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NUESTRO REENCUENTRO… ¿UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD…? por ayame de luna

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Notas del capitulo:

Hola…

Primero que nada, la canción que canto Maiko en el capítulo pasado, se llama De Nuevo y es interpretada por Paty Cantú, por si alguna personita no lo sabía.

No voy a pedir perdón porque sé que no me lo merezco, ya que esta vez, estuve reusándome a escribir, no me dio un bloqueo o me quede sin ideas, de hecho las ideas abundaban, pero con tan solo leer el titulo se imaginaran de qué trata este capítulo.

Así que les recomiendo que tengan una caja de pañuelos extra absorbentes por si lloran de la misma forma que yo lo hice al escribir este capítulo.

Como siempre les dejo mi Facebook:

https://www.facebook.com/profile.php?id=100004970505506

Sin más por el momento, paseen a leer…

DOLOR EN ESTADO PURO.

***CONTINUACIÓN***

De un momento a otro unas detonaciones de armas se escucharon por todo el auditorio asustando tanto al público y a los que se encontraban en el escenario que eran todo el elenco de la película y los allegados, hombres vestidos de negro con armas largas y el rostro cubierto se colocaron en fila por los pasillos y las escaleras impidiendo que se levantaran o por lo mínimo se movieran un poco en el asiento ya que si lo asían lo apantanaban entre todos los armados, los llantos y suplicas no se hicieron esperar, hombres , mujeres y niños rogaban por su vida al ver a los imponentes hombres apuntarles.

-¿Qué sucede?

-¿Qué es lo que quieren?

-por favor no nos hagan daño…

-tengo… miedo…

-quiero irme…

-dios mío ayúdanos…

Esas palabras eran escuchadas susurrantes embriagadas en miedo y llanto, Shuichi ubico a sus hijos alrededor de veinticinco filas de asiento abrazados entre ellos y a Minato que estaba en medio de los cuatro en esa fila también vio a Sakuma, Tatsuha, Seguchi, Mika, Ayako, pero Shuichi no les prestó atención a los demás solo a sus cuatro hijos que dos de ellos tenían fuertemente sujetados unos inhaladores y temblaban visiblemente, Minato le susurraba palabras tranquilizantes que los reconfortaba mas no era capaz de tranquilizarlos. Un grupo de hombres subió al escenario y uno de ellos que al parecer era el líder fue directo con Shuichi y lo sujeto del cabello asiendo que callera de rodillas, los gritos de los presentes se acrecentó cuando el cantante toco el suelo con sus manos.

-¡¡¡SILENCIO!!!-grito el tipo con el arma apuntando al público.

El público se susto y entre jadeos el silencio volvió a reinar, por el audífono tanto May como Andrea escucharon que no pudieron cortar la trasmisión y que en los demás países siendo testigo de todo lo que sucedía, pero eso no era todo al parecer habían logrado hackear varias televisoras y mandaban la trasmisión a todo Japón.

-¡¡déjenlo en paz!!-Yuki desde un principio forcejeaba y golpeaba al tipo que lo tenía sujeto, quería llegar asía su amado estaba siendo fuertemente sujetado por sus hermosas hebras color pastel.

-¡te calmas o esta put* se muere!-dijo el tipo que estaba sujetando a Shuichi, Yuki maldijo por lo bajo y se calmó sin perder la vista a su amado.

-¿Qué es lo que desean de mí?-el tipo se volvió sorprendido, entre la abertura de la capucha que cubría su rostro pudo ver los ojos marrón sorprendidos y molestos-ha sido a mí al único al que han rebajado a tal posición tratando de humillarme creen que no me daría cuenta, esto no es ningún asalto o un atentado…-todos veían sorprendidos al joven-¿Cuál es el motivo por el que hacen esto?-trataba de mostrarse frio y calculador, lo podría lograr si sus hijos no estuvieran también ahí tan expuestos al peligro.

-¿Quién iba a decir que la put* tiene cerebro?-levanto el rostro tan fuerte que por poco hace que Shuichi callera de espalda-llegue a jurar que solo tenías bonito el rostro, pero ahora escuchándote tan cercas al parecer también tienes linda voz… ¿cómo se escuchara cuando te la meten por detrás?-lo último lo susurro en el oído permitiendo que solo el cantante escuchara y se estremeciera por el miedo, el tipo pasaba su arma por las piernas y torso del cantante que perdía el color cada vez más-lástima que  el jefe no nos permitió jugar contigo… sería divertido y muy placentero-al decir se relamió los labios con lasciva.

-tal vez permita que jueguen un poco con él cuando todo esto termine-una voz distorsionada se dejó escuchar por todo el auditorio y en la misma pantalla en la que vieron la película ahora se veía un rostro cubierto e igual que su voz la imagen estaba distorsionada-¡oh! Mi querido Shindou Shuichi, ¿sabes? Eres tan hermoso que a muchas personas enamoras… ¿pero qué pasaría si todos los aquí presentes supieran toda tu verdad? Una verdad que escondes desde casi 8 años…-la voz se rio de tal forma que parecía que se ahogaba con su propia saliva.

-no sé de qué demonios hablas-Shuichi se mostró tranquilo pero sentía que su corazón se le sabría del pecho, morirá si algo la pasara a sus hijos.

-¡ah! ¿No sabes de qué hablo? Entonces explícame esta fotografía-en la pantalla se mostró una fotografía en la que él estaba abrazando a sus cuatro hijos justo fuera de la disquera.

-¿unos niños abrazándome? ¿Qué tiene de irrelevante eso? Cada vez que salgo de la disquera y me encuentro con algún niño, ellos me piden que los abrace y me tome fotos con ellos, eso no es nada nuevo incluso en las revistas publican ese tipo de imágenes-dijo tratando de parecer casual incluso moviendo sus hombros de arriba asía bajo.

-eso sería normal si los ojos de dos de ellos no tendrían ese precioso color igual a los tuyos-se mostraba seguro y divertido-querido publico les diré la verdad de su amado cantante, al respetable cantante más exitoso en el mundo…-se podía percibir la gran sonrisa que el tipejo debía tener, Shuichi se comenzó a preocupar-la put* que esta de rodillas como debe encantarle estar entre las piernas de cada hombre después de todo para eso naciste ¿no es así? Put*-Shuichi perdía más el color de su bella tez-Shuichi… Shuichi… Shuichi ¿Por qué nunca les dijiste a tus fans que eres un asqueroso hombre gestante?-dijo con falsa preocupación-un doncel como comúnmente se les llama a los fenómenos como tú que pueden embarazarse-dijo con repulsión pero también con satisfacción por las expresiones que tenían los presentes pero sobre todo por la expresión de Shuichi que había jadeado sin poder contenerse atrayendo la atención de todos.

-¿Cómo… como sabes eso…?-pregunto al ver que no servía de nada negar una verdad que se mostraba con hechos ya que una hoja medica se demostraba que era un doncel-pero sobretodo ¿Cómo es posible que tengas mi expediente médico?-dijo preocupado.

-tu estúpido doctor te traiciono ¿lo sabias?-se mostraba triunfante.

-¡¡mentira!!-cuanto grito incluso se levantó tirando al tipo que aún lo sujetaba por el cabello-¡mi Minato jamás aria algo así! ¡Él sería incapaz de traicionarme! ¡ang!-había sido presionado nuevamente ahora por el cuello y ahora tenía un arma tocando su sien.

-¿Cómo puedes estar tan seguro que ese estúpido doctor no te vendió?-se mostraba burlón ante la actitud segura del cantante.

-alguien que me confía sus más retorcidos y oscuros secretos, no solo es digno de confianza sino de amor y lealtad, ese estúpido será un lento, imbécil e idiota más grande del mundo y todo lo que tú quieras, pero la traición seria lo último que pasaría por su mente y principalmente su corazón al ser sometida a ella por una de las personas en las que más creía así que… ¡¡no quiera mancillar su moral como hombre y doctor por que jamás!! ¡Escúchame muy bien! ¡¡Jamás te creería si hablas así de él! ¡¡De uno de los hombres más respetables que eh conocido!!-Shuichi hablaba seguro, en ningún momento dudo al decir una palabra a favor de Minato, el cual estaba conmovido y agradecido por tal confianza que le entregaba el cantante, pero aun así estaba preocupado por quien le había proporcionado esa información a ese bastardo, pero sobre todo estaba preocupado por Shuichi que estaba en tal situación.

-se ve que le tienes tanta confianza a tu doctor, bien para tu tranquilidad a si es, él no te traiciono, me rendí al solo saber que él es tu doctor de cabecera, uno de los mejores del mundo y no solo eso, es tan reservado y tener la moral más alta que he visto en mi vida, se me hiso más fácil comprar a un empleado, una enfermera que solo piensa en el lujo que da el dinero y la cual te odia, aun es reconfortante saber que a pesar de ser tan amado, aún hay personas que te odian, ya sea por tu belleza, el dinero, el talento, la fama o el poder, pero ella te odia por tus hijos… ella nacida mujer por más que intenta no puede y al darse cuenta que está imposibilitada decide ir con ese estúpido doctor y él le dice que es infértil que su mayor sueño jamás se hará realidad-en ese momento Minato recordaba exactamente de quien estaba hablando el bastardo, afortunadamente justo dos semanas antes había sido detenida por robo de información, justo él la había visto en su consultorio buscando en su computadora, recordaba muy bien la miradas de desprecio que le dedicaba a su Shuichi pero lamentablemente era verdad lo que dijo el bastardo, había personas que odiaban al cantante, muchas veces solo por el hecho de existir, lo que podía llegar la envidia y celos de los humanos-pero tú un hombre un día pasaste por un lado de ella con un enorme vientre indicando que estabas embarazado y no solo de uno… gemelos, lo que ningún otro HG ha podido lograr, tener un embarazo múltiple ¿o me equivoco?-pregunto con sorna el bastardo.

-no… es verdad he sido el único hombre gestante que no solo ha gestado sino que los ha dado a luz…-fue interrumpido por unos gritos y palabras de advertencia.

Cuando Shuichi se volvió al público vio como sus canciones eran jaloneados por un par de hombres y como Minato, Sakuma y Seguchi trataba de protegerlos, los cielos estaban protegidos por Tatsuha, Ayako y Mika los cuales no podían hacer mucho ya que ambas mujeres tenían entre sus brazos a sus bebé, Tatsuha era el que los mantenía atrás de él tratando de mantenerlo lo más cerca de él.

-¡no se los llevaran…!

-¡suéltenlos…!

-¡tío Minato…!

-¡tío Seguchi…!

-¡canciones…!

-¡¡no~!!

-¡no suéltenlos…!

-¡Aki-nee…/Akio-nii…!

-¡nii-san…/outoto-chan…!

Los gritos se entremezclaban pero aun así se podían entender con claridad, las personas cercanas trataban de ayudar pero estaban limitados al tener un arma apuntando justo en su cabeza, Shuichi por un momento se había quedado en shock escuchando de fondo las sonoras y asquerosas risas del bastardo en la enorme pantalla, su cuerpo se movió solo tomando entre sus manos a la mano que tenía el arma y con gran fuerza lo alzo y flexionando sus rodillas encogió su menuda estatura y azoto contra el piso al tipo que lo tenía inmovilizado, solo se escuchó el golpe sordo y la exclamación de dolor del tipo que se encontraba claramente confundido, no perdió ni un segundo cuando sin importarle la altura de metro y medio salto sin cuidado cuando toco el piso solo exclamo del dolor ya que su tobillo se dobló al recibir el peso del cantante, pero ni eso lo detuvo ya que corrió ignorando el intenso dolor, el solo quería llegar a asía donde estaban sus hijos, pero cuando aún faltaban cinco metros para llegar una detonación se escuchó por el auditorio, arrancando gritos de miedo de los presentes que fueron testigos de cómo Minato caía dejando un hilo de sangre en el aire.

-¡¡¡NO, MINATO!!!-Shuichi solo corrió más rápido al ver al único en condiciones que protegía a sus hijos, caer al suelo de forma ruidosa.

-¡¡¡TÍO MINATO/MINATO!!!

Shuichi llego lo más rápido posible y tomo entre sus brazos a Minato que se sujetaba en un costado, con cuidado y lágrimas en los ojos trato de ver la gravedad de la herida pero no se lo permitió.

-no… te preocupes… por mi… estoy bien… es solo… un razón…-se levantó lentamente sujetándose muy cercas de sus costillas, las joyas amatistas lo veían con preocupación.

-¡¡mami!!-las canciones gritaron de miedo al ver al tipo que había tirado al suelo, acercarse con aura intimidante.

Cuando Shuichi y Minato voltearon fue muy tarde puesto que un puño se impactó en su mejilla, por el sorpresivo golpe el cantante fue a dar al piso, “Shuichi/mami” se escuchó por todo el auditorio con sorpresa al ver al cantante caer, pero fue más su miedo al ver como el tipo apuntaba el arma a Shuichi y disparaba afortunada el cantante había rodado asía un lado y Yuki había jalado el brazo donde estaba el arma pero aun con la intervención así recibió el rozón fue en la cadera pero menos grave que el del doctor que tenía abrazado a Shuichi, entre ambos se sostenían para no caer ya que a pesar de que sus heridas no eran graves, si, sangraban un poco más de lo normal.

-una madre protegiendo a sus hijos y al amor de su vida-dijo con burla la voz distorsionada-que repulsión me da ¿dinos él es el padre de esos gemelos?-hablo sin dejar la burla de lado y riéndose estruendosamente al final.

-yo no tengo porque decirte nada… ¡idiota!-escupió las palabras el cantante con una valentía que estaba muy lejos de sentir.

-así que te metiste con tu doctor de cabecera…-la diversión no se iba de su voz, todo lo contrario aumentaba más con cada acción de desesperación del cantante-es tan cliché ¿tus hijos sabían que es su padre o ahora lo saben?-sus risas repulsivas llenaban el lugar y las risas de sus hombres asían eco.

-¡eso no te importa imbécil!-las risas del tipejo se hicieron mas estruendosas.

-¡tranquilízate! de nada sirve alterarse, solo le darás lo que quiere si le respondes ya sea un sí o un no, calma-Minato le susurro en el oído a Shuichi.

El cantante al escuchar eso, lo pensó mejor y con profundas respiraciones se tranquilizó, era verdad lo que decía Minato, el bastardo solo quería denigrarlo, pero no lo lograría, no caería más en sus juegos.

-¡oww! Sus últimas palabras de amor~… que romántico-el tipejo se estaba desesperando al ya no ver la cara contraída por la desesperación de Shuichi, él quería humillarlo, rebajarlo a lo que según él era, una basura.

-nunca están de más-respondió Shuichi con altanería mientras empujaba a Minato indicando que fuera con sus hijos pero el doctor se mantenía pegado a él tratando de protegerlo, puesto que era el único que podía.

Yuki, Sakuma y Seguchi se encontraban boca abajo en el suelo y siendo apuntados por las armas largas de los hombres encapuchados, y las otras personas se encontraba sometidas por más hombres, los únicos que parecían estar libres eran Mika, Ayaka, Tatsuha, los cielos y las canciones que estaban a sus espaldas. El bastardo ya había perdido la paciencia, ya que se había dado cuenta que no servía de nada lo que estaba haciendo para humillar al cantante, los murmullos y susurros que se escuchaban con claridad solo indicaban que estaba ganando más admiración y respeto, él quería todo lo contrario, querían que lo odiaran, que lo aborrecieran por ser un fenómeno que podía embarazarse ¡pero no! Solo se escuchaba “que valiente es Shindou-sama” o “Shuichi-sama si es una verdadera madre” pero no escuchaba “que repugnante es un doncel” o “eso es asqueroso” nada de eso, él quería escuchar eso.

-¡¡¡SALGAN DE AHÍ Y TRAIGAN A LOS ASQUEROSO MOCOSOS!!!-vociferó con enfado por no lograr su cometido.

Un grupo de hombres se acercó a ellos con rapidez, pero Shuichi fue más rápido y los abrazo contra si lo más fuerte que le fue posible y las canciones a él pero nada resulto ya que con una de las armas largas fue sujetado por el cuello asfixiándolo y por ello el abrazo fue perdiendo fuerza entre el llanto desesperado no solo de sus hijos sino de las personas a su alrededor que se preocuparon al verlo con la tez cada vez más pálida casi azul, finalmente sus canciones le fueron arrebatadas de sus brazos con brusquedad.

-¡¡¡MAMI~!!!-ese era el llamado de sus hijos que cada vez era más lejano así como su conciencia.

Lo último que vio el tipejo detrás de la pantalla fue a un Shuichi caer inconsciente con lágrimas en los ojos, nada había resultado como deseaba, él quería ver en peores condiciones al cantante, tal vez violado o incluso asesinado, no le importaba pero con su intachable imagen tan sucia como la de él, claro que el resto del mundo no lo sabía, claro, él era el gobernador de Tokio, y el único que sabía su verdadera cara estaba inconsciente en el auditorio, además que quería de regreso su fortuna o mejor dicho el bosque que Shuichi le había arrebatado y lo protegía a tal punto que solo en días ya tenía un muro que cubría todo el bosque y ya no había acceso para llevar a cabo con la tala de árboles que le arrían ganar millones, ese maldito cantante era un estorbo para su billetera.

-¡Shuichi!-Minato corrió lo más rápido que logro con su herida, detrás de él iba un adolorido Yuki que prácticamente había sido aplastado por un tipejo-¡Shuichi…! Shuichi-llevo su oído asía el corazón del cantante el cual palpitaba de forma débil y notaba que su respiración era tan débil que no se sentía, coloco una mano debajo de su barbilla y con la otra tapo su nariz, llevo sus labio al del cantante para brindarle oxígeno, que ironía, las veces que había tocado los labios del cantante de esa forma solo eran para robarle el oxígeno ahora trataba de que lo recuperara, a la tercera vez que le daba oxígeno el cantante tosió con fuerza regresando así su conciencia-¡Shuichi!-Minato abrazo con fuerza al cantante que le regreso el abrazo al recordar todo lo sucedido.

-¡Minato, mis hijos!-decía aferrándose a Minato-¡mis hijos! ¡Minato!-no lloraba pero las lágrimas se agolpaban en sus ojos con fuerza.

Todo estaba echo un caos, personas salían corriendo, otras se amontonaban asía el cantante, otras más lloraban liberando el estrés vivido y unas más se mantenían al margen tratando de tranquilizarse.

-eh llamado a refuerzos-dijo K con voz tranquilizadora y tocando el hombro del cantante-ya los están buscando…

Los miembros de seguridad que en esos momentos estaban golpeados y desarmados se acercaron al cantante y compañía para llevaron a un camerino para que estuvieran más tranquilos, ya que la aglomeración de gente era mayor, Shuichi solo se dejó guiar por Minato y Yuki. Cuando Shuichi ya se encontraba sentado en una silla, observo asía la entrada y vio a que ingresaban sus hijos, sus cielos que venían abrazados a Tatsuha y a Sakuma.

-¡¡mis cielos claros!! ¡Oh! ¡Mis cielos!! ¿Se encontraban bien? ¿No les hicieron nada verdad?-hablaba rápido y revisando a sus hijos de pies a cabeza.

-estamos bien…

-pero nuestro hermanos…

Ambos niños bajaron la cabeza y comenzaron a gimotear mientras abrazaban al cantante que trataba de no desmoronarse.

-ellos estarán bien… K-san los encontrara junto a Masao-san-Shuichi trataba de reconfortar a sus hijos pero también a él mismo.

Varios actores de la trama, el director, las reporteras, los matrimonios Seguchi y Nakano, Suguru, Touro, K, Sakano, Tatsuha, Sakuma, Maiko y Yuki, se les hiso un nudo en la garganta al ver tal escena, Minato se acercó a ellos y los abrazo, Shuichi vio a Tatsuha llorar en silencio, solo se acercó a él y lo abrazo.

-gracias por cuidarlos, te lo agradezco tanto Tatsuha-san-Shuichi pego su frente al hombro del joven.

-pero no pude hacer nada por las canciones, Shuichi-san…-hundió su nariz en las hebras color pastel.

-pero cuídate a mis cielos y con eso me basta…

-¡oh Shuichi-san!-Tatsuha ya no soporto más y lloro con fuerza abrazándose al cantante, como un niño pequeño, disculpándose-¡perdón por no poder a ser más…! ¡Perdóname…!

-tú no tienes la culpa de nada así que por favor tranquilízate o me voy a romper y no lo quiero… quiero primero encontrar a mis cancioncitas antes de hacerlo-susurro en el oído del joven que poco a poco fue tranquilizándose, Sakuma se acercó abrazando a Tatsuha y con una mirada trato de trasmitirle fortaleza a Shuichi que le regreso la mirada con agradecimiento.

En ese punto la mayoría de los presentes se encontraban llorando, ellos también balbuceaban disculpas al no poder a ser nada por el cantante y sus hijos.

-Shuichi, ya fue localizada la camioneta donde trasladan a las canciones, tu seguridad ahora se está dirigiendo asía allá junto con la policía-dijo K al terminar la llamada que había recibido cinco minutos antes.

-quiero ir… por favor K-san llévame-suplico el cantante acercándose y tomando de las solapa de la gabardina a su manager.

-mejor ve a la clínica junto a mister Minato para que traten sus heridas-decía el manager acariciando el cabello del cantante.

-no…-dijo de tal forma que parecía que se ahogaba en su tristeza-quiero ir por mis cancioncitas… por favor llévame con mis cancioncitas… K-san-suplico con desesperación.

-Shu… deberías ir a la clínica… por favor-pidió Hiro al acercarse al cantante para abrazarlo por detrás con cuidado de no lastimarlo más.

-¡quiero ir por mis canciones! ¡Que no entienden! ¡¡¡MIENTRAS NOSOTROS ESTAMOS PERDIENDO EL TIEMPO ELLOS SE ALEGAN CADA VEZ MÁS!!!-había exportado al fin con ríos salados en sus mejillas y golpeando el pecho de Hiro.

-será mejor darnos prisa, Hiro lleva a los cielos a la clínica, vamos Shuichi-K tomo la mano de Shuichi y se en comino a la salida.

-yo iré también-tres voces se escucharon al unísono, eran Seguchi, Minato y Yuki.

K y Shuichi vieron a los tres que el mas desesperado y nervioso era Yuki seguido por Minato el cual apenas se podía mantener en pie, Seguchi se trataba de dar una imagen imperturbable pero le era difícil, Shuichi camino hasta Minato lo tomo de la camisa e hiso algo que sorprendió a todos en la sala ya que tal vez ellos lo veían como un beso apasionado pero lo que realmente pasaba es que ahora por primera vez, Shuichi le robaba el oxígeno a Minato que se había quedado aturdido por tal acción del cantante, le termino de robar el oxígeno y con un suave empujón sentó a un débil, Minato.

-te encuentras muy débil-le recrimino.

-aun así…

-no…-le interrumpió-Minato mis hijos te van a necesitar… ve a la clínica por favor y que traten tus heridas-acaricio la pálida mejilla de su amigo, no, de su hermano.

-perdí…

-así es… además de que aprendí del mejor, eres un excelente profesor, después de 7 años al fin lo pude intentar, y fue un exito…-pego su frente a la de Minato.

-eres un excelente alumno… ahora ve por nuestras canciones de amor-dijo complacido dándole una sonrisa.

-claro-su voz sonó segura y firme que tranquilizo a todos en la habitación al percibir que el cantante se encontraba por lo menos un poco más tranquilo-nii-san-lo último fue dicho en un susurro que solo el doctor lo escucho.

Yuki y Maiko sintieron unos celos colosales al ver la interacción del cantante y el doctor, Maiko los logro refrenar al estar consiente que solo con el doctor el mayor acercamiento que habían tenido era el de un simple beso, pero Yuki, el sintió que sus celos se desbordaban a tal punto de olvidar que unos niños estaban secuestrados en esos momentos.

-¡¡¡ASÍ QUE ÉL ES EL PADRE DE TUS HIJOS!!!-grito sin lograr controlar su voz.

-aprende a observar y analiza las situaciones antes de abrir la boca, me decepciona que no tengas la misma frialdad de antes-dijo después de una larga pausa la cual llevo al camerino a un silencio incomodo-y la respuesta a esa pregunta está en tus estúpidas narices-sin decir más salió con K y Tohma, cuando se volvió a confrontar a Minato el cual se levantó para encararlo, no logro estar cinco segundos en pie cuando todo a su alrededor se fue tornando oscuro, un golpe seco se escuchó por todo el gran camerino, todos en el lugar vieron como Minato estaba en el suelo desmayado y con un creciente charco de sangre, a la gran mayoría se les había olvidado que el doctor había sido alcanzado por una bala y era una herida profunda, todos en el lugar se congelaron al ver la escena, Hiro fue el único que reacciono y se acercó al inconsciente Minato, le desabrocho el saco y la camisa levántenle la camiseta delgada ahora impregnada de sangre, al levantarle la camiseta se dio cuenta de la gran mentira que el doctor le había dicho a Shuichi, no era un simple rozón el que recibió, la bala le había hecho un agujero bastante considerable, eso explicaba el porqué de la abundante sangre.

-aun en esta situación los sigues protegiendo, ¿verdad Minato-san?-Hiro solo se admiró por la fortaleza del doctor, rompió un trozo de tela y con ella comenzó a cubrir la herida.

-¿Por qué dices eso? querido-pregunto Ayaka un poco temblorosa aun por todo lo sucedido.

-la bala no rozo, sino corto dejando un agujero en la piel…-le comento viéndola a los ojos para transmitirle tranquilidad aunque fue por la mirada, que afortunadamente logro.

-¿Cómo?-a una sola voz se escuchó al comprender lo que el guitarrista había dicho.

-en pocas palabras dejo un profundo corte a un costado de las costillas y dijo que había sido un rozón para no preocupar a Shuichi y que siguiera concentrándose en las canciones de amor… incluso aun quiso ir rescatarlas sin importar que se estuviera desangrando…-un pesado silencio apareció nuevamente que las siguientes palabras dejaron en shock a más de uno…-él realmente siria un verdadero padre para las canciones  y los cielos…-el susurro como un suspiro fue escuchado con claridad hasta el rincón más alejado del camerino.

El pesado y tenso silencio fue llenado por los paramédicos que en ese momento entraban para llevarse a Minato, que con solo verlo por un segundo lo reconocieron, los cielos claros y Hiro fueron con él, puesto que los pequeños no querían separarse de su adorado tío. Minato fue intervenido rápidamente por el segundo doctor más competente de la clínica, por la experiencia del doctor su intervención fue con rapidez.

-¡ve más rápido K-san!-demando el cantante con preocupación.

-lo siento Shuichi pero por la policía y la seguridad me es imposible ir más rápido, además no sería conveniente que sucediera un accidente…

-¡¡pero mis hijos solo están a unos metros…!!

-créeme que lo se… pero ahora tienes que mantener la mente fría o no podrás hacer nada a parte de estorbar y solo estorbarías alterando a las canciones, así que respira profundo y tranquilízate-las palabras de K salieron como navajas directo al corazón de Shuichi.

Tohma solo se quedó en silencio ya que pensaba igual que el manager, solo vio como el cantante escondía sus desesperadas joyas amatistas y llevaba sus manos cercas del corazón mientras tomaba aire, se veía pálido y gotas perlaban su frente y bajan con rapidez hasta perderse más allá de su pálido cuello. La persecución seguía su curso ahora con helicópteros surcando el cielo, lo que menos quería es que la prensa se involucrara pero sabía que no podía seguir escondiendo a sus hijos, no solo Japón, varios países más, sabían su secreto, pero sobretodo Yuki que al parecer era lo bastante ciego para no darse cuenta que esos hermosos gemelos llevaban su sangre. Ese estúpido juego de perseguir al ratón se estaba volviendo insufrible no solo para Shuichi sino para todos en general, los policías fueron los que iniciaron el ataque disparando sin pensar que dos pequeños iban dentro de una de las tres camionetas que aún no habían sido intersectadas, a pesar de que la seguridad de Shuichi trataba de dirigir las cosas a términos no tan violentos les fue imposible, cuando se quisieron dar cuenta una camioneta había salido del carril, chocado con el muro de contención y había saltado asía el otro, dos cuerpos salieron por el parabrisas y colisionaron con el asfalto de forma sonora y brusca, pero no solo habían caído, rodaron varios metros hasta quedar en medio del carril contrario, afortunadamente en esos momentos estaría desierto de no ser por ellos.

-¡¡¡NO~!!!

El grito desesperado de Shuichi saliendo de la camioneta corriendo asía los pequeños cuerpos de sus hijos, los cuales se encontraban inconscientes y cubiertos de sangre, tierra, piedras y vidrios, tanto en su cuerpo como en su ropa. K y Tohma que aún se encontraban en la camioneta congelados por lo que veían a un Shuichi que se encontraba horrorizado por la imagen de sus hijos solo a un metro de él, con sus manos tratando de alcanzarlos, su cabeza negando una y otra vez, deseando que esa imagen no fuera real.

-¡¡Shuichi!! ¡¡Canciones!!-el empresario y el manager fueron corriendo asía los Shindou.

Al escuchar su nombre el cantante reacciono dejándose caer de rodillas y acortando la distancia con ayuda de sus manos, no le importó cortarse con los cristales y sus manos se llenaban de sangre así como de tierra y las piedras se enterraban a sus piernas y rodillas, su rostro inundado de dolor.

-¡¡¡NO~!!! ¡¡¡NO~!!! ¡¡Por favor…!! ¡¡¡POR FAVOR…!!! ¡¡Mis canciones…!! ¡¡Mis amores…!! ¡¡Despierten por favor, no es tiempo de que duerman…!! ¡¡No sean tan flojos…!! ¡¡¡POR FAVOR DESPIERTEN…!!! ¡¡¡NO IMPORTA CUÁNTO SE ENOJEN…!!! ¡¡¡HABLAN SUS OJOS…!!! ¡¡¡POR FAVOR!!! ¡¡Por favor!! ¡¡No se duerman!! ¡¡¡NO DUERMAN!!!-en ese punto sus lágrimas caían sin control sus manos temblaban al pasarlas por los rostros de sus hijos, queriendo despertarlos.

-¡¡Shuichi tranquilízate, pronto vendrán las ambulancia!!-trato de razonar K.

-¡¡¡BIEN PUES ME TRANQUILIZARE CUANDO VEA LA AMBULANCIA AQUÍ!!! ¡¡¡QUE VENGA RÁPIDO!!!-su voz se escuchaba ronca y ahogada por el llanto-¡¡¡Y QUE LOS AYUDEN!!! ¡¡¡QUE NO TARDEN!!! ¡¡Por favor!! ¡¡¡POR FAVOR QUE NO TARDEN!!! ¡¡Que vengan rápido!! ¡¡¡RÁPIDO!!! ¡¡¡RÁPIDO!!! ¡¡¡RÁPIDO!!! ¡¡¡POR FAVOR!!! ¡Por favor…! Por favor… rá… pi… do…-su voz se fue apagando a tal punto que movía sus labios sin que ningún sonido saliera de ella más que unos cuantos jadeos y gemidos lastimeros, después de ello solo la tos descontrolada salía, abraza lo más que podía el cuerpo de sus hijos.

Ni K o Tohma no sabían que decir o hacer, el dolor que estaba experimentando Shuichi era demasiado grande para ellos, no sabían cómo ayudar, nadie al rededor sabía qué hacer, policías, reporteros e incluso los malditos secuestradores que ahora se arrepentían de sus actos, frente a ellos se encontraba un ángel con las alas rotas, con su esperanza destrozada, un ser completamente puro e inocente sufriendo de manera inimaginable ante ellos. Unas cuántas cámaras y micrófonos estaban encendidos pero lo poco que podían ver los espectadores en sus casas era atroz, no necesitaban que se les enfocara o escuchar con claridad los sonidos de dolor que el cantante dejaba ir como si fueran sus últimos suspiros de vida. Un sonido diferente lleno el lugar, sirenas de ambulancias se escuchaban cada vez más cercas para alivio de todos.

-Shu… ya viene la ambulancia…-fue lo único que logro decir Tohma entrecorta por las lágrimas que dejo mostrar.

Los paramédicos al llegar solo pudieron tragar con dificultad, estaban acostumbrados a ver accidentes todos los días, pero ver al mejor cantante de Japón, el hombre que siembre daba una sonrisa ante todo, que se comportaba de la forma más infantil e inmadura ante las cámaras, que se mostraba fuerte y feliz… ahora se encontraba destrozado, de rodillas ante los cuerpos inconscientes de sus hijos los cuales se encontraban cubiertos de sangre. Como les fue posible K y Tohma alejaron (con mucha dificultad) a Shuichi para que los paramédicos pudieran valorarlos, estos se sorprendieron porque a pesar de tener múltiples heridas en el cuerpo, en sus cabezas no las tenían, eso le alivio puesto que la cabeza era lo más importante, pero muy rápido el alivio se fue al ver que ambos gemelos tenían un profundo sangrado que les afectaba cada vez más.

-¡¡se están desangrando tenemos que llevarlos a la clínica o pueden sufrir un ~choque hipovolémico~ si no se les trata rápido!!-dijo el paramédico que parecía más experimentado.

Los otros dos paramédicos siguieron las instrucciones del primero con gran eficacia, no paso más de dos minutos y las canciones ya se encontraban en la ambulancia junto con Shuichi que también era tratado superficialmente ya que se descubrió que el cantante presentaba un esguince en su tobillo izquierdo y el rozón de bala ya había parado el flujo de sangre pero aun así podía infectarse, se le dio un leve calmante pero sin que se durmiera o le afectara de más. Todo sucedió muy rápido para Shuichi cuando arribaron a la clínica, solo se dio cuenta que sus hijos se los llevaron tan rápido que no fue capaz de reaccionar hasta que los vio solo unos segundos antes de que se perdieran por el pasillo, a él lo llevaron a un consultorio de tamaño mediano muy común, pero equipado muy bien, el doctor que lo recibió era uno de la entera confianza de Minato y sabía muy bien su situación, lo limpio, desinfecto y cubrió muy bien la herida cuando termino con la herida de bala siguió con las siguientes menos graves, en el esguince fue necesario que le colocaran una férula que fue requerida unas muletas para que pudiera caminar sin tener que recurrir a su pierna izquierda, además de que le sacaran sangre para hacerle unos análisis para saber cómo se encontraba. Cuando terminaron solo fue al par de horas después de ser ingresado y en ese tiempo no había sido informado ni visto a sus hijos, sus nervios colapsarían si no le decían nada de sus hermosas canciones de amor.

-¿Minato ni a ti te han dicho de mis cancioncitas?-se mostraba nervioso y mordiéndose las uñas.

-no Shuichi, yo ahora no soy un doctor, solo soy un paciente con un agujero al lado de las costillas-sin pensar dijo esa información.

-¿Cómo que un agujero a un lado de las costillas?-su nerviosismo se esfumo un poco y su voz subió una octava, logrando que todos en la sala de espera voltearan.

 -solo fue un decir-desvió la mirada.

-me estas mintiendo-Shuichi lo tomo de la barbilla y lo obligó a verlo, en los ojos celestes del doctor vio la culpa, solo eso le sirvió al cantante para deducir la situación de su amigo-tu herida fue más grave que la mía, por eso perdiste más sangre de la que yo perdí… aun así quisiste acompañarme… Minato, eres un idiota, tu debiste venir aquí antes de querer acompañarme…-regaño Shuichi de forma conciliadora, como la gran madre que era, las palabras del cantante hicieron estragos en los sentimientos de Minato haciendo que bajara la cabeza.

-lo siento… pero quería también ir por las canciones…-de una forma sorprendente Minato se vio infantil e inmaduro, solo falto un sonrojo para que se viera tierno, lamentablemente por la pérdida de sangre fue imposible.

-aun si, eres muy importante tanto para mis hijos como para mí, cuídate mucho más, por favor, recuerda que como mi otouto-chan tengo que cuidarte… se lo prometí a Naruto-san-ante el reciente nombre Minato lo vio a los ojos y sonrió con sinceridad pero aun con un deje de tristeza, ya que después de algún tiempo había escuchado el nombre de su amado hermano.

-creo que él estaría realmente furioso si supiera lo que trate de hacer…-dijo con culpa.

-pero también muy orgulloso de su Mina-chan-la mano herida de Shuichi acaricio el cabello sedoso de Minato.

Yuki no soporto más los celos y salió de la sala de espera, nadie lo vio salir. Después de tres horas de tortuosa desde que se llevaron a las canciones de amor asía el quirófano el doctor a que lo intervino salió de la sala de operaciones con la bata verde manchada de sangre y con una cara de frustración total, a Shuichi se le fue la respiración, el rostro no buenas noticias pero tampoco malas. Aun así para el cantante eran desalentadoras…

-se necesita donadores de sangre… lamentablemente su tipo ~0-~ es muy poco común y no tenemos en el banco de sangre, es mejor que un familiar directo como la madre o el padre la donen-dijo un poco aprensivo el doctor.

-yo… yo no tengo ese tipo de sangre… es heredada de Eiri…-al decir esto Shuichi observa a todos los presentes y observa que Yuki no se encuentra en la sala de espera.

-¡yo la donare!-dijo segura Mika la cual se levantó cual resorte con su pequeña bebé en brazos. El doctor se le quedo viendo.

-lo siento Mika-san pero si se encuentra en lactancia no se va a poder… la lista para poder donar es esta: no haber estado enfermo de gripa, ser mayor de edad, no haber ingerido alcohol o fumado, no está en lactancia o embarazada, no tener VIH, no tener tatuajes o tener perforaciones y muchas más que se reducen al estar en esta situación-dijo Minato aliviando un poco la presión que tenía el maduro doctor.

Todos se quedaron en un tenso silencio, pero Tatsuha en el rincón más alejado, se encontraba lloroso pero cuando todas las miradas se dirigían asía él se deslizo asía el suelo soltando un lastimero llanto.

-lo siento… lo siento… lo siento… no puedo donar… aun que quiera no puedo donar-lloraba cubriéndose el rostro con sus temblorosas manos.

Eso sorprendió demasiado a Shuichi y más al ver como cierta persona se sorprendía mas que él, se había acercado aun con la bebé en uno de sus brazos y con una fuerza misteriosa logro levantar a Tatsuha.

-¡¡¡¿DIME IDIOTA TE HAS ESTADO DROGANDO…?!!!-no recibió respuesta, el rostro de Tatsuha estaba pálido, eso Mika lo tomo como una afirmación la cual no era-¡¡¡DÍMELO…!!!-dijo moviéndolo con brusquedad el joven solo lloraba y temblaba mucho más-¡¡¡CONTESTA IDIOTA!!!-por los gritos dados la pequeña que tenía entre sus brazos se despertó abruptamente, Tohma reacciono y separo a Mika de un desesperado Tatsuha.

Nunca antes Tatsuha ingerido alguna droga, tal vez si había ingerido un poco de alcohol pero nunca se había perdido en él, pero Mika desde unos meses atrás veía a su hermano menor muy extraño, ocultando cosas y las ultimas semanas un poco enfermo, tenía miedo que su pequeño hermano destruyera su vida de una forma tan lamentable.

-tranquilo, Tatsuha tranquilízate, si te alteras te ara mal-dijo Minato interponiéndose entre los hermanos.

El que Minato protegiera al joven le extraño y más al notar la confianza entre ellos, así que decidió intervenir, principalmente al ver los celos en una persona.

-Tatsuha-san ¿Qué sucede? Dime yo entenderé el por qué no puedes donar la sangre a mis canciones-dijo Shuichi abrazando con fuerza al joven que se tranquilizaba ante el contacto.

-lo siento… lo siento… yo… yo… yo comparto… tu… misma… condición…-al estar la sala de espera en silencio se escucharon los balbuceos del joven, la mayoría de los presentes se confundieron por las palabras en cambio Shuichi las entendió a la perfección.

Por supuesto que sabía de qué condición hablaba, una condición que hacía que el monje protegiera cierta parte de su anatomía.

-¡¡¿Qué sucede?!! ¡¿Por qué Tatsuha no puede donar?!-ya estaba fuera de sí Mika por la incertidumbre.

-¿Cuál es esa condición de la que hablan?-sumamente preocupado Sakuma se acercó a su Tatsuha y lo abrazo con protección, los presentes vieron extrañados el intimo acercamiento sin entender nada.

Al notar que nadie entendería la situación sin que se dijera en palabras, decidió explicar los hechos para que ya no se confundieran y quedara todo claro.

-tiene la misma extraña condición que muy pocos hambres tienen-dijo Shuichi viendo que se confundían aún mas tanto por el abrazo en el que Sakuma estrechaba con protección a Tatsuha y la otra por las palabras de Shuichi.

Todos se vieron y no captaban la indirecta, Sakuma y Tatsuha ignoraron a los presentes que los veían sin entender, de un momento a otro Sakuma las palabras de los dos jóvenes le vino a la cabeza y lo medito, no hiso más que sonreír por la grata noticia.

-¿Cuánto tiempo?-pregunto Sakuma con una sonrisa.

-tres… tres meses…-dijo sumamente sonrojado por la mirada que le había dado.

-gracias… gracias… me haces el hombre más feliz del mundo…-lo tomo por la cintura y lo elevo dando giros mientras Tatsuha reía feliz-pero ¿desde cuándo lo sabes?-ya había dejado a su pequeño en el suelo y este se encontraba refugiado en sus brazos.

-desde hace un mes… planeaba decírtelo el día de mañana… ya que si no lo aceptabas, se podía suspender la comida para dar a conocer nuestra relación-Tatsuha había enterrado su rostro en el pecho de Sakuma.

-no debiste preocuparte por eso, si formar una familia contigo es lo mejor que me puede pasar en la vida-hablaba entusiasmado y besando las hermosas hebras azabache.

-un momento… ya me perdí… Ryuichi… Tatsuha… ¿son novios?-pregunto Mika aun en shock.

-si… pensábamos realizar una comida en una semana para decirles que tenemos una relación desde casi un año y pedirle disculpas por no haberles dicho antes-dijo Sakuma seguro.

-¿y no puedes donarle sangre a las canciones porque tienes tres meses de embarazo?-Maiko se encontraba igual que Mika.

-así es… el único que lo sabía era Minato-san que fue el que me atendió-dijo apenado.

-felicidades a los dos… espero que sean muy felices juntos-dijo Shuichi con una sonrisa sincera.

-por mi parte les deseo lo mejor Ryuichi-san…-lo último que escucho con claridad Shuchi fue la voz de Tohma.

-disculpe doctor… ¿cuánto tiempo…?-le fue imposible a Shuichi completar la pregunta.

-se calcula para antes del amanecer, se necesita con urgencia la sangre, la señora y el joven están completamente imposibilitados para donar, ambos tienen sus cuerpos de cierta forma débiles, mucho más el joven… los gemelos están aferrándose a la vida lo más que pueden, pero sus cuerpos de nacimiento son débiles, se les tiene que hacer la transfusión en menos de cuatro horas o ya no se podrá hacer nada… se necesita un poco de sangre mientras llega las cuatro unidades de Pilipinas que fue donde se encontraron las unidades necesarias… pero es un viaje de mínimo de cuatro horas con treinta minutos y los pequeños no soportarían más de tres horas sin ninguna secuela…-el doctor no logro mantener la vista en las joyas amatistas del joven, las cuales cada vez volvían más opacas por el inmensurable terror de perder a sus canciones de amor.

El doctor no logro decir nada, solo palmeo el hombro del joven que estaba haciendo todo por no romperse a llorar, el doctor se volvió y se perdió por el pasillo, el cantante figo su vista ante las personas que rodeaban a la pareja que esperaban a su primer bebé, no soporto el júbilo y la felicidad ajena a pesar de que él se sentía aliviado por las enormes posibilidades que se presentarían para esa hermosa pareja pero, en esos momentos, solo quería estar solo, llorar como nunca lo había hecho antes, solo quería desahogarse lo más que podía antes de encarar al mundo. Con expresión ausente salió de la sala sin que nadie se diera cuenta o eso pensó ya que un fuerte agarre lo detuvo para posteriormente azótalo en la pared más cercas.

-solo quiero que sepas que todo esto es tu culpa, Shuichi, en más de una ocasión te roge para que dieras a conocer a MIS canciones, pero tu egoísmo y tu cinismo te cegaron-frente a él se encontraba la última persona que podía reprocharle tales cosas sin fundamento, frente a él se encontraba una cegada Maiko que se estremecía de furia.

-no tienes ningún derecho a decirme eso, el único que lo puede decir es Eiri al ser su padre, pero tú solo eres su tía-con el mismo rostro inexpresivo ya que estaba seguro que si mostraba sus sentimientos o elevaba un poco la voz, se derrumbaría frente a una de las personas que no podían verlo tan vulnerable o seria su fin en muchos sentidos.

-yo soy como una madre para ellos, ellos me quieren como su madre, tu solo los mantienes, yo soy la que ha estado en todas sus fiestas de cumpleaños y soy yo la mujer, conmigo estarían mucho mejor ¡¡tú solo eres una desgracia en su vida…!!-una fuerte bofetada fue lo que interrumpió el discurso ilógico de su hermana menor.

-¡madre…!-fue lo único que logro decir Shuichi al ver a su madre con el brazo aun en el aire y con una expresión de furia.

-¡escúchame muy bien niña! ¡Atrévete a decir lo mismo o algo parecido a tu hermano y yo misma voy a ser que te arrepientas! ¡Como dijo tu hermano, tu solo eres la tía de las canciones! ¡Ni son tuyos ni tienes derechos de ningún tipo! ¡Acordamos que tú le ayudarías a tu hermano a cuidarlos y en la casa mientras el pagaba la preparatoria y la universidad, pero no solo eso, todo el alimento, ropa, cosas personales e incluso el dinero, él te lo iba a dar solo porque vivieras con él, y no, no jovencita, no me veas así, él no tenía ninguna obligación de nada, incluso no tenía el por qué comprarte un departamento en el que no tienes que preocuparte de nada ya que está pagado de por vida o de que por poco lo vio…!

-¡¡madre!! Es suficiente… no lo diga… es mejor así…

-pero hijo…

-no madre… es lo mejor…

-de que demonios están hablando… ¿Por qué yo soy la única que no puede saber sus secretos, porque soy a la única que excluyen?-en su voz se escuchaba la amargura.

-no es que queramos excluirte, pero es mejor, en muchas ocasiones, quedarse en la ignorancia, hija-Saito por fin hablo desde que el matrimonio se acercó a sus hijos, también estaba furioso por el comportamiento de su hija pero por más que quisiera abofetearla, sabía que después de hacerlo se arrepentiría, además de que era deber de un padre corregir a sus hijos cuando estaban mal y protegerlos a toda costa.

-como dice mi padre, quédate en la ignorancia y se feliz-la mirada gélida que aparecieron en las joyas amatistas, se colocó a un lado de ella y con un susurro le dijo-tu aun puedes ser feliz por completo.

La voz de Shuichi salió tan gélida como su mirada, no necesitó gritar ni levantar la voz con un susurro hiso que la espina dorsal de Maiko e incluso de sus padres, se estremecieran de miedo, camino hacia el ascensor y entro, apretó el botón para dirigirse hacia la terraza, necesitaba aire, estar entre las cuatro paredes blancas de la sala de espera lo estaba matando, la opresión en su pecho y el nudo en su garganta eran cada vez más grandes y muy dolorosas. Cuando llego a la terraza se percató que estaba vacía o eso fue lo que pensó además de que era de madrugada, solo estaba iluminada la parte central, como la puerta se abría asía fuera y cercas de donde estaba había un masetero grande, cerró la puerta con mucho cuidado el macetero que era muy pesado pero logro moverlo alrededor de un metro para atrancar la entrada. Cuando se vio solo y resguardado, camino hacia el barandal y las lágrimas como sus sentimientos por fin fruían con libertad.

-¡prometí protegerlos! ¡¡Que nada ni nadie los iba a lastimar!! ¡¡¡QUE ESTARÍAN SIEMPRE A SALVO!!! ¡¡¡PERO NO LOS PROTEGÍ!!! ¡¡¡LOS LASTIMARON!!! ¡¡¡AHORA POR MI CULPA ESTÁN MURIENDO!!! ¡¡¡SOLO POR MI CULPA ESTÁN MURIENDO!!!-golpeaba el barandal con fuerza, los sollozos y gemidos de al principio se volvieron gritos de dolor, la fuerza de sus piernas lo abandono haciendo que callera de rodillas sonoramente por culpa de las muletas-¡¡¡SI SOLO LE HUBIERA DICHO A EIRI QUE ES SU PADRE… ELLOS NO ESTARÍAN MURIENDO…!!! ¡¡¡ÉL LES DARÍA LA SANGRE QUE NECESITAN…!!! ¡¡¡PERO MI COBARDÍA FUE MÁS GRANDE!!! ¡¡¡MI MIEDO A PERDERLOS…!!! ¡¡¿PARA QUÉ?!! ¡¡¡AHORA LOS ESTOY PERDIENDO!!! ¡Los estoy perdiendo! ¡Los estoy perdiendo… y es mi culpa! ¡¡¡SOLO MI CULPA!!!-para ese momento su voz salía ronca, desgarrada, por el dolor.

Ahora golpeaba el suelo, sus manos lastimadas se volvieron a llenar de sangre, los gritos de dolor no cesaban y eran cada vez más lastimeros. Pero la luna y las estrellas en el firmamento no fueron los únicos testigos en esta dolorosa escena, en la parte más oscura y lúgubre de la terraza, una sombra había sido espectador de toda la tristeza, el dolor y sufrimiento del cantante. Sin darse cuenta sus bellas joyas citrino lloraban con la misma intensidad que el frágil ser que estaba literalmente derrumbado en el suelo llorando como su fuera su fin, sin poder contenerse se fue acercando con mucha precaución, por alguna extraña razón, sentía que si hacía notar su presencia antes de tocar al cantante, desaparecía sin dejar rastro, que se esfumaría como el humo. Con toda la delicadeza que fue capaz, se acercó y lo abrazo con delicadeza pero firmeza al sentir el estremecimiento de miedo del cantante por el repentino contacto.

-ellos no van a morir… yo no lo voy a permitir… nuestros hijos van a vivir…-su voz salió con firmeza a pesar de estar igual o más destrozado que Shuichi por la reciente revelación.

Pero a pesar de estar enojado con Shuichi, con quien realmente estaba furioso era consigo mismo por haber sido tan ciego, que a pesar de que más de una vez se había negado a sí mismo a la posibilidad de que esas cancioncitas de amor fueran sus hijos, lo había deseado, sí, pero a tener una sospecha o una seguridad de que lo fueran, nunca, pero el simple hecho de que llego a pensar  de que el cantante no llegaría a no quería nada de él, pero que idiota fue, ahora recordaba que más de una vez le escucho decir que su mayor sueño era tener hijos propios, aquí el mayor idiota era el, simplemente él.

-ayúdalos por favor… te lo ruego… ayúdalos…-el cantante se aferró a Eiri como una tabla de salvación, ya que lo era.

-los ayudare, te lo aseguro, no dejare que nada les pase-le dijo sosteniéndole el rostro y clavando su mirada en las joyas amatista.

Amatista y citrino se encontraron, sus miradas estaban llenas de esperanza, ilusión y deseo de seguir adelante. Shuichi escondió su rostro en el pecho del escritor, es teorizando todos los sentimientos guardados por años, su corazón se oprimía a tal punto que le robaba la respiración, su cabeza dolía, sus ojos ardían y su garganta se encontraba seca después de más de una hora de llorar, ahora solo jadeos y gemidos se escuchaban salir de Shuichi, Eiri a pesar de que también había sacado el dolor que llevaba dentro, no fue tan grande.

-Shuichi tenemos que bajar… entre más tardemos será peor para nuestras canciones…

-s… si…

-¡¡¡Shuichi!!!

El cuerpo del cantante sucumbió ante el cansancio y el estrés vivido, no resistió ante el agotamiento de todas las emociones vividas en el día, Eiri observó el rostro del cantante y se percató de que ya no despertaría que sería mejor que un médico le revisara, así que fue esta la puerta, quito el masetero para después regresar por el inconsciente cantante, sin importarles las muletas que se quedaron en el suelo, tomo el ascensor y bajo hasta el piso de cuidados intensivos donde se encontraban sus pequeños, cuando salió del ascensor fue directo asía la sala.

-¡Aida!-en cuando lo diviso le llamo.

-¡¡Shuichi!!-cuando escucho que le llamaban con tanta desesperación levanto la vista del móvil en donde estaba masajeando, se dirigió hacia Eiri-¿Qué le sucedió?-pregunto tomando el ritmo cardiaco del cantante.

-se desvaneció de improvisó…-dijo agitado por el miedo a perderlo.

-¿te dijo algo antes de que se desmayara?

-si ¿ahora dime que tengo que hacer para donarle mi sangre a mis canciones?-con delicadeza coloco a Shuichi en la camilla que le indico Minato.

-¡¡yo me are cargo de Shindou-sama!!-un doctor de aspecto maduro se acercó rápidamente, Minato se interpuso entre el cantante y el otro doctor-¡Aida-sansei! ¡Muévase tengo que atender con rapidez a Shindou-sama!-al hablar se mostraba extrañamente molesto a Eiri le dio la impresión que hasta celoso.

-lleva a Uesugi a la sala de donación, extrae un litro en dos bolsas con medio litro, pero antes de eso, den un análisis rápido a la sangre para evitar cualquier enfermedad-Minato tomo la camilla y comenzó a caminar.

-¡¡no puede hacer eso Aida-sensei!! ¡¡Esta en licencia, no puede proceder a valorar a ningún paciente!! ¡¡Usted no puede tener a su cargo a ninguna persona y mucho menos a una tan importante como Shindou-sama!!-definitivamente el tono de voz era de furia y celos, además de que en los ojos del maduro doctor se podía percibir claramente la lujuria y lascivia del médico-¡¡Le  ordeno que se apárte y déjeme hacer mi trabajo!!

-¡¡¡LE PROHÍBO QUE ME VUELVA A ORDENAR NADA!!! ¡¡¿ES QUE ACASO YA SE LE OLVIDO QUIEN ES SU JEFE?!!-el rostro contraído de temor de medico maduro contrarrestó con el rostro furioso de Minato el cual se ayudó de su porte pero sobretodo de los ojos penetrantes de los que era poseedor-¡¡¿PERO SOBRETODO QUIEN EL DUEÑO DE ESTA CLÍNICA?!!-en ese momento Minato parecía otra persona muy diferente al cariñoso y amable Aida Minato, enfermeras y doctores que se encontraban cercas solo bajaron la vista en modo de sumisión y respeto, mientras el maduro medico se encogía con temor, como si no fuera la primera vez que el apacible doctor gritara de esa forma-¡¿contesta?!-eso ultimo lo dijo en un susurro entre dientes pero aun audible para los espectadores.

-es usted… Aida-sama…

-bien, ahora que sabes tú lugar ve toma tus malditas cosas y lárgate de mí clínica, esta es la quinta vez que me cuestionas y me ordenas siendo yo, claramente, tu superior, pero también por las incompetencias de las que eres acreedor, te había advertido que no quería más reportes de ti, y lo único que haces es aumentarlos ¡¡ahora lárgate!!-el rostro de mascara dura y fría de Minato solo sorprendió a los que estaban esperando buenas noticias de las canciones pero a los empleados se les hiso, ya, muy común-¡¡y ni pienses en demandar, no servirá!!-al decir esto camina con un poco de rapidez a algún consultorio-¡tú, lleva a Uesugi a la sala de donación!-sin decir más, entro al consultorio.

La doctora a la que se le encomendó la tarea, se llevó con rapidez a Eiri, el cual estaba tan sorprendido como los que estaban en la sala de espera.

-disculpe ¿pero Aida es siempre así?-en la voz de Eiri se denotaba la sorpresa.

-si… aunque desde hace un tiempo es más relajado y hasta cariñoso, ya no es tan amargado como antes, creo que se podría decir que cambio desde que conoció a Shindou-sama, antes solo por cualquier error, despedía a cualquier persona, pero a pesar de que era un gruñón y siempre pedía perfección, las pagas no eran malas se puede decir que son asta generosas, solo pedía nuestro trabajo bien hecho, inclusos nos recompensaba… se dice que perdió a alguien importante, que por eso se volvió tan frio… asta ase poco sus sonrisas ya no fueron exclusivamente para los bebés o los niños, sino para todos, espero que siga así, el en realidad es muy bueno, ese estúpido realmente recibió su merecido, que bueno que lo despidió…

La doctora siguió hablando sobre lo buen jefe y excelente persona que era Minato, pero Eiri ya no la escucho después de un tiempo, se sumergió en sus pensamientos para con el doctor, ya que la descripción que la doctora no era nada parecida a como él conocía a Minato, una persona alegre, amable, comprensiva, cariñosa, un descarado que coqueteaba con Shuichi de forma fácil, un hombre que había cuidado de su futura familia, como su fuera suya. Ahora entendía las palabras de Hiro, era verdad, Shuichi y los niños estarían mejor con el doctor que con él.

-bien, su sangre es completamente aceptable para donar Uesugi-san, se le extraerá un litro, para ambos gemelos, es poca pero no podemos esperar a que las unidades de sangre lleguen, ya a los gemelos les afectaría más por su delicadeza física-explicó la doctora con una mueca de preocupación.

-no me importa las consecuencias, extrae toda la sangre que pueda, si tiene que dejarme sin ninguna gota de sangre ¡águalo!

-como le dije, ahora solo se necesita un poco de sangre para estabilizar a los pequeños, pero aun así se necesitara más, y las unidades ya vienen en camino desde Pilipinas, un litro ya es mucho, así que por favor, sea paciente…-vio que la desesperación del escritor se iba de los ojos con rapidez.

La doctora le extrajo la sangre, para ello fue necesario que se recostara en una camilla en la cual quedo recostado, su brazo derecho extendido con una aguja en su antebrazo, el proceso de extracción duro menos de 15 minutos.

-¿eso es todo?-pregunto al ver dos bolsas con su sangre en la mesita de al lado de su camilla y la doctora le limpiaba la minúscula herida y le ponía una bendita circular traslucida.

-así es Uesugi-san, puede irse cuando guste, yo iré a entregarle la sangre al doctor Aida-sama-dijo la doctora saliendo con rapidez.

El escritor comprendió a la doctora, además de que él también deseaba que sus cancioncitas se recuperaran lo antes posible. Se arregló la manga de la camisa, y se colocó el saco, salió con lentitud, se sentía cansado pero sabía que eso no era a causa de que en su sistema se encontrara un litro menos de sangre, sino por todo lo vivido. Llego a la sala de espera donde todos vieron lo pálido que se encontraba pero no dijeron nada, decidieron guardar silencio, paso solo 15 minutos más cuando un gran estruendo se escuchó en el pasillo, seguido por los gritos de dos personas.

-¡¡¡NO ME IMPORTA EN LO ABSOLUTO MINATO!!!

-¡¡¡SI NO HACEMOS ALGO, TU CUERPO NO RESISTIRÁ… MORIRÁS!!!

-¡¡¡NO VOY A MORIR, MI CUERPO LO RESISTIRÁ!!! ¡¡¡YO RESISTIRÉ A COMO DÉ LUGAR…!!! ¡¡¡NO ME DARÉ POR VENCIDO!!!

-¡¡¡TÚ FUERZA DE VOLUNTAD Y TU DETERMINACIÓN NO SON SUFICIENTES!!!

-¡¡¡PARA MÍ SÍ!!!

-¡¡¡NO SEAS TERCO, TENEMOS QUE TOMAR MEDIDAS…!!!

-¡¡¡NO VOY A TOMAR “ESAS” MEDIDAS!!!

-¡¡¡PUES LO SIENTO, PERO EN ALGÚN MOMENTO TENDRÁS QUE ELEGIR Y ESAS SON LAS ÚNICAS MEDIDAS!!!

Ambos se encontraban de frente con el ceño fruncido y sus puños fuertemente serrados, la tensión inundo el lugar rápidamente, a pesar de que Minato le ganaba a Shuichi en altura por una cabeza, en ningún momento se mostró intimidado, todo lo contrario, Minato titubeo un poco al ver al cantante tan decidido. La fiera batalla de miradas dio por terminada cuando Shuichi de un súbito movimiento se dio la vuelta.

-¡¡llévame con mis hijos!!-se dirigió a un enfermera que se encontraba encogida por el temor ante la discusión de esos imponentes hombres.

La atemorizada enfermera dirigió sus ojos vidriosos hacia atrás del cantante el cual la veía con enfado, el doctor solo movió su cabeza con afirmación.

-p… po… r… aq… uí… Shu… in… dou… sa… ma…-sin poder evitar tartamudear, la enfermera, trago con dificultad y con el cuerpo tembloroso guio al cantante.

-¡doctor Aida, espero contar una vez más con el silencio profesional!-se detuvo cuando iba a tomar el pasillo hacia las habitaciones, la seriedad en las palabras estremeció asta a Seguchi.

-¡no se preocupe por ello, Shindou-sama, lo que hay en este sobre, solo usted y yo lo sabemos!-en ese momento el sobre fue levantado entre las manos de Minato el cual lo rompió hasta que solo quedaron minúsculos pedacitos de este-ahora no existe nada físico que compruebe su estado de salud física-se le quedo viendo a la espalda del cantante.

-se lo agradezco, doctor Aida-al decir esto las gélidas amatistas se clavaron en las nostálgicas joyas zafiros. Shuichi camino con un poco de dificultad por culpa de la férula, asía Minato e hiso una marcada reverencia de agradecimiento-es bueno saber que cuento con su confianza y discreción.

-gracias por la confianza dada hacia mi clínica, mis trabajadores y sobre todo hacia mí, Shindou-sama-ahora fue el turno de Minato de reverenciar asía el cantante.

Shuichi solo asistió con la cabeza y volvió a cruzar la sala de espera la cual albergaba a un grupo choqueado de familia y amigos del cantante, el cual se perdió entre los pasillos.

-disculpe… Uesugi-sama… le traigo esto para que coma… con la donación que hiso es muy importante que coma algo…-la doctora de momentos atrás le tendió a Eiri una bandeja de comida, un jugo de naranja natural, un pequeño tazón de avena, una banana, un vaso de yogur y una botella de agua, conformaban la bandeja de comida.

-no deseo comer nada, gracias-el escritor tenía un nudo en la garganta y un revoltijo en su estómago.

-¡coma Uesugi!-fue la demanda de Minato.

Al ver que Minato se sentaba en frente de el para verificar de que comiera, EIri comió todo bajo la atenta mirada del doctor, el cual se veía más cansado que nunca. Cuando el escritor termino toda lo que estaba en la bandeja, Minato se levantó y tomo el tazón de cristal en el que había estado la avena, saco los trozos del sobre que había roto y los coloco dentro.

-Uesugi, tiene un encendedor que me permita unos momentos ¿verdad?-en más de una ocasión había visto a Eiri con un encendedor el cual veía con anhelo.

-aquí tiene-Eiri sabía lo que haría el doctor pero se contuvo de tomar el tazón y reconstruir la hoja con el resultado.

Sabía perfectamente que era el silencio profesional, un pacto entre doctor-paciente, si el paciente no quería que su diagnóstico se supiera aun por su familia le pedía al doctor que callara, el silencio procesional era algo parecido a la confesión que una persona le daba a un sacerdote, los labios del doctor y del sacerdote quedaban sellados y bajo ninguna circunstancia podían decir lo que sabían.

-gracias…-por unos segundos se quedó viendo la vieja fotografía de feria, que se encontraba en el encendedor, un infantil y sonriente Shuichi junto a un serio Eiri-“amado mío”-un fugas recuerdo inundo la mente del doctor, encendió el encendedor y llevo la llama hacia los trozos de papel los cuales poco a poco se fueron consumiendo por el fuego-are todo lo posible por protegerlos…

Las estranguladas palabras salieron con determinación, todos en el lugar vieron como las llamas consumían con ferocidad al papel, cuando no quedo más que cenizas en el tazón fue cuando llego el cantante a la sala de espera, se le quedo viendo al tazón ennegrecido y con cenizas, se sentó junto al doctor y lo abrazo con fuerza, enterró su rostro en el pecho de Minato el cual lo estrecho con delicadeza y firmesa mientras sentía humedecerse la camisa, pero aun así no dijo nada, jamás había visto al cantante llorar y eso le dolía hasta el alma, pero sabía que a pesar de ser un doctor no podía ir en contra del destino…

-¿se van a recuperar…?-la voz afectada solo la escucharon Eiri y Minato, a los cuales se les estrujo el corazón por la tristeza impregnada del pequeño y desprotegido cantante.

-no lo sé… discúlpame pero no lo sé… mi niño…-no le pareció justo engañar al cantante.

Shuichi levanto la vista y Minato requirió de toda su fuerza de voluntad, auto control y fortaleza para no ponerse a llorar al ver el rostro que estaba a unos centímetros del suyo, las lágrimas caían de forma copiosa, los labios blancos temblaban sin control, la pequeña nariz y sus bellos ojos completamente rojos e hinchados. Los que vieron la imagen del pequeño ser solo tragaron con dificultad.

“¿Por qué el que una persona que no hacia el menor mal era el que sufría mucho más?

¿Por qué solo a ellos?

¿Por qué a unos angelitos inocentes eran los blancos de tal atrocidad?”

Los presentes se hicieron esas preguntas y muchas más. Shuichi siguió llorando por un tiempo más, hasta que se quedó dormido entre los brazos de Minato, fue llevado a un cuarto para que durmiera, y los demás presentes también se les proporciono un cuarto, ya que en el piso donde se encontraban había sido aislado para que el cantante y sus pequeños estuvieran tranquilos y alejados de miradas indiscretas, incluso las enfermeras y doctores no tenían permitido introducir ningún móvil. Pasó el tiempo con lentitud para los que esperaban la recuperación de las canciones, las cuales durmieron una semana entera, las unidades de sangre que viajaron desde Pilipinas llegaron a salvo y estaban en óptimas condiciones para las canciones. El mundo entero, literalmente, esperaban las noticias de esos bellos ángeles. En esa semana se logró detener al responsable de tal acto, nada más y nada menos que el idiota del gobernador que quería hacer de todo por recuperar su fuente de ingresos, es decir, el bosque White Rose, pruebas, testigos y afectados abundaron a tal punto que el juicio se realizó el mismo día en que fue capturado, dos días después del infortunio, no dos vidas le alcanzaban para cumplir con las tres cadenas perpetuas y en una prisión de alta seguridad del mundo, sus crímenes eran atroces en donde abundaban los secuestros, asesinatos, violaciones y torturas pero sobretodo los robos y fraudes, entre los fraudes era el cómo había llegado a la gubernatura. Afortunadamente para los ciudadanos y sobre todo para Shuichi ya se encontraba preso.

“-hasta hora lo que se sabe, Aki la niña que es la mayor y Akio que es el niño menor, aún se encuentran dormidos, por lo poco que nos dijo Shindou-sama, fue que sus cuerpos desde su nacimiento son débiles, incluso tienen asma, afortunadamente no tienen una enfermedad mortal como se ha visto incluso con embarazos femeninos, por ahora solo podemos rezar por que estos bellos angelitos se encuentren a muy bien dentro de muy poco…-”

Shuichi apago el televisor, agradecía mandaran sus oraciones, pero ya estaba cansado de estar sin hacer nada en ese cuarto de hospital, a pesar de ser una habitación para que los familiares de los pacientes descansaran el solo quería salir de ahí con sus cuatro hijos. Irse muy lejos de esas cuatro blancas e esterilizadas paredes.

-Shuichi-Minato se encontraba del otro lado de la puerta-¿puedo pasar?

-claro-dijo levantándose de la cama.

-¿Cómo te encuentras?-vio la expresión de aversión que inundo el rostro del cantante-está bien, está bien, no pregunto…-las joyas amatista y zafiro se vieron por unos segundos, ambas miradas eran neutras, no había ni felicidad o enojo en ellas, se encontraban tranquilas-pequeño… sin rodeos, es necesario que…

***AL DÍA SIGUIENTE***

Shuichi y los cielos como todos esos días se encontraban en la habitación de las canciones, los cielos no querían irse a descansar a la mansión, mucho menos al saber que Maiko estaba en casa con sus abuelos, ellos habían escuchado toda la discusión o por lo menos las palabrerías incoherentes de su tía Maiko y a pesar de que la querían, no deseaban estar cerca de ella por hacer sentir a su madre mal. Ellos estaban haciendo la tarea, a pesar de que tenían permitido faltar todo lo que quisieran por la situación actual, Shuichi no quería que se atrasaran ya que a pesar aún era una madre estricto y no quería que solo vieran televisión en el cuarto de las canciones (a pesar que no les gustaba ver televisión, solo se la pasaban leyendo) además de que ellos no tenían el IQ de las canciones y era fácil que se atrasaran en sus estudios.

-ma… mi…-un susurro apenas audible se escuchó.

Tanto como los cielos y Shuichi se quedaron congelados, ese susurro que en realidad eran dos, pero como siempre tenían que hacer todo juntos.

-¿nee-chan/nee-san… nii-chan/nii-san?-los cielos también hablaron al unísono.

-nii-san… outoto-chan…

Los cielos fueron corriendo hacia las camas, Adán se subió a la cama de Aki y Edén se subió a la de Akio, abrazándolos con delicadeza. Shuichi solo podía ver la interacción de sus cuatro hijos con lágrimas retenidas, ya que si se permitía soltar una sola lagrima, sabía que se podría a llorar como un niño pequeño y ahora lo que necesitaban sus cuatro hijos era que él se mantuviera fuerte e impecable.

-¡¿Cuántas veces les he dicho que tienen prohíbo dormirse demasiado?!-a pesar de que trato de ser severo, no lo logro y termino por dar la mejor de las sonrisas.

-lo sentimos pero teníamos sueño-sus rostro llenos de diversión le sonrieron con alegría.

-merecen un castigo, pequeños pillos-dijo con una sonrisa y acercándose a abrazarlos a cada uno con fuerza pero sin lastimarlos y dándoles un beso en las hebras oro-gracias al cielo que están bien-les dijo al oído cuando los tuvo a los dos entre sus brazos, los cielos veían felices la tierna.

-lo sentimos…

-ustedes no tuvieron la culpa, de nada… ahora, mis preciosas canciones de amor, mis hermosos cielos claros, quédense aquí, voy por un doctor-con un pesar infinito, se separó de sus pequeños para salir de la habitación, sin antes ver por unos cortos segundos veía a sus cuatro hijos.

Fue por los pasillos con rapidez para ir a la sala de espera, en busca de un doctor, sabía que sus padres y amigos deberían estar también, esperando noticias, las noticias que daría con felicidad.

-¡¡auch!!-Minato se quejó al verse en el duelo, ya que sin darse cuenta Shuichi lo había empujado-¡Shuichi! Eh… ¿Qué pasa?-se dio cuenta al ver los ojos y nariz roja por las lágrimas aun no derramadas.

-ngh… doctor ¿podría ir al cuarto de mis cancioncitas? Por favor-con un gran esfuerzo el cual fue notado por los presentes.

Eiri, Tohma, Sakuma, Hiro y Ayaka, sus padres, Fujusaki, Touro, eran los que en esos momentos se encontraban a la espera de noticias, desde que Maiko culpara a Shuichi, no había vuelto a ir a la clínica ni una sola vez.

-por supuesto Shindou-sama, pero ¿Qué ha sucedido?-dijo cuando estaba tomando los utensilios necesarios.

-han despertado… han despertado de maravilla, eso sucedió-sonrió con alegría, una alegría que en esa semana no habían visto.

El doctor al escuchar eso corrió hacia la habitación de sus pequeños pacientes, mientras tanto, Minato en un segundo se levantaba del piso quedándose en shock como los demás. De un momento todos celebraron pero no se movieron de la sala de espera, sabían que el doctor debía tener su espacio para valorar a las canciones, en la sala todos se abrazaban a Shuichi que agradecía esos cálidos contactos, pero el que más agradeció fue el del final que venía acompañado por unas hermosas y resplandecientes joyas citrino. Cuando el cantante estuvo cubierto por los delicados brazos del escritor, al fin soltó las lágrimas que estaba reteniendo, lloro como un niño pequeño ante la felicidad embargada. Después de unos momentos llego el doctor con una gran sonrisa y diciendo que todo se encontraba bien, que ahora solo necesitaban reposo y tranquilidad.

-¡¡mis cancioncitas!! ¡¡mis cancioncitas!!-repetía una y otra vez con gran alegría.

-¡¡mami!!-al igual que se madre, ellos se aferraban a Shuichi, se encontraban en una sola cama y el cantante se encontraba en medio, los cielos se encontraban en la otra cama viéndolos con alegría.

-es un gran alivio que se encuentren bien, canciones-la voz del escritor se escuchó desde el lumbral de la puerta.

-¡Eiri! ¡Oh! Me has asustado-dijo Shuichi suspirando de alivio, ahora era un poco susceptible a las sorpresas.

-lo siento, Shu, es solo que ya no pude esperar a verlos-dijo después de sentarse en medio de los cielos que se abrazaron a él.

Las canciones se quedaron viendo con extrañeza a sus padres, de los cuales alternaban la vista de uno a otro.

-mis canciones… Eiri les dono un poco de su sangre mientras que las unidades suficientes llegaban de Pilipinas…-las miradas amatistas se encontraron entre sí.

-muchas gracias por donarnos de su sangre, padre-con una gran sonrisa, las dos cancioncitas dijeron al unísono.

-¿co… co… como…?-estupefactos, Shuichi y Eiri preguntaron al unísono.

-antes de que nos pregunten, Eiri, ya sabíamos que eres nuestro padre, desde la fiesta de aniversario de nuestros tíos, y no, nuestro mami, no nos dijo, no sabía que lo sabíamos, pero todos los demás si pero les pedimos el favor que guardaran el secreto-la sonrisa de felicidad de un principio se volvió una traviesa y picara-pero de que sepamos que eres nuestro padre, tienes que ganarte el amor de los cuatro, ya que tú vas a ser el intruso de nuestra tranquilidad pero sobretodo de nuestra vida, a menos de que nuestra madre te acepte de nuevo sin dificultad-las expresiones de los adultos eran un verdadero poema, un enorme desperdicio que no se tomaran fotografías para los recuerdos a la prosperidad.

-¡¡ca… ca… ca… canciones!!-a Shuichi le costó trabajo encontrar su bella voz.

Pero su sorpresa fue opacada por una cálida y alegre risa un poco alta, pero sobretodo varonil que lo hiso sonrojar.

-son increíbles… por todos los cielos… ellos se dieron cuenta… de nuestro parentesco… a unas pocas semanas y yo… me di cuenta después de meses… soy un idiota…-Eiri reía con verdadero jubiló.

-¡¿Eiri?! ¿Te encuentras bien?-se preocupó al ver como de dejaba caer aun abrazado a los cielos que a los cuales les contagio su risa.

Al poco tiempo Shuichi y las canciones salieron de su shock y rieron con ellos, en esos momentos era solo alegría ya que parecían una familia feliz, lástima que todo lo que empieza tiene que terminar. Al día siguiente por la noche una camioneta gris despintada y vieja salía del estacionamiento de la clínica a toda velocidad, mientras en el cuarto de las canciones, Eiri un doctor y tres enfermeras veían las camas vacías de las canciones.

-Shuichi… mis canciones… mis cielos… y el bastardo de Aida se han ido…-veía con conmoción la grabación del estacionamiento.

Shuichi, Minato, las canciones y los cielos subían a la vieja camioneta con rapidez y nerviosismo, ya que veían de un lado a otro, para después irse con rapidez.

-Eiri-san ¿Qué vas hacer?-pregunto Tohma con tranquilidad.

-nada… estés mi castigo…jamás debí seguir mis impulsos en vez de mi corazón…-dijo dándole la espalda y apretando con fuerza los puños.

-pero Shuichi-kun se llevó a las canciones sin decirte nada-insisto con rencor, e por lo menos eso percibió.

-¡¿Y?! Ellos tendrán mi sangre, pero yo no soy su padre… tiene más derecho Aida de llamarse su padre de lo que yo puedo proclamarlo, el que les diera de mi sangre no me da el derecho de sentirlos de mi propiedad…

 Eiri salió de la clínica con una tormenta de sentimientos…

Cuando Maiko escucho la noticia, el odio por su propio hermano no hiso más que incrementar…

***TIEMPO DESPUÉS***

 

“Fue tu manera de mirar, de reír y respirar

Lo que me hizo alucinar y enamorarme al final

Mas tu forma de pensar hizo que te amara de verdad”

¡NOS CASAMOS!

AIDA Y SHINDOU

Y nos encantaría que nos acompañaras este día tan importante.

Así que te estaremos esperando el día ** de este mes, a las 6:30 pm, en la mansión Aida, para primeramente festejar nuestra despedida a nuestra soltería, después al siguiente día, se festejará nuestra unión matrimonial en la mansión White Rose a las 7:30pm.

¡POR FAVOR, NO FALTES!

“Pero lejos me quede cuando creí que solamente te querría

Me falto imaginación pues hoy te amo

Y ya te quiero para toda la vida”

 

***CONTINUARA***

El pequeño fic de dos capítulos que detalla un poco la relación entre Sakuma y Tatsuha, el primer capítulo lo subiré en una semana y el segundo en tres semanas.

Llevará el nombre de:

AMOR… ¿OCULTO?

Espero que lo lean y les guste.

Notas finales:

~choque hipovolémico~: https://es.wikipedia.org/wiki/Choque_hipovol%C3%A9mico

~0-~: tipo de sangre muy poco común, solo unas cuantas personas la tienen, aquí esta fue la información que encontré. http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2014-10-30/la-sangre-mas-valiosa-del-mundo-y-que-solo-comparten-40-personas-en-todo-el-planeta_420813/

 

Se escuchan campanas de boda y les daré un spoiler:

No se va a cancelar, anillos de alianza se darán y dirán el “sí, acepto”, y nada podrá detener esta boda.

Espero que les gustara.

Y tratare de subir la continuación muy pronto, pero no prometo nada.

Ya solo quedan dos capítulos más y se acaba.

 Adiós y nos seguimos leyendo… n.n


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