer ¿no? Porque así le veía… esto puede que explique el pequeño problema que se empezaba a formar en su entrepierna.
Ocupaba ropas más grandes y también varias prendas a la vez ya que no le gustaba el frio, solo cambiando la ropa podría sacar mucho mas partido.
Con esta base se preocupo en conversar con Remus y hacerle ver desde un punto objetivo a la vez que externo, que era alguien con muchas personas detrás, lo único es que ellas o ellos serian aun más tímidos que Remus.
Así que primero fue un cambio de actitud. No podía pedirle a Remus que dejara de estudiar si “quería llegar entero al matrimonio y tener hijos” (frase dicha por James para proteger su péqueña parte de la venganza de LA PELIRROJA) por eso tenían que hacer que Remus se soltara mas.
Integrándolo más en conversación fuera de su círculo de amigos, haciéndolo notar aun más. Remus tenía la facilidad del don de la palabra, dependiendo de lo que él quisiera tu responderías, si necesitabas alguien que te de consejos, una charla entretenida, te ayude con los estudios o hasta te arrulle para dormir, la voz, forma, timbre, palabras que ocupaba Remus, eran las perfectas.
Ya pasadas unas semanas se pudo apreciar como otros alumnos se acercaban a Remus por cualquier cosa y también le invitaban a sus salas comunes a pasar el rato y no solo estudiar.
Ante eso Sirius le enviaba miradas a su hermanito, la cosa iba muy bien.
Continuara...