Chico, no digas
''Yo me encargaré y cuidaré de ti'' No! No!
Chico, no jueges si no vas a venir con una mente seria
I Don't Need a Man- Miss A
-Remus ¿Estás seguro?
-¿Ahora no sé lo que veo no?-dijo enfadado pero con una sonrisa.
-Ems-Lucius dudaba de lo que decir a continuación-pues...etto, adiós-se levantó de la mesa cuando vió salir a Narcissa y la novia de Nott.
Severus lo miró con la cara desencajada y luego negó con la cabeza.
-¿Nos vamos?-le hizo un gesto a Remus.
-Sip-dijo levantándose al mismo tiempo que el moreno y abandonando la sala.
En la otra mesa un castaño estaba que mordía a alguien.
-Eso te pasa por ser gilipollas-dijo Nathalie sentándose en la mesa al lado de el.
Sirius alzó la vista y clavó el tenedor a dos centímetros de la mano de la rubia.
-No te la juegues Nath, no estoy de humor-dijo Sirius mirando de reojo la puerta.
-oye tigre-dijo Nathalie mirando seriamente a su amigo- aquí tu eres el único culpable que Lupin se haya ido con Malfoy, no haber sido tan idiota de seguir con la apuesta.
Sirius abrió los ojos y miró a Nathalie pasmado, si, pero sin ningún sentimiento ya que le había enfadado lo que le había dicho.
-Si hijo sí, lo sé todo, yo convencí a Narcissa para que te diera el dinero-se bajó de la mesa, no sin antes casi tropezarse con el asiento pero hizo como si nada-empieza a preocuparte menos por las apuestas y más por tus sentimientos y te irá mejor guapetón-dijo dándole una palmada en el hombro y volviendo al lado de su hermana.
Después de comer...
Una cabellera rubia casi blanca iba a adentrarse en el bosque cuando una voz la detuvo.
-¿A dónde vas?-preguntó una voz, su cara se ocultaba entre las sombras.
-¿Eh?-el portavoz de semejante cabellera se giró rápidamente para ver la figura-¿Quién eres?
-Yo pregunté primero
-¿A si qué ese juego? de acuerdo-se puso una capucha negra y desapareció de la vista del muchacho.
-¿Donde estás?-preguntó frunciendo ligeramente el ceño.
-En todos los sitios, pero en ninguno a la vez.
-¿Qué eres?-su voz empezaba a temblar.
-Hay gente que dice que soy un demonio-se le oía correr de un lado a otro, pero no se le oía que la voz le temblara por el cansancio ni nada-otros que soy un engendro de la naturaleza-se paró en frente de el y le miró atentamente a los ojos, el rastro rojo se iba perdiendo poco a poco para dejar ver unos ojos azules como el mismisimo agua, las cinco de la tarde habían llegado-yo simplemente me considero humano.
El muchacho alzó poco a poco la mano temblorosa y le quitó la capucha.
Un largo pelo azabache creció hasta llegar a la cintura.
-¿No eres humana verdad?-preguntó acariciándole el pelo.
-Me gustaría serlo, pero soy un demonio del agua-suspiró resignada y agachó la cabeza.
Un canto se empezó a escuchar de lo más profundo del bosque, que poco a poco fue hipnotizando al muchacho de ojos ámbar.
-Remus-gritó Cristell-vete por favor, ahora, estás débil por la luna, esto te podría matar.
Remus volvió en si y miró a la chica.
-¿Qué pasa?-dijo extrañado.
-Tranquilo-le cogió las dos manos y le miró fijamente a los ojos-solo no te acerques por el bosque, yo te avisaré cuando puedes volver.
-Pero...
-No hay peros, hazme caso-dicho esto, se volvió a poner la capucha y a salir corriendo