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Una y otra vez por azumicard

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Fue impredecible el mensaje del remitente, llegó en el peor momento, era como si desinteresadamente causaría una tormenta en medio de la calma. Sherlock experimentó la sensación más escalofriante que nunca había sentido. Sintió una oleada de aprensión, una serie de pensamientos venían a su mente, cerró los ojos por un instante y los volvió abrir, pero ahora tenía una mirada misteriosa. Solo atinó a balbucear unas palabras. Mientras se vestía, el nombre “Jim Moriarty” resonaba en sus oídos, una y otra vez. En definitiva, algo realmente importante había hecho que Moriarty reapareciera después de muchos meses de ausencia. La razón, no lo sabía el detective, aún no, era cuestión de tiempo para averiguar que tramaba su archienemigo. Daba la impresión de que Sherlock quedó sumergido en sus pensamientos hasta que John entró a la habitación. Tenía una toalla sobre la cabeza, terminaba de secarse el cabello, no se percató de la expresión sombría del detective porque la toalla obstaculizaba su visión. Estaba buscando entre las cosas de Sherlock, su jersey favorito que dejó días antes y entonces, escucha el sonido característico del celular de Sherlock; un segundo mensaje de texto había llegado.

 

Tenemos asuntos pendientes por resolver…
JM

 

 

— ¿Sucede algo? - pregunta al ver el rostro perspicaz de Sherlock - ¿quién es?


— Moriarty


— Que pretende ese psicópata ahora


— No sé muy bien, pero voy averiguarlo - sale de la habitación y John le sigue


— ¡Quiero ir! - reclama - Me incumbe, ¡dime que pasa!


— ¡Te quedas, he dicho!!- lo coge de los hombros - entiende John, iré solo así que espérame si-le besa la frente


— E...está bien

 

 

 

A su salida llega un tercer mensaje indicando la ubicación del punto de reunión. Luego de quince minutos viajando llega hasta las instalaciones de un edificio ubicado en el centro de la ciudad. Subió peldaño a peldaño por la escalera, a nueve metros de distancia, Sherlock empezó a oír un ruido casi imperceptible, a cinco metros el sonido era más claro, era indiscutible, el sonido provenía del calzado de una persona que golpeaba el piso con impaciencia. Da los últimos pasos antes de abrir la puerta que conduce a la azotea. La luz resplandeciente cegó por unos segundos al detective, con ayuda de su mano bloqueo el resplandor. Moriarty se encontraba parado frente suyo con las manos en los bolsillos y mostrando un rostro de aburrimiento extremo. Los ojos de Sherlock se encontraron con los de Moriarty, permanecieron inmóviles un momento, el silencio que siguió fue abrumador.


— Por qué reapareciste


— Ya te dije sexy, quiero jugar contigo


— Volverás a sugerir que sea parte de tu seudo juego, como en nuestro último encuentro.


— Rechazo tu premisa - dibuja una sonrisa - Admito que nuestra velada fue una de las más especiales y memorables de mi vida. No puede repetirse, podría intentarse pero sería un juego de logros innecesarios. ¿No crees? Prefiero recordarlo como fue: excitante y magnifica - muerde sus labios.


— Prefieres preservar el encuentro inicial, negándote a otros eventuales. Interesante - asienta moviendo la cabeza.


— Imagina mi sorpresa cuando vi lo mucho que teníamos en común, no solo lo digo porque nuestros cuerpos se complementan a la perfección. Percibo lo mismo que tú, te entiendo. El mundo es muy aburrido ¿no?


— Dices que somos iguales


— Digo que soy mejor - se acerca - Por eso te dejé vivo en el hospital a pesar de la tentativa opción de eliminarte mientras estuviste en coma. No eras la amenaza que pensé que serías, deje mi experimento y volví a mis negocios. Tú demostrarte ser inferior y común al darle importancia cosas triviales como formar una familia. ¡ABURRIDO! - grita - Tenía tantas expectativas en ti. A donde fue a parar el gran detective asesor Sherlock Holmes. ¡¿A dónde?! El mundo es aburrido si no estás ahí para jugar conmigo – voltea la mirada- No sucumbas a los sentimientos porque es una desventaja peligrosa. Cometiste un error tan garrafal


— Estuviste involucrado en el plan de Magnussen todo este tiempo


— Por favor Sherlock, no me decepciones, piensa un poco - increpa viendo directamente a los ojos


— Como he sido tan estúpido - le tomó una fracción de segundo en darse cuenta - Siempre fuiste tú, los ataques, las amenazas, los casos, las fotografías... todo fue planeado por ti. Utilizaste a Magnussen para tu propia conveniencia.


— Magnifico ¿no? Encontré a mi próxima víctima inesperadamente, Magnussen fue la pieza principal de mi nuevo juego. Su interés hacia el doctor Watson fue crucial para iniciar mi plan, lo demás es historia. Te mantuve entretenido con los "casos", vino el ataque, terminaste herido y por último te escondiste cobardemente detrás del coma inducido. Tenía la intención de acabar con tu vida al demostrarme que eres común, ser uno de ellos y te volviste aburrido. Sin embargo el doctor Watson logró captar mi atención al resolver un caso sin tu ayuda; muy pronto te va a superar - le brinda una sonrisa burlona.

 

— Terrible error cometí al centrar toda mi atención en la persona equivocada.


— Exacto, quizás no seas tan extraordinario cómo crees, pero eres único. Tú eres un juego que siempre gano.


— Por eso me dejaste vivo cuando tuviste la oportunidad


— Nunca te mataría, ni en un millón de años. Lo que sí puedo y lo que haré es hacerte daño, más de lo que te hecho. Tengo reservas de creatividad que ni siquiera he empezado a desplegar. Por favor por tu propio bien vuelve al juego - le dirigió una mirada a Sherlock que pretendía ser intimidante- Sabía que te rehusarías - se aleja- Tengo una pequeña sorpresa aguardando por ti -.

 

 

Moriarty le pide buscar un sobre escondido dentro de las instalaciones del edificio. Le advierte que solo tiene diez minutos como plazo o sino alguien sufrir las consecuencias. El hecho de haber venido al encuentro del psicópata había aceptado indirectamente aceptar las condiciones del supuesto juego. Con cinco minutos de ventaja halló el objetivo, en el interior había un móvil color rosa, haciendo alusión al caso de estudio escarlata. También había un par de fotografías,cuando os ojos de Sherlock se posaron en ellas, sintió que el ritmo cardiaco había desaparecido la fracción de segundos que duró el shock. Tenía las pupilas dilatadas, el ceño fruncido y la boca entre abierta; experimentó una oleada de emociones confusas. Las imágenes eran borrosas ante los ojos de él, poco a poco se iban enfocando, sin embargo bajó la mirada. No estaba tan seguro del significado que atribuyó a las fotografías, por primera vez dudó de la veracidad de su mente. Respiró hondo antes de recobrar la compostura, se obligó a si mismo concentrar su atención en el verdadero problema; Moriarty. A toda prisa camina hacia el lugar de origen, justo cuando estaba a punto de abrir la puerta, el celular rosa suena y rápidamente contesta. La voz le pertenecía al psicópata, descartando la opción que continuara en el mismo lugar.

 


— Ahora si tienes dos motivos significativos para jugar conmigo


— No trates de engañarme - siente un nudo en la garganta, aun así continua - es imposible que puedan estar vivos


— Nada es imposible para mí. Todos creyeron que Magnussen mató a tus hijos, sin embargo la realidad es otra. Me encargué personalmente en salvar sus vidas; serían de utilidad para mis planes más adelante. Ahora se han convertido mi as bajo la manga. Por eso no los maté, cuando crezcan podrían convertirse parte de mi entretenimiento. Debo decir que se parecen demasiado al doctor Watson, solo sacaron el color de tus ojos, quizás también tu habilidad deductiva.


— Siempre jugando con la vida de los demás


— Tú también lo haces, no lo niegues - permanece en silencio y continua - Las reglas son simples: si logras resolver los casos a partir de una pista como recompensa te diré donde se encuentran tus hijos, pero si dentro del tiempo estimado no logras resolver, tendrás que decir byebye a ellos.


— Volveremos a jugar el mismo juego antes de conocernos.


— Exacto sexy, con la diferencia que las vidas involucradas son personas importantes para ti. Para incrementar la emoción del juego no solo está en peligro la vida de tus hijos sino también la del doctor Watson. No fue buena idea dejarlo solo en casa, mala decisión.


— ¿Dónde está?


— A salvo, en algún lugar. Esperando mi regreso - ríe y corta la llamada.

 

 

 

Volvió a cometer el mismo error, dejar fuera del problema a John, conllevando a su captura. No tuvo otra alternativa más que esperar las indicaciones de Moriarty. A pesar de la inmensa presión sobre sus hombros, sintió que una oleada de alivio lo invadía al constatar que sus hijos estaban con vida. Sonrió, complacido por el descubrimiento que acababa de realizar, aun así se culpó por haber descuidado la seguridad de John. Aguardó en la comodidad de su hogar el mensaje que tardó más de lo previsto. Los minutos eran eternos, no despego la mirada del móvil. En medio de la espera, una idea vaga pasó por su mente: solicitar cierta ayuda a Mycroft, pero sería pérdida de tiempo. De pronto suena el móvil; un mensaje de texto que solo contenía la imagen de un cadáver femenino. Coge un taxi en dirección a Scotland Yard, al llegar va en busca del inspector Lestrade.


— Necesito tu ayuda – muestra la fotografía del cadáver


— Pero que… - observa y reconoce de quien se trataba – Es el cadáver de la señorita Lucy Jonson. Ese caso ya quedó resuelto gracias a la ayuda de John. Puedes explicarme porque... - es interrumpido


— ¿Todavía conservan el cuerpo?


— Pues sí, está en el… - Sherlock deja con la palabra en la boca a Lestrade

 

 

Con la ayuda de Molly logra acceder el cadáver, se apresura a realizar un exhaustivo análisis. Recoge unas muestras y va directamente al laboratorio. La mente analítica de Sherlock una vez calmada, era una fuerza poderosa. Era consiente el límite de tiempo en este juego; podría salvar a toda su familia, pero si el tiempo era escaso tendría que elegir a cuál de ellos salvar. Estaría contra la espada y la pared si llegará el momento de escoger: la vida de sus hijos o la vida de John; solo una opción. Al cabo de dos horas de arduo trabajo halló la pista a su siguiente indicio. Un tercer mensaje le advierte que resta 4 horas. Ahora se dirigió a la escena del crimen. La mirada de Sherlock se posó de inmediato en el centro de la sala, donde una serie de columnas cortas se alzaban del suelo. Utilizó su habilidad deductiva, al poco tiempo encontró la respuesta. Sacó el móvil, escribió un mensaje y envió. La respuesta no tardó en llegar. Abordo un taxi rumbo a su siguiente escenario, ubicado en un edificio abandonado, el reloj marcaba 9:15. Desciende peldaño a peldaño por las escaleras que conducía al sótano, en medio de la oscuridad ve el resplandor de una habitación. Entra y lo primero en observa es a una persona encapuchada, sentada en una silla. A juzgar por el estilo de vestir, se apresuró en llegar hasta él.


— John… - se apresura quitar la mordaza de su boca – ¿Te encuentras bien? –pregunta preocupado.


— Si solo...- se remueve- estaba en el piso cuando de pronto...-cierra los ojos- estoy mareado-forcejea su amarre, pero Sherlock se encarga de liberarlo y al final se percatan que tiene una bomba adherida en el cuerpo

– Otra vez no… - se pone nervioso.


— Tranquilo... vamos a salir de esta también


— Ahora si puedes explicarme que está sucediendo


— Los mensajes de Moriarty eran una invitación para ser parte de su juego. En este preciso momento estamos en medio de uno de ellos, y… -hace una pausa larga.


— ¡¿y?!-pierde la paciencia- ¡que más Sherlock! tengo una bomba y estas dudando en contarme todos los detalles. Que intentas ocultarme-.


—Intento protegerte de una verdad que quizás sea una gran mentira


— Dilo de una vez por todas, Sherlock. No quiero más intrigas, he tenido suficiente con tus engaños durante tu supuesto coma. Más te vale hablar ahora


— Pase lo que pase no entres en pánico, simplemente conserva la calma, las posibilidades son de 50% para cada opción – intenta preparar mentalmente a John para decirle la inesperada noticia - Es posible que nuestros hijos estén vivos en algún lugar de Londres. Moriarty los mantuvo con vida todo este tiempo porque los utilizaría como carnada en el momento indicado – no continua hablando al ver la expresión de John.


— ¿Q...que?!- lo sacude-¡¿qué fue lo que dijiste?! Mis hijos...mis hijos!-empieza a llorar y es consolado por Sherlock, acariciando su cabeza – Sherlock… nuestros pequeños … están vivos


—Es solo una posibilidad


— No, Sherlock. Ellos están vivos, no me preguntes como lo sé, pero estoy completamente segura que nuestros hijos están con vida. Lo puedo sentir – lleva sus manos a la altura de su corazón.


— Son conjeturas


— Los cuales son verdad… tu irrefutable lógica pone en duda la veracidad de los hechos, sin embargo el lado emocional te dice que ellos están vivos y es así –mira a Sherlock con sus ojos a punto de llorar.
El detective deja ver su lado vulnerable nunca antes visto, deja expuesto la confusa oleada de emociones. Baja la mirada y al poco tiempo siente el roce de las cálidas manos de John que se entrelazan con los de él. En medio del nostálgico momento, el celular rosa suena en la habitación


— “Que conmovedor reencuentro – habla Moriarty del otro lado del auricular– para el gran detective Sherlock Holmes, todo en este mundo está compuesto de enigmas. No te he mentido, pierdas el razonamiento… analizas todo al detalle que terminas distorsionando la realidad. Sabes que así”


—Involucraste a dos seres que no tienen nada que ver – respondió Sherlock con dureza.


— Te equivocas, se han convertido en otro punto de presión. De una y otra manera son un punto de atención para mí. Sabía que serían de utilidad si los mantenía con vida, muertos no me servían para nada. Lo mejor de un juego es disfrutar la emoción de la cacería y ustedes han sido un gran entretenimiento.


— Buscaste el modo de estudiarnos en tu propio entorno. Sin darnos cuenta, fuimos participes de una especie de experimento para ti.


—¡Nuevas reglas, sexy! Tienes hasta las 10:20 para descifrar un último mensaje. Durante el plazo establecido no has logrado enviar tu respuesta, la bomba ubicada en el cuerpo de tu amado doctor Watson se activara y hará BOMMM. Lo mismo sucederá con sus hijos. La vida de las personas importante para ti penden de un hilo muy fino, más te vale apresuraste o perdiéndolos… “– se corta la llamada

 

 

Cada persona tiene su punto débil, alguien que quieren poner a salvo y Sherlock afrontaba una de las situaciones difícil en toda su vida, porque involucraba emociones que nunca pensó experimentar. Los amantes se ven entre sí, para luego bajar la mirada John, era evidente su aflicción y nerviosismo ante los recientes acontecimientos. Así que Sherlock, coloca una mano sobre su hombro tembloroso. Cuando se proponía tenía ese poder tranquilizador. No pasa ni un minuto y llega el mensaje decisivo que pondría fin al juego de Moriarty. En esta ocasión el contenido eran una serie de caracteres especiales html. A simple vista parecía una sencilla descodificación de signos, sin embargo el orden de los caracteres no tenía sentido. Uno tras otro iba descartando posibles opciones dentro de su mente. Por su parte, John camina de un lado a otro, como un animal enjaulado, sabía que el detective tenía dificultades al observar la expresión de su rostro. Movía las manos en distintas dirección y con la cabeza negaba, volvía a repetir el patrón infinidad de veces.


Las manijas del reloj avanzaban particularmente rápido en comparación de otros días; el plazo se desvanecía ante la mirada de preocupación de John. Definitivamente no podía ayudarlo, ni interrumpir su concentración, pero era una tortura esperar sin hacer nada en lo absoluto. Ver como el tiempo muere en cada minuto y segundo. Sin darse cuenta, volvió a caminar de un lado a otro.


— ¡Silencio! – ordenó Sherlock


— No dije nada


— El sonido que haces al caminar es perturbador al igual tus movimientos. Me distraes, necesito concentrarme- lanza una mirada fulminante

 


John permaneció parado, el malestar que sentía lo expresaba a través de gestos con su rostro. Se sentía inútil e impotente de no poner hacer nada para ayudar a su amante, quién estaba bajo una tremenda presión emocional y mental. Con la intensión de probar las habilidades del detective, Moriarty le dio un verdadero desafío. No obstante, al dirigir su mirada al reloj, pudo comprobar que no quedaba mucho tiempo, no le quedó otra alternativa que ejercer más presión en el detective utilizando palabras.

— Sherlock, apresúrate


— Solo dame un minuto – responde tranquilo


— ¡No tenemos un minuto! estamos contra el reloj ¡Sherlock! si esto explota...- hace una pausa- no quiero ni pensar en lo que le están haciendo a mis hijos-


— ¡Lo sé! - grita- He descifrado el tipo de código, solo me queda averiguar la secuencia de tres dígitos para descifrar el mensaje.


— ¡Demonios! creí que eras un genio pero solo eres un engreído- le grita- apúrate, maldición no tenemos todo el día. Son 10:15 se vencerá el plazo


— ¿10:15? –piensa antes de contestar - Gracias John, hay personas que sin tener ingenio poseen un don admirable para estimularla.


— Deja tus halagos para otro momento y descifra el maldito mensaje


— 9:45 fue enviado el mensaje; la hora es la clave para desencriptarlo – la cuenta regresiva inicia y Sherlock sonrió para sí.


— ¡30 segundos Sherlock! Más te vale escribir la respuesta en este instante

 

Rápidamente empieza con su labor, una tras otra va asignando consonante o vocal según corresponda. Poco a poco la frase va tomando consistencia y dejando ver el mensaje oculto. Faltando 2 segundos envía el mensaje y la luz roja de la bomba cambió al color verde. John da un suspiro largo, toda la tensión acumulada en las piernas cede al sentimiento de alivio y cae al piso arrodillado. Siente los brazos del detective rodeando su cuerpo, ofreciendo su hombro donde llorar. Al fin todo había terminado con la llegada de otro mensaje, contenía la ubicación exacta del lugar donde estaban sus hijos. Sherlock ayuda levantar a John, procede a quitar la bomba; volvió a repetirse la misma escena, en el cual conocieron a Moriarty, con la diferencia que ahora terminan saliendo del lugar tomado de las manos.


A lo largo de su trayecto hasta su destino final Sherlock no deja de apretar la mano de John, quien besa su frente tranquilizándolo un poco. No demoran en llegar, descienden del taxi y caminan a la entrada del edificio. El nerviosismo en ambos era muy notorio, si no fuera por la iniciativa de Sherlock, hubieran estado parados sin hacer nada, solo contemplando el ambiente. Entran con cierta prisa, suben por el ascensor hasta al tercer piso, se abren las puertas y todo el lugar estaba a oscuras y al final del pasillo un resplandor resalta en medio de las sombras. La fuente de luz provenía de una habitación, avanzan; cada paso que daban los acercaba más. Detienen su marchar a unos escasos centímetros de distancia.


— Mis hijos pueden estar tras esta puerta...- empuja lentamente

 

 


La habitación estaba literalmente vacía, solo una cuna decoraba el ambiente. Era fácil sospechar donde estarían los gemelos. John se aproxima, pero se queda parado frente a esa cunita sin decir o hacer nada. Toma el valor necesario y destapa la tela que cubría la cuna blanca. Se llevan una inesperada sorpresa, en vez de los bebés había un sobre y una grabadora; al parecer otra nueva pista.

 


— No…-niega-¡no! Ese bastardo quiere seguir torturándonos- entrega el sobre a Sherlock mientras le pone play a la grabación-Sherlock...esto es...- se oye el llanto de dos bebés a la vez, con unos ruiditos de sonajas, como fondo musical una melodía algo tétrica. Termina los ruidos y se escucha la voz de Moriarty

 

— Un paso más cerca de su objetivo… no desesperen, muy pronto los verán. Desde que despertaron están empezando a darme problemas. Uno de ellos es un dolor de cabeza; engreído y llorón me recuerda alguien, a quien será...- risas- volviendo al punto, como se habrán dado cuenta el juego aun continua, seguiré jugando con ustedes. Dentro del sobre encontraran el acertijo que tendrán por resolver entre el intervalo de 3 horas. Esta vez es algo muy sencillo, una muestra de mi consideración por ser un digno enemigo. ¡Tres horas sexy! - fin de la grabación.


— Con que un acertijo - ríe sutilmente - Nunca deja de sorprenderme... Hubiera sido muy aburrido si el juego terminaba con un final soso.


— ¡Sherlock! quieres seguir jugando cuando tus hijos están en peligro


— Debes admitir que es fascinante


— ¡No lo es!- reclama- ¡¿crees q esto es divertido para mí?! Primero la bomba ahora mis hijos. ¡Esto te pone!- grita furioso.


— Tranquilízate, no es un simple acertijo - le mira - En un juego como el de Moriarty lo simple no existe y lo imposible es realidad, pero los pequeños indicios son sustanciales en la deducción. Observación mi querido John - hace una pausa - La respuesta debe está escondida en algún lugar...todas las pistas que nos dejó durante nuestro conflicto con Magnussen nos ayudará a resolverlo. Tenemos que hallar esa respuesta antes que se acabe el tiempo - cronometra el tiempo en su móvil - Regresemos a Baker street-.


— Quiero ver a mis hijos lo antes posible, la incertidumbre me está matando


— Me siento responsable de todo lo que te ha pasado…- es interrumpido


— No, Sherlock… ese tema ya lo hemos discutido


— Pero…

 


Jhon Aprovecha el descuido de Sherlock en robarle un beso y así callarlo. Hicieron una pequeña pausa para las muestras de cariño, que no duró mucho porque tenían que terminar el juego de Moriarty. Transcurrió una hora después de su regresar a Baker street La presión fue el estimulante ideal para agudizar sus habilidades sobrehumanas. En esta ocasión pidió ayuda a Jhon porque fue el responsable del caso de la joven asesinada Lucy Jonson. Ambos tomaron sus portátiles e iniciaron con la labor más importante de sus vidas, era uno de esos casos exasperantes. Tenían el cronómetro frente a ellos torturándolos, cada minuto que avanzada era menos tiempo para encontrar la respuesta y a la vez ese minuto se convertía en esperanza para Sherlock y Jhon. Esperanza de tener devuelta a sus gemelos a su lado. Consumido más de las tres cuartas partes de tiempo, el detective no estableció el método que eligió a sus víctimas involucradas en el plan, lo único consistente es la forma que las ejecutó.


— Esto es realmente confuso y tedioso…- agotado, John deja a un lado su laptop


— Que has estado haciendo en estos últimos meses... - habla mientras continua procesando información - Estas perdiendo habilidad; no eres de mucha ayu... -hace una pausa


— ¡No digas tonterías estoy cansado y tensionado!-reprocha-¡¿sabes lo que es tener una bomba y ser madre?!


— ¡Brillante! -no toma importancia a Jhon - Es tan evidente… obviar una pista tan primordial es imperdonable… - continua hablando sólo sin dejar de sonreír al descubrir algo importante – Decías algo Jhon -.

— Que avances has logrado hasta ahora


— Creo que ya encontré la pista que necesitamos para terminar este juego. Sin embargo... – cuando alza la mirada, extrañamente se siente terriblemente atraído hacia John, pero obliga a su mente concentrarse – Al margen de la situación, Moriarty es un genio del crimen. Su mente es digna de estudio-.


— Todo esto es por el nombre de la ciencia


— Por supuesto, mientras él exista el juego nunca terminará.


— Es un modo de vida emocionante, pero hay consecuencias. Resolveremos esto. Sé que lo haremos – responde convencido de sus palabras.

 

Mientras sus miradas quedaron atrapadas en los ojos del otro, Sherlock sintió una inesperada conexión, un hilo de magnetismo entre ellos, uno muy peligroso y tentativo. La situación se complicó cuando John se le ocurrió sentarse a lado suyo y no en su respectivo sillón como estuvo anteriormente. Con cautela miró al costado, encontrando a John con la mirada vacía, las manos entrelazadas; tenía una expresión complicada en su semblante. Las acosadoras miradas tuvieron un efecto contrario, John giró la cabeza, avergonzado porque Sherlock lo estaba mirando fijamente mientras seguía trabajando. Sus instinto fueron más intensos que su propia fuerza de voluntad, tomó el rostro abatido de su amante y lo besó sin previo aviso.


— ¿Qué estás haciendo? - pregunta sorprendido


— Sentí la necesidad de confortarte


— No es el momento ni el lugar adecuado

 

 

El detective volvió a la resolución del problema que tenía frente a él, sin embargo los impulsos estaban dominando su autocontrol. El primer movimiento en realizar fue colocar su mano encima el de John y lo apretó con fuerza, transmitiendo la pasión que desbordaba. John le sonrió amablemente, un tanto ruborizado, ya que él también experimentaba las mismas sensaciones. Sherlock dejó la laptop sobre la mesa de centro, desviando parte de su atención solo para su amante. Una de sus manos fue a parar al rostro, acariciando cada centímetro de piel, mientras los dedos de su otra mano se deslizaron por sus piernas hasta colocarse en el medio, rozando ese lado sensible que logró sacarle un leve espasmo a su cuerpo. Antes de que John pueda permitirse algo se pierde en el placer.


— ... ¿Estás seduciéndome con esa cara? -dijo Sherlock al oído de John - Necesito que mi cerebro rebose de endorfinas


— Puedes tomarlas- le besa con pasión jalándole del cabello

 

 

Quedaron sin aliento por el reciente beso intenso, sus rostros estaban demasidos cercas, incitando a besarse una infinidad de veces. El más afectado era John, su corazón dio un gran vuelco, y pudo sentir como se aceleraba su pulso hasta en la punta de sus dedos. La pasión era incontrolable en ellos, Sherlock alzó la camisa para tocar su piel directamente y recorrió con sus dedos encima de su pecho.

 

 

Notas finales:

Espero no demorar con la siguiente actualización.
 


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