Capitulo 7: Consecuencias de un desafío terminado.
Después de esa revelación por parte de Evans. Sirius se encargaba de no quedarse solo en algún pasillo, comedor o algo. Preferiblemente trataba de evitarla y con eso tenía que evitar a James ya que ahora la Prefecta y el idiota eran amigos al parecer o simplemente se toleraban mejor.
Fue un mes extraño, sobre todo porque la mayoría del alumnado femenino quería salir con Black, este trataba de ignorarlas, necesitaba pensar, estar solo para así aclararse. Lástima que a los Profesores no les importara ya que la última semana mandaron muchos deberes y trabajos.
—¿Por qué hacemos esto?— pregunto Peter viendo su pergamino en blanco de Transformación, un metro de largo sin escribir.
—Cállense— al parecer Lily había adoptado esa forma de hablar de Black —por su culpa todo séptimo tiene que hacer este trabajo—
—Tranquila Lily, además no fue culpa nuestra— Lily lo vio escéptica —el hechizo que nos lanzo Snape era de efecto retardado jamás pensamos que nuestras manos se saldrían de control—
—Terminando de lanzar hechizos a diestra y siniestra ¿no, Potter?—
—Estas enojada— dijo triste —créeme que lo sentimos, nosotros no queremos hacer trabajos tan largos—
—Hacemos mucho o limpiamos mucho Lily—
—¿Cómo es eso, Peter?—
—Castigos pelirroja— hablo Black llevando ya la mitad del pergamino.
—¿Qué te ocurre Sirius?— pregunto incrédulo James observando a su hermano, se acomodo las gafas. Si, llevaba la mitad.
—¿Por?— todos miraron su pergamino —no tengo la menor idea— dijo sorprendido pero a la vez desganado.
—Estamos haciendo un trabajo como corresponde, con Lily, sin Remus y hemos estado estudiando— hablo Peter —algo está ocurriendo—
—Maduran— dijo Lily, observo contenta a Sirius —jamás pensé que vería este día— Sirius le saco la lengua y le lanzo el tintero.
—¡BLACK!— chillo.
—Tranquila Lily, está encantado para que desaparezca— la tranquilizo James.
—¿Para qué quieren que desaparezca?—
—Compramos menos pergaminos y mas artículos de broma— dijo Peter mientras sacaba un chocolate.
Sirius miro con nostalgia la tableta.
—¿Quieres hablar, Sirius?— pregunto Lily quien se dio cuenta. Sirius negó —de acuerdo estaré para cuando lo necesites— le dedico una sonrisa amable, con eso volvió a su propio pergamino sin evitar poder ver admirada el lugar donde se supone que estaría la mancha de tinta. ‘Tanto potencial que tiene como prioridad las bromas’ suspiro.
Más tarde James y Lily estaban por terminar el “famoso trabajo” mientras Sirius ayudaba a Peter ya que termino hace bastante tiempo.
Sirius ignoro los cambios que hacia Peter, observo las escaleras y pudo ver a Remus subiendo con su mochila. Los otros al no escuchar cómo le gritaba a Peter le vieron, siguieron su mirada cuando ven a Remus acercarse al retrato para salir, afuera lo esperaba Matt. Sirius y Lily lo vieron con desagrado, James se mordió la lengua para no reír.
Sirius trato de seguir ayudando a Peter pero le fue imposible. Le dirigió una mirada a Lily quien asintió y salió del retrato. Necesitaba estar solo y su habitación no servía, menos cuando la esencia de Remus estaría allí y qué decir de las típicas interrupciones de Peter para buscar algo.
Se dirigió con pasos lentos a la Sala de los Menesteres.
“—¿Sabes que te estás describiendo Black?—”
La pregunta de la pelirroja daba vueltas por su mente. ¿Sabía o quizás fue meramente inconsciente?
‘¿Que me ocurre con Remus? No. ¿Desde cuándo podría ocurrirme algo con Remus? Quizás solo estoy confundido al ayudarle, eso y el que no lo veamos solo lo hizo… Mierda. Ni una puta excusa. NI. U.NA. No puedo darme A MI MISMO una maldita y PUTA excusa. ¡Merlín!
¿Dónde quedo ese Sirius Black a quien todas las tipas querían estar con él, ser la envidia del resto, conocido Merodeador… donde?’
Llego a la Sala, apareció la puerta y la abrió.
‘En cualquier parte menos aquí… ¡¡¿QUÉ MIERDA HACE ESE TAL MATT CON MI REMUS AQUÍ Y SOLOS?!!’
Quedo estático al ver a ese par entre cojines prácticamente devorándose la boca y aprovechándose de la situación. Matt tenía sus manos en el torso de SU Moony. SU MOONY.
O bien, quizás no era necesario pensar tanto, los celos que sentía ahora explicaban todo. Le gustaba Remus J. Lupin y no podía evitarlo.
¿Desde cuándo? No interesaba, solo sabía que no permitiría que ese idiota le volviera a poner una de sus sucias manos encima de SU Remus.
Tomo la puerta y dándose media vuelta salió azotando la puerta… si tuviera la fuerza de Remus, se le notarían las marcas de sus dedos.
Adentro los otros saltaron.
Continuara...