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Lo que hay detras de un Te Amo por Ana Reiko

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Notas del capitulo:

Hola a todos

Disculpen las molestias y el retraso del capitulo, pero ya saben como es el ambito laboral, sin mas espero traerles a finales de este mes otro capitulo si es que el trabajo me lo permite

Sin mas no los entretengo mas, y les dejo el capitulo :D

Realmente la mañana no había entrado en la ciudad de Tokyo ni en aquella habitación donde la limpieza y el orden eran impecables.

Y mientras cualquiera pensaría que a esas horas en las cuales el sol aun no sale, sino apenas acaricia la noche, intentado ahuyentarla coloreando el ambiente en un hermoso color azul, ahí en el lecho donde Takano y Onodera estaban compartiendo, el segundo se encontraba despierto.

Así es Onodera Ritsu, el editor novato de Emerald, observaba a todos lados, para su desgracia de nuevo había caído en las redes de seducción que le tendía su jefe, y su primer amor, Takano Masamune.

Lástima que esa idea de perfección, se convirtió en una oportunidad de “ataque”.

Tengo que dejar de venir al apartamento de Takano-san

Reflexiono Onodera, posando su mano en su cabeza, estaba sorprendido de si mismo que cayera siempre en las provocaciones de cierta persona.

¡Debí prever que Takano-san planeaba algo así!

En ese momento el pelicastaño recordó lo fácil con lo que termino en esta situación.

Los dos, jefe y subordinado sentados revisando los antiguos manuscritos de la compañía y analizando el porqué de esas correcciones, de repente su jefe sirvió dos tazas de café, era poco antes de las 2 de la mañana, así que el cansancio era notable en los ojos verdes del novato.

Sin más y porque lo necesitaba Ritsu acepto el café, luego prosiguieron ambos con el trabajo hasta que lo concluyeron.

Onodera se levanto, tomo la taza y se la regreso a Takano, este lo invito a quedarse un rato mas, como era de esperarse el chico se negó.

Lo demás paso con una película en cámara lenta, simplemente Takano-san  lo jalo de su brazo, lo abrazo, y aunque Onodera opuso resistencia, cuando el mayor lo beso, simplemente ocurrió, cayó de nuevo en las redes de su jefe.

Amor, pasión, ternura, gemidos, susurros, besos, caricias y al final un sentimiento dolosamente placentero

Después de consumado el acto, y ser llevado al aposento de su jefe,  Takano  abrazo a Onodera fuertemente contra su pecho, su fuerza se debilito al perder el conocimiento, así que Ritsu pudo optar por otra posición para dormir. Onodera giro su cabeza y vio a su jefe, tan tranquilo, constantemente se quedaba tan relajado luego de cada episodio de pasión que se dormía como un bebe

Eso me molesta, que duerma tan tranquilo después de lo que me ha hecho…-- dijo con rabia contenida de uke, de pronto se le bajo la ira cuando el pelinegro se movió un poco hacia el chico, acomodando aun mas su brazo, para prácticamente abrazarlo un poco más.

Genial ahora ¿cómo escaparía?

 -Debo irme antes de que, se dé que despierte, si será lo mejor…--se dijo a sí mismo, se volvió a ver las largas pestañas de su compañero.-Realmente no me fastidiaría quedarme un poco mas junto a él, pero…¡¡Despierta Ritsu, tienes que irte!!

 Se apartó un poco de Masamune, lentamente para no despertarlo, tenia presente que existían posibilidades de tener éxito en su plan y también de fallar en el intento, y es que a veces lo lograba y se fugaba del lugar, otras muchas era atrapado, odiaba cuando eso ocurría, por que Takano lo castigaba con trabajo laboral extra, aunque  cuando lograba escapar  ocurrían las mismas consecuencias, pero mejor arriesgarse.

Maldito orgullo tenía.

Ritsu se quito el brazo de su seme de encima, y coloco en el hueco que se formaba entre él y su jefe, no ocurrió nada, seguía dormido.

-¡Éxito y libertad al fin!

Ahora solo faltaba salir de la cama, sin que esta rechinara, la buena noticia era que ya sabía por dónde salir sin ser expuesto y contaba con un plan para ello, bajar primero su pierna derecha cuidadosamente, planeaba deslizar su cuerpo y luego antes de caer al piso, simplemente apoyarse en su brazos y piernas para no dar la cara al suelo. 

-Buen plan, ahora…-resbalo su pierna derecha poco a poco para que cayera al piso, sentía como su pie tocaría el suelo cuando de pronto sintió un jalón en su torso.

Se fue a pique el plan.

No supo que ocurrió, al momento de ser atraído por unos poderosos brazos, termino en la mitad de la cama, aprisionado entre los dos fuertes brazos de Takano-san a cada lado de su cara, y con el chico encima suyo,  sin aplastarlo claro.

-¿A dónde crees que vas?, aun no es hora de levantarse…--dijo con seriedad

-amm…al baño…—Genial no se me pudo ocurrir algo mejor-se maldijo mentalmente.

Los ojos avellanas de Takano-san se cerraron un poco, ante esa respuesta, y luego una ceja se salió de lugar.

-Ya me canse que te quieras escapar siempre…--le dijo algo molesto, cortando la cercanía entre ambos.

-Pero si…simplemente…yo quería…--

No sabía que decir

-¿Tienes algo en contra de que quiera despertar contigo?

-…

-¿O acaso es desagradable estar aquí conmigo?

-Yo no…he dicho nada de eso.

-Sabes que te amo…--hizo una pausa.

Inmediatamente se sonrojo al máximo Onodera ante esto y más la cercanía entre los rostros, que tuvo que girar rápidamente su cara.

-Pero…-- Masamune siguió su dialogo---…si insistes en escapar tendré que castigarte con el triple de trabajo en el ciclo

-¡¿Hah?! ¡¡Eso es acoso laboral!!

-Si, lo se

-No puedes hacer eso, es abuso de autoridad y es contra las políticas de Marukawa.

Los ojos de Takano se agrandaron ante esa objeción que le daba su subordinado, muy acertada por cierto.

-Tienes razón, entonces te castigare de forma personal.--murmuro con un tono aterciopelado, dándole un beso en el cuello, el cual provoco que se le erizaran hasta los cabellos a Ritsu.

Y entonces protesto.

-¡Que!, no Takano-san…Olvida lo que dije, mejor dame todo el trabajo que desees…--dijo nervioso y sonrojado, esa frase “de forma personal” no presentía que fuera nada bueno contra su persona.

De improviso unos brazos confortadores envolvieron a Onodera, Takano quería atesorarlo en su pecho.

La víspera del amanecer estaba en su apogeo, todavía no salía el sol, pero la noche estaba en sus últimas horas, por ello el ambiente se refrescaba.

Esta frescura invitaba a los amantes a confortarse uno al otro, eso fue exactamente lo que Takano hizo.

-umm…etto ¿Takano-san?

Un tierno beso se deposito en la frente del uke, estremeciéndolo. La humedad del amanecer y el calor del seme era algo que contrastaba perfectamente.

-Duerme ahora…hablaremos luego…--comento Masamune, deslizando su mano derecha en los sedosos cabellos castaños, mientras la otra mano por la espalda de Ritsu atrayendo la cadera del menor un poco para atraparlo entre sus brazos.

-Takano-san no tan cerca…--advirtió el aludido, ya que su cadera y hombría rozaban levemente contra las propias de su pareja.

El ojiverde intentando librarse del “Abrazo mortal” en el que estaba sometido, ocasiono mas roces en sus partes bajas, produciéndole terribles escalofríos.

-Solo deja de moverte y todo estará bien...—exclamo el pelinegro, de inmediato se dejo de mover el castaño, acomodándose ambos de manera amena.

Espero que Takano-san no se dé cuenta de los latidos de mi corazón, ¡Cálmate por una maldita vez! Pensó frustrado, sus ojos se cerraron se estaba quedando dormido ante los tibios brazos de su jefe.

 Los rayos de sol apenas se colocaban en la habitación, entonces Onodera Ritsu, de 26 años de edad, se encontraba retozando en aquel lecho, ahora sin que el ojiverde se percatara estaba solo descansando. Aun se encontraba en el país de los sueños.

Onodera todavía rememoraba aquella escena que provoco su separación hace 10 años en la época de estudiantes. La escena era precisamente cuando Oda Ritsu y Saga Masamune acababan de despertar y se acomodaban sus camisas escolares.

Oh, Saga-senpai…-musito dentro de su ilusión Onodera en el cuerpo de Oda. A pesar de que el castaño estaba cautivo dentro del cuerpo de su antiguo yo, no tenía miedo ni nada, solo estaba reviviendo el momento.

Entretanto en la realidad, Takano Masamune se había levantado antes que su novato por varias razones. La más importante que Onodera no intentara escapar de nuevo, asimismo pensar en su castigo y por fin Takano decidió hacerle una pequeña travesura. Puso en el interior de la lavadora la ropa del castaño que uso el día anterior,  y pues le prestaría algo de su ropa limpia mientras esta salía del lavado y secado. Con solo imaginar la cara que pondría Ritsu le producía una especie de dulce venganza para que la próxima vez su uke ni se le ocurriera escapar.

Con ese pensamiento Takano regreso a la habitación, busco en su armario ropa que pudiera quedarme más o menos a Onodera, para que no le holgara demasiado, y finalmente reviso a su pareja y la vio dormida plácidamente y con un pequeño rubor en sus mejillas.

Tal vez está soñando algo interesante. Medito el pelinegro con una leve sonrisa cálida.

-Si tan solo Senpai me quisiera un poquito…-exclamo dormido Onodera y es que estaba trayendo a la realidad lo que ocurría en sus sueños.

Esto asombro a Takano, así que se inclino para poder escuchar mejor

-Senpai…-

Una sonrisa acompañaba ahora al rostro ruborizado del joven heredero, adornando su rostro.

Todavía pensativo el editor en jefe se acerco más al castaño. Le extrañaba que recordara el pasado, realmente le molestaba un poco, porque eso significaba que su pequeño príncipe no lograba olvidar su yo pasado. Y por mas ridículo que pareciera estaba celoso de su antiguo Yo, ya que, Ritsu aun se aferraba a su recuerdo.

Mientras Onodera aun estaba atrapado en su recuerdo, los pétalos de Sakura en flor se desplazaban dentro de la habitación de Saga Masamune, logrando una perfecta armonía en ese cuarto iluminado, con sabanas revueltas en una cama, donde ambos jóvenes estaban sentados.

Saga-senpai… ¿Tu me quieres?

Esa simple frase hizo eco profundo en el sueño.

Al mismo tiempo con Masamune, este escucho la misma frase.

-Saga-senpai… ¿Tú me quieres?

Los ojos felinos de Takano se abrieron y en ese momento recordó el reproche de Onodera justo cuando se reencontraron.

¡Te pregunte si me amabas y te reíste de mí!

En ese momento me reí por la pena…. —Reflexiono Takano entonces supuso que su pequeño amor estaba rememorando esos instantes que destrozo sus vidas.

Tal vez…Y si ¿Enmendaba ese error de forma simbólica?

Sin perder tiempo exclamo

-Si te amo Ritsu.

Por su parte Onodera, en su sueño las palabras de Takano resonaron, sustituyendo esa risa que malinterpreto.

-Y…¿Tu me amas Ritsu?...—cuestiono Takano, podría funcionar y recibir un mensaje de regreso, a lo mejor le contestaba profesándole amor a Saga Masamune, pero era un poco consolador de cierta forma, después de todo, aunque fuera un pasaje doloroso de su pasado, Saga y Takano eran uno solo.

¿Eh?

Dentro del sueño, Onodera se confundió, Saga y el escenario se desvanecieron, recuperando el control de su cuerpo adulto, dejando de ser Oda. Quedándose atrapado en un espacio vacío como un limbo.

¿Senpai? ¿A dónde se fue?

¿Tú me amas Ritsu?...

Reboto esa pregunta por todo el espacio vacío.

¿Takano-san?

Intuyo el castaño de inmediato, todos estos años, esa voz aterciopelada la reconocía, era tan ligeramente diferente a la rígida voz de su senpai de hacía 10 años.

Reflexiono.

Un miedo lo embargo, el miedo a la perdida, y si ¿Algún día Takano se cansaba de esperarlo?, No podía pedirle que lo esperara por más tiempo ya llegaba  casi un año en esmeralda.

¿Cómo se sentiría si su jefe se enamoraba de alguien más? Seguro dolería.  

¿Pero como vencer su otro miedo, el ser herido?

Si tan solo pudiera decírselo sin ser cobarde...

Takano pudo observar el rostro aun adormilado de su uke, sin embargo se miraba angustiando. Empezó a acariciar su cabeza, revolviendo sus cabellos castaños, para tranquilizarlo y si no despertaba al menos se relajaría.

Quiero decirle…Se que estoy enamorado de Takano-san…pero ¿Qué hay detrás de un Te Amo?...

¿Que pasara cuando se lo diga? Si dos hombres salen juntos no tendrán un final feliz, y menos aun en mi caso, tengo tantas cosas que me presionaran en el futuro que no quiero ser obligado a decirle “adiós” a Takano-san…pero…yo…

-Onodera…--susurro el editor en jefe, siguiendo con sus caricias en la cabeza y luego rozando el rostro del menor.

Takano-san…te amo

-Takano…san…--musito  levemente ante la sorpresa del aludido, quien pensó que el ojiverde se había despertado, pero antes de que pudiera asegurarse, paso el momento que mas espero--…Te amo

La vida se detuvo en ese instante en esa habitación, un silencio se sembró, quedando solo dos personas, una inconsciente y la otra tan sorprendida que se quedo quieto, solo el palpitar de un corazón feliz resonó, eran los latidos de Takano Masamune.

De improviso Onodera se despertó.

-Umm, ¿Takano-san?

El nombrado no contesto, solo se dirigió al castaño para abrazarlo, dejándolo sorprendido.

Un leve sollozo se escapo del interior conmovido del seme, esto sí que asusto ahora al uke, pero antes de que cuestionara a aquel hombre que lo abrazaba tan posesivamente, escondiendo su rostro en el hueco del hombro, solo atisbo a escuchar.

-Estoy feliz…

 

 

 


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