Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Cosas que pasan. por Lizali12

[Reviews - 314]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hey! no puedo decir mucho porque me mandan a dormir :'D pero aquí está el cap. 

Estoy muy atareada en la escuela así que no sé cuándo actualizaré.

Va sin corregir el capítulo. No e dio tiempo, perdonen.

Marshall

Las cosas habían ido mejor de lo que pensaba, a la mayoría de la pandilla les había agradado Gumball. A excepción de Fionna… pero bueno, eso ya sería un problema a tratar después.

Gumball estaba a mi lado, seguía platicando con los lealtad, lo cierto es que le hacían plática rápido y él (por su personalidad honesta y sin malicia) era aceptado por los demás. Cuando el último de mis súbditos se fue, Gumball dio un leve respiro.

─ ¿Cansado? ─. Pregunté.

─ No, todavía no. Es sólo que son todos muy diferentes. Me sorprende que se lleven tan bien ─.

─ Son personas civilizadas te dije que todos estudiaban ¿No? ─.

─ Sí… lo hiciste ─. Gumball se reclino en el sofá y estiro los brazos ─ ¡Waah! Ya tengo sueño ─.

─ ¿Te quieres ir ya? ─. Él se quedó viendo a los que pasaban delante suyo, la mayoría ya le había hecho platica a él por lo tanto si se quería ir no le veía el problema.

─ ¿Puedo? ─. Pregunto tímidamente. ─ Es decir, si tú quieres estar un rato más pues yo puedo estar un poco más ─. Se notaba que tenía sueño, pero por no querer ser una ‘molestia’ para mí (que no era) decía eso. Es que era tan cuidadoso y ciertamente tontito. Pero esos son sus encantos y es parte de él.

─ Vámonos, en un solo día no los conocerás a todos ─.                                       

─ No… en serio, si todavía no te quieres ir podemos quedarnos un rato más ─.

─ Y yo estoy diciendo que si te quieres ir nos podemos ir ─.

─ Por eso digo que si soy inoportu-

─ ¡Hey! ¿Ya se están peleando? Todavía es temprano para eso ¿saben? ─. Flame apareció de sorpresa interrumpiendo a Gumball, a él pareció no importarle por lo tanto yo alcé los hombros con indiferencia.

─ No estamos peleando capullo. Gumball es pacifista -aclare- además ¿Crees que yo pelearía con mi novio? ─. Para recalcar lo dicho jale a Gumball hacia mí, debido al repentino acto él terminó casi sobre mis piernas.

─ Tranquilo viejo, no te pongas a la defensiva ─.

─ No estoy a la defensiva, sólo estoy aclarando cosas ─.

─ Ahmm… me alegra sus aclaraciones y eso… pero, Marshall me siento incomodo en esta posición ─. Rechisto Gumball con su voz, sonaba calmado, agotado quizá. Ya era hora de irnos.

─ Me voy yendo ya, él tiene sueño ─. Flame asintió, Gumball se enderezó de nuevo en el sofá y puso los brazos en jarra ‘¡Que no tengo sueño!’ refunfuño con un puchero y el ceño fruncido. 

─ Es como un niño ─. Dijo Flame con las cejas alzadas debido a la ligera impresión de Gumball.

Durante todo el día se había portado como un señorito, no había refunfuñado ni insultado y menos mostrado su lado de niño de 5 años. Pero ahora el sueño lo traía muerto y estaba agotado de tanto estar hablando y sonriendo a las personas, así que básicamente estaba sin energías y ganas para portarse adecuadamente.

─ No como, es ─. Apunte.

─ Genial otro más por quien preocuparme ─. Flame soltó un respiro ante lo dicho y luego se arrodillo enfrente de Gumball, este por su parte había estado entretenido viendo a los demás que ni siquiera se dio cuenta de que le habíamos dicho parvulario. ─ ¿Ya te quieres ir, no? Ya es tarde para un niño como tú. Debes irte, mañana hay clase y querrás despertar temprano ¿O me equivoco? ─. Pregunto Flame, el tono de voz era diferente del que usaba conmigo. Conmigo usaba uno con el cual básicamente me decía ‘Idiota’… en buena forma (quiero creer). Con Gumball había usado el tono que siempre usaba con Reno cuando lloraba. Oh, sí, Reno solía llorar por berrinches y cosas que no le salían bien.

Debo decir que quien siempre le consolaba era Flame, así que Reno por lo general evitaba pelearse con esté y (aunque Rie no lo sabía) Reno lo defendía cuando alguien hablaba mal de él.

─ Si, ya tengo sueño ─. Contesto Gumball, y se pasó las manos por los ojos.

─ Eh, lo veo ─. A continuación Flame le palmeo la cabeza a Gumball como si de un niño pequeño se tratara y le sonrió. ─ Marshall, ya debes llevártelo, no son horas para que un niño ande en la calle ─. Tenía cierto tono maternal sus palabras.

─ Ah… sí, ya-ya voy ─. Estaba anonadado por cómo había hecho a Gumball tan tranquilo. ¡Lo había dominado! Me levante junto con Gumball quien ya tenía los ojos a medio cerrar y empezaba a bostezar. ─ Hay que irnos Gumb, no vaya a ser que tu hermana se enoje porque te llevó tarde ─.

─ Nos vemos luego Gumball ─. Se despidió Flame, Gumball le sonrió en medio de uno más de sus bostezos y se despidió con un movimiento de manos.

─ Hasta luego Rie ─.

***

Íbamos en el último vagón del último tranvía de esa noche, el vagón iba algo desierto a excepción de una señora que llevaba a su niño adormilado en brazos, un  señor que al parecer se dirigía al trabajo (odio los trabajos nocturnos) y Gumball quien cabeceaba en su lugar. Soltaba leves bostezos a ratos. Al principio había intentado acallar esos bostezos con su mano pero al ver que por más que los intentara acallar estos simplemente no se detendrían decidió bostezar sin importar que.

─ Ya casi llegamos a nuestra estación, no te duermas ─.

─ No me dormiré ─.

─ ¿Estás seguro? ─.

─ Umju, si -soltó un bostezo- si me duermo me cargas ─.

─ ¿Qué? ─.

─ Si me duermo me cargas ─.

Vale, lo admito. Sí había escuchado la primera vez pero pregunté de nuevo sólo para asegurarme de no haber oído mal.

─ Oh… vale, sí ─.

─ Hablo en serio con respecto a cargarme ─.

─ Jaja, lo sé ─.

Gumball

Está todo oscuro y no veo nada, sólo puedo recordar lo que sucedió este día y veo imágenes de personas que conocí hoy, Rie, Finn, Fionna, Monochromicorn, Arcoíris, una persona que parecía pan de canela… ¿Tendré hambre?, estoy seguro de que los panes de canela no pueden caminar ni hablar, pero el que conocí hoy sí que podía. Nah, imposible panes de canela caminando como personas normales es imposible, es hambre sí, tengo hambre.

Siento algo caliente en mi pecho y leves subidas y bajadas, algo suave como el cabello de Marshall, el cabello de Marshall es suave. No sé, eso no es lo que más debería de recordar de él ya que Marshall tiene varios puntos atractivos y creo que se sentiría ofendido si se enterara que lo que más recuerdo de su persona son sus cabellos negros.

Su cabello tiene un olor a manzana y tierra fresca, quizá suene feo, pero en él se siente bien el olor. Ayer mientras hacíamos esas cosas que tanta vergüenza me da decir ahora porque no puedo creer aún que yo haya hecho algo así de indecente en mi propia casa, aprovechando que no había nadie como si yo fuera un aprovecha ocasiones (por no decir otra cosa)… ah qué pena siento. Me estoy saliendo del tema, a ver… ¡Ah, sí. El cabello de Marshall! Su cabello huele a tierra fresca y manzana es suave al tacto y su color negro me gusta mucho, siento que veo la noche en cada hebra de su cabello, obviamente no le diría nada por orgullo propio y porque siento que recibiría bromas de su parte. Él es así, y no me molesta.

Debería pero no.

Di un leve respiro y arrugue la nariz, ‘podía sentir los cabellos de Marshall’ (hablado metafóricamente) pero eso es imposible porque él ya está en su casa.

No, él no está en su casa. No recuerdo haberme despedido de él después de bajar del tranvía, es más ni siquiera recuerdo haber bajado del tranvía… ¿Me estaré preocupando mucho?

Quiero seguir así, escuchando estos latidos ajenos a los míos. Me hacen sentir tranquilo, como cuando un bebé se contenta al escuchar los latidos de su mamá porque durante nueve meses esos latidos fueron su canción de cuna. Puedo sentir también una respiración ajena a la mía que igual me da paz.

¿Por qué? Ambos son ajenas a las mías pero me hacen sentir en paz y tranquilo, quiero más. Estiro las manos y siento algo en mis brazos, es algo como un…

─ ¡Un cuello! ─. Me hice hacia atrás tan bruscamente que caí de donde estaba, sentí mi trasero estrellarse contra la pavimentación de la calle y mis manos se sintieron raras y escocían debido a que las había usado como soporte para no golpearme la espalda, el trasero me empezó a picar también.

─ ¡Santa madriza la que te has dado! ─. La voz de Marshall se escuchó desde arriba de mí. Lógico él no se había caído. ─ ¿Estás bien? ─. Me tendió su mano para ayudarme a levantar, la tomé y me erguí con el dolor en mi trasero aún palpable. Me escocía.

─ No, no estoy bien. Me duele el trasero ─. Dije, y empecé a sobarme el mencionado lugar.

 ─ Normal, con la caída que te has dado ─.

Marshall se empezó a reír, risa que no le duro debido a que le di una mirada de reprimenda y el hizo silencio al instante.

─ Vale, perdón. No debí tratar de reírme con tu desgracia ─. Me hubiera creído que era una disculpa sincera si después no hubiera curveado los labios.

─ Suficiente, me largo. No soy payaso de nadie ─.

Marshall quitó la curvatura de labios tan rápido como dije eso.

─ ¡Espera! ─. Llamó desde detrás de mí.

─ ¡No!, ándate a reír de alguien, de mí no ─. No estaba enojado, yo tenía demasiada paciencia, años de bullying escolar me habían hecho una persona paciente.

─ Gumball, lo siento ─. Me dijo, aún se escuchaba lejos de mí.

─ No lo creo ─.

─ Maldición Gumball ─. Su timbre de voz cambio repentinamente y ahora era yo quien se preguntaba si él estaba enojado. Pero en vez de escuchar un ‘Bien’ con enojo, escuche otra cosa ─ ¡Pero que trasero tienes! ─.

Sentí mis mejillas enrojecerse y un calorcito de vergüenza, obviamente, se instaló en ellas. Mi estómago se contrajo debido a las palabras de Marshall e instintivamente y en defensa lleve mis manos hacia mi trasero para cubrirme de miradas pervertidas de Marshall.

─ ¡Eres un pervertido! ─. Le grité a media calle.

─ ¡Anda! Que te has ruborizado eh, hasta aquí percibo tus mejillas y orejas de otro color ─.

─ ¡No estoy ruborizado! ─. Marshall empezó a caminas hasta donde yo estaba y por ende yo empecé a retroceder. ─ No te me acerques ─. Le dije cuando él ya estaba a dos pasos de mí.

─ Lo siento ─. Dijo cuando hubo llegado hasta a mí.

─ No te perdono. Dijiste esas cosas de mi trasero… ─. Pena, pena es lo que sentía al decir eso.

─ ¿Qué tiene? ─. Preguntó todavía con aire de inocencia. ─ No he mentido. Es más no sé cómo pude no notar el lindo trasero que tienes ─.

─ N-no soy una mujer ─.

─ Oh, créeme que sé que no eres una mujer. Ayer mientras te manoseaba lo noté bien ─. ¿Cómo podía decir esas cosas así de directas? ─ ¡Ah! Otro color de rojo ─.

Me muero de la vergüenza ¡Es obvio que estoy rojo! Me siento como una colegiala de esas a las cuales el novio ruboriza sólo porque se ven lindas. A mí Marshall no me ruboriza porque yo sea lindo, lo hace porque le divierte.

─ No hagas estas cosas… ─. Tenía la cabeza gacha, con el rojo impregnado en mi rostro muy difícilmente la levantaría.

─ ¿Qué cosas? ─.

─ Ponerme rojo para divertirte con mi rostro. No me gusta ─.

Sentí las manos de Marshall posarse en mis hombros y después empezaron a in lentamente hasta mi cara, él intento que yo alzara mi rostro para que pudiera verlo pero yo me negaba. A lo último terminó sólo poniendo sus manos en mis mejillas.

─ No lo hago por molestarte, en serio que no. Yo simplemente soy así. Además… te ves lindo cuando te sonrojas ─. Su tono ahora cambio, es el timbre de vos de “me siento un tonto” en palabras de Marshall quizás fueran palabras más groseras.

─ Decirle a un hombre que es lindo no es precisamente un alago ─. Arrebatí en mi defensa.

─ Supongo, pero decirle que tiene un buen trasero tampoco es una grosería ─.

─ Humm. Mejor váyamos ya a mi casa, quiero llegar a dormir ─.

─ Jajajajaja, sí. Mejor antes de que haga cosas indebidas aquí en media calle ─.

***

Llegamos a  mi casa a una hora prudente por lo tanto no iba a ser regañado o algo peor. ¡Hoy estoy a salvo!

─ Nos vemos mañana ─.

─ Ya sé. Estaba pensando en hacer deportes esta vez ─. Menciono distraídamente Marshall, como si lo dijera sólo para soltarlo.

─ ¿En serio? Me alegro por ti ─.

─ Sí, pero haré deportes con ustedes, deporte normal. Estaba pensando saltarme esas clases, pero ahora ya no. Ahora si me las salto podría perderme algo verdaderamente motivador ─.

─ ¿Qué? ─. Pregunté curioso. Yo solo cabe mi propia tumba.

─ Tú trasero, no sé. Algo me dice que se verá bien en el uniforme deportivo ─. Soltó con malicia Marshall, antes de que yo pudiera decir algo en mi defensa me dio un rápido beso en los labios y se fue corriendo en dirección a su casa. ─ Nos vemos mañana, lleva algo ajustado ─. Grito a lo lejos el muy tonto.

Reaccione tarde, y para cuando hallé las palabras para defenderme él ya se había desaparecido de mi vista.

Como Marshall ninguno en serio.

Entre a mi casa con una risita boba y una idea de mañana llevar pantalones súper holgados.

¡La venganza es dulce como la miel!

 

 

Notas finales:

Espero review's :) los quiero :'3

 

Okay, saben que los tomatazos también son bienvenidos xD


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).