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NUESTRO REENCUENTRO… ¿UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD…? por ayame de luna

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Notas del capitulo:

Hola

Disculpen la tardanza y no voy a dar escusas simplemente fue mi culpa y solo mía.

Pero les traigo un regalo que es una segunda parte del especial.

Tiene lemon un poco después del principio y se menciona en dos ocasiones.

Espero lo disfruten y espero muy pronto subir el otro capítulo que continuará con la línea original.

***RECUERDEN QUE ES UN ESPECIAL Y NO AFECTA NADA A LA HISTORIA ORIGINAL***

ESPECIAL: EPILOGO.

Ya había pasado tres meses desde ese apasionado Halloween, su vida había cambiado por completo, cada mañana era hermosa al despertar y ver sobre su pecho ese bello y exótico cabello rosa pastel y cuando el portador despertaba mostrando esas joyas amatistas que mostraban su amor por él.

-buenos días mi amor-escucho decir a Shuichi con esa suave y hermosa voz.

-amor, buen día ¿Cómo amaneciste?-para Eiri despertar y ver a Shuichi con él era un sueño que sentía que en cualquier momento podía despertar… no lo quería, no quería que ese paraíso personal se le escapara de las manos.

-muy bien amor… ¿y tú…?-de un momento a otro se levantó corriendo directo al baño para devolver la cena de ayer e incluso hasta la comida.

-¡¡¡SHUICHI!!!-el grito se escuchó por toda la mansión Shindou.

Los demás miembros de la mansión se sobresaltaron por tal grito tan aterrador, así que con rapidez fueron asía donde la habitación principal pero la encontraron cerrada con llave.

-¡¡Shuichi/Shindou-san/mami!!

-¡¡Eiri/Yuki-san/papi!!

-¡¡¡SHU~!!! ¡¡¡SHUICHI~!!!

Eiri se encontraba fuera del baño tocando con desesperación. Shuichi se encontraba mareado y su cabeza empezaba a doler y los gritos de todos sus invitados solo se intensificaban, de un momento a otro su enfado aumento y salió de golpe ignorando a su pareja y abriendo de golpe la puerta de la habitación, afortunadamente se había tapado antes con una bata y le había aventado otra a Eiri que se la había puesto lo más rápido posible al ver lo que cantante iba a ser.

-¡¡¿QUÉ SUCEDE/TE ENCUENTRAS BIEN/ESTAS ENFERMO?!!-esas fueron de las preguntas que entendió ya que todos hablaban sin control.

Los gritos que su familia y sus amigos los rodearan solo aumento la furia de Shuichi

-¡mis amores estoy bien ¿qué tal si van a darse un baño?!-controlando su furia para no asustar a sus hijos les sonrió, los cielos asistieron felices, en cambio las canciones con dudas vieron con detenimiento el rostro de su madre y notaron que estaba furioso y que era mejor alejarse si es que no querían tener pesadillas y que sus hermanos no sufrieran algún trauma de por vida-vayan que en menos de una hora estará listo el desayuno.

Las canciones asistieron con rapidez, Aki tomo la mano de Adán y Akio tomo la de Edén y los llevaron a la habitación de los cielos. Cuando Shuichi vio que sus hijos ya estaban resguardados en la habitación de sus cielos, vio a los adultos que aun asían escándalo y que le daban recomendaciones, el único que lo estudiaba con detenimiento sin decir ninguna palabra era Minato, su muy grande nivel de tolerancia pareció evaporarse en un segundo por el ruido que causan puesto que ya no soporto más…

-¡¡¡¡CIERREN LA MALDITA BOCA!!!! ¡¡¡SOLO SON NAUSEAS MATUTINAS, NO ES EL FIN DEL MUN…!!!-fue necesario que se sostuviera de Eiri que estaba detrás de él.

A pesar de estar en shock Eiri sostuvo a un mareado Shuichi, al que llevo a la cama, Minato a pesar de estar sorprendido por la actitud del cantante fue asía el enorme armario, se escuchó como abría una puerta e ingresaba un código para escuchar un “beep” que anuncia que una caja fuerte era abierta con éxito, se escuchó como era cerrada nuevamente y después los pasos del doctor anunciaban su regreso a la habitación.

-¿desde cuando tienes mareos y nauseas matutinas?-pregunto al estar sentado en la cama buscando algo en su maletín que había sacado del armario.

-desde hace tres días-contesto viendo lo que hacía su médico de cabecera.

-¿algún otro síntoma?

-dolor abdominal… irritación… cambios de humor… cansancio… más sueño de lo habitual… sensibilidad en mi vientre…

-¿antojos…?

-¿ganas de tener más sexo?

-¿menos sexo?

-¿no quieres acondicionar una habitación para un bebé recién nacido?

-¿no sientes golpecitos o pataditas?

Shuichi se les quedo viendo a sus emocionados invitados  que eran el matrimonió Seguchi, Nakano y Shindou, Tatsuha, Sakuma, Suguro, Toru, K, Sakano, Eiri y Maiko.

-¿piensan que estoy embarazado?-se mostró incrédulo.

-¡por supuesto!-Maiko casi salto de alegría.

Minato y Shuichi se vieron con intensidad por largo tiempo, la atmósfera  se volvió pesada e incómoda para los que los observaban pero para ellos no.

-¿no les has dicho?-su voz sonó enojada rompiendo la incómoda atmósfera.

-no…-su voz salió en un susurro difícilmente audible.

-Shuichi estas consiente de la gravedad e importancia de la situación ¿verdad?-se dirigió a él como si estuviera hablando con un niño pequeño.

-¡no me hables como si fuera un niño!-su irritación había regresado.

-¡pues lo eres! ¡¿Cómo es posible que no hablaras de eso con tu propia pareja? ¡Este es la clase de situaciones que se tienen que hablar en pareja si la tienes y te recuerdo que tú la tienes desde hace tres meses! ¡Idiota!-levanto la voz que tal acción causo dos reacciones la primera que fue de los presentes que se mostraron incrédulos la segunda fue de Shuichi que se mostró…

-¡¡¡NO ME GRITES IDIOTA!!!-un poco demasiado histérico.

-¡no te estoy gritando! ¡¡Estúpido!!- el doctor ya estaba perdiendo gran parte de su poca paciencia.

-¡¡¡ME ESTAS GRITANDO!!!

-¡¡¡NO LO HAGO!!!

-¡¡¡SILENCIO LOS DOS!!!-Eiri al fin había reaccionado no de la mejor manera.

La habitación se sumergió nuevamente en el silencio incomodo que no pareció afectar a tres: Eiri, Minato y Shuichi.

-ya que se tranquilizaron… Shuichi ¿estas o no embarazado?-Tohma fue el único con el valor suficiente como para romper ese incomodo silencio.

-es imposible…

-¿Por qué lo dices Minato?

-por favor Shuichi… díselos… desafortunadamente me has sellado la boca con el silencio profesional…

-yo…-se mordió el labio inferior de tal manera que unas gotas de sangre escaparon, preocupando a los presentes pero no se movieron al ver la mirada de advertencia de Minato-mi… mi útero… mi útero quedo muy dañado después del parto de las canciones… aun lo tengo ya que no permití a Minato que lo extirpará… pero son infértil… me es imposible… quedarme… embarazado… otra vez… perdón… perdóname… por favor… Eiri… fui un cobarde… perdóname…-dijo llevando sus rodillas asía su pecho, escondiendo su rostro lloroso.

A los presentes se les partió el corazón al ver al fuerte cantante, tan débil y vulnerable. Eiri se acercó al frágil joven que abrazándose así mismo lloraba con un dolor inimaginable. Minato vio acercarse al escritor y se levando de la cama, Eiri tomo el lugar que tenía el doctor y lo abrazo con cariño y calidez, misma que sorprendió al cantante puesto que se estremeció de miedo pero después de unos segundos se aferró con fuerza y desahogándose después de mucho tiempo llevando esa carga, pasaron los minutos de forma lenta...

-¿te encuentras mejor?-pregunto el escritor viendo con detenimiento las joyas amatistas rojas por el llanto.

-s…-intento hablar pero su voz se había dañado por el llanto, así que solo asistió viendo a las bellas joyas citrino que también habían llorado pero estas por la impotencia de no poder ayudar a mitigar el dolor de su pareja sintiéndose inútil.

-quédate aquí mientras te traigo un té-cuando se iba a levantar fue detenido por el cantante, ambos se quedaron viendo por unos momentos-¿quieres ir conmigo?-Shuichi asistió con timidez-¿te puedes poner en pie?-una vez más el cantante asistió pero ahora con más seguridad-bien vamos.

Eiri se levantó y ayudo a levantarse a su niño, cuando se volvieron a la puerta de la entrada vieron que estaban solos, sus invitados les habían dado privacidad, misma que agradecían, caminaron abrazados todo el camino hasta la cocina, Shuichi agradeciendo porque Eiri no lo abandonará por la revelación, Eiri agradecía a su pequeño que le dijera la verdad, internamente se estaba haciendo la ilusión de tener otro pequeño, pero no importaba que no pudieran tener un hijo propio, siempre había la oportunidad de adoptar a un pequeño que se le había negado la oportunidad de tener un familia. Llegaron a la cocina que estaba solitaria pero que en la barra se encontraban dos platos de comida, Eiri sentó a Shuichi en uno de los bancos de la barra y comenzó a calentar la comida y a preparar el té para su pareja. Cuando todo estuvo listo comieron en un agradable silencio en el que cada tiempo se veían con amor y sonreían con ternura.

-¿deseas algo más? Amor-la voz del escritor salió con suavidad.

-no, muchas gracias… ¿Dónde está todo el mundo?-hasta ese momento se dio cuenta que no habían visto ni escuchado a sus invitados o a sus hijos.

-no lo sé ¿estarán en el cine?

-tal vez, vamos a ver.

-¿ya te encuentras mejor como para estar caminando por ahí?

-sí, no te preocupes, ya se me pasaron las náuseas y el mareo.                              

-bien, vamos-dijo pegando a en su pecho muy cercas del corazón al pequeño cantante el cual se acorruco respirando el olor del escritor que aún era de sexo y sudor pero era tan leve que se necesitaba estar así de cercas para percibirlo.

-primero nos daremos un baño…-dijo sonrojado.

-mmm… juntos… muy juntos…-dijo de forma excitada, metiendo de improvisó, un dedo en la cavidad dilatada del cantante, aun llevaban sus albornoces así que era fácil el acceso a la intimidad de sus cuerpos.

-ah~ ah~ Ei… ri… aquí… ah~ no… nos… ah~ verán… ah~-a pesar de que dijo eso el tomo con delicadeza el miembro erecto del escritor.

-¿sabes? Tengo una fantasía… y la voy a cumplir justo ahora-dijo tomándolo en brazos y yendo asía la puerta que daba aseso a la salida directo al jardín-bosque de la mansión.

-¡¿pero qué estás haciendo?! ¡¡Eiri!!-dijo al sentir el frio de la nieve en su desnudo y poco cubierto cuerpo.

-cumplir mi fantasía extremadamente erótica… tomarte y con personas alrededor…

-¡¡¡¿QUÉ DEMONIOS ESTAS DICIENDO?!!!

-era broma, quiero tomarte cuando la nieve cae a nuestro alrededor… y por lo visto, comenzó a nevar.

Era verdad, los copos de nieve caían acompasadamente, con delicadeza, fundiéndose con la nieve suave que cubría el suelo de un blanco puro, lo llevo con cuidado asía los frondosos árboles que estaban cubiertos de nieve, dando una hermosa imagen que contrarrestaba a la perfección con la bella y blanca mansión White Rose. El escritor se fue adentrando más en el bosque alejándose del camino y tomando uno pequeño en el que se veía que no hace mucho habían retirado la nieve. Llegaron a un lugar donde los arboles eran cada vez más gruesos y pegados unos con otros, dando la impresión de un hermoso muro de madera y nieve, se internaron en ese mágico lugar con sumo cuidado ya que el camino era algo complicado por las raíces y lo pegado de los árboles.

-llegamos.

Dijo al llegar al centro de esa muralla de árboles, Shuichi avía ido infinidad de veces a ese lugar pero nunca cuando nevaba puesto que sabía que por ahí era peligroso para los niños y siempre que salía al bosque, era acompañado por ellos.

 -wow~ es hermoso…

-sabía que te gustaría-dijo bajándolo con delicadeza y abrazándolo por detrás, tomando la oportunidad para besar el marcado cuello del doncel.

-¡Eiri~ ah~! ¿Qué estás haciendo?-la pregunta sonó con tal ingenuidad e inocencia que enterneció al escritor.

-haciéndote el amor-ronroneo en su oído haciendo que Shuichi se estremeciera no por el frio, sino por la excitación.

Sin más, Eiri comenzó a estimular los botoncitos rozados del cantante el cual escamaba gemidos de satisfacción sin esconder su voz, sabía que ese lugar no irían nadie ya que les había dicho que en invierno era peligroso.

-los niños…-susurro un poco culpable.

-están teniendo un maratón… de películas y series en el cine… todos están ahí… lo dejando escrito en la nevera… estarán ocupados por algún tiempo… tiempo en que tú y yo estaremos amándonos…-susurro con una sonrisa mientras se colocaba enfrente de él y se arrodillaba tomando el miembro del cantante para llevárselo a la boca y estimularlo con avidez.

-ah~ tran… poso… ah~ mmm~ ang~

-solo… vi… pff… la… pff… oportunidad…-decía mientras saboreaba y jugaba con el miembro completamente erecto de su niño.

 -ang~ vasta… o me… ah~ vendré…

Eiri hiso completamente lo contrario, lambio, saboreo y estímulo con más lujuria el miembro sonrojado y duro del cantante que se sujetaba de los hombros de su amante y apoyaba la espalda en el árbol más cercano. A Eiri no le bastó con solo saborear el dulce que le ofrecía su amor, su mano derecha se dirigió hacia la cavidad levemente dilatada por la noche y actividad previa, dos de los largos dedos del escritor entraron con relativa facilidad, arrancando un gemido de placer del cantante que ya se encontraba completamente perdido por la excitación.

-mas~ Eiri~ dame más… ang~ Eiri~-Shuichi asía todo lo posible por retener su culminación pero le faltaba muy poco para llegar a su límite.

-como ordenes mi rey…

Sin decir más el escritor se levantó con una pierna de su pequeño en el hombro para facilitar la acción, pero antes de entrar, su miembro se restregó desde los glúteos hasta el miembro hinchado del cantante que lanzo un alarido de excitación el cual aumentó cuando fue invadido de pronto causando que Shuichi culminara de forma placentera manchando el pecho de ambos, pero eso no detuvo a Eiri, todo lo contrario aumento el ritmo de las envestidas.

-¡¡¡AH~!!! ¡¡¡AHÍ~ EIRI!!! ¡AHÍ, MAS!!!

-¡¡¿ahí?!! ¡¡Mi ángel!! ¡¡Ahí!!

-¡¡¡SI~!!! ¡¡¡AHÍ!!!

-¡¡¡AH~!!!

Eiri había encontrado el punto dulce del cantante y arremetía contra de el con fuerza y precisión sacando de Shuichi gemidos, jadeos y gritos de extremo placer.

-¡¡Eiri… te amo…! ¡¡¡TE AMO!!!

-¡¡¡TE AMO…!!! ¡¡¡YO TAMBIÉN… AH~ TE AMO!!!

Los amantes disfrutaban con placer la acción de la unión, lo caliente de sus cuerpos que en algún punto los albornoces habían terminado humedeciéndose por la nieve a sus pies, y el frio de los copos blancos de la nieve, solo hacía que sensaciones desconocidas inundaran sus cuerpos por completo.

-¡¡¡ME VENGO!!!

-¡¡solo un poco más…!! ¡¡Solo un poco!!!

-¡¡¡AH~!!! ¡¡¡ANG~…!!!

-¡¡tan estrecho!! ¡¡¡ANG~!!!

-¡¡¡AH~!!! ¡¡Ya no puedo!! ¡¡mmm~!! ¡¡¡ME VENGO!!!

-¡¡¡ANG~ JUNTOS!!!

Al decir lo último ambos culminaron de tal manera que la esencia de Eiri, salía de la cavidad del cantante, a borbotones, en cambio la esencia de Shuichi había llegado a los labios de los amantes por la fuerza, al sentir la calidez del líquido, unieron sus bocas en un beso excitante lleno de amor. Después de ese encuentro ya no se pudieron detener hasta llegar a la cuarta repartición, en la que las posiciones cambiaron tanto como los besos en todo el cuerpo. Eiri al ver preparado ese lugar desde una tarde antes, el un árbol el cual tenía un hueco escondió mantas y una pequeña colchoneta, las cuales ayudaron en las demostraciones de amor.

-Eiri… te amo…

-yo también te amo, mi pequeño.

-perdóname…

Eiri se apoyó en un codo y sujeto la barbilla de su amante buscando las bellas joyas amatistas, las cuales le regresaron la mirada con recelo y miedo.

-no tengo nada que perdonarte, entiendo que el embarazo y el parto fue difícil, causando que tu útero quedara imposibilitado a albergar nuevamente a un hijo más, pero tenemos cuatro hermosos hijos y una preciosa peludita, así que tenemos a cinco hijos maravillosos los cuales amo con todo mi corazón, si nos llegara a faltar felicidad, siempre podemos brindarle una familia a un pequeño que se la negaron, así que Shuichi deja de culparte y de pedir perdón por algo de lo que yo también soy culpable al ser un cobarde que te abandono estado embarazado-al terminar tomo con dulzura los pétalos rosas del cantante que derramo lagrimas ahora de felicidad.

Sin poder contenerse realizaron la unión de sus cuerpos por quinta vez ahora de una forma más dulce y tierna, puesto que el escritor quiso trasmitirle con más claridad sus sentimientos a su futuro esposo.

***CONSULTORIO DE MINATO***

El gran consultorio de Minato se veía pequeño por la gran cantidad de personas que estaban en él, puesto que ningún familiar o amigo del cantante querían saber que era lo que al cantante aquejaba.

-cuanto se tarda.

-¿Por qué no llega?

-¡¿se pueden callar?!-Minato estaba irritado al ver tan concurrido un espacio tan sagrado para él, cómo su consultorio-la enfermera se fue hace media hora, por lo general este tipo de estudios se tardan como mínimo un día, pero por ser el dueño de la clínica se va a acelerar el proceso, así que por favor esperen tranquilos o se van-termino claramente irritado.

Shuichi reprimió una carcajada al ver los rostros consternados de los presentes, en esos momentos encontraba muy divertidas las reacciones de todos en el lugar y más el de sus pequeños que se encontraban jugando sin prestar atención a los adultos, estos al ver el comportamiento de los pequeños decidieron hacerlos su centro de atención para no aburrirse mientras esperaban, Minato se había tranquilizado y trabajaba en su computadora.

-¿Qué haces Minato?-la de Maiko se escuchó detrás de él.

-estoy revisando las finanzas del año pasado, es lo que siempre hago cuando inicia el año, preciosa-Minato se volvió asía atrás sentando a su novia en sus piernas dándole un beso casto en sus labios.

-Mi… na… to… aprovechado~-se escuchó la voz sombría del cantante.

A Minato le surgió un escalofrió al escuchar la voz del cantante, sabía que era mucho más celoso que Saito cuando se trataba de Maiko, se levantó con rapidez pero con delicadeza colocando a la joven en la silla.

-no sé de qué hablas, Shu-trato de ignorar la mirada asesina del cantante.

-sí, claro…

La mirada amatista y la mirada celeste se encontraban, una con molestia y la otra con nerviosismo, el doctor sabía que podía terminar en el suelo con más de un golpe en menos de cinco minutos y él no se daría cuenta hasta que le estuvieran tratando las heridas producidas por el cantante, así que era mejor tener el menor contacto con su novia enfrente de su cuñado. Afortunadamente el llamado a la puerta distrajo la atención del cantante.

-adelante-hablo con alivio el doctor.

-disculpe Aida-sensei le traigo los resultados de los estudios de Shindou-sama-la enfermera de edad madura entro con unos sobres en la mano.

-gracias-dijo Minato caminando asía la mujer que le dirigió una sonrisa de ternura al ver el casi imperceptible nerviosismo de su jefe.

El doctor abrió el sobre, dejando en expectativa a todos en la habitación, la misma enfermera se encontraba inquieta, Minato leyó con rapidez y mientras iba leyendo su seño se fruncía.

-¡quiero que preparen una sala para un ecografía! ¡Lo más rápido posible!-al terminar de leer se dirigió a la enfermera que sin decir nada se fue a cumplir la orden de su jefe-Shuichi tengo que hacerte una ecografía para observar mejor tu vientre.

-¡¿así que realmente esta embarazado?!-preguntaron emocionados los presentes, menos Shuichi y Eiri.

-no, los estudios arrogan un posible tumor o cáncer, si no lo es aún, tengo que extirpar el útero antes de que desarrolle algo como eso, ahora oren porque sea como mínimo miomas y no sea cáncer-dijo serio.

Lo había dicho con tal crudeza y frialdad que a excepción de Shuichi, los demás se habían quedado en shock

-¿Qué tengo que hacer?-la voz calmada del cantante los saco de su estupor, el cantante no podía darse la libertad de perder el control, tenía que mantenerse en calma para que sus intercalares no cayeran en la histeria-doctor.

-firmar esto si está de acuerdo-le dio un sobre amarillo, lo abrió y encontró unos papeles médicos-léelo con detenimiento primero y después de la ecografía decides que hacer-le sugerido a su paciente.

Shuichi volvió a sentarse y leyó el documento con sumo cuidado, las hojas en resumen, decían que por su propio bien tenían que extirpar su útero y que el daba su consentimiento para que lo hicieran. Fue llevado a una sala para la ecografía, su único acompañante fue Eiri, a pesar de que los demás se molestaron por tal decisión. Al hacer la revisión mostro que solo eran miomas, pero que ellos podían causar muchos problemas en un futuro.

-¿Cuándo se hace la intervención? Doctor Aida-la voz del cantante salió ahogada, para él no era fácil perder el órgano que había hecho posible la existencia de sus canciones.

-si gusta, en dos días, Shindou-sama.

-muy bien, por favor cuide de mi-el cantante reverencio a un serio Minato.

-será una operación difícil, será retirado todo el útero y será como una cesaría, la recuperación es de 4 a 6 semanas.

-¿cua… caun… mmm… cuanto… ah~ cuanto tiempo tenemos qu…?

-ese tiempo, cuando te dé de alta podrán seguir con su actividad sexual normal-Minato adivinó lo que su paciente quería decirle incluso antes de que terminar la oración-incluso puede que, Shindou-sama sienta más placer, ya que el dolor disminuirá-termino con una hermosa sonrisa.

-¿dolor?-la pregunta se escuchó de dos formas, primera, con inocencia y ternura, la segunda con miedo e incredulidad.

-sí, dolor, cuando se tienen miomas, siempre se tiene dolor, ya sea en menor o mayor medida, dime Shindou-sama ¿Cuándo está intimando, no siente dolor o “incomodidad”?-el doctor vio con firmeza al cantante para que no le mintiera.

-¿eh? Si… ahora que lo dice, siento un poco de incomodidad, pero llegue a pensar que era porque aún no me acostumbró a tener intimidad casi todos los días…-cuando se dio cuenta de lo que dijo solo bajo la cabeza que estaba sumamente sonrojada y se podía ver con claridad gracias a sus orejas.

-me alegra saber que tienen una vida sexual muy activa a pesar de la incomodad, pero por precaución les voy a pedir que desde este momento detengan su actividad hasta que le dé de alta-indico con firmeza.

La pareja solo asistió, fueron nuevamente al consultorio, donde aún seguían la familia y amigos del cantante, que se encontraban muy inquietos, Minato al abrir la puerta y cederle el paso a Shuichi y a Eiri para que pasaran primero. Shuichi sin mirar a nadie fue directo hacia el sobre que contenía los papeles, los saco con cuidado y firmo, lo había hecho de forma rápida y torpe, pero sino lo hacía rápido podía arrepentirse y realmente no lo quería, ya era tiempo de que aceptara que no podía embarazarse por mucho que quisiera. Los presentes solo lo vieron con resignación, realmente querían ver una vez más a ese bello ser con una hermosa pancilla sobresaliente por el embarazo, pero la salud del cantante era más importante. Shuichi se quedó viendo las hojas firmadas con tinta negra, guardo nuevamente las hojas en el sobre y fue esta Minato entregándoselo.

-Shuichi-el nombre del cantante salió como un susurro de parte de Eiri.

El escritor inesperadamente tomo al cantante en sus brazos y salió rápidamente sorprendiendo no solo a su pareja sino a los presentes un “cuiden de los niños” se escuchó antes de que desapareciera por el pasillo. Todos en el consultorio quedaron en silencio por unos minutos que parecieron horas hasta que un par de hermanos comenzaron a reírse sorprendido aún más a los presentes.

-¿desde cuándo no hacia eso nee-san?-pregunto un divertido Tatsuha.

-desde que… tenía 15 años…-contesto Mika a su hermano, entre risas-fue una de sus pocas visitas y… antes de que cambiara tanto… no parabas de llorar y no sabíamos que tenías así que Eiri te tomo en brazos y salió corriendo del templo, cuando volvieron, ahora de encontrabas incontrolable por las risas, jamás supimos que hiso para que lograra calmarte Tatsuha-la señora Seguchi sonrió con melancolía contagiando a su hermano menor y dejando intrigados a los presentes.

Eiri coloco con sumo cuidado al cantante en el asiento del copiloto, cuando lo dejo bien asegurado en el asiento es se fue al lado del piloto y sin decir nada arranco el auto, pero antes sonrió de una forma que Shuichi jamás había visto, de una forma juguetona, inocente y deslumbrante que le encendió las mejillas de un hermoso carmín. Sin hablar en todo el camino, la pareja iba en un muy cómodo silencio, haciendo de ese viaje uno muy especial, Shuichi cerró sus ojos y durmió plácidamente, Eiri se orilló solo para acomodarlo mejor en el asiento y taparlo con una manta para que durmiera mejor antes de encender el vehículo tomo el móvil de Shuichi y de él para apagarlos, al terminar volvió s poner el auto en marcha asía su destino.

-chi… uchi… Shuichi… amor… Shuichi mi amor, despierta-en un principio la voz del escritor sonaba lejana pero cuando sus sentidos fueron despertando la sedosa voz y aliento rosaban su oído y parte de su cuello asiendo que se estremeciera de placer, mostro sus bellas joyas amatistas-hasta que mi bello durmiente despertó, lastima, tenía la tentativa idea de despertarte con un beso si tardabas en despertar un poco más-la voz se escuchó sensual e infantil de una forma inimaginable.

-lástima que no probaras la segunda opción, me gusta más-con una sonrisa inocente pero con una mirada llena de sensualidad respondió el coqueteo de su pareja.

-mmm… esa mirada promete mucho-dijo besando con pasión los pétalos rosas del cantante, comenzó a acariciar el cuello y el muslo, pero se detuvo, Shuichi que ya estaba excitado se le quedo viendo a los ojos preguntándole el por qué se había detenido.

-será mejor no seguir aquí o una de dos, nos graban y suben el video a internet o nos arrestan por hacer cosas indebidas en el estacionamiento de un parque de diversiones donde está lleno de niños, adolescentes, parejas y adultos mayores-dijo divertido por el sonrojado y avergonzado rostro de su pareja.

-¡¡¡¿CÓMO?!!!-grito levantándose sin importar que Eiri callera fuertemente en el asiento que estaba totalmente reclinado para que el cantante quedara acostado, vio asía fuera y vio que era verdad, estaban en el mejor parque diversiones de todo Japón-¿Por qué estamos en el Fuji-Q Highland a dos horas de casa? Uesugi-la suave voz del cantante se escuchó especialmente sombría que estremeció al escritor.

-en una cita romántica-espero que eso tranquilizara a su pareja.

Shuichi no solo se tranquilizó sino también se sorprendió de sobremanera por esa revelación, también porque si recordaba bien su única cita había sido un total desastre en donde el único recuerdo tangible era la foto desgastada del encendedor del escritor y que después de tres semanas de ese suceso Eiri había desaparecido de su vida por 7 años. Esos recuerdos le hicieron estremecer de miedo.

-¿est… esta… esta vez… no vas a… desaparecer… verdad…?-pregunto temeroso, por sus hijos, pero también por él, un abandono como ese, después de que parte de su vida se sintiera solo, y que en dos días más le quitaran el órgano que fue capaz de que sus canciones nacieran, le era sumamente difícil, doloroso e inimaginable de pensar.

Eiri vio el terror en las joyas amatistas del cantante y el comentario resonó como eco en su interior.

“¿esta vez, no vas a desaparecer, verdad?”

-te prometo que ni la muerte nos podrá separar, que nunca voy a desaparecer si puedo evitarlo y que voy aferrar a ti con uñas y dientes, importándome muy poco si salgo lastimado-las palabras salieron de su boca de tal forma que estremeció al cantante.

-es como si estuvieras recitando tus votos matrimoniales…-en un hilo de voz logro decir las primeras palabras para llenar el extraño e incómodo silencio.

-si así lo quieres puedo arrodillarme a tus pies con un anillo-lo dijo totalmente sincero.

-¿realmente serias capaz de casarte conmigo?-pregunto impresionado, desde que reiniciaron su relación no habían hablado de la propuesta de matrimonio, pero a decir verdad a Shuichi no le importaba mucho si Eiri se quedaba a su lado.

-por supuesto que soy capaz de eso, incluso si quieres que todos los países vean la boda por televisión no me importa, si quieres que todo Japón este invitado, adelante vamos a ser una fiesta digna de un rey.

-mmm…

-¿Qué sucede?

-yo… yo quisiera algo intimo… algo completamente fuera de las cámaras de televisión, una celebración que solo incluya a familia y amigos…

-si ese es tu deseo, créeme que te lo are realidad.

El escritor le dio el móvil apagado al cantante, el cual encendió con rapidez para hablarle a sus hijos, los cuales muy felices y divertidos les dijeron que no se preocuparan que ellos estaban muy bien con sus abuelos y sus tíos ya que habían hecho una reunión en la casa de los Nakano y estaban divirtiéndose demasiado, entre gritos y risas los adultos les alentaban para que se divirtieran en pareja ya que se lo merecían. Después de haber mantenido esa “conversación” decidieron ir a divertirse, no les importo que los reconocieran, al parecer las personas vieron que estaban hay como personas comunes para pasar un buen rato divirtiéndose en los juegos mecánicos y solo los veían de lejos o les tomaban una que otra fotografía, los más atrevidos los grababan. A la pareja fue muy fácil ignóralos por estar sumergidos en una burbuja de amor y felicidad. Subieron a todo juego mecánico que se encontraron, la montaña rusa fue un horror para Eiri que bajo sosteniéndose de Shuichi, con una mano en la boca para evitar devolver hasta el alma y su tez con un tono verdoso diciendo que ya estaba viejo para esas cosas, Shuichi sufrió en la casa del terror donde al salir se sujetaba a Eiri como gato mojado en un árbol, tembloroso y con ríos de lágrimas en sus mejillas que tenían una tonalidad azulada por el miedo, cuando oscureció y a cierta hora, los fuegos artificiales iluminaron el cielo oscuro, creando sorprendentes formas que bañaban de luz a los admiradores sorprendidos por excelente espectáculo. En todo momento desde que salieron del vehículo y desde que volvieron a subir, horas después, no se soltaron de las manos a no ser necesario.

-fue hermoso, gracias amor-Shuichi dijo con una gran sonrisa.

-me alegra que te divirtieras amor-Eiri correspondió esa sonrisa con una igual, beso los pétalos rosas del cantante con ternura y lentitud, disfrutando de ese contacto que lo hacía sentir completo.

-regresemos a casa-dijo el cantante con inocencia.

-no, te equivocas, antes de llegar vi un hotel, e hice una reservación, la noche aun no acaba-eso se lo dijo besando el cuello del cante que se estremeció de placer.

Sin decir más, Eiri puso en marcha el vehículo rumbo al hotel, cinco estrellas de gran luego que estaba a unos cuantos kilómetros del parque de diversiones. Y como había dicho el escritor la noche no termino y la diversión se alargó hasta el mediodía del siguiente, solo juegos previos, nunca una penetración, Eiri aun tenia presente que su pequeño le podría doler, afortunadamente no fue necesario sentirse dentro de su niño, descubriendo así mil formas de dar y recibir placer sin llegar hasta lo último.

***DÍA DE LA OPERACIÓN***

Shuichi se encontraba extrañamente tranquilo, las atenciones de Eiri y sus hijos, le habían tranquilizado no solo a él, sino a ellos también.

-Shindou-sama, es hora-la enfermera entro en la habitación donde se encontraba el cantante con su familia y amigos.

-está bien… nos vemos después-beso a sus hijos en sus cabecitas-se portaban bien-le dio un rápido beso a Eiri en los labios-regreso pronto, cuídalos por favor…

-no te preocupes, ve tranquilo, que estaremos esperándote, amor-al decir lo último beso con ternura la frente de Shuichi.

Con mucho cuidado unos camilleros se llevaron a Shuichi asía la sala de operaciones donde ya lo esperaba un equipo de médicos entre ellos Minato que era el que iba a dirigir la operación. La intervención no duro más de hora y media. Shuichi se sentía pesado, cuando comenzó a percibir su alrededor, a pesar de que aún no recuperaba por completo la conciencia, escuchaba voces pero no era capaz de distinguir las palabras o a quien pertenecía las voces, sus sentidos se adormecieron una vez más, sumiéndose en la inconciencia. Después de algún tiempo en el que le pareció una eternidad, sus ojos finalmente se abrieron con pesadez y sus vista era distorsionada, cuando por fin las cosas parecieron tomar forma sin moverse de un lado a otro, llevo sus manos a sus ojos restregándoselos con pereza, y al enfocar nuevamente sus ojos se dio cuenta que aun veía borroso cayendo en cuenta que no llevaba sus pupilentes.

-toma, tus gafas-la voz de Eiri se escuchó con suavidad.

Al sentir el peso y frio plástico de las gafas detrás de sus oídos y que su vista se enfocaba dejando claro la habitación borrosa en donde solo se encontraban ellos dos.

-¿los niños?-pregunto preocupado.

-deberías preocuparte por ti primero-dijo de forma severa pero soltando un suspiro exasperado-pero ellos están bien están en la cafetería con los demás ¿Cómo te encuentras? Amor-ahora su voz sonó preocupada por saber por la salud de su amado niño.

-bien… un poco adolorido…-dijo cuándo se trató de mover pero haciendo una mueca de dolor.

-va a ser mejor que no te muevas mucho…

-todo lo contrario, Shindou-sama será mejor que ahora mismo se levante y trate de caminar un poco, así no tendrá complicaciones cuando la herida se valla sanando y cerrando-Minato interrumpió a Eiri de manera profesional, fue hacia el paciente y le ayudo a levantarse con mucho cuidado-con delicadeza no hay ningún motivo para querer apresurarse-dijo al ver que Shuichi quería levantarse de inmediato.

-duele…

-¡lo estás lastimando!-la voz de Eiri sonó una octava más alta y con preocupación.

-es preferible un dolor mínimo ahora que un dolor paralizante cuando este bailando arriba de un escenario en algún concierto-dijo de forma tranquila y ayudando a Shuichi a dar unos pasos-caminen por la habitación, dos vueltas es suficiente, en un par de horas caminen un poco más, y así sucesivamente hasta que pueda caminar con tranquilidad por el pasillo, pero sin excederse y siempre ayudado por alguien, entendido Shuichi, aun si es para ir al baño-dijo pasándole la tarea de ayudar a Eiri que recibió a su niño con delicadeza y ternura.

Shuichi no necesito estar por más de dos días en el hospital, al salir la prensa los esperaba, no hicieron demasiado escándalo, solo preguntaron unas cuantas cosas y dejaron que el cantante fuera a descansar es la mansión White Rose en la cual los esperaba una grata bienvenida.

***CINCO AÑOS DESPUÉS***

La prensa después de tres años dejo de esperar una boda de ensueño entre la pareja de oro de Japón, y despidieron enfocarse en las carreras de ambos las cuales iban de maravilla, las canciones a pesar de contar con trece años ya estaban terminando la preparatoria y estaban eligiendo la carrera que cursarían en la universidad y los cielos a pesar de no ir tan adelantados, sacaba excelentes notas y eran los mejores de sus cursos, Adán contaba con 14 años y Edén con 12 años, los cuatro niños a pesar de ser hijos de grandes figuras públicas, eran sencillos y amables.

-mmm… nos hemos perdido…

-tendremos que preguntarles a los de seguridad, donde está el museo.

-va a ser lo mejor.

-¡Sora-san!

Los cuatro jóvenes a pesar de que podían decirle a la seguridad privada Uesugi, que les llevara, ellos preferían ir por su cuenta a pesar de que sabían perfectamente que los agentes jamás los dejaban de vigilar a lo lejos y lo más cerca posible.

-¿en qué puedo ayudarlos? Niños-los mismos niños les habían pedido que nunca les hablaran con formalidad.

-nos hemos perdido, Sora-san-la voz suave de Edén se escuchaba divertida.

-a donde se dirigen-pregunto con una sonrisa igual de divertida que la de sus protegidos.

-al museo nacional-las canciones lo dijeron al unísono, la manía de hablar al mismo tiempo, no parecía que se les fuera a quitar.

-debieron haberse ido por la izquierda en vez de la derecha en la avenida pasada-dijo entre risas.

-¡que malo es Sora-san!-las canciones hicieron muecas dramáticas solo aumentando la diversión del adulto-Sora cállate-lo último sonó más a un susurro el cual cayó abruptamente al agente, haciéndolo palidecer del miedo.

-y… yo… los… uste… des… mu… mu… seo… creo… allá…-su nerviosismo creció hasta las nubes, conocía perfectamente los rumores de “los hielo amatista”, era el nombre que sus compañeros le habían puesto a las miradas de los dulces niños, que cuando se enojaban podían helar hasta el mismísimo sol. Y él no quería toparse con esas miradas, afortunadamente ahora sus pequeños amos estaba tranquilos y solo le advirtieron.

-bien, vamos-las canciones sonrieron con dulzura, haciendo que el corazón del guardián se aliviara por las resplandecientes sonrisas.

 -vamos, es por esta calle.

El guardián se relajó visiblemente pero no tanto como para descuidar la seguridad y bienestar de sus jóvenes amos. Regresaron por la calle en la cual habían errado el camino, tomaron una calle a la izquierda y salieron a la calle principal la cual estaba el museo, cuando Sora les indicaba asía donde se tenían que dirigir, escucharon un grito lleno de terror, los cinco buscaron el origen de la voz atemorizada, lo que encontrón fue algo desconcertante, un desalmado golpeaba salvajemente a un niño no más de 10 años que trataba de proteger a una pequeña niña no más de 8 años que en sus brazos tenía algo peludo que se removía asustado y llorando.

-¡¡¡MALDITOS MOCOSOS DE MIERDA LES HE DICHO QUE NO TRAIGAN PORQUERÍAS AL NEGOCIO!!!-el infeliz seguía golpeando al niño mientras gritaba.

Lo más sorprendente de todo era que las personas alrededor solo los veían y nadie asía nada, todo lo contrario muchos lo apoyaban o grababan la despreciable escena burlándose de los infantes. Los recuerdos dolorosos que guardaba Adán lo atacaron sin piedad, recorvada a las personas que le dieron la vida golpeándolo, humillándolo y torturándolo sin consideración alguna, por lo que pudo percibir el adolecente su pequeño hermano, recordó lo mismo, los años de infierno y sufrimiento, ya que vio cómo su hermanito temblando de miedo y abrazándose a sí mismo como si se estuviera protegiendo de algo invisible pero sumamente aterrador.

-po… r… fa… vo… r… ya… no… ya… no…-rogaba el pequeño que abrazaba a la pequeña.

-¡¡¡INÚTILES DE MIERDA PARA LO ÚNICO QUE SIRVEN ES PARA QUE SE LOS FOLLEN!!!-gritaba sin importarle nada.

Eso hiso que no solo a Adán, sino que también a las canciones les hirviera la sangre, y a Edén le provocaron estremecimientos de miedo, a pesar de que en el tiempo que vivió con “esas personas” era pequeño, comprendía muy bien en la actualidad lo que “ese tipo” le quería hacer, violarlo, sino hubiera sido por Shindou Shuichi que los había salvado de ese infierno convirtiéndolos es sus hijos adoptivos, hubiera terminado en un prostíbulo en el que se encontraban eso pequeños, porque si, ahora que veían mejor, estaban al lado de un prostíbulo de lujo, vieron como varios pervertidos se pasaban la lengua por los labios de forma lasciva viendo a los pequeños que temblaban de temor, eso Adán no lo soporto y corrió asía los niños posicionándose enfrente impidiendo que el infeliz siguiera golpeando al pequeño, pero golpeándolo a él.

-¡¡¡NII-SAN!!!-las canciones y el pequeño cielo gritaron cuando vieron que Adán caía al suelo con un golpe en su blanca mejilla.

-¡¡¡¿QUIÉN MIERDA ERES, IDIOTA?!!!-el tipejo tomo por el cuello de la camisa al adolecente que tenía sangre saliendo por la nariz y boca.

-a ti que te importa infeliz-su voz y expresión parecían tranquilas pero en su sien podían ver que una vena azul se iba hinchando por la furia.

-¡nii-san!-los hermanos menores del adolecente llegaron corriendo, al parecer el miedo y el ejercicio habían hecho estragos en las canciones las cuales al mismo tiempo sacaron sus inhaladores agitándolos y llevándolos a sus bocas.

-¡canciones!-con una habilidad increíble, Adán se soltó de su agresor doblemente más fuerte y grande que él.

-¡¡oh!! ¡¿Qué tenemos aquí?! Cuatro preciosuras~-dijo al ver a las canciones y a los cielos, el más pequeño de ellos tembló de miedo.

Las canciones y el cielo mayor se posicionaron enfrente de él, protegiéndolo a pesar de su propio temor, pero de la nada seis pistolas apuntaron al tipejo, asiéndolo palidecer.

-no entiendo para que nos contratan si estos niños se pueden cuidar solos-Sora estaba enfrente de los niños.

-claro y más cuando aparecer “los hielo amatista”…

-mejor cállense o sino nosotros seremos los congelados en ves del imbécil que tenemos en frente…-dijo uno de los guardianes que sintió un escalofrió de la ya famosa mirada estaba arribando y no sabía si era para ellos o para el imbécil que había lastimado al joven príncipe de los Shindou.

-so… n… ya… ya… yaku… yakuzas…-el tipejo callo arrodillado al verse solo, puesto que los espectadores habían escapado como ratas al ver llegar a la seguridad Uesugi.

-¡¿Cómo te atreves a llamarnos yakuzas?!-las canciones ya habían llegado a su límite de tolerancia, acercándose con lentitud pero sobretodo con elegancia la cual deslumbraron al infeliz arrodillado.

-serían unos excelentes entretenimientos…-fue acallado con un par de abofeteadas las cuales lo llevaron al suelo con sangre en la boca.

-¿acaso eres idiota? Antes de tocarlos tienes que pasar sobre nuestro cadáver imbécil.

Las pistolas tocaron la piel asquerosamente cubierta de sudor del infeliz el cual temblaba con temor por esos cañones que tocaban su asqueroso cuello.

-¿Qué sucede aquí?-un par de policías los veían de forma recelosa por las armas mucho más modernas e eficientes que las de ellos.

-qué bueno que llegan oficiales, somos de la seguridad privada Uesugi, solo estábamos resguardando la integridad física de nuestros protegidos, que son los hijos de la famosa pareja de oro de Japón, Uesugi Eiri y Shindou Shuichi-Sora dijo orgulloso viendo como el asqueroso tipo temblaba de miedo, bien era sabido el comportamiento que tomaban no solo la pareja sino medios de comunicación y publico cuando algo malo les sucedía a los hijos de la pareja.

Las canciones y los cielos se relajaron visiblemente, volviéndose así a los niños que aún seguían abrazándose y viendo con miedo a los adultos recién llegados, habían aprendido por las malas a desconfiar de todas las personas por igual.

-hola ¿Cómo se llaman?-preguntaron las canciones al unísono.

Los niños no contestaron simplemente se encogieron más.

-¿Qué hacemos? No parece que confíen en alguien-Edén los vio con pesar.

-es verdad, pero no los podemos dejar aquí, no cuando nuestra madre nos sacó de ese basurero, cielo claro-Adán vio a las joyas idénticas a las suyas, ojos verde esmeralda de un hermoso brillo.

-debemos de llamar a mamá o se va a enojar con los de seguridad-dijeron los gemelos al unísono viendo a los pequeños que aún se abrazaban envolviendo aun a la bola peluda por la que los habían golpeado, no se podían percibir si era un gato o un perro, pero sí que era pequeño.

Adán saco su móvil y marco a Shuichi, no llego a tener el segundo timbre ya que el cantante había contestado.

-hola cielo ¿sucede algo malo?-la voz del cantante se escuchaba preocupada.

Ya  que él sabía que en esos momentos deberían de estar en el museo y lógicamente no podían llamar a menos que fuera necesario.

-mamá… cuando íbamos a camino al museo nos perdimos, le pedimos a Sora-san que nos guiara, pero antes de llegar… vimos como un imbécil infeliz golpeaba a un niño que protegía a una niña con un animalito… creo que es un gato… interferí para que no los siguiera maltratando… pero nos dimos cuenta que están muy asustados y heridos… creo que sería bueno que vinieras con el tío Minato y el abogado, ya que la seguridad Uesugi interfirió y la policía ya está aquí…

Shuichi no lo interrumpió, dejo que se explicara, tratando de no alterarse, aunque sabía que su hijo lo había resumido lo más posible sin decirle cosas de importancia de las cuales solo podían ser vistas o dichas en persona.

-está bien hijo, ahora mismo voy para allá ¿tus hermanos y tu están bien?-lo último lo pregunto perspicaz.

-estamos bien…

-Adán~

-el tipo ese… me golpeo en la mejilla…

-voy para allá-sin más, colgó.

Adán al escuchar la voz seseante de su madre supo que el infeliz no iba a tener ninguna posibilidad de ver la luz del sol una vez más.

-mamá dijo que venía…-los cuatro niños y los agentes de seguridad se estremecieron, sabían que el gran cantante Shindou Shuichi no perdonaba a nadie que lastimara a seres indefensos, como un par de niños y un animalito, pero se ganaba el brutal y enorme odio del idiota que llegara a tocarle un solo cabello a sus hijos.

Y el infeliz había hecho ambas cosas, quien sabe que podría pasar en el momento el que el cantante arribara en el lugar.

-nii-san no le diste la dirección a mami-Edén se dio cuenta de ese detalle.

-no te preocupes outoto-chan, el llegara aun sin saber la dirección, solo necesita saber que estamos cercas del museo y sin problemas llegara.

Y era verdad, en menos de veinte minutos una camioneta familiar se detenía donde policías, prensa y curiosos, hacían una pequeña multitud. Afortunadamente, las identidades de sus hijos eran casi desconocidas y poco se sabía de sus físicos, la última vez que habían aparecido en televisión era cuando se descubrió de ellos, a partir de entonces se trató de tener el máximo cuidado para protegerlos, lográndolo satisfactoriamente.

-¿Qué pasa?

-no lo sé.

-se dice que golpeaban a unos niños.

-¿Quién fue el infeliz?

-el que está en el suelo.

-son los niños están tapados con esas mantas.

-¿no crees que son importantes?

-¿Por qué lo dices?

-porque esos de traje son de seguridad privada.

-¡oh! ¡Es verdad!

-pero según unas personas que lo vieron desde lejos, los niños esos no venían en auto.

-¿será que actuaron de forma imprudente?

-¿por cuenta propia?

-si, tal vez sean de esas personas que les gusta mucho los niños y no toleran que los lastimen.

-¿aún hay personas así?

-asombroso…

Esos eran los comentarios que escuchaban, Shuichi, Eiri, Minato e Iki el abogado de los Uesugi, las personas y la prensa estaban tan concentrados tratando de ver al menos un solo cabello de los niños cubiertos por las mantas que no se dieron cuenta de la presencia de los cuatro hombres. Fue la segunda camioneta negra de la cual se bajaron más hombres de traje que advirtieron de los recién llegados los cuales abrieron un camino para que paran sus protegidos pudieran pasar con tranquilidad, el rostro de Shuichi era indescifrable, pero las de Eiri y Minato estaban plasmados la furia. Camino directo asía sus hijos con Minato detrás de él, quería examinar a su sobrino y asegurarse que no se había lastimado. En cambio Eiri y el abogado Iki fueron con los policías que estaban cercas de los niños, cuando llegaron vieron que había más, adentro del gran edifico, escoltando a las y los jóvenes que estaban completamente aterrados, todos ellos estando en ese lugar contra su voluntad, eso se podía ver claramente. Shuichi llego ente la figura más grande cubierta por la manta, como todos los niños estaban sentados en el suelo, el cantante se acuclilló en frente de su hijo mayor tomando su barbilla, el adolecente se dejó hacer, sabía que no podía escapar de ello, Minato se posiciono a un lado del cantante, solo fraccionando un poco las rodillas, viendo con atención la mejilla inflamada la cual se tornaba morada, un agente de su seguridad, salía del edificio con un bou con hielo y una toalla.

-mis señores-dijo el agente de seguridad extendiendo el recipiente y la toalla.

-gracias…-fue la escueta respuesta y agradecimiento que dio Shuichi sin despegar la vista de su hijo-¿Minato?

-no te preocupes Shu, en unos días se le quitara, solo hay que aplicar un ungüento para el dolor, pero para que baje la inflamación debemos ponerle el hielo-dijo Minato tomando un poco de hielo y en volviéndolo en la toalla, llevándolo a la mejilla afectada del adolecente el cual gimió de dolor.

-¿nii-san?-preguntaron sus hermanos preocupados.

-estoy bien… los que… me pro… preocupan… son los… niños…-dijo con dificultar por la inflamación, una inflamación que recordaba vagamente, pero eso no distrajo su atención de los pequeños que estaban temblando a un metro de ellos.

Shuichi siguió la mirada de su hijo mayor, viendo lo que al adolecente no le había comentado, el niño estaba cubierto de heridas y la pequeñas tenía unas cuantas, ambos abrazaban a la bolita de pelos que parecía profundamente dormida.

-Shu, ve-Minato ayudo a Shuichi a levantarse-yo me quedo con los niños, cuando ganes su confianza me llamas para poder ver su estado de salud.

-está bien, cuídalos, al parecer los policías están teniendo dificultades para contener a los curiosos ahora que nos vieron.

-el precio que tienes que pagar por ser la pareja más famosa de todo Japón.

-ni lo menciones.

-vamos, ve a ser lo que mejor puedes hacer, ganarte los corazones de las personas.

Shuichi le sonrió con dulzura, para después besar las cuatro cabecitas cubiertas por las mantas. Camino hacia los pequeños que estaban temblando visiblemente, se situó enfrente de ellos colocándose de rodillas, sus largos y oscuros cabellos cubrían ambas cabecitas, unas lindas hebras color chocolate cubrían al niño y unas hebras color obsidiana cubrían la pequeña figura de la niña, ambos pequeños sujetaban fuertemente la manta con la que se cubrían tratando de que esa delgada tela los protegiera del mundo. ¡Que hermosa era la inocencia de los niños!

-hola pequeños-la voz de Shuichi sonó suave y muy dulce, como su estuviera cantando, un par de ojos oscuros se asomaron por la hebras oscuras de los pequeños, había captado su atención gracias al tono de su voz, ninguna persona les había hablado de tan linda forma-mi nombre es Shindou Shuichi ¿Cómo se llaman pequeños?-no había hecho ningún movimiento, tenía sus manos a la vista de los pequeños para que pudieran ver los movimientos y que se sintieran más cómodos y relajados, cosa que estaba logrando.

El niño hablo, pero fue tan bajo el tono de su voz que el cantante apenas pudo escucharlo, ya que los curiosos cada vez eran más y trataban de llamar su atención pero él no se distrajo centrando toda su atención a los pequeños que habían dejado de temblar.

-ella es Yuko y yo soy Isamu.

-que lindos nombre, y bien ¿Qué es esa cosita que tienen hay?-pregunto apuntando con lentitud a la bola de pelos.

-es un gatito… esta lastimado-dijo Yuko acariciando al gatito.

-qué lindo un gato, yo tengo una perrita, una akita inu, miren es ella-dijo apuntando a Lesiel que estaba observándolos a unos metros, cuidando de su madre humano.

-es muy linda.

-¿verdad que si? ¿Puedo acariciar a su gatito?-trataría de ganarse a los pequeños por medio del gatito. Ambos niños asistieron, el estiro la mano y lo acaricio con lentitud, el gatito comenzó a ronronear y a buscar ese calor que trasmitía el cantante, el gatito se levantó y fue asía el cantante para acostarse en su regazo, el gatito era gris oscuro dando la impresión de que era plata liquida, sus ojos eran de un azul claro, no tendría más de tres meses de edad-es muy tierno igual que ustedes dos-dijo sonriendo con calidez.

Los pequeños al ver la acción del gatito y la sonrisa sin segundas intenciones del adulto que tenían enfrente de ellos, se cuestionaron si podían seguir confiando en los demás, pero principalmente a ese ángel que les hablaba de forma tan cariñosa. Los niños por estar viendo al minino no se dieron cuenta de la mirada amatista que los veía con ternura, fue después de unos minutos en los que ambos subieron la vista.

-¡que ojos tan extraños!-ambos niños se maravillaron por lo hermosos ojos pero al ver que el viento movía sus las hebras rosas pastel quedaron hipnotizados por el color y el movimiento-¡qué raro color! ¿Se lo tiñe?-no pudieron contener su curiosidad.

-no, mi cabello y mis ojos son completamente naturales-contesto después de una suave risa que cautivo a los pequeños.

Notaron que todo en el señor, el cual se veía muy joven, tal vez estuviera en sus veinte, era hermoso desde la sonrisa hasta su porte elegante, era irreal, como una portada de un manga que exhibían en los escaparates de las librerías.

-¿Cuántos años tiene?-la niña no pudo contener su curiosidad

-mmm… tengo treinta años-dijo con una sonrisa despreocupada.

-miente-el pequeño frunció su entrecejo entre el enojo y la incredulidad.

-¿Cómo?-su voz escuchaba divertida-¿Por qué dices que miento?-se mostró sinceramente curioso.

-una de las muchachas tiene 20 y se ve mucho más vieja que tú, tienes veinte ¿verdad?-dijo el pequeño esperanzado.

-no, lo siento, tengo 30 años, aunque siempre me he visto más joven, es genética, como el color de mis ojos o mi cabello es algo de mi cuerpo que no puedo cambiar.

-¡¡¡qué extraño/sorprendente!!!

Shuichi solo pudo reír divertido, contagiando a los pequeños su diversión, eso atrajo la atención de todos los presentes. Cuando se tranquilizaron los pequeños se acercaron con mucho cuidado al cantante que se quedó quieto esperando que las manitas tocaran su cabello o su piel, la cual les llamaba la atención, la piel blanca y visiblemente suave, les parecía tan hermoso como los ángeles que salían en ese cuento que les habían leído solo una vez. No pasaron más de cinco minutos y los pequeños ya estaban dormitando cómodamente en su regazo, Shuichi les acariciaba el cabello mientras cantaba la canción de cuna favorita de sus hijos. Minato evaluó a los pequeños mientras estaban dormidos y noto algo muy perturbador en el pequeño, así que se decidió trasladarlos a la clínica, afortunadamente con las declaraciones y los videos de seguridad, las canciones y los cielos no tuvieron que ir a dar la declaración hasta la estación de policías, solo Adán fue requerido ante los oficiales que solo grabaron su voz, dando su testimonio. En la clínica los pequeños eran atendidos con paciencia y cariño pero sobretodo siempre teniendo a Shuichi muy cercas ya que él lograba tranquilizarlos a tal punto de que su miedo a las personas se les olvidara. Se descubrió que Isamu realmente tenía 13 años y la pequeña Yuko tenía 8 años.

-afortunadamente los pequeños no tenían más de 6 meses “dando servicio” y siempre fueron tratados con “amabilidad”, al ser de lujo los clientes eran seleccionados y contados, solo eran 100 miembros ya que ese lugar era más un club que un prostíbulo común, además de que al ser los más pequeños eran escondidos y solo cinco personas tuvieron absceso a ellos dos, es decir, que un solo hombre toco a la niña y tres hombres y una mujer tocaron al niño…

Era Iki el abogado dándole toda la información la cual se la había proporcionado la policía, gracias a que habían atrapado a otro desgraciado. En esos momentos, un trabajador social el cual se le había encomendado el cuidado de ambos niños, el jefe de policía, Minato, Shuichi y Eiri, se encontraban en una reunión en la misma clínica.

-a pesar de que pocos hombres tocaron a Isamu, él es un hombre gestante… esta embarazado de cuatro meses… aun que nos dieran el consentimiento y que él esté dispuesto, es muy tarde para realizar un aborto sin dañarlo a él en cierto grado, que sería muy alto-Minato había dejado en shock a todos en la sala, al saber que el niño estaba gestando.

Tras una larga pausa donde los presentes trataron de procesar la información dada, al fin se rompió el silencio.

-solo… un niño… ¡solo es un niño! ¡¡Maldita sea!!

Todos se sobresaltaron por el fuerte golpe que dio el cantante en la mesa.

-Shuichi…

Minato y Eiri solo pudieron morderse la lengua y apretar con fuerza los puños, poco a poco Shuichi les había inculcado sus ideales, ya solían pensar muy parecido al cantante.

-aunque este embarazado… aun es un niño y un HG, por ende se tiene que encontrar una familia lo más rápido posible, los donceles no pueden quedarse demasiado tiempo en casas hogares por seguridad, el pequeño gran problema es… ¿Quién adoptaría a un niño embarazado?-el trabajador social tenía que moverse rápido sin detenerse a ponerse en shock, lo primordial era la seguridad del pequeño que podría volver a caer en la prostitución si no se resguardaba a la perfección.

Un par de joyas se vieron con detenimiento, amatista y citrino, se comunicaron sin palabra alguna.

-Iki comienza el proceso de adopción.

Lamentablemente el pequeño HG tuvo que seguir con su embarazo, en el momento en que lo supo lo tomo muy mal, al punto de golpearse su vientre levemente abultado.

-¡¡¡NO!!! ¡¡¡NO!!! ¡¡¡SÁQUENLO!!! ¡¡¡SÁQUENLO!!! ¡¡¡POR FAVOR SÁQUENLO!!! ¡¡¡NO LO QUIERO!!!-los gritos desgarradores solo pudieron ser acallados con un calmante el cual no lo durmió pero si lo tranquilizo.

-shh… shh… shh… tranquilo, tranquilo pequeño…-solo la fuerza de voluntad y los dotes actorales de Shuichi lo hacían ver y trasmitirle una serenidad y apacibilidad al pequeño embarazado, sentimientos los cuales no sentía el cantante.

Eiri veía la escena, con pesar, quería saber cómo era posible que Shuichi pudiera mostrar pero sobretodo trasmitirlos, debería aprender a hacerlo si esos pequeños iban a ser parte de su familia ¡¡dios esos pequeños serían sus hijos, cuan emocionado estaba!! ¡Seria padre una vez más y hasta abuelo!

*** UN MES DESPUÉS ***

Tres semanas atrás los nuevos integrantes de la familia Uesugi, se habían instalado en la mansión White Rose, la cual había sido una verdadera maravilla para los pequeños, pero eso no le quitaba la reticencia del pequeño de estar embarazado, aun rechazaba profundamente a su bebé, dañándose en repetidas ocasiones, la pareja de oro se encontraba sumamente preocupados tanto por el niño como por el bebé, afortunadamente últimamente estaba haciendo más fácil tranquilizarlo en algún ataque de pánico. Eiri y Shuichi trataban de que su emoción por el bebé estuviera lo más controlado que se pudiera y mimando con cariño a ambos pequeños para que no se sintieran desplazados por sus nuevos hermanos, lo cual era difícil puesto que ni entre ellos eran hermanos y a comparación a los seis integrantes Uesugi, ellos eran los más comunes ¿Cómo competir con ojos color violeta, dorado y esmeralda, cabello rubio dorado, platinado y el más sorprendente de todo era ese cabello color rosa pastel, piel porcelana tan blanca que las venas se veían azules? Ellos eran bastante comunes de cabello y ojos oscuro, su piel aperlada en la cual y apenas se notaba una que otra vena, pero sobretodo ellos habían sido abandonados como basuras, que eran según el dueño del prostíbulo. Isamu había sido vendido al prostíbulo por su padre drogadicto al saber que era un HG y Yuko era huérfana de madre prostituta la cual había trabajado en ese lugar y que al quedarse sin su madre, fue aprovechada la situación para explotarla a ella, la cual ya de por si vivía un infierno.

-solo soy un estorbo y una basura…-Isamu se había ido a esconder entre la vegetación del gran bosque.

-no me gusta prohibirles cosas a mis hijos, pero contigo voy a ser una excepción-Shuichi apareció frente a él, no le asusto, lo que si fue un terror inimaginable cuando la mirada llena de cariño se trasformada en una mirada sombría junto con las siguientes palabras-te prohíbo terminantemente que vuelvas a rebajarte de tal forma, no eres una basura, eres mi hijo y te voy a proteger de ti mismo si es necesario-de la suave voz con la cual se había dirigido su nueva madre no quedo nada, solo un susurro entre dientes que sonó así como sus ojos, sombría.

-es… verdad-reunió solo un poco de valor para seguir hablando-estoy manchado… nadie me va a querer…

El cantante hiso una pausa prolongada al tratar de calmarse, exhaló y respiro continuamente, hasta lograr tranquilizarse, no quería asustar más a su hijo de lo que ya estaba, puesto que incluso el pequeño embarazado estaba temblando y abrazándose, no resistió más verlo de esa forma, lo abrazo de forma cariñosa, pero Isamu aún no se acostumbraba a ese tipo de afecto así que se tensó pero al escuchar el corazón de Shuichi que estaba agitado, se tranquilizó y más por las tiernas caricias que le ofrecía en su corto cabello chocolate.

-mi pequeño niño, la pureza no se mide en el cuerpo, la pureza se mide en el corazón y el alma, no importa cuántos hombres y mujeres pasaron por tu cuerpo si esa pureza e inocencia que veo en tus ojos brilla, tú y Yuko son inocentes y víctimas, muéstrame que tu corazón está intacto dejándote de lastimar y lastimar a tu pequeño, no tienes la culpa y mucho menos ese ser que reside en tu interior, no quiero presionarte pero si lo pones en peligro a él, te pones en peligro tú, no quería decirte esto pero… un embarazo masculino por si solo es complicado y riesgoso en una edad adecuada para el cuerpo, en ti es aún más peligroso ya que tu cuerpo aún está desarrollándose, tienes que mejorar tu estado anímico si no quieres que te pase algo de lo que te puedas arrepentir en un futuro.

Las palabras de Shuichi marcaron a Isumu, pero le hiso cambiar fueron las historias que le conto en ese escondite lleno de hermosa vegetación, la primera historia fue la de su tía Maiko y el infeliz ex novio, después la historia de Eiri y su profesor Yuki, o la de Adán y Edén que afortunadamente no paso a mayores que unos simples toques pero aun así habían marcado a los pequeños, para finalizar con la suya, como tres infelices abusaron de él para tratar de destruir su carrea musical y perjudicar a Eiri.

-¿Qué le pasa a esta familia con respecto a los violadores?-Isamu se mostró inocente ante esa incógnita.

Shuichi sin poder evitarlo soltó una risa suave que cautivo al pequeño embarazado.

-lo siento pero no tengo la respuesta a esa pregunta, tal vez sea el destino o la casualidad, no lo sé, pero estoy seguro que no es un error el que nos convirtiéramos en familia, así que no pienses que pertenecer en esta loca familia es un error, porque aunque me cueste toda mi fortuna voy a sacarte esa tontería de esa cabecita tuya y de Yuko, los dos junto con Adán, Aki, Aiko y Edén, son hijos de Eiri y míos, no importa que tanto Adán, Edén, Yuko y tu sean adoptados, los seis son nuestros hijos-tomo con ambas manos la carita llorosa del niño el cual se mostraba sorprendido.

-¿los cielos también son adoptados?-la sorpresa inundaba su voz.

-¿no lo sabias?-vio la negación en el movimiento de cabeza-creo que solo te dije que habían sido tocados inapropiadamente pero nunca te dije por quién, bien, fue por el padre biológico de mis cielos, ello aun vivían con esa personas, pero jamás los trataron como sus hijos, incluso nunca se les permitió que les llamaran “papá y mamá”, pero afortunadamente Adán decidió asaltarme a mí, supe de su situación y los adopte, alejándolos de esas despreciables personas que los maltrataban y humillaban  sin importarles que fueran sus propios hijos-dijo con la sombra de la furia en su rostro serio.

-¿las canciones de amor también son adoptadas?

-¿mmm? No ellos si son mis hijos biológicos, solo que mi embarazo fue muy complicado, así que cuando nacieron mi útero quedo muy dañado imposibilitándome en embarazarme de nuevo-en los ojos y rostro del cantante no se veía ningún arrepentimiento ni tristeza.

Pasaron un corto tiempo en ese rinconcito de paraíso, el cual, cuando salieron de él, Isamu era una persona nueva, dispuesto a aceptar a su bebé pero sobre todo a aceptarse a sí mismo.

***TIEMPO DESPUÉS***

-madre, padre-un joven apuesto estaba enfrente de la madura pareja de oro, la cual no había cambiado mucho, tal vez a Eiri le habían costado esos diez años, en cambio a Shuichi ahora se veía de 25-me quiero ir de la casa, quiero vivir por mi cuenta junto a mi hijo.

Isamu se veía nervioso, por la ventana veía a su hijo jugar con las múltiples mascotas de la familia que iban desde ovejas asta aves, en sus oscuros ojos se veía la tristeza de alejarse de sus padres y alejar a su pequeño de sus abuelos.

-no te detendremos Isamu, pero quiero que me digas el porque te quieres ir ¿acaso ya no te sientes cómodo en esta casa?-a Eiri le dolió las palabras de su hijo, no quería que se fueran.

-en ninguna parte podría estar más cómodo como aquí… con ustedes…

-entonces ¿Por qué te quieres ir?

-me eh enamorado…

La pareja de oro lo sabía, pero dejaría que se alejara uno de sus hijos.

-¿te vas a ir a vivir con esa persona?

El suave cabello chocolate se movió por la negación del joven.

-¿si no te vas a ir a vivir con esa persona, porque te quieres ir?

-porque no puedo estar cerca de esa persona… duele…

Isamu sabía que no podría mentirle a sus padres y mucho menos a su madre.

-¿sabías que a él de duele de la misma forma que a ti?-vio el sobresalto del joven, al darse cuenta de quien se refería su madre, aunque sabía que sus sentimientos eran muy obvios-O tal vez más, al creer que tu no podrías corresponderle de la misma forma por tu pasado, a pero a él no le importa tu pasado, todo lo contrario el solo quiere que en el presente y el futuro seas dichoso sin importar si estas con él o con alguien más-la pareja se levantó y fue hacia la puerta donde fue abierta bruscamente en el cual se encontraban cinco jóvenes sorprendidos por haber sido descubiertos.

-hablen y tomen una decisión, recuerden que pueden tomarse su tiempo, además Eichi-chan ya te dice “papá” Adán, al hijo ya lo tienes ganado-Eiri se mostró divertido por la reacciones de sus hijos.

-Eiri deja de molestar a mis hijos.

-también son mis hijos, gracias a que nos casamos.

-si pero aun sin estar casados yo solo los hubiera tenido.

-claro yo no importo.

-no mucho, hijos dejen hablar a solas a sus hermanos, mejor ayúdenme a preparar la cena.

Los cuatro jóvenes y sus padres se fueron a la cocina, dejando a Adán e Isamu completamente solos en la sala.

-mamá ¿Qué pasa si esos dos no avanzan en su relación?-pregunto Aki, con el semblante triste.

-¿tú que arias mi cancioncita?-pregunto curioso Shuichi.

-yo…

-¿pelearías por Adán?

Eiri, Akio y Yuko se quedaron pasmados por esa pregunta, ya que no se imaginaban que Aki la princesa de la familia estuviera también enamorada de Adán, Aki solo fue capaz de colocar una mano en la espalda de su gemela como símbolo de apoyo.

-primero… primero aria lo posible por que estuvieran juntos, incluso encerrarlos semanas para que hicieran algo… si no llegase a avanzar… yo… yo intentaría algo…-su rostro estaba cubierto por un bello carmín.

-¿serias capaz de darles tu mejor sonrisa en caso que ellos lleguen tomados de la mano, diciendo que iniciaran una relación o que están comprometidos y quieren casarse lo antes posible para compensar el tiempo perdido?

Shuichi fue hacia su hija y la tomo por los hombros, siendo el único que vio una sola la lagrima de los que bajo por su, ahora, pálida mejilla, Shuichi al ver el dolor en las hermosas amatistas de su hija, beso la traviesa lagrima.

-tal vez olvida quien es mi madre, Shuichi-san, mi madre me enseño mucho, además que la actuación no se me da mal, pero sobretodo que yo estaría realmente feliz de ellos unieran de esa forma su vida, no importa cuánto duela si con ese dolor puedo ver la sonrisa de dos personas muy importantes en mi vida, mejor dicho tres, Eichi-chan sería muy feliz si sus padres están juntos como una verdadera familia…

Hasta Shuichi entro en shock por las palabras de su hija, solo pudo estrecharla con fuerza con una gran sonrisa al ver lo madura que era, no podía estar más orgulloso de sus seis hijos. Después de un tiempo decidieron ir hacia la cocina para preparar la cena, como Aki necesitaba un poco de aire y su gemelo lo sabía, decidieron ir por el pequeño de la familia el cual jugaba tranquilamente con los animales. El pequeño Eichi era la adoración de la familia y amigos, cuando llegaron a la cocina también llegaban Adán e Isamu, los cuales comunicaron que se casarían dentro de poco, los primeros en correr a felicitarlos fueron el pequeño y la princesa, los cuales tenían unas enormes sonrisas, Isamu se sorprendió cuando la canción lo abrazo fuertemente y le deseo la felicidad en su matrimonio, él sabía perfectamente de los sentimientos de su hermana, uno de los tantos motivos para querer alejarse de la familia era ese, no lastimar a la princesa.

-lo siento…-le susurro en el oído y la estrecho con fuerza.

-no lo sientas, él te eligió a ti, no a mí, yo aún tengo tiempo de encontrar a alguien, además hay que ayudar a nuestros tontos Akio-chan y Edén-chan, ellos necesitan también un empujón para que estén juntos-al decir esto con una sonrisa, camina asía tras donde su gemelo estaba y lo empujo con intención, Akio trato de mantener el equilibrio pero fallo, llevándose con él a Edén el cual cayó de espaldas y Akio sobre él-¡oh! ¡Que cariñosos! Pero deberían hacer eso en un lugar privado ¿no lo crees Isa-chan?-al decir esto le giño un ojo, tratando de retener una risa divertida Isamu asistió, Shuichi no resistió al ver la acción de su cancioncita, soltando unas sonoras risas.

-¡primero cenen y después pueden irse a alguna habitación insonorizada para que puedan continuar, pero tienen que comer antes para que tengan energía, vamos cabeza hueca come!-Eiri se unió a la broma.

-¡¡oh!! ¡¿También quieres ir a nuestra habitación insonorizada?!-pregunto el cantante insinuante, pero en voz baja y al lado del escritor que sin que sus hijos se dieran cuenta le toco y restregó un glúteo colocando un dedo justo en la entrada, el cantante solo atino a sonrojarse y reteniendo un gemido de placer.

-sí, así que vamos a terminar rápido, para que nuestros hijos también disfruten…

Akio y Edén se mostraron tímidos en toda la cena y se robaban miradas de amor, la pareja de oro, la reciente y las dos únicas mujeres los veían con ilusión, pero Aki no vio que una mirada oscura a ella también la veía de forma anhelante y llena de amor, Shuichi lo noto y con la mirada le dio ánimos a la más pequeña de sus hijos.

“animo Yuko, estoy seguro que podrás aliviar el dolor de Aki y lograran ser felices mis pequeñas.”

Yuko solo vio con agradecimiento a su madre, sabía que tomaría tiempo para que la princesa Shindou se abriera pero ella le ayudaría a que olvidara a su hermano mayor, se quedó ensimismada viendo a Aki la cual sintió la mirada de su hermana menor.

-¿Qué pasa Yu-chan? ¿Estas enferma? tienes la cara roja-dijo juntando sus frentes, Yuko se quedó viendo a los hermosos ojos violeta.

-¡vamos! ¿Ustedes también se van a poner cariñosas?-pregunto divertido Adán.

-¿Cómo dices nii-san?-completamente inocente la joven formulo la incógnita.

-nada, no le prestes atención a tu hermano hija, mejor hay que terminar de cenar para limpiar todo e ir a dormir-Shuichi tranquilizo a la inquieta joven con una hermosa sonrisa.

-claro madre, Eichi-chan, hoy vamos a dormir con tu tía para cuidarla.

-¡claro tía Aki!-el pequeño de la familia se emocionó por dormirse con sus tías.

-¡¿Cómo?! ¡No es necesario!-la joven se sentía desmayar.

-claro nee-san, cuídala-Akio sonrió con coquetería y cómplice asía su hermana pequeña quien solo se sonrojo por la insinuación de su hermano mayor.

-¡Yu-chan estas empeorando!-dijo Aki viendo que el sonrojo se intensificaba-madre me llevare a esta niña a dormir, vamos Eichi-chan, a cuidar a tu tía-dijo tomando a la joven de la muñeca, la otra joven solo se dejó llevar sin poder evítalo.

-adios papi, adiós abuelitos, adiós titos, hasta mañana-el pequeño remolino corrió sin esperar respuestas.

Los hombres solo vieron alejarse a las jóvenes y al pequeño de la familia.

-me siento mal por Aki y Yuko-Adán solo bajo la cabeza, estaba muy consciente de los sentimientos de las dos.

-no te preocupes hijo, Aki es una persona muy comprensible y supo perder con dignidad al saber que jamás le corresponderías, Yuko tal vez le tome un poco de tiempo sanar su herida pero si la ama de verdad será paciente y sabrá ganarse su amor.

Shuichi se levantó y comenzó a limpiar, sus hijos y esposo le ayudaron cuando terminaron Shuichi y Eiri fueron los primeros en despedirse pero antes les dijo a sus hijos unas cuantas palabras.

-les voy a dar un concejo, pueden tener todos los juegos íntimos que deseen, conozcan cada parte del cuerpo de su pareja y el propio, sus puntos de relajación y las partes donde una simple caricia puede llevarlos al cielo, pero nunca lleguen hasta el final, hasta que estén completamente seguros y no estén llenos de lujuria, hagan el amor y no solo un acto de lujuria, buena noche, hasta mañana hijos míos-Shuichi y Eiri les sonrieron de forma cálida antes de marcharse.

Los cuatro jóvenes se quedaron viendo entre sí, pensando en lo que dijo su madre, ninguno digo nada, cada pareja se tomó de las manos. Adán e Isamu fueron a la habitación del cielo, ellos tuvieron unos deliciosos y placenteros juegos como les menciono su madre, ninguno de los dos había estado con alguien mas, a menos no por voluntad, fue placentero y mucho más para Isamu el cual tenía experiencia, pero una experiencia muy dolorosa, en cambió su pareja cuidaba de él como si del cristal se tratara, proporcionándole un placer inimaginable solo con besos y caricias que trataba de corresponder con torpeza. En cambio Akio y Edén fueron a la habitación que en alguna ocasión fueron de las canciones y que ahora solo le pertenecía a la canción menor ya que Aki había tomado la habitación de Maiko tiempo atrás, ellos solo se abrazaron compartiendo un tierno beso mientras hablaban del futuro en el que esperaban siempre estar juntos. Aki, Yuko y Eichi estaban en el cuarto de la canción, en donde la cama matrimonial era ocupada por los tres sin ningún problema, Yuko y Eichi ya se encontraban profundamente dormidos mientras que Aki leía el último libro de su padre, mientras acariciaba los cabellos azabache de su hermana menor, por unos momentos se le quedo viendo y tras la tenue luz, vio la belleza de la durmiente, a pesar de que era una belleza sutil la cual no resaltaba como la suya, para ella era la mujer más hermosa del mundo y pensó que, la persona que lograra llamar la atención de su hermanita sería muy dichosa… eso le molesto, sintió unas molestas punzadas en su corazón y no le agrado ¿Qué generaba esa molestia? Tal vez con el tiempo lo descubriría, cuando sus sentimientos fueron más profundos y claros. La pareja de oro estaba sumida en un acto de amor, a pesar de los años su amor era aún más fuerte, gracias a los obstáculos vencidos, como iban a olvidar la “infidelidad” de Shuichi… aunque eso solo fue un acto de cobardía de una actriz la cual estaba enamorada del cantante y al actuar juntos en una película vio su oportunidad de separar a la pareja de oro, lástima que esa actriz no era tan inteligente y no le funcionó el plan, puesto que cuando fue el “encuentro” furtivo, Shuichi y Eiri estaban en una luna de miel puesto que unos días antes se habían casado en secreto y es por eso que al cantante no se le había visto. Y mucho más rumores y chismes inventados que se crearon en torno a la pareja fue motivos de discusiones y peleas pero lo afrontaban con claridad y fortaleza, confiando en el otro por su amor y su familia, solo volviéndolos más fuertes y su relación más sólida, era por esa razón que el acto de hacer el amor era tan placentero, satisfactorio y completo, sus años de experiencia solo intensificaba sus emociones y sensaciones en medidas insospechadas, sus cuerpos se conocían a la perfección y con una sola mirada eran capazas de despertar en el cuerpo del otro una pasión instantánea que en más de una ocasión les causo problemas en público los cuales no todos fueron disimulados y todos se daban cuenta de las miradas tan intensas que se daban olvidándose del mundo entero. Y afortunadamente sus seis hijos buscaban un amor tan grande e irrompible como el de ellos, afortunadamente lo habían encontrado en las personas más cercanas.

El amor sí era un misterio como para haberlos unido entre si…

Pero no podían ser más afortunados y daban las gracias por ello…

***FIN DEL ESPECIAL***

Notas finales:

Recuerdan que es el final del especial que escribí para Halloween, y no tiene nada que ver con la línea original de la historia.

Lo escribí porque me hicieron ver que estaba inconcluso y decidí escribir esta parte.

Recuerden también que muchas ideas de este fic están en la línea principal puesto que gracias a ellas puede escribirlos así que se van a encontrar con cosas parecidas, iguales o todo lo opuesto.

Espero les gustara.

Adiós y nos leemos pronto… n.n


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