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Al Límite: Esperanzas y Desesperanzas (Un encuentro Inminente) por FuujoshiYaoi

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Notas del capitulo:

------------ Daughtry ------------

 

 FINAL CORREGIDO!!!!

Ok... No me maten, sé que me he tardado milenios en actualizar, me dije a mí misma que durante las vacaciones de Semana Santa me pondría a escribir, pero mis planes se interrumpieron por la repentina visita de mi familia.... ¡NO ME IBA A PONER A ESCRIBIR YAOI CON MI FAMILIA RONDANDO!, así que espeero me comprendan.

En fín, este capítulo es un Especial, es un poco más largo que mis dos capítulos anteriores (aunque también este es un cap corto), ¿la razón? Ninguna, simplemente quería hacerlo.

 

 

ADVERTENCIAS

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LEMON

LEMON

LEMON

¿VIOLACIÓN?

 

Disclaimer: Los personajes aquí presentados, no son de mi autoría. Le pertenecen a Masashi Kishimoto-sensei.

 

 

“el acto debe de ser suave y dulce, porque con él, demuestras tus sentimientos a la persona que amas, Dobe. Si se cumple con lo que te dije, eso ya no es simplemente tener sexo… Es hacer el amor…” 

FLASHBACK

Cuando despertó, se dio cuenta que no estaba en la aldea. Movió sus pesados ojos hacia la derecha y  hacia la izquierda y veía árboles, filas y filas interminables de árboles sanos: con gruesos troncos cafés y  copas frondosas con incontables hojas verdes que pasaban a su alrededor rápido, una fresca brisa, un olor a tierra mojada y un inconfundible sonido de agua cayendo a gran velocidad captaron su atención. Sentía que se movía a gran velocidad pero ¿cómo? Si él no hacía ningún movimiento…

-          Naruto, me alegra que hayas despertado – dijo una voz muy conocida para él y volvió su mirada al frente y se topó con una cabellera gris, tenía un agradable olor a jabón que se combinaba con los olores del bosque, se dio cuenta que la explicación de su movimiento involuntario era que se encontraba montado en la espalda de la persona que le habló -, nos tenías muy preocupados.

-          Ka- Kakashi- sensei…  Yo… Sasu…

-          Lo sabemos – dijo un agradable canino pequeño, con la banda de la aldea sobre su cabecita y un pedazo de tela atado a su lomo. Naruto supo entonces que lo que menos deseaba estaba ocurriendo.

-          Pakkun…

-          Lo sentimos, Naruto. No pudimos llegar a tiempo – decía su sensei notablemente desanimado, no volteaba a ver a Naruto, simplemente se mantenía mirando al frente, concentrado en el trayecto de regreso a la aldea para poder llevar al rubio al hospital y dar la no grata noticia a la Hokage y a Sakura quien no dudaba los estaría esperando preocupada y con esperanzas de ver de nuevo de regreso a Sasuke a la aldea.

-          Kakashi- sensei yo… no fui lo suficientemente fuerte…- Naruto sentía como de sus ojos comenzaban a amenazar las lágrimas, no le importaba que lo observaran llorando por él después de todo Kakashi- sensei era conocedor de su situación, bueno, de lo que habían tenido Sasuke y él - Sasuke, él me… Él me abandonó…

Rompió en llanto. Su corazón comenzó a latir rápido, muy rápido y le dolía: le dolía su corazón, sus brazos, sus piernas, su espalda, sus manos, todo; todo su cuerpo estaba sucumbiendo al pesar y al malestar de la horrible pérdida, no podía creer que de verdad Sasuke lo dejara después de todo lo que habían vivido juntos, de las palabras que se dedicaban y de los sentimientos que se demostraban.

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Ya habían pasado varios días desde que Sasuke abandonó la aldea, Naruto  pudo dejar el hospital, estaba totalmente recuperado: sus heridas totalmente cerradas y sus magulladuras totalmente invisibles, también, sus  compañeros se recuperaban satisfactoriamente después de casi morir en aquellas batallas, Naruto se sentía feliz por ellos aunque muy dentro de él sufría a mares: no dormía lo suficiente ya que se la pasaba llorando, simplemente no lo podía evitar porque a cada rato recordaba a Sasuke con sólo observar algún lugar en el que ambos habían estado; casi no comía, si de por sí su dieta no era la mejor ahora prácticamente no comía, ni siquiera se terminaba su tazón de ramen que tanto le gusta, cada vez que probaba un bocado de alimento éste le sabía insípido, sin consistencia; había perdido peso y su ánimo decayó drásticamente: su vida ya no era la misma. Sus conocidos en la aldea se habían percatado de eso: Naruto ya no era ese niño alegre que sonreía por todo y que siempre andaba feliz, pero cuando se acercaban a hablar con él éste se excusaba diciendo que le dolía la cabeza, que estaba enfermo o  que era por el exceso de misiones… Nadie le creía, todos sabían de sobra el por qué de su situación pero nadie le decía nada porque temían que el solo mencionar el nombre de Sasuke hiciera empeorar a Naruto.

Una vez Naruto estaba sentado en un pequeño muelle que estaba en un lago dentro de la aldea, éste se encontraba cerca de un parque donde Naruto solía jugar de niño, llegar al muelle era muy fácil, solo era cuestión de bajar una pequeñita colinita de pasto verde; él había pasado  por ahí varias veces y muchas de esas veces veía sentado ahí donde estaba él a la misma persona que observaba al agua con unos ojos tristes, solitarios: Sasuke.

Las piernas de Naruto colgaban, le hacía falta unos pocos centímetros para tocar el agua, tenía su mano derecha descansando sobre su regazo, la mano izquierda estaba recargada sobre la madera del muelle y sobre ésta recargaba todo su peso; su mirada solo estaba fija en ese hermoso cielo anaranjado, veía el atardecer: siempre se le había hecho mágico, un momento en donde se desconectaba del mundo entero y solo estaba él.

Eran casi las 7:00 pm y Naruto seguía observando el ya oscuro cielo, la luna era llena y se encontraba en su punto más alto iluminando todo a su alrededor incluyendo a Naruto, quien ahora tenía sus dos manos sobre su regazo arrugando la tela de su pantalón, aferrándose  a la poca cordura que le quedaba mientras que lágrimas caían sobre sus finas manos, él ya había perdido la cuenta de cuantas veces había llorado por Sasuke, le sorprendía que todavía no se hubiera quedado seco totalmente por tanto líquido que sus ojos osaban derramar, quería dejar de sufrir por él, él que se atrevió a abandonarlo a pesar de que le había dado todo su amor… Pero simplemente no podía.

Naruto ya se había calmado un poco, aunque todavía seguían escurriendo lágrimas de sus ojos, se secó sus mejillas con el dorso de sus manos y se repetía mentalmente que ya no debía seguir sufriendo, él no valía la pena. Un agradable viento comenzó a soplar provocando que su cabello se moviera de un lado para otro, Naruto seguía sentado en aquel muelle observando el reflejo de la luna sobre la cristalina agua, todo era silencio, ya eran casi las 12:00 pm y seguramente los tranquilos habitantes de la aldea estarían en la comodidad de sus hogares durmiendo tranquilamente a excepción de  unas escandalosas risas que se acercaban, Naruto se volvió para observar a los causantes de dicho ruido y observó que de la oscuridad ofrecida por los árboles que se encontraban en el camino salieron un grupo  de aproximadamente tres hombres que se encontraban ebrios, se empujaban y reían a todo lo que sus roncas voces les permitían.

-          ¡Chicos! – Gritó un borracho que tenía una playera roja-  Vamos a la Zona, oí que es muy, muy, MUY divertido. Seguramente allá encontraremos lo que quere…

-          ¡SÍ! –Gritó interrumpiendo otro borracho de playera gris sucia, éste abrazó al primer borracho y ambos celebraban la buena idea con gritos y jugarretas, mientras que el tercer borracho que no llevaba playera se acercó como pudo y les hizo una pregunta.

-          ¡OIGAN! ¿Qué es eso a lo que le dicen la Zona?

Los dos primeros borrachos se pararon y observaron a su semi-desnudo compañero para después echarse a reír como que si lo que había dicho su compañero fuera el mejor chiste del mundo. Naruto no pudo hacerse de los oídos sordos por dos razones:

1-. Porque los borrachos no eran nada discretos y todo lo que se decía lo gritaban a los cuatro vientos.

2-. Porque sin duda su conversación sobre la Zona le había llamado la atención.

Así que siguió escuchando.

-          ¡Valla que eres tonto, hombre! Todos en esta aldea saben que es la Zona.

-          Sí, sí. Es un lugar sólo para hombres que buscan divertirse sin que sus esposas les digan nada.  ¡JAJAJAJA!

-          ¿Entonces es un bar?

-          ¡NO, idiota! – Gritaron al unísono

Es un prostíbulo -  Pensó el rubio.

-          Es un putero, estúpido – habló el primer borracho, sin duda el alcohol ya le andaba cobrando factura porque ya le costaba mantenerse de pie, se tambaleaba de un lado a otro mientras el segundo borracho trataba de sostenerlo y se burlaba de él -. Hace poco la vieja chichona lo mandó a poner en uno de los barrios más alejados y pobres de la aldea.

-          Allá hay viejas bien sabrosas – dijo el segundo borracho quien hablaba más quedo que su anterior compañero pero Naruto alcanzaba a oír perfectamente lo que decía porque aún así hablaba fuerte- Ahora que si… - Hipó - Ahora que si lo tuyo es que te den duro contra el muro, oí que también hay de eso por allá, ahí encuentras de todo. ¿Qué dices, vamos?

-          ¡CLARO! – Dijo, y comenzaron a alejarse – Yo quiero una que tenga las te…

Naruto se quedó pensativo ¿un prostíbulo?, ¿Aquí en la Aldea de la Hoja? Jamás se lo hubiera imaginado y estaba en uno de los barrios más pobres, seguramente para reactivar la actividad económica pero lo que más llamó su atención fue lo que dijo uno de los borrachos: “duro contra el muro”, “ahí encuentras de todo”, él necesitaba distraerse de todo lo que sentía, necesitaba distraerse de todo su dolor  ¿y qué mejor manera de hacerlo que con una buena jornada  de sexo? Después de todo, ya no tenía ningún compromiso con Sasuke y él podía estar con quien se  le diera su regalada gana, ¿verdad? No hay nada de malo en acostarse con otro que no sea la persona a quien amas solo por despecho, ¿verdad?

¿Verdad…?

Y con esa idea en su cabeza se dirigió a su casa, obviamente si quería de los servicios de otra persona requeriría de dinero, así que se apresuró a su habitación y tomó su lindo monederito de ranita verde, allí había estado guardando el dinero de sus últimas misiones porque quería regalarle algo a Sasuke en navidad, sólo se quedó observando su dinero que descansaba en su palma y frunció su seño para posteriormente  arrugarlo y meterlo en su bolsillo “eso ya no importa ahora” se dijo mientras se acercaba a su armario y se cambiaba de ropa, no podía dejar que lo reconocieran como un shinobi de la Hoja: se quitó sus ropas y la banda de la aldea y los arrojó sobre el suelo, en calzoncillos se acercó a su cama donde había dejado anteriormente sus ropas limpias:  una playera negra un poco ajustada y unos pantaloncillos color azul rey que le llegaban hasta su rodilla y dejaba ver sus delicadas pantorrillas, se puso sus zapatos y de su pantalón naranja sacó el dinero que había guardado ahí, se acercó al espejo y se observó un momento, tenía que cambiar algo en su rostro para evitar que lo reconocieran, así que tomó su cepillo y se peinó de diferentes maneras buscando el peinado que más le convenciera: optó por un flequillo que tapaba su ojo derecho y en la parte de atrás sus cabellos se encontraban un poco levantados en puntas, sus patillas un poco largas y todo su cabello un poco desordenado;  mientras se miraba componiendo los últimos detalles un brillo debajo de su cama le llamó la atención así que se acercó y se agachó a un lado de su cama y levantó sus cobijas para ver lo que había brillado y se encontró con unas latas de spray con las que antes de graduarse pintaba las caras de los Hokages y se le ocurrió una idea: se pintaría alguna parte de su cabellera para completar su look, así que escogió una de las latas cuyo color era negro  se acercó de nueva cuenta al espejo y con cuidado comenzó a pintarse el cabello con unas delgadas líneas de pintura que iban en dirección horizontal de la parte delantera de su cabeza a la parte trasera en ambos lados, no le importaba que la pintura se secara porque eran a base de agua, es por eso que cuando lo hacían que limpiara su desastre no le costaba tanto trabajo.

Una vez listo, salió de su casa, no sabía si lo que estaba por hacer estaba bien o mal pero trataba de alejar esos pensamientos de su cabeza, no era momento para dudar, lo haría y punto. Brincó de tejado en tejado y muy a lo lejos,  en la parte sur-sureste de la aldea veía que gran cantidad de luces seguían brillando en aquella dirección, era fácil saber que ahí estaba la Zona, ya que era el único lugar en la aldea que parecía feria a altas horas de la noche. Se dirijo para allá.

Cuando llegó se sorprendió por la gran cantidad de gente que había: hombres y mujeres se paseaban por ahí como si fuera lo más normal del mundo. A Ambos lados de la calle principal había establecimientos de “distracción” con un montón de luces fluorescentes que brillaban cual sol a medio día, eran de varios colores y tamaños y tenían frases muy impúdicas. Naruto se encontraba detrás de una alambrada que separaba a la aldea de la Zona, había un vigilante enorme cuidando la entrada, seguramente estaba ahí para que no entraran los menores de edad o para alejar a las personas que hicieran algún disturbio, seguramente para ambos casos.

Naruto observó la trayectoria de la alambrada y se dio cuenta que el único lugar vigilado era la entrada, había una zona de la alambrada en la que no había iluminación así que se dijo que por ahí entraría, se agachó lo más que pudo y  se puso en cuclillas, para que el guardia no lo viera, se fue acercando a la parte oscura, a dos metros y medio de la alambrada había un poste de cemento que estaba rodeado por unos arbustos altos y verdes, en la parte posterior tenía un foco roto, es por eso que no había luz, se acercó más y más e inesperadamente comenzó a escuchar ruidos, si su instinto no le fallaba esos ruidos eran gemidos…

¿GEMIDOS?

-          Aah, aah… -  Naruto se acercó más a los arbustos con mucho cuidado para no hacer ruido, no podía negarse que sentía una tremenda curiosidad de ver quién estaba teniendo sexo en ese lugar. Ya sólo quedaban unos centímetros y podía oír perfectamente aquellos quejidos que empezaban a hacer que sudara, puso sus manos en  el arbusto y separó algunas ramitas sin hacer ruido para poder ver mejor.

-          S-sí… Kousu-ke… Aah…

-          S- Sora…

 

Naruto veía cómo aquellos dos jóvenes tenían sexo: el chico que se llamaba Sora estaba en el suelo, Kousuke lo había puesto en cuatro y lo penetraba por detrás lentamente, ambos estaban desnudos, sudados y sus ropas andaban tiradas y regadas por todo el suelo. Naruto no dejaba de mirar cómo es que empezaron a moverse más rápido y a jadear más; el rubio comenzó a sentir como su entrepierna se despertaba, se había excitado solo con verlos haciéndolo, no debía seguir ahí, sino eso sería un problema; además él venía precisamente a hacer eso pero en otro lugar y con alguien a quien jamás había visto así que se alejó de ahí despacio  todavía escuchando los quejidos de aquellos jóvenes y cruzó la alambrada de un solo salto y se dirijo a la calle principal donde habían muchos puestos exponiendo sus mejores “mercancías”: por donde volteara a ver habían mujeres semi- desnudas que atraían a los hombres a sus locales ofreciéndoles alcohol y sexo; muchos aceptaban y se metían a los negocios no sin antes tocar alguna parte del cuerpo de las mujeres y ellas lo aceptaban gustosas, Naruto no se sintió muy a gusto con eso, no entendía cómo es que ellas no se daban a respetar un poco más ¿cómo podían dejar que alguien que no conocían les tocara el cuerpo tan libremente como quisieran?, ¿qué seguía,  tendrían sexo? Eso… Un momento, Naruto no tenía por qué andar juzgando a los demás si eso era principalmente a lo que fue. Que idiota.

Naruto recorría en completo silencio las calles de la Zona, solamente veía puestos en los que las mujeres se ofrecían y no en los que… Bueno, no en los que hubiera lo que él andaba buscando, así que decidió que si en diez minutos no encontraba lo que había ido a buscar, se conformaría con un establecimiento lleno de mujeres.

Cuando dobló la esquina vio que había menos gente y en general las que había eran hombres, comenzó a caminar en completo silencio, la iluminación en aquella calle era menor a la calle principal: los anuncios no estaban tan iluminados, se podría decir que esos locales eran más discretos, en las calles no habían mujeres que convencieran a los hombres en tomar sus servicios, si no fuera por aquellos hombres que caminaban en la calle, ese lugar se encontraría en el completo desierto.

Dos hombres que caminaban juntos se percataron de la presencia de Naruto quien se encontraba parado a la mitad de la calle y con miradas cómplices terminaron por acercarse al menor.

-          Valla, valla qué cosa más rica tenemos aquí verdad, ¿Hotaru?- Dijo unos de los hombres, llevaba una sudadera color vino algo grande, unos pantalones color beige y zapatos negros, su rostro era delgado, de tez blanca y ojos grises opacos, su cabello era largo y castaño – Vamos a divertirnos con él.

Ambos hombres se acercaron a Naruto y lo arrinconaron en una de las paredes escasamente iluminadas de la calle, Naruto no se inmutó, rápidamente se puso alerta, sabía que si esos hombres se querían propasar con él, éste los pondría en su lugar.

-          Niño, ¿qué edad tienes?, ¿Crees que este lugar es para alguien como tú? Deberías estar en casa con mami y durmiendo en tu linda camita, ¿no? – Dijo Hotaru, se acercó a Naruto y posicionó su cuerpo muy cerca del suyo, podían sentir la respiración del otro, unos de los brazos de Hotaru estaba en la pared a un costado de la cabeza de Naruto. Lo observaba fijamente y tenía una gran sonrisa en su rostro-. ¿Responderás o qué?

-          Sólo vine a divertirme, ¿acaso eso tiene algo de malo? –Dijo Naruto seriamente, no dejaría que esos hombres le hicieran daño, así que actuaría calmadamente (algo raro en él).

-          Eeh… -Dijo el otro hombre de sudadera vino – Pero ¿sabes? Como que te equivocaste de sección, en la calle anterior hay mujeres que sin duda se pelearían por estar contigo, aquí solo hay servicio homosexual, ósea servicio rudo, para mayores. Tú todavía no estás preparado para esto.

-          Jump, no decidas por mí, amigo. Yo vine por esta clase de servicio- dijo Naruto sonriendo de lado. 

Los dos hombres se miraron, ese niño no era mayor de quince años y ya quería tener sexo con los de su mismo sexo, era algo extraño, normalmente se paseaban por ahí gente mayor o jóvenes mayores de edad, pero ver a ese mocoso parado ahí y totalmente decidido de lo que quería era raro así que siguieron hablando.

-          Sabes muy bien cómo son las relaciones entre hombres, ¿verdad?- Preguntó Hotaru.

-          Sí, tenía una relación con uno, no es nada nuevo para mí.

-          Ya veo, entonces por qué estás aquí si puedes estar con tu pareja haciéndolo en estos momentos.

Silencio.

-          Terminamos, quiero tener sexo para olvidarme de él lo más rápido posible – dijo Naruto decidido, de cierta forma había tomado una meta: olvidarse de Sasuke de una vez por todas.

Nadie dijo nada, al parecer esos dos hombres sopesaban bien las palabras de Naruto, mientras tanto, Naruto quien seguía contra la pared vio pasar a una pareja de hombres, iban tomados de la mano, no pudo ver sus rostros pero vio que se metieron en un establecimiento que irradiaba luz púrpura, después volvió su vista a Hotaru quien le sonreía amablemente.

-          Supongo que digamos lo que te digamos no te irás, nos tienen prohibido darle servicio a menores de edad. Tú no debes de tener más de quince años, pero veo que esto es urgente para ti, ¿no es así?

-          Sí – murmuró Naruto.

-          ¿Qué papel jugabas en tu relación, niño?, ¿Uke o Seme?- Pregunto el otro hombre. Naruto se sonrojó ante tal pregunta, ¿por qué preguntaba algo tan íntimo?- No me malentiendas, si me dices que es lo que hacías podríamos conseguirte algo bueno. Así que coopera.

-          U-uke.

-          Jump, me lo imaginaba – dijo Hotaru con una sonrisa de medio lado, al ver la cara de desconcierto de Naruto prosiguió-. Verás, en este negocio aprendes a conocer los cuerpos de los clientes, en tu caso; bueno, supuse que tú ibas abajo por la forma de tus piernas.

-          ¿Eh?, ¿Q-qué tienen que ver mis piernas en esto? – Preguntó indignado Naruto.

-          Las tienes abiertas, si te diera la vuelta y me pusiera a ver tu trasero, con una simple mirada me daría cuenta que tienes las nalgas separadas, niño. Cuando llevas tanto tiempo dando servicio ya no necesitas ver con detalle el cuerpo de los hombres- Hotaru sonrió amablemente haciendo sonrojar a Naruto-. Como sea, si quieres una buena ronda de sexo, te recomendamos aquel lugar- señaló al local donde había entrado la pareja hace un momento-, dan un muy buen servicio, si lo que te preocupa es que te vean el rostro y te reconozcan después, no te preocupes; si lo deseas te pueden poner un antifaz o algo que te cubra la cara, claro que también depende mucho el tipo que servicio que pidas. ¡Ah! Eso sí, es algo caro, dudo que un niño como tú lo pueda pagar y…

-          No hay problema con el dinero, puedo pagarlo.

-          Bien, entonces te dejamos. Suerte con encontrar lo que quieres.

Naruto se quedó ahí parado viendo como Hotaru y el otro hombre se alejaban, se habían tomado de la mano y más adelante entraron a la calle principal. Cuando se encontró solo, se dirigió a donde le habían dicho: el lugar no tenía una entrada impresionante, las luces púrpura fluorescentes lastimaban un poco la vista de Naruto. Entró. Se encontró con un gran salón donde habían algunos sillones, unas mesas de centro y floreros, había una pareja sentada en uno de los sofás, estaban hasta el rincón y se estaban besando apasionadamente, cuando vio el rostro de uno de ellos se dio cuenta que eran la pareja de novios que estaban teniendo sexo antes de que entrara en la Zona, al recordar eso se sonrojó: era la pareja que había visto entrar antes cuando estaba con Hotaru y su compañero. Si podían tener sexo entre ellos ¿por qué estaban ahí? Era raro.

En ese momento un hombre alto, de tez blanca, ojos verdes y cabello rubio entró y se dirijo hacia Sora y kousuke.

-          Buenas noches y bienvenidos, señores- su voz era ronca pero atractiva, pensó Naruto-. ¿Qué servicio requieren?

-          Bueno nosotros…

-          Queremos a alguien que nos ayude a hacer un trío- Kousuke interrumpió a Sora que por lo apenado que estaba no iba a poder terminar la frase.

-          Ya veo. Estoy seguro que hay alguien que los pueda ayudar- dijo el hombre y se dio la vuelta, pero antes de irse se dio cuenta de que Naruto estaba parado en la entrada del local observando todo-. Niño, ¿te podemos ayudar en algo?

-          ¿Eeh?- Dijo Naruto en cuanto oyó que le hablaban- S-sí quiero solicitar un servicio.

-          Niño, aquí se paga con dinero, no con dulces. Así que si no tienes lo suficiente no me hagas perder mi tiem…

-          Yo tengo dinero, señor. Suficiente como para pagar una orgía con todos sus hombres- esta vez Naruto le habló enojado, ¿por qué todos creían que no tenía dinero?

El hombre no dijo nada y estudió a Naruto, no confiaba en plenitud de las palabras de aquel emo-rubio que estaba parado en la entrada de su negocio. Naruto al ver la cara de desconfianza del hombre metió su mano a uno de los bolsillos de su pantalón y sacó un gran fajo de dinero y se lo mostró al hombre quien ante esto abrió los ojos algo impresionado porque eso era mucho dinero para un niño- Hotaru, él me recomendó este lugar. Dijo que era bueno, pero si no me atenderán aún teniendo dinero, me iré al otro…

-          Espera, está bien. ¿Qué es lo que deseas?

-          Quiero a alguien que me dé- dijo Naruto sin más rodeos. Su vista se desplazó a todos lados y vio que Sora y Kousuke lo observaban y le sonreían ¿por qué? Quién sabe. Volvió su mirada al hombre de ojos verdes.

-          Está bien, tengo algo bueno para ti- se dio media vuelta y se fue por donde vino.

Media hora después un joven rubio cenizo, delgado y de estatura media se acercó y puso su mano en el hombro de Naruto quien se encontraba sentado en uno de los sillones dándole la espalda. Naruto se asustó ante el contacto inesperado.

-          Tú debes ser el chiquillo que puede pagar mis servicios- dijo ante la atenta mirada de Naruto, en ningún momento le sonrió, no tenía por qué hacerlo, después de todo ese niño era otro cliente más a quien se iba a echar-. Es hora.

Naruto no habló en ningún momento, ese chico era atractivo, sí, pero un arrogante. Se apresuró a seguir al joven. Se metieron en un pasillo poco iluminado con varias puertas a ambos lados: puertas de madera nueva, olía a barniz y su color era realmente hermoso. De todas ellas salían gemidos de placer que se mezclaban con el olor a cigarro y alcohol, Naruto no pudo evitar ponerse algo ansioso: tendría sexo donde todos podrían escuchar sus quejidos cuando esté en pleno acto, que incomodidad pero ya no se podía echar para atrás, pagaría una gran cantidad de sus ahorros por aquel joven y aunque le sobraba lo suficiente no desperdiciaría lo que iba a gastar.

No tardaron en llegar a uno de los últimos cuartos que estaban en el pasillo, la puerta era como todas las demás, el joven agarró el pomo de la puerta, introdujo una pequeña llave en esta y la abrió dando lugar a una habitación pequeña pero lujosa, las luces estaban encendidas y Naruto podía apreciar por completo su interior: tenía una enorme cama en el centro de la misma con una cabecera alta, a su lado había dos pequeñas mesitas de noche, a unos pocos metros de la cama había un gran baúl e inmediatamente a este había una especie de ropero delgado y un poco alargado de color cedro, todos estos muebles relucían; parecieran nuevos o que los acababan de pulir recientemente. A la derecha de la habitación había una puerta que suponía Naruto era un baño, enfrente de la puerta había dos sillones: uno largo de tres plazas y otro de dos, su tapicería negra contrastaba con las paredes de un blanco inmaculado que brillaban en la habitación.

El joven dejó pasar a Naruto a la habitación y cuando lo hizo, cerró la puerta con seguro para evitar las molestias. Naruto se quedó parado en medio de la habitación y se volvió hacia el joven que lo miraba detenidamente.

-          ¿Y bien?

-          ¿Qué?- Preguntó confundido Naruto.

-          ¿Qué servicio quieres? Si pudiste llegarme al precio de seguro tienes algo bueno en mente, ¿no?

-          … Esperaba que la persona que me diera el servicio comenzara por su cuenta.

-          Escucha niño, yo hago las cosas bien, lo que hago es tener sexo duro no un sexo vainilla.

-          Entonces si solo lo haces duro comienza, no me preguntes lo que quiero. Además, no me digas niño, tú no pasas de los dieciocho años, idiota. No me trates como si fueras un adulto al que  deba de respetar.

El joven se cansó de la actitud de Naruto, ¿Qué se creía hablándole así? Él era el mejor en su trabajo y venía un niño a hablarle como si fuera cualquiera de sus estúpidos amiguitos. Se acercó a Naruto y antes de que éste se pudiera mover, el joven lo apresó contra la pared, con una de sus grandes manos agarró las dos pequeñas de Naruto y las colocó por encima de su cabeza y se acercó mucho a la cara de Naruto lo suficiente como para sentir la respiración un tanto intranquila del menor.

-          Sí, mocoso. Tienes razón, no paso de los dieciocho años, ¿y qué? Pero tengo más experiencia en esto que un enclenque como tú, además; deberías  empezar a acatar lo que te dije hace unos momentos, eso es lo que hacen los ukes sumisos ante su dueño – sonrió prepotente el hermoso joven que apresaba a Naruto.

-          ¿Sumiso?, ¡¿A quién le dices sumiso, idiota?! ¡No trates de decirme lo que seguramente tú eres para otros hombres!

-          Jump, yo sólo doy, nunca dejaría que me la metieran, pero como ya veo que no piensas ser más obediente, haré que tu pago realmente valga la pena – dijo con una sonrisa que hizo que Naruto se arrepintiera de la que dijo sería una buena idea.

El joven pegó su cuerpo al de Naruto para evitar que éste escapase, él lo había hecho enojar y ahora le haría pagar de la peor/mejor manera que conocía para que el menor supiera a quienes debía de respetar; así que bajó una de sus manos y la metió dentro de los pantaloncillos azules de Naruto.

-          ¡¿O-oye qué…?¡

Fue interrumpido por una fuerte cachetada por parte de aquel joven cuyo nombre el rubio desconocía, sus cara estaba volteada al lado derecho, en su suave mejilla se notaba una marca roja producto de la fuerte cachetada del mayor, Naruto mantenía los ojos fuertemente cerrados mientras sentía que su dormido miembro comenzaba a despertar, intentaba zafarse pero era inútil.

-          No hables – dijo el mayor-, no hables si yo no te ordeno que lo hagas, ¿entendiste, sumiso?

-          …

La experta mano del joven seguía con sus hábiles movimientos de arriba hacia abajo por el miembro de Naruto, rodeaba la cabeza y de vez en cuando la pellizcaba para provocar una mejor sensación, pronto comenzaría con su tarea que, en un principio había pensado en hacerla como la de todas las noches, pero que ahora sería “cortesía de la casa”.

Naruto no pudo resistirse más. Comenzó a gemir.

El joven sonrió victorioso, alejó a Naruto de la pared aún acariciando su pene y lo aventó a la enorme cama, cuando Naruto cayó no pudo evitar dejar salir un pequeño gemido, su cuerpo comenzaba a reaccionar a las caricias que le propinaba el cenizo pero su mente le advertía que debía salir de ahí, al diablo lo que pagaría  por él, al diablo olvidarse de Sasuke por esa noche y las que llegaran: primero era él, debía alejarse sino; estaba seguro que su cuerpo pagaría.

Intentó ponerse de pie y salir huyendo del otro lado de la cama pero el joven fue más rápido que él y se puso encima de Naruto, de nuevo, le sujetó sus manos por encima de su cabeza con su mano izquierda, de la mesita de noche que estaba a la derecha sacó dos esposas plateadas, las abrió y ante la mirada de Naruto esposó sus manos. Como el niño ya no se pudo mover y el joven seguía encima de él, Naruto comenzó a patalear fuerte lo que provocó una risa de diversión por parte del mayor, éste al ver lo que el rubio hacía se bajó de su cuerpo y se puso al lado de la cama, Naruto al ver lo que hizo dejó de moverse y lo quedó viendo.

-          ¡OYE, DÉJAM…! – Fue interrumpido por el joven que lo tomó de los brazos y  jaló su cuerpo hacía las almohadas de la cama donde reposó la cabeza del rubio, sus brazos los colocó de nueva cuenta por encima de su cabeza y los ató con una cinta rosa que estaba atada a la cabecera para, con esto, evitar que el rubio se pudiese mover más allá de la cama- ¡Maldito, déjame ir!, ¡SUÉLTAME!

-          Te dije que te mantuvieras callado hasta que yo te dejara - dijo asestándole otra cachetada al rubio. Del mismo cajón de dónde sacó las esposas sacó también un pedazo de tela color negro que posteriormente ató a los ojos de Naruto para evitar que viera lo que a continuación estaba por hacerle -. Quiero que te quedes callado, ¿entendiste? Si no, te castigaré.

El joven se alejó de la cama.

-          ¡¿QUÉ?! ¡ESTÁS LOCO, JAMÁS TE OBEDECERÉ YO… AAAAAHH!

El joven golpeó a Naruto en una de sus pantorrillas con un látigo de cuero que había sacado de aquel especie de armario en donde realmente se guardaban ahí algunos instrumentos para el sexo sadomasoquista del cual,  aquel hermoso joven era un experto ya que esa era su especialidad y para mala suerte de Naruto, él lo enfado con todas esas cosas que le había dicho hace unos momentos y que el mayor consideraba una “ofensa” viniendo de sus sumisos.

Naruto comenzó a jadear por el escozor que sintió en el área golpeada, “te dije que no hablaras o te castigaría” le dijo el muchacho para después volverlo a golpear en la misma área, Naruto expulsó un grito de dolor que sonó ronco, comenzó a retorcerse sobre su lugar intentando inútilmente salir de ahí, lo único que conseguía era desacomodar las suaves sábanas que vestían a la cama. El muchacho deslizó el instrumento por el cuerpo de Naruto quien se estremeció por el contacto con lo que lo había golpeado, con la misma vara comenzó a subir la playera de Naruto hasta situarse en la barbilla del susodicho dejando expuesta la suave piel de su pecho y abdomen y sus delicados pezones rosados, su respiración ya se había vuelto entrecortada por la adrenalina causada por los resientes golpes, realmente no veía el cómo se excitaría con aquellos azotes que le daba a su persona, “el acto debe de ser suave y dulce, porque con él, demuestras tus sentimientos a la persona que amas, Dobe. Si se cumple con lo que te dije, eso ya no es simplemente tener sexo… Es hacer el amor…” Mientras aquel joven seguía azotando a Naruto, éste recordó las palabras que su azabache le dedicó en una ocasión.

Sus ocultos ojos comenzaron a llenarse de lágrimas. Cayeron.

El joven cada vez se excitaba más con la imagen que se filtraba por sus verdes orbes: un niño atractivo a su merced, con marcas de su juguete por todo el pecho y piernas y mejor aún: estaba llorando. Tenía que seguir con su tarea, sino, esto se tornaría aburrido y ya no sería lo mismo tener sexo con aquel chiquillo, tenía todo un arsenal de juguetes eróticos que deseaba usar con él pero, debía ser listo; tenía que usar los mejores para su disfrute total.

Dejó el bastón cerca de la cama y desatándose el obi dejó caer su negro kimono al suelo para solo quedarse en ropa interior, se quitó también sus tabi y posteriormente las  zori despreocupándose de en dónde las dejó; después se montó en cima del rubio quien seguía llorando y con la respiración agitada.

Acercó su rostro al de Naruto y con su mano derecha lo tomó  de la barbilla y lo besó, este comenzó a mover sus labios tratando de probar la boca del rubio pero Naruto poco hacía por cooperar, así que el joven tomó a Naruto de sus mejillas y  las apretó haciendo que su boca se abriera ligeramente pero lo suficiente para que el muchacho penetrara su cavidad bucal con su lengua que exploraba libremente toda la boca de Naruto a pesar de las quejas y movimientos del rubio, cuando se aburrió de profanar su boca, su labios se dirigieron a los labios de Naruto que después de un momento de lamerlos, los mordió fuerte provocando que el menor sacara un gemido. Su mano libre, la cual la había mantenido a un lado de Naruto se dirigió al pecho del menor para comenzar a jugar con su pezón derecho que después de un rato de estimulación comenzó a erectarse  mientras eran seguidos por los leves pero audibles gemidos de Naruto, ante esto el joven sonrió de satisfacción al ver que por fin Naruto comenzaba a reaccionar como él quería. Del mismo cajón de donde el joven sacó las esposas y la pañoleta también sacó unos cuantos juguetitos más que eran sus preferidos: unos tapones, unas pinzas para pezón, unos consoladores y vibradores, bolas anales, lubricantes y muchas otras cosas más. Realmente disfrutaba en usarlos, ya que no los utilizaba muy a menudo ya que normalmente los hombres con los que se metía eran amantes de los azotes y juegos rudos con otros instrumentos más grandes, pero en cambio, este niño era diferente: era frágil e inocente, no se pondría a exponerlo a sus herramientas más peligrosas siendo que este estilo de sexo era desconocido para él y si lo expondría a otros juguetes saldría realmente lastimado, además; muy independientemente de eso, tener a aquel chiquillo así a su disposición realmente le gustaba, le excitaba, ya tenía un poco de tiempo que no se sentía así de entusiasmado con algún cliente: debía disfrutarlo.

Dejó de jugar sus labios y se retiró de su boca viendo como dejó los rosas labios de Naruto emitió una sonrisa arrogante y se relamió los labios pervertidamente, seña que, sería algo bueno para él; no para Naruto. Dejó de jugar con los pezones del niño, se fue recorriendo poco a poco por el pecho acanelado repartiendo lamidas, chupetones y fuertes mordidas que dejaban unas feas marcas a su paso, mientras hacía eso comenzó a mover su cadera en forma lenta ya que ésta se encontraba justamente por encima del miembro de Naruto, quien al sentir el lento vaivén que sentía no pudo evitar gemir, no quería hacerlo pero realmente no podía evitarlo. Cuando hubo recorrido todo el torso del rubio se detuvo en el obligo que con su lengua, comenzó a lamerlo y morderlo por las orillas para después simular penetraciones con su lengua, mientras hacia esto Naruto gemía por lo bajo por las suaves sensaciones que sentía. El joven mientras seguía con sus penetraciones simuladas y seguía escuchando los gemidos del niño pasó su mano izquierda por lo que le faltaba por recorrer hasta llegar al miembro semi-despierto del pequeño, comenzó a restregar su mano por encima del bóxer mientras sentía como se comenzaba a calentar, después de un rato de restregar su mano y de frotar el pene de Naruto por encima de la ropa metió la mano en la ropa interior y sacó el pedazo de carne de su prisión para comenzar a masturbarlo lentamente, masajeando la cabeza hambrientamente para después bajar por el troco y comenzar el sube y baja que hacía gemir al rubio de placer. Dejó de simular penetraciones con la lengua y llevo su boca a uno de los pezones de Naruto, cuando lo halló comenzó a succionarlo vorazmente lastimandolo, después dio un mordisco furioso sobre el suave botón rosa haciendo que Naruto gritara horrorosamente por el dolor causado, sus lágrimas no  habían cesado del todo y ante este horrible dolor comenzaron brotar de nuevo pero con más fuerza que antes.

El joven terminó deshaciéndose  de la ropa que cubría el cuerpo de Naruto dejándolo completamente desnudo y él tampoco se quedó atrás pues su bóxer ya tenía un buen rato perdido por aquel suelo, tomó las pinzas para pezones y los acercó al pecho de Naruto quien al sentir el frío metal se estremeció tratando de ubicar que era esa cosa y para que servía y tal vez así podría preparase mentalmente para cuando… “¡¡AAAHH!!” Gritó muriéndose del dolor por la presión que ejercían las pinzas sobre sus pezones que por si fuera poco, uno ya estaba lastimado por la mordida recibida hace un momento, el joven al ver el rostro colorado de Naruto comenzó a lamer el pene de su sumiso para aminorar esa sensación; Naruto jadeaba, el dolor estaba comenzando a marearlo, su respiración era agitada, de sus ojos escurrían ríos de lágrimas de dolor y por si fuera poco, ese maldito había logrado que se excitara pero, por las sensaciones que sentía en su cuerpo: era el dolor lo que reinaba ahí.

El joven comenzó a masturbarse por la caliente escena que veía: un hermoso rubio llorando con unas pinzas de pezón que, de uno de ellos se asomaba un pequeño hilo de sangre regalo de la pasada mordida. El joven continuó masturbándose, mientras lo hacía se deleitaba con los quejidos de dolor de Naruto, se acercó hasta situarse en la cara del menor y con su mano libre le abrió la boca y situó su palpitante miembro en esa cavidad mientras no soltaba la mandíbula para evitar que se cerrara, Naruto estaba colorado por el bochorno, el ardor en su pezón lastimado era insoportable, seguía llorando mientras el mayor se masturba en su boca; ya sabía lo que vendría, así que esperó hasta que el mayor se corriera… Y así pasó, el mayor dejó salir su esencia en la boca de Naruto y lo obligó a tragárselo por completo y lamerle la punta de su pene hasta liberarlo de todo rastro de semen, el rubio al no tener opción lo hizo, una vez que Naruto terminó de lamerle la punta del pene, éste se volvió a poner erecto por el contacto de la pequeña y tímida lengua, el joven posó su mano sobre el miembro de Naruto y comenzó a masturbarlo nuevamente pero esta vez no se detendría hasta que Naruto se corriera en su mano. Naruto gemía, quería acallar sus ruidos pero no le era posible; así que gimió controlando su voz, así fue hasta que se corrió en la mano de su captor. Una vez recibido el néctar del menor, el joven lamió completamente su mano probando la esencia del rubio.

Una vez que el rubio se corrió el joven escogió, de todos sus artefactos que había escogido un rato atrás, un cinturón de castidad para hombres que estaba hecha de un cuero negro, muy negro, se las arregló para ponérselo al rubio: es como una ropa interior que deja al descubierto las nalgas y cubre al pene con un plástico rígido. Y así con eso prosiguió a levantarle las piernas al pequeño ignorando las quejas, suplicas, insultos y el llanto del menor que iban dirigida hacia su persona temiendo por lo que vendría, Naruto realmente no sabía para que servía eso que le puso, no parecía nada peligroso pero no se debía confiar, ese joven ya lo ha lastimado mucho y eso solo sucedió con uno de sus pezones, realmente estaba arrepentido de haber hecho todo aquello, fue un total estúpido al creer que podría olvidar a Sasuke teniendo sexo con otro hombre, pero resultó ser todo lo contrario: recordaba más que nunca al azabache y eso le causaba un gran dolor por que la persona con la que compartía el acto sexual en esos momentos no era él, sino otro que lo estaba lastimando, todo lo contrario de lo que Sasuke había hecho con él.

El joven al ver el agujerito rosa de Naruto se excitó mucho, ya tenía ganas de penetrarlo y destrozarle el trasero al niño, pero debía esperar; el sexo no tiene sentido si uno no se divierte primero antes del gran final. Abrió más las piernas del niño para tener un mejor acceso, se inclinó para después comenzar a lamer la entrada del menor quien ante el placer gemía y se retorcía un poco sobre su misma posición, si hubiera tenido las mano libres se hubiera aferrado a las sábanas pero como le era imposible, se enterraba las uñas en sus palmas para poder resistir el placer que experimentaba en esos momentos.

El joven seguía lamiéndole de arriba hacia abajo, lubricando el exterior de la entrada, una vez aburrido comenzó a meter su lengua en el agujero del rubio, ante esta intromisión el cuerpo del menor se tensó pero las descargas eléctricas producidas en su cuerpo le daban tanto placer que esta vez gimió fuerte, se sentía realmente bien y eso hacía que olvidara del dolor en su pezón, pero ese placer le duró poco tiempo porque después daría a paso a un gran dolor en su parte baja: su pene comenzaba a erectarse de nuevo, lo que provocaba que se presionara contra el plástico rígido que envolvía a su pene, al no ver una forma en la que su miembro encontrara una libertad comenzaba un horroroso dolor a su propietario.

-          ¡¡AAAAAAAAHH!- Gritó Naruto- ¡QUÍTA…!

-          ¡¡CÁLLATE!!- Le dijo el joven propiciándole otra fuerte cachetada al menor- ¡Te dije que no hablaras si yo no te digo que lo hagas! Y eso incluye gritar. JAJAJA.

-          … GhJ. Es- estás loco – susurró Naruto- Por fav…

-          Cállate, niño. ¡Hablo enserio!

-          …

El mayor siguió con su tarea de penetrar el ano con su lengua, una vez que estuvo seguro que estaba bien lubricado acercó dos de sus dedos: el pulgar y el índice, tomó dos de los lados del ano y lo abrió revelando su estrecho interior y con esto, con su mano libre introdujo cuatro de sus dedos, ni siquiera los lubricó, simplemente los metió por diversión. Naruto sintió un ardor en su parte trasera, quería gritar pero sabía que no debía porque sabía que el mayor lo volvería a golpear: su cuerpo era absorbido por el dolor, su pene a quien le negaban la libertad para erectarse a su máximo esplendor y a su entrada que fue invadida por algo muy ancho para que lo pudiera soportar, “Dios, haz que termina ya…” Suplicaba internamente el rubio, pero no contó con que Dios lo ignoraría esta vez, como lo había hecho varias veces antes.

El mayor comenzó a meter y a sacar sus dedos de la muy estrecha entrada, se dio cuenta que cuatro dedos había sido mucho para el niño pero no le importaba, ya estaban dentro y no le quedaba más opción al menor que acostumbrarse, mientras el niño evitaba gritar pero si respiraba muy agitadamente y sus ojos derramaban lágrimas haciendo que el paño  que cubría sus ojos ya se le notara lo húmedo que estaba, el mayor jadeaba y se excitaba más con la sensación que le provocaba, con su mano libre comenzó a masturbarse de nuevo.

Así estuvo por unos minutos hasta que se detuvo antes de que eyaculara, su respiración era agitada, sacaba roncos jadeos de su garganta deseando embestir al menor con toda su fuerza pero decidió aguantarse hasta más al rato. Sacó sus dedos de la entrada del menor dejándola un poco abierta por lo ancho de su intromisión, tomó un consolador y  un bote de lubricante, sacó un poco de lubricante derramándolo en su palma y comenzó a deslizarla por todo el dildo hasta que estuvo bien lubricado para después introducirlo en el recto de menor, esta vez Naruto ya no gritó, su ano estaba muy dilatado como para que le doliera, además; el consolador se deslizaba fácil por la lubricación dada un momento antes, así que se relajó un poco suspirando por lo bajo. El mayor presionó un interruptor en la base del consolador y al instante éste comenzó a vibrar en el interior del menor provocando una agradable sensación en Naruto quien no dudó en gemir de placer, el mayor metía y sacaba el artefacto y después lo dejó ahí para que complaciera al rubio un rato, se fue gateando hasta donde estada el pecho del rubio y se montó ahí y aprovechando la boca abierta del rubio producto de sus gemidos tomó su sexo y lo metió en la boca del rubio quien al ver que enseguida se cayó y se quedó quieto comenzó a moverse un poco y le dijo:

-          Lame- Naruto no sabía si hacerlo o no, no perdía nada con hacerlo hasta podría hacer que ese muchacho dejara de lastimarlo, pero por otro lado sería lamer el pene de la persona a la que no ama y que la que lo ha estado lastimando sin piedad, además, él también tenía aprisionado a su miembro lo que le provocaba dolor. Se quedó pensativo mucho tiempo, más de los que le gustó al joven quien se impacientó y tomó de nueva cuenta la barbilla de Naruto, la apretó para que su boca se abriera  en introdujo su pene hasta el fondo casi provocando que el menor se ahogara, con su mano libre tomó de los cabellos a Naruto y comenzó a moverlo para que comenzara la felación-. Dije que lamieras, mocoso.

Naruto así lo hizo, con su lengua comenzó a acariciar el glande del mayor y luego comenzó a recorrer todo lo largo de su miembro.

-          Aaaah… Sí… Aaahh – Naruto comenzó con las fuertes succiones provocando que el mayor se derritiera literalmente, jadeaba y gemía como animal mientras jalaba los cabellos de Naruto transmitiéndole sin palabras al niño para que continuara así, era fascinante  lo hábil que era el chiquillo con eso, realmente le gustaba. Soltó la barbilla del menor dejando que este continuara con tarea mientras no desprendía su agarre de sus cabellos rubios y  con su mano libre tomó una hilera de bolitas de plástico y las acercó a las nalgas del rubio -.  A- abre las…  Piernas… Aaah…

Naruto abrió un poquito más las piernas, el mayor al ver que el rubio se negaba a cooperar del todo quitó su mano de las rubias hebras, “N-no pa-pares…” le dijo y con sus dos manos abrió a la fuerza las piernas de Naruto dejando ver un poco su entrada y la base del consolador que sobresalía de ésta, con una de sus manos abrió de nueva cuenta el ano del menor y con la otra metió las bolas, Naruto al sentir la otra intromisión jadeo todavía con el pene en la boca, su respiración se agito nuevamente, ya no quería que lo excitara más, ya no a menos que le quitara esa maldita porquería que apresaba a su miembro. Las bolas comenzaban con unas bolas pequeñas, por lo que no había problema, pero el joven introdujo mucho más el artefacto lo que provocó que el recto del menor se estirara otra vez, ya que las bolas tenían diferentes tamaños: de las más chicas a las más grandes, muy grandes. Metía y sacaba aquella cosa mientras que el vibrador ahí seguía le daba un inmenso placer al rubio quien ahogaba los gemidos ya que se mantenía ocupado con el falo del mayor, y así siguieron durante uso minutos más.

El ardor en la parte trasera de Naruto había disminuido porque se había acostumbrado pero, su pene le dolía a horrores, esa estúpida cosa no dejaba que su pene se erectara a libertad, realmente era molesto; molesto y doloroso.

El joven ya había terminado de usar los juguetes que se le hicieron apropiados para disfrutarlos con el rubio, ya era hora de la mejor parte; se había estado aguantando mucho por un rato muy largo, así que se puso en posición para penetrarlo, posicionó su pene y …

-          Es- espera… Por fa…vor

-          Te dije que no hablaras hasta que yo te dijera

-          Quítame esta cosa… Me du… Me duele… - Naruto trataba de normalizar su respiración, su pene le dolía muchísimo, realmente ya no quería continuar, a la mierda con el pago, quería salir de ahí: quería ir a casa a descansar, a curarse… A pedirle perdón a Sasuke. Comenzó a llorar de nuevo-. Ya no qui-quiero seguir… Aah… Déjame, por favor… Por fa…

-          Olvídalo.

-          … ¿Qué?

-          Toda la noche he… He estado esperando por esto. N-no dejaré que t-te vayas… Aaaah… - Sonrió de lado- Si quieres que… Que te quite e-el cinturón déjate…

-          No… No p-por favor… Me… Me duele, ¡ME DUELE MUCHO!

El joven hizo caso omiso de las suplicas de Naruto y lo penetró, no fue tan difícil entrar, puesto que su ano estaba previamente dilatado pero, la aún estrecha cavidad fue un manjar total, las paredes apretaban deliciosamente el miembro del joven. Se comenzó a mover lentamente disfrutando de la sensación abrazadora y de los gemidos y gestos del menor que, lo disfrutaba al mismo tiempo que también deseaba que se acabara ya para poder liberar a su miembro; el joven se seguió moviendo lentamente, en un momento de piedad decidió quitarle el cinturón para poder disfrutar del miembro de Naruto. Lo hizo. Naruto al sentir que su erección era libre sacó un largo suspiro de alivio, su pene estaba rojo, su erección estaba al máximo, con razón le dolía mucho al menor, de la punta del glande salía ya el líquido pre-seminal que ya había lubricado en su totalidad el pene del menor por sí solo, mientras en mayor continuaba con las lentas embestidas comenzó a masturbar al menor mientras Naruto disfrutaba de la sensación. El mayor dejó a un lado el miembro del rubio y tomando de la mesita de noche una pequeña llave le quitó las esposas al menor dejando que sus brazos descansasen a sus costados: sus muñecas tenían unas feas marcas producto de lo apretadas que estaba las esposas, también le quitó el trapo que tenía en los ojos.

El mayor comenzó con las embestidas que tanto había esperado, con una fuerza sorprendente digna de un huracán comenzó a embestir al rubio con mucha lujuria y deseo, mientras Naruto gemía alto y su cuerpo se acompasaba con los movimientos del mayor, los gemidos era lo único que se escuchaba en la habitación, eso y el rechinido de la pobre cama que debía aguantar eso cada noche, ya era muy, muy tarde; Ya no se oían ruidos en las demás habitaciones, seguramente serían los únicos ahí.

-          Aaaah… Aaaahhh…

-          Aaaah… Aaaahh… Sa….- Naruto vio en el rostro de aquel joven el rostro de Sasuke. Naruto nunca supo el nombre de su acompañante, por lo que se le hizo mucho más fácil olvidarse de él e imaginarse que con quien estaba era el azabache, realmente lo extrañaba-… Sasu… Aaaahh…

Las embestidas aumentaron de nivel, las cama se azotaba contra la pared, los gemidos y las respiraciones entrecortadas eran cada vez más ruidosas, sus cuerpos sudorosos se pegaban cada vez más, los dos podían sentir los músculos tensos de su acompañante. Ambos estaban cerca del clímax; las embestidas eran más frenéticas, el joven dejó de masturbar a Naruto para tener mejor equilibrio y así, dar unas embestidas más fuertes. Naruto no quería abrazar a aquel hombre, solo se aferraba a las sábanas mientras imaginaba el rostro de Sasuke y gemía su nombre lo más alto que podía; ambos sintieron un hormigueo en sus vientres, señal que estaba a punto de correrse, el mayor dio tres embestidas fuertes y Naruto se corrió entre sus vientres mientras que el muchacho, al sentir que las paredes internas de Naruto se contraían deliciosamente se corrió en su interior cayendo sobre el pecho del menor. Sus respiraciones eran agitadas, el mayor se paró de la cama y fue en busca de sus ropas, mientras Naruto seguía sobre la cama tratando de regular su respiración, con sus  piernas abiertas,  de ellas escurrían hilillos de semen y un poco de sangre y su mirada estaba fija en el techo visualizando a Sasuke, sus ojos se comenzaron a llenar de lágrimas, se paró igualmente de la cama y se vistió rápido, las lágrimas ya cubrían sus rostro; le valía que el joven le mirara fijamente.

-          Oye, ¿cómo te llamas?- Preguntó el mayor, pero fue ignorado por el menor quien ya estaba cruzando la puerta corriendo. El joven se acercó en su desnudez a la cama, en la orilla del lado derecho había un fajo de dinero: era su paga, quería decirle al niño que no había necesidad de pagarle, su servicio realmente se había convertido en cortesía de la casa, realmente lo había disfrutado y a la mitad del acto ya no era por venganza sino para su placer, pero el niño se había ido corriendo sin decirle una solo palabra.

Naruto había salido corriendo del establecimiento, la calle donde se encontraban los puteros para hombres no estaba tan vacía como se había imaginado que estaría, en cambio; había más hombres que cuando él llegó, al salir a la calle se puso a correr desesperado por llegar a su casa, su parte trasera le ardía mucho pero el dolor en su pene era peor, realmente esa cosa lo había dañado, no creía que el dolor desapareciera en esa misma noche, tardaría en desaparecer: en ese momento apenas y podía correr… Sería un verdadero problema para cuando saliera por misiones.

Brincando por los tejados, había llegado a su hogar, en el cielo se comenzaban a ver los primeros rayos del sol, quizá ya eran las cinco o seis de la mañana. Introdujo la llave en el picaporte, abrió la puerta y entró, en todo el trayecto a su casa no había llorado, se sentó en la entrada de su puerta y se quitó los zapatos cuando se paró y se dio vuelta vio a Sasuke recargado en una de las puertas, Naruto lo quedó viendo con los ojos muy abiertos: Sasuke tenía los brazos cruzados y lo miraba, su seño estaba fruncido, estaba enojado con él por lo que había hecho. Naruto parpadeó un par de veces y cuando abrió sus ojos Sasuke ya  no estaba, “es tu imaginación, Naruto...”. Naruto caminó al interior de su casa, a cada paso que daba el dolor en sus partes aumentaba, sus piernas temblaban y le había comenzado un leve dolor de cabeza, pero no lloró. Por donde volteara veía a Sasuke recargado en su pared con los brazos cruzados y con su seño fruncido, Naruto sabía que era su imaginación o su mente le estaba jugando un pésimo juego producto del dolor de cabeza, tomó su toalla y se metió a bañar.

 Naruto estaba de cara contra la pared, tenía su brazo derecho estirado tocando las baldosas mientras tenía su cabeza gacha  pensando en lo que había hecho, a su izquierda inmediatamente tenía un espejo de cuerpo completo de unos diez centímetros de grosor, Naruto llevó su mirada para ver a través del espejo y de nueva cuenta se encontró con  Sasuke: estaba recargado en la pared sostenido por uno de sus pies mientras el otro lo tenía puesto en la pared, sus brazos estaban cruzados, pero tenía su cabeza gacha y con los ojos cerrados. Naruto se le quedó viendo un momento a través del espejo, cuando Sasuke levantó la mirada se podía notar en sus ojos tristeza y decepción, su boca estaba en una fina línea, ante esta imagen Naruto se volvió completamente encarando a Sasuke.

-          Naruto…- Sasuke le habló en un susurro, Naruto sabía que ese Sasuke no era real, pero al oír su voz pronunciando su nombre provocó que sus piernas temblaran mucho, casi no se podía sostener en pie, sus ojos se abrieron como platos y se llenaban de nueva cuenta en lágrimas pero estas no caían, se mantenían contenidas en sus ojos azules; su corazón latía muy fuerte llenando su cuerpo de dolor- Tú me… - Sasuke lo miró directamente a los ojos- Tú me traicionaste, Naruto.

Desapareció.

Naruto cayó de rodillas con la mano puesta en su boca para reprimir sus sollozos mientras de sus ojos escurrían lágrimas con mucha fuerza, aún tenía los ojos abiertos, no quería cerrarlos porque así recordaría la mirada llena de cólera que le dedico Sasuke antes de desaparecer. Su corazón latía como loco, Naruto se llevó su mano libre hasta ahí y se apretó la piel en un vano intento de detenerlo.

-          Sasuke… Perdóname… Por favor…- Dijo Naruto antes de ponerse a llorar y a gritar en la ducha de su baño, realmente nunca debió hacerlo, nunca dejaría de amar a Sasuke tal y como se lo había prometido al azabache- Perdóname…

Naruto se despertó de golpe, estaba acostado en su cama, su almohada estaba húmeda, su respirtación era audible y agitada. Levó sus dos manos su cabeza para despegarse los cabellos pegados a su piel por el sudor, tratando de normalizar su jadeos, miró por la ventana y se dió cuanta de que ya era de mañana: un cielo limpio y azul iluminado por unos suaves rayos de sol se filtraban por su ventana pintando un hermoso paisaje para cualquiera que se diera el tiempo de contemplarlo, levantándose de su cama, Nauro se dirijió a abrir su ventana para que entrara aire, "todo fue un mal sueño, Naruto. Sólo eso... Un sueño" se dijo mientras miraba como volaban libremente y sin preocupaciones los pájaros que remontaban el vuelo por sobre su cabeza.

FIN FLASHBACK

 

 

Notas finales:

¿Qué les pareció el capítulo?,¿Merezco Reviews?, ¿Cómo me quedó el Lemon? Realmente a mí no me gustó del todo, además, es mi primera vez escribiendo eso así que sus comentarios serán bienvenidos ^^ Como este es un especial de Naruto, estaba pensando en hacer un especial de Sasuke, pero eso sería más adelante, qué les parece ¿les gustaría? :)

En fín... Les agradesco mucho el tiempo que se dieron para leer mi fic XD, realmente me alegran con sus reviews, me dan ánimos para seguir.

Otra preguntita... ¿Creen que es algo cursi el cómo escribo los sentimientos de los personajes? Porque yo creo que sí jajaja pero si a ustedes les gusta continuaré asi, y si no, pues tendré que cambiarla.

En fín, me despido por ahora y trataré de no tardarme tanto al actualizar

 

Jaa, nee! ^^/"

Link del video "break the Spell":

 

https://www.youtube.com/watch?v=m2YqHuL0DSs


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