Gumball
Salí de mi habitación más tarde de lo habitual (yo siempre despierto temprano, a las ocho en punto o un poco más tarde yo ya ando por la casa).
La razón de que esta vez fuera diferente fue simplemente porque no dormí, era imposible. Después de la llamada de Marshall hice el intento de dormir, pero me venía a la mente su voz y luego el mensaje que envíe ¡Qué vergonzoso! Jamás había hecho algo así en mi corta vida y ahora iba y lo hacia. Me declaro inocente, es decir Marshall me hablo a las… ¿Una de la mañana?... bueno no sé a qué hora ¡Pero definitivamente era de madrugada! Es decir sino fuera de esa manera yo no estaría medio zombie por mi cuarto.
Me levante con cierta pesadez y trastabille hasta la puerta del cuarto, una vez hube dado el primer paso fuera de este, me dio cierto vértigo bajar las escalera (Yo que siempre he bajado esa escalera, ahora tenía miedo de caer por ellas ¡Válgame, qué mal me hizo el no dormir!).
Bien, Gumball, tú puedes, esta no es la primera vez que bajas estas escaleras… vamos que tú siempre las has bajado, incluso has tenido una caída en ella pero eso no te ha impedido bajarlas y subirlas normalmente… ¡A quién quiero engañar! Me tiemblan los pies y veo borroso. Sin mencionar que quiero ir por Bubblegum para bajar junto con ella. Qué patético… ¡Arrg, Marshall, definitivamente me las pagara! ¡Cuando lo vea lo voy a…! a… a… ¿Qué le haré? Estoy seguro apenas le vea me temblaran las piernas y no por vértigo sino por otras razones… no, cálmate, Gumball, quizá si temblaras y te entraran las ganas de correr ¡Pero! (Porque siempre hay un pero), no lo harás ¿Eres hombre, no? ¡Sí, claro que lo soy!
Después de estas palabras de automotivación a muy mi estilo bajare estas escaleras como el hombre que soy, claro que sí y mi hermana se sentirá orgullosa de mí.
─ Gumball ─. Escuche que hablaron a mis espaldas. ─ ¿Qué haces? ─. Me volteé para contestar y pude ver cómo mi hermana me observaba bajar las escaleras mientras yo estaba con el pecho pegado a la pared (prácticamente abrazándole), sí, yo estaba bajando masculinamente.
─ N-nada, sólo bajo las escaleras ─. Conteste, y mi hermana lanzó una risita disimulada que rápidamente cubrió con su mano.
─ Ah, ya veo. ¿Y desde cuándo bajas las escaleras de esa manera? ─. La risita aún no desaparecía.
─ Pues desde hoy ─.
─ Yaa. Bueno cuando bajes completamente te vienes a desayunar ─. Dijo cuando ella ya estaba en el último escalón. ─ Mira que bajar como asaltador, el susto que me has dado. Por poco y pienso que eres el tal Spider-Man ─. Se burló mi hermana.
─ Jajá, no es gracioso ─. Conteste con cierto enojo. No es en sí que me molestara mucho, sino que más bien era porque mi hermana no sabía la razón de mi bajada espectacular de la escalera. Si lo supiera no se reiría… no mucho.
─ Para mí sí lo es ─.
─ Por favor dejemos ese tema de lado, me avergüenzo de mí mismo ─. Rogué a mi hermana con la cara roja de lo apenado que me encontraba, que claro, intente cubrir con mis manos.
─ Como quieras ─. Menciono felizmente mi hermana. Pero después empezó a hablar de nuevo. ─ Mentita dijo que hoy llegaría un poco más tarde de lo habitual debido a que tenía que checar algunas cosas, así que después de que yo me vaya al trabajo posiblemente te quedarás solo por unas horas ─.
─ Entiendo, ¿A qué hora llegas hoy del trabajo? ─.
─ Supongo que a la misma hora, pero no es seguro, últimamente hemos estado haciendo turnos extras debido a que hay más compras de noche. En todo caso, si me quedo hasta más tarde yo llamare para avisar ─.
─ De acuerdo ─. Asentí, tendría la casa para mí solo por un rato.
─ Ah, por cierto. -prosiguió mi hermana- ten el celular a la mano, siempre que hablo nunca lo tienes cerca y por eso no contestas ─. Claramente me estaba regañando.
─ No prometo nada ─.
─ Gumball ─. Dijo mi hermana con un tonito de “Hablo en serio”.
─ Ya sé, ya sé. Lo tendré en el bolsillo y lo pondré con vibrador y tono si eso te hace sentir mejor ─.
─ Sep, eso me hace sentir mejor ─
***
Estuvimos así por una hora, platicamos sobre varias cosas en lo que comíamos el desayuno, después de eso vimos un rato la tele y para cuando dio el medio día mi hermana ya estaba bañada y arreglada para ir al trabajo. Cuando ya estaba en la salida me pidió mi celular y ella misma le puso tono y lo configuro para que vibrara, busco el tono más ruidoso y mando un mensaje para ver si se escuchaba lo “suficientemente alto” cuando se aseguró que sí, se fue.
─ Ciencia, estamos solos por al menos 2 horas ¿Quieres hacer algo? ─. Pregunté a mi rata, cualquiera que me viera hablando con Ciencia me tomaría a loco pero la verdad poco me importa.
En respuesta Ciencia abrió la puerta de su jaula.
Lo cierto es que cuando era muy pequeña aún le enseñé a hacer eso, pero desde que llego Mentita lo dejo de hacer, sinceramente no sé el porqué, intuyo, que por miedo a que Mentita en una de sus carreras por huir de ella la aplastara, o quizá por respeto a Mentita, la verdad no lo sé. Lo único de lo que si estoy seguro es que mi Ciencia es muy inteligente.
─ Así que sólo quieres salir, eh. Bueno anda por el cuarto, pero si escuchas que Mentita llega por favor vuelve a tu jaula ─. Ciencia se paró en sus dos patas traseras y movió los bigotitos, después de eso se fue debajo de mi cama yo salí de mi cuarto y le deje espacio a Ciencia. La verdad es que pasar todas las horas de todos los días dentro de una jaula ha de ser agotador.
***
Pasaron por lo menos treinta minutos en los que sólo me dedique a cambiar de canales, no había nada bueno en la tele así que la apague y me recosté cómodamente en la cama de mi hermana (era allí donde estaba la tele).
Cerré los ojos y me puse a pensar en todo lo que había acontecido en esta semana. A ver.
En el día uno, Marshall me había salvado de recibir una “bienvenida” en la universidad; si me pongo a pensarlo Mar… mi novio (waah, que pena siento) es muy ágil.
En el día dos… bueno el día dos no entramos a clase por lo sucedido en el tranvía (No quiero pensar en eso) conocí a uno de sus amigos… hmm creo que se llama, Reno. Ese día, Marshall, actúo heroicamente y me consoló… también me beso como si yo fuera un niño, bueno creo que en ese momento estaba actuando como niño. No quiero pensar mucho en eso.
En el día tres… hmmm creo que fue el día de la fiesta. Me volvió a besar, sólo que dudo que él lo recuerde, después de todo no estaba sobrio, también dormí con él y le tome una foto ¡Oh, se veía inocente ahí! Estaba ebrio pero se veía inocente (sólo se veía).
Desde el día tres Marshall ya quería algo conmigo.
El día cuatro… ese día tampoco fui a la escuela por obvias razones que aún no desaparecen por completo de mi cuello. También conocí a la hermana de Marshall y él conoció a la mía… ¡Hey! ese día ambos conocimos nuestras casas y a nuestras hermanas.
Día cinco, ayer… bueno ayer se me declaro y… ¿me beso?, hmm, si lo pienso detenidamente… Marshall se la pasó besándome desde antes de ser algo mío… ¿Por qué no me había dado cuenta antes? ¿Tan distraído soy? no me contestaré esa pregunta temo la respuesta.
Día seis. Hoy, bueno hoy en la madrugada le dije que aceptaba ser su novio, aunque inicialmente lo iba a rechazar.
¿Lo que me hizo cambiar de parecer? Simple, en lo que estábamos hablando me toque el cuello (para ser precisos la marca que aún tenía), pensé que no quería ver esa marca perteneciente a Marshall en nadie más, supongo que soy celoso.
Si no fuera porque a, Marshall, le gusto desde el tercer día quizá lo hubiera rechazado.
Desde pequeño aprendí que los amigos que tenía no eran amigos, debido a… digamos “la riqueza” familiar las personas siempre se me habían acercado por interés así que yo aprendí a no hacer amigos, esa es una de las razones por las cuales cuando yo estaba saliendo de secundaria mi hermana decidió que había que mudarnos, esa y que nuestros padres no pasaban mucho tiempo con nosotros, ellos siempre estaban ocupados en el negocio familiar, así que cuando mi hermana les dijo que se mudaba y que pensaba llevarme con ella, ellos no se opusieron.
Cuando veníamos a medio camino mi hermana me dijo que no debía mal entender las cosas, papá y mamá nos querían y por eso aceptaron que nosotros nos mudáramos “no quieren que crezcamos con la ausencia de ellos” fue lo que dijo, lo cierto en que no entendía cómo es que mudarnos evitaría que creciéramos sin sentir su ausencia. Lo vine a entender tiempo después. Nos querían, y por eso no querían que creciéramos en una casa grande en donde la ausencia de ellos se sentía en el aire pues vivíamos en una mansión y cada cuarto estaba alejado de todo y de todos.
Lo cierto es que al mudarnos a Aaa, (a esta casa para ser precisos) sentí que no me acostumbraría, pero la casa era lo suficientemente cálida y pequeña y la ausencia era algo que no notabas pues el cuarto de mi hermana y el mío estaban casi juntos.
Mentita siempre había trabajado para mis padres así que cuando se enteró de que ambos hijos se mudaban ella se ofreció para cuidarnos, además en Aaa estaban sus padres y por lo tanto ella ya podía tomar sus días de descanso en casa de ellos.
Después de eso, al entrar a la preparatoria decidí que me esforzaría para lograr que me pasaran a la universidad aunque aún me faltaran dos años. Me convertí en el nerd de la clase y debido a eso recibía mucho abuso escolar, los golpes y los insultos eran lo de todos los días, para mis compañeros era gay rematado y un “nerdo”, obviamente nunca le dije nada a mi Bubblegum porque no quería preocuparla.
Nunca me ofendieron las palabras de mis compañeros, porque sinceramente en palabras nunca me ganaban y eso era lo que les enojaba. Al ver que con las palabras no lograban nada venían los golpes y las carreras de la escuela hasta mi cada. Supongo que el detonante de los golpes fue cuando me decolore el cabello a rosado, la verdad si lo pienso ahora, sólo fue para molestarlos más y para que vieran que no me importaba lo que me dijeran.
Después de un año agotador de la vida de preparatoria por fin llego el día en el que mi martirio acababa.
Cuando fui por mis papeles para la reinscripción el director me dijo que ya no era necesario que me reinscribiera en la prepa pues él junto con otros profesores habían elaborado un acta la cual me certificaba como “Alumno sumamente inteligente” y por lo tanto el pase a la universidad estaba asegurado.
Después de eso los meses de vacaciones fueron sólo idas y venidas para poder entrar a la universidad, presente un examen para ingresar a esta, el cual pase con un sobresaliente. Y bueno si lo pienso ahora hace nada yo era simplemente un alumno de prepa, pero ahora soy universitario.
***
Llevaba un rato ya en la cama, me canse y me levante.
Baje a por un jugo, estaba tranquilo hasta que sentí mi celular vibrar en el bolsillo trasero de mis pantalones después de eso vino la músi… el ruido que mi hermana había escogido como tono de llamada.
Conteste la llamada sin siquiera ver quién era la persona que llamaba.
─ Hola, habla Gumball ─. Dije, y seguí tomando el jugo.
─ Gumball, soy yo. Marshall ─.
Escupí todo el jugo que había bebido debido a la sorpresa, me limpie lo que se escurría por mi boca con el dorso de la mano y asenté el cartón de jugo en la mesa.
─ Ah, hola ─. Genial, eso era todo lo que se me ocurría decir. Escuche la risita de Marshall del otro lado de la línea.
─Hola a ti también ¿Estás ocupado ahora?─. Pregunto, Marshall, ¿Ocupado? Bueno tenía que bañarme debido al jugo en mi abdomen, me empezaba a sentir pegajoso, pero en sí no había nada que hacer.
─ No, no tengo nada que hacer ─.
─ ¡Genial! Voy a tu casa ahora, en unos 15 minutos estaré ahí ─.
─ ¡¿Qué?! ¡Espera! No puedes llamar y decir eso así como así… ─.
Del otro lado de la línea se oí el típico sonido que hay después de que te cuelgan.
Marshall venía en camino y yo tenía quince minutos para quitarme lo pegajoso del jugo, hay que ver qué tarde me espera.