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NUESTRO REENCUENTRO… ¿UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD…? por ayame de luna

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Notas del capitulo:

Hola

Perdonen la tardanza pero la verdad mi vida en los pasados días fueron difíciles.

Tenía pensado hacer lo que deje inconcluso el año pasado, subir este capítulo el día de mi cumpleaños el 30 de noviembre pero estuve ocupada todo el día, y bueno alrededor de 5 años atrás deje la prepa y en el mes de octubre vi la oportunidad de retomarla desde cero pero aun así con gran comodidad, así que estoy volviendo a sufrir con tareas, clases y asistencias, y bueno mi padre enfermo y tuvo que estar en el hospital solo por dos días pero mi madre había salido fuera de la cuidad y me quede a cargo, y la cereza del pastel cortaron el internet por no pagarlo, se supone que yo lo aria pero fue cuando mi padre estuvo internado… u.u ha sido una locura mi vida por el último tiempo y el único deseó que pedí un mi cumpleaños fue poder acabar el fic antes que acabe el año y creo que no se cumplirá… lo siento…

Pero dejándonos de cosas tristes aquí está un nuevo capítulo que estoy segura que pensaran que lo que escribí solo es relleno o que no supe cómo seguir la historia pero la verdad que gracias a ese pedacito sin “importancia” va a ser de gran ayuda para el fic o bueno yo lo veo así.

Sin más por el momento…

Paseen y lean.

ENTREGÁNDOSE

*** CONTINUACIÓN ***

-¡¿Shuichi…?! ¿Qué te sucede? ¿Dónde estás?-pregunto angustiado ya que se suponía que era el día libre del cantante.

-ven… a la… direc… ción… ****… ***… nume… ro… ***… ho… tel… *****…  por… favor… es muy… urge… nte…-fue lo último que escucho el doctor ya que  al parecer se había cortado la comunicación.

-¡¡demonios!!-dijo quitándose la bata y colocándose su saco, tomando sus llaves y su móvil saliendo lo más rápido posible, cuando paso al lado de su secretaria le dijo-¡no me molestes en todo el día y cancela todo lo que tenga para hoy asta tiempo indefinido!-dejo a una secretaria sorprendida.

Cuando bajaba por el elevador le llamo a su hermosa Maiko para preguntarle lo más tranquilo que se permitió y le pregunto sobre el cantante ella extrañada le comento “mi oni-chan salió en la madrugada… dijo que estaría fuera todo el día y me pidió que cuidara de las canciones y de los cielos ¿lo necesitaba? Minato-san”. Algo muy malo le había ocurrido al cantante puesto que en esos momentos aun no era ni medio día y la mansión se encontraba sola. El doctor se dirigió lo más rápido posible a la dirección que le había dado el cantante, al llegar se sorprendió ya que era un hotel de mala muerte, a los alrededores se podía ver a alcohólicos, prostitutas tanto menores de edad prácticamente unas niñas asta mujeres maduras todas en diminutas prendas y altos calzados, drogadictos tirados en las aceras. Cuando pasaba cercas de algún individuo recibía proposiciones sexuales incluso de los hombres y preguntas de si les podía dar unas monedas, deprimente… muy deprimente ¿Qué se suponía que estaba haciendo el mejor cantante de Japón y de países cercanos en ese lugar de mala muerte y principalmente en un hotel? Cuando entro al hotel con todo y auto pasaba las habitaciones hasta que llego a la indicada, bajo lo más rápido posible del auto y yendo asía el cuarto donde por fuera se ponían escuchar gemidos de dolor, cuando intento abrir la puerta esta estaba cerrada con llave, con una fuerte patada la abrió y la escena del interior no hiso más que enfurecerlo… un hermoso castaño se encontraba atado de pies y manos a cada esquina de la cama, se encontraba amordazado y claramente drogado, desnudo completamente pero eso no era lo peor el mismo bastardo que había abusado sexualmente de Maiko se encontraba sobre el castaño solo con unos pantalones y moviendo un juguete sexual en la pequeña y estrecha entrada, y masajeando con brusquedad el flácido miembro del joven, el cual no sentía ningún placer solo repulsión y asco.

-¡¡Shuichi!!-dijo acercándose a la cama y botando al bastardo lejos del cantante que lloraba a pesar de estar casi inconsciente.

-¡¿Quién eres tu imbécil?!-dijo el bastardo tratando de golpearlo pero Minato con un golpe lo había dejado noqueado.

-Mi… na… to…-susurro Shuichi con voz dañada por el llanto.

Minato lo vio con claridad, estaba golpeado y lastimado, las muñecas y los tobillos estaban enrojecidas por las ataduras, la entrada del cantante dañada por lo menos un pequeño vibrador, tal vez el imbécil del bastardo pensaba que Shuichi era virgen y trato de ser “gentil” como con Maiko al prepararlo con un pequeño vibrador, aunque sabía a la perfección que a simple vista se podía decir que el cantante era virgen al no… ¡eso no importaba!, saco con sumo cuidado el vibrador encendido produciendo que el cantante gimiera de dolor pero afortunadamente solo estaba poco menos de la mitad en el interior, después de sacar por completo el juguete del interior del cantante, le quito la amordaza y las ataduras, pero lo más extraño de todo era el cabello castaño y los ojos avellana, pero a pesar de todo podía reconocer ese cuerpo desnudo donde sea y ese era su Shuichi.

-mi Shuichi… te dije que no hicieras una locura-dijo abrazando al asustado cantante que sollozaba aferrándose a él.

-tenia… tenia… que hacerlo… estaba…amenazando… a Maiko… una vez… mas…-dijo entre lágrimas.

-¡¿Cómo?!-pregunto molesto asiendo estremecer del miedo al vulnerable cantante, estrechándolo más contra si-¡no era necesario esto! Tu aun ni siquiera has superado lo que te hicieron esos bastardos por proteger al escritor de quinta-dijo furioso.

-si… si no era… yo… era ella… y a ella… no la vuelve a tocar más en su puta vida… tenía que hacerlo para alejarlo lo suficiente de Maiko… recuerda los cargos que se le dan a un intento de violación a un hombre gestante… ni siquiera tiene juicio… va directo a la cárcel… y le dan hasta quince años pero con sus antecedentes tal vez alcance los treinta…-dijo aun entre lágrimas pero un poco más tranquilo-tienes que tomarme fotografías y llamar a los policías-dijo tratando de mantener despierto.

-es por esa razón que me pediste la pastilla anticonceptiva, por si lo hacía rápido y sin juguetes no te dejara embarazado-al terminar vio como la cabellera castaña asistía, valla que era un buen plan pero tenía una duda-¿Dónde se encuentra tu seguridad? Siempre por lo menos un guardia te acompaña-dijo al ver que no era así.

-les ordene a todos los miembros de la seguridad que protegieran a Maiko y a mis hijos por si sus demás cómplices los atacaban-dijo mucho más tranquilo.

-¿Cómo sabes que tiene cómplices?-pregunto confuso mientras veía los ojos avellanas.

-no creo que haya escapado solo de la cárcel… además de que siempre lograban a cercarse más a Maiko, y eso no podía hacerlo solo con la seguridad con la que cuenta, además de que también trataron de dañar a mis padres- en ese momento el móvil de Shuichi se dejó escuchar anunciando la llegada de un mensaje, Minato le acerco el móvil, cuando termino de leer el mensaje suspiro de alivio-Kotaro y sus hombres lograron detener a las bastardos que trataron de atacar a Maiko-dijo con satisfacción a pesar del dolor que sentía en todo su cuerpo principalmente en sus entrada.

-por cierto en donde se encuentra Maiko, las canciones y los cielos-dijo extrañado al no encontrar a nadie en la mansión.

-se encuentran con el señor Uesugi, le había prometido que le dejaría convivir con sus nietos, los niños creen que fueron invitados por recomendación de Mika-san y Tohma-san-dijo dejándose cubrir por el saco que le ofrecía Minato.

-comprendo…-dijo un poco distraído, viendo a su alrededor, la pared callándose a pesados, el suelo completamente sucio, la cama y las mantas despedían un olor nada agradable, había uno que otro mueble viejo y carcomido por el tiempo, en un rincón podía jurar que la mancha grande y grotesca era sangre seca, una ventana sin cristales y cubiertos con hojas de periódico amarillento, le recordaba tanto a la casa donde vivió con su madre y hermano cuando este estaba embarazado, tratando de protegerlo de su desgraciado y bastardo padre que quería matar a su hermano por el simple hecho de ser un HG y estar embarazado, el bastardo era un homofóbico de mente cerrada y podrida llena de basura supuestamente religiosa.-será mejor irnos lo más rápido posible.

-está bien… pero tendrás que hacerme un informe médico, tomarme fotografías y llamar a la policía para que vengan por este bastardo-dijo tratando de levantarse, lamentablemente el tan solo mover un poco sus caderas le dolía demasiado, era como si hubiera mantenido relaciones sexuales toda la noche, lo peor es solo que había sido solo la mitad de un vibrador que tenía casi el mismo ancho que un dedo grande, le daba gracias al cielo que al maldito no lo hubiera penetrado sin ni siquiera lubricarlo un poco ¿pero cómo era posible que a su hermana menor le hubiera sido lastimada de tal manera? Tal vez si Minato no hubiera llegado lo hubiera descubierto.

Minato siguió todas las indicaciones de Shuichi al pie de la letra, le llamaron a la policía, esperaron hasta que llego esta junto con el abogado del cantante, al dar la declaración y el testimonio de Minato, inmediatamente se dirigieron asía la clínica, pero cuando el cantante no quería que sus hijos, hermana y padres lo vieran de esa forma así que le dio una dirección completamente desconocida al doctor. Se encontraban frente a una puerta de un departamento de unos edificios elegantes pero sencillos, Shuichi iba en los brazos de Minato solo cubierto por una manta que Minato traía en su auto, puesto que toda la ropa que traía puesta Shuichi fue completamente destrozada. Cuando entraron al piso este en si era sencillo con poca decoración pero con estilo y muy elegante, los colores predominantes eran el blanco y el aqua.

-compre este departamento para Maiko-dijo respondiendo la pregunta en silencio de Minato.

-es muy lindo y acogedor, justo como ella ¿porque se lo compraste?-pregunto curioso.

-tengo planeado decirle después del estreno de la película que se mude a este piso… no puede vivir todo el tiempo conmigo y mis hijos, ella es joven tiene que salir a divertirse y con sus amigos-dijo Shuichi en tono maternal.

-suenas como tu madre-dijo Minato dejando al cantante en la habitación principal, con delicadeza.

-ja… será que soy una madre y muy parecida a la mía-dijo divertido viendo como el doctor sacaba todo lo necesario para curarle las heridas.

Minato curo y trato todas las heridas, más otros inconvenientes, las heridas no eran graves, su entrada en unos dos o tres días estaría bien y ya no le dolería pero aun así no podía levantarse de la cama para que su recuperación fuera más rápida y completa, ahora el problema sería que inventarían justificar que el cantante no regresaría a Kyoto donde se encontraban sus hijos y su hermana menor, afortunadamente les había informado de la situación al señor Uesugi y Tatsuha, los cuales se sorprendieron de sobremanera y más el señor puesto que él tenía la idea errónea de que Maiko era algo parecido a una amante mas no su hermana menor, y aceptaron mantenerlos protegidos dentro de la propiedad Uesugi, puesto que sabía que tratarían de infiltrarse a la zona residencial y así fue incluso llegaron traspasar los grandes muros de su propiedad, pero los hombres de Kotaro los esperaban en el interior y exterior, otros hombres y Kotaro se habían quedado resguardado a Maiko y otros más en la casa de sus padres, ese maldito había investigado un poco a Maiko al grado de saber dónde vivía y con quien vivía, por lo menos no sabía realmente quien era realmente Shuichi, no sabía que su hermano era el mejor cantante de Japón, solo sabía que tenía una gran fortuna, quería extorsionar a Maiko, abusar nuevamente de ella y quedarse con su “hijos”, todo eso se lo dijo mientras le destrozaba la ropa e introducía el juguete sin ningún cuidado en su estrecha entrada que solo permitió que esa cosa llegara menos de la mitad y después empezó a moverlo con brusquedad mientras tomaba su flácido miembro tratando de estimularlo, logrando que solo se asqueara mucho más, afortunadamente había llamado a Minato desde el baño del cuarto de motel, el encuentro fue en un café para arreglar los “acuerdos” a los que llegarían pero el bastardo le drogado mediante el café que ya le había ordenado minutos antes de que llegara el cantante, cuando se dio cuenta de esto gran parte de su conciencia se iba sumergiendo en la oscuridad y ya estaba siendo trasladado al motel que por milagro logro leer la dirección en la cual estaba, logro llegar al baño de la asquerosa habitación y llamar a un confundido Minato, llegando justo a tiempo ya que a escasos segundos de que la puerta fuera abierta el maldito bastardo le había dicho “ya es hora de que debute eso precioso culito”. El cantante solo rogo por que fuera rápido, pero en ese momento había llegado Minato para salvarlo.

-papi aún no ha llegado…-dijeron al unísono las canciones al llegar a la antigua propiedad del templo Uesugi.

-al parecer no…-dijo viendo de un lado a otro y al otro en busca de la camioneta familiar del cantante.

-¿Por qué no van a refrescarse antes de la cena Maiko-chan, niños?-dijo Tatsuha tratando de desviar la atención de las cinco miradas desilusionadas.

-claro, vamos niños-dijo Maiko dándoles una sonrisa a los pequeños que alegro a los niños, la akita inu fue al lado de ellos moviendo la colita con precaución y viendo de un lado a otro buscando algún signo de peligro.

Tatsuha solo se quedó observando como las cinco cabezas rubias desaparecían por los pasillos del templo, se dirigió a donde su padre, al llegar dio unos suaves golpes a la puerta escucho el permiso y se ha dentro a la sencilla habitación.

-padre, ya regresamos de la ciudad-dijo colocándose de rodillas enfrente de su padre que estaba en la misma posición.

-¿no surgió ningún inconveniente en la ciudad?-pregunto un poco preocupado por el bienestar de sus nietos.

-no padre, la seguridad de Shuichi es muy buena en su trabajo, cuando nos encontraron rápidamente los detuvieron y se los llevaron sin que nadie se diera cuenta, yo lo hice al ver a Kotaro-san mientras Maiko-chan y los niños estaban en una tienda de helados mientras yo los esperaba afuera junto con la perrita… la  cual también se dio cuenta del peligro-dijo con una sonrisa.

-eso es bueno, pero no eh recibido ninguna llamada de Shuichi…espero que este a salvo…cuando dijo que no importaba salir dañado por cuidar a su hermana lo dijo muy enserio-dijo viendo asía la nada.

-ngh… debió de haberse llevado a Lisiel… tal vez con ella cercas el peligro seria menos-dijo con suma preocupación.

-tal vez… el vínculo que Shuichi y la perrita tienen es muy fuerte como el de una madre y un hijo, pude ver que con solo una mirada se trasmiten sentimientos y pensamientos como si fuera realmente se hija… tal vez es un guardián que llego a la vida de Shuichi para protegerlo, es verdad si se hubieran ido juntos el dolor de Shuichi hubiera sido menos-dijo el señor con pesar, el solo hecho de que lo dejara convivir con sus nietos le había abierto los ojos al ver el gran corazón de Shuichi, además de que Mika y Tatsuha se habían dado a la tarea de hablarles de todo el bien que le hacia la cercanía de Shuichi a la vida de Yuki.

Por unos minutos un sepulcral silencio lleno la habitación pero fue roto con el sonido de una llamada, en la pantalla del móvil se encontraba una foto de Shuichi con un micrófono en mano y en un escenario con el nombre de contacto de “cuñado”, le dio una mirada a su padre y asistió posteriormente tomando la llamada.

-cuñado… ¿cómo fue todo?-Shuichi lo escucho con una sonrisa triste al notar a Tatsuha preocupado.

-si estas con tu padre coloca el altavoz Tatsuha-san-dijo tranquilo.

-claro-dijo un poco sorprendido pero realizando la acción que se le ordeno.

-señor Uesugi, Tatsuha… gracias por cuidar de mis hijos y mi hermanita, todo salió muy bien…-“si claro, bien, idiota”-se escuchó una segunda voz al lado de Shuichi, la cual sonaba con ironía y enojo-cállate idiota, lo importante fue que se le detuvo una vez más y ya no podrá lastimar a Mai…-“pero a qué precio, solo bastaba que me tardara cinco minutos y hubieras sido completamente violado idiota”-pero afortunadamente llegaste antes de que pasara y si me hubiera violado afortunadamente no hubiera salido embarazado por el medicamento que me recetaste… no digas otra cosa más… lo siento señor Uesugi, Tatsuha no fue mi intención que supieran de ello-dijo el cantante apenado.

-cuñado… ¿por favor dime que no fuiste realmente violado?-dijo preocupado.

-no lo fui… por completo, gracias a la intervención de Minato, todo está bien, gracias por preocuparte-dijo con un poco de vergüenza al saber que había preocupado al joven.

-es bueno que estés bien, pero al saber de esto debo suponer que también estas golpeado y adolorido ¿verdad?-pregunto serio pero aun así era notable la preocupación.

-mmm… así es señor Uesugi… Minato mi doctor de cabecera y amigo no me permite levantarme de la cama, además si tontamente lo hiciera con sinceridad caería tan solo dar un pequeño paso…-dijo avergonzado.

-entiendo, será mejor que estés en cama hasta que te recuperes, pero estoy seguro que no quieres que nadie se entere de esto, mucho menos mis nietos y tu hermana ¿me equivoco?-pregunto con seguridad.

-así es, no quiero que Maiko se culpe por esto y mis hijos no deben saber de esta suceso-dijo nervioso.

-tranquilízate, te ayudare, se cómo te debes de sentir y no te preocupes ni Tatsuha y ni yo diremos nada, recupérate tranquilo, mis nietos y tu hermana pueden quedarse en el templo el tiempo que sea necesario-una gran sonrisa surcaba su rostro, la sonrisa no era maliciosa era esperanzadora al tener la oportunidad de tener un poco más de tiempo cercas de sus nietos.

-así es cuñado, en el templo estarán muy bien cuidados y estoy seguro que ese tal Kotaro-san estará rondando para cuidarlos, así que ellos estarán protegidos, así que tal ¿nos permites que se queden unos días aquí con nosotros mientras te recuperas?-pregunto emocionado.

-está bien… solo será por unos días y yo pagare todo lo que consuman los cinco… ambos pares de hermanos duermen juntos, mis canciones duermen con la luz apagada pero mis cielos claros duermen con la luz encendida por sus traumas con esos infelices y los cinco son vegetarianos, no comen algún tipo de carne o procedente de animal… si llevan suficiente mudas para máximo cinco días… a se me olvidaba Lesiel solo come verduras o raíces o algunas semillas creo que Maiko lleva un poco de comida pero tal vez no sea suficiente…-iba a seguir hablando pero Tatsuha lo interrumpió con diversión.

-ya… ya… cuñado, hablas tan rápido que apenas te entendí lo que dijiste-dijo riendo-no te preocupes, en lo poco que he convivido con ustedes ya se un poco, por eso tranquilízate y concéntrate en recuperarte, creo que ya entiendo a Tohma cuando dice que algunas veces te conviertes en mamá gallina-dijo aun riendo pero comprensivo.

-tranquilo Shuichi, yo mismo me encargare de que estén protegidos y cómodos, no se preocupe por los gastos de ninguno que de eso yo me are cargo y no quiero que me contradiga, déjeme sentirlos parte de mi familia realizando esta acción-dijo seguro de sus palabras.

-está bien, pero debe saber que no solo con dinero se podrá ganar su cariño, ellos son unos niños que a pesar de que tengo el dinero suficiente no les eh dado todo lo que desean, ellos mismos se lo han ganado gracias a sus calificaciones o por ser responsables, lo que quiero decir es que lo único que no le permitiré es que les llene de regalos o los consienta, ellos lo que necesitan no es el dinero o regalos es cariño y amor, necesitan sentirse seguros de sí mismos esto también incluye a Adán y Edén, si acepta a mis canciones debe de aceptar a mis cielos que son los hermanos de mis canciones-dijo después de una pausa y meditarlo, sabia lo difícil que podía llegar a ser esa situación al monje pero necesitaba dejarle en claro que no permitiría que quisiera comprarle el cariño de sus canciones o que hiciera de lado a sus cielos por no llevar la sangre de un Uesugi… ¡¡cielos!! ¡Ni la sangre de un Shindou y aun así sus padres los trataban como sus nietos sin impórtales los lazos sanguíneos!

Padre e hijo escucharon sorprendidos las palabras del cantante, Tatsuha se recuperó en segundos y una enorme sonrisa curso su rostro al ver la cara de sorpresa de su padre, era bueno que Shuichi le diera limites a su padre puesto que como padre podría llegar a ser el más estricto de todos, pero tal vez como abuelo podría ser el más consentidor en la faz de la tierra, y eso se podía confirmar por todos los preparativos que realizó desde el primer instante en que colgó el teléfono cuando Shuichi explicó en la situación en la que estaban y solicitaba su ayuda para resguardar a su hermana y sus hijos, el monje se recuperó y solo sonrió con sinceridad.

-está bien, acepto-dijo negando un poco aun con la sonrisa en su rostro-lo aremos a tu manera y créeme que empiezo a ver a Adán y Edén como mis nietos, he visto como se protegen los unos a los otros en el poco tiempo que los he visto así que no te preocupes y concéntrate en regresar pronto por ellos ¿entendido?-dijo un poco severo para que el cantante se diera cuenta que hablaba con la verdad.

-bien… señor Uesugi… gracias…

-¿te encuentras bien cuñado?-pregunto preocupado al solo escuchar una profunda respiración y un gran suspiro de parte de Minato.

-lo lamento pero el medicamento que le suministre le causa sueño… se ha dormido y no despertar en unas horas-dijo un poco nervioso.

-no se preocupe Minato-san, cuide de mi cuñado por favor-dijo Tatsuha con una sonrisa.

-cuide de Shuichi.

-así lo are, después de todo lo amo con todo mi corazón… cuando despiértele diré que les llame, gracias por todo-al terminar de hablar termino la llamada sin esperar respuesta del padre o hijo Uesugi.

Ambos monjes se quedaron sorprendidos por las palabras del doctor y se vieron a los ojos durante varios segundos hasta que unas lindas risas se escucharon en la habitación al ver el rostro sorprendido de los adultos que ahora los veían con miedo.

-¿Qué fue lo que escucharon… canciones?-pregunto el señor Uesugi con temor.

-¡de principio a fin!-los monjes se quedaron en shock al escuchar eso-disculpen no queríamos escuchar y parecer entrometidos no somos así pero su conversación con nuestra mami se escuchaba desde fuera… nos dio temor de que nuestros hermanos o nuestra tía escucharan algo así que nos quedamos a vigilar de que no se acercaran… así que nuestra mami no regresara hasta unos días más-conforme hablan sus lindas sonrisas iba desapareciendo hasta quedar una triste mueca-pero es necesario para que se recupere de lo que le hiso ese tipo…-hablaron con una mescla de tristeza y molestia que no pretendían esconder.

-el estará bien, ah~ recuerden que él es Shindou Shuichi, él en menos de tres días estará entrando por la puerta con una gran sonrisa para llevarlos a casa, pero por ahora lo que necesita es que ustedes estén seguros y a salvo, pero también necesita descansar bien, pero para eso necesitamos que aun sigan en la ignorancia su tía y sus hermanitos, algunas veces es mejor el no saber que el saber ¿así que nos ayudarían a lograrlo?-pregunto el hombre mayor con una de sus manos en un hombro de los gemelos.

Ellos asistieron con lentitud y clavando sus joyas amatistas en la seria mirada oscura que los veía con preocupación pero con cariño al tenerlos tan cercas, esa era la primera vez que los tenia a solo unos centímetros de su rostro, los niños de un momento a otro se abalanzaron asía el sorprendido monje que se quedó en shock y logrando que Tatsuha sonrieran con más amplitud, esos niños al parecer también deseaban conocer a su abuelo.

-abuelito…-ambas vocecillas perturbaron al monje que no salía del shock en el que se hundió aún más en él.

-¿co… cómo?-logro formular esa sencilla pregunta sintiendo la calidez de las canciones.

-padre… ellos saben que eres su abuelo, no tenemos que esconderlo-respondió viendo la linda imagen que le ofrecían sus sobrinos y su padre.

El monje solo se les quedo viendo a los ojos y sonrió con ternura estrechando con más fuerza a sus nietos que reían encantados. Tatsuha y las canciones de amor le explicaron con detenimiento del saber de su procedencia y él lo entendió prometiendo que no diría nada de su situación. Llego la hora de la cena llevándose acabo amenamente, las canciones les dijeron a sus hermanos y tía que su padre les había llamado diciendo que no podría llegar en algunos días por algunos problemas que se le habían presentado, a Maiko no le extraño que su hermano llamara a las canciones antes que a ella, solían ser prioridad dar aviso a sus canciones que a ella así que lo tomo con normalidad. En el templo Uesugi el tiempo pasaba con tranquilidad, los cuatro niños se habían acostumbrado a llamar al monje “abuelo”, por las tardes el señor Uesugi solía enseñarles a los cinco a jugar shogi para las canciones el juego fue muy sencillo ya que sabían jugar ajedrez incluso tenían premios de los torneos en los que siempre participaban en los cuales siempre terminaban en empate, puesto que al final terminaban compitiendo entre ellos y terminaban por decisión mutua en empate al saber que jamás llegarían a ganarse el uno al otro puesto que sus mentes estaban conectadas a tal punto de saber el movimiento del otro imposibilitando una jugada decisiva, pero a pesar de terminar por mutuo acuerdo el empate, siempre era muy interesante verlos jugar por la rapidez y la destreza con la que jugaban. Con solo una explicación del juego lo llegaron a entender con rapidez y al enfrentarse por primera vez dejaba maravillados a quien los viera no importando que Maiko que ya los había visto jugar ajedrez, movían las piezas con inteligencia y destreza, en la gran mayoría del tiempo no veían asía el tablero sino asía las joyas del contrario, en su rostro se veía una enorme sonrisa cuando se lograban meter en aprietos solo motivándolos aún más…

-¡empate!-sorprendieron al señor Uesugi y a Tatsuha al decir esa palabra tan repentinamente ya que ambos aún tenían al rey y un cabello.

-¡increíble! Solo vasto con una explicación para que jugaran de esa forma-dijo maravillado Tatsuha.

-bueno mis cancioncitas siempre han sido muy buenos es el ajedrez-con orgullo dijo Maiko.

-¿Quién les enseño a jugar ajedrez?-pregunto interesado el señor Uesugi.

-nuestra mami nos enseñó alrededor de dos años atrás-dijeron al unísono con una gran sonrisa.

-pero… mi aniki siempre hablo de mi cuñado como un cabeza hueca… incluso me dijo una vez que Hiro-san le había dicho que Shuichi era un completo desastre en los estudios-dijo confundido llamando la atención de su padre.

-y así es, en la escuela siempre era un desastre con notas más bajas de la clase, no se diga en matemáticas-rio al recordar muchas de las notas de su hermano.

-pero para jugar ajedrez tienes que tener una gran destreza mental y se dice que también ayuda mucho la inteligencia-dijo Tatsuha aun confundido.

-bueno mi oni-chan es algo… especial, realmente es muy inteligente mucho más que yo y eso que tenía buenas notas, lo que quiero decir es que el IQ de él es de 136 puntos, pero jamás le gusto la escuela o estudiar y mucho menos los exámenes, a pesar sabia las respuestas de los exámenes se le hacía muy aburrido y prefería cantar o hacer cualquier cosa antes que los deberes de la escuela, pero en si mi oni-chan puede ser considerado fácilmente como un genio o bueno lo es en la música o en la cocina ¿sabían que mi oni-chan tiene una licenciatura en gastronomía? Termino sus estudios cuando las canciones tenían año y seis meses y solo vasto menos de dos años para que lo lograra-dijo orgullosa y con una sonrisa de suficiencia.

-¡cielos! Ya entiendo de quien heredaron la inteligencia las canciones y yo todo este tiempo pensé que la habían heredado de mi aniki, pero veo que eso es bueno, así que es verdad eso de que los hijos hederán la inteligencia de la madre y no del padre ¡es bastante cierto!-dijo divertido mientras veía como sus cuatro sobrinos jugaban con una Lesiel de talla grande.

-¿Yuki-san es competitivo?-pregunto Maiko inesperadamente y viendo a sus sobrinos.

-sí, le gustaba competir constantemente con Mika de lo poco que recuerdo-dijo sonriendo-¿Por qué lo preguntas?-pregunto interesado.

-no sé si lo noto pero entre ellos existe algunas veces rivalidad muy grande, pero solo por los juegos de mesa, quien es él ordena y quien es el primero en terminar… aunque siempre terminan a la par, esos pequeños tienen las mismas capacidades, aunque donde Aki es una gran cantante, no tiene las misma fluidez al escribir como Akio y él no tiene el mismo desenvolviendo al cantar como Aki, pero jamás compiten en el área de la música o la escritura porque sabrían que perderían y ellos quieren tener la misma capacidades en las áreas donde compiten-dijo con una sonrisa.

-eso es muy bueno, quiere decir que a pesar que saben sus debilidades no se aprovechan de ellas para vencer al otro… mi cuñado es la mejor madre que podría haber en el mundo, ya que al crearlos con esa amabilidad y bondad con la que cuenta ese cabeza hueca-dijo agradecido y con una enorme sonrisa.

-es verdad…

*** DEPARTAMENTO DE MAIKO ***

Después de dos días, Shuichi ya podía caminar casi a la perfección, pero lo que si tardaría en sanar serían los múltiples golpes y rasguños recibidos en todo el cuerpo, el más notorio era un en la mejilla izquierda que en esos momentos era de color morado y otro en su vientre que estaba mucho más marcado y morado que el de la mejilla, en el centro del hematoma había una pequeña pero profunda cortada que le dolía cada vez que caminaba.

-mmm… Mi… ah… Mina… ang… to… mas…-trataba de decir Shuichi pero los suspiros y gemidos de excitación se lo impedían.

-abusas de mí, Shuichi… eres todo un goloso-dijo con fingida molestia pero obedeció gustoso.

-que… que delicia… mmm… mas… fue… rte… -Shuichi se retorcía de placer.

-Shuichi… trata de no moverte demasiado, tus heridas…-trataba de calmar los estremecimientos inconscientes de Shuichi.

-ang… calla… te… y continua…

-ah~ eres imposible…

Minato siguió con su tediosa tarea, movía las manos de arriba abajo sobre la extremidad del cantante la cual por sus movimientos estaba caliente, roja y húmeda. De un momento a otro la extremidad que Minato tenía entre sus manos desapareció…

-ahora este pie…-dijo mientras colocaba su pie en frente de Minato, el doctor solo negó con diversión.

-lo reitero… abusas de mí, Shuichi, que sea tu amigo, hermano y doctor no quiere decir que sea tu masajista personal…-dijo divertido mientras le untaba un poco de aceite en el pie dejándolo húmedo.

-es tu culpa por haberme confiado tu más vergonzoso secreto-dijo con burla.

-el que te contara que fui masajista de medio tiempo para pagar mis estudios y aportar dinero en la casa en la época más difícil que enfrente junto con mi madre y mi hermano embarazado… pero en ningún momento fue vergonzoso-dijo con normalidad, sin ningún signo o sentimiento de molestia o incomodidad, todo lo contrario se mostraba orgulloso de haber aportado demasiado a pesar de ser el culpable de toda la tragedia de su familia pero principalmente de todo el dolor de su amado hermano mayor.

-oh… yo no hablo de trabajar y aportar dinero sino de cómo te lo ganaste, masajeando los pies, espalda y piernas de un montón de hombres arrugados, llenos de pelo y apestosos-dijo burlón al ver la palidez y la mueca de asco del doctor.

-no me lo recuerdes…-dijo haciendo una cara de asco-además no solo fue a un montón de viejos… también a las mujeres que al menos ellas si se bañaban y los masajes eran terapéuticos y no de placer como los que te estoy dando a ti… además recuérdame porque demonios te estoy masajeando los pies…-eso ultimo lo dijo con fingida molestia.

-por lento y estúpido…

-¡¿Cómo…?!

-si, por lento y estúpido… cuando le confieses tus sentimientos a mi hermana ya no te veré como un lento y estúpido-dijo seguro viendo a los bellos y tristes ojos azules del joven doctor.

-Shuichi… sabes perfectamente que no puedo… no quiero lastimarlo… él…-su mirada estaba perdida mientras seguía frotando el pie del cantante, de un  momento a otro se dio cuenta de sus últimos balbuceos-lastimarla, ella debe estar con alguien más… ella…

-ciertamente aprendí del mejor-dijo al aire soltando una risa desganada.

-¿Qué quieres decir con eso?-pregunto confundido.

-que indirectamente aprendí de ti a guardar mis sentimientos Minato…-hiso una pausa viendo la confusión en las joyas zafiros y con una sonrisa acaricio la mejilla de Minato-pero primero deberías contarle tu vida y la de tu familia-dijo dándole un beso en los labios.

-es verdad… es por eso que jamás le diré mis sentimientos a ella…-dijo con voz ausente y sin dejar su tarea de acariciar sus pies.

-terco-dijo tajante, Shuichi.

-cabeza hueca-Minato contraataco.

Cuando el cantante iba a contraatacar su móvil se escuchó por la habitación llenando el silencio.

-¿sí? Habla Shindou-dijo cuándo tomo la llamada sin ver el contacto.

-Suindou-sama que bueno que lo encuentro disponible-el hombre se escuchaba ansioso y preocupado.

-Masao-san ¿Qué sucede? ¿Su familia se encuentra bien?-hablo preocupado por la seguridad y bienestar de la familia del jefe de seguridad la zona residencial.

-si muchas gracias por  preocuparse por mi familia… lo que me tiene preocupado es por su mansión… mejor dicho por su hectáreas de bosque… y el bosque aledaño a ellas…-dijo preocupado e incluso enojado.

-¿Qué sucede con ellas?-pregunto exaltado, esas hectáreas eran un paraíso no solo para sus hijos que necesitaban de aire fresco y puro por su asma que gracias al bosque no era tan grave como se suponía que sería si vivieran en la ciudad.

-en el bosque aledaño al suyo… una empresa quiere… quiere comprar ambos bosques para construir una gran fábrica extranjera de neumáticos… si… si la compran…

-mis hijos se enfermarían…-hablo ausente.

-es por eso que le estoy hablando… vinieron los de la empresa a buscarlo… el guardabosques del bosque llamo advirtiéndome para que le diera aviso… el bosque está en peligro no físicamente… también económicamente… el gobierno les quito la ayuda que les daba, ya que ellos quieren que se construya esa fábrica extranjera…

-¡¡eso no pasara!! Ahora mismo voy a comunicarme con el guardabosques, gracias, muchas gracias Masao-san-agradeció con una mescla de sentimientos.

-desde que me ayudo con mis problemas familiares de jure que aria cualquier cosa por proteger a su familia, ya que es de la única forma que me permitió recompensarle-dijo solemne.

-Masao-san en ese momento y mucho menos ahora te gaviaría con pagar una deuda de 2 millones de dólares y lo que menos quería es que me juraras proteger a mi familia… pero si haciéndolo te sientes mucho mejor por eso… te agradezco con el alma-dijo sincero y con una sonrisa de ternura.

-yo le debo de agradecer… por favor, haga lo que tenga que hacer para que esa fábrica no se construya…-suplicó.

-no te preocupes ahora mismo iré hacia allá…

-¡¡cielos Shuichi!! ¡No puedes levantarte tus heridas no están ni cercas de sanar! ¡Te vas a lastimar mucho más!-grito exasperado.

-Shindou-sama… ¿ese es el doctor Aida…? ¡¿Se encuentra bien Shindou-sama?!-pregunto ahora mucho más alterado.

-mmm… no realmente…-eso lo dijo en un susurro-¡¡pero eso no me va a detener…!! ¡¡¡AH~…!!!-lanzo un gemido de dolor.

-¡te lo dije cabeza hueca y testarudo!

-en vez de estarme riñendo ayúdame a llegar a al bosque que lo pueden destruir ¡Minato!

Minato se quedó helado al escuchar que el amado bosque de Shuichi podría ser destruido, el sabia lo importante que eran esa tierras para el cantante, no por el poder, sino por la increíble naturaleza del cual ese bosque era poseedor, los animales y las diversas plantas de las tierras, cuando compro la mansión le inventaron a comprar parte del bosque ya querían hacer una serie de fábricas y los primeros vecinos se oponían a esas contriciones, compro parte del bosque queriendo comprarlo por completo pero no le fue permitido por el gobierno, tal vez esperando que poco a poco se fuera quebrando para ser vendido a una empresa extranjera solo para obtener más dinero con la venta o mejor dicho destrucción del bosque de mil quinientas hectáreas. El doctor solo fue consiente cuando vio que Shuichi casi cae por apresurarse al caminar, lo tomo de la cintura y lo acerco asía su fuerte cuerpo, vio las joyas amatistas húmedas por las lágrimas, lo llevo hasta la cama cuando vio que el cantante iba a replicar hiso lo único que era capaz de callar al cantante y quedarse tranquilo en situaciones como esas… lo beso con intensidad asta quitarle por completo el aliento ¿Cuántos años llevaba asiendo eso…? ¿1…? ¿2…? ¿5…? No sabía y no llevaba la cuenta y no le interesaba en lo absoluto, lo único que importaba era que por fin el cantante estaba tranquilo y con la respiración alterada, le quito la camisa del pijama y tomo las vendas que estaban en su maletín, cubrió las heridas con rapidez y habites ajustándolas un poco pero sin lastimar al cantante que estaba por fin tranquilo, fue asía el rostro y la herida claramente visible le coloco un ungüento y con una gasa la tapo para que no se viera la gravedad de esta. Comprobó que la llamada aún no se había cortado.

-Masao-san que bueno que no ha colgado… iremos asía allá en unos minutos nos veremos-y sin esperar contestación colgó.

Hiso que el cantante se acostara boca abajo y sin nada que le estorbara la visión tomo otro ungüento y separando los glúteos dejando ver la entrada color rosa y casi curada del todo paso sus dedos por ella aplicando el medicamento en gel con mucho cuidado, podía escuchar los sonidos del cantante, sabía que era por lo frio del medicamento y por el dolor que le producía que aun rosara la delicada zona es por esa razón que no utilizaba ni pantalones de pijama, ni ropa interior solo la camiseta del pijama que por cierto le quedaba grande al ser de Minato.

-insisto Minato… calienta el medicamento… está muy frio…-decía entre gemidos.

-ya te lo he dicho Shuichi, el medicamento es frio y es un analgésico que solo funciona a bajas temperaturas te ayudara a soportar la ropa por un par de horas, después de eso te dolerá y tendré que aplicártelo una vez más… espero que acabe pronto…-dijo un poco angustiado terminado de aplicarle el medicamento.

Cuando Shuichi se vestía, Minato se fue a la sala encendiendo la televisión cuando se dio cuenta que en el noticiero de esa tarde se presentaba ante la pantalla la entrada de la zona residencial.

“-hola Japón, soy Inoue Luna Andrea y estoy a las a fueras de la mejor zona residencial del país, una zona residencial famosa por su discreción y belleza, también por albergar grandes personalidades no solo del espectáculo, sino de la política, médico y legal… la zona residencial White Rose donde se rumora que la mansión de la colina-dijo apuntando los grandes muros los cuales ocultaban gran parte de la mansión-es el hogar de nuestro gran cantante Shindou Shuichi, aunque también se rumora que es la mansión de uno de los mayores traficantes de drogas del mundo, pero como se dice solo son rumores, pero lo que sí está confirmado es que una parte del gran bosque del mismo nombre White Rose que se quiere destruir lo tiene esa mansión, si el dueño de la mansión acepta vender esa parte del bosque se perderían no solo un hermoso bosque sino una gran variedad de plantas y animales, por esa razón una gran numero de ambientalistas están en la entrada tanto de la residencia y el bosque tratando de detener la venta del bello bosque a pesar de ser una gran reserva natural el gobierno la desamparo del todo dejando que se fuera a la quiebra especialmente para venderlo…-con un gran profesionalismo y sin miedo a nada, decía la joven reportera mitad japonesa, mitad mexicana de cabello rizado castaño a lo largo de los hombros, ojos almendrados y tez blanca, de estatura alta y gafas de armazón ligero y negro.”

-había escuchado que se rumoraba que esa mansión era mía, pero saber que se rumorea que es de un traficante de drogas es un poco perturbador…-dijo Shuichi en un tono que mesclaba diversión y nerviosismo.

-es la primera vez que escucho de los dos rumores, pero mejor nos vamos porque se acaba el tiempo en que el medicamento tenga aun su efecto analgésico.-dijo Minato levantándose para ayudar al cantante que se sujetaba levente de la pared que tenía detrás.

Se dirigieron asía White Rose lo más rápido posible, y durante el trayecto le llamo al abogado para que le asesorara y que le ayudara. Estaban más cercas de las enormes y pesadas rejas de White Rose, pero la siempre tranquila y desolada entrada ahora estaba llena de reporteros esperando una respuesta entre los habitantes que salía y entraban, cuando le faltaban unos veinte metros para entrar una camioneta salió de improvisto y de ella salieron unos hombres vestidos de negro para hacer una muralla y que dejaran pasar con tranquilidad el auto azul cielo de Maiko el cual era manejado por Minato, los reporteros se quejaban y reclamaban al no poder hacerle unas preguntas al misterioso auto con cristales humeados, al llegar a la ventanilla de los guardias ambos cristales fueron bajados y se identificaron sin sacar las cabezas de las ventanillas.

-siento causarles tantos problemas Masao-san…-susurro viendo a los reporteros molestos.

-esa no es su culpa mi señor es culpa del que no le quisieran vender antes la área protegida-dijo haciendo una reverencia que fue notada por algunos reporteros que con mucha más curiosidad veían al guardián.

-gracias, ahora dime dónde puedo encontrar a esos idiotas que quieren comprar mi hermoso bosque-susurro con molestia.

-se fueron asía la reserva… y me dijeron que si usted podía que se fuera asía allá-dijo con aprensión.

-está bien…-fue interrumpido por otra voz que se dejó escuchar desde atrás.

-mi señor si usted gusta podríamos dirigirnos ahora mismo asía allá-dijo un hombre maduro con traje inmaculado, viendo con molestia las cara lastimada del cantante, sabía perfectamente el porqué de esas heridas y afortunadamente al bastardo ese le habían aumentado su estadía en la cárcel ahora a y 45 años y a sus cómplices por 30 años, tenía que decirle a su cliente esa buena noticia ya que tan solo un par de horas antes se la habían dado, una de las ventajas que era ser un HG era que ese tipo de juicios no tardaban más de una semana y más si se era una figura pública como su cliente.

-Iki-san buena tarde y muchas gracias por venir-susurro aun el cantante al ver que un periodista se había acercado para escuchar lo cual no lo logro gracias a uno de sus guardaespaldas.

-no se preocupe, sabe que estaré disponible para usted en todo lo que necesite-dijo haciendo una reverencia.

-gracias, será mejor ir para la reserva antes que sea más tarde-dijo al ver ya iban a ser las tres dela tarde.

-claro-dijo el abogado dirigiéndose a su auto.

-Masao-san gracias y nos vemos luego-dijo el cantante despidiéndose con la mano y volviendo a subir el cristal de la ventanilla, el guardián reverencio a modo de despedida.

-vamos Shu, espero que esos imbéciles no te la pongan difícil necesitas descansar-dijo preocupado encendiendo el auto y mostrándole el camino a Iki.

Rodearon los muros bajos de White Rose los cuales eran rocosos dándole un estilo victoriano, llegando a los limites los cuales se podían observar ahora grandes muros los cuales tenían el mismo estilo solo que en un blanco inmaculado bien cuidado, de los cuales solo sobresalían la mitad de los arboles más grandes del lugar.

-yo también lo espero, pero Iki-san me dijo algo que se podía tomar a nuestro favor y tomar gran ventaja de ello-dijo feliz el cantante recordando la llamada.

-¿Cuál es esa ventaja?-pregunto curioso.

-cuando estemos allá lo descubrirás-mostro una bella sonrisa que estremeció a Minato.

El  doctor solo suspiro con un poco de inseguridad, en ocasiones los sentimientos que lograba despertar Shuichi en él eran bastantes… perturbantes. En lo que restaba de camino se mantuvieron en silencio disfrutando dela vista del bello bosque. Cuando llegaron a unas rejas mal cuidadas por falta de recursos en donde se encontraban más periodistas, lo cual sucedió lo mismo que en la zona residencial, de la misma camioneta salieron los mismos guardaespaldas para hacer un muro y que pasaran tranquilos, Minato y Shuichi los cuales se encontraban en silencio pero relajados se vieron con seriedad y se tensaron al momento de en ver una escondida y pequeña edificación algo descuidada y en frente de ella había unos autos nada sencillos por todo lo contrario destilaban arrogancia y lujo por si solos, se estacionaron muy apartados de esos autos tanto Minato e Iki el cual fruncía el ceño con un poco de molestia al ver los autos, el abogado a pesar de tener un gran prestigio al ganar todos sus casos él era de clase media y solo cobraba lo gusto, era uno de los pocos abogados que cobraba lo gusto y que tenía ética, esas cualidades le habían atraído la atención de ese generoso cantante.

-confió en su estrategia Iki-san-dijo Shuichi con una sonrisa amable pero con miedo en los ojos.

-tratare de no decepcionarlo Shindou-sama-dijo dando una reverencia.

-no sé qué traman solo espero que funcione y sea rápido… Shuichi necesitas reposar aun-dijo tomándolo de la muñeca y caminando hacia la edificación.

Iki se sorprendió de la forma en que el doctor tomo a Shuichi y se entristeció, bueno además sabía que no tenía ninguna oportunidad con ese hermoso cantante. El trio llego en frente de la puerta donde a pesar de que estaba cerrada se escuchaban gritos de enojo en un idioma claramente extranjero, sin tocar Shuichi azotó la puerta al entrar furiosamente.

 -disculpen la tardanza me fue imposible llegar antes-dijo dándoles una sonrisa cálida a los guardabosques y una amenazante a los extranjeros y al sorprendido gobernador.

-Shindou-san ¿Qué lo trae por aquí?-pregunto el gobernador con confusión y miedo, ya que ingenuamente llego a pensar que el cantante no metería su nariz y que aparte dócilmente vendería la gran mayoría de sus hectáreas, pero por la mirada que le dirigió se dio cuenta que no sería así.

-vengo a hacerle una propuesta que no se negara en lo absoluto-se dirigió asía la silla más cercana pero no se sentó solo se sostuvo del respaldo, acomodando sutilmente el talle del pantalón, le comenzaba a incomodar las telas, y de eso se dio cuenta el doctor y el abogado los cuales estaban detrás de él.

***la nacionalidad que había escogido para los empresarios que querían comprar la reserva y bosque White Rose, la dejare en el anonimato, puesto que por los conflictos reales que están teniendo últimamente en esos países no quiero que piensen que podría burlarme de ellos y se preste a malas interpretaciones, gracias por su comprensión.***

-¿Shindou Shuichi…? ¿Pero qué hace usted aquí?-el empresario rubio y de ojos grises se maravilló con el cantante, pero al igual que todos en el lugar se sorprendió por las claras heridas del joven, el cual no se dio cuenta que hablo en su idioma base.

-si soy yo y el por qué estoy aquí es sencillo, no dejare que compren esta reserva natural y mi amado bosque-dijo con seguridad en el idioma del extranjero.

El gobernador sudaba frio, tal vez con la influencia que llegaba a tener el cantante con todas las personas podía convencer al extranjero con facilidad, lo cual no le convenía, quería esos millones en su cuenta bancaria personal, sin importarle nada en lo absoluto.

-¿su amado bosque?-pregunto el empresario con confección, ahora en japonés pero su claro tono extranjero.

-así es señor, soy el dueño de una parte de este bosque, el cual no pienso vender por todo el dinero del mundo-dijo viendo los ojos maravillados del empresario que lo veían con fascinación.

-¿puedo preguntar el por qué?-dijo en japonés y con una sonrisa coqueta.

-por motivos de salud-contesto Iki que se colocó enfrente del cantante al notar la mirada del extranjero.

Todos en el lugar se sorprendieron por dos motivos, el primero la postura defensiva que habían tomado los acompañantes de cantante, Minato había colocado una mano en la cintura del cantante en signo posesivo y el abogado enfrente en signo de protección, incluso el mismo Shuichi se había sorprendido.

-¿motivos de salud?-pregunto ahora el gobernador intrigado, aunque con nada se daría por vencido el deseaba esa jugosa fortuna.

El abogado comenzó a hablar y con cada palabra iba dejando sin posibilidades tanto al extranjero a adquirir como al gobernador a defenderse, no hiso falta sacar a la luz a sus canciones ¿motivos de salud? Sencillo, la cantidad de enfermedades que podrían acarrear a una zona claramente habitada por la zona residencial White Rose por su cercanía a la zona, la enorme contaminacion, no solo eso sino también los múltiples fraudes que cometía el gobernador a costa de ese hermoso bosque y muchas cosas más, los extranjeros se fueron de ahí enojados no con el cantante, todo lo contrario le agradecieron con sinceridad al abrirle los ojos puesto que iban a ser víctimas de una enorme estafa, el enojo era para el gobernador, y este no tuvo remedio que cederle las 1500 hectáreas de forma voluntaria a Shuichi y sin recibir un solo yen a cambio o estaba amenazado con que todos sus fraudes serian rebelados, desde que llegaron hasta que el gobernador y sus subordinados se fueron furiosos del lugar ya pasaba de media noche. Los guardabosques se alegraron al ver salir al avaro gobernador y le agradecieron con alegría al cantante.

-no se preocupen seguirán manteniendo sus trabajos… pero ahora quiero que empiecen a restaurar todo lo necesario por el dinero no se preocupen, pero quisiera que era el muro que cubre la otra de zona se tumbara y abarcara este también… conociendo al gobernador estoy seguro que por un tiempo se mantendrá tranquilo solo para idear un plan… por lo menos con el muro y las cámaras se estará más vigilado…-susurro el cantante el cual se estaba muriendo de sueño y también trataba de olvidar el creciente dolor, en esas horas fue necesario que Minato le aplicará el medicamento en más de ocho ocasiones.

-tenemos que irnos Shuichi, has estado demasiado tiempo fuera de la cama-dijo preocupado.

-está bien… vamos… no soporto la ropa-dijo moviendo las piernas con incomodidad.

A pesar de que los guardabosques no sabían lo que le había pasado al cantante se podían imaginar por el dolor en su rostro y la clara preocupación del doctor y el abogado. Los guardabosques estaban profundamente agradecidos con el cantante puesto que ellos habían vivido toda su vida allí, ellos eran familia, padres, hijos, nietos, sobrinos y tíos conformaban el grupo de alrededor de veinte guardabosques los cuales había hombres como mujeres.

*** DEPARTAMENTO DE MAIKO ***

Minato coloco a Shuichi con delicadeza y suavidad en la cama y le despojo de las prendas dejándolo completamente desnudo y arropándolo, había revisado la intimidad del cantante y solo se había lastimado un poco y el tiempo estipulado para la sanación de la zona seria el mismo.

-que astutos fueron Iki-san y tú, mi pequeño-beso con ternura la frente del cantante.

En el rostro del cantante apareció un lindo sonrojo y una sonrisa feliz, inconscientemente el cantante busco su calor, Minato se colocó al lado de él abrazándolo con cariño pero sin quitarle la manta que lo cubría y así durmieron con tranquilidad.

*** DOS DÍAS DESPUÉS***

Ya habían pasado dos días y el cantante ya caminaba con normalidad sin sentir ningún tipo de molestia en su cavidad, en su vientre la inflamación y el color había mejorado notablemente pero la herid aun no serraba por completo y en su mejilla el hematoma desaparecía poco a poco. Y a pesar de los problemas estaba sumamente feliz y tranquilo por el bastardo, el cual con todos sus aliados estaba en la cárcel de alta seguridad, cuando Iki le había dicho se emocionó y beso con alegría a Minato. En las noticas de la venta del bosque White Rose se había dicho que lo había adquirido el dueño de la mansión y que sería protegido, mas nunca se mencionó quien era el dueño o a qué precio se había vendido sin sospechar que el gobernador se vio obligado a ceder el bello bosque. En esos momentos Minato y Shuichi se dirigían asía el templo Uesugi. Las canciones de amor y los cielos claros junto con Tatsuha y Maiko se encontraban visitando un lago cercano, no sabían de su llegada excepto el joven monje.

-buen día señor Uesugi-dijo el cantante al salir del auto y ver al monje a un par de metros de él.

-buen… día… Shuichi-dijo viendo con preocupación las pocas heridas visibles.

-buen día señor Uesugi-dijo Minato colocándose al lado de Shuichi-mi nombre es Aida Minato un placer conocerlo-dijo dando una reverencia.

-oh y para mí también es un placer conocerlo doctor Aida-dijo el monje dando una reverencia, dirigió su vista al cantante que le sonrió con nerviosismo-hijo…-al decir esto abrazo a un sorprendido Shuichi el cual a los pocos segundos correspondió el abrazo con una sonrisa sincera.

-¿Cómo se comportaron mis pequeños? Señor-pregunto Shuichi al separarse del monje.

-muy bien, son unos verdaderos angelitos-dijo con una sonrisa alegre.

-solo mis cielos ¿verdad?-dijo divertido.

-contando a Lesiel, los cinco se comportaron de maravilla-el monje dijo serio pero en sus ojos oscuros se veía la diversión.

-¿acaso también los gemelos?-trataba de contener unas sonoras risas lo cual no logro.

-claro… hablando de ellos, Shuichi…-en ese momento el monje recupero la seriedad tan característica de él y su mirada oscura busco la mirada preocupada del cantante-ellos escucharon la primera conversación que mantuvimos después de que te fuiste… ellos escucharon lo que te sucedió…-dijo culpable pero ocultando el escucho de que las canciones sabían que él era su abuelo.

-no se preocupe… sabía que no podía mantener esta situación oculta de ellos, solo espero que mis cielos claros y mi hermana no lo sepan-dijo preocupado.

-no, solo Aki y Aiko, pero sería mejor pasar-dijo guiándolos a asía el interior-ellos ahora se encuentran con Tatsuha en un lago cercano-en ese momento llegaban a la sala y a ambos invito a sentarse.

Conversaron amenamente por una par de horas en donde el monje le platicaba todo lo que los niños hicieron durante esos cuatro días en el templo, Shuichi solo se podía imaginar a sus pequeños jugando ajedrez y molestando a su tío en el proceso.

-no es verdad… nosotros no tenemos un mal despertar…-se escuchaban las vocecitas de las canciones las cuales se escuchaban un poco molestas.

-claro que no, solo tienen malos despertares cada mañana de cada día mis hermosas canciones de amor-dijo Shuichi levantándose y dirigiendo la vista asía sus pequeños que estaban en el umbral de la puerta, cuando vio las caras de sorpresa de sus hijos y su hermana solo sonrió divertido-¿acaso no me van a saludar después de que no los vi en cuatro días?-pregunto fingiendo decepción.

-¡¡¡MAMI!!!-las canciones dejaron su estupor y corrieron asía su madre con alegría-hola… tardaste-dijeron un poco tristes.

-disculpen… tarde en sanar un poco pero ya estoy mejor-susurro en el oído de ambas cancioncillas.

-es bueno saberlo… es bueno saber que ya estas mejor…-ellos al igual que su madre susurraron para que solo los escuchara su madre que solo los atrajo asía si con más fuerza pero sin lastimarlos y besaba con fervor las finas hebras de oro.

-¡¡mami!!-ahora los cielos eran quien se acercaban entusiastas.

-oh… mis lindos y hermosos cielos claros… cuanto los extrañe…-decía mientras ahora los abrazaba y besaba a ellos, las canciones se apartaban con una sonrisa.

-mami… ¿Qué te paso?-pregunto Adán tocando con extrema delicadeza la mejilla lastimada.

-¿te duele mucho mami?-pregunto inocente Edén.

-un poco… fui algo torpe y me caí, me golpe la mejilla y el estómago pero ya estoy mejor no se preocupen, Minato ha cuidado muy bien de mi ¿verdad Mina-chan?-dijo con picardía al recordar los deliciosos masajes que le proporcionaba el doctor.

-cof… cof…-un inesperado sonrojo apareció por las blancas mejillas del doctor que aparto la vista del sonrojado y sonriente cantante-no menciones eso enfrente de los niños-dijo en el tono más serio que logro.

-oh… ¡dios! deberíamos repetirlo más seguido ¿eh?-dijo sugerente y coqueto pero sumamente divertido por el sonrojo de Minato que muy pocas veces había divisado.

Maiko se sorprendió pero sobretodo se encelo por el intercambio de palabras y una sombra de tras de ella también quien llamo un carraspeo.

-aniki ¿Qué haces aquí?-Tatsuha sorprendo por la presencia de su hermano el cual se encontraban sumamente celoso.

-¿acaso te tengo que pedir permiso para venir?-se dirigió tajante y frio a Tatsuha sin percatarse de la presencia de los niños-vine porque el viejo me lo pidió-dijo molesto.

-¡no es forma de dirigirte a su padre! Eiri-al unísono se escucharon las canciones parándose frente a al escritor, sus joyas amatistas parecían arder por la furia.

-es verdad lo que dicen mis canciones Uesugi-san, no es la forma de dirigirse a persona que a pesar de que cometió errores solo trata de protegerlo-Shuichi al tratar de levantarse del suelo ya que estaba de rodillas trastabillo por el dolor de la herida en su vientre-¡NGH! ¡AH~!-gimió y sin evitarlo cayo de rodillas tacándose el vientre que comenzó a sangrar.

-¡SHUICHI!/¡MAMI!/¡SHU-CHAN!-fue el grito en general que inundo la sala.

Minato fue el que reacciono primero y fue así a él y con sumo cuidado lo levanto tratando de no lastimarlo.

-necesito una habitación para curar sus heridas y para que descanse un poco, Maiko-chan de mi carro tráeme mi maletín por favor-dijo con tranquilidad siendo en esos momentos el doctor Aida.

Todos en el lugar se movieron excepto Yuki, las canciones de amor y el señor Uesugi, el enojo de las canciones de amor crecía a cada segundo, el ambiente se volvió tan tenso que el monje salió de la sala con discreción (huyo con descaro).Yuki palideció al verse solo con las canciones y retrocedió unos pasos.

-i… iré… con… su… padre…-dijo con un nudo en la garganta lo cual fue un milagro el hecho de hablar.

-¡no ira a ningún lado hasta que nosotros le digamos!-se mostraron directos y fríos, como él.

Yuki tomo una gran boqueada de aire la cual le faltaba con urgencia y lo único que le paso por la cabeza fue sentarse en el sofá más próximo el cual era en frente de las canciones las cuales lo atravesaron con la mirada. Minato curo las heridas abiertas del cantante, el cual paso la noche en el templo bajo el cuidado de Maiko.

-¿realmente que te paso oni-chan?-pregunto preocupada a pesar de sus enormes celos.

-solo me caí y me pegue con el filo de un escalón, eso fue todo mi hermanita-dijo viendo asía el jardín esquivando la mirada de su hermana pero su voz era segura.

Maiko solo asistió convencida sin sospechar absolutamente nada. Cuando los primeros rayos de sol se dejaban ver, Yuki despertó y durante unos minutos se quedó observando sin ver el techo de su habitación en el templo, cuando se fastidio de su ocio se levantó y sin cambiarse el pijama salió con tranquilidad a pasear por los pasillos con tranquilidad, se dirigía asía las habitaciones de huéspedes, abrió las primeras puertas corredizas vio un cabello rubio claro y corto, era la habitación de Minato que dormía con tranquilidad en el futon, cerro con cuidado las puertas y fue así a las otras, una de ellas estaba corrida dejando entrar la luz del pasillo, con mucho cuidado vio dentro de la habitación y encontró a los cielos claros durmiendo con tranquilidad y a las canciones de amor en medio de cada par de hermanos se encontraba un separador de madera con fondo oscuro y unas estrellas y lunas el cual impedía que la luz molestara a las canciones pero que dejaba que la luz tranquilizara a los cielos, Lesiel se encontraba en medio durmiendo con tranquilidad cuando sintió la presencia de Yuki despertó vio a Yuki y no le quito la vista hasta que se fue, fue asía las otras puertas corredizas que se encontraban cerradas, las abrió con mucho cuidado y lo que quiso ver dentro de esta lo dejo triste y muy celoso, en el interior estaba Shuichi y Maiko en diferentes futon pero aun así muy cercas y Maiko se encontraba muy cercas del cantante tanto que se podía ver al ángulo en los que los veía Yuki que estaban en el mismo futon abrazados, guardando sus sentimientos Yuki cerró las puertas y se dirigió a su habitación a tratar de trabajar.

*** POCO TIEMPO DESPUÉS ***

Shuichi se recuperó favorablemente en esos días al grado de que solo tenía una marca en su vientre que aún se recuperaba y en su mejilla su piel era tan blanca y sedosa como siempre. En ese tiempo Mika al fin tenía a su bella niña entre sus brazos a la cual habían llamado Yumi la cual tenía una bella pelusita rubia y unos ojos azules como su padre el cual estaba encantado con ella, había nombrado a Shuichi su padrino. Solo faltaban ocho días para el estreno de la película NUESTRO REENCUENTRO… y en esos momentos Shuichi estaba en el edificio de NG records en la parte de corográficas, era de noche y pocas personas se encontraban en el, Shuichi era uno de ellos, ya que en los últimos días se había sentido enérgico y ansioso, sin saber él porque, se encontraba en una de las salas donde cada cierta distancia se encontraban unos tubos que iban desde el alto techo hasta el suelo, Shuichi estaba al lado de uno de los tantos tubos y un hombre maduro pero muy atractivo, acomodaba unos triples de unas cámaras de video la cual apuntaba a Shuichi.

-cuando quieras comenzar Shu-kun.

-claro… ~Auguste-san~-dijo mientras daba unos pasos asía tras, respiraba profundo y daba la señal para que Auguste iniciara la música de la coreografía…

Por otra parte una sombra extraña y misteriosa seguía con su lasciva mirada al cantante mientras grababa en su celular.

-bien… con esto el jefe estará complacido, ja el mejor cantante de Japón…- paso su lengua por los labios de forma grotesca por la excitación-no eres toda una put*-siguió gravando sin inconvenientes.

-muy bien Shu-kun, fue excelente, muchas gracias por realizar la coreografía-Auguste le agradeció mientras le daba una toalla pequeña para secar su sudor.

-de nada Auguste-san, sabe que puede contar conmigo para lo que sea-dijo sonrojado y tomando la toalla, cuando se secó se abanicó con ella, le estaba dando más calor de lo que debería, puesto que el salón era frio y esa coreografía no debió dejarlo en tal estado de que sentía que su sangre hervía-voy a tomar un baño y me marcho a casa-dijo tomando su maleta y se dirigió asía las duchas.

-bien, nos vemos luego-dijo antes de que el cantante se perdiera por otra puerta, solo recibió una sonrisa y un ademan con su mano.

Shuichi llevaba una hora en la regadera, el agua estaba helada, pero sentía que aunque estuviera tomando una ducha en la Antártida no podría bajar ni cinco minutos su enorme excitación y erección, se había corrido tres veces en ese tiempo y solo había logrado que sangre hirviera con mucha más pasión, necesitaba sentirse en la intimidad con otra persona, no importando si él era el sumiso, el dominante o si era con una mujer, solo quería que el fuego que corría por sus venas se apagara, nunca se había sentido tan excitado ni cuando era un adolecente inexperto y virgen, no tenía ni idea el por qué estaba en ese estado…

“hoy es el último… día de la semana en donde soy más… fértil por el medicamento anticonceptivo… dijo… que en la mayoría de los casos… no se presentaba este efecto secundario… pero tenía que ser yo… y mi mala suerte…”

Salió de la ducha al comprobar que no podía hacer nada por controlar su lívido, caminaba por los pasillos de NG a trompicones, puesto que se sentía sus piernas muy débiles, su vista se fue haciendo borrosa, ya no podía distinguir lo que tenía enfrente de si ni aunque estuviera a 10 centímetros de sus ojos, fue hacia las escaleras que fue lo primero que encontró y fue bajando sujetando lo más fuerte que podía del barandal pero sin darse cuenta se resbaló y cayo sentado, se recostó en las escaleras, una parte de su cerebro le digo que se quedara ahí por unos momentos que nadie lo iría a molesta, pasaron 30 minutos y nadie paso por ahí, asta…

-chi… Shu… Shui… chi… Shuichi… ¿Shuichi te encuentras bien?-escucho alguien llamarlo-vamos… levántate… Shuichi ¿acaso estas ebrio?-pregunto esa persona, el solo negó.

-tengo… mucho… calor…-dijo mientras se galoneaba la ropa como si le quemara.

Sintió como lo levantaban de las escaleras y al sentir un fuerte y cálido pecho se recostó en el como si fuera una cómoda almohada, un olor familiar inundo sus fosas nasales logrando que su ya casi inexistente conciencia se fuera muy lejos de él, sintió como era introducido a un auto, trato de ver por la ventana pero solo distinguía las luces de la ciudad de noche “¿A dónde me llevan?” el olor de la persona en el auto se intensificaba logrando que Shuichi se flotara en el asiento por la excitación, el auto se estaciono “¿en dónde estoy?” Fue sacado del auto de color ¿oscuro o claro? No le importaba de qué color era el auto, subieron por un elevador y fue llevado en brazos por un pasillo corto después entro y cuando un pequeña parte de su conciencia regreso fue cuando lo depositaron en una cama muy cómoda…“¿en dónde estoy…? ¿Quién es él…? ¿Su cabello de qué color es…? ¿Negro? ¿Rubio? ¿Rojo? ¿Castaño? ¿Gris? O de ¿colores?” no sabía de qué color era ese sedoso cabello o de piel pero claramente no le importaba como el hecho de que había sido llevado… “¿Qué es aquí? ¿Una casa? ¿Hotel? ¿Departamento? O quizá una ¿oficina?” No importaba.

-¿Qué es lo que tienes Shu-chan…?-pregunto esa ronca y excitada voz la cual escuchaba distorsionada.

-tengo… mmm… tengo… mucho… color… nhg mucho… color… mmm… por… favor… tócame… tómame…-Shuichi sin poder resistirse más se tocaba la entrepierna con ambas manos.

Sorprendiéndose por las palabras del cantante pero no fue dicho dos veces ya que lentamente se acercó a los pétalos color rojo del cantante para darle un muy necesitado beso que fue correspondido con la misma pasión que le fue dado, poco a poco la ropa de ambos quedo esparcida por toda la habitación y esta fue testigo de la pasión pero sobretodo el amor con lo que le hacían el amor al cantante, esa persona fue delicada, tierna, pasional pero sobretodo amorosa, lo trato como si entre sus brazos estuviera la más delicada y bella joya. El cantante también se entregó de la misma forma sin darse cuenta por toda la noche y parte de la mañana en la cual ambos se durmieron del cansancio pero con una hermosa sonrisa de satisfacción y amor en ella…

“¿ya conozco estos brazos o es por culpa del medicamento…?”

*** CONTINUARÁ ***

¿Quién creen que sea el misterioso hombre el cual Shuichi se entregó tan pasionalmente a pesar de que no sabía quién era?

¿Es conocido o desconocido?

Notas finales:

~Auguste Vestris~: ya lo había mencionado en el capítulo BAILE, era un excelente bailarín en su época, pero en este fic es el coreógrafo y profesor de Shuichi.

Este sería el baile que realizo Shuichi.

***EL VIDEO CLARAMENTE NO ES MÍO, SOLO LO ENCONTRÉ*** https://www.youtube.com/watch?v=w9gkt_GP4uw

Espero que les gustara y ya está más cerca el final, sinceramente espera va con muchas ansias escribir la parte final, puesto que esta traerá muchos sucesos esperados e inesperado según como lo vean.

Adiós y nos leemos después… n.n


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