Hace ya varios meses que conocí a este hombre con aspecto debilucho. Al parecer es médico, según me dijo él. Venia todos los días a visitarme, cosa que me ponía los pelos de punta. Lo bueno, es que no venía a hacerme algún daño, lo malo, es que nunca paraba de hablar. Al parecer quería que yo entrara en confianza con él. Jah! Estúpido. Yo ya no confió en las personas desde que paso lo que paso.
Una noche, mientras yo estaba durmiendo en el suelo (si, eran tan desagradables que me hicieron dormir en el suelo. “Porque una bestia como tú no se merece dormir en un lugar cómodo como en una cama”. Pendejos, USTEDES SON LOS MONSTRUOS ACA!), escuche a lo lejos, gracias a mis orejas, un ruido no muy escandaloso para el oído humano, pero fue lo suficientemente fuerte como para que yo lo escuchara. Sentí unos pasos acercándose y, unos minutos después, vi como se abría mi puerta. Detrás de este estaba Shinra, sonriéndome y…sosteniendo un par de llaves.
-Hola hola, Kuricha-san, ¿nos vamos?- me dijo sonriente, acercándose y, con ayuda de la Dullahan que lo acompañaba, rompieron en parte las cadenas que me sostenían a la pared. Si les soy sincero, estaba que no salía del trance. Todo paso muy rápido, en unos minutos los cuales mi cerebro todavía no capta. Con ayuda de las personas que entraron a mi “habitación” (si asi se le puede llamar a esto) me levante y me sacaron al pasillo. Waah, todavía no es de día y todo está demasiado luminoso…bueno…para mí, ya que he estado encerrado en completa oscuridad por años. En el piso, se encontraban los guardias que vigilaban mis puertas. Juju, no son tan fuertes como me los esperaba. Shinra me tomo del brazo, quizás al ver que no reaccionaba, y termino jalándome mientras corría. Por fin, mi cerebro hizo conexión con el asunto y empecé a correr más rápido. Un poco de esperanza nació en mí. Tal vez, y solo tal vez, estas personas me sacan de aquí para liberarme.
No sé si fue la emoción del momento o qué, pero sin darme cuenta, termine transformándome en mi forma “natural”, por así decirlo, y agarre con mi hocico a Shinra y a la Dullahan y partí corriendo, casi volando, hacia la salida. Estaba emocionado. Saldria, por fin saldría de este lugar. Aunque…si les soy sincero, esto, de la nada, parecía muy fácil. Demasiado.
Y fue cuando me di cuenta. No había salida. Esa puerta de ahí no era la salida. Pare en seco. Las personas sobre mi lomo me miraron sorprendidas…bueno…solo Shinra. Al parecer no se dieron cuenta, hasta un rato después, donde la primera en darse cuenta fue la Dullahan. Casi caímos en una trampa, de no ser que me di cuenta a tiempo, al parecer, no son tan tontos como me lo esperaba. No podía volver hacia atrás, ya que, por lo que escuchaba, los guardias se acercaban. Tenía muy poco tiempo para pensar y los lamentos de Shinra no ayudaban mucho que digamos. Recordé el cómo escape de ellos cuando era un adolecente y me pareció una buena idea. Pero no había ventana esta vez. Jujuju, al parecer tendré que usar mis poderes. Me puse de costado, mirando una pared, y abrí mi boca. Mientras los guardias se acercaban, la bola de energía que estaba creando se hacía mas y mas grande, hasta que, cuando llegaron, logre hacer que fuera grande como para que cuando lo lanzara y haga el hoyo, yo pueda entrar en el (con las personas sobre mí, claro está). Y una vez hecho el hoyo, salte.
No me esperaba que estuviéramos en un piso tan alto, pero creo que tenía suerte al ser bastante ágil, aunque hayan pasado varios años de no moverme mucho. Shinra no paraba de gritar que estaba loco y que, de seguro, era medio suicida. Rodando los ojos, decidí ignorarlo y, con un aterrizaje perfecto, seguí corriendo hasta donde me dijeron.
Yo, al estar medio débil, termine transformándome nuevamente en un humano, agotado, pero, al menos, logre salir de esa prisión. La Dullahan agarro lo que parecía ser un carro a caballo e hizo señas para que nosotros nos subiéramos. Parte de mi me decía que subiera, pero lo otro me decía que corra al bosque. No sabía qué hacer, tenía que tomar una decisión de nuevo. Si me voy por el bosque, es posible que las heridas que tengo (ya viejas algunas) se abran y termine lastimado, eso y que me atrapen de nuevo. Si supieron donde estaba en el pasado, podrán encontrarme nuevamente en un futuro. En cambio si iba con ellos, ya que Shinra era medico, tal vez podría curarme, pero vayan a saber lo que ese loco podría hacerme. Todavía, no me fio de ellos.
No sé si me lamentare en el futuro, pero mi cuerpo se movió solo hasta el carruaje y, una vez que estuve dentro, el caballo salió corriendo rápidamente hacia la dirección contraria de donde estuve encerrado…
Yo…al fin…soy libre.
¡¡¡SOY LIBRE!!!
Alegre, decidí ver el paisaje a través de la ventana. Ah…extrañaba ver los bosques, el cielo, todo. Inspire profundamente el nuevo aire, y lo expulse. Hace mucho también que no respiraba el aire fresco de afuera. Pude ver que la ventanita del carruaje era movediza, así que decidí abrirla. El viento en mi cara, extrañaba esta sensación. Cerré mis ojos y, sin darme cuenta, sonreí sinceramente. Ya no importaba nada, o por el momento. Tuve la sensación de que el viaje seria largo, así que me recosté contra el costado del carro y lentamente me fui entregando a los brazos de Morfeo, sin pensar si alguien nos seguía o algo. Por ahora, nada me preocupaba.
Lo único que tenía en mente, era que ya estoy libre de ese maldito lugar, ya no volvería a sufrir, ni verlos a esos malditos hijos de puta. Y, con ese pensamiento, me dormi.